TITULO: Tarde de café - Anatomía Mamen Mendizábal Tino Casal ,.
Tarde de café - Anatomía Mamen Mendizábal Tino Casal , fotos,.
Un músico de Tino Casal recuerda su influencia en la movida madrileña: "Alaska venía a su casa a ver nuestra ropa",.
Tino Casal fue uno de los grandes precursores de la movida madrileña tanto en lo musical como en lo estético. Grupos y cantantes de su época siguieron su tendencia. Así lo relata Javier Losada, un músico que trabajó con él.
Tino Casal no solo deslumbraba a periodistas o personas del mundo del espectáculo, también fue inspiración para los artistas de su época. Para Ramoncín fue un precursor, y para Fortu de 'Obus' fue mucho según cuenta él mismo. "Para mí Tino ha sido un maestro, he aprendido con él muchísimo, lo que sé de partitura, de composición, del estudio de grabación...", explica el cantante.
Tino dio a la industria musical y artística de la España de la Transición mucho empuje. "Era una cabeza de león detrás de la que muchos iban", cuenta Javier Losada, un músico que trabajó con él. "Alaska venía a casa de Tino a ver qué ropa íbamos a utilizar en la siguiente gira para tener una tendencia de por dónde iban a ir las cosas", recuerda el músico, que afirma que el artista asturiano siempre iba adelantado a la sociedad.
Otro artista asturiano, pero muy diferente a Tino, Víctor Manuel, también lo recuerda con admiración. "Era un cantante excepcional, cantaba mejor que el común de los que estábamos moviéndonos por allí", recuerda el cantante, que opina que "mamó algo en algún sitio que le dio esa manera de ser, de comportarse, de cantar y de componer que era diferente a todos los demás".
TITULO: Documaster - Heroes del frío,.
Heroes del frío,.
foto / Soy ante todo lector. Lo de escribir es circunstancial. Nunca escribo un libro que no deseo con fuerza leer. Primero surge una necesidad en mi yo lector. Después aparece el yo escritor intentando satisfacer su capricho.
Como la mayoría de los proyectos, no apareció de repente. Sabía que quería hablar del mundo global atravesado por lo local. Y del mundo local atravesado por lo global. Del lost in translation y las diferentes miradas que se cruzan. Sabía que quería construir un fresco con anécdotas de personas de todo el mundo, algo del estilo del documental Human. En un principio iba a llamarlo VIDA y mi primer impulso fue construir la novela siguiendo las fases vitales: nacimiento, infancia, pubertad, adolescencia…
Para ello me puse en contacto con gente de todo el mundo (a través de amigos, de mi agente, hice un llamamiento en redes sociales…) y pedí que me contaran historias de su nacimiento: anécdotas, situación de sus padres, el por qué de su nombre, etc. La gente fue animándose y enviándome audios. Audios con acentos variadísimos que aún conservo. Yo iba seleccionando las mejores para este primer capítulo. Mi propósito era mostrar que los detalles locales pueden ser diferentes pero lo fundamental no cambia de una cultura a otra.
Cuando pedí historias de la infancia, mi percepción del libro cambió de pronto. Descubrí que había empezado a escribir, sin ser consciente, una novela mucho más grande y ambiciosa. Me explico: Salah Abdullah me envió un audio relatándome su huida de Kuwait cuando Sadam Huseín atacó el país. Él era un niño y su padre se perdió con el coche por el desierto, por lo que tuvieron que ser ayudados por un beduino. Una hora después me llegaba el audio de la israelí Iris contándome cuando Sadam Huseín bombardeó Tel Aviv durante esa misma guerra, buscando (sin éxito) que los países musulmanes se pusiesen de su lado.
¡Ambos me estaban narrando la misma guerra desde dos lugares totalmente diferentes! En ese momento algo hizo clic dentro de mí y supe que mi libro no era un fresco transcultural sobre la vida en la Tierra, sino una novela histórica relatada por gente común. Una novela de la intrahistoria, como la denominaría Unamuno.
La Historia siempre ha sido relatada por el poder pero esta vez sería relatada por la gente anónima: una italiana cinéfila que confunde la noticia del 11S con una película de acción y se ríe de su amigo por su pésimo gusto; un saudí que padece una crisis de ansiedad en el tren abarrotado que le lleva a La Meca; un joven que no pudo estudiar la carrera que le gustaba porque el sistema soviético decidió que debía estudiar otra; un pícaro argelino que decide pasearse con su descapotable por Marsella (tras robar gasolina a los médicos del Hospital) durante los disturbios de mayo del 68; o un senegalés incapaz de olvidar a la madre de su primer hijo, alejada de él por pertenecer a otra etnia.
Anécdotas vitales que muestran la diversidad del mundo. Historias mínimas que cuentan tanto los grandes acontecimientos históricos como los más pequeños: esas cartas que los amantes se envían en los primeros capítulos se convierten en Tinder en los últimos.
Recuerdo con mucho cariño el proceso de recolección y selección de historias. Unas veces mediante audios, otras con videollamadas, alguna vez en una cafetería. La gente se iba abriendo y contándome la vida de sus abuelos, de sus padres, de sí mismos. Porque era importante para mí seguir durante décadas a las mismas personas —o al menos a las mismas familias— para que el libro tuviese solidez y coherencia.
Mi relación con los “protagonistas” de este libro fue desigual pero a todos los recuerdo con cariño y con algunos de ellos he creado una buena amistad a pesar de no habernos visto nunca. El dato triste: dos personas murieron durante la escritura del libro: la argentina Etelvina, cuya interesante vida rebelde me fue relatada por su nieta durante un viaje de Blablacar (cualquier lugar era bueno para escuchar historias); y Bray, la buceadora filipina de voz suave y calmada a la que el cáncer se llevó cuando habíamos empezado a hablar.
Fueron varios años de intensas entrevistas. Mi calendario de videollamadas era una locura: 11h Cabo Verde / 15h Groenlandia / 20h Irak. Los “relatores” hablaban y yo iba tomando notas con una letra horrible que en ocasiones me costaba descifrar. Al día siguiente releía lo escrito y decidía sobre qué quería hablar exactamente. Entonces les pedía información detallada sobre historias concretas para construir el relato.
Algunos, como la irakí Rafal, tuvieron una gran paciencia conmigo y me mandaron decenas de audios. En este caso para que entendiese perfectamente cómo funcionaban las tribus en Oriente Medio. Muchos otros, como Antonio Liu Yang o Ihab se preocuparon por que entendiese la mirada china o musulmana. De la misma forma que el ruandés Elie me dio una lección de historia colonial cuando me explicó que la división entre los tutsis y los hutus fue un invento de los belgas. Un invento que acabó en tragedia.
Tenía decidido que el comienzo del libro sería la creación del muro de Berlín con el que se inicia la Guerra Fría. Me costó bastante pero al final encontré la emotiva historia de Gertrud y me pareció el inicio perfecto. El final no lo elegí yo: la pandemia de Covid-19 actuó como final abrupto y natural.
La Historia de aquellos que no salen en las revistas ni en las noticias ni en los libros de texto. La Historia, en realidad, de la mayoría de nosotros.
TITULO: Al Médico - Este es el hábito cotidiano que debilita tus huesos: se puede corregir facilmente,.
Este es el hábito cotidiano que debilita tus huesos: se puede corregir facilmente,.
Actividades y comportamientos que tenemos todos los días pueden afectar de manera significativa nuestra salud ósea trayendo enfermedades como la osteoporosis.
foto / A medida que envejecemos perdemos masa muscular, nuestras articulaciones se degradan y nuestros huesos son cada vez más frágiles,.
Una vez llegamos a cierta edad, la salud de nuestro sistema óseo se convierte en un tema de particular cuidado para nuestro bienestar general. Tener huesos fuertes y resistentes puede ser la diferencia entre una vejez llena de vida e independencia y otra donde nuestra movilidad se vea completamente limitada.
Una de las enfermedades más comunes durante la vejez es la osteoporosis, una condición ósea caracterizada por la disminución de la densidad y calidad del hueso, lo que aumenta su fragilidad y el riesgo de fracturas. Esta condición ocurre especialmente en mujeres postmenopáusicas debido a la disminución de los niveles hormonales que afectan la densidad ósea.
La osteoporosis puede ser asintomática, es decir, hasta que ocurre una fractura no podríamos percatarnos de padecerla. En este orden de ideas, la prevención y el tratamiento temprano, que se reflejan en los hábitos que seguimos, en específico uno que pasamos mucho por alto, son cruciales para evitar esta enfermedad.
El hábito que debilita nuestros huesos
Además de lo obvio como el consumo excesivo de alcohol, fumar o el sedentarismo, existe un hábito muy común entre la sociedad española: el consumo excesivo de cafeína. Aunque la cafeína tiene ese efecto estimulante que muchas personas valoran, es importante conocer cómo afecta la absorción y el metabolismo del calcio, el mineral por excelencia para la salud de los huesos.
La cafeína puede interferir con la capacidad del cuerpo para absorber calcio en el intestino debido a que afecta la absorción de vitamina D. Investigaciones publicadas en el Journal of Bone and Mineral Research y Osteoporosis International han encontrado que un consumo elevado de cafeína está asociado con una reducción en la densidad mineral ósea.
Además, estos estudios sugieren que el consumo excesivo de bebidas con cafeína puede aumentar la excreción del calcio debido a su efecto diurético. Para compensar, el cuerpo secreta más hormona paratiroidea (PTH), que moviliza calcio de los huesos al torrente sanguíneo, debilitándolos con el tiempo.
En mujeres postmenopáusicas, el consumo excesivo de cafeína puede interferir con los niveles de estrógenos, hormonas que juegan un papel crucial en la protección contra la pérdida ósea.
La falta de agua perjudica los huesos
Aunque no solemos asociar los huesos con el agua debido a su naturaleza sólida, aproximadamente un 20% de su composición es agua. Este componente líquido es crucial para los procesos de regeneración ósea. Las proteínas en el tejido óseo ayudan a captar y retener agua, lo que mantiene la salud de los huesos.
El consumo de café, zumos, refrescos, y alimentos con alto contenido de sal y aditivos puede reducir la sensación de sed y promover la deshidratación, afectando negativamente a los huesos. Es especialmente importante recordar a las personas mayores, quienes a menudo no sienten sed, que deben beber agua regularmente.
¿Cómo contrarrestamos el daño en los huesos?
La clave casi siempre está en la dieta. Una alimentación balanceada, sin excesos y rica en nutrientes y vitaminas puede cambiar significativamente nuestra sensación de bienestar. Por ejemplo, las fuentes vegetales de calcio, como las coles, frutos secos y legumbres, ofrecen mejor biodisponibilidad que los lácteos, los cuales, en exceso, pueden ser contraproducentes.
Otro elemento indispensable es la vitamina D, por lo que es recomendable exponerse al sol durante unos minutos cada día, especialmente en invierno. Levantar pesas estimula la formación de calcitonina, fortaleciendo los huesos, mientras que los ácidos grasos omega-3, presentes en nueces y semillas de lino y chía, reducen la inflamación y mejoran el recambio mineral óseo. Finalmente, cuidar la microbiota con alimentos prebióticos y probióticos también mejora la absorción de calcio a nivel intestinal.
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