TITULO : LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada -
Construcción - Oficinas bancarias en la población no accesibles ,.
LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada - Construcción - Oficinas bancarias en la población no accesibles , , fotos,.
Oficinas bancarias en la población no accesibles,.
Adiscagua lamenta que haya entidades donde personas en situación de discapacidad no pueden acceder porque «no poseen rampas para sillas de ruedas, puertas amplias y con ángulos de giros adecuados», entre otras deficiencias. Trabajadores de entidades facilitan cualquier servicio a discapacitados,.
La asociación de personas con discapacidad de Guareña y comarca (Adiscagua), dice que una de las principales barreras de acceso que se suele visualizar es la arquitectura. Y se fijan en las entidades bancarias de la localidad.
«Si las dependencias de un Banco o cualquier edificio, no posee rampas para sillas de ruedas, puertas amplias y con ángulos de giros adecuados, o mesa de atención debidamente señalizadas y con la altura apropiada, será extremadamente complejo atender a quienes viven en situación de discapacidad», así lo expresa Adiscagua en su último boletín número 15, de junio 2024.
Explican que sacar dinero del cajero de un Banco es una actividad cotidiana y básica para cualquier persona. Tan habitual y necesaria como pagar en efectivo, pues la inmensa mayoría de la gente que usa billetes en sus transacciones comerciales, «lo hacen después de haber sacado ese dinero de un cajero automático». Dicen que la normativa obliga a que esos espacios, cuenten con plenas garantías de accesibilidad para las personas con algún tipo de discapacidad. «La legislación actual garantiza la accesibilidad universal de los cajeros automáticos a las personas con discapacidad».
La ley general de 2013 sobre los derechos de las personas con discapacidad reconoce el acceso en igualdad de condiciones a estas personas para que ejerzan sus derechos económicos. Sin embargo, una norma anterior, de 2007, especifica, para proteger «las condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad, para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados y edificables», ya indicaba que «se garantizará a las personas con discapacidad el acceso a los cajeros automáticos instalados en los espacios públicos y accesibles para ellos».
Bancos
Por su parte, el personal trabajador de algunos Bancos de la localidad, aseguran que personas con discapacidad y movilidad reducida «pueden ser atendidas en la calle, si así lo demandasen», dicen desde Cajalmendralejo.
También desde BBVA comparten que las personas con movilidad reducidas «son atendidas en la calle, nosotros salimos y les ayudamos para el cajero u otra necesidad».
Beneficios
Con el ejercicio 2023 cerrado, la banca ha presentado resultados de récord: 26.351 millones de euros de beneficios neto, es un 25,5% más de lo que se registró el año pasado en un sector que ha conseguido, además aumentar su margen de beneficio en un 19%, según informa Adiscagua en su boletín número 15, de junio 2024.
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Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - «Lo que me duele es que el ladrón se metió en la cama con mi madre» ,.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - «Lo que me duele es que el ladrón se metió en la cama con mi madre» ,. fotos,.
«Lo que me duele es que el ladrón se metió en la cama con mi madre»,.
Entró a robar a una casa donde dormían un hombre y su madre de 88 años. Antes de irse, se metió en la cama de la mujer, que lo echó a codazos. Fue detenido por la Policía Foral cuando el denunciante lo vio con el reloj robado,.
«Surrealista». A la víctima de un robo en Arguedas se le escapa una risa de perplejidad y no tiene otra palabra para definir lo que le pasó el fin de semana durante las fiestas de la localidad: un joven entró en su casa cuando él y su madre de 88 años dormían, robó un móvil iphone y un reloj valorado en mil euros, también unas joyas, y acabó metiéndose en la cama con su madre, que lo tuvo que echar a codazos. Horas después, durante las vacas del mediodía en la plaza, el hijo logró identificar su reloj en la muñeca de un joven que veía el festejo desde el burladero. Vecino de Corella de origen magrebí y con 20 antecedentes policiales, fue arrestado por la Policía Foral. Tras ser puesto a disposición judicial, quedó en libertad. Aseguró que le habían vendido ese reloj.
Según informa Diario de Navarra, el dueño del reloj, de 61 años, dormía la madrugada al domingo en casa de su madre. Lo hacía muy profundo, debido a unas pastillas que toma por indicación médica. A las cinco menos diez de la madrugada, su madre, que dormía en otra habitación, vio que se encendían las luces del pasillo. «Pensó que era yo y me gritaba que si no quería que entrara la gata que me pusiera una silla en la puerta. Pero el que estaba merodeando por la casa era el ladrón», cuenta el hijo. Entonces él no lo sabía, porque no se despertó, pero el asaltante también se movía por su habitación, ya que después descubriría que el móvil Iphone X y el reloj Tag Heuer que descansaban en la mesilla de noche, a escasos centímetros de su cara, habían desaparecido. Pero la que primero se despertó fue su madre.
De forma incomprensible, el ladrón se metió en la cama con la octogenaria. «Le dijo que su nieto le había pedido que se metiera con ella en la cama. Y mi madre no tiene ningún nieto... Menos mal que la mujer tuvo la sangre fría para echarlo de la cama a codazos. Después, a empujones por el pasillo, logró que se fuera de casa», sigue el hijo con el relato que le contó su madre.
La casa familiar está en un primer piso y creen que el asaltante pudo aprovechar la entrada de algún vecino por la puerta de abajo y que la de arriba la forzara con el método del resbalón. Y no solo entró una vez, sino dos. Después de echarlo de casa, la mujer fue al baño y cuál fue su sorpresa al salir cuando vio que el joven había regresado. Lo volvió a echar de nuevo. Entonces ya despertó a su hijo. «Me cuenta lo que ha pasado, miro en la mesilla y veo que no están ni el móvil ni el reloj. También faltaban una cadena de mi hermana y unas joyas», resume el hombre. A continuación, salió a la calle, donde se vivía un ambiente festivo, y fue «mirando en todas las muñecas», por si veía su reloj. Pero no hubo suerte. Llamaron a la Policía Foral, que llegó enseguida, y a las diez de la mañana aparecieron agentes de la Policía Judicial, que recogieron pruebas.
A las 12.30 horas había festejo de vacas en la plaza. «Yo no voy nunca, pero tenía visita de unos amigos y ellos querían verlas. Así que fuimos». Se subieron al graderío y desde arriba les llamó la atención el reloj que portaba un joven apoyado en el burladero. «Ya me empecé a poner nervioso...». Cuando acabó el festejo, se acercó al joven. «Ya vi que era mi reloj, le agarré de la muñeca, ¿de dónde lo has sacado?, y a la fuerza se lo quité. Entonces llegó un policía foral de paisano, todo se calmó y después vino una patrulla». Agentes de Seguridad Ciudadana procedieron a su arresto.
Un joven con 20 detenciones
El joven alegó que él no había robado nada, que ese reloj se lo habían vendido por 30 euros, sin dar más información. Al identificarle, los agentes descubrieron que esa misma tarde había protagonizado un incidente con otros dos jóvenes en un bar de la localidad. En su historial figuran 20 detenciones (10 de Policía Foral, 9 de Guardia Civil y 1 de Policía Nacional) por delitos como hurto, robo con violencia e intimidación, resistencia y desobediencia, amenazas, lesiones, agresión sexual, desórdenes y por conducir sin haber obtenido nunca el carné de conducir.
El teléfono y las joyas no han aparecido. En la vivienda de Arguedas ya han cambiado el bombín. Y madre e hijo tratan de asimilar un suceso tan surrealista. «Mi madre está un poco en shock y a mí me queda el miedo de que ella se pudo haber caído con los empujones. Y el reloj y el móvil me dan igual, lo que me duele es que entrara en casa y que se metiera en la cama con mi madre».
TITULO: HOY LE TOCA - Los niños van a París: ¿es una barbaridad que críos de 11 años compitan en unos Juegos? ,.
Los niños van a París: ¿es una barbaridad que críos de 11 años compitan en unos Juegos?,.
En el debate de la idoneidad de que compitan niños de once años en unos Juegos Olímpicos, los expertos subrayan la importancia de enseñar a disfrutar del proceso,.
Nadia Comaneci realizó el ejercicio perfecto de la gimnasia artística cuando tenía 14 años. Katie Ledecky nadó el 800 más rápido de Londres 2012 con 15. Haohao Zheng ha participado en skate park en París 2024, con 11 años. Vareeraya Sukasem, de 12 años, en skate street.
Los deportistas adolescentes en los Juegos Olímpicos no son novedad. No hay un límite del COI. Para algunas disciplinas, la juventud es una ventaja. El cuerpo está más fresco, más receptivo, descansa mejor, las lesiones son menos graves, se recupera antes -Sky Brown, con una fortuna valorada en cinco millones de dólares, sufrió diversas fracturas en el cráneo y la mano por una caída y un año después era bronce en skate en Tokio, con 13 años y 11 días-. Todo positivo.
Pero también hay un componente mental que debe tenerse en cuenta para adaptarlo a estos deportistas todavía en crecimiento. Acudir a unos Juegos, se gane o se pierda, supone un factor de estrés que hay que aprender a canalizar, se tengan 20, 30 o 40 años, pero sobre todo si uno todavía compagina el deporte de élite con el colegio. Zheng se ha graduado de primaria: sumas, restas y divisiones es su mundo por la mañana. Piruetas, torneos, clasificaciones por la tarde. Consecuencias de su pasión por el monopatín que se toma como un juego, pero no.
«Cada vez deportistas más jóvenes rinden a altos niveles. Se juntan las aptitudes y capacidades innatas y, sobre todo, un buen equipo que mida las cargas físicas, neurológicas y psicológicas en función de sus posibilidades, aunque no hay una máquina que controle si se está preparado o no. Por eso es muy importante la especialización temprana», comenta a este periódico Pablo del Río, psicólogo deportivo. Todos pasan por pruebas de estrés de forma paulatina: superar etapas, desbancar competidores; la clave es el proceso: «Uno de los objetivos tiene que ser divertirse, y el segundo, que aprenda de la competición y del día a día. Valorar solo las medallas es equivocado y absurdo. Ahí la maduración no es una cuestión de edad. Hay chavales que con 15 ya tienen recursos para manejar estas situaciones».
«Los adolescentes puede experimentar presiones adicionales relacionadas con la identidad, la falta de experiencia deportiva y la madurez psicológica, las expectativas familiares y la transición a la categoría adulta», señalaba en EFE el psicólogo Alejo García-Naveira. Tuvo el aprendizaje correcto Adriana Cerezo, plata en taekwondo en Tokio 2020, con 17 años y una sonrisa. Disfrutó. En París, con 20, ha superado torneos que la han hecho adquirir herramientas para gestionar aquel estrés del inicio y este de las expectativas de su estreno hoy. «El deportista tiene que ser autosuficiente: en concentración, confianza. Afrontan situaciones con más ansiedad que el resto de la población. Pero también por experiencia y ese proceso natural de las competiciones aparecen más recursos. También para evitar una presión que no puedes controlar», continúa Del Río.
No está tan de acuerdo Linda Flanagan, entrenadora de atletismo y autora del libro 'Devolverles el juego. Cómo el dinero y la afición ha arruinado el deporte para los niños'. «El deporte es un componente maravilloso y necesario, pero si se apodera de una vida, no es saludable ni para los niños ni para la familia. Permitir que un niño de once años compita en unos Juegos distorsiona nuestras expectativas sobre el deporte infantil y nuestra forma de pensar sobre el lugar que ocupa el deporte».
¿Y qué dicen los deportistas? Para las skaters más jóvenes, esto se trata de un juego: abrazos, ánimos y una mano para levantar al otro envuelto en risas, caídas que se curan con una tirita y un ambiente de patio del cole. Para Ban Hyojin, de 16 años, no fue un juego. «Sentí mucha presión al venir a Francia, sin mi familia y estando sola», admitía la surcoreana, oro en tiro por una décima de punto sobre Huang Yuting, de 17 años.
Debutó con 15 años Michael Phelps, y de adulto no recordaba con ilusión aquellos tiempos; la acumulación lo llevó a situaciones límite de mayor. También Tara Lipinski rememora aquel oro en patinaje en Nagano 98 con poca simpatía: «Tenía 15 años y una mentalidad diferente; no contaba con la experiencia que consigues de adulto, que equilibra la presión. Los momentos más bajos fueron mucho más graves, porque a veces sentía que si no ganaba, mi carrera se acabaría», se expresaba en a NBC.
«La presión a la que están sometidos es enorme y, a una edad temprana no se comprende del todo ni se sabe cómo lidiar con ella», recuerda Shawn Johnson, oro en barra de equilibrios de Pekín 2008, con 16 años. Se sintió abrumada, por la competición y por el día después.
Por esto pasó Ledecky. Oro en Londres 2012, de fiesta de disfraces con pizza y refrescos con sus compañeros de secundaria días después, como si nada, pero sí. Aunque no sintió ninguna presión al lanzarse en su primera final olímpica «sin nada que perder», llegó el lunes: «Hice lo que pude para volver a mi universo escolar, hasta que me di cuenta de que, aunque seguía diciéndole a la gente que mi vida era la misma, no lo era. Me gustara o no, me había convertido en una figura pública, una atleta profesional con repercusión internacional. Fue un cambio enorme», asegura en su biografía «Just add water».
París 2024 es competición, medallas y decepciones, aunque para muchos, lo mejor es que sean solo un juego.
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