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DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Gisela Pulido ,.
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Gisela Pulido,.
Así superó Gisela Pulido el 'burnout': "Una alarma en el móvil me pregunta a diario cómo estoy"
La 10 veces Campeona del Mundo de Kitesurf confiesa que la presión y la exigencia le pasaron factura. Afrontó su dismorfia y la ansiedad con ayuda de terapia psicológica: "Tenía que ganar mucho peso para estar fuerte y no me gustaba físicamente",.
Cada vez salen a la luz en el deporte de élite más casos de agotamiento físico, emocional y mental. Ricky Rubio, Simone Biles, Andrés Iniesta, Álvaro Morata, Michael Phelps... Esa visibilidad de los mejores atletas alzando la voz nos recuerda que todos somos vulnerables ante el estrés crónico que desregula nuestro organismo, hasta en lo más alto de los podios con medallas colgadas. Pero también son el ejemplo de que, trabajando con la ayuda de los profesionales necesarios, se puede salir.
( Desayuno )
Gisela Pulido (Premiá de Mar, Barcelona, 14 de enero de 1994) fue la campeona del mundo más joven de la historia. Aunque siempre ha tenido los pies en la tierra o, más bien, sobre la tabla en su terapéutico mar, sufrió un burnout que ha decidido compartir, abriéndose en canal. Pese a que muchos deportistas sienten que deben proyectar una imagen de fortaleza y perfección, la 10 veces Campeona del Mundo de Kitesurf explica que afrontó un período muy duro donde se cuestionaba si era feliz compitiendo.
( Cena )
"Psicológicamente, lo estaba pasando realmente mal. Deseaba que llegaran los resultados y luchar para estar en el top 10 y en los Juegos Olímpicos. Tenía que ganar mucho peso para estar fuerte y no me gustaba físicamente... Lo que hice fue parar". Incluso habiendo clasificado al país, con su plaza lista. Este invierno, entrenando en Fuerteventura, empezó a trabajar con una psicóloga personal, en lugar de deportiva. "Empezamos desde cero, indagando el porqué lo quería dejar. Al bajar el ritmo y disponer de tiempo para mí reconduje el objetivo". Una reflexión que le dio impulso. "Siempre encuentras la manera de seguir adelante si te analizas. Si no te detienes, puede que el desgaste sea tal que no haya retorno, porque esto es dedicarle todo lo que puedas, sin fin. Horas que tú no le estás dedicando, a lo mejor, tus rivales sí", considera.
CÓMO PONER LÍMITES
Cree que lo hizo bien, pues el sacrificio de dos meses sin tanta intensidad deportiva rompió con un círculo autodestructivo. "Yo me he puesto a reparar foils [un sistema que se instala en la parte inferior de la tabla, para que se eleve en el agua] a las tres de la madrugada porque al día siguiente lo tenía que utilizar. A esa hora tienes que estar durmiendo para poder recuperarte. Tienes que saber el límite para no forzar la máquina hasta que se rompa. Me he dado cuenta de que el estrés es malísimo porque te cambia el humor, te tensiona, no te deja descansar por las noches...".
En terapia aprendió que bajar revoluciones te vuelve más eficiente y un truco que sigue aplicando. "Una alarma en el móvil me pregunta a diario cómo estoy. A las 19:50, que fue la primera sesión que tuve con la psicóloga. Cuando suena, pienso en mi día, en si he cumplido objetivos y he tenido tiempo también para mí. Y es muy sano hacer otras cosas que no tengan nada que ver con el trabajo".
LA TERAPIA DEL MAR
En Tarifa, donde vive, encuentra la paz. Acude regularmente a Madrid y a Barcelona para hacer campañas o reunirse y le cambia hasta el humor. "No podría vivir en una ciudad. Me siento muy afortunada de poder salir a un parque natural para desconectar la mente y dar un paseo con mis perros de media hora. Hay gente que no tiene esa suerte. El océano, su ambiente salino y ver el horizonte con la puesta de sol es medicina para el cuerpo. Te carga de energía".
Además, en noviembre del pasado año empezó a tocar la guitarra para aprender una nueva habilidad fuera de sus 12 horas de entrenamiento, entre el agua y el gimnasio. "Me encanta la música y dedicar un ratito al final de la jornada me hace desconectar". El único accesorio tecnológico al que es adicta es su cámara acuática GoPro. "La uso todos los días, no sólo para registrar olas viajando a Hawái o Isla Mauricio. Me gusta transmitir lo bien que te lo pasas, pero no por el hecho de compartirlo en redes sociales, sino que me parece una herramienta muy guay para revivir experiencias increíbles y tenerlas presentes", relata con pruebas. Para muestra, la imagen que ilustra esta entrevista, tomada por ella misma.
"No hago las actividades para crear contenido, sino al revés: salgo a pasármelo bien y lo grabo de forma natural. Mucha gente se estresa por la luz o se pone a subir rocas imposibles por un postureo que a mí me da pereza. Lo importante es disfrutar de lo que hago y la naturaleza. Mi vida no gira en torno a una foto".
NUTRICIÓN Y EQUILIBRIO
El Kitesurf es mucho más que impactantes imágenes. Es tan importante lo que Pulido hace fuera de la tabla que sobre ella en el mar. "Resulta esencial coger músculo entrenando la fuerza y comer mucho y muy limpio, porque al final cuanto más peso hay encima de la tabla más rápido va".
Ese requerimiento le obligó a ganar 12 kilos para los Juegos Olímpicos. "Ha sido un trabajo muy duro, porque para mí es más fácil bajar que subir. Hay que estar pesando todos los alimentos y comiendo muchísimo sin ganas. Durante esos cuatro años no sentía hambre nunca, porque eso podía significar que mi cuerpo tirara de reservas, y no podía. Por eso ahora estoy en un momento en el que si sólo me apetece un café, no desayuno y ya me espero a la hora de comer. Necesito un reseteo".
Pulido siempre se ha cuidado mucho y en su casa no ha habido procesados jamás. "He sido vegana desde los 18 años hasta los 29. Ahora tengo 30 y he empezado a comer pescado y huevos, sobre todo para tener un poco más de calorías y de proteína porque entreno mucho. Pero mi compra desde niña ha sido súper healthy. No tengo ni tentaciones porque me las como. La comida sana me hace sentir bien y lo mejor es comer cuando el cuerpo me lo pide, y no porque sea la hora de comer".
Lo dice después de haber sentido ganas hasta de vomitar de tanta comida. "Me entraba ansiedad porque me ponía un plato gigante, todo muy sanito, pero tan grande que luego no te puedes ni mover y con malas digestiones. Era una locura porque manejaba una dieta de 4.000 calorías y no hacía más que quemar haciendo tanto deporte, así que era una lucha para llegar". Crema de cacahuete, aceite de oliva, aguacate... "Muchas grasas sanas, que está genial, pero tanta cantidad que lo aborreces. Tenía que tomar un jarabe que se utiliza en casos de anorexia para que me entrase hambre".
Ahora tiene la excusa del veganismo para evitar el turrón, porque casi todo lleva leche. "Llegué a pesar 65 kg y ahora estoy como en 60 o así. Quiero adelgazar conservando mi músculo porque me gusta estar en mi peso y no el que exige la competición. Si hago más deporte, como más, si me muevo menos, me corto y me voy regulando poco a poco para volver a mi ser. Pero para mí comer no es un placer, es una necesidad y no disfruto cocinando. Soy más feliz con una ensalada, por eso me han costado estos años". Toma creatina y vitamina B12 como suplementación para completar su menú. "En el agua siempre geles y barritas para no ir a déficit, todo vegano".
Su preparador físico le anima a hacer ciclismo en carretera para tener un buen cardio. "Con las pulsaciones bajas puedes pensar mejor y nuestro deporte es muy físico y explosivo, pero sobre todo mental. También la fuerza te ayuda a una buena musculatura para prevenir lesiones y hago movilidad, estiro y me encanta pasarme el roller".
UN DEPORTE IGUALITARIO
Habla de que se ha sentido una kitesurfista más. "Es un deporte muy igualitario, bajo mi experiencia, quizá porque es muy joven. En el fútbol, en cambio, ha tardado en llegar esa atención porque era muy masculino y con mucha historia detrás. En el kite hemos estado compitiendo por igual desde el inicio, obviamente había menos chicas navegando, pero nuestra presencia ha sido muy natural y nos han animado muchísimo. No existe esa exclusión que sí puede haber en el surf, donde te pueden decir por ser mujer que esta ola la voy a coger yo el primero".
Cree que la igualdad cada vez está más instaurada en la sociedad. "Si yo tengo hijos, les voy a educar en que una mujer y un hombre valen por igual, y ese cambio generacional llegará". Muchas chicas le escriben y le agradecen porque ella es su referente. "Intento transmitir lo que hago y lo que siento de la mejor manera, pero la motivación la tiene que encontrar cada uno dentro. Si te levantas por la mañana y no te apetece ir al gimnasio, nadie te va a perseguir para que vayas. Tienes que ser tú el que digas, 'venga, voy a ir'".
Intenta ser lo más sostenible posible, sabiendo de las incoherencias en que incurre por estar en sociedad. "Tengo más ropa de la que necesito, cojo aviones para competir... A no ser que tengas gallinas y huerto y estés en el campo es complicado no contaminar como seres sociales que somos, pero lo que está en mi mano trato de cambiarlo, reciclando, comprando el menor plástico posible, yendo en bici o andando en vez de coche siempre que puedo...". Lo de no comer carne viene de esa ética. "Mi padre dice que no sirve para nada, pero yo trato de poner mi granito de arena".
Juan Manuel Pulido fue quien le llevó a las competiciones de Kitesurf tras probar con la natación. "Me gusta la adrenalina y estar bajo presión. Mi padre me ha inculcado todos los deportes y he tenido siempre una buenísima relación con él". Iba al cole de lunes a viernes y los fines de semana se marchaban a hacer snow si era invierno y Kite y escalada si era verano. "También hemos estado rodeados de naturaleza en Barcelona antes de mudarnos pero el viento es la energía que mueve mi vida". Y en Tarifa le sobra.
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