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martes, 13 de agosto de 2024

Comando actualidad - Sociología del algoritmo: lo que un vídeo atontizante dice de usted, usuario ,. Jueves - 29 - Agosto ,. / LAS GAFAS ROJAS - Remo - La venganza en la báscula de Rodrigo Conde y Aleix García ,. / EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - Fentanilo: ¿No way out? ,. Jueves -29 - Agosto ,.

 

TITULO: Comando actualidad - Sociología del algoritmo: lo que un vídeo atontizante dice de usted, usuario  ,  Jueves  - 29 - Agosto,.

Sociología del algoritmo: lo que un vídeo atontizante dice de usted, usuario , Jueves -   29 - Agosto , 23.40 - después de  ‘Néboa’, en La 1 / foto,.

 

Sociología del algoritmo: lo que un vídeo atontizante dice de usted, usuario,.

El negocio de las redes sociales se basa en el 'placer culpable' de ser un zombi, o lo que es lo mismo: dopamina rápida, gatitos y nostalgia,.

 Sociología del algoritmo: lo que un vídeo atontizante dice de usted, usuario

Si nada más encender el ordenador abre la ventana de Facebook, existe una probabilidad elevada de que haya cumplido los 40. Si, una vez dentro, los minutos se le escurren viendo recopilaciones deportivas, confirmado, su algoritmo le ha delatado: tiene un DNI anterior a 1984. En la red social ideada por Mark Zuckerberg, los vídeos que triunfan siempre tienen un componente nostálgico, de archivo, de hemeroteca.

En Instagram, con un público más joven, uno queda hipnotizado con virales muy distintos: comida sana, animales, humor, feminismo o ecologismo. Es la más 'woke' de las plataformas, «la más amable», suaviza David Álvarez Sabaltegui, analista de las redes sociales. Para este experto, conviene dejar claro desde el principio que no todos los algoritmos funcionan igual porque cada plataforma tiene su público: si lo añejo tiene su tirón en Facebook, lo políticamente correcto, sano, verde y ligero apela a un usuario que ha empezado a contar sus primeras canas, o no le queda demasiado.

Pero es TikTok la que ha revolucionado los algoritmos del resto: «Las plataformas se han 'tiktokizado', todas, sin excepción«, dice Álvarez. Incluso en la antigua Twitter –terreno fértil para el contenido periodístico, la ideología y la polémica– también han comenzado a colarse vídeos más ligeros como las clásicas caídas, las situaciones absurdas y, una vez más, las mascotas.

El misterio gatuno

Pero, si uno nunca ha buscado gatitos ni les ha dado 'me gusta', ¿por qué aparecen? «Basta con detenerse unas fracciones de segundo en un vídeo para que el algoritmo entienda que te agrada. Se le va domesticando, educando», refiere Fernando Checa, director del Máster en Redes Sociales de UNIR. Esa es la explicación técnica, pero habrá quien siga sin entender por qué los gatos regresan siempre a la pantalla de su teléfono si los detesta: «Aunque sea por curiosidad, casi todo el mundo se queda a ver con qué monería sorprenderá el animal», argumenta Checa. Es uno de los misterios de internet, una de sus realidades inapelables. El objetivo no es otro que robarle su tiempo, 'hipnotizarle'.

Ayunos de dopamina

El secreto está en la dopamina, el neurotransmisor que nos da la felicidad. Los virales producen un placer rápido que caduca casi al instante y hacen que el usuario quiera más y se enganche.

De hecho, ya hay psicólogos que han comenzado a prescribir los 'ayunos de dopamina' en el mundo digital, lo que vendría a ser una dieta estricta en la que los vídeos que recomienda el algoritmo son mercancía ultracalórica. Este ayuno de dopamina frenaría el 'urge surfing' o la necesidad de recompensa inmediata que el ser humano sacia pasando horas frente a la pantalla de su teléfono móvil.

El algoritmo es uno de los principales placeres culpables del siglo XXI, ese concepto traducido del inglés 'guilty pleasure'. El psicólogo sanitario José Antonio Tamayo lo define para ABC como el disfrute de algo que, aunque proporciona satisfacción, también puede generar una sensación de culpa o vergüenza. Los virales, dice, traen un alivio momentáneo del estrés, del tedio o la apatía y por eso generan adicción. Aunque después llegue el vacío o la vergüenza por haber malgastado el tiempo mientras se descarga la batería del teléfono.

«Internet consiente todos nuestros caprichos»

Leticia Sala

'Hija de Youtube'

El algoritmo no es más que la recompensa masiva de nuestro tiempo, la que ha sustituido a otras más tangibles como un libro, una película o un rato con amigos. «¿Por qué se nos dan tan bien las redes? Somos una generación de niños sobreprotegidos por sus padres, capaces de dar todo el amor y la atención posibles para recibirlo de vuelta y prolongar el paraíso de la infancia 'ad infinitum'. El único que parece haberse enterado es el algoritmo. Internet consiente todos nuestros caprichos», dice la escritora Leticia Sala en su relato 'Hija de Youtube', una especie de explicación generacional de los primeros usuarios de las redes sociales.

¿Grillete o premio?

Sin embargo, y como señala Checa, esa idea de capricho podría quedar desdibujada si entendemos que el hombre moderno ni siquiera es consciente de que se está premiando, aunque la liberación de dopamina le impida detenerse. Es el algoritmo una adicción o un placer culpable. Un grillete o un premio. ¿Se trata de un fumador que se da el gusto de encenderse un cigarrillo para evadirse o de un adicto dependiente de la nicotina que no tiene elección? Psicólogos y publicistas se decantan por la segunda opción.

El algoritmo trae una dependencia que, además, habría sentenciado a la publicidad y al marketing clásicos. Si las agencias de Madison Avenue de los años 60 en Nueva York crearon el concepto de consumidor, con las redes sociales apareció el usuario. Hasta que, finalmente, TikTok nos impuso los adictos al algoritmo. El público de las redes sociales, además de los mencionados virales hipnóticos, también ingiere anuncios personalizados disfrazados de entretenimiento. El algoritmo se ha vuelto el mejor de los publicistas pues sólo dirige contenido a perfiles que sabe que están interesados en el producto de antemano. El algoritmo es capricho, cadena, explosión de dopamina, un publicista y, sí, un gran conocedor de sus vicios ocultos. 

 

 TITULO: LAS GAFAS ROJAS -    Remo - La venganza en la báscula de Rodrigo Conde y Aleix García  ,.

 LAS GAFAS ROJAS -  Remo - La venganza en la báscula de Rodrigo Conde y Aleix García  , fotos ,.

  Remo - La venganza en la báscula de Rodrigo Conde y Aleix García,.

 

Aleix García y Rodrigo Conde, durante su regata,.

El gallego, que se bajó de los Juegos del 2020 por las exigencias de los límites de la embarcación ligera, se quita la espina y se clasifica para la final con el catalán en el doble scull,.

 

A veces, dar un paso atrás es el mejor camino para ir hacia delante. Es lo que están viviendo Aleix García y Rodrigo Conde, clasificados en la final de doble scull tras ser segundos en su serie solo por detrás de Países Bajos, después de que el gallego tomara una decisión muy dura hace tres años: renunciar a los Juegos de Tokio 2020.

Mientras muchos deportistas de todo el planeta apuraban los plazos para conseguir plaza o ponerse en el pico de forma adecuado para los Juegos de la pandemia, Conde (Moaña, 26 años) anunció en febrero que no iría a la capital japonesa. La pandemia había trastocado todos los planes. De un periodo fantástico de marcas, resultados y velocidad, a un parón y un aplazamiento de torneos y puestas a punto que marcó el inicio del calvario.

A pesar de tener una de las preciadas plazas, el gallego no estaba en condiciones de subirse al doble scull ligero con su compañero Manel Balastegui para competir. La razón era de peso: la que exige esta modalidad en la que la embarcación tiene unos límites y los remeros también: 70 kilos. Y a pocos meses de la cita, Conde, al que siempre había costado encontrar el límite, como a todos los de esta disciplina, se encontró con una muy mala noticia: «La dieta me está sentando bien, estoy más fino que nunca y me encuentro mejor físicamente que nunca. Pero he pesado 79 kilos con un 7 % de grasa. Eso quiere decir que me quedan cinco kilos de grasa corporal y tendría que perder nueve», explicaba en aquel momento.

Y para llegar a esos 79 ya había hecho de todo, casi hasta perder la cabeza. «La única manera que tengo que llegar al peso es deshidratándome mucho mucho mucho. Eso me produce estar mal conmigo mismo, con los demás. No ser yo. Soy una persona superalegre, feliz. Me he cansando de pasar por estas cosas», confesaba añadiendo que llegó a sufrir insomnio y ataques de ansiedad cada vez que tenía que enfrentarse a la báscula después de todos los esfuerzos. Y esas pruebas médicas todavía le decían que no había logrado su objetivo.

Los esfuerzos pasaban por medir cada ingrediente, «reducir el número de comidas, las cantidades, comer mucho menos», hasta que se puso en manos de un nutricionista, pero, sobre todo, los que pasaban por «salir a remar abrigados con dos o tres capas para sudar», pesarse antes de entrenar y beber agua después en función de otro paso por la báscula, y hacer bicicleta en una sala con «la calefacción y el aire caliente a tope, a 40 grados con capas y capas de ropa» para sudar. Unas condiciones por las que no quería volver a pasar porque, por mucho que se exigiera, el cuerpo tiene sus propios mecanismos, y te pasa luego la factura de lo que le haces, sobre todo en excesos como tener que perder tanta masa muscular. Además, mantener más tiempo las locuras como permanecer deshidratado o pensar en cada momento si podía beber un vaso de agua no le garantizaban que cumpliera los kilos y los plazos.

«La categoría ligera tiene la exigencia de que tienes que dar un peso, máximo 70. Rodrigo tiene una calidad muscular muy buena que le exigía mucho sacrificio para el peso. Renunció y el tiempo le ha dado la razón», explica a este periódico el seleccionador.

Porque el campeón del mundo sub-23, prefirió disfrutar del camino, y no llegar a Tokio «pasándolo mal a nivel psicológico». Se bajó de la embarcación ligera para seguir disfrutando del remo. Se subió al doble scull, con Aleix García y recuperó la sonrisa: plata mundial en 2022, aunque la presión los bajó al quinto puesto en la cita internacional de 2023. Pero le han puesto remedio a esas situaciones de estrés y han puesto rumbo a la final en este París 2024.

Tenía una deuda con los Juegos que le apetecía saldar. Hubo tanto sufrimiento físico y emocional que solo podría compensarse con el mejor resultado posible. Por el momento, peleará por las medallas con Aleix García el día 1. Y quién sabe si el remo español volverá a tener una medalla olímpica cuarenta años después. A veces, dar un paso atrás sirve para auparse a cualquier podio.

 

TITULO:  EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - Fentanilo: ¿No way out? , Jueves - 29 - Agosto    ,.

 

El Jueves  -29 - Agosto ,.  a las 23:30 en La 1,./ foto,.

 

 Fentanilo: ¿No way out?,.

 

 Fentanilo: ¿No way out?

El programa viaja a San Francisco, donde la epidemia de esta droga sacude al centro de la ciudad, vaciada por el teletrabajo y con casi 9.000 personas viviendo en sus aceras.

Un equipo del programa recorre San Francisco, una de las ciudades más ricas de Estados Unidos, para comprobar la crisis de salud pública que se vive a pie de calle, en pleno centro, a la vista de todos. "El fentanilo lo ha cambiado todo". Es la idea más repetida de expertos en adicciones, médicos, ONG's, consumidores o vendedores de drogas que ha escuchado 'En Portada' en las calles de San Francisco.

La potencia y letalidad de este opioide sintético dibuja un panorama de desamparo, descrito por los consumidores de fentanilo que aparecen en el documental. Vecinos comprometidos, como la activista y drag queen Kochina Rude, se esfuerzan por evitar más muertes distribuyendo naloxona para revertir sobredosis o tiras de fentanilo, para comprobar si cualquier otra droga lo contiene.

Exadictos, como Tom Wolf, cuentan cómo se engancharon a los opioides recetados y acabaron consumiendo fentanilo. Y madres con hijos sintecho y adictos, como Tanya Tilghman, denuncian la falta de plazas públicas y recursos de la ciudad para ofrecer tratamientos de rehabilitación a los adictos.

Son algunas de las voces del reportaje 'Fentanilo, ¿no way out?', que explican la crisis que vive San Francisco. Una situación que se solapa con la incertidumbre y la crisis económica que vive el centro de la ciudad, vaciada por el teletrabajo y los cambios de consumo que trajo la pandemia.

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