TITULO: Cena con mamá - Hamdan Ballal ,.Viernes - 18 - Abril ,.
Viernes - 18 - Abril a las 22:00 en La 1, foto,.
Hamdan Ballal ,.
Hamdan Ballal | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
1989 Susiya (Estado de Palestina) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Cineasta y activista | |
Obras notables | No Other Land | |
Distinciones |
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Hamdan Ballal Al-Huraini (Susiya, 1989) es un cineasta, fotógrafo, agricultor y activista de derechos humanos palestino.
Ballal fue reconocido por su trabajo como codirector del documental No Other Land, junto a Basel Adra, Yuval Abraham y Rachel Szor. La película, filmada entre 2019 y 2023, documenta las experiencias de las comunidades palestinas en Masafer Yatta en medio de los esfuerzos de desplazamiento por parte de las autoridades israelíes y los colonos. Se estrenó en el 74º Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale) en 2024 y ganó el Premio de la Academia al Mejor Largometraje Documental en 2025.
Como activista de derechos humanos, ha participado en el proyecto "Humans of Masafer Yatta" y ha sido voluntario en B'Tselem documentando abusos relacionados con la ocupación israelí de Cisjordania. El 24 de marzo de 2025, Ballal fue golpeado por colonos en su casa en Cisjordania y posteriormente detenido por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).[1]
Biografía
Ballal nació en 1989 en Susiya, una aldea rural palestina del área de Masafer Yatta, en las colinas del sur de Hebrón, en Cisjordania.[2][3] Tiene un hijo.[4]
Carrera
Ballal ha trabajado como agricultor, fotógrafo, activista e investigador.[5][6] Además de realizar películas, es miembro de la iniciativa "Humans of Masafer Yatta", que destaca historias personales de la región. También trabaja como voluntario como investigador de campo para organizaciones de derechos humanos, incluida B'Tselem, documentando incidentes relacionados con la ocupación israelí.[7]
Ballal fue codirector, junto a Basel Adra, Yuval Abraham y Rachel Szor, del documental de 2024 No Other Land, sobre los asentamientos israelíes y la violencia en Cisjordania. La película obtuvo elogios de la crítica, ganando el Premio Óscar al Mejor Largometraje Documental en la 97.ª edición de los Premios de la Academia y el Premio del Público Panorama a la Mejor Película Documental, y el Premio de Cine Documental de la Berlinale en el 74.º Festival Internacional de Cine de Berlín.[8] No Other Land es la primera película de Ballal, en la que él y otros directores trabajaron durante un período de cinco años.[3]
Ataque y detención
Yuval Abraham יובל אברהם @yuval_abraham Un grupo de colonos acaba de linchar a Hamdan Ballal, codirector de nuestra película No other land. Lo golpearon y presenta heridas en la cabeza y el estómago. Los soldados irrumpieron en la ambulancia que había llamado y se lo llevaron. No hay rastro de él desde entonces.
24 de marzo de 2025[9]
El 24 de marzo de 2025, Ballal fue golpeado por colonos israelíes que atacaron su casa en la aldea palestina de Susiya en Cisjordania.[10] Ballal y otros activistas del Centro para la No Violencia Judía fueron atacados por entre diez y veinte colonos enmascarados y armados con palos y piedras.[11] Basel Adra, uno de los codirectores de Ballal en No Other Land, presenció las consecuencias del ataque y afirmó que algunos de los colonos atacantes portaban armas y vestían «uniformes israelíes».[8] Los atacantes rompieron las ventanas y cortaron los neumáticos de los vehículos de Ballal y otros activistas. La cabeza de Ballal quedó sangrando por el ataque, y fue atendido en una ambulancia antes de que los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) interrumpieran su tratamiento sacándolo de la ambulancia, vendándole los ojos y deteniéndolo.[8][10][12]
Las Fuerzas de Defensa de Israel emitieron un comunicado sobre los arrestos, alegando que «los terroristas comenzaron a lanzar piedras a las fuerzas de seguridad», por lo que arrestaron a «tres palestinos sospechosos de lanzarles piedras, así como a un civil israelí involucrado en el violento enfrentamiento».[10]
El mismo día del ataque, Yuval Abraham, uno de los codirectores israelíes de Ballal, escribió en X que no había habido «ninguna señal [de Ballal] desde» el ataque y la detención de Ballal por parte de las FDI.[10] Basel Adra también había sido atacado previamente por colonos israelíes en febrero de 2025.[10] Al día siguiente las FDI liberaron a Ballal después de pasar la noche en una base militar donde habría permanecido maniatado toda la noche «mientras dos soldados le golpeaban en el suelo», según dijo, Yuval Abraham.[13][14]
Residentes de Susya denunciaron una escalada de violencia por parte de los colonos tras la victoria de la película en los Óscar, sugiriendo represalias por su éxito.[15] Tras su liberación, Ballal relató: «Escuché las voces de los soldados, se reían de mí... Escuché 'Oscar', pero no hablaba hebreo».[16]
Tras su detención, la Academia de Cine Europeo pidió la liberación de Ballal, mientras que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, que recientemente le había otorgado un Oscar, guardó silencio a pesar de los reclamos de sus miembros.[17] El 27 de marzo de 2025, la Academia emitió un comunicado reafirmando su compromiso con la libertad artística, declarando: «La Academia condena cualquier acto de discriminación contra los artistas por su trabajo o sus puntos de vista», aunque no mencionó a Ballal por su nombre.[18] Al día siguiente, más de 600 miembros de la Academia firmaron una carta abierta criticando a la organización por no haber apoyado públicamente a Ballal tras su arresto y condenando el «asalto brutal» y la «detención ilegal» por colonos y fuerzas israelíes del artista palestino. «El ataque a Ballal no es sólo un ataque contra un cineasta, es un ataque contra todos aquellos que se atreven a dar testimonio y decir verdades incómodas».[19][20]
El 29 de marzo de 2025, la Academia se disculpó por no mencionar a Ballal ni a su película por su nombre y se disculpó con todos los artistas que no se sintieron apoyados por su declaración anterior. También condenó «la violencia de este tipo en cualquier parte del mundo», y añadió: «Aborrecemos la supresión de la libertad de expresión bajo cualquier circunstancia»,.
TITULO: Imprescindibles estrena en La 2 - Fallece Françoise Hardy, icono de la música francesa, a los 80 años ,. - , Domingo - 20 - Abril ,.
Domingo - 20 - Abril a las 21:30 horas en La 2, fotos,.
Fallece Françoise Hardy, icono de la música francesa, a los 80 años ,.
La famosa cantante, víctima de una enfermedad terminal y grandes sufrimientos, reclamaba una ley de eutanasia en su país,.
Françoise Hardy, ícono de la canción francesa, falleció este martes a los 80 años, según anunció su hijo Thomas Dutronc en Instagram. La artista, cuyo mayor éxito fue 'Tous les garçons et les filles', fue una de las primeras cantantes pop francesa en hacerse conocida fuera de las fronteras galas y una de las máximas representantes de la ola 'yé-yé. De hecho, fue la única representante de Francia en la clasificación de la revista estadounidense Rolling Stone de los 200 mejores cantantes de todos los tiempos en 2023. Diagnosticada con un primer cáncer en 2004 y, víctima de una enfermedad terminal y grandes sufrimientos, el pasado mes de enero reclamaba al presidente Emmanuel Macron la agilización de los trámites necesarios para que Francia legalizase la eutanasia.
Françoise Hardy era muy joven cuando escuchó una versión instrumental de la canción americana 'It Hurts to Say Goodbye' y se enamoró de la melodía. El gran compositor Serge Gainsbourgh la dotó de letra y así nació un éxito pop arrollador que se llamó en francés «Comment te dire adieu». Muy rápido el mundo se enamoró de aquella muchacha tímida, entonces todavía estudiante de literatura germánica, que componía, tocaba la guitarra y cantaba en clubes de París. Fue un flechazo. Françoise Madeleine Hardy había fichado con el sello Disques Vogue en 1961 y su tema 'Tous les garçons et les filles' fue difundido en un interludio musical durante la noche del 28 de octubre del año siguiente, con apenas 18 años de edad, mientras se difundían los resultados de un referéndum nacional.
Aquella historia sobre una adolescente que lamentaba desconocer los placeres del amor se convirtió en un hit de los de antes, de los que se traducían en millones de 'singles' vendidos, y pasó a ser considerada la quintaesencia del estilo yé-yé. Al año siguiente representaba a Mónaco con 'L'amor s'en va', un título que también ejemplificaba bien ese poso melancólico tan característico. No ganó, pero, nuevamente, volvió a proporcionar otro clásico. En muy pocos años, la joven era una de las cantantes francesas con mayor proyección mundial.
Había nacido un mito
Había nacido un mito, pero su identidad llegó después, cuando conoció al fotógrafo Jean Maríe Perier, una suerte de Pigmalión que la convirtió en el arquetipo de la joven parisina, urbana y resuelta, con estilo propio y muy bella, algo distante y exquisitamente pop. Los triunfos se sucedieron y Hardy subió al Olimpo galo de la música en el que reinarían también France Gall o Jane Birkin.
Françoise Hardy fue también un ícono de la moda. Su físico andrógino y su discreción marcaban distancias con estrellas exuberantes como Brigitte Bardot. Lucía a la perfección los futuristas vestidos metálicos del costurero Paco Rabanne y se convirtió en un modelo de revistas como 'Paris Match'. El famoso fotógrafo estadounidense William Klein la inmortalizó en blanco y negro. La cantante francesa también saltó a la gran pantalla con películas como 'Un castillo de Suecia' o títulos clásicos de la industria de Hollywood como '¿Qué tal, Pussycat?' o 'Grand Prix', entre sus títulos más destacados. Aunque solo fueron algunas apariciones cinematográficas en una carrera profesional claramente marcada por la música.
Pero la imagen que genera el mundo del espectáculo y la cotidianidad no siempre se avienen bien. Françoise Hardy no era tan sólo una muchacha que cantaba y ejercía de modelo de Yves
Saint Laurent, André Courrèges o Paco Rabanne, actuaba para Jean Luc Godard y John Frankenheimer, o seducía a celebridades como Bob Dylan. Su larga melena y el «glamour» innato escondían una vida complicada que relató, en buena parte, en la autobiografía 'La desesperación de los simios y otras bagatelas', publicada hace siete años.

Las memorias descubren a alguien con un pasado doloroso, que padecía un cierto síndrome del impostor y miedo escénico, y que nunca soportó demasiado bien el asedio fotográfico al que fue sometida. Además, la sofisticada joven que se codeaba con la jet-set y protagonizaba portadas en 'París Match' o 'Salut les copains', la revista musical por antonomasia de Francia, había sufrido una infancia dickensiana.
Su aspecto de joven privilegiada engañaba. Era hija de madre soltera con escasos medios porque su padre, casada con otra mujer, apenas aportaba nada a la economía familiar. Creció tan acomplejada por su físico larguirucho que se sorprendió cuando Mick Jagger le reveló que ella constituía su ideal de mujer. El amor pareció redimirla. Tras Périer, se enamoró de Jacques Dutronc, otra de las estrellas de esa generación rebelde (juntos tuvieron a su hijo Thomas, que también se convertiría en cantante). Como Jane Birkin y Serge Gainsbourgh, o Johnny Hallyday y Silvie Vartan, constituyeron parejas emblemáticas de la canción y, como ellos, rompieron a causa de mutuas infidelidades.
Artista de culto
Tras la primera fase de deslumbramiento, Hardy se erigió en una artista de culto que ha desarrollado una carrera respetable durante medio siglo. Pero los hechos más terribles se han sucedido en su vida. Sorprendentemente, su progenitor falleció víctima de la agresión de un prostituto y Michele, la hermana menor, afectada por una esquizofrenia paranoide fue hallada muerta en 2004, un año terrible para ella porque fue entonces cuando le diagnosticaron un cáncer linfático.
Parecía que la vida le daba una tregua y, tras superar la enfermedad, regresó a los escenarios. En 2018, grabó 'Personne d'autre', su vigésimo octavo álbum, y un videoclip en el que la Françoise de los años sesenta cantaba on la septuagenaria actual, tan bella como siempre y con un aspecto de madura serenidad. Pero todo iba mal. La enfermedad había regresado y dos años antes había superado un coma. El disco destilaba un aire de despedida. Incluso ella confesaba entonces a AFP ser consciente de que su vida languidecía ya: «La muerte solo afecta al cuerpo. Al morir, el cuerpo libera el alma. Pero de todas formas la muerte del cuerpo es una prueba considerable, y le tengo miedo, como todo el mundo».
Las últimas noticias hablaban de una persona atormentada por el sufrimiento. Las agresivas sesiones de radioterapia e inmunoterapia le habían provocado gravísimos daños en las cuerdas vocales, la pérdida de la visión en un ojo, desequilibrio y angustiosos episodios de asfixia. Ella reclamaba una ley de eutanasia, procedimiento que, según llegó a confesar, aplicó con la ayuda de un médico a su madre, también víctima de un mal incurable.
Aunque prácticamente nadie lo asumiera entonces, Françoise Hardy en realidad se había despedido de su público hace ya doce años. Cuando cantó 'Rendez-vous dans une autre vie', cita en otra vida, con una letra que suponía toda una declaración de intenciones. La intérprete reconocía entonces que era el último acto y se disculpaba si se iba a hurtadillas, aunque prometía el reencuentro en otro lugar para amar más y mejor que hoy. Ahora sabemos que ella no había sido sincera realmente. Françoise Hardy siempre supo decir adiós, con sensibilidad y exquisita elegancia, muy parisina, tan chic como siempre.