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viernes, 7 de noviembre de 2025

REVISTA FARMACIA - Informal con cabeza - Migraña y depresión: el círculo vicioso de esta patología ,. / CAFE, COPA Y Documental - Ser famoso un rato ,. / El escarabajo verde - Esto huele mal ,. / Días de cine clásico - Cine - El fuera de la ley , Miercoles - 12 - Noviembre ,./ Un país para escucharlo - Lo que mola y lo que no ,.

 

 TITULO:REVISTA FARMACIA -  Informal con cabeza - Migraña y depresión: el círculo vicioso de esta patología  ,.  

 REVISTA FARMACIA - Informal con cabeza - Migraña y depresión: el círculo vicioso de esta patología   ,fotos,.

 Informal con cabeza - Migraña y depresión: el círculo vicioso de esta patología ,.

Es una enfermedad neurológica infravalorada, sobre todo en el caso de niños y personas mayores,.

La migraña es una enfermedad neurológica con base genética donde el cerebro tiene una hipersensibilidad a la luz, el ruido o los olores
 
La migraña es una enfermedad neurológica con base genética donde el cerebro tiene una hipersensibilidad a la luz, el ruido o los olores ,. 
 
 Revista nuestra farmacia de comunidad 2 edicion | PDF

Gran parte de las personas que sufren de migraña se sienten incomprendidos por la sociedad, que no entiende generalmente su condición y piensan que es tan solo un dolor de cabeza, y por los médicos en particular.

Hoy en día, la migraña sigue siendo una enfermedad infravalorada e infradiagnosticada. Entre otros motivos, por un gran desconocimiento o un concepto erróneo de la misma. Y eso que a nivel mundial, constituye el sexto trastorno más prevalente y la segunda causa de discapacidad al reducir la calidad de vida de la población afectada. En nuestro país, se estima que «la migraña afecta a un 12-15% de la población, por lo que es una de las enfermedades neurológicas más prevalentes», afirma el doctor Cristian Morales Hernández, neurólogo del Hospital Universitario de Canarias.

Y entre «un 30-40% de los pacientes desarrolla ansiedad o depresión, sobre todo aquellos que tienen migraña crónica», precisa.

TITULO: CAFE, COPA  Y Documental - Ser famoso un rato ,.

Ser famoso un rato,.

 

fotos - Guillermo Alonso ,.

Vivimos en la época del yo? “Creo que llevamos en ella desde que se popularizaron las cámaras digitales y, de todo lo que había que fotografiar, decidimos fotografiarnos a nosotros mismos”, dice Guillermo Alonso (Pontevedra, 40 años). En 2006 la revista estadounidense Time sentenció que la célebre Persona del Año eras “tú mismo”, en relación con el auge del yo que proponía la entonces incipiente y hoy ubicua web 2.0. Casi dos decenios después, en esas seguimos, explorando las profundidades de nuestras vidas e identidades, y las de quien tenemos al lado.

Alonso, escritor y periodista de la revista ICON, suplemento de EL PAÍS, ha decidido, pues, unirse al signo de los tiempos y escribir sobre sí mismo en La lengua entre los dientes (Círculo de Tiza), una colección de relatos autobiográficos que, con un humor agudo y cierta desesperación existencial, relatan diferentes sucesos de su vida. Sucesos, por lo demás, bastante ordinarios, pero a los que Alonso les saca el lado extraordinario con su peculiar mirada, porque eso es la literatura. Alonso es también una de las dos personas, junto con Beatriz Serrano, que conversan contra las cosas del mundo en el podcast Arsénico Caviar (Podium), ganador de uno de los Premios Ondas Globales del Podcast el pasado mes de marzo.

En su libro se habla de algunos de los trabajos de Alonso, por ejemplo, en un programa de televisión presentado por un mago y una bailarina, de encuentros sórdidos con hombres en vagones de metro, redes de ligue y calles de barrios periféricos de Madrid, de pisos pequeños y noches que la droga convierte en mediodías, de un viaje a Tailandia, de tratar de ser joven en el cambio de siglo, de una trabajadora doméstica encargada de poner algo de orden en un piso de estudiantes que huele a porro: “¡Borrachos, drogadictos, terroristas!”. La constante irónica se diluye en el conmovedor capítulo dedicado a la relación distante con su padre y a cómo se acompaña en la muerte a alguien que te ha dado la vida y cuyo hígado se ha dado por vencido. “Más que un ajuste de cuentas, es un homenaje”, dice el autor.

El estigma de escribir de uno mismo

“Siempre he mirado con cierto desdén a esos que solo escriben sobre sí mismos, como si creyese que les falta ese factor de invención y fantasía”, explica el autor, “pero mis autores favoritos lo hacen continuamente”. Eso sí, Alonso se excusa en las dos novelas que ya tiene publicadas, Vivan los hombres cabales (2019) y Muestras privadas de afecto (2021), como si hubiese cumplido así con una necesaria cuota de ficción antes de pasar a contar la realidad, si es que tal cosa es posible, y esta no es inevitablemente deformada por la memoria y la escritura.

“Seguro que la mirada y la memoria son condescendientes con uno mismo y queremos pensar que nuestro yo del pasado era más listo de lo que realmente era, o al menos tan listo como el actual. Me divierte el término autoficción porque lo hacemos todos a diario: crear nuestros propios héroes y villanos y nuestras propias tramas divertidas. El que a mí me parece un asqueroso a otro le parece un héroe y probablemente los dos tenemos razón”, explica Alonso.

Esa transformación de lo prosaico del día a día en lo poético de la narración lo ve Alonso como un acto imprescindible para sobrevivir. “Por ejemplo, el metro en hora punta cada mañana es un lugar repugnante, lleno de gente a la que la realidad ha arrancado de la cama y ha enviado a unos trabajos que odian. Pero también por eso mismo está lleno de densidad humana, de cosas dignas de verse”, dice. Una vez alguien le contó cómo, tras quedarse dormido borracho en el metro, se despertó y descubrió que le habían practicado un perfecto corte rectangular en el pantalón, sin perturbarle el sueño, para robarle el móvil. Una práctica que, al parecer, y peso a lo aparatoso, no es tan extraña en el subterráneo madrileño. “Eso es una lata durante unos días, pero una gran historia para el resto de tu vida. Creo que nos pasan cosas especiales y graciosas todo el rato, pero no lo sabemos hasta que logramos abstraernos un poco y sacudirnos el drama de encima”, señala el escritor.

La escritura autobiográfica delata, además, no solo la falta de sentido de la vida, sino su falta de estructura narrativa: las cosas que nos pasan no tienen un planteamiento, un nudo y un desenlace, al modo de la poética aristotélica, sino que todo parece sumirse en un caos deshilachado. “Así descubres que gente a la que amas se muere, o desaparece de tu vida, o algo que considerabas que iba a cambiar el rumbo de tu carrera no sale bien, o amigos que creías que iban a estar ahí siempre desaparecen en la bruma, o ves cómo la vida pisotea a alguien y nunca encuentra justicia. Y no hay explicación, ni moraleja. Las cosas simplemente ocurren”, dice el autor. “Desde cierto punto de vista, es bastante liberador”, añade.

Las drogas como forma de ficción

Las drogas también pueden ayudar a observar el mundo de otra manera. Alonso narra en el libro las primeras experiencias con la cocaína, el speed o el éxtasis, y los vericuetos de la noche y la mañana madrileña a los que suelen conducir, como un mundo paralelo de bares y pisos festivos que discurre por otro cauce que el resto de la ciudad. “No sé si normalizar las drogas sería lo adecuado, pero no deberíamos demonizar a quienes las consumen o reírnos de ellas. Es curioso lo naturalizadas que están en ciertos ámbitos, profesiones o entornos y lo extrañas y lejanas que parecen en otros”, dice Alonso. Las compara, drogas legales y las ilegales, con el ojo del escritor: pueden volverlo todo más literario, pero convertido en ficción. “Una ficción tramposa y facilona, agradable si acaso, pero inútil y muy cara”.

 

Guillermo Alonso,.

Sobre el scroll de las redes sociales, tal vez la droga más potente y difundida de nuestro tiempo, con resultados aún desconocidos a largo plazo, Alonso sabe un rato, pues ha sido un asiduo escritor en redes, de esos que escriben con ínfulas literarias, como si escribiesen artículos. De hecho, el episodio del libro que relata su viaje a Tailandia iba a ser contado en directo por Instagram, pero luego el autor juzgó más inteligente no regalarlo a una multinacional tecnológica y guardarlo para el libro. “Últimamente, escribo tochos menos largos en las redes”, explica, “me alegro de haber superado esa forma de esclavitud contemporánea, pero, por otro lado, me da pena, porque me gusta compartir y leer textos larguísimos que rompan la dictadura de la foto mona con un texto corto y estúpido. Creo que escribir algo larguísimo en redes que solo quieren que hagamos scroll es casi un acto de militancia”.

Escudriñar a los demás

A pesar de todo, aunque la escritura autobiográfica de Alonso hable sobre las propias vivencias, el foco suele estar puesto en el otro, en el personaje de enfrente al que el narrador trata de explicarse, ya sea una potencial pareja, un compañero de piso o un miembro de la familia, como si tuviese la necesidad de escudriñar al ser humano encarnado en los otros. “Creo que el egocentrismo no es uno de mis defectos, los tengo mucho peores y más interesantes. Soy más observador que personaje activo, hablo poco, mi voz no está muy presente en los diálogos, porque en general en la vida soy calladito o porque tal vez no me acuerdo de qué dije en un momento dado, si es que dije algo. Los demás me parecen siempre muchísimo más interesantes que yo, supongo que por eso escribo”. Cierta timidez, a juicio de Alonso, deja en la narración espacio abundante para el desarrollo de su mirada sobre los otros, que pueden ser el infierno.

Al final, haya trama o no haya trama, (atención spoiler) todos vamos a morir. “Es que la putada de morirte no es morirte, que ya es bastante putada, sino el hecho de que llegará un día en que nadie recordará ni tan siquiera que exististe. Esa idea sí que me pone muy triste. A veces pienso que escribimos por eso: es una forma de luchar contra la idea de la muerte. Yo me moriré, pero a lo mejor alguien me sigue leyendo, muy de vez en cuando, y no desaparezco del todo nunca”, concluye Alonso.

TITULO: El escarabajo verde - Esto huele mal ,.

Esto huele mal ,.

 El escarabajo verde - Esto huele mal

foto / La polémica en torno al proyecto de construcción de una planta de tratamiento de residuos en un pueblo valenciano,.

 

TITULO:  Días de cine clásico - Cine - El fuera de la ley    , Miercoles - 12 - Noviembre  ,. 

Cine de siempre - El fuera de la ley

Este Miercoles - 12 - Noviembre   a las 22:00 en La 2 TVE , foto,.

Reparto ,.Clint Eastwood, Chief Dan George, Sondra Locke, Bill McKinney, John Vernon,.
 
 Quemaron el rancho y asesinaron a su mujer y a su hijo. Josey Wales fue tras ellos en busca de venganza, aunque para ello tuvo que alistarse en el ejercito confederado y pelear toda la guerra civil. Fue el único que no se rindió. Y, precisamente los asesinos de su esposa y su hijo, a quienes el seguía persiguiendo, recibieron orden de capturarle. 
 
 

TITULO : Un país para escucharlo -  Lo que mola y lo que no ,. 

Este martes – 18 - Noviembre a las 23:00 por la 2 , foto,.
 
 Lo que mola y lo que no ,.
 

Guille Milkyway.

Educado en la zona alta de Barcelona, en el colegio Sant Gregori, heredero del humanismo catalán, Guillem Vilella Falgueras (Barcelona, 49 años) se llama Guille Milkyway porque estaba siempre en las nubes. Vive en Sant Cugat del Vallès desde hace 25 años. Llegamos a entrevistarle y el estudio se ha inundado. Tiene los teclados sobrepuestos como en una tienda. También tiene una ordenada colección de vinilos, casi todos instrumentales: discos de la primera mitad de los setenta, psicodelia de finales de los sesenta o música de librería, “la que utilizan para las aperturas de informativos”, dice. Y añade: “No es exclusiva, pero es mucho más barata”.

Se da a conocer en las letras de sus canciones mezclando melancolía con euforia. “Me quedé calvo con 20 años. Llevo eso de ventaja. Hoy me dicen: Guille, tío, estás igual. Ante un calvo, la gente solo ve la calva. Claro, eso no cambia”.

Lo que sí cambió fue su vida. Con 32 años se atrevió a ser el compositor, cantante y productor que soñaba ser mientras se ganaba la vida vendiendo chocolate (Nestlé) en Andalucía. No quería una vida de competición y falta de escrúpulos. “Es nuestro mundo, pero quise decidir con quién quiero estar y con quién no. Es excepcional dedicarte a tu vocación, pero, ya puestos, quiero hacerlo a mi manera. Cuanto más quede en tu mano, más te acercas, creo, a la felicidad”.

En sus letras aparece mucho la felicidad. ¿Qué es?

Es como de libro de autoayuda, ¿no? Disfrutar lo que haces. Hacerlo como quieres, no pensando en si va a gustar. Me agobia saberme lento, comparado con la velocidad de la industria musical.

¿Y qué consiguen con rapidez?

Eficacia, más pasta y, probablemente, mejores resultados. No defiendo mi producción artesana como más auténtica. Defiendo que me hace feliz.

¿Duda porque podría tener más dinero o éxito en la industria?

No. Dudo porque podría sonar mejor.

¿Desde cuándo sabe lo que quiere?

De niño soñaba con tener el control de mis decisiones. Y con dedicarme a la música.

¿Qué música le gustaba?

Llegué grabando sonidos sobre canciones en un radiocasete de doble pletina. Pero mi acercamiento fue libre al 100%. Iba a las tiendas y escuchaba a Julio Iglesias, a Celia Cruz, a los Beatles, a los Sex Pistols o a la Electric Light Orchestra. Nadie me enseñó nada.

¿Ni su familia?

Nadie decía: “¡Esto es la buena música!”. A mi madre le encantaban los cantautores franceses y Perales. Tiempo de otoño me lo sé de memoria.

Es hijo de farmacéutica.

Ejerció poco porque nos cuidaba. Mi padre hizo carrera en una empresa, Parera, que fabricaba perfumes para supermercados. Defendía que vender un perfume es vender ilusión. Y que la ilusión no podía estar solo al alcance de unos pocos. Estaba orgulloso de vender Varon Dandy. Creo que he recibido una educación que consiste en poder ser autosuficiente, tener criterio y no juzgar a nadie.

Oro.

Sí. Una cosa aburrida de los entornos burgueses es que todo el mundo aparentemente lo sabe ya todo. Tienen una opinión sobre las cosas y sobre la gente. Es como una religión: aquí están las respuestas, ya no tengo que preocuparme. Mis padres nunca han sido así. Por eso no me siento identificado con algunos de los clichés sobre la gente que ha tenido la suerte de tener las necesidades básicas cubiertas. Se lo digo a mis hijos: la razón de ser del Estado de bienestar es que todo el mundo pueda crecer con igualdad de oportunidades ayudando al más necesitado.

¿Cómo consiguió empezar?

Mi programa favorito de radio era Flor de pasión. Juan de Pablos tenía una manera emocional de hablar sobre música. Le llevé mi maqueta. Y fue la primera que sonó al día siguiente: uno de los momentos más importantes de mi vida.

Eligió una discográfica que no le ha puesto presión.

Elefant Records sacó el primer single de Los Planetas. Luis Calvo, su director, fundó el Festival Internacional de Benicàssim. Parten de una máxima: si me interesa un grupo, me interesa que se desarrolle artísticamente como quiera. No romantizo el riesgo. Soy poco valiente. Pero intentar vender en Andalucía siendo un catalán un poco obtuso me vino bien para quitarme de encima la introversión.

¿Es tímido?

Mucho. Hoy menos. A casi todos mis amigos los he conocido en el bar tomando café. Hice el esfuerzo de salir de la cueva porque vi que trabajar solo muchas horas moliéndome la cabeza me daba inseguridad.

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