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LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? - Virgen de la Asuncion - Empresa Economía - Indra y Telefónica, dos caminos cruzados hacia la meta común de ser líderes Europa ,fotos ,.
Indra y Telefónica, dos caminos cruzados hacia la meta común de ser líderes Europa,.
Seis meses después del movimiento de fichas del Gobierno, las dos compañías siguen rutas opuestas para ganar peso,.
Angel Escribano, presidente de Indra y Mar Murtra, presidente de teléfonica,.
Una llamada, una reunión en La Moncloa y un relevo silencioso en la cúpula de dos compañías estratégicas. Así empezó, hace seis meses, el mayor movimiento corporativo pilotado por el Estado en lo que va de legislatura. La SEPI ejecutó el pasado 18 de enero una maniobra quirúrgica que alteró el equilibrio de poder en Telefónica e Indra y puso en marcha una estrategia de fondo: ganar peso en el tablero empresarial europeo.
Bajo el pretexto de «emprender una nueva etapa», José María Álvarez-Pallete fue apartado de la presidencia de Telefónica un frío sábado de enero. Lo supo el día antes, en La Moncloa, a quince kilómetros de la sede de la operadora. La comunicación le llegó «de la nueva estructura accionarial» —como se explicó en el comunicado remitido a la CNMV—. En los salones del complejo neoherreriano que acoge las labores administrativas del Estado, lo esperaban representantes del equipo de Pedro Sánchez, de Criteria Caixa y de STC. El ejecutivo madrileño —experimentado 'runner'— supo que había llegado a la meta: «Una vez telefónico, siempre telefónico», afirmó.
Ese mismo viernes comenzaba la nueva etapa de Marc Murtra, que cambió su despacho en Alcobendas —la localidad madrileña donde está la sede de Indra— por el del Distrito de Telefónica. No fue un simple cambio de nombres, sino un efecto dominó que culminó con Ángel Escribano al frente de Indra. Detrás de los relevos, un objetivo común: levantar dos gigantes empresariales con sello español en Europa. El remitente, Moncloa; el mensajero, la SEPI.
Con el 28% en Indra y el 10% en Telefónica, el brazo inversor del Estado trata de hacer crecer ambas compañías, pero con estrategias opuestas. En Indra, Ángel Escribano apuesta por crecer mediante adquisiciones para hacerse con un hueco en el mercado europeo, aprovechando la fiebre por el sector de la defensa y la lluvia de millones que Bruselas y los Estados miembros prometen destinar.
Escribano cuenta con un respaldo clave: el propio Estado. «Que la SEPI sea un accionista le abre la puerta a tener mayor posibilidad de acceder a muchos contratos en España», apunta Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano. Pero la ideología del Gobierno en esta materia se convierte en un arma de doble filo y condiciona su proyección exterior.
La urgencia de posicionarse en el sector no es casual. Desde la invasión rusa de Ucrania, Bruselas ha acelerado el rearme y multiplicado los mecanismos de financiación para la industria militar. Ha instado a los Estados miembros a alcanzar el 2% del PIB en gasto en Defensa —e incluso el 5% en inversión, no solo mantenimiento—. En este contexto, España sigue rezagada y el Ejecutivo mantiene una posición ambigua. «El futuro de Indra no depende solo de cuánto crezca o qué empresas adquiera», insiste el experto, «sino de que España decida estar o no en el centro de la industria de defensa europea».
Por el momento, Indra ya tiene en su grupo Hispasat. Con esta adquisición, la compañía dio un paso decisivo hacia su consolidación como actor relevante en el espacio europeo, un área considerada estratégica para el Gobierno español.
Este verano añadió una segunda operación cargada de simbolismo: la compra de la planta de 'El Tallerón', de Duro Felguera. Esta instalación asturiana será la base de la nueva división Indra Land Vehicles, centrada en la producción de vehículos terrestres militares. En paralelo, la compañía ha intentado adquirir Santa Bárbara Sistemas y mantiene conversaciones para hacerse con Iveco Defence Vehicles. No serán las últimas. «Tenemos en el radar una veintena de empresas», avisó el CEO de Indra, José Vicente de los Mozos, en la última junta.
Una de ellas es Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), propiedad del propio presidente y de uno de sus consejeros. Su integración en Indra, planteada como una compra mediante ampliación de capital, fue aplazada a principios de mes tras un consejo de administración «áspero y duro». La operación, cuestionada por varios consejeros y al menos un accionista minoritario por un posible conflicto de interés, provocó la creación de una comisión independiente encargada de valorar las garantías e incompatibilidades. La tensión desembocó en la dimisión de una consejera del grupo.
Adelgazar para crecer
Mientras Escribano e Indra salen de compras, Marc Murtra ha optado por una estrategia diferente al frente de Telefónica. A la espera de presentar su hoja de ruta —prevista para finales de año— ha centrado sus primeros meses en deshacer parte del legado de su antecesor.
Las primeras decisiones del nuevo presidente han sido estructurales: destituyó a varios cargos cercanos a Álvarez-Pallete y puso en marcha un plan de desinversiones. Ya se han cerrado las ventas de las filiales en Argentina y Perú y están en fase avanzada las de Colombia, Uruguay y Ecuador. También están sobre la mesa las filiales de Venezuela, México y Chile. En paralelo, ha acordado la compra del 50% de FiBrasil.
Estas son las primeras medidas de Murtra. Desde su llegada, las acciones de Telefónica han subido un 13%, por encima del sector. Queda por conocer el contenido del plan estratégico que el propio Murtra ha bautizado: «Europa, Europa, Europa».
Con este reajuste corporativo, el Gobierno ha colocado a sus dos principales activos empresariales en una nueva etapa. Indra crece por expansión industrial; Telefónica, por reajuste y eficiencia. Ambas miran a Europa, pero lo hacen por caminos distintos.
TITULO: POLICIAS EN LA CALLE - Torre Pacheco, una cerilla prendida en la Babel de la Región de Murcia,.
Torre Pacheco, una cerilla prendida en la Babel de la Región de Murcia,.
El municipio, cuya población creció un 151% en los últimos treinta años debido a la llegada de inmigrantes de 96 nacionalidades distintas, intenta ahora recomponer la convivencia tras la ola de violencia racista,.
foto - Un vecino con vestimenta árabe pasea por Torre Pacheco entre pintadas de rechazo hacia el racismo.
La historia reciente de Torre Pacheco, municipio que esta última semana sufrió una invasión de odio y violencia, está marcada por dos hechos relacionados entre sí. En primer lugar, por la puesta en marcha en 1979 del Trasvase Tajo-Segura, que permitió convertir al regadío decenas de miles de hectáreas tradicionalmente dedicadas al secano, dando lugar a un potente sector agrícola local con los cítricos, el melón y el pimiento como principales productos. Y como consecuencia de esta transformación, la industria fue demandando más mano de obra y esta, sobre todo a mitad de la década de los 90 y principios del siglo XXI, llegó del norte de África. Concretamente, del Reino de Marruecos, cuyos súbditos vieron en la bonanza económica española una vía de escape para la depresión y represión de los conocidos como 'años del plomo' de Hassan II.
Así que una localidad que tenía 16.568 habitantes en 1991 pasó a contar con 24.332 solo diez años después (47% más). Pero el crecimiento no quedó ahí y el censo fue aumentando cada año, hasta alcanzar los 41.685 vecinos que integran el padrón en la actualidad, según los datos oficiales del Ayuntamiento de Torre Pacheco. De estos, el 31% son extranjeros, de 96 nacionalidades distintas, siendo la más numerosa la comunidad marroquí (6.447). Sin contar con los hijos e incluso nietos de aquellos que llegaron en los inicios del siglo, de los que la gran mayoría ya constan como españoles. Una Babel en el Campo de Cartagena de la Región de Murcia en la que, a lo largo de tres décadas, no se registraron problemas graves de convivencia, lo que llevó incluso a los investigadores de la Universidad Pontificia de Comillas Luis Rodríguez-Calles y Juan Iglesias a destacar al municipio como ejemplo de coexistencia pacífica entre migrantes y nativos. Todo hasta esta última semana, cuando la brutal paliza que sufrió Domingo Tomás, un pachequero de 68 años, a cargo de un joven magrebí de 19 años residente en Barcelona, convirtió las calles en una cacería racista contra la comunidad musulmana, alentada por grupos de ultraderecha en las redes sociales y ejecutada por radicales venidos, en su mayoría, de otras partes de España.
Empleo y seguridad
¿Qué ha podido pasar para que, de la noche a la mañana, se genere tal espiral de odio y violencia en un municipio tranquilo? Algunos de los factores que, según la mayoría de expertos, contribuyen a generar el rechazo a los extranjeros por parte de la población autóctona, como son la precariedad económica (la manida frase de «vienen a quitarnos el trabajo») y el incremento de la inseguridad (el mantra de que «los inmigrantes vienen a delinquir»), no se sustentan con datos objetivos en el caso de Torre Pacheco.
El mercado laboral, en líneas generales, goza de buena salud. En mayo de 2025 (últimos datos disponibles), había 18.092 afiliados a la Seguridad Social, de los cuales 12.474 son españoles y 5.345, extranjeros (3.354 africanos). El paro registrado hace apenas un mes es de 1.386 personas (de los cuales 331 son extranjeros no comunitarios), con una tasa del 7,22%, una de las cinco más bajas de la Región de Murcia, por debajo de las medias autonómica y nacional. Pero es que ni siquiera en mayo de 2012, cuando se alcanzó un porcentaje de desempleo del 23,51% -el más alto conocido hasta ahora debido a la crisis iniciada en 2008 tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria-, se produjeron conatos de violencia racista en Torre Pacheco.
Es uno de los municipios con menor tasa de paro de la Región, lo que descarta la competencia por el empleo como factor de rechazo a la inmigración
Por otro lado, el sector servicios ha desbancado a la agricultura como principal fuente de empleo. En ese sentido, cabe destacar la gran cantidad de comercios y restaurantes regentados por personas de origen magrebí que se observan en el centro urbano y, sobre todo, el barrio de San Antonio, la zona cero de los disturbios de esta última semana. Un ejemplo es Hassan, propietario del restaurante Don Kebab de la avenida de Roldán, cuyo establecimiento, que lleva más de diez años de servicio, fue atacado por una turba de violentos en la noche del pasado domingo.
Además, las condiciones de vida de los inmigrantes pachequeros distan mucho de ser mejores que las de los españoles. La precariedad se ceba especialmente con ellos. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), son extranjeros más de la mitad (53%) de quienes tienen unos ingresos por debajo de los 10.000 euros anuales, lo que baja considerablemente el dato de renta media por persona. Este, según el INE, es de 9.787 euros, cerca de 2.000 euros menos que el conjunto de la Región, que ya de por sí es uno de los más bajos del país. La diferencia asciende si hablamos de hogares. Como media, en las familias pachequeras entran 30.099 euros al año, por 37.743 del global autonómico.
La segunda generación
Respecto a la inseguridad ciudadana, que el alcalde, Pedro Ángel Roca, señalaba como el principal problema del municipio en los últimos años, las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior tampoco reflejan una realidad alarmante, pese al repunte del 3,6% de la criminalidad convencional. El dato más preocupante es que, en el primer trimestre de 2025, se produjeron cuatro tentativas de homicidio, frente a solo una del mismo periodo del año anterior, incrementándose también los delitos por lesiones, riñas y contra la libertad sexual. En cambio, se redujeron entre enero y marzo pasados los robos con fuerza en domicilios y establecimientos, así como las sustracciones de vehículos.
El propio alcalde relacionó este incremento de la delincuencia «a un colectivo juvenil de esas segundas y terceras generaciones de inmigrantes». Es decir, de los hijos y nietos de las personas llegadas en la época de mayor flujo migratorio de finales del siglo XX y principios del XXI. No hay datos que avalen la teoría del regidor, ni tampoco se puede saber con exactitud cuántos de estas personas de segunda y tercera generación de migrantes hay en el municipio. Sí existe información en el Centro Estadístico de la Región de Murcia sobre los nacimientos en los últimos 20 años en el municipio de Torre Pacheco. Del total de 10.180 bebés nacidos vivos entre 2001 y 2022, 5.899 son de madre española y 2.810, de madre marroquí (27%). Analizando año por año, la cifra de bebés de madre española ha estado siempre por encima de la de las marroquíes. El ejercicio en el que más se acercaron fue 2020, con 189 bebés de madre española y 147 de progenitora del reino alauita. Si a los marroquíes se le suman de otras nacionalidades, hay varios años en los que los extranjeros han estado por encima.
Asimismo, según estadísticas del INE, 26.502 vecinos de Torre Pacheco aseguran haber residido siempre en España. Un total de 4.245 personas (35% del total de extranjeros registrados) llegaron a España después de 2020, por 1.274 que quedan de la primera generación (antes de 2001).
Guardia Civil y Policía
Otra de las quejas del alcalde de Torre Pacheco, Pedro Ángel Roca, es que el espectacular incremento de la población (un 151% en tres décadas) no ha ido acompañado de un aumento proporcional de los efectivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en el municipio. «Incluso diría que se han reducido», apuntaba Pedro Ángel Roca a LA VERDAD en una entrevista concedida el pasado lunes.
La criminalidad repuntó en el primer trimestre del año, aunque de forma leve, si bien la Guardia Civil presenta carencias en cuanto a efectivos
El portavoz regional de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), Juan García Montalbán, indica que el cuartel de la Benemérita en Torre Pacheco pasó en 2008 de ser puesto ordinario, con un catálogo de 26 agentes de seguridad ciudadana, a considerarse puesto principal, con 50 efectivos. En cambio, solo están cubiertos una treintena de puestos. El resto son vacantes o comisionados en otras unidades como violencia de género, la vigilancia del campo y la persecución de delitos informáticos. «En definitiva, hay una media de quince agentes dedicados a patrullar, a todas luces insuficiente», explica Montalbán, quien afirma que «el nivel de trabajo es tan alto para los que hacen patrullas que están muy poco tiempo en el puesto, solo el necesario para poder trasladarse a otro lugar».
Por su parte, la Policía Local de Torre Pacheco cuenta con 58 efectivos, con otros cinco que se encuentran en fase de oposición, según fuentes municipales. En el Ayuntamiento hay consenso entre todos los grupos políticos sobre la necesidad de crear una comisaría de la Policía Nacional. La Asamblea también ha aprobado iniciativas en ese sentido.
La ruptura del consenso
Los investigadores Luis Rodríguez-Calles y Juan Iglesias, pese a destacar Torre Pacheco como ejemplo de coexistencia pacífica entre nativos y extranjeros, ya advirtieron de que el equilibrio era complejo y que la posibilidad de una situación como la vivida en la última semana era alta.
Descartadas la precariedad y la inseguridad como focos de este incendio, Rodríguez-Calles, licenciado en Ciencias Políticas por la UMU y doctor en Migraciones Internacionales, tiene claro que lo que más ha influido en el estallido violento en Torre Pacheco es «la ruptura del consenso político que existía en torno a la inmigración». Antes, este asunto era tratado como cuestión de Estado, pero en los últimos años «han aparecido en toda Europa partidos que centran su discurso en el rechazo al extranjero, algo que ha calado mucho entre la gente».
Más de la mitad de vecinos con ingresos por debajo de 10.000 euros al año son ciudadanos extranjeros
En el caso de España, este grupo es Vox, que pasó en 2018 de ser un partido marginal a irrumpir con fuerza en las instituciones. En el caso de Torre Pacheco, Vox obtiene grandes resultados en las elecciones generales. Fue el partido más votado en los comicios del 28-A y el 10-N de 2019. En estas últimas, arrasó con el 38% de los votos. El apoyo, en cambio, es más bajo en las municipales. En 2023, fue la tercera fuerza, con 4 ediles, aunque por encima del PSOE. El PP ha rechazado hasta el momento incluirlos en el Gobierno local, pese a que sumarían mayoría absoluta. De hecho, para aprobar los últimos presupuestos municipales, el alcalde se apoyó en el PSOE.
Una pregunta que se hacen muchos ciudadanos es si la ola violenta vivida en Torre Pacheco es ya parte de la historia o si, por contra, deja una semilla de odio que rebrotará en cuanto vuelva a producirse algún hecho delictivo de impacto social vinculado al colectivo magrebí. Sea lo que sea, Rodríguez-Calles propone una vacuna: que las administraciones recuperen las políticas públicas de convivencia y gestión de la diversidad que se aplicaron hasta la crisis económica de 2008.