TITULO: Atención obras - Cine - Vivian Jenna Wilson ,. Viernes - 25 - Abril ,.
Viernes - 25 - Abril a las 20:00 horas en La 2, foto,.
Vivian Jenna Wilson,.
Así es Vivian Jenna Wilson, la hija trans de Elon Musk que desprecia a su padre entre calificativos de timador, patético y frío,.
Vivian Jenna Wilson,.
La mayor de los 14 hijos del magnate ha dado un par de entrevistas donde afirma que hace cinco años que no se habla con él ni recibe su apoyo económico, y se muestra diagonalmente opuesta a las políticas de su padre y del presidente Trump, del que es mano derecha,.
Vivian Jenna Wilson no es una hija más de los 14 que tiene ya Elon Musk. La joven de 21 años es la primogénita del hombre más rico del mundo, pero también se ha convertido en su némesis. El odio visceral es mutuo. El dueño de Tesla llegó a declarar en una ocasión que el «virus woke había asesinado a su hijo», así, en masculino. No era verdad. Se trataba únicamente de un comentario de connotación tránsfoba de un hombre que nunca fue capaz de reconocer y aceptar su transición de género.
Ella, por su parte, tampoco disimula su animadversión hacia el que es biológicamente su progenitor, pero con el que ya no lo une absolutamente nada, ni fortuna ni apellidos. Tampoco país, ya que tras la victoria de Donald Trump, y la implicación de su propio padre en el Gobierno, anunció que se exiliaba de Estados Unidos. Vive ahora en Japón por estudios. Y antes de que nadie la acuse de criticarlo desde el supuesto privilegio económico que implica tener como padre a un milmillonario, Vivian deja claro que, desde el mismo momento en el que transicionó, allá por el 2020, es independiente financieramente de su padre. También identitariamente. Apenas dos años después, en el 2022, pidió también despojarse del apellido paterno y quedarse solo con el de su madre, Justine Musk, a la que ha definido, en una entrevista con el podcáster Hasan Abi, como una «perra ruda» —dicho como un elogio— que ha luchado siempre por ella. «La amo hasta la muerte», exclamó.
TITULO: Detrás del instante - Imprescindibles: Muller, Canogar, Sorolla ,.
Miércoles - 23 , 30 - Abril a las 20:00 horas en La 2 / foto,.
Imprescindibles: Muller, Canogar, Sorolla,.
De la pintura-pintura a la fotografía «humanista» pasando por la modernidad del pintor valenciano,.
En arte siempre cabe la sorpresa. No conviene tener una mirada fija o «encorsetada» sobre los creadores, y es imprescindible seguir su evolución. Así la retrospectiva de Secundino Hernández (Madrid, 1975) en la sala Alcalá 31 (hasta el 20 de abril), donde despliega su buen hacer en torno a las muchas posibilidades de la pintura: «No me gusta recrearme cuando ya he conseguido un hallazgo. Realizar una especie de pintura-fórmula no me interesa para nada porque está muy lejos de mi relación con el arte. Hay artistas que sentimos ese impulso». La clave está en la re/invención, siempre.
Pintura-pintura. Al igual que Rafael Canogar (Toledo, 1935), que nos sorprende con la intensidad y pasión por la pintura en CentroCentro Cibeles. En un vinilo puede leerse: «Pintar sigue siendo –después de tantos años– una imperiosa necesidad vital, una forma de autorrealización; un vehículo o correa de transmisión de todas mis emociones y obsesiones, una herramienta de comunicación, y una forma de ser y de vivir». Es una muestra soberbia donde el diálogo entre las piezas hace innecesario un orden cronológico. El cuadro 'Jardín' (1949), de su maestro Vázquez Díaz, da inicio al recorrido expositivo. De inmediato nos adentramos en el imaginario de Canogar: los grandes formatos 'marca' Canogar, que expresan una muy buena digestión de la tradición pictórica española –la de «veta brava»–, esos blancos/negros con asomos de rojos, tan ascéticos; los barridos de pinturas actuales sobre metacrilato; su periodo informalista (él fue uno de los fundadores del grupo 'El Paso'); los grandes monocromos de ecos «rothkianos» o geométricos; las series donde incorpora sus característicos rostros-máscaras... No falta el realismo que nace de formas con suaves relieves, de masas humanas delineadas volumétricamente, sin rostros, anónimas; y sus cuadros «tejidos» con camisas, de carácter social. Nos detenemos en la última sala para disfrutar de su particular homenaje a Klee y Miró, con piezas preciosistas, con motivos que pululan por mágicos espacios, muy coloristas. La Pintura, toda.
Fotografía humanista. Por otro lado, la sala de fotografía de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando forma ya parte de mis visitas obligadas. Se encuentra en la tercera planta, y apenas lleva funcionando unos años (en concreto desde 2019), así las exposiciones dedicadas a Pérez Siquier, Virxilio Viéitez, Miserachs, Paco Gómez –inolvidable–, Masats, … y en estos momentos 'Nicolás Muller: belleza y compromiso'. Es sin duda –junto a Català-Roca– uno de los referentes de la fotografía documentalista de nuestro país. Su mirada «humanista» en la España de posguerra se posa sobre la sonrisa de mujeres y niños, se encarna en la expresividad del trabajo obrero y sabe reflejar la personalidad de los intelectuales de la época. «Dicen –relata Muller– que fui un fotógrafo social, pero no sé muy bien lo que significa esto. Siempre intenté dar testimonio de mi tiempo». Y lo consigue.
Naturalismo. Les puede parecer exagerado, pero un buen pretexto para re/visitar a Sorolla (1863-1923) es contemplar en la Galería de las Colecciones Reales su óleo 'Boulevard de París' (1890), que forma parte de la extraordinaria exposición 'Sorolla, cien años de modernidad'. Todo el espíritu «fin de siècle» de París, la ciudad que simboliza la modernidad de la época, cabe en un cuadro. Sorprende la habilidad de Sorolla para trasladarnos la atmósfera que envuelve la concurrida terraza de un café, y sobre todo el juego de luces: la propia del atardecer, con su toque vaporoso de pincelada, y las luces artificiales que asoman por los ventanales. Es la primera vez que se expone, y en palabras del propio artista: «Es un cuadro ya francamente naturalista y al cual procuré llevar la sensación de vida que yo veía».
Sincretismo, tarot, simbología... Por último, Marina Vargas (Granada, 1980) se empodera con sus 'Revelaciones' en el Thyssen (hasta el 4 de mayo), dialogando con piezas del Museo en torno a las aportaciones de muchas mujeres en el espacio de lo sagrado. Una reveladora mirada contemporánea que se rebela contra el ocultamiento de tantas mujeres a lo largo de la Historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario