fotos / El Tavascan en versión VZ calza llantas de 21 pulgadas. " En este momento, el mercado está viendo llegar muchos vehículos eléctricos de corte puramente racional , y esto es precisamente lo que no es Cupra". La frase, de Wayne Griffiths, el
británico que capitanea la breve y exitosa marcha de Cupra, parece
haber cobrado todo su significado ahora que hemos podido ver y conducir
por Barcelona la versión definitiva del Tavascan, el segundo modelo 100% eléctrico de la marca española.
4,64 m de longitud El nuevo Cupra es un SUV de estilo coupé al que no se le puede poner la etiqueta de pequeño: mide 4.644 mm de longitud, 1.861 mm de ancho y 1.597 mm de alto, con
una distancia entre ejes de 2.766 mm. Y su aspecto cobra mayor
presencia con las llantas de 21" con que lo hemos conocido, aunque podrá
equiparlas desde 19".
Cupra.
Te sonará desde hace tiempo porque se parece muchísimo al prototipo que la marca ya presentó en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 2019 . Y detalles que nos hagan contemplarlo durante un rato hay muchos por aquí y por allá. En su frontal son llamativas las tres las ópticas triangulares a
cada lado, que pueden ser Matrix Led para alumbrar las zonas óptimas
sin deslumbrar a otros conductores y ya se montan en los nuevos Cupra
León y Formentor. También es imposible no darse cuenta de que el logo frontal está iluminado, y en cuanto a la gran superficie negra que ocupa el lugar de la parrilla dicen en Cupra que recuerda a la máscara de un superhéroe, y con algo de imaginación uno también podría llegar a esa conclusión.
Coeficiente de 0,26 La caída del techo de tipo coupé, ya visto de lado, contribuye a que su coeficiente aerodinámico sea de solo 0,26, el mejor de cualquier Cupra. Y por lo que respecta a la trasera, con el logo 'al rojo vivo' porque también está iluminado, cuenta esta con un enorme difusor que permite atisbar mejor el ancho de las ruedas, extendidas según versiones hasta los 255 mm de anchura.
Conducimos el nuevo Cupra Tavascan 100% eléctrico
Teniendo
en cuenta que a ello se añaden los pliegues, los nervios y la
musculatura de su silueta, si nos pidieran imaginar a un superhéroe
conduciendo este SUV eléctrico sería a Batman a quien pondríamos al volante.
Asientos deportivos o muy deportivos Pero
el superhéroe real que lo conduzca será en gran medida un padre o madre
de familia que no podrá menos que sorprenderse al saber que los asientos deportivos son
de serie desde la versión básica, bien sea hechos con un 90% de
poliéster reciclado si son de tela o con un 50% de tejido reciclado con
el tapizado de microfibra. Habrá también de cuero de toda la vida, pero llegará más adelante y con unos asientos CupBucket que todavía proponen un aspecto y una sujeción más deportivas pero que no pudimos ver en nuestra toma de contacto.
Cupra.
La pantalla central de 15 pulgadas es la más grande que jamás ha montado un Cupra y tiene debajo una barra táctil retroiluminada para
que modifiquemos de una pasada la temperatura del climatizador o el
volumen del sistema audio, que en opción puede ser de la firma Sennheiser Mobility y contar con 12 altavoces. Mucho más pequeña, de solo 5,3 pulgadas, es la del cuadro de relojes, y para seguir la navegación podemos aprovechar las ventajas de que el Head Up Display ofrece la información con realidad aumentada.
Con 'espina dorsal' Lo más rompedor que descubrimos en su interior es lo que en Cupra llaman la 'espina dorsal', un
toque de diseño que consiste en un 'puente' que une la consola central
con el salpicadero. No es un elemento práctico. De hecho, hasta nos
parece que entorpece un poco el acceso al cargador inalámbrico
(al menos visualmente) que queda por debajo, pero le queda bien y en
cualquier caso hace a este Tavascan un poquito más diferente a todo lo
visto.
Cupra.
Su amplitud es incluso suficiente por lo que toca a la altura para
los ocupantes de la segunda fila, que podía ser el punto crítico de
este SUV coupé. Y así, dos pasajeros traseros de metro ochenta viajarán
sin problemas de espacio, con enorme libertad para los pies porque no hay puente de transmisión, y con una distancia para las rodillas muy favorable. Todo ello con el complemento de un maletero (con portón eléctrico y apertura pasando el pie por debajo) de 540 litros, una cifra muy buena en un coche de 4,6 metros.
286 CV como mínimo El perfil deportivo de este SUV coupé se confirma en el hecho de que la versión más asequible cuente ya con 286 CV y 545 Nm de par, cortesía de un único motor síncrono que actúa sobre las ruedas traseras. Bastan 6,8 segundos para que esta versión, a la que se ha llamado Endurance, alcance los 100 km/h, con una velocidad máxima limitada a 180 km/h .
Cupra.
Por encima, el Tavascan VZ añade un segundo motor más ligero (solo 60 kg), en este caso asíncrono, que actúa sobre el eje delantero eleva la potencia total hasta los 340 CV (manteniendo el mismo par motor de 545 Nm), lo que rebaja el sprint desde parado a solo 5,5 segundos .
Batería de 77 kWh Tanto una versión como otra solo se pueden acompañar de la conocida batería de 77 kWh tan
extendida entre los eléctricos del Grupo Volkswagen (una pena que no lo
hayan sacado con la nueva de 82 kWh). Teniendo en cuenta que los
consumos oficiales son de 16,5-16,8 kWh/100 km en el más potente, y de 15,2-16 en el más sencillo, las autonomías anunciadas se quedan en 522 km para el primero y 568 para el segundo.
Cupra.
Si encontráramos un cargador de 135 kW podríamos regenerar su batería del 10% al 80% en menos de media hora, o bien añadir 100 kilómetros de recorrido en 7 minutos. Pero
es más probable que tengamos que recurrir a cargadores de corriente
alterna y en este caso la potencia máxima que admite son 11 kW .
Así va en carretera Algunos de estos detalles quizá ya los conocías, pero seguro que no cómo va. ¿Está su comportamiento en sintonía con su aspecto? El hecho de que a la presentación acudiera Jordi Gené, el
piloto responsable de afinar el chasis de este nuevo SUV (y de todos
los nuevos Cupra y Seat), ya era una declaración de intenciones.
Cupra.
De serie monta el Control de Chasis Adaptativo DCC Sport, que modifica el comportamiento de la dirección y la amortiguación en función de que hayamos elegido entre los modos Range (para lograr la máxima autonomía disponible), Comfort, Performance, Cupra o Individual, además de otro Traction para las versiones con dos motores.
Tacto deportivo Las
diferencias entre un modo y otro son más bien sutiles en la variante
VZ, que fue la que cogimos. Pudimos conducirla por zonas de curvas y nos
sorprendió la motricidad, el agarre de los neumáticos, el aplomo en general del coche y la sensación de precisión de la dirección. También la naturalidad del tacto de los frenos, que
actúa sobre el sistema recuperador de energía y los discos sin la
sensación de que cambien de repente de intensidad, como hemos notado en
algún otro fabricante.
Cupra.
Y lo que menos nos ha gustado en este sentido son las levas que modifican la retención en tres niveles (uno
de ellos sin retención), además de que permiten activar un modo de
regeneración automática: recurre a unas piezas de plástico pequeñas cuyo
tacto no está a la altura del chasis ni del propio aspecto del coche
por lo que toca a sensaciones deportivas. Así que no es mala alternativa
activar el Modo B en el selector del cambio y conducir el Tavascan casi como un coche de pedal único .
Mucha seguridad Respecto a la seguridad, incorpora los asistentes de velocidad inteligente, de ángulo muerto, de cambio involuntario de carril, de salida segura, el de frenada automática, el de giro y esquiva... además de elementos como el control de velocidad adaptativo , el reconocimiento de señales de tráfico, el detector de fatiga o la cámara 360.
Cupra.
La oferta del Tavascan se reduce a la terminación Endurance con el motor de 286 CV y a la VZ con el de 340 CV. Además de ello, están disponibles tres pack denominados Adrenaline (con techo panorámico y audio Sennheiser, entre otros elementos), Extreme (ya con llantas forjadas y asientos CupBucket) y Winter Pack (este último enfocado más bien a países fríos al incluir hasta calefacción en los asientos traseros).
Los precios del Tavascan, diseñado en Barcelona pero fabricado en Anhui (China), arrancan en 52.010 euros, aunque a esa tarifa habrá que restar las ayudas, los descuentos y las promociones. Y aunque se podrá encargar en junio, hasta final del verano no llegarán las primeras unidades.
TITULO:
Para Todos La 2 - Colegio rural - Los colegios leoneses ,. Colegio rural - Los colegios leoneses ,. Tiempos biológicos rumbo de vida,.
fotos / Los colegios leoneses no se quedarán sin director por un «cambio de normativa»,.
Una nueva baremación para los concursos de traslados en educación, que
aún no es oficial, que daría más puntos a aquellos que ejerzan como
cargos directivos es la principal causa que manejan en la Dirección
Provincial de Educación para explicar esta situación después de que el
año pasado registrasen 19 centros en la provincia sin candidatos a la
dirección
Todos los colegios e institutos de la provincia de León
tendrán director el próximo curso. No parece, a priori, algo que sea
excesivamente extraño pero realmente lo es. Y es así porque será,
después de muchos cursos, el primero en el que hay candidatos a ocupar
los equipos directivos de todos los centros escolares de la provincia
leonesa.
Después de que el año pasado se tuviera que elegir a los
equipos directivos de 19 centros escolares de la provincia ante la
ausencia de candidaturas y proyectos de dirección, para el curso 2024/25
se cubrirán todas estas vacantes.
Es algo extraño, poco habitual, sostienen desde la
Dirección Provincial de Educación, que recuerdan que hay centros,
especialmente en el medio rural y alejados de los centros urbanos de
León y Ponferrada, donde suelen existir dificultades para 'encontrar'
docentes que se hagan cargo de la dirección de estos centros. Sin ir más
lejos, insisten, 19 tuvieron ese problema el pasado curso.
El hipotético cambio de normativa
Pero un cambio de normativa a nivel estatal, que aún no
está aprobado y debe pasar aún por varios trámites oficiales podría ser
el motivo. Según esta nueva normativa que lleva siendo debatida durante
meses por el Ministerio de Educación y los sindicatos, aquellos que
ejerzan como miembros del equipo directivo de un centro escolar tendrán
una baremación mejor para los concursos de traslados.
La idea es que el tope de 20 puntos para dicho concurso -
cuatro puntos por curso completo al frente de la dirección de un centro
- aumente, pudiendo obtener una mayor puntuación en este concurso
aquellos miembros del equipo directivo, 'premiando' así este trabajo.
Pese a ello, esta normativa que, cabe destacar, no está
aún aprobada de forma oficial, no llegaría a concluir su trámite legal
hasta finales del mes de junio o, incluso, inicios del mes de julio,
después de ser aprobada en Consejo de Ministros.
Esa
medida, si llega a ser aprobada en ese plazo, contaría ya para el
siguiente concurso de traslados, que se convoca en el mes de noviembre,
por lo que apenas serían cuatro los meses que contabilizarían para dicha
baremación.
«Un parche»
Para la Junta de Personal Docente de León, esta medida
supone un «parche» simplemente y no ataca directamente la raíz del
problema, que es la «engorrosa tarea» de ocupar un puesto en el equipo
directivo de un centro público, además de ser una medida «injusta» con
el resto de docentes.
Y esta tarea, explican, es engorrosa por varios motivos.
El principal, afirman, es la «excesiva carga burocrática» a la que se
ven sometidos los equipos directivos de los centros escolares, que
ocasiona que sus miembros estén más pendientes o dedique más horas a
estas labores que «a las propiamente educativas o las de liderazogo del
proyecto didáctico del centro».
Por otro lado, exigen una retribución «acorde» a las
tareas que realizan, puesto que este aumento de sueldo por este cargo no
supera los 600 euros brutos para directores en los institutos con un
gran número de alumnos de la provincia de León y de 200 euros brutos en
el caso de los jefes de estudios.
Sea cual sea el motivo real de esta situación, la
verdadera realidad es que los centros escolares de la provincia saben
que, al menos el próximo curso, tendrán a un equipo directivo que se ha
postulado a ese cargo y no le ha sido «encargado» por la propia
Dirección Provincial como medida de emergencia, algo habitual en otros
cursos.
T ITULO: Gigantes de La 2 - Fernando Savater ,.- Jueves - 11 - Julio ,.
Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2 Jueves - 11 - Julio , 23:50 de Televisión Española . Fernando Savater ,. fotos / Fernando Savater: «El tiempo no remedia nada»,. A través de Carne gobernada: De política, amor y deseo
(Ariel) el lector se adentra en las creencias, no demasiadas pero
firmes, de Fernando Savater (76 años) —fichado por el PP para las
elecciones europeas— que estuvo en el centro de una polémica tras su
expulsión de El País, donde colaboraba desde su fundación. Está
harto de ello, pero no esquiva el envite. Gruñón, amable, inquieto y
curioso, nada rehúye. Como su último libro, ameno y diverso; una buena
metáfora de su vida, tanto intelectual como vital.
—¿Lo esperaba?
—Hombre… ¿Lo esperaba? No. Sabía que había una posibilidad, que… Yo tengo un lado optimista y esperaba que cambiara El País ,
no yo. Me decía que a lo mejor se daban cuenta de que esto del PSOE es
infumable… Ahora veo que era un optimismo ridículo, pero eso es lo que
pensé.
—¿Y cómo fue, exactamente?
—Me llamó la directora, hablamos de ello y
me dijo que esto ya… El problema, vamos, la gota que colmó el vaso fue
que la editorial, sin encomendarse a Dios ni al diablo, y desde luego
sin preguntarme a mí, hizo un adelanto en El Confidencial . Ni
yo sabía que iba a salir ese adelanto, ni nadie me preguntó qué páginas
querría que salieran. Y claro, ellos cogieron las partes de El País porque les parecía el morbo más…
*******
El encuentro con Fernando Savater, que
ahora parece tan lejano, se produjo en su casa de Madrid en plena
«crisis», el 30 de enero. La llamada de la directora de El País ,
Pepa Bueno, se produjo el 22 de enero, lunes. Los comentarios de “ya
era hora” se cruzaron con los de “la situación era insostenible”, pero
por una parte y otra se coincidía en que “se veía venir”. ¿Había dos
bandos? Sí, y un tercero de indecisos, los que creen que «hunos» y
«hotros» tienen y no tienen razón. Vamos, lo de siempre.
El adelanto editorial, y la razón por la que se había pedido esta entrevista antes del hecho, se refiere a Carne gobernada: De política, amor y deseo (Ariel), unas reflexiones del catedrático Fernando Savater (San Sebastián, 1947) donde comenta esto y aquello. Muy Savater es el hablar de todo, de meterse en muchos charcos .
Desde joven, desde que empezó como divulgador de filósofos. Por
terminar con la polémica, que cansa, aburre y no tiene remedio, aunque
siempre estará ahí, como una mancha de tinta en un jersey, en Carne gobernada
Savater recuerda cómo empezó 2022 con un artículo en el diario cuyo
inicio es este: “Si ustedes sólo se informan por medio de este
periódico, no sabrán que he publicado un libro…”. Se refería a Solo integral
(2021, Ariel), donde se recogen algunas de las columnas sabatinas que
el ensayista consideró las mejores en esa cabecera y a las que agregó
una coda. Silencio administrativo. Para unos, luz de gas. Para otros,
una provocación.
Claro que los ataques de Savater desde su rincón de fin de semana eran duros, muy duros contra el Gobierno de Sánchez .
Nada que no se supiera desde hace años, en que las posiciones políticas
del escritor han ido templándose. Con razón o sin ella, Savater no es
el aldeano que tira la piedra y esconde la mano. Es de los que dan la
cara. Y se la parten. En este caso y en la dura, y a veces muy
solitaria, lucha contra el terrorismo de ETA en los años de plomo, y
antes también.
******
—Verlo objetivado en el libro es lo que
causó el mayor impacto. Vino la llamada: que eso era una agresión al
periódico, que… Yo tampoco iba a empezar a explicar que iba a escribir
un artículo (en The Objective , donde colabora desde entonces)
explicando, con un poco más de tiempo, que no había agredido al
periódico, sino que lo he defendido. Porque yo soy de la generación
primera de El País y me sentía obligado a defenderlo ante los
que hoy usurpan su nombre y lo ponen al servicio del peor Gobierno que
ha tenido España en la democracia.
—Igual este incidente ha servido para saber quién está a su lado y quién no.
—Bueno, la gente ha sido muy cariñosa, me
han llovido artículos, apoyos, de América y de todas partes. En ese
sentido no me puedo quejar. Yo tengo buenos amigos.
—¿Le salían aquellos artículos de los sábados con facilidad? ¿Cuánto tiempo les dedicaba?
" Mikel
Azurmendi y Raúl Guerra estuvieron además compartiendo conmigo toda la
batalla del País Vasco, éramos un poco tres mosqueteros"
—Las columnas me llevaban más tiempo que un
artículo largo normal, porque no te paras a pensar si pones un adjetivo
o dos, mientras que en las columnas tenía que poner o este o este,
porque no caben los dos. Era como un reto, como escribir un soneto,
tienes que atenerte a un esquema. A mí me gustaba. Yo creo que las que
publiqué en Solo integral eran de lo mejor que he escrito para
periódicos. Empezaba el lunes, las remataba el martes, y el miércoles
hacía una especie de ajuste general del asunto.
—Dejemos el tema. Este libro, Carne gobernada ,
empieza con tres pérdidas destacadas en su vida: Mikel Azurmendi,
Javier Marías y Raúl Guerra Garrido. Dos palabras para cada uno.
—En primer lugar, tres buenos amigos, tres
buenas personas, de esas que acompañan mucho a alguien que se dedica a
tareas intelectuales y muchas veces se encuentra un poco desvalido, tres
personas de esas que te apoyaban, que te inspiraban también. Mikel
Azurmendi y Raúl Guerra estuvieron además compartiendo conmigo toda la
batalla del País Vasco, éramos un poco tres mosqueteros en aquella época
contra el terrorismo, contra la barbarie y, sobre todo, contra el
separatismo. A Javier Marías lo he conocido mucho, desde que era
pequeño. Yo tendría dieciséis o diecisiete años. Compartíamos muchos
gustos literarios: nos gustaban las historias de fantasmas, las
travesías marítimas… Y luego se ha ido cuajando en un extraordinario
escritor, en el mejor que ha tenido su generación. Y hoy no hay otro
como él todavía.
—Raúl Guerra Garrido.
—Fue un escritor muy importante, aparte de
sus méritos literarios, porque se atrevió a escribir unas cosas que en
el País Vasco en aquel tiempo… La carta —de 1990— fue un libro
decisivo, y eso no lo decía nadie: un empresario recibe una carta el día
en que cumple cincuenta años, en la que se le exige cincuenta millones
de pesetas. Decir aquello en una novela… Escribir ahora de la Guerra
Civil o del franquismo, todo eso no es nada, porque puedes escribir lo
que te dé la gana, porque no hay ningún peligro, pero cuando escribió La carta sí. De hecho, tuvo varias represalias por parte del PNV, etcétera.
—Cita en su libro a Lovecraft, Kafka, Borges y Cioran. ¿Falta alguno de su altar?
—Stevenson, claro.
—Escribe también: “Soñamos para
vernos con nuestros padres, con nuestros muertos”. También dice que
sueña con sus padres casi cada día.
—Yo eso lo sueño cada día. Con uno, con otro o incluso con los dos a la vez, sueño todos los días.
—Muy al comienzo, defiende el valor
de la filosofía. Reivindica “el valor del debate y la duda razonable”. Y
poco después: “Yo quiero suponer que el más alto oficio es pisotear
cabezas de sumos sacerdotes”.
" La filosofía es una tarea, y esto lo explicó muy bien José Gaos, un poco de soberbia"
—La filosofía es una tarea, y esto lo
explicó muy bien José Gaos, un poco de soberbia. O sea, hay que ser
soberbio para ser un buen filósofo, porque la pretensión del filósofo es
desmesurada: un mamífero que pretende comprender el universo,
imagínate. Por eso creo que es una cuestión de juventud más que otra
cosa. Creo que los viejos somos ya demasiado escépticos y estamos ya
demasiado zarandeados como para tener la soberbia suficiente para
convertirnos en dueños del universo. Hace ya mucho que dejé la
filosofía. La recuerdo con cariño y con entusiasmo, pero ya se lo dejo a
los jóvenes.
—Pero, ¿y “el valor del debate” y “la duda razonable”? Parece que hoy nadie duda.
—Nadie duda porque nadie es filósofo. Los
filósofos sí dudamos. Y la gente, en general, duda, claro que duda. Lo
que pasa es que son dudas triviales, y las dudas en la filosofía suelen
ser dudas con más glamur.
—“Ningún aparato, por ingenioso y útil que sea, de la rueda al smartphone,
sin olvidar la inteligencia artificial, que tanto altera a quienes
padecen estupidez natural, convertirá a los seres humanos en algo mucho
mejor o mucho peor de lo que siempre han sido”.
—Yo no tengo ningún miedo a nada
tecnológico, yo tengo miedo a los seres humanos, que somos los
peligrosos. Lo que me parece peligroso es lo que está detrás de la
tecnología, que es siempre un ser humano. Cuando se dice que si la
televisión atonta, que el teléfono móvil enloquece… A esas tonterías no
hago caso.
—“En los últimos tiempos (digamos
cinco o quizá seis años, para no exagerar) bastantes de mis convicciones
que yo daba por más asentadas han sufrido una conmoción, un terremoto
revolucionario”. Y agrega: “Siempre me he tenido por una persona de
izquierdas”.
" Casi
había que explicar que las víctimas, aunque fueran de derechas, eran
buenas. Eso me pareció que indicaba algo peligroso respecto a la
izquierda"
—Mi transformación fundamental fue el
terrorismo en el País Vasco y ver la reacción de la izquierda, que la
izquierda se consideraba más próxima, y más cómplice, con el terrorismo
que con las víctimas. Casi había que explicar que las víctimas, aunque
fueran de derechas, eran buenas. Eso me pareció que indicaba algo
peligroso respecto a la izquierda. Yo he sido muy de admirar a gente.
Había admirado a figuras que se consideraban de izquierdas, y esas
personas murieron, desaparecieron de mi vida, y empecé a pensar más por
mí mismo, y me di cuenta de que lo de la izquierda era una filfa.
—No le falta sentido del humor, quizá como uno de sus bastones para andar por la vida.
—Probablemente.
—Como al referirse a su supuesta
muerte, cuando el 7 de agosto de 2023 leyó, y recortó, la falsa esquela
de su fallecimiento, “reproducida por más de un periódico”. Se
sorprendería, pero también le recordaría que la muerte ha de llegar.
—Hombre, caramba, qué cosa, eso de leer tu
esquela… Luego me hizo también gracia, porque siempre uno se ha
preguntado qué dirán. Y bueno, en parte ya lo sé.
—Pero todo es relativo, porque esa falsedad se convertirá en verdad, como tantas cosas.
—Esa es la doctrina hegeliana.
—Recuerda en el libro el cierre de la librería Lagun de San Sebastián, que casi se podría emparentar a los amigos perdidos.
—Sí. Lagun se cerró cuando yo estaba
acabando el libro con un acto de despedida, y claro, es inevitable
acordarnos primero de los tiempos que cada uno ha pasado allí, tanto en
su ubicación primera en la plaza de la Constitución como en la otra. Y
todos esos amigos, como Mikel Azurmendi y Raúl Guerra Garrido, que nos
encontrábamos allí, incluso sin haber habido cita previa, buscando un
libro o lo que fuera. Lagun fue un refugio intelectual, un fuerte, un
fortín cercado por los apaches. Fue un lugar muy importante para la vida
de muchos de nosotros. Y su cierre fue inevitable por la muerte de sus
fundadores; eran muy difíciles de sustituir. La verdad es que lo sentí
mucho. Es una de las pérdidas que ha tenido no sólo el País Vasco sino
España.
—Hablemos de la Facultad de
Zorroaga de San Sebastián, porque en ese periodo que va desde 1979, en
ese curso, hasta 1993, allí pasó mucho y a muchos. ¿Cómo fue su ambiente
original?
" Poco a poco, la gente, la gente inteligente, se fue yendo, que es uno de los dramas que ha pasado en el País Vasco"
—Muy bohemio, muy desenfadado. Ninguno de
mis amigos, ni yo mismo, éramos muy académicos. Íbamos a dar clases pero
tampoco en plan de gran erudición; éramos profesores un poco
irregulares, no como los habituales. El ambiente era muy de
compañerismo, de colegas. Teníamos amistades con los alumnos, y sobre
todo con las alumnas, bastante divertidas. Lo pasábamos muy bien. Yo
esperaba ir a dar clase con entusiasmo, cosa que luego no me ha pasado
casi nunca. Pero poco a poco empezó a entrar el virus del separatismo, y
claro, éramos sospechosos, porque éramos divertidos, que es una cosa
que a los separatistas les molesta mucho, porque son profundamente
aburridos y tristones. Ninguno de nosotros era precisamente entusiasta
del nacionalismo. También les parecía que la Facultad de Zorroaga tenía
que ser suya. Con eso, poco a poco, la gente, la gente inteligente, se
fue yendo, que es uno de los dramas que ha pasado en el País Vasco.
—¿Estuvo allí desde el primer momento?
—En el primer, primer momento, no. Estaban
unos amigos míos, que fueron los que me reclamaron, pero llevaba tres
años, como mucho, funcionando.
—Por allí pasaron Félix de Azúa,
Víctor Gómez Pin, Jacques Derrida, René Thom, Julio Caro Baroja, Agustín
García Calvo, Rafael Sánchez Ferlosio…
—Sí, sí. Conseguimos mover a mucha gente.
—Zorroaga fue la primera facultad
de Humanidades de carácter público en el País Vasco, que estaba por la
antigua Casa de Misericordia.
—Estaba ahí arriba, donde el asilo; de hecho, los ancianos se venían a tomar un vino a nuestra facultad, y a ver chicas.
—¿Por esa época ya tenía guardaespaldas?
—No, los guardaespaldas empezaron cuando
mataron a Paco Tomás y Valiente —1996—, con quien yo había estado muchas
veces en mesas redondas. Antes creíamos que los profesores estábamos un
poco a salvo, una tontería entre otras; pero cuando le mataron en la
propia facultad nos mostró la enorme vulnerabilidad que tiene un
profesor, pues tiene que estar a unas horas determinadas en un sitio
determinado, que es lo más contraindicado para escapar de alguien que te
quiera hacer algo. A partir de ese momento…
(El móvil de Savater chilla, aúlla. Le
llaman de El Toro TV. Se enfada, pero responde cortés, como resignado.
Como esos actores de teatro que lloran pero cuando pasan una mano por la
cara y la van bajando van cambiando la expresión a una sonrisa perfecta ).
—… a partir de ese momento, aquí en Madrid,
Jesús Polanco (entonces presidente del grupo Prisa) me puso un
guardaespaldas porque se empeñó. Pero cuando ya quise volver a San
Sebastián a pasar el verano el ministro de Interior, Jaime Mayor,
insistió. Y me resigné.
—¿Y llegó a tener tres?
—No, llegué a tener seis. En el País Vasco, cuando salía a pasear, tenía que decir a dónde iba; dos iban a mirar el sitio y…
(Vuelve a aullar su móvil, contesta con la misma paciencia enfadada ).
—… dos venían conmigo y dos venían detrás,
por si acaso. Y eso en San Sebastián. Yo les he llevado también incluso
de viaje. A mí me han atacado por la calle en Milán, o sea que
imagínate.
—¿Y hasta cuándo los tuvo?
—Hasta que ETA se jubiló.
—En Carne gobernada
también habla de la Iglesia. Comenta que ETA “centró sus ataques en los
uniformados (…), pero después vinimos los de paisano y empezaron a caer
periodistas, profesores de universidad, empresarios y políticos de
partidos constitucionalistas, es decir, no nacionalistas: todas las
clases, todos los gremios… menos los curas. Los etarras tenían poca
moral, pero mucha memoria y sabían de dónde venían… y sobre todo a dónde
nos llevaban”.
—La única, digamos, profesión a la que no mataron a ninguno. A ningún cura.
—Hable de su paso por la cárcel, que creo fue a consecuencia de la detención (y posterior muerte) de Enrique Ruano.
—Fue a consecuencia de las manifestaciones
que estábamos haciendo en la facultad —en Madrid—. Fue en el mismo mes
de enero —de 1969— que mataron a Enrique.
—¿Cuánto tiempo estuvo?
—Mes y algo, muy poco.
—Falleció Sara Torres, su compañera durante tantos años, y ahora ha iniciado una nueva relación. ¿El tiempo qué borra?
" Dicen que el tiempo lo cura todo. El tiempo no cura nada, lo mismo que el espacio. Ni el tiempo ni el espacio curan las penas"
—El tiempo no hace nada, el tiempo no
remedia nada. Dicen que el tiempo lo cura todo. El tiempo no cura nada,
lo mismo que el espacio. Ni el tiempo ni el espacio curan las penas. Uno
continúa, se acostumbra a estar triste, pero no es que deje de estar
triste. Ya empiezas a verlo como algo menos sorprendente. Antes me
sorprendía de despertarme por la mañana triste, porque nunca me había
pasado, y a partir de que me empezó a pasar, con los años, me acostumbré
a estar triste; lo cual no quiere decir que deje de estar triste, pero
ya estoy más acostumbrado, resignado a vivir dentro de la tristeza.
—¿Nada hay para siempre?
—La vida humana, desde luego, no.
—Pero hay valores. ¿Qué permanece en la persona?
—Un ser mortal no puede aspirar a nada eterno, ni valores ni nada.
—¿Se aprende a vivir con los años?
—Qué más quisiéramos, qué más quisiéramos.
—¿Qué se gana y se pierde con la edad?
—Digamos que cambias de errores. Los
errores de la juventud son de un tipo más impetuoso, más sensual; y los
errores de la vejez son más cicateros, a veces intelectuales. Pero
equivocarse, siempre se equivoca uno.
—La reivindicación de la niñez, con
esa frase suya que dice “me tengo por un exiliado perpetuo del final de
la niñez”, ¿es más una pretensión que una realidad? ¿No es, en el
fondo, más que un deseo?
—La niñez sigue teniendo una presencia
permanente en mi vida; en gustos, en opciones, en aficiones, en todo.
Salvo el whisky, que lo empecé a tomar más allá de los catorce años,
todos los gustos en mi vida los he tenido antes de los catorce. Y los
sigo teniendo todavía.
—Hable de la falla en su vida cuando viene con su familia a Madrid, con doce años.
—Lo viví como un exilio, muy mal. Alejarme
de San Sebastián, aunque estaba arropado por mi familia a la que yo
quería muchísimo, fue un pequeño drama, un desgarramiento. En cuanto
pude volví a estar allí lo más posible. Precisamente por esa fidelidad a
la niñez.
—Llegó a Madrid, claro, con acento vasco, por lo que no fue muy bien recibido en el colegio (del Pilar).
—Había de todo, pero también bastantes a los que el acento les parecía muy gracioso. Conocí un poco la exclusión.
—“Yo conozco el amor que todo lo devora”. ¿Es lo más trascendental que le ha pasado?
—Sí, claro. Por supuesto. Los seres humanos
se dividen entre los que han tenido un amor y los que no lo tienen; es
la más grande distinción entre los seres humanos. Quien ha tenido un
amor conoce el destino. Y a veces lo pierde, como ha sido mi caso.
—“Soy leal al amor (no al sexo)”.
—Me gusta mucho. Y la fabada. Pero el amor es otra cosa.
—Se queja de “las magnificaciones del consentimiento, el sólo sí es sí”.
—Es que reducir eso a una especie de
contrato me parece un poco triste. Me gusta la seducción, el atractivo,
pero estar haciendo un contrato, firme usted aquí, que…
—Recuerde a Jesús Aguirre y a Taurus.
—Fue mi primer editor. Tenía fama de ser
una persona bastante intemperante y sarcástica, pero a mí en cambio me
trató maravillosamente bien, me acogió, cuando yo me aburría, me
impulsaba a escribir, hablamos muchísimo de todas las cosas… Fue una
compañía intelectual y laboral muy importante.
—¿Cómo llegó a él?
—Como mi colegio, el Pilar, estaba en la
calle Castelló yo pasaba todos los días delante de la editorial, que
estaba en la plaza del Marqués de Salamanca; era la única editorial que
sabía dónde estaba.
—O sea, que se ofreció.
—Sí, claro. Yo entré y le dije que tenía un
libro, que era mentira, porque no lo había escrito todavía, pero lo
tenía en la cabeza. Me dijo que se lo llevara y yo le contesté que tenía
que corregirlo un poco, que en quince días se lo traería. Y en quince
días lo escribí —Nihilismo y acción , 1970—.
—Usted ha dedicado un ensayo a la educación, El valor de educar: Cómo se transmite el saber humano ,
Ariel, 2021 la última edición), y ha sido profesor durante más de
treinta años; al hilo de esto, en el último Informe Pisa, en diciembre
pasado, España obtuvo sus peores resultados desde el año 2000, con un
tirón de orejas en la comprensión lectora y en matemáticas.
" Yo no pondría el Informe Pisa como algo incontrovertible pero creo que existe, efectivamente, ese bajón educativo en España"
—Yo no pondría el Informe Pisa como algo
incontrovertible pero creo que existe, efectivamente, ese bajón
educativo en España. Pero no porque lo diga ese Informe, sino porque uno
se da cuenta hablando con los jóvenes. La lectura tiene competencia con
muchas otras cosas. Cuando yo era joven leía muchísimo porque no había
otra cosa y a mí no me gustaba jugar al fútbol. A ver una película al
cine ibas el día de tu cumpleaños, no había televisión… La lectura era
una compensación de todo lo demás.
—Pero España ha sido incapaz de ponerse de acuerdo en una ley de educación.
—Eso ha sido uno de los defectos. Hemos
tenido leyes de educación, pero por un tubo. Prácticamente desde que
empezó la democracia en España no ha habido un alumno que haya empezado
sus estudios y los haya acabado con la misma ley de educación. Todas las
leyes tienen aspectos acertados y desacertados, como es natural, pero
lo que es desacertado, evidentemente, es que cada ley vaya pisando,
cortocircuitando, a la otra. Hace falta un planteamiento serio que, por
supuesto, no se puede esperar del PSOE porque tiene unas ideas de
educación verdaderamente, como de casi todo lo demás, disparatadas.
—Unas palabras sobre Borges, al que le dedicó un libro, Borges, la ironía infinita , allá por 2002. ¿Es quien le cambió, realmente?
—Cuando le leí me pareció que eso era lo
que yo quería hacer, pero no estaba entonces, ni ahora, a mi alcance;
pero sí ha sido uno de mis enormes placeres literarios.
—Parece ser que lo leyó primero en francés.
—No sé por qué, la editorial Sur había
tenido una bronca con las autoridades españolas y no entraban los libros
aquí, por eso yo leí el primer cuento de Borges, que era El Aleph , en un libro que a mí me gustó mucho; se llamaba El retorno de los brujos , de Pawles y Bergier.
—¿Cómo se ve el mundo a los 76 años?
" Me indigno al mirarme al espejo, cuando me digo qué barbaridad, pero qué te ha pasado, con esta pinta dónde vas a ir"
—Yo, por la vista, nunca lo he visto muy
bien… Pero el problema de la vejez es que si uno se sintiera viejo
estaría ya más o menos deseando abandonar; pero yo, por lo menos, me
siento joven. Me indigno al mirarme al espejo, cuando me digo «qué
barbaridad, ¿pero qué te ha pasado, con esta pinta dónde vas a ir?».
—¿Cuál es su nuevo proyecto?
—Eso sí que no, eso es una de las cosas
buenas que tiene la vejez: no tienes proyectos. Mi proyecto es qué voy a
comer a mediodía, si este fin de semana me han invitado unos amigos…
Pero nada más allá. Ya este libro —por Carne gobernada — me
pareció escribirlo una osadía, y mira que ha sido cortito —173 páginas—.
Me costó como si hubiera subido al Everest descalzo.
—También ha dicho que ha sido el libro menos planificado.
—Es que no lo he planificado en absoluto:
me senté, empecé a escribir queriendo contar un poco mi asombro de que
no había muerto después de Sara, y que incluso podía encontrar a otra
mujer. Empecé con eso y luego ya me salieron todas las cosas que tenía
en mi vida. Y eso es el libro.
—O sea, que no tiene otro proyecto.
—No, no, no. Tengo el proyecto de no tener otro proyecto.
—¿Se sigue bañando en La Concha?
" Cuando estoy nadando estoy feliz"
—Estoy deseando que llegue el verano. En
junio ya me empiezo a bañar. Ahora, como tengo tan mal las piernas y
tengo tanta artrosis, no puedo bañarme el día que hay olas porque si una
ola me tira, me ahogo. Tengo que tener el mar en calma. Pero
afortunadamente La Concha es un mar tranquilo. Normalmente, de junio a
noviembre me baño todo lo que puedo.
—¿Y va hasta las boyas?
—Hasta la línea de boyas. Si nadar no es problema, en cambio andar me cuesta, me duele. Cuando estoy nadando estoy feliz.
(En Carne gobernada saca a
relucir esta recomendación de Baroja: “A cierta edad, ya no debe uno ir a
ningún sitio del que no pueda volver andando”. No se le pregunta al
pensador si la cumple, si la ha colocado por guasa o por la sorna de don
Pío ).
—Éste es el año Chillida, el centenario.
—Sí. Era una persona estupenda. En la
primera manifestación que hicimos antes de fundar Basta Ya, en la plaza
de Guipúzcoa, tras un crimen, entonces tan frecuentes, estábamos quince o
dieciséis personas y allí estaba Eduardo con su mujer.
—Y como artista, ¿le interesó?
—No soy muy de arte moderno, la verdad. Me gusta el David de Miguel Ángel, pero lo que hacía Eduardo, pues estará bien.
—Además de la siesta, que es sagrada y que duerme como un lirón…
—Y cada vez más.
—… ¿qué ha hecho esta mañana y qué hará por la tarde?
—Hoy lo más importante es esto que tengo
contigo. Luego iré a comer, la siesta, como bien dices, y por la tarde
tengo que continuar el artículo que estoy escribiendo para The Ojective sobre el tema de El País .
—No comerá en ningún restaurante con estrellas Michelin, a los que tanta aversión tiene.
—Esas cosas de las gilipolleces del Basque
Culinary Center… Yo no sé cómo no acabamos con el estómago mal en el
País Vasco de tanto oír hablar de comida.
—¿Por qué libro suyo debería empezar un joven o alguien que no lo haya leído?
—Tampoco… No sé… Debe empezar por un autor más importante que yo, no me aconsejaría como lectura… Solo integral a mí me gusta porque revela muchas facetas diferentes o columnas sobre muchos temas. Y luego la biografía —Mira por dónde. Autobiografía razonada (Taurus, 2003)—.
—Quizá lo que le haya salvado en la vida, de todo, ha sido que es un disfrutón.
—Eso y el sentido del humor. Creo que al
igual que Miguel de Unamuno tenía un sentido trágico de la vida yo,
afortunadamente, tengo un sentimiento cómico de la vida.
—¿Qué está leyendo ahora?
—Una novela, El misterio de la Villa Rosa, de A. E. W. Mason, una de las primeras modernas policiacas que se han escrito.
—¿El último autor que ha descubierto?
—Un autor francés que me lo recomendó el
algoritmo de Amazon, después de ver las cosas que yo compraba. Y se lo
he agradecido mucho porque es muy bueno. Serge Brussolo. No lo conocía y
la verdad es que es un buen descubrimiento.
Y ya, al final del todo, de pie, dice:
“Mira, ¿ves lo que te decía antes del sol? Aquí cuando se pone el sol
fuerte no hay manera de aguantar”. Y posa Savater junto a muñecos de
cualquier tipo, tamaño o condición que asoman junto a libros de toda
laya en una casa donde no hay paredes, sólo estanterías ocultas: cientos
de libros que asoman; entre ellos de Carl Sagan, Max Weber, Lezama
Lima, Simone Weil, Kenneth Anderson… Cuadros con caballos, una foto con
Peter O’Toole, otra con su padre en el hipódromo de Lasarte cuando era
un crío de cuatro o cinco años, una postal de Baroja, crisolines, unos
diez mecheros, aunque dice que lleva tres meses sin fumar, aunque algún
puro sí. Y Moby Dick . Cerca debe de andar Conrad, de quien en Carne gobernada dice: “Le perdono cualquier traspié con tal de que me embarque”.
TITULO: ¡ Atención obras ! - Cine -Nace el creador de Sherlock Holmes,. Nace el creador de Sherlock Holmes,.
foto / William Stuart Baring-Gould , uno de los más aplicados estudiosos de Sherlock Holmes , en Sherlock Holmes de Baker Street (1962),
novela con trazas de biografía —por apócrifa doblemente ficticia— del
autodenominado “detective consultor”, sostiene que este maestro de la
observación y la deducción nació el seis de enero de 1854 en Yorkshire.
Es decir, el mismo año en que —ya el 25 de octubre— tuvo lugar, a
catorce kilómetros de una sitiada Sebastopol, “el episodio más heroico de la historia militar británica” .
Sus protagonistas fueron 670 jinetes, combatientes en la guerra de
Crimea, mandados por lord Cardigan en la batalla de Balaclava. En una
acción suicida, cargaron contra una guarnición rusa fuertemente armada.
En efecto, aquella fue la famosa carga de la Brigada Ligera.
Según Baring-Gould, el futuro mito de la literatura
detectivesca vino al mundo cinco meses antes de que toda la épica del
colonialismo británico asistiera a su momento estelar. Pero parece mucho
más apropiado apuntar que el de Baker Street, antes, incluso de la
publicación de Estudio en escarlata (1887), su
primera entrega, abrió los ojos por primera vez otro 22 de mayo, el de
1859, en Edimburgo. Y es que, hace hoy 165 años, la capital escocesa vio
nacer a Arthur Conan Doyle , el creador de Sherlock Holmes.
" Bien es cierto que este
antiguo médico que fue el doctor Doyle a bordo de diversas
embarcaciones, una vez se asentó en tierra firme, apenas ejerció"
Aún estudiante de medicina, el joven Arthur comenzó a escribir historias a la vez que publicaba sus primeros artículos científicos en la British Medical Journal . Hablamos
del año 1879, para entonces, el escritor ya había trabado amistad con
otro grande de las letras en la lengua de Shakespeare: James M. Barrie . También oriundo de Escocia, el padre putativo (creador)
de otro personaje literario con universo propio —Peter Pan, el muchacho
que se negó a crecer, el paladín de los Niños Perdidos en el país de
Nunca Jamás— fue el primer colega, y, sin embargo, amigo, del padre putativo de
Sherlock Holmes. Y, ya puestos a hablar de la carga de la Brigada
Ligera, con los años (1894), Doyle enseñaría a jugar al golf a Rudyard Kipling, quien encontró inspiración para uno de sus textos más controvertidos —El último de la Brigada Ligera (1891)— en aquellos jinetes de Balaclava.
Bien es cierto que este antiguo médico que fue el doctor Doyle a
bordo de diversas embarcaciones, una vez se asentó en tierra firme,
apenas ejerció: abrió consulta como oftalmólogo en el Londres de 1907 y, según confesión propia, no recibió a ningún paciente .
Nuestro oculista no fue uno de esos autores que se confunden con su
personaje, como pueda ser el caso de Dashiell Hammett quien, antes de
crear al Agente de la Continental, fue él mismo investigador de la
agencia Pinkerton.
" Dejando a Holmes a un
lado, habrá que recordar a ese gran autor de ciencia ficción que también
fue Doyle merced a la serie de novelas protagonizadas por el profesor
George Edward Challenger"
Sin embargo, es igualmente verdadero que la relación de Sherlock con
Irene Adler, su debilidad ante las damas que responden al nombre de
Violet, su antagonismo con el profesor Moriarty, la gorra deerstalker, el motivo por el que nunca investigó los crímenes de Jack el Destripador —su contemporáneo— o la mala memoria de Watson para las fechas… Resumiendo, todo lo concerniente al universo del detective consultor, nació un día como hoy .
Y puede decirse que ese día como hoy de hace 165 años, cuando abrió
los ojos a la vida un pequeño escocés, católico como hijo de irlandeses
que era, y llamado a ser una de las glorias de la literatura en lengua
inglesa, así como una de las cimas de la literatura detectivesca
universal, fue un momento estelar de la humanidad. Lo fue porque, desde
las primeras ediciones de El perro de los Baskerville (1901-1902),
la pieza que elevó a los altares de la ficción detectivesca al de Baker
Street y a su creador, los 56 relatos cortos, y las cuatro novelas, que
dan noticia de las investigaciones del detective consultor, legiones de
los más variados lectores del mundo entero vienen dando cuenta de todas
esas páginas con auténtica avidez.
" Y, con todo lo racional que
se nos presenta Holmes en sus deducciones elementales, habrá que
recordar, también, al Doyle interesado por el esoterismo y los temas
ocultos"
Tanto ha sido así que, en cierta medida, han eclipsado el resto de su obra .
El mismo Doyle se manifestaba en estos términos llegado el momento del
recuento final de su bibliografía ajena al de Baker Street: “Entre
veinte y treinta obras de ficción, libros de historia sobre dos guerras,
varios títulos de ciencia paranormal, tres de viajes, uno sobre
literatura, varias obras de teatro, dos libros de criminología, dos
libelos políticos, tres poemarios, un libro sobre la infancia y una
autobiografía”.
Dejando a Holmes a un lado, habrá que recordar a ese gran autor de
ciencia ficción que también fue Doyle merced a la serie de novelas
protagonizadas por el profesor George Edward Challenger. Una de ellas, El mundo perdido (1927), ha tenido mucho que ver con esa dinomanía ,
con ese afán jurásico que, también desde sus primeras ediciones, ha
venido llamando la atención del Respetable por las criaturas
prehistóricas. Y, con todo lo racional que se nos presenta Holmes en sus
deducciones elementales, habrá que recordar, también, al Doyle
interesado por el esoterismo y los temas ocultos. Creyó firmemente en las hadas de Cottingley y su gran amor fue una médium Jean Elizabeth Leckie , a la que desposó en 1907, tras enviudar un año antes de Louise Hawkins, su primera mujer.
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