BLOC CULTURAL,

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domingo, 31 de enero de 2016

REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - MUSICA, JOAQUIN SABINA,./ EL GALGO Y LA LIEBRE - EL CAMBIO DE TERCIO EN EL NUEVO VIVERO,./ EL BLOC DEL CARTERO, LA CARTA DE LA SEMANA, YO SÍ LEÍ " MEIN KAMPF,."

TITULO: REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - MUSICA, JOAQUIN SABINA,.
 ENTREVISTA - MUSICA, JOAQUIN SABINA,.
Joaquín Sabina es uno de los grandes artistas de la escena hispanoamericana.

 
-foto--JOAQUÍN SABINA EN LASEXTA NOCHE

Entrevista completa a Joaquín Sabina: "Este es el fin de un modo de hacer política"

Joaquín Sabina abre las puertas de su casa al equipo de 'laSexta Noche' para conceder una entrevista a corazón abierto. El reputado cantautor habla entusiasmados sobre algunas de sus pasiones: el traje de purísima y oro manchado de sangre que José Tomás le regaló por su 60 cumpleaños, la versión de 'Los versos del capitán' sin firmar por Neruda porque se trataba de una edición clandestina, la puerta pintada "a las 4 ó 5 de la mañana con tres whiskies", la primera edición de 'Ulises' firmada por el propio James Joyce, etc. En este repaso, Sabina no puede evitar hablar de fútbol y su amado Atlético de Madrid: "El día del 4-0 al Real Madrid fue uno de los más felices de mis últimos 20 años", cuenta.

Me cuesta escribir sobre perder a los amigos': Joaquín Sabina,.

El célebre cantautor español desembarca en Colombia con su gira '500 noches para una crisis'.



Suponiendo que una vida tan intensa como la del cantautor español Joaquín Sabina no se puede dibujar o pintar con garabatos como él lo hace ahora, lo mejor sería elegir dos cuadros sobre su historia de música y vida bohemia.
En el primero, hecho 15 años atrás, se ve a Sabina exitoso, ganador de premios por su disco 19 días y 500 noches, y una vida frenética, licor y drogas. Se dibuja el comienzo de una relación amorosa. Un accidente cerebrovascular, una depresión, la recuperación. Más discos, escenarios y música.
En el segundo retrato, Sabina, de 66 años, sigue cantando, con ocho discos más encima, pero como él dice, con “una vida más sosegada”, en la que reemplazó el frenesí por la pintura. Una gira en la que recuerda esas canciones y que, en un juego de palabras como le gusta hacer, se titula 500 noches para una crisis en homenaje a ese disco que le trae su “último jalón de vida disparatada y loca”.
Ahí se unen esos dos cuadros. Sobre esa gira que lo trae a Bogotá y Medellín, habló con EL TIEMPO por teléfono mientras estaba en México:
¿Cómo viene sintiendo la gira?
Me cuesta mucho contestar esa pregunta porque yo sé lo que dicen los artistas cuando les preguntan por su última gira y lo que voy a decir parece que es lo que dicen los artistas, pero justo anoche estuve hablando con mis músicos, con los técnicos, con todo el mundo y todos estamos convencidos de que esta es la gira más feliz, más compartida y la de mejor calidad musical y de espectáculo que hemos hecho en nuestra vida: ¡Créeme, por favor!
¿Y qué tiene de particular?
Lo sentimos en el escenario, en el grado de complicidad con el público, en que la elección de las canciones es de nuestro repertorio favorito y que ya está rodada, ya la hemos hecho por Argentina, por Uruguay, Chile y España, así que estamos en un momento de luz ahora mismo.
Es que ‘19 días y quinientas noches’ lleva 15 años sonando…
En realidad lo que hacemos es tomar las canciones y creo que mejorarlas, porque el tiempo también construye canciones y como es el disco que más nos gusta, es un placer poder tocar 8, 9 seguidas de ese disco. Yo no sabría si elegir una, pero por ejemplo, ‘A mis 40 y 10’ que es una cosa muy personal, como un testamento íntimo, me emociona mucho tocarla. (Desde que salgo con la pálida dama / Ando más muerto que vivo, /pero dormir el sueño eterno en su cama /me parece excesivo)
¿Cómo es hoy una noche de crisis para Joaquín Sabina?
Hoy, con mi gente querida, una copa y una buena conversación después de un concierto, si es posible, en un bar más o menos íntimo donde nadie me conozca. Eso es realmente lo que me gusta.
Ha cambiado mucho su vida, ¿cómo es ahora?
Un poco más sosegada, un poco más doméstica, pero sin parar de hacer giras que es lo que mantiene vivo a un tipo que se dedica a este oficio de locos.
Usted ha venido decenas de veces a Colombia, pero ahora hay en curso un proceso de paz…
La primera vez que vine a Colombia era todavía un momento muy duro. Pero yo solo la he visto dar pasos adelante, mejorar todo el tiempo. Sé la increíble potencialidad que tienen los colombianos, por ejemplo en el caso de Medellín, donde vamos a tocar; esa ciudad ha cambiado mucho en 15 años. Yo estoy muy ilusionado con el proceso de paz, espero que nadie lo boicotee, espero que las Farc, los elenos y el Gobierno se pongan de acuerdo de una puñetera vez y que los colombianos tengan de una buena vez lo que se merecen. He tenido grandes amigos colombianos como Gabo y me encanta esa parte tropical, ese país costeño.
Los mejores recuerdos de la vida vienen por la música, ¿cómo son esos que tiene con Gabo?, ¿qué solían cantar juntos?
Nosotros íbamos a un sitio donde había un piano bar y cantábamos. A Gabo le gustaba mucho bailar y cantar, y lo hacía afinadito. Y aquí lo que hacíamos era cantar con los mariachis, luego bailábamos cumbia, pero cantar era siempre con mariachis. Incluso los dos años finales que no estaba muy claro si me conocía o no, la ‘Gaba’ Mercedes lo sacaba y seguíamos yendo al mismo sitio, seguían viniendo los mariachis, yo le cantaba al oído y él, aunque no me conociera, me hacía dúos y era una maravilla.
Entonces la música estaba por encima de la memoria…
Exactamente. Pero el último año ha sido duro para mí, se me han muerto dos amigos, uno es Gabo y el otro Juan Gelman, el magnífico poeta argentino. Con ellos siempre salíamos a cenar y los estoy echando, no se imagina, cuánto de menos.
Joaquín Sabina tiene tiempo de leer, ¿qué lee ahora?
Estoy leyendo una biografía de Samuel Beckett, cosas muy raras. Pero lo que hago en cada país que voy es comprarme libros de los últimos novelistas que se han editado o de política contemporánea para saber lo que está pasando en ese país.
¿Cómo es eso de que ahora se dedica a pintar?
En los últimos 15 años, para poder seguir subiéndome al escenario por las noches, dejé de llevar esa vida loca de no dormir y de acostarme de madrugada, entonces lo que hago ahora, como los conciertos son muy seguidos, es estar mudo, no hablar entre concierto y concierto, con lo cual, cuando me acabo los dos libros que tengo me subo por las paredes y entonces me compro unos cuadernos y me hago garabatos, escribo versos y dibujo: eso me calma.
¿Y cómo es ese ritual de silencio?
Mudez absoluta, total, con lo que me gusta hablar a mí (risas).
Usted es distante del tema tecnológico…
Lejano, no. Analfabeto total, pretecnológico absoluto (risas). No tengo ni teléfono.
¿Pero es su manera de ir en contra de ese ruido en el que estamos todos, que nos tiene ansiosos?
Yo en realidad no solo no tengo nada en contra del progreso, sino que me parece una revolución absoluta, lo que ocurre es que a mí me gusta paladear un buen libro, hablar con los amigos sin que suene el teléfono, ver una buena película, dibujar, escribir canciones y, con ese ruido constante de las redes sociales y el teléfono, es imposible. Uno tiene que elegir en la vida qué es lo que quiere hacer.
¿Se puede vivir hoy prescindiendo de eso?
Se puede, y no se imagina lo bien que se vive. Hay gente a mi alrededor conectada pero no crea que me cuentan, creo que todo lo interesante que hay en la red, lo verdaderamente interesante, acaba saliendo en los periódicos de papel porque los otros ni los huelo.
Usted ha compuesto sobre el amor, la muerte, ¿hay algún tema que sienta que no logra o le cuesta volver canción?
Me cuesta mucho y en eso estoy, escribir sobre lo bueno y lo malo, más malo que bueno, que es envejecer, el deterioro, perder a los amigos, esas cosas que pasan a partir de cierta edad.
¿Le tiene miedo a la vejez?
No le tengo miedo a la vejez, me encuentro totalmente resignado (risas), lo peor es perder amigos cada día.
¿Y cómo lo maneja?
Mal. Yo vivo muy intensamente, pero me digo mal es porque quiero escribir sobre eso y no sé encontrar el tono. No quiero encontrar un tono patético, ni mucho menos, pero tampoco quiero endulzar la realidad.
¿Cómo se imagina su retiro?
Yo no soy de esos cantantes como Serrat y otros amigos que realmente no podrían vivir sin el escenario, que necesitan subirse cada día. Mi vida no es solo subirme al escenario y escribir canciones. Es, aunque parezca pedante, más que escribir canciones. Podría estar perfectamente.
¿Y cómo es esa otra vida suya?
Dibujo, escribo y frecuento a mi gente querida.
¿Siempre está la poesía?
No tengo con ella una relación conyugal, es más de amante prohibida. Ella viene cuando quiere, no cuando quiero yo.
¿Dónde y cuándo?
Bogotá. Sábado 30 de mayo en el Palacio de los Deportes. Informes Tuboleta: Desde $ 156.000 hasta $ 371.000.
Medellín. 1.° de junio en el Teatro Metropolitano. Informes Tuboleta. Desde $ 166.000 hasta $ 350.000.

TITULO:  EL GALGO Y LA LIEBRE -EL CAMBIO DE TERCIO EN EL NUEVO VIVERO,.

EL GALGO Y LA LIEBRE -EL CAMBIO DE TERCIO EN EL NUEVO VIVERO,fotos.

Cambio de tercio en el Nuevo Vivero

Agustín Izquierdo da indicaciones a Copito durante un entrenamiento de esta semana en las IDM El Vivero. :: JOSÉ VICENTE ARNELAS
Agustín Izquierdo da indicaciones a Copito durante un entrenamiento de esta semana en las IDM El Vivero. 
  • Agustín Izquierdo debuta en el banquillo del Badajoz con la exigencia de devolver al equipo a la senda de las victorias y con la vuelta de Copito,.

    El Badajoz se resetea y pega un giro en su apuesta institucional. Del proyecto a medio plazo se ha pasado a la impaciencia del resultado y la exigencia de la victoria en el siguiente partido. Tanta es la necesidad que la única premisa válida es ganar. Y con esa presión añadida se estrena Agustín Izquierdo en el banquillo del Nuevo Vivero. Nada nuevo, por otra parte, en un club que siempre aspira a lo máximo y en el que no vale otra cosa. Tampoco es un desafío que sorprenda al nuevo entrenador blanquinegro, toda una garantía para alcanzar el objetivo de la fase de ascenso.
    Los seis últimos tropiezos consecutivos hicieron desvanecer el efecto ilusionante de Óscar de Paula y ahora el Badajoz se encomienda a la experiencia de Agustín Izquierdo para iniciar su despegue este domingo ante el Azuaga. El técnico blanquinegro debuta con la misión de devolver al equipo a la senda de las victorias desde el primer día y frenar la preocupante caída que le ha situado al borde de precipitarse de los puestos de promoción. Izquierdo no cree que las urgencias de triunfo que tiene el equipo sea una presión extra a la pesada carga que lleva consigo el banquillo del Nuevo Vivero. «Las obligaciones las vamos a tener en cada partido. Jugamos en casa, ante nuestra afición y tenemos que ser fuertes en nuestro estadio. Cada uno debe dar lo máximo para conseguir ser un equipo sólido y competitivo».
    Agustín Izquierdo se muestra satisfecho con sus primeras sesiones al frente del Badajoz. «Hay muy buena predisposición en el grupo y afortunadamente sin novedades en cuanto a contratiempos de lesiones». El equipo parece haber perdido la confianza y esta semana ha tratado de reanimar al vestuario. En ese sentido considera que el estado de ánimo del grupo es bueno. «Les he visto bien. Ha habido un cambio, se ha producido una dinámica que no es buena de resultados, pero hay que venir llorados de casa y centrarse en el trabajo de la semana. Los resultados son consecuencia del trabajo y ahí debemos estar muy concentrados. Lo importante es hacer bien las cosas y que cuando acabe el partido nuestro público se sienta orgulloso de su equipo. Tenemos que ser nobles en el trabajo y que nadie nos pueda reprochar nada».
    El preparador murciano descarta hacer una revolución en la alineación titular. «No podemos llegar en tres días y cambiar todo. Entendemos que nuestro modelo de juego debe ir introduciéndose paulatinamente. Además, los jugadores son los que hay, entre los que salen de lesiones y los que están todavía por recuperarse y sancionados, partimos de trece o catorce jugadores. El grueso del once va a ser el mismo». Su estreno en el Nuevo Vivero coincide con el regreso a una convocatoria del capitán David Copito. Jesús Muñoz también vuelve, aunque ha ido entrando poco a poco en la dinámica de grupo y sólo ha podido completar el entrenamiento del sábado. «Copito ha entrenado toda la semana y aunque no está todavía al cien por cien si el domingo tengo que disponer de él puedo hacerlo. Los diecisiete de la lista están operativos». Agustín Izquierdo no podrá contar con los lesionados Copete y Germán, además de Edu Torres, sancionado. En el Azuaga es baja Isaac por acumulación de amonestaciones.
    En cuanto al rival de su estreno no le preocupa y se centra en sacar lo máximo a su equipo. «Es un buen equipo, con individualidades que pueden hacer daño. Pero cada equipo tiene sus características y los más importantes somos nosotros. Las exigencias nos las ponemos nosotros, no depender que nos la imponga el rival. Debemos afrontar los partidos con intensidad máxima independientemente del rival».

     TITULO: EL BLOC DEL CARTERO, LA CARTA DE LA SEMANA, YO SÍ LEÍ " MEIN KAMPF,."

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    Ocurre a veces, pero esta vez es total. Me refiero a esas situaciones que te dejan sin palabras. Ha ocurrido antes, pero hoy es todo tan absoluto que lamento no tener a mano una cámara que grabe los detalles del asunto. Es el caso que estoy sentado ante mi bar favorito de la Plaza Mayor de Madrid, que es uno andaluz con cabezas de toros y fotos de toreros dentro, y con una terraza en la que se está de maravilla en las noches de verano y al sol en invierno. Estoy allí tan a gusto, leyendo Vidas de santos, de mi compadre Antonio Lucas, cuando alguien se detiene a mi lado.
    -Buenos días, don Arturo.
    -Buenos días.
    Ocurre a menudo, así que alzo la vista, cortés, resuelto a pagar el amable precio de que haya gente que te lea, o les suene tu cara, a veces con el incómodo plus de que todos los malditos teléfonos móviles llevan una cámara fotográfica incorporada. Levanto la mirada resuelto a ser correcto con quien probablemente es un lector, y como tal merece mi atención y mi tiempo, pues es él, y otros como él, quienes me permiten vivir de este oficio de contar historias juntando letras. Se trata de un hombre todavía joven, bien vestido, de aspecto agradable.
    -Perdone que lo moleste. Lo he visto aquí sentado y me he dicho: «Pues voy a saludarlo».
    -No sabe cómo se lo agradezco.
    -Todavía no he leído nada suyo, si he de serle sincero.
    -No se preocupe -le coloco la sonrisa automática-. Leerme no es obligatorio.
    -Es que no tengo mucho tiempo. El trabajo, ya sabe...
    -Mi mujer sí que tiene todos sus libros.
    -Pues salúdela de mi parte. Es un placer.
    Intento volver al libro; pero en ese punto, el individuo mira a uno y otro lado, como para comprobar si estamos solos -no lo estamos en absoluto, pues la terraza se encuentra llena-, y se sienta en la silla de enfrente con aire conspirador.
    -¿Puedo preguntarle algo?
    Como mi vago intento de retomar la lectura no le causa ningún efecto, dejo el libro sobre la mesa, resignado.
    -Por supuesto -respondo-.
    -¿Cómo hago para escribir una novela?
    -¿Perdón?
    -Una novela. Me gustaría escribir una.¿Le gustaría?
    -Sí.
    Lo miro detenidamente. No parece que me esté tomando el pelo. Tiene aire educado, se expresa bien. Correcto y amable.
    -¿Qué clase de novela quiere escribir?
    -Ah, no sé. Por eso le pregunto.
    Lo observo en silencio durante otros cinco segundos. Atónito.
    -¿Tiene alguna idea, algún argumento? -reacciono al fin-. ¿Algo que desee contar?
    -No, y ése es mi problema. Quiero escribir una y no sé cuál.
    Miro alrededor, buscando la cámara oculta. No puede ser, concluyo. Esto no es real. Pero el fulano sigue mirándome con indescriptible candor.
    -¿Qué autores le gustan? -inquiero-.
    -Pues no sé -se rasca una oreja-. Como le he dicho, no soy muy lector.
    Este es el punto, pienso, en que ahora yo voy y lo mando al carajo. O sea. Porque una de dos: le suelto una conferencia sobre Homero, Cervantes y Quevedo, la gran novela de finales del XIX y principios del XX, Scott Fitzgerald y Conrad, punto de vista, estructura, sujeto, verbo y predicado, o lo envío directamente a tomar por saco. Pero el pavo me sigue mirando con una ingenuidad que desarma. Sería como matar a un ruiseñor.
    -¿Y música? -pregunto, resuelto a irme por la tangente-. ¿No se le ha ocurrido componer música
    Entonces, con toda la estólida franqueza del mundo, ese amable imbécil me da una respuesta formidable, clara, definitiva. Perfecta. Una clave que lo explica todo, incluidas las atestadas mesas de novedades de las librerías españolas.
    -Ya me gustaría. Pero eso no lo hace cualquiera... Para eso hay que valer.  

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