TITULO: Atención obras - Cine - Marwán ,. Viernes - 9 - Febrero ,.
Viernes - 9 - Febrero ,. a las 20:00 horas en La 2, foto,.
Atención obras - Cine - Marwán,.
Cayetana Guillén Cuervo entrevista a una de las principales voces de la canción de autor en España y Latinoamérica, Marwán, que con su último disco celebra 20 años de carrera musical.
En este último trabajo, 'Canciones para una urgencia', ha regrabado muchas de sus canciones, con sonidos más modernos y con duetos junto a grandes artistas como Jorge Drexler, Rozalén, Coti, Mikel Izal o Miguel Poveda, entre otros.
El disco, además, está acompañado de un libro de 100 páginas en el que el músico cuenta los secretos y emociones que rodean cada uno de sus temas. Cayetana habla con él sobre este nuevo trabajo y sobre su gira internacional de más de 70 conciertos.
'Atención Obras' se va al teatro para ver 'La comedia de los errores', la obra de William Shakespeare adaptada por Albert Boronat y dirigida por Andrés Lima que empieza con una pena de muerte y todo se vuelve una fiesta por error. Están de gira por España con paradas en Guadalajara, Alcorcón y Marbella, entre otras ciudades.
El espacio viaja a Barcelona para conocer la exposición '¿Qué humanidad?', en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. La muestra recoge cerca de un centenar de obras de primera línea de entre 1940 y mediados de 1960, poniendo el foco en las consecuencias de las guerras a través de la figura humana.
Sigue al ritmo de la música de Muchachito Bombo Infierno que, con su nuevo disco, 'Qué puede salir mal', transmite el buen rollo y la alegría que le caracterizan. Tras siete años de su último trabajo vuelve cargado de energía y con una gira donde se podrá disfrutar de su directo.
El programa cierra con la banda de rock estadounidense Sleater-Kinney, que este viernes publica su nuevo disco Little Rope.
TITULO: Detrás del instante - Antonia Mercé, 'La Argentina', la huella española en el París de los felices veinte ,.
Miércoles - 7 - Febrero a las 20:00 horas en La 2 / fotos,.
Antonia Mercé, 'La Argentina', la huella española en el París de los felices veinte,.
La Fundación Juan March y Antonio Najarro rescatan la figura de la histórica bailarina con un espectáculo que recuerda la presentación en París, en 1928, de los Ballets Espagnols,.
La escena es sumergirse en otro mundo, y, realmente, “La Argentina en París” de la Compañía Antonio Najarro, que ha sido estrenada estos días en La Fundación Juan March, lo logra.
Los dos ballets de cámara –“El contrabandista” de Óscar Esplá, y “Sonatina” de Ernesto Halftter- se enlazan sin interrupción en un acertadísimo intermedio musical (pieza final de “Sonatina”), bajo la dirección de Miguel Balsega, que orquestó las partituras para piano, guitarra y violonchelo.
Antonio Najarro coreografió perfectamente la narrativa argumental, con expresión y viveza. Y si “El contrabandista” nos cuenta la historia del bandolero que se refugia en un cortijo, y queda seducido por el juego de miradas de la Condesita; y en “Sonatina” es la princesa melancólica a la que nada satisface, hasta que aparece el amor… Son las proyecciones escénicas las que atraviesan el tiempo y el espacio en que las dos acciones se desarrollan, trazando una noche cósmica que transporta.
Resentan dos enfoques diferentes: de lo terrenal, en la primera parte, al mundo de ensueño en la segunda.
Hay que tener en cuenta que estos ballets, felizmente rescatados para el enriquecimiento de nuestro patrimonio cultural, nunca fueron representados en España. Tras muchas vicisitudes por parte de los artistas que los crearon para la compañía de “Ballets Espagnols” de Antonia Mercé, la Argentina, se llegaron a representar juntos en la Ópera Comique de París en 1929.La historia reseñada con detalle en el programa por Idoia Murga, deja vislumbrar los desencuentros entre unos y otros.
Podemos deducir en la corta trayectoria de los Ballets Espagnols que hubo un constante cambio de creativos. Si en 1926 se estrena “El fandango del Cándil” con libreto de Rivas Cherif y vestuario de Néstor de la Torre, por alguna razón, que indudablemente no tuvo que ver con su talento escénico, para estas dos piezas Antonia Mercé no encargó a Nestor los diseños. Tampoco el libreto de "Sonatina" a Rivas Cherif para su disgusto.
En “El contrabandista” el vestuario lo diseñará Salvador Bartolozzi; y en “Sontanita” tras un intento fállido y unos vestidos que no complacen, Beltrán Massés es sustituido por Mariano Andreu que creará los dos emblemáticos trajes que lució Antonia Mercé en sus papeles de La Gitana y La Pastora. El actual diseño de Yaiza Pinillos los ha mantenido, conservando aquella firma antigua en las líneas modificando únicamente el color del traje de La Gitana. El vestuario que ha creado Yaiza es un reto a la imaginación perfectamente armonizado con la gama de colores de las proyecciones. Siento no tener una máquina del tiempo porque estoy segura que si Antonia Mercé hubiera visto esos trajes, nunca hubiera cambiado de diseñadora. Yaiza recrea y se inspira para saber renacer, como el Dragón que viste un atuendo inspirado en el esclavo de Sherezade, el papel de Nijinsky.
Detrás de tal cúmulo de inspiraciones y riqueza musical, deleitando por igual la vista y el oído del espectador, así como la innovación en el enfoque modernizando sin desvirtuar, está la exquisita mano de Antonio Najarro, junto con la danza de ocho bailarines que se multiplican por efecto del arte, diluyendo su talento individual en el todo.
TITULO:TARDE DE CINE CON - La insurrección vital de Carlos Edmundo de Ory,.
La insurrección vital de Carlos Edmundo de Ory,.
'Prender con keroseno el pasado' repasa «las muchas vidas» del fundador del postismo y padre de los 'aerolitos',.
Raro, loco, indómito, heterodoxo, maldito, rebelde, insumiso, payaso, excéntrico... Todas estas etiquetas se asociaron al inclasificable y extremo poeta Carlos Edmundo de Ory (Cádiz, 1923-Thezy-Glimont, 2010). Pero su biógrafo cree que «libérrimo» es el adjetivo que mejor lo define y que su verdadera condición literaria fue la de «autoexcluido». Así lo asegura José Manuel García Gil (Cádiz, 1965), también poeta, que publica una extensa biografía de su paisano, 'Prender con keroseno el pasado', con la que ganó en abril el premio Antonio Domínguez Ortiz y con la que demuestra que «vida y obra son en De Ory ramas del mismo árbol».
Las fundaciones José Manuel Lara y Cajasol publican este trabajo de investigación que recupera a una de las figuras «peor conocidas, menos leídas, nada reconocida, pero más relevante de la literatura española contemporánea». Un iconoclasta insurrecto que se situó por voluntad propia en los márgenes de la cultura y cuya vida «es una galaxia de biografías, una historia de muchas vidas», según García Gil.
«El personaje que construyó eclipsó su vasta obra, variada y original», sostiene su biógrafo. Una obra ligada indefectiblemente a su vida y que para su paisano José Manuel Caballero Bonald, poeta como él y premio Cervantes, «es un notable ejemplo de vitalidad creadora, de estrategia independiente frente a cualquier precepto de curso legal» y que, «defiende lo que el ejercicio de la literatura tiene de aventura».
Amor y dolor fueron las fuerzas que ordenaron la vida y la poesía «disidente» del irónico, jocoso y sarcástico De Ory, que jamás se dejó atrapar por las convenciones y que sucumbiría a la leucemia con 87 años. «No se debe llamar poeta al auténtico poeta, que es un hombre que habla de un modo especial», sostenía un creador que prometió «hacer sonetos desde la tumba». «Vivir toda la vida con el nombre de poeta es ridículo», sostenía el original creador, padre del postismo -«el ismo que viene tras todos los ismos» y que aspiraba a superar y sintetizar a todas las vanguardias- y de los 'aerolitos', aforismos con voluntad de estrella fugaz, como el que da título a su biografía.
«Me van a perdonar, pero yo no entiendo el mundo», fue su declaración de intenciones al presentar en 2004 la antología 'Música de lobo', que el crítico, catedrático y poeta Jaume Pont elaboró sobre una obra poética que alternó con aforismos, cuentos y ensayos. Una obra alumbrada «fuera del tiempo y del encasillamiento que hoy tiene plena actualidad», asegura su biógrafo.
«De Ory fue un autoexcluido de la poesía, de la sociedad y de la familia: era un ser libérrimo y un culo de mal asiento», insiste García Gil, que destaca cómo vivió su singular aventura creativa siempre lejos de cualquier cenáculo. «No cabía en el realismo social ni en la vanguardia: ser inclasificable le perjudicó, le sacó del canon y le alejó de cualquier generación, pero poco a poco va ocupando el sitio que merece», se felicita su biógrafo. Destaca que muy rara vez dejó su casa francesa para aparecer en público y que no obtuvo ninguno de los grandes premios institucionales.
Solipsista, apátrida y hereje
García Gil pudo leer los diarios secretos de Ory, que dio cuenta de su azarosa vida en el millar largo de páginas de sus diarios publicados, tres volúmenes con entradas entre 1944 y 2000 y que él llamaba nocturnario, «porque escribo siempre de noche». Ha buceado en la obra más que singular de un poeta que se reinventó en Francia, junto a su esposa Laure-Denisse Lachéroy, y que se definía como «solipsista, apátrida y rabiosamente hereje».
Hijo del poeta modernista Eduardo de Ory, Carlos Edmundo escribió sus primeros versos con catorce años. Publicó 'Versos de pronto' en 1945, el mismo año en que fundó con Eduardo Chicharro y el italiano Silvano Sernesi el postismo, movimiento estético literario que conmocionó el erial intelectual de la posguerra dando una vuelta de tuerca al surrealismo.
Autoexiliado en lo poético y lo político, desapareció del mapa hasta 1963, cuando regresó a la arena poética con 'Los sonetos'. Erró por Francia y Sudamérica para publicar el fruto de tantos silencios a partir de 1969. 'Música de lobo', 'Técnica y llanto', 'Los poemas de 1944', 'Poesía abierta', 'Metanoia', 'Lee sin temor', 'Energeia', 'La flauta prohibida', 'Miserable ternura', 'Soneto vivo' , 'Sin permiso de ser ángel' o 'Las patitas de la sombra' son los títulos que se sucedieron en su bibliografía. Publicó también prosas como 'El bosque'. 'El alfabeto griego', 'Basuras' y 'Del caballero, la muerte y el diablo'. Una obra que, como se inició, se clausuraba con una selección de 'aerolitos', los certeros aforismos poéticos que facturaba De Ory y algunos de los cuales dejó en 2007 como legado -no se abrirá hasta 2022 - en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes: «La poesía es un vómito de piedras preciosas», «la risa es el sexo del alma» o «yo soy el limpiabotas del verso».
Tuvo por incompletas obras completas «porque nunca lo serán». «Haré sonetos desde la tumba, de modo que esas obras deberían incorporar mis poemas desde el más allá para ser completas», bromeaba un «ciudadano del mundo» que vivió y creó entre el amor y el dolor. «Son las palabras que lo resumen todo», decía en una queja por «el gran dolor que respiramos y ante el que aúllo como un lobo».
Su última cita editorial fue en 2007, cuando publicó 'El enterrador de vivos', un trabajo multimedia que incluía un documental, docenas de dibujos y un disco con sus poemas interpretados por Luis Eduardo Aute y Fernando Polivieja.
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