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lunes, 15 de junio de 2015

MOTOS - Lorenzo se supera en Montmeló ,. / PARTIDO DE CLASIFICACIÓN - Bielorrusia -0- España -1- ,.

TÍTULO: MOTOS - Lorenzo se supera en Montmeló ,.


GP de Cataluña
Jorge Lorenzo (c) celebra su triunfo.

Lorenzo se supera en Montmeló

Jorge Lorenzo (c) celebra su triunfo. / foto
  • Cuarta victoria consecutiva del mallorquín y nueva caída de Márquez,.

    El presente de MotoGP pertenece a Jorge Lorenzo. Pese a no mostrar el dominio de las anteriores citas y con algún problema cuando la temperatura de la pista iba en aumento, el mallorquín fue de nuevo capaz de liderar la carrera del Gran Premio de Cataluña de principio a fin -103 vueltas seguidas lleva cruzando la meta en primera posición, destrozando la anterior marca de 88 en poder de Casey Stoner- para llegar por primera vez en su carrera mundialista a las cuatro victorias consecutivas. Todo esto en una prueba muy accidentada: solo terminaron dieciséis pilotos, tras las caídas de Cal Crutchlow, Marc Márquez, Yonny Hernández, Pol Espargaró, Andrea Dovizioso, Nicky Hayden y el autor de la 'pole', Aleix Espargaró.
    El mayor de los Espargaró no aprovechó su puesto en la parrilla, como él mismo se temía, por la falta de aceleración de su Suzuki. Ni él ni el segundo en la salida, Maverick Viñales. Los dos quedaron muy rezagados de inicio, dejando la prueba como más le suele gustar a Lorenzo, con el camino expedito por delante, sin nadie que le frene en su ritmo. Aunque esta vez Márquez sí que sacó buena nota en el arranque. El de Honda se agarró al mallorquín y estuvo pegado a su rueda hasta la vuelta tres, en la que cometió un error que le dejó, por tercera vez este año, con cero puntos.
    «He salido muy motivado y me veía bastante cerca de las dos Yamaha, sobre todo porque la temperatura había subido y creía que tenía alguna oportunidad», explicó el de Cervera tras la carrera. «En las primeras vueltas me estaba encontrando bien pero pese a que en este fin de semana hemos mejorado ese problema que nos persigue a lo largo de la temporada, ese derrape entrando en curva aún sigue estando ahí. Antes era cada vuelta, ahora es menos. Cuando derrapa cuesta mucho parar la moto y cuando me pasaba en los entrenamientos, me iba largo. Y me ha pasado justo cuando iba muy cerca de Jorge. He visto que no podía frenar la moto y he decidido irme hacia fuera de la curva y me he caído. Podía haber decidido intentar meter la moto en la curva, pero habría sido muy peligroso».
    Con Márquez en fuera de juego, Lorenzo sólo tuvo que parar el ataque final de un Valentino Rossi que, como suele ser habitual, apareció el domingo después de haber estado casi desaparecido a lo largo del resto del fin de semana. «Ha sido una carrera muy, muy dura», confesó, eufórico, Lorenzo, que se coloca a un punto de su compañero de equipo en la general de MotoGP. «En ciertos momentos de la carrera, sobre todo al final, he pensado que Valentino me alcanzaba, así que he tenido que empujar todavía bajar esa pequeña décima o para mantener el ritmo, que era difícil porque en cada vuelta el neumático estaba más gastado, para que la ventaja no disminuyese tanto como en aquella vuelta en la que pasó de 2.0 a 1.6 segundos».
    La victoria de Lorenzo tuvo un toque amargo en la celebración del podio, con el abucheo que le propinó una parte de la grada, algo que ya se había vivido en Mugello y antes en Montmeló. «Yo creo que son fans de Valentino los que me silban», usó como explicación el de Yamaha. «Yo tengo bastantes fans, hay mucha gente con la bandera de 'Lorenzo's Land'. Los de Valentino creen que soy su enemigo y su gran rival, y me pasa también con los de Márquez. El 80% del 'paddock' es fan de Valentino y por eso cuando me presentan en el podio silban». Con esto quiso restar importancia a este incidente, aunque lo que sí dejó entrever que no le había gustado había sido la caída de Márquez y que a punto estuvo de tenerle a él como daño colateral.
    Papeles cambiados
    Con este triunfo, Lorenzo aventaja en la general en 68 puntos al que a priori era su máximo rival por el título, un papel que el paso de las carreras está reservando para Rossi. «No se puede descartar a Marc hasta que matemáticamente no haya perdido la opción de ganar el campeonato, y más sabiendo que llevamos siete carreras y todavía quedan dos hasta el ecuador del campeonato. Lo que les ha pasado a Dovizioso y a Márquez en Montmeló nos puede suceder a nosotros en la segunda parte del campeonato».
    Nadie en la parrilla de MotoGP se fía de la situación del actual campeón y de Honda. «Un motivo por el que no quiero decir que el campeonato está completamente cerrado para Márquez es porque hay una causa técnica», analizó Rossi. «Como ha dicho Jorge, ahora somos más rápidos, somos constantes en carrera y tenemos que sumar el mayor número de puntos posibles en esta situación. Honda tiene problemas pero puede solventarlos y hacer una segunda mitad de temporada en la que Márquez y Pedrosa sean mejores que nosotros y recuperar los puntos. Creo que es demasiado temprano».
    El reto de Márquez y Honda es ahora mayor. Con algún entrenamiento de por medio tienen problemas que resolver y, sobre todo, escalar un muro en la clasificación general con sus rivales en uno de sus mejores momentos de forma. Assen, en menos de dos semanas, tomará la medida a las opciones del defensor del título.

    TÍTULO:  PARTIDO DE CLASIFICACIÓN - Bielorrusia -0- España -1- ,.

    Resultado Final

      Bielorrusia -0- España -1- ,.

    Silva descerraja a Bielorrusia - / foto,.

    España jugó con una actitud encomiable pero vivió con inquietud hasta el final por su falta de pegada
    A pesar del cansancio mental y físico de todo final de temporada, de ver las vacaciones estivales cerca y de la poca entidad del adversario, España salió con una actitud encomiable al coqueto estadio de Borisov, la novena ciudad en población de una república antiguamente conocida como la Rusia Blanca. Del Bosque supo alertar a sus jugadores para que actuaran atentos, bien despiertos, con una presión alta y sin lugar para minusvalorar a los rudos y orgullosos soldados que instruye Jatskevich. La excelente marcha de los eslovacos, con pleno de triunfos, no permitían más errores de los campeones continentales si quieren sellar el primer puesto del grupo, camino de la Eurocopa de Francia. Costó ganar más de lo que apuntan la historia y el escalafón, pero la selección nacional aprobó un examen lleno de trampas, ya que su enemigo luchó a la extenuación, pegó sin rubor y creció tras el descanso en la misma medida que decreció 'La Roja'. La victoria fue exigua, certificada con un gol de Silva, que ya suma tres en esta clasificación, pero es meritoria. Si no fue más holgada, fue por falta de definición, un mal endémico
    No hubo sorpresa en el once, el mismo que ensayó en el último entrenamiento, celebrado en Minsk, no en el escenario del partido. Destacó ver a Cazorla de centrocampista puro, cerca de Busquets, y la ausencia del atlético Koke, con menos clase que el asturiano pero con algo más de músculo y más poderoso en la ejecución de las acciones de estrategia. Al parecer, estaba mermado por algún problema estomacal en los últimos días. El 'gunner' condujo muy bien a la selección, que a base de control y toque arrinconó a los bielorrusos, altos, fuertes, toscos y, lo más importante, muy limitados con el balón en su poder. Lo fiaban todo a alguna acción a pelota parda, o a un robo y un contragolpe. Por eso el técnico español insistía a sus jugadores en no hacer faltas y en no cometer pérdidas de balón en zonas peligrosas, que dificultaran el balance defensivo
    Ciertamente, Iker Casillas, de momento el titular en los duelos oficiales en detrimento de De Gea, sólo tuvo que intervenir en todo el primer tiempo para atajar un disparo, anulado antes un fuera de juego. El duelo se desarrolloaba casi siempre en campo bielorruso. Los españoles se gustaban pero, como les suele ocurrir, no fabricaban tantas ocasiones como se merecía su indiscutible dominio. Entre Cazorla, Silva, Cesc y Pedro, el mareo a los rivales está garantizado, pero faltaba quizá algo de rapidez y de verticalidad
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    A España le costó encontrar huecos porque el enemigo se cerró mucho, juntó sus líneas y golpeó a veces con violencia. Hubo entradas alevosas que se merecieron mayor sanción por parte del permisivo colegiado austríaco. Morata, notable en sus desmarques y en su capacidad para caer en banda, dispuso de la primera ocasión, pero su remate a la media vuelta se marchó fuera. Sergio Ramos también disfrutó de dos buenas opciones en sendos testarazos y Jordi Alba, el verdadero extremo del equipo en este partido, metió el miedo en el cuerpo de los bielorrusos con un disparo que se perdió ligeramente desviado. El ansiado gol, más que merecido, llegó cerca del descanso, tras una dura entrada sobre Morata después de un regate de tacón espléndido, una salida a por uvas del portero Gorbunov y un control y disparo certeros de Silva, casi tan buen rematador como exquisito en su técnica y visión de juego. El grancanario, que mezcla muy bien con Morata, había sido objeto antes de un penalti no señalado
    Isco, suma 'La Roja' quizá vio que todo estaba resuelto con ese gol y salió con menos intensidad tras el descanso. Y en un duelo de rompe y rasga, ese cambio de actitud, y la mayor fatiga, pueden pagarse caro. Los bielorrusos dieron un paso al frente y crearon ciertos problemas. Casillas salvó un mano a mano ante Kornilenko, el colegiado anuló un gol a los locales tras un clarísimo fuera de juego que tardó un mundo en ver su asistente y Bordachev no supo aprovechar la falta de contundencia española tras un saque de esquina. Luego, Iker se adornó en un tiro lejano. Había que cerrar el triunfo para evitar más sobresaltos pero falló la definición, seguramente por falta de oxígeno. En una contra de manual, Morata hizo lo más difícil pero careció de rapidez en la ejecución. Las dudas son un gran enemigo de los delanteros. Buscó más físico Del Bosque con Vitolo en lugar de Pedro, que antes se había ganado una amarilla por soltar un anotazo. Se marchó molesto el tinerfeño, que ni miró a un técnico que le tiene fe ciega pese a jugar poco en el Barça. Con desgobierno y menos fuelle -unos y otros no paraban de hacer estiramientos-, la sensación ya era de incertidumbre. Silva y Cazorla acariciaron el gol. También Morata, ya agotado mientras Alcácer seguía en el banquillo. El alarmante bajón de Cesc sí lo vio su técnico, que lo relevó por Isco. Con el malagueño, España recuperó el dominio de la situación a base de tenerla. Misión cumplida,.

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