BLOC CULTURAL,

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jueves, 10 de octubre de 2024

Tierra de sabores - Cocinamos - Un ave poco conocida en el campo y en la cocina ,. / Obélix y Astérix - Teatro de la memoria contra la impunidad ,. / Un trío en la cocina - Arroz con leche de coco ,. / Documentos TV - Dos policías heridos en las protestas de "Tsunami" intentan reabrir la investigación con una denuncia por terrorismo,.

 

TITULO:  Tierra de sabores  -  Un ave poco conocida en el campo y en la cocina  ,. 

Cocinamos -  Un ave poco conocida en el campo y en la cocina ,.

 La avefría es la clásica limícola que se pirra por este tipo de terreno buscando larvas y gusanos en las orillas o encharcamientos muy someros,.

 Avefría europea - SEO/BirdLife

foto /  La avefría,.

Restauración «Cocinar en el campo es una opción de vida, no una aventura pasajera»

Los cocineros rurales se conjuran en Gran Canaria para reclamar un mayor apoyo a los pequeños productores de la España vaciada,.

 Los cocineros Nandu Jubany, María Solivellas y Luis Alberto Lera durante una de las charlas del congreso.

foto / Los cocineros Nandu Jubany, María Solivellas y Luis Alberto Lera durante una de las charlas del congreso,.


No es una pataleta, ni un discurso apocalíptico, ni un brindis al sol. Lo que medio centenar de cocineros de pueblo de España, Portugal, Perú, Italia o Colombia están haciendo estos días en Gran Canaria en el marco del congreso de gastronomía rural Terrae es reflexionar de forma sincera sobre cómo pueden mejorar la situación de sus respectivas comunidades. Con ganas de trabajar juntos, conscientes del poder que tienen sus voces, pero interpelando también directamente a la sociedad, para que tome conciencia, y sobre todo a la administración, para que deje de poner trabas. Este martes elegirán entre todos a un portavoz que llevará el título honorífico de alcalde de los cocineros rurales.

Gente como Luis Lera, Edorta Lamo, Elena Lucas, Nacho Solana, Francis Paniego, María Solivellas, Xune Andrade, Óscar García, Iris Jordán, Miguel Ángel de la Cruz, Kiko Moya, Gianni Dezio, Borja Marrero, Roberto Ruiz o Carlos Teixeira, entre otros, conviven durante tres días en Gran Canaria. Procedentes de generaciones, orígenes y trayectorias muy diversas, a lo largo de la jornada tomaron el micrófono para, a partir de experiencias personales, trazar un retrato común de lo que supone ser cocinero en un pueblo. El panorama tiene ventajas indudables -la cercanía de los productores, el entorno como recurso inspirador, la calidad de vida, la paz mental- pero también muchos inconvenientes, como la irregularidad de la clientela, los problemas de comunicación o la dificultad para formar equipos estables.

«Vivir y trabajar en un pueblo es una opción de vida en la que renuncias a muchas cosas, no puede ser una aventura pasajera», afirmaba Lera en un debate sobre nueva ruralidad en el que se habló del papel de los restaurantes como elementos para fijar población. «Me acaba de escribir una chica del pueblo para decirme que va a volver a reabrir el bar de su familia después de 12 años con la persiana bajada, es una gran noticia», contó. Seguro que el impulso que el restaurante Lera le ha dado al pueblo zamorano de Castroverde de Campos, con 300 habitantes, ha influido en su decisión.

Foto de familia de los participantes en la segunda edición de Terrae durante su visita a la Finca La Laja - Los Berrazales. G. E.

Como muchos de sus colegas, Lera se muestra crítico con el papel de una administración que «legisla desde las ciudades» y «solo viene al pueblo a hacerse la foto». La mallorquina María Solivellas se unía a la protesta: «No tienen en consideración la repercusión social, económica o medioambiental de nuestro trabajo, se nos usa como instrumento de imagen, creamos riqueza y pagamos impuestos pero recibimos muy poco a cambio». Y dirigía su mirada al sector de la cultura, del que ella misma procede, para reclamar esos mismos apoyos. «Nosotros también hacemos cultura, la creamos y la preservamos».

«Sin negocio no hay nada»

Más allá del compromiso de las instituciones públicas, «el campo necesita que el consumidor lo valore, el euro que tiene es muy poderoso, debería pensárselo bien y ponerlo en su entorno y en su salud», lanzaba el cabrero malagueño Juan Ocaña durante un debate sobre la relación entre cocineros y productores. En ese sentido el papel de los chefs es «fundamental para dar a conocer nuestros productos», pero hace falta que detrás de ellos llegue un mercado más grande, que permita cuadrar las cuentas de las pequeñas explotaciones. Y es que más que de romanticismo y paisajes bucólicos, en Terrae se está hablando mucho de modelos de negocio y cuentas de resultados.

«Es una palabra que parece que no gusta, pero sin negocio no hay nada», lanzaba Nandu Jubany, que ha levantado un imperio de escala internacional partiendo de una masía a las afueras de Vic. Eso pasa en muchos casos por un cambio de actitud por parte del hostelero, que en lugar de apretar al proveedor con los precios ser capaz de comprometerse con su supervivencia. «Nosotros pagamos una mantequilla de cabra a 90 euros el kilo a los artesanos de Tondeluna porque sabemos lo que les cuesta hacerla y porque si no, no la harían», contaba Francis Paniego, del Echaurren, en Ezcaray. También por una toma de conciencia del cliente final, que debería estar dispuesto a pagar un precio justo por esos ingredientes que conforman la memoria gustativa de un pueblo.

Inteligencia artificial

Quizá el ejemplo más inspirador lo brindó Gastón Acurio, que despertó toda una revolución social en el Perú, usando a los cocineros y a los productores locales como palanca de cambio. De aquella experiencia, que cristalizó en el congreso Mixtura y devolvió el orgullo a toda una nación, habló el flamante ganador del premio Terrae. «Muchos han tratado de imitar ese movimiento sin éxito, la clave es la comunicación, compartir información, si uno encuentra un productor interesante, que no se lo guarde para él, que sea generoso y lo comparta para que ese productor sobreviva», explicó.

Esta exaltación de la vida rural no quiere decir, ni mucho menos, conservar una sociedad anclada en el pasado, como demostró el físico asesor de la Nasa Eneko Axpe al desgranar las distintas aplicaciones con las que la inteligencia artificial podría mejorar la vida en el campo. Desde tractores y maquinaria autónoma para desarrollar una agricultura de precisión, al mejoramiento inteligente de cultivos midiendo la calidad del suelo y las condiciones climáticas, la reducción de desperdicio o el diseño y perfeccionamiento de platos en las cocinas de los restaurantes. La guinda la puso el vizcaíno al mostrar como una aplicación era capaz de imaginar en segundos una receta y hasta la imagen de un plato que mezclaba dos de las recetas icónicas de los agros catalán y asturiano: calçots con romescu y cebolla rellena.

 

 TITULO:  Obélix y Astérix  - Teatro de la memoria contra la impunidad  ,.

Obélix y Astérix - Teatro de la memoria contra la impunidad , fotos,.

 Teatro de la memoria contra la impunidad ,.

 Teatro de la memoria contra la impunidad

Más de uno se sorprenderá al descubrir que los inviernos en Sevilla son especialmente crudos. En esta ciudad, acostumbrada a lidiar cada verano con temperaturas sofocantes, los edificios no se levantan pensando en retener el calor, sino todo lo contrario. Una vez caduca el agradecido fresco de los patios, los muros sevillanos no ofrecen mucho refugio. La climatización se encuentra, con el permiso de calefactores, mesas camillas, mantas amontonadas y demás inventos, saliendo a la calle para recoger una pizca de ese sol lejano y dócil. Mientras, el frío campa a sus anchas, atraviesa todos los muros, encuentra los huecos que necesita como un gato callejero. Y si la lluvia acompaña, se te mete entre los huesos y te toca cargar con él. Las mañanas se clavan en los cuerpos nada más salir de la cama y no caen vencidas hasta la tregua del mediodía; las noches vacían las calles bajo ese frío hostil e impune, que cae sobre todos para imponer su ley. No hay nada que hacer, más allá de limpiarse los lacrimales, dejar caer el propio aliento sobre las manos, hundirlas en los bolsillos, apretar el paso y anhelar la llegada de la primavera. Y hay algo de todo esto en esa «Sevilla mustia, nublada y fría como un cuchillo en la garganta» a la que nos lleva el autor de esta obra.

 

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Obélix y  Astérix,.

"Tras una intensa investigación, exhaustiva en su inventario de personajes reales y referencias históricas, Zurro plantea con brillantez el desarrollo de los acontecimientos"

Alfonso Zurro parte en esta segunda entrega de «La Calderona», el sello dedicado al teatro de la editorial El Toro Celeste, de un suceso real, el atraco en el hotel Cecil-Oriente de Sevilla, en 1959, y el fallecimiento de uno de los policías que intervinieron aquella fatídica noche. El crimen se saldó con las últimas ejecuciones de condenados a muerte en la ciudad; las muertes de dos miserables que fácilmente encajaban en la descripción de «vagos y maleantes» para colocarles el sambenito. Con este planteamiento, el dramaturgo se aleja de aquellos terrenos a los que nos tiene acostumbrados, sus exitosas farsas teatrales, para desenterrar toda una farsa de mediados del siglo XX. Él mismo encarna a un narrador para advertirnos desde el prólogo que estamos ante una «historia verdadera», y nos coge de la mano para adentrarnos en esta pieza de teatro documento.

Tras una intensa investigación, exhaustiva en su inventario de personajes reales y referencias históricas, Zurro plantea con brillantez el desarrollo de los acontecimientos: desde el crimen en sí hasta la ejecución de las penas capitales en nombre de la Justicia. La primera virtud del texto dramático está en su arranque, con la exposición de los datos. La investigación del juez instructor es el punto de referencia para el lector/espectador. Nos permite navegar por los testimonios, recuerdos e impresiones de los testigos, las pruebas recabadas y, sobre todo, las incongruencias que van marcando el proceso. Reconocemos en ese juez a un hombre cabal, que se limita a cumplir con su profesión y su dedicación al servicio público recomponiendo las piezas del puzle. Mientras discute con su ayudante, dirá de sí mismo: «Le recuerdo que no soy detective, que la investigación la lleva la Policía y que yo solo pretendo que hechos y pruebas cuadren».

"Alfonso Zurro va hilando la dramaturgia en tanto que expone con gran agilidad los avances de la investigación"

Pero no cuadran. Al contrario, las investigaciones paralelas —la del juez instructor, la de la Policía— se enredan, las comunicaciones se enturbian, aparecen nuevas pruebas que van convirtiendo el caso en algo mucho más interesante de lo que quisiera el voraz sistema judicial franquista. Como un faro abandonado ante un cementerio de barcos, nuestro hombre cabal se ve desarmado, lo anula el contexto de su tiempo, incompatible con lo que hoy sabemos que es un país democrático. Y lo más escandaloso para nosotros —lectores de esta revisión que nos llega medio siglo después— es que a ese contexto, empeñado en resolver el asunto haciendo valer lo de «tanto monta cortar como desatar», no le preocupan precisamente las sutilidades. Vemos las trampas, las presiones y las llamadas a resolver cuanto antes para cobrarse el mérito. Una caricatura espeluznante de esa señora ciega y armada a la que llamamos Justicia.

Alfonso Zurro va hilando la dramaturgia en tanto que expone con gran agilidad los avances de la investigación. Con lo monumental de este planteamiento histórico por delante, desde la letra escrita ya nos invita a imaginar la puesta en escena. Buen conocedor de las fórmulas y resortes secretos del teatro, el escritor hace desfilar a estos numerosos personajes con sus informes; mientras, remarca el contexto con titulares de prensa que nos devuelven al acontecer, al sentir y, sobre todo, al vivir de la época, porque probablemente de otra forma no se entendería esta sucesión de acontecimientos. Así va tejiendo una tensión dramática creciente y cada vez más angustiante. Parte desde el relato procedimental, que cumple en lo riguroso, preciso e inevitablemente frío, pero durante su desarrollo entran nuevas miradas: la del abogado que no cesa en su empeño como defensor por muy franquistas que sean los tribunales —militares, para más inri y gloria de España—; el sacerdote, que solo ve ante sí hombres vencidos por el miedo; o el mismo juez instructor, consciente de que está siendo utilizado en beneficio de intereses superiores.

"Lo que había empezado siendo la investigación de un crimen se ve atravesado —herido de punta a punta—, por la emoción descarnada"

Cuando nos damos cuenta, la mirada humana se abre paso entre tantos datos recabados para revelar cuánto hay de arbitrario, de doloroso, de cruel y, por supuesto, de injusto. Está en el desconcierto de los acusados, señalados por homosexuales —«entre nosotros no hace falta ponernos finos; has dicho que es maricón, pues maricón», dice el jefe superior de la Policía a uno de sus subordinados—, y en la forma en que estos desdichados se revuelven contra un proceso que sólo puede llevarles a la condena; está en el abogado que sabe que todo aquello es un imposible, en el verdugo que a falta de alguien mejor ofrece consuelo a los ajusticiados, en el sacerdote que les asiste y les termina pidiendo perdón.

Lo que había empezado siendo la investigación de un crimen se ve atravesado —herido de punta a punta—, por la emoción descarnada. Esta sensación de que asistimos a la barbarie, de que nada de esto debería suceder —pero recordemos: sucedió—, de que los testigos de esta historia, incluidos nosotros como lectores, salimos de aquello un poco peores, un poco malditos, se impone inevitablemente. Esta reacción natural, animal, de rechazo, nos patalea en el pecho con la fuerza y las convulsiones de los condenados a muerte. Es esto lo que nos hace humanos: el narrador confiesa su asombro ante lo que resulta asombroso, el abogado defensor intenta huir de su irremediable fracaso, el sacerdote reconoce a Jesús en aquellos hombres ajusticiados, el lector se pregunta por qué. Esta incapacidad para asimilar lo que ocurre, lo que se permite, lo transforma todo. Es el desgarro de la memoria, esencial para que vivencias como esta no se conviertan en un simple registro más, perdido en la inmensidad de la Historia. Como lluvia que erosiona la piedra y fecunda sus grietas con musgo, estas vivencias dejan huella y no mueren fácilmente.

"Sin duda, la historia del Cecil-Oriente se perdió tras tantos años, tantas décadas, con la misma facilidad con que se derriba un hotel"

Sin duda, la historia del Cecil-Oriente se perdió tras tantos años, tantas décadas, con la misma facilidad con que se derriba un hotel. Hoy, en el mismo lugar, se alza un edificio de la Junta de Andalucía. Hoy, los nombres de los ajusticiados se han visto enterrados bajo los de tantas otras víctimas. Hoy es posible leer en la prensa actual artículos que recuerdan el suceso presentando a los ajusticiados como indudables autores del crimen, como si los tribunales militares franquistas hubieran recibido bula de nuestra democracia. Es fácil olvidar, porque solo hay que confiar en el paso del tiempo. Afortunadamente, el dramaturgo nos comparte este recuerdo, que no era suyo ni nuestro pero lo es ahora, desde la indignación, el horror y sobre todo la incapacidad de asumir que cosas como aquella hayan sucedido y pudieran volver a repetirse. Incapacidad humana para aceptar que la impunidad se consienta así, que se acepte así, que se la deje deambular a sus anchas sin más opción que suspirar, limpiarse los lacrimales, meterse las manos en los bolsillos y apretar el paso para huir de ella, como sigue ocurriendo con el frío de los inviernos en Sevilla.

 

 

TITULO : Un trío en la cocina - Arroz con leche de coco,.

Un trío en la cocina - Arroz con leche de coco ,fotos,.

 

 Arroz con leche de coco,.

Una versión riquísima de la tradicional receta,.

 Un postre de toda la vida con un toque diferente.

 Un postre de toda la vida con un toque diferente.

Este arroz con leche de coco es una versión de la receta tradicional de arroz con leche. Y yo creo que está hasta más rico y más cremoso. Tendrás que probarlo para darme la razón o quitármela ¿Te atreves?,.

 Un trío en la cocina con Gonzalo, Julius y Nicola | El próximo lunes  vuelven Julius, Nicola y Gonzalo con nuevo programa. Estarán los tres  juntos en Un trío en la cocina... |

Los orígenes del arroz con leche se ubican en Asia hace siglos. Tras su descubrimiento se difundió a través de Europa y África. A partir de la colonización, en el siglo XVI, se exportó a América gracias al comercio y a la población europea que emigraba a dicho continente.

El arroz es una buena y rica fuente de energía por ser rico en hidratos de carbono. Además aporta vitaminas y minerales. La leche animal contiene vitaminas A, D, y del complejo B, además de zinc, magnesio, yodo, etc. además de fomentar el crecimiento y aumentarla densidad ósea previniendo la osteoporosis. La leche de coco también fortalece los huesos y los dientes, hidrata la piel y es un excelente antibacteriano y antiviral.

  • Tiempo de preparación

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  • Tiempo de cocción

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  • Tiempo total

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  • Comensales

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  • Calorías

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Categorías

Postres

Ingredientes para 6-8 raciones

  • 500 ml. Leche de coco

  • 500 ml. Leche entera

  • 100 gr. Arroz bomba

  • 1 rama de canela

  • Piel de limón

  • Piel de naranja (opcional)

  • 100 gr. Azúcar integral (u otro endulorante)

  • 1 cucharadita de aceite de coco (o mantequilla)

  • Canela molida (para decorar)

Preparación

  • En primer lugar, en una cacerola amplia agregamos la leche entera. Para elaborar postres y dulces lo mejor es usar la leche entera antes que la semidesnatada o desnatada, ya que la normal contiene más grasa. En este caso servirá para que el arroz adquiera todo el sabor y la grasa de la leche.

  • También agregamos las pieles de naranja, limón y una rama de canela. Recuerda agregar sólo la parte amarilla del limón, sin la parte blanca, porque amarga.

  • Ahora, ponemos el fuego a medio alto y dejamos que la leche se infusione durante unos 5 minutos a esta temperatura.

  • Cuando la leche empiece a hervir, bajamos el fuego a medio bajo y le incorporamos la leche de coco y el arroz.

  • Vamos a dejar que el arroz se ponga blando, sin dejar que hierva, removiendo constantemente, para que no se pegue la leche en el fondo.

  • El arroz estará tierno en unos 25-30 minutos. Esto dependerá del fuego, pero manteniéndolo a fuego bajo sin que hierva puede tardar desde unos 20 minutos hasta 40 minutos. Lo mejor es que vayas probando el grano para comprobar que esté tierno.

  • Luego, una vez que hayas probado que el arroz esté en su punto, sacamos las pieles de cítricos, la canela y agregamos el aceite de coco (lo puedes sustituir por mantequilla) y el azúcar. En mi caso he usado azúcar integral, pero como siempre te digo, puedes usar el endulzante que prefieras: azúcar moreno, azúcar blanca, estevia, panela…

  • Ahora, dejamos que el azúcar y el aceite se integre con el resto de ingredientes durante unos 5 minutos más y lo apartamos del fuego.

  • Finalmente, dejamos enfriar a temperatura ambiente y después lo guardamos en la nevera durante unas 2-3 horas como mínimo.

  • Luego, para consumirlo, lo sacamos unos minutos antes para que esté templado y agregamos canela molida por encima. Y listo.

     

    TITULO:  Documentos TV - Dos policías heridos en las protestas de "Tsunami" intentan reabrir la investigación con una denuncia por terrorismo ,. 

    Documentos TV,.

    Documentos TV  -  Dos policías heridos en las protestas de "Tsunami" intentan reabrir la investigación con una denuncia por terrorismo ,.   

     

    Martes - 15 - Octubre a las 00:00 horas en La 2, foto,.

     Dos policías heridos en las protestas de "Tsunami" intentan reabrir la investigación con una denuncia por terrorismo,.

    Piden a la Audiencia Nacional que esclarezca "quiénes organización, financiaron, planificaron y ejecutaron" unos actos violentos que consideran "kale borroka"

    El juez ve violación de los Derechos Humanos en las lesiones sufridas por los policías personados en 'Tsunami'
     
    El juez ve violación de los Derechos Humanos en las lesiones sufridas por los policías personados en 'Tsunami',.

Dos policías heridos en las protestas impulsadas por Tsunami Democràtic en octubre de 2019 contra la sentencia del «procés» han presentado una denuncia por terrorismo en la Audiencia Nacional para que se investigue quién está detrás de la organización, financiación y planificación de unos actos «violentos» que equiparan con la «kale borroka» de los cachorros de ETA. Los dos agentes intentan así reabrir la investigación del «caso Tsunami», que el juez Manuel García Castellón se vio obligado a archivar por orden de la Sala de lo Penal, al constatarse que el 29 de julio de 2021 habría prorrogado la causa fuera de plazo. El carpetazo a la investigación también se trasladó a la causa abierta en el Tribunal Supremo (TS) por terrorismo contra Carles Puigdemont, uno de los procedimientos que amenazaba que pudiese beneficiarse de la Ley de Amnistía.

En el escrito remitido a la Audiencia Nacional, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, los dos agentes resaltan la gravedad de las lesiones sufridas –por las que tuvieron que retirarse del servicio de forma prematura– en unas movilizaciones «planeadas premeditadamente para atentar contra las principales estructuras del sistema económico y de transporte español, con la intención de desestabilizar la economía y aislar al país del continente europeo» con el bloqueo de los aeropuertos de Barcelona y Madrid o el corte de la autopista AP-7 en La Junquera. Los policías señalan directamente a Tsunami Democràtic como la plataforma que organizó «todos estos actos radicales, violentos, organizados y terroristas».

Entre los objetivos, señalan, la Jefatura Superior de Policía situada en Vía Layetana, que fue protegida por un dispositivo de las UIP (antidisturbios) en el que estaban encuadrados ambos, que recuerdan la llegada a la convocatoria de «grupos radicales», en un contexto de «creciente hostilidad».

Con el paso de las horas, afirman, «la violencia era cada vez mayor» y los agentes recuerdan que les sorprendió «la organización» de la que hacían gala y que tenían «material avanzado», incluso «explosivo». Uno de los agentes explica que fue alcanzado por una botella rota, «que me impacta en la mano derecha, lo que provoca que me caiga al suelo sintiendo un fortísimo dolor fruto de la lesión». Una vez atendido, asegura, «y ante la inmensa cantidad de radicales violentos que superaban en una proporción de alrededor de 1.000 personas a 80 agentes», decidió reincorporarse al dispositivo.

Tras una nueva carga, y «parapetados» los agentes a medida que arreciaba el lanzamiento de «adoquines, piedras, bolas metálicas de petanca, bengalas, cócteles molotov, ácido y material metálico de bricolaje» –con los que trataban de «causar el mayor número de bajas posibles»–, uno de los policías denunciantes explica que recibió «un impacto muy fuerte» y cayó desplomado al suelo tras perder el conocimiento.

A consecuencia de las heridas, estuvo hospitalizado un año, hasta el 22 de octubre de 2019 y a día de hoy, asegura, aún padece estrés postraumático y un trastorno de ansiedad generalizada con ánimo depresivo que le acarrea incluso «aislamiento social» y pérdida de atención o concentración. A raíz de esas lesiones, un tribunal médico de la Policía determinó que se encontraba imposibilitado para ejercer su profesión, concediéndole la incapacidad absoluta permanente, lo que provocó su jubilación forzosa, «con la reducción de sueldo que ello conlleva y sin indemnización alguna por los daños sufridos en acto de servicio».

Su compañero apunta que se trataba de «una masa perfectamente estructurada» al estilo «kale borroka» que a medida que pasaba el tiempo lanzaban objetos «cada vez más lesivos», pasando «de piedras de grandes dimensiones y petardos a adoquines enormes, que impactaban en mi dispositivo con una trayectoria vertical, como si fueran arrojados desde la parte superior de los edificios colindantes». Uno de ellos le impactó en el brazo derecho, lo que le provocó «un dolor inmenso». Poco después, otro adoquín le golpeó el omóplato izquierdo, haciéndole casi caer al suelo. Este policía se ofrece a poner a disposición del tribunal «diversos de los hechos» que considera «pueden ser de interés para la investigación».

Incapacitado para seguir ejerciendo su profesión por las secuelas, este agente tuvo que jubilarse. Las lesiones sufridas, dice, y esa jubilación prematura «sin indemnización alguna por los daños sufridos», le han dejado «en una situación de desamparo total».

Los dos denunciantes –que ejercieron la acusación particular como perjudicados en el «caso Tsunami» a través de los letrados José María e Ignacio Fuster-Fabra– aluden a un informe de la Guardia Civil de noviembre de 2023 (incorporado a ese procedimiento) que señala la identidad «de las personas líderes de la plataforma» que se encontraban detrás de «los actos violentos y terroristas» que se produjeron en esas fechas. Asimismo, se refieren a las resoluciones tanto del juez García Castellón (que se acaba de jubilar) como de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que reclamó después la aplicación de la Ley de Amnistía a todos los investigados, en las que «calificaban los hechos de actos terroristas». Unos documentos que piden que se incorporen a este procedimiento, así como los informes médicos que detallan las lesiones y secuelas padecidas.

 

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