TITULO: El
Objetivo La Sexta - SALVADOS LA SEXTA - La noche encendida - Oficina -
Economia - Sumar presiona a Junts para salvar el techo de gasto,.
La noche encendida,.
'La noche encendida'
no será solo un programa de charlas, espectáculo, música, comedia,
sorpresas e invitados, presentado por Pedro Ruiz, por La 2,foto,. etc,.
Sumar presiona a Junts para salvar el techo de gasto,.
«Son 500 millones para Cataluña», advierten en el partido para retratar a Junts,.
foto / En el ala minoritaria del Gobierno también asumen ya que Junts tumbará el techo de gasto que se somete a votación este jueves en el Congreso de los Diputados. El que es el paso previo para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, es un símbolo de máxima importancia también para testar el aguante del gobierno de coalición y, si es imprescindible para el PSOE, para Sumar todavía más, en medio de su debilidad política.
La presentación de los Presupuestos Generales del Estado es una herramienta que puede otorgar al socio minoritario en Moncloa la máxima visibilidad si consigue en la negociación desbloquear los permisos de paternidad, una reforma fiscal o el impuesto a las grandes herencias, o los problemas de acceso a la vivienda.
Es por eso que, en medio de la debilidad parlamentaria y de la situación de extrema fragilidad por la que pasan las relaciones entre el PSOE y Junts, desde Sumar tratan de elevar la presión sobre Junts para que apoye el techo de gasto y no haga descarrilar la legislatura. Una estrategia que ya ha emprendido –como publicó este diario en su edición del lunes– varios de los socios de Sánchez, como el PNV y Bildu.
El ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, reclamó ayer al partido de Carles Puigdemont que apoye el techo de gasto. Afirmó que es «bueno» para Cataluña y avisó directamente al partido independentista de que votar en contra es «votar en contra de que Cataluña tenga 500 millones de euros más», dijo Urtasun. De este modo, en Sumar buscan que el partido independentista se retrate, es decir que explique el motivo por el que rechaza aumentar la inversión para su comunidad. En una clara súplica a Junts, desde Sumar piden responsabilidad al partido. «Nos toca a todos los partidos estar a la altura, nos tenemos que dar una segunda oportunidad», aseguró.
Para Urtasun, votar a favor de la senda de déficit podría ser una manera de «enmendar el error» de la pasada semana. Se refiere Sumar a solventar el voto en contra de los de Puigdemont en el Congreso a la mejora de la Ley de Vivienda y que acabó tumbando la proposición que impulsó Sumar.
Esta petición en público por parte de Sumar corresponde a la necesidad de presión total sobre el partido independentista. Es por eso que ponen el énfasis en que Junts solucione con esta «segunda oportunidad» su voto en contra. Además, de esta manera, en el partido buscan desgastar a Junts al vincularle con el Partido Popular y Vox «Tienen que decidir si quieren dar mejor financiación a las comunidades o jugar a la política pequeña», lanzó Urtasun.
Sin embargo, en privado, fuentes del partido ya dan por perdida la votación económica. «Es prematuro», reconocen en la formación, alejando así un voto a favor de Junts y rebajando el efecto de la cita en Suiza del PSOE con Junts. Sumar, eso sí, no da por perdido del todo al partido catalán y cree que todavía hay «margen» para negociar y conseguir los siete votos de Puigdemont para los Presupuestos.
En Izquierda Unida, socio también de Gobierno, donde ponen el énfasis es en el PP, que es a quien presionan, al dar por imposible ya a Junts en la suma del «sí» para la votación. La responsable de organización, Eva García Sempere, exigió al PP estar a la «altura de miras». «Debe decidir si sigue esa carrera loca de intentar ser más extremo que la extrema derecha y seguir a su líder Díaz Ayuso en una carrera hacia ninguna parte, o decide comprometerse con las comunidades autónomas que gobierna y con los ciudadanos que viven en esas comunidades», presionó la dirigente de Izquierda Unida.
TITULO:
La
hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los
bosques - Los tenores de la sierra ,.
La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los bosques - Los tenores de la sierra , fotos,.
Los tenores de la sierra ,.
La Tierra sigue sonando y moviéndose. Es la humanidad, asustada, la que se ha quedado quieta y callada. El silencio que el hombre ahora sí escucha es su propio silencio. Y el de su miedo y el de su pequeñez también.
Día a día, y más de noche aún, en estos ya más de cincuenta pasados aquí, en pleno monte, en soledad, en la cabaña del Enebral, en el sopié de la sierra alcarreña de Altomira, esa fue y se mantiene como la percepción más intensa y el sentir mas profundo que envuelve al pensamiento y a la reflexión.
Aproveché el primer día claro, entre temporal y temporal, con horizontes de cristal recién lavados, para irme al crepúsculo a esperar la noche y quedarme en ella. Media luna sobra para andar, y hasta dar sombra, por los caminos de tierra y zahorra entre bosquetes y labrantíos. Arriba están las Tres Marías, también la blanca Rigel y la rojiza Betelgeuse, que dicen que se está muriendo, si es que no se ha muerto y explotado ya, pero aún no hemos percibido su temblor final. Son de la constelación de Orión. El Carro de la Osa Mayor también alcanzo a distinguirlo. Y poco más: a la estrella Polar y al lucero de la tarde, Venus en realidad, y paré usted de contar y menos aún nombrar a las incontables que lucen allá arriba.
El silencio de los hombres ha dejado abierto el oído al otro son, antes tapado por su ruido, tanto en los cielos como en la tierra, donde nada humano suena, ni vibra, ni cruza rugiendo de continuo por la oscuridad. No se mueven sus luces ni sus máquinas, ni se escucha su agitación. Son ahora otros los sonidos que se pueden oír. Mucho mas quedos y precavidos, otro moverse, este cauto y que detiene el mismo para escuchar, que luego vuelve a despertar y rebulle al caminar y otras se alza en la distancia en un gruñir o un ulular. Terminada la postrer aria crepuscular de los mirlos tenores no hay todavía orquesta de grillos que les sustituya después. Hace aún frío y les desafinaría el violín. Pero sí hay barítonos roncos: los sapos que se pasan la noche en un croar. Los tapa de golpe a todos la escandalera de un zorro y su raposa —seré fino, quizás aposta cursi, o tal vez me ría—, en desatado celo, que con sus guarridos —mezcla de aullido, gemido y ladrido— estremecen la atmósfera brotando desde las sombras de un monte oscuro. Solo al cabo de un rato se vuelve a oír imperturbable la voz del Gran Duque, del búho.
La ausencia del hombre, las lluvias y las siembras naciendo y alzándose lo han vaciado también del labrador y sus tractores, que llevan ya muchos días sin asomar tampoco. Esto ha hecho que los animales nocturnos se muevan antes y por lugares que antes rehuían. Un jabalí, puede que el mismo de ayer por la tarde, sale al trote en la puerta misma de la cerca, y ya un poco más lejos se para y me suelta un bufido. Comprendo que estorbo y me vengo hasta el fuego, porque las noches claras son las más frías. O es que este silencio de la humanidad asustada hace sentirlas más gélidas aún.
Es aquí donde decidí quedarme, antes incluso de saber, pero sí barruntarme, la orden de arresto domiciliario general. No tengo cerca población alguna, el lugar habitado más cercano dista 7 kilómetros, y no he tenido necesidad, ni ganas, de asomar excepto por causa perentoria, como la reposición de algunas vituallas. De otras sigo surtido y los huevos del gallinero no me van a faltar. En muchas ocasiones me he confinado en ella para escribir, meditar, vagar por el monte, hacer esperas a la luna llena o simplemente ver amanecer. Esta es diferente, claro está, pues ahora lo que no depende de mi voluntad es el salir.
Llegué antes de que entrara la primavera. La he visto asomar, florecer, ventolear y llover. Lo que más, llover. Una primavera cumplidora de todos los refranes viejos. “Marzo ventoso y abril lluvioso hacen de mayo florido y hermoso”. Ha sido, en efecto un “abril, aguas mil”, y está el monte, el campo, los poderosos árboles y los humildes tomillos, los enebros y las sabinas, los romeros y las aliagas, los robles y las carrascas, las hierbas y los zarzales, las mieses y los barbechos y todas las plantas que les ha dado por florecer, desde las mas rastreras a las mas altivas, desde la salvia a la encina, que las encinas también echan flor.
Bueno para abejas y para los conejos y para las perdices y para toda la crianza del bicherío, desde el águila real que de mañana cruza hacia su cazadero por la vertical de la cabaña hasta el cuclillo recién llegado que busca nido al que colocar el huevo para poder seguir él cantando sin más faena que hacer.
En mi primera y ritual visita vi que los conejos le han cogido querencia al lugar donde, bajo la sabina de copa redonda y perfecta, en la cuesta que sube al mirador de las Grullas, está la tumba del Lord y del Mowgli, mis dos bretones valientes y buenos. Dejan los rabones, junto a ella, rastro y trato de sus visitas y quehaceres. Pequeños hoyos y escarbaduras y hasta un sirlero donde se aprecia, por las cagarrutillas más chicas, que hay gazapillos entre ellos. Ello me alegra sobremanera, y seguro que también les hubiera alegrado a mis perretes, que buena afición les tenían. Los últimos años en el Enebral, tras la terrible hemorragia vírica que se abatió sobre toda la zona, han sido una pelea continua por intentar que su población se recuperara. No se ha cazado y hemos repoblado con conejos de lugares cercanos, donde llegan incluso a ser plaga.
Fuego de leña
Poco a poco han ido recuperándose. De hecho, el año pasado acabaron con el huerto, pues no dejaron a plantón alguno, salvo contadas excepciones, arrechar. Este habrá que tomar mas serias medidas. Pero me alegra mucho el que haya que tomarlas y que, encima, haya tenido que practicar mi “deporte extremo”. O sea, tirar de azada y cavar para abrir una zanja donde colocar una alambrera que valle su totalidad. Después fueron los surcos y están yendo por turno las semillas de calabacines, de melones, de judías y los plantones de tomate, pimiento, de berenjena y de lo que aún me queda por plantar. La batalla con los conejos no cejará —no se van a rendir así como así—, pero más les vale estar atentos no “pesque” alguno y me cobre el interés del año pasado. Nada que objetar. Son la alegría del campo. Sin ellos no hay vida. Así que medren y se reproduzcan como lo que son y por lo que tienen fama. Que nos alegraremos todos, el águila imperial, los zorros y yo, desde luego.
Por ello, lo primero decidido, sentado en el recuerdo del Mowgli y el Lord, es que ya la próxima vez no subiré a verlos solo, sino con un cachorrete al lado. Ya está apalabrado con quien eso es garantía total. Juan Barrado, el que más ha intentado enseñarme a cazar bien, quien me dio a Mowgli, tiene ya, a los cuatro días entonces de nacer y ya camino de los dos meses ahora, uno apartado para mí. En cuanto me dejen iré a recogerlo. A cambio me toca bautizar la camada. Tolkien ha venido en mi ayuda, pues ha de seguirse la tradición literaria. El uno era Lord Jim y el otro fue niño-lobo de Kipling, y los valientes enanos de sus sagas les vendrán a los springer spaniel como “anillo al dedo” para poderlos nombrar. El mio será Thorin (Escudo de Roble), y Balin el que se ha quedado Juan. Para los otros tres machos hay nombres de sobra donde escoger: Tharin, Glóin, Gimli, Dúrin, Dáin y Gror. Pero para las dos hembritas solo he podido encontrar un nombre “tolkieniano”, la enana Dis, madre de Fili y Kili, que pueden valer pero eran chicos. Escaseaban las mozas, a lo que se ve.
Durante este tiempo he campeado solo. Sin salirme de los límites permitidos ni poner rueda ni pie en camino público, no me fueran a filmar y denunciarme a la Guardia Civil, que es la única que transita, y muy bien que me parece, por aquí. He campeado, cuando me lo ha permitido el aguacero, visitando aguaderos, recorriendo trochas jabalineras, auscultando madrigueras, algunas resucitadas, comprobando que los tejones han renovado su complejo de apartamentos de la barranca entre las raíces de las encinas, que hay rastro de zorros, garduñas, monteses y turones. He oído llegar de África a los abejarucos, al cuco, a la oropéndola y, el último, anteayer, al autillo, con el que la noche empieza a anunciar el calor. He descubierto incluso árboles que no tenía contados. Por dos veces en los monteos y en medio de la leña me sorprendió ver en sendas vaguadas flores entre los robles, las carrascas y los enebros. Resultaron varias decenas de viejos almendros y alguno joven, nacido de sus frutos enterrados. Una docena de ellos, que alguien plantó hace ya ni se sabe y de los cuales ni memoria había, han aprovechado para rebrotar, reverdear y cuajarse de flores. Esa mañana me brotó a mí una sonrisa en la cara, con la que como un tonto me fui volviendo a la cabaña.
Debo reconocer, y pedir por ello, si es menester, perdón, muy cumplida y pasada ya en su término exacto mi cuarentena, que no se me han hecho estos días largos. Veremos los que me quedan, si siguen así o van a peor. Durante todos ellos he encendido, casi siempre reavivando las brasas de la noche anterior, el fuego. Ha sido mi mejor compañía, y mirar sus ascuas y su llama mi casi exclusiva y desde luego mucho mejor pantalla de televisión. Un atardecer, tras saltar una liebre a mi paso y remirar en la mata, encontré a tres pequeños lebratos que con sus grandes ojos me miraban, inmóviles, a mí, sin un parpadeo, ni un resuello, ni un mover una oreja ni un temblor en la piel, y un día al anochecer me topé con un jabalí, que se acababa de desencamar, y nos llevamos un buen susto los dos, y además un par de corzas pastaban en una siembra cerca de allí.
Me ha nevado dos días, y uno llegado a helar, aunque levemente, sin llegar a matarles la flor a los frutales, y llovido muchas más veces, casi todos los días. Vamos, que acariciado el sol. He leído y escrito más aún. He corregido las últimas galeradas de Cabeza de Vaca, mi próxima novela, que iba a salir el 21 de mayo, y que, coronavirus mediante, saldrá el 18 de junio, y me he metido ya de lleno, metido a fondo, con un libro que no será de ficción y del que hablaré cuando toque, que ahora no es. He decidido abandonar mi última tertulia, estragado por el Agitprop, y sentirme un poco abrumado pero muy gratificado por el apoyo de mucha gente. He aprendido a grabarme en vídeo, yo, un analfabeto tecnológico, y colgarlo en el YouTube. He visto a mis gallinas, uno de los días en que las saco a escarbar y picotear a campo abierto, sufrir el ataque de un águila calzada y descubrir que el gen y el instinto perseveran en la más domestica y secular condición. Nada más percibir su sombra, y lo hicieron antes que yo, se pusieron a cubierto bajo la alambrera y después se refugiaron en la casilla donde duermen con su gallo asomando prudente un poco, y solo la cresta, por el dintel de la puerta.
Esta primavera, virus aparte, está siendo como las primaveras deben ser, y la tierra proclama su alegría por ello con una resurrección de vida, de olor y de color. Estos últimos días, entre nube y nube, y jugando con el chaparrón, asoma ya el picor de calor en la piel. Muy bienvenido será.
Y si de paso achicharra al bicho ese, mejor.
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Poco después de un robo a un banco, el gánster John Wheeler y sus secuaces se esconden en un pequeño apartamento, esperando a que llegue el resto de la pandilla. También en el apartamento están la novia de Wheeler, Laura y el cirujano de la pandilla, el Dr. Frank Matson. Wheeler le pide al Dr. Matson unas pastillas para el dolor de cabeza. Después de tomar el
medicamento, Wheeler se sorprende al descubrir que ha sido envenenado por el médico y morirá en 48 horas a menos que reciba el antídoto del Dr. Matson. Matson toma la bolsa que contiene el botín del banco y también le pide a Laura que se una a él para escapar de la pandilla. El médico le dice a Wheeler que le dará instrucciones a través de una llamada telefónica para ayudarle a encontrar el antídoto una vez que el médico esté seguro lejos con el botín del banco y la mujer. Wheeler no tiene otra opción y les permite al Dr. Matson y Laura dejar el apartamento con el botín del banco ($ 200,000). Sin embargo, su escapada a México
está plagada de peligros imprevistos, incluido un Wheeler vengativo que está decidido a recuperar su botín del banco y a su novia y matar al Dr. Matson. Después de esconderse en México, Matson recibe noticias de que Wheeler sabe dónde está. Él y Laura regresan a Los
Ángeles con la intención de devolver el dinero, solo para descubrir que Ollie le disparó a Wheeler. A punto de correr el mismo destino, Matson saca una pistola y mata a Ollie.
Laura lo espera en un café. Cuando se van, Matson se vuelve para llamar a la aerolínea para escapar con Laura, pero es atropellado por un automóvil que viene por la calle de un solo sentido.
Reparto ,.
- James Mason como el Dr. Frank Matson
- Märta Torén como Laura Thorsen
- Dan Duryea como John Wheeler
- Basil Ruysdael como el padre Moreno
- William Conrad como Ollie
- Rodolfo Acosta como Francisco Morales
- Rey Donovan como Grieder
- Robert Espinoza como Santiago
- Tito Renaldo como Hank Morales
- Margarito Luna como Antania Morales
- Emma Roldán como Catalina
- George J. Lewis como el capitán Rodríguez
- James Best como conductor (sin acreditar)
- Jack Elam como Arnie (sin acreditar)
- Rock Hudson como conductor de camión (sin acreditar)
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