TITULO: ME RESBALA - CINE - EL OLIVO,.

ME RESBALA - CINE - EL OLIVO, fotos.
- Reparto
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Javier Gutiérrez,
Anna Castillo,
Pep Ambrós,
Manuel Cucala,
Miguel Ángel Aladrén,.
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- Alma es una chica de 20 años que quiere enormemente a su abuelo, quien
lleva años sin hablar. Cuando el anciano se niega también a comer, la
muchacha decide recuperar el árbol milenario que la familia vendió
contra su voluntad. Para tal empresa embarca a su tío, un hombre
perjudicado por la crisis, a su amigo Rafa y a todo el pueblo. Ahora hay
que encontrar en qué lugar de Europa está el olivo plantado… y
devolverlo a su sitio.
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- TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE L A SEMANA - HOTELES VIVOS Y MUERTOS,.
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foto
Entre mi trabajo de ahora y la vida que llevé, he pasado medio siglo
alojándome en hoteles. Y los conocí de todas clases: antros miserables
en Damasco, Jartum o Nairobi, donde las cucarachas te corrían por encima
al apagar la luz, y lugares espléndidos, donde por la ventana
contemplabas una bella ciudad colonial de Hispanoamérica, el golfo de
Nápoles o la isla de San Giorgio de Venecia. Quiero decir con esto que
poseo cierta memoria hotelera desde finales de los años 60 hasta ahora, y
que en ella hay de todo, pensiones infectas y establecimientos míticos
en los que entraba por primera vez con la emoción de haberlos admirado
antes en libros y películas.
Con el tiempo, algunos de esos
hoteles se convirtieron en lugares habituales; residencias de ésas
donde, si las frecuentas y vives lo suficiente, acabas viendo a
camareros, mozos y botones convertidos en maîtres o recepcionistas. Eso
crea vínculos estrechos y tranquiliza mucho, pues pocas cosas son tan
gratas, para mí, como llegar a un lugar lejos del domicilio habitual,
cansado del viaje, y que te reciban sonrisas conocidas e incluso amigas;
gente en la que puedes confiar casi a ciegas, lazos de complicidad
hechos de años de conversaciones, comentarios, confidencias de barra del
bar o mostrador de recepción, propinas adecuadas y discretas, favores
mutuos y cosas así.
Se lo he contado a ustedes otras veces. Si
todos, en general, tenemos cosas de las que sentirnos orgullosos, que
nos enorgullecen, yo lo estoy del afecto y la lealtad, la amistad
incluso, de ciertos hombres y mujeres que así conocí a lo largo de mi
vida; más del respeto de un camarero que de un director de hotel, igual
que uno prefiere el del sargento al del general. Esos espléndidos
subalternos. Y a muchos de ellos, a veces con sus propios nombres, rendí
homenaje en mis artículos y mis novelas. A algunos debo, incluso,
favores personales o recuerdos magníficos. La lista es, para mi ventura,
enorme: María José, la telefonista del hotel Colón de Sevilla;
Maurizio, conserje del Danieli; otro conserje, Eric, que una noche me
salvó de un apuro en el Negresco de Niza; Adolfo, el barman del Reina
Cristina de San Sebastián... La relación sería interminable. Mis
agradecimientos, infinitos. Ellos hicieron posible, y lo hacen todavía,
los que aún no han muerto o se jubilaron, que esos lugares de paso
fueran siempre, para mí, hogares agradables.
El problema, cuando
llegas a una edad, es que también los lugares, los hoteles en este caso,
mueren o se jubilan. O cambian hasta lo desconocido. Algunos, cada vez
más, ceden a la tentación de renovarse dejando de ser lo que son, y a
veces eso mata la esencia de lo que fueron. Es cierto que los tiempos
cambian, y que el mundo se adapta a lo que la gente, el cliente -ahora
hasta Renfe e Iberia te llaman cliente en vez de viajero o pasajero-
demanda en cada momento. Y hay cosas que ya no se piden, tal vez porque
nadie las valora: el silencio discreto de un maître, la sonrisa veterana
de un recepcionista, la callada eficacia de un buen barman. La
tendencia es ir a lo fácil, chicos jóvenes cada seis meses antes de
poner a otros, pagarles una miseria y simplificarlo todo hasta lo
básico.
Tampoco la clientela, como digo, exige ya otra cosa que
elementalidad y compadreo barato. Tenemos el mundo que hacemos, y los
hoteles que merecemos tener. Todo eso lo comprendo y acepto, pero no
puedo evitar una punzada agridulce cuando veo desaparecer el espíritu de
aquellos lugares tan queridos, así como a los hombres y mujeres que los
hicieron posibles. Por suerte algunos permanecen, como el hotel Palace
de Madrid; que gracias a su espléndido personal subalterno, desde los
porteros hasta Luis, el impasible limpiabotas, mantiene la tradición de
los grandes hoteles europeos de siempre. Otros cambian, encogen de
estatura o son renovados, a veces con acierto y otras con dudoso gusto
-el de quien se aloja en ellos-. Pero a veces los salva el magnífico
personal que los atiende. Éste es el caso del hotel Colón de Sevilla,
respetable clásico donde se vestían los toreros para la Maestranza, que
hace años fue encomendado a un decorador que lo transformó en una especie de picadero gay. O el Rincón de Pepe de Murcia, mi hotel allí de
toda la vida, donde al ir la última vez y ver la decoración creí que me
había equivocado y entraba en un club de carretera, hasta el punto de
que dije al recepcionista: «Espero no encontrarme una puta en la
habitación». A lo que el veterano empleado, con sonrisa sabia e
impecable, respondió: «No se inquiete, don Arturo. Hoy las tenemos a
todas ocupadas».
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TITULO: LIGA - ACB - BALONCESTO - BARCELONA -84- MANRESA-57-,.
Hoy domingo 3 marzo a las 12:30,.
Resultado Final / foto,.
BARCELONA -84- MANRESA-57-,.
El Barcelona aplasta al Manresa jugando muy bien todo el equipo, etc,.
TITULO: LIGA - ACB - BALONCESTO - UCAM MURCIA -99- REAL MADRID -104-,.
Hoy domingo 3 marzo a las 18:00,.
Resultado Final / foto,.
UCAM MURCIA -99- REAL MADRID -104-,.
El Madrid quiere meter presión a Barça y Valencia ante el mejor local, etc.
TITULO: LIBRO - OLVIDE DECIRTE QUIERO - MONICA CARRILLO PERIODISTA,.
foto,.
Tras sufrir un terrible accidente de coche, en la difusa línea que
separa la vida de la muerte, a Malena se le aparecen todas las palabras
que se quedaron sin decir: palabras de amor, de perdón, de amistad, de
reconocimiento…
Por su mente desfilaron todos sus amores, los felices
y los fallidos: aquel que la hizo sufrir, aquellos otros que le
sirvieron para olvidar y su amor actual, a quien tanto debe y de lo cual
hasta ahora no se había dado cuenta; su mejor amiga, a la que olvidó
decir «te quiero» antes de que se fuera; su familia y, sobrevolándolo
todo, el personaje de su perrita Mia, una figura entrañable, divertida y
sorprendente que conseguirá encauzar el destino de Malena para que
nunca más olvide decir «Te quiero».
«Yo me quedé tanto tiempo empapada, sin paraguas, sin consuelo
que cuando dejó de diluviar me quedé inmóvil. Y continué en
aquel mismo lugar imaginando que seguía cayendo, que me seguía
calando hasta los huesos, cuando ya lo único que quedaba
era un pequeño charco en el que continuar chapoteando. Pero
era tu charco, Mario, y el mío. El nuestro, pensaba yo.»
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