BLOC CULTURAL,

BLOC CULTURAL,

lunes, 18 de abril de 2016

VIAJANDO CON CHESTER - VUELVE MACAULAY,. / ¡ATENCION Y OBRAS ! CINE - NO PODEMOS SABER SI HABRA UNA TEORIA QUE LO EXPLIQUE TODO,.

TÍTULO: VIAJANDO CON CHESTER - VUELVE MACAULAY,.

Resultat d'imatges de pepa bueno con viajando con chesterVIAJANDO CON CHESTER -

 Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por
Pepa Bueno, en la cuatro los domingos  las 21:30,.





VUELVE MACAULAY,.

Vuelve Macaulay - foto,.

Vuelve Macaulay
  • Después de desaparecer durante 20 años, tontear con las drogas y probar con la música, el niño prodigio de los 90 estrena película y rueda una serie,.

    La vida de Macaulay Culkin (Nueva York, 1980) cambió el día en que, con diez años, Chris Columbus decidió que no había nadie mejor que él para dar vida al travieso Kevin McAllister en ‘Solo en Casa’. Aquella película, que solo en los Estados Unidos recaudó 280 millones de dólares, además de convertirlo en el chaval mejor pagado de la historia del cine –con 12 años cobraba 8 millones de dólares–, se encargó de abrirle las puertas a un infierno del que lleva más de una década tratando de escapar. De hecho, cuatro años después, aquel rubito con cara de pillo al que sus padres dejan solo en casa una Navidad, decidió que nunca volvería a trabajar.
    La carrera de Culkin, que contra todo pronóstico anda estos días embarcado en el rodaje de una serie de televisión mientras espera el estreno de la que será su primera película como protagonista en 20 años, comenzó poco después de nacer. Con cuatro años, el actor ya había participado en una producción teatral en la Filarmónica de Nueva York y en varias series de televisión en las que aprendió lo suficiente para que, nada más cumplir los nueve, le llamaran para protagonizar con John Candy el largometraje ‘Tío Buck’. Poco después llegarían ‘Solo en casa’ y ‘Solo en casa 2. Perdido en Nueva York’, que serían las encargadas de escribir su nombre en el libro de oro de Hollywood y de marcar su existencia.
    Macaulay es tercero de los siete hijos –cinco chicas y dos chicos– de Kit Culkin y Patricia Brentrup; un taxista reconvertido en sacristán de la Iglesia San José de Yorkville, en el neoyorquino Upper East Side, y una telefonista, que con el tiempo terminarían divorciados. Kit, un hombre autoritario y manipulador que siempre quiso ser actor pero que nunca pasó de pequeñas colaboraciones en alguna obra menor, fue el encargado de dirigir la carrera de su hijo y de convertirlo en el enésimo juguete roto de la industria del cine. Él mismo ha contado que la primera vez que supo que quería parar –sin ninguna posibilidad de ser escuchado– tenía 11 años. «Recuerdo un día que caminaba de la mano de madre a la salida del colegio y la hablaba de lo que quería hacer aquel verano. Cuando le hablé de mis planes, ella me dijo: Olvídalo Macaulay, tendrás que trabajar». Al chaval, nunca le preguntaron qué papel le apetecía hacer de las muchas propuestas que, tras ‘Solo en casa’, se acumulaban sobre la mesa del por entonces ya más que lujoso apartamento de Manhattan en el que vivía la familia.
    Nadie duda de que aquellos padres, más ocupados en manejar el dinero que ganaba su hijo que en escucharle, tuvieron buena culpa de lo que llegaría después. En 1995, los Culkin, que en realidad nunca se casaron, iniciaron un proceso de separación enfrentándose por la custodia de los niños y por hacerse con el control de la nada desdeñable fortuna de Macaulay. Fue entonces cuando, definitivamente, las cosas comenzaron a torcerse. En 1997, el actor logró que un juez le permitiera divorciarse de sus padres y aparcó el cine para siempre.
    Boda a los 17
    Con tanto dinero en el banco como para no volver a trabajar en su vida, el joven se dedicó entonces a vivir una vida disoluta que le llevó a casarse a los 17 con la también actriz Rachel Miner, a separase dos meses después y a transitar peligrosamente por una senda regada de alcohol y drogas. Detenido en Oklahoma por posesión de marihuana, Alprazolam y Clonazepam, a punto estuvo, incluso, de entrar en la cárcel. Unas fotografías en las que aparecía demacrado y esquelético, hicieron que en 2012 saltaran las alarmas y más de uno le diera por muerto. Terminada su relación con Mila Kunis, la coprotagonista de ‘Cisne negro’ y hoy novia de Ashton Kutcher, el actor daba la impresión de ir a la deriva hasta que, hace unos meses, ha vuelto a resurgir.
    Quien fuera íntimo amigo y defensor a ultranza de Michael Jackson –hace tiempo se extendió el rumor de que él podría ser el padre biológico de Blanket, el hijo del cantante–, ha participado últimamente en un par de películas de factura independiente, hecho algún que otro cameo en varias series de televisión y se ha subido al escenario del teatro Vaudeville de Londres para dejarse seducir por Irene Jakob en ‘Madame Melville’. También ha creado un grupo de música: ‘Pizza Undeground’, un extraño proyecto, absolutamente fallido, con el que aspiraba a rendir tributo a los Velvet y al famoso plato italiano al mismo tiempo. Un camino tortuoso que, sin embargo, parece haberle dejado a las puertas de una suerte de refundación.
    Dicen que, cuando lo conoces, lo primero que te llama la atención es el aire de determinación que asoma detrás de la excesiva relajación con la que parece haber afrontado su destino. Dueño de una mirada valorada en su día en seis millones de euros, pocos saben mejor que él lo que cuesta sobrevivir al dinero y la fama, cuando a uno le llegan demasiado pronto.

      TÍTULO: ¡ATENCION Y OBRAS ! CINE - NO PODEMOS SABER SI HABRA UNA TEORIA QUE LO EXPLIQUE TODO,.

    Resultat d'imatges de ¡ ATENCIÓN Y OBRAS !  ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE -


     ¡Atención y obras! es un programa semanal que, en La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.


     CINE - NO PODEMOS SABER SI HABRA UNA TEORIA QUE LO EXPLIQUE TODO,.
     

    No podemos saber si habrá una teoría que lo explique todo,.

    • David J. Gross posa en su despacho en la Universidad  de California, Santa Bárbara (Estados Unidos). :: r. c.En una visita a España, asegura que explorar las leyes de la naturaleza puede ser tan divertido como frustrante,.

    • foto, David J. Gross, premio Nobel de Física en 2004, estudia el comportamiento de los quarks, las partículas más elementales,.

      A David J. Gross le interesan las cosas más pequeñas. Ni los átomos, ni siquiera las partículas que los forman. Él trabaja en el siguiente nivel de profundidad; uno que, de momento, se cree que es el último. Su trabajo, que le valió el Nobel de Física en 2004, es descifrar qué ocurre en ese mundo al que el término microscópico le queda grande. Un mundo extraño que atrae a muchas de las grandes mentes de la humanidad, dispuestas a empujar poco a poco las fronteras del conocimiento. Su objetivo: comprender las leyes que rigen el Universo. Los porqués de la Naturaleza. Hoy por hoy, reconoce, su avance es farragoso y su posibilidad de éxito, incierta.
      «Estamos subiendo una montaña a la que no hemos subido nunca antes, a oscuras, y hay nubes y niebla», explica Gross. «No tenemos ni idea de si estamos cerca o lejos de la cima, o dónde está, o si existe; solo sabemos que tenemos que seguir subiendo. Tal vez estamos trepando una colina adyacente o siguiendo el camino equivocado, pero la única forma de saberlo es seguir adelante». Para él, así es como actúa la humanidad, a la que describe como una especie de exploradores obsesionada por comprender el mundo en el que vive y su pro pia naturaleza. «Cada día me llegan no menos de diez correos electrónicos de gente que me asegura que tiene una explicación para todo tipo de fenómenos de la naturaleza. Menos mal que no son cartas de papel. Están convencidos de tener razón, a pesar de que muchos nunca han estudiado física, ni matemáticas, ni tienen nociones de cómo funciona la ciencia», explica el Nobel, que visitó España la semana pasada invitado por al Real Sociedad Española de Física (RSEF) y la Fundación Ramón Areces. «Y aun así, me parece algo fascinante, casi seductor. De alguna manera, prueba que los humanos tenemos esa necesidad imperiosa de querer comprender lo que somos y lo que nos rodea. Todos queremos saber».
      Las revoluciones científicas
      Los humanos están formados por células. Las células por proteínas. Las proteínas por moléculas y estas por átomos. Los átomos se construyen con protones y neutrones y estos, a su vez, por quarks. Estos últimos son los que estudia Gross. «Se parecen a los electrones pero, además de carga eléctrica, tienen otro tipo de carga que llamamos color», asegura. Ganó su premio Nobel, que comparte con otros dos físicos, por teorizar, en los años 70, que estas partículas elementales se comportan como una goma: cuanto más se separan unas de otras, más intensa es la fuerza que las une. Abrieron un nuevo campo de la física que tardó décadas en asentarse y confirmarse. Así es la ciencia.
      «Las revoluciones científicas nunca pasan de un día para otro», afirma Gross. «Puede que antes fuera más fácil, pero ahora nos enfrentamos a retos más profundos. El avance es constante pero es imposible saber qué nos falta para otro gran salto, o si llegará algún día». También lamenta que la filosofía se ha quedado atrás, y que muy pocos pensadores comparten con ellos el camino. «La mayoría aportan muy poco excepto en campos como la neurociencia», relata.
      En la actualidad, está de moda la búsqueda de la denominada 'Teoría de todo'. Algo que una las dos explicaciones que ahora comparten protagonismo, una para lo grande (la relatividad general de Einstein) y otra para lo pequeño (la mecánica cuántica). «No podemos saber si habrá una teoría que lo explique todo. Ahora tenemos un mapa completo del mundo, pero durante mucho tiempo se pensó que la Tierra era plana, y que tal vez no tenía fin. Solo pudimos completarlo cuando nos quedamos sin más Tierra por explorar», asegura Gross. «¿Puede que en algún momento hayamos explorado toda la Naturaleza? Puede, y a lo mejor podremos hacer un mapa completo, pero confieso que, de momento, a mí me parece bastante plana».
      Para Gross, esta aventura de exploración, llena de incertidumbres, es tan frustrante como divertida. «Cuando consigues elaborar una teoría capaz de hacer predicciones que se cumplen es muy divertido, aunque enseguida te frustras pensando en qué será lo siguiente», afirma. «Lo normal es que los científicos, al menos los físicos teóricos, estemos inmersos en mitad de la exploración de nuevas ideas, o dándonos cuenta de todo lo que no sabemos todavía. Son muy pocos los destellos de que nos alumbren el camino».
     
     

No hay comentarios:

Publicar un comentario