TITULO : MAS QUE COCHES - Fernando Alonso llevará mejoras a Montmeló pero no oculta su preocupación: "No está en rojo..."
Fernando Alonso llevará mejoras a Montmeló pero no oculta su preocupación: "No está en rojo..."
Los de Silverstone han implementado hasta 17 cambios en su coche para intentar mejorar con el paso de las fechas y los circuitos pero Alonso advierte: "Este es regulero".
Fernando Alonso afronta el GP de España - que se celebrará del 21 al 23 de junio- con optimismo pero también con cierta preocupación por el circuito y a vueltas con las mejoras. Aston Martin logró resurgir en Canadá después de tres fines de semana para olvidar y dos ceros en su casillero en Imola y Mónaco. Pero a pesar de esta sexta plaza, la escudería británica sigue lejos de los coches de cabeza y sin recortar distancias en ritmo de carrera con Mercedes y ya trabajan por seguir mejorando y entendiendo el desarrollo del coche.
Para Emilia Romagna los de Silverstone llegaron con algo más que una simple actualización adaptada al circuito y anunciaron a bombo y platillo el mayor paquete de mejoras de la temporada. Aston Martin introdujo un nuevo suelo modificado, y un rediseño completo en los pontones, orientado a mejorar uno de los puntos que más carga genera en el bólido: el canal inferior entre el suelo y los radiadores.
También añadieron cambios vinculados a las suspensiones y al difusor. Pero lejos de la revolución que prometían, resultó ser un fiasco. En Montecarlo, decidieron recular y volvieron a una pieza anterior a Imola. Aston Martin utilizó una antigua especificación del alerón delantero y no el nuevo diseño introducido en Italia. Los ingenieros aseguraban que daría mejor equilibrio pero, de nuevo, fue un fracaso.
Tras el descalabro, Alonso no dudó en lanzar un serio aviso a Aston Martin e insistirles en que se deben hacer cambios importantes para Canadá y, aunque tan solo introdujeron un nuevo 'bean wing' -la parte inferior del alerón trasero- los de Silverstone lograron resurgir y dar la vuelta a una situación que ya alcanzaba tintes dramáticos.
"Un circuito regulero"
No obstante Fernando Alonso avisa de que, más que a las mejoras, el sexto puesto se debió a un trazado más favorable que los últimos. "Teníamos marcado en el calendario que Canadá iba a ser un circuito más favorable a lo que vemos que nuestro coche ofrece este año. Desde la primera sesión vimos que éramos más competitivos", explicó antes de lanzar su pronóstico sobre el GP de España.
"Vendrán circuitos mejores, otros peores. El siguiente, el de casa, no está marcado en rojo en nuestro calendario. Es uno de los reguleros. El equipo está intentando llevar piezas nuevas para Barcelona, y a ver si podemos dar una bonita sorpresa", añadió.
Fernando Alonso confía en que Aston Martin logre encontrar la dirección correcta en el desarrollo del coche para exprimir toda la carga aerodinámica e ir ganando segundos. Los de Silverstone han implementado hasta 17 cambios en su coche para intentar mejorar con el paso de las fechas y los circuitos. Una cifra que supone casi el doble de las nueve mejoras probadas por equipos como McLaren, Ferrari, Haas y Alpine.
¿Lograrán mantener en Barcelona las buenas sensaciones de Montreal?,.
TITULO: Para Todos La 2 - Colegio rural - Tragicomedia del juramentado ,.
Tragicomedia del juramentado ,.
La propia editorial apunta, acerca del libro: «El teatro de José Luis Sampedro, poco conocido por sus lectores y al que los especialistas han prestado quizá menor atención, pone en escena temas que aparecen en sus obras narrativas y ensayísticas: la lucha por la libertad, la entrega solidaria y la protesta colectiva, pero sin alejarse jamás de los problemas del individuo, como el dolor, el sentimiento de la muerte y la incertidumbre de la trascendencia.
La paloma de cartón es un alegato contra el telón de acero, una farsa pacifista que fue merecedora del Premio Calderón de la Barca en 1950. Un sitio para vivir es un drama sobre la angustia existencial y la toma de conciencia de una nueva realidad social, económica y ecológica en un mundo cada vez más esclavista. El nudo, inédita hasta ahora por deseo expreso del autor, es una tragicomedia grotesca que se acerca al pos realismo característico de los últimos veinticinco años de la obra narrativa de Sampedro. Todo ello va precedido por un magnífico estudio del profesor Francisco Martín Martín, especialista en la obra teatral de José Luis Sampedro».
TITULO: Gigantes de La 2 - Rodrigo Cortés,.- Jueves - 4 - Julio ,.
Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2 Jueves - 4 - Julio , 23:50 de Televisión Española.
Rodrigo Cortés,.
Rodrigo Cortés: «Conseguir financiación para una película ya es suficientemente aterrador»,.
El viernes estrena «Blackwood», un inquietante filme sin adscripción a un género determinado, protagonizado por Uma Thurman y producido por Stephenie Meyer. Reflexiona sobre el talento, la disciplina y otros fantasmas a través de la historia de cinco adolescentes marginadas que se ven en la posición de redimirse,.
El viernes estrena «Blackwood», un inquietante filme sin adscripción a un género determinado, protagonizado por Uma Thurman y producido por Stephenie Meyer
Cinco adolescentes, cinco muchachas marginadas por la sociedad, sin ningún talento aparente más que su estéril rebeldía «teenager». Cargadas de rabia, odio, resentimiento, y con el peso de una larga lista de delitos, ingresan en «Blackwood», una escuela dirigida por Madame Duret (Uma Thurman) para redimirse de sus actos y encontrar un destino diferente para sus vidas. Con estos mimbres, Rodrigo Cortés contruye un filme inquietante, con toques sobrenaturales, que aborda el talento y el precio que podemos llegar a pagar por él, en una historia sin género preciso, que se mueve por las aguas del «thriller» y lo fantástico, y donde, nadie espere encontrar los trucos habituales de las películas de terror.
– ¿El talento puede ser terrorífico?
– Sí. Una de las cosas que más me interesan del subtexto que subyace en la película es que el arte, para empezar, es una laguna oscura y muy profunda con una gran capacidad transformadora para bien y para mal. Maravillosa y terrible. El talento y el genio encierran un gran poder desgastador y erosionador. Y hay para quien es directamente una maldición. Así que creo que sí abriga esa capacidad. Creo que la película en el fondo es una reflexión sobre obtener resultados significativos que no estén sostenidos en el esfuerzo, la disciplina, porque eso es todavía más terrible porque acaba exigiendo un precio, no es gratis, y ese precio suele ser uno mismo.
– ¿Por qué le interesa la falta de esfuerzo y justo en una película sobre adolescentes?
– Me llama la atención la superficialidad con las que atendemos ciertos estímulos sin dedicar un segundo a rastrear las posteriores consecuencias. Todos conocemos muchas situaciones que parecen agradables y que parecen que tienen una pega, pero con el tiempo te das cuenta que no es tan buena y otras en que deseabas algo o te sucede algo malo, pero se demuestra que a la postre mejora las cosas. En este caso, las niñas obtienen logros que solo podemos calificar de positivos, que gracias a ellas suceden cosas que en teoría mejoran el mundo, pero cuando las cosas, teóricamente, buenas no se sostienen en el esfuerzo, cuando no se paga previamente el precio que cuestan, ese precio acaba pagándose de cualquier manera y muchas veces las intenciones no son limpias y cristalinas acaban creándose monstruos. Algo de eso hay en la película.
– ¿Se ha encontrado con ese reverso oscuro del conocimiento?
– No, por el potencial cinematográfico. Cualquiera que se analice con honestidad se da cuenta enseguida que dentro de uno hay un equilibro de luz y sombra. Y que generalmente cuando hace crecer la luz también hace crecer la sombra y que este es un equilibro constante, de toda una vida, que no se resuelve. Uno tiene que decidir qué parte alimenta, porque no puede matar a ninguna de ellas. Pero no lo asociaría con mi pretendido talento cinematográfico, porque para que una película sea real hay que pasar por muchas fases, cruzar muchas líneas, perder tantos años de vida reales e imaginarios, que nada de eso puede aterrarte más allá de conseguir la financiación, que ya es suficientemente aterrador.
– Los protagonistas son adolescentes, pero no son nada heroicos, como en las sagas actuales. De hecho, son manipulados. Es una visión diferente.
– La historia podía haber seguido la senda de sagas juveniles que a todos se nos ocurren o podía ir por una polanskiana, más inclemente, que es por donde discurre. Considero que es respetuosa con el adolescente, porque no lo trata con condescendencia ni con paternalismo, se dirige a él como uno de los espectadores potenciales en igualdad de condiciones. Una de las formas de respetar al espectador es ser inclemente con él, porque consideras que no tienes nada de qué protegerlo. Y devuelve una mirada implacable sobre un entorno. Cuando estas jóvenes podían sentirse manipuladas no reaccionan contra ello, porque, por otro lado, son jóvenes que han sobrado de muchos lugares distintos, que no han hecho nada importante en sus vidas y por primera vez hacen algo que se puede atribuir a ellas y merece la pena.
– La gente que hemos admirado en la ciencia o las artes aquí pueden parecer terribles.
– He querido colocar capas en el filme para que el espectador reflexione. Por un lado sucede lo que dices, por otro lado, hay diferentes tipos de creadores. Los hay exitosos, quizá buenos, pero frustrados, porque no han alcanzado las cuotas de fama que consideraban que merecían. Los hay que están llenos de resentimiento y amargura, y los hay cuya capacidad creadora se ha vuelto contra sí mismos y los ha convertido en verdaderos monstruos que los han fagocitado y los ha tragado. Todas estas visiones se dan en la película. También tengo una actitud hacia las cosas muy distanciada y poco emocional. Si alguien te preguntara ahora si me gustaría que Beethoven regresara para componer su décima sinfonía, la respuesta sería no. Tuvo su tiempo, perteneció a su tiempo, mejoró el mundo. Hizo lo que tenía que hacer. Si de alguna manera compusiera su décima sinfonía, habría que pagar el precio por ello y en una forma terrible. Tendría consecuencias terribles que no podríamos anticipar. ¿Me hubiera gustado que Mozart viviera 60 años en lugar de 37? En el mundo de la teoría, sí; pero todos tenemos nuestro tiempo y es el que nos corresponde.
– ¿Por qué Uma Thurman para el papel de una profesora francesa?
– Llegué a ella por un camino «antiintuitivo». Lo lógico hubiera sido buscar a una actriz francesa para su papel o, en su defecto, una británica, pero no norteamericana. El personaje encierra una sofisticación natural y atemporalidad que pertenece mucho más al viejo mundo que al nuevo. Pero Uma Thurman tiene una energía muy eurocéntrica y ella ha gravitado entorno a Europa. Uno no ve en ella a una chica de Chicago. Me parecía perfecta para el rol de Madame Duret, que establece unas reglas que parecen provenir de otro tiempo, porque sitúa a estas jóvenes sobrantes en un mundo sometido a otras reglas. Las obliga a seguir un programa de estudios basado en los pilares del conocimiento clásico, les retira los móviles... Uno de los desafíos es que no queríamos a la Madrastra de la «Cenicienta». En Hollywood, cuando una actriz recibe el encargo de hacer de villana se divierte haciendo de Cruella de Vil o Maléfica. Ella debía estar contenida. Su personaje es positivo al comienzo, porque las razones que la mueven no son una maldad pura, sino una forma equivocada de concebir la manera de mejorar el mundo, de considerar que el arte está por encima de las vidas de personas, que son sacrificables.
– Hay elementos sobrenaturales... pero es difícil encuadrarla en un género.
– El género me interesa por su capacidad expresar temas profundos y universales que no pierden vigencia a través de sus resonancias alegóricas. El cine social atiende a la realidad contingente de un momento y pierde vigencia en dos años. Enuncia verdades que acaban demostrando ser fungibles y relativas. Muchas veces películas comprometidas con su tiempo, diez años después resultan absolutamente ingenuas. En cambio, el género es capaz de expresar conflictos emocionales y dramáticos internos a través de conflictos externos que no me atrevería decir que son simbólicos, pero que resultan apasionantes literaria o cinematográficamente, que siempre resuenan con la naturaleza del ser humano, sometido a fuerzas superiores a él, ya que es nuestra situación generalmente en el mundo. Podemos mirar el entorno asombrados tratando de luchar con fuerzas que no comprendemos y procurando entendernos nosotros. A mí mismo me cuesta decir de qué género estamos hablando, porque la película no es propiamente de terror, tampoco de sustos ni de miedo. Hay un componente aventurero, de thriller, romántica, no en el sentido amoroso, sino del romanticismo.
Una película que arde
Rodrigo Cortés decidió construir, sobre tres platós, la escuela de Blackwood para que todo se viera real. Porque todo lo es, también el fuego. «El resultado es mucho mejor. Hay un momento en que la luz eléctrica desaparece de la película para siempre. En esas escenas nocturnas solo usamos las velas y el fuego. El efecto es más verosímil. Lo fácil no trae mejor resultado».
TITULO: ¡ Atención obras ! - Cine - Asesino en serie ,.
Asesino en serie ,.
El cine de criminales armados con utensilios de cocina arrancó con este dandi atormentado,.
foto / Anthony Perkins dio vida a Norman Bates en «Psicosis», otro clásico de Alfred Hitchcock,.
El asesino en serie forma parte del cine desde sus mismos inicios. En su etapa muda, Alfred Hitchcock dirigió «The Lodger» (1926), titulada en España «El enemigo de las rubias». En el filme, basado en la mítica figura de Jack el Destripador, deslumbra la secuencia de la llegada del realquilado a la puerta de la casa, recortado por un contraluz aureolado por la bruma nocturna. Una atmósfera luminosa que anuncia la inquietante aparición del mal muy similar al de la llegada del padre Merrin, entre vapores mefíticos, a la casa donde vive la niña endemoniada, en la película «El exorcista» (1973).
Este fue el primero de sus numerosos asesinos que aparecieron luego ambiguos, siempre elegantes y con apariencia de acomodados burgueses, como el tío Charlie de «La sombra de una duda» (1943), que impuso en el cine el modelo del dandi asesino estrangulador de viudas alegres. En esa línea, Cary Grant es un marido perfecto pero inquietante en «Sospecha» (1941), que Charles Chaplin tomó como modelo para «Monsieur Verdoux» (1947): un padre de familia que asesina a viudas ricas para mantener a su mujer paralítica y un hijo. En 1960, Alfred Hitchcock dirigió un filme de bajo presupuesto, en blanco y negro, con el equipo de su serie televisiva, en el que, por primera vez, se analizaba al asesino desde el punto de vista psicológico.
En «Psicosis» (1960), el atormentado Norman Bates se disfraza de su madre para asesinar con un largo cuchillo a la actriz Janet Leigh mientras se ducha. El sofisticado criminal de antaño daba paso, de esta manera, al psicópata escindido moderno y a un nuevo subgénero: el cine de asesinos armados con cuchillos de cocina, con un yo disociado y una violenta compulsión misógina. «Psicosis» compartió con «El fotógrafo del pánico« (1960) la idea del asesino psicosexual. En el no menos elegante filme de Michael Powell titulado «Pepping Tom», el mirón, el homicida, también mata con un afilado cuchillo a mujeres de vida fácil, mientras las filma con su cámara de cine. Si este extraña producción podría ser el antecedente del «snuff movie» o cine de «asesinatos reales», «Psicosis» anunciaría el «slasher» de cuchilladas y hemoglobina a raudales.
Ambas películas, de culto durante años y hoy consideradas obras maestras, pusieron de moda el asesino en serie muchos años antes de que el FBI lo catalogara como tal. Tanto Norman Bates como Mark Lewis son dos perversos mirones con una confusión sexual y una misoginia galopantes. A pesar de que los dos filmes utilizaron la elipse en las escenas de los asesinatos, convirtieron la violencia en un morboso espectáculo imitado hasta la saciedad.
Como precursores del cine de terror de cuchilladas, cuya influencia se haría hegemónica en el cine de terror, estos dos perturbados dieron paso, inopinadamente, a la moda de locas asesinas seniles con tijeras o hachas. El detonante fue «¿Qué fue de Baby Jane?» (1962), el filme que devolvieron a la fama a Bette Davis y Joan Crawford creando, a su vez, un nuevo subgénero de terror: el «hagsploitation» o títulos de «viejas brujas» enajenadas. «Canción de cuna para un cadáver» (1964), con Bette Davis de nuevo y Olivia de Havilland, y «Te espera la muerte, querida» (1965), con Tallulah Bankhead, fueron clásicos del «rip-off» o plagios de cine de terror de bajo presupuesto protagonizadas también por viejas glorias del cine de Hollywood, que garantizaban sustos y cuchilladas a gogó. En «Misery» (1987), Stephen King rememora este tipo de películas con actrices mayores cuya protagonista, una fan decepcionada, somete a torturas sin cuento a su escritor favorito hasta que resucite a la heroína de sus novelas románticas.
Hiperviolento terror gore
Con la decadencia de este subgénero de Gran Guiñol, los «gialli» italianos lo recauchutaron con un terror gore hiperviolento. Norman Bates, convertido en objeto de culto de películas italianas de bajo presupuesto, se movía entre desnudos de mujeres ensangrentadas, gritos y locos asesinos con afilados cuchillos, como en «El pájaro de las plumas de cristal» (1970) y «Rojo oscuro» (1975). Un tipo de cine en el que se asestaban tantas cuchilladas gratuitas y usaba tanta «sangre» que casi llegaba a las primeras filas de las salas.
El siguiente paso sería el gore de psicokillers caníbales armados con motosierras, máscaras de piel humana (Leatherface) y espantosas secuencias de terror rural «splatter», en la que Tobe Hooper, el director de «La matanza de Texas» (1974), inspirado en el asesino en serie Ed Gein, como Norman Bates, descuartizaba con su motosierra a jóvenes autoestopistas sin ahorrarle al espectador el macabro espectáculo de sus brutales crímenes. Años después, pero con un sesgo posmoderno, Ed Gein pasó de psicópata del terror rural a modelo del horror yuppie encarnado en Patrick Bateman, el asesino imaginario de «American Psycho» (2000).
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