BLOC CULTURAL,

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miércoles, 8 de julio de 2015

CALLEJEROS - EL INGENIOSO Y CASI IGNORADO HILDALGO,./ EL HORMIGUERO VIERNES 10 JULIO - TOROS - LOPEZ SIMON SE REVELO EN PAMPLONA,.

TÍTULO: CALLEJEROS - EL INGENIOSO Y CASI IGNORADO HILDALGO,.

El ingenioso y casi ignorado hidalgo,./  foto

  • Resultado de imagen de EL INGENIOSO Y CASI IGNORADO HIDALGO,.El CIS mide por primera vez la presencia de la obra de Cervantes, en su cuarto centenario, en la sociedad española,.

  • Solo uno de cada cinco españoles ha leído el Quijote y la mayoría, por obligación,.

    Porque es demasiado largo, porque se ha quedado viejo o porque el castellano antiguo es un lenguaje muy complicado, más de la mitad de los españoles describiría 'El Quijote' como un libro «difícil». Y quizá por eso, solo uno de cada cinco asegura haberlo leído. Además, en la mayoría de los casos (54,1%), fueron obligados en el colegio o la universidad: solo uno de cada tres lo ha hecho por gusto o voluntad propia, el 10,8% por cultura general, el 1,4% porque lo leyó con sus hijos y un ínfimo 0,3% por motivos laborales.
    Estas son algunas de las conclusiones del último barómetro del CIS, que ha preguntado a los españoles por sus conocimientos sobre el insigne caballero andante, ahora que, en este 2015, se cumplen 400 años de la publicación de la segunda parte. Un aniversario que, por cierto, también pasa desapercibido: solo el 45,4% conoce la conmemoración, mientras que el 54,3% la ignora.
    Además del 21,6% que lo ha leído entero, hay otro grupo similar, el 21,3%, que se ha lanzado sobre capítulos sueltos. El 7,4% solo ha terminado la primera parte y el 0,5%, la segunda, además del 4,5% que ha elegido una versión abreviada y del 2,7% que se ha conformado con una adaptación (infantil o juvenil). Pero casi la mitad de los encuestados (40,9%) reconoce no haber leído ni versiones adaptadas ni capítulos sueltos ni nada. Y según muestra la encuesta, su desinterés hacia la obra cumbre de la literatura española tiene varias justificaciones: están aquellos a los que no les gusta la lectura en general, los que prefieren libros más actuales y quienes, de nuevo, se ven amedrentados por tratarse de un libro demasiado extenso. De hecho, más de un tercio de los encuestados ha respondido al CIS que no ha leído ningún libro en el último año, y cuatro de cada diez no supera los cuatro anuales. Después están los lectores más perseverantes: el 13% de los consultados lee entre 5 y 8 libros anualmente; el 5,5%, entre 9 y 12, y finalmente, el 7% de la población devora 13 o más títulos al año.
    La puesta de largo de la nueva ley de educación ha vuelto a abrir el debate sobre la enseñanza de la literatura, en general, y de los clásicos en particular. Pero a juicio de los españoles, ¿debería ser 'El Quijote' un libro de obligada lectura en el colegio o en el instituto? Los entrevistados se dividen. Para el 37,5%, la novela de Cervantes no tendría que figurar en los planes educativos, mientras que el 35,4% cree que sí. Mientras, el 15,9% argumenta que solo tendría que ser obligatorio para los jóvenes que cursen estudios especializados en artes o letras.
    De cualquier forma, ninguna de las reticencias que muestran los españoles es motivo suficiente para que los entrañables personajes de la novela no hayan cobrado vida más allá de las estanterías. Por eso, casi el total de la población (87%) sabe que Don Quijote es el protagonista fundamental del libro, y prácticamente el mismo porcentaje (86%) se acuerda también de su escudero, Sancho Panza, con un 86%. Más atrás en la carrera por la popularidad se encuentra Dulcinea del Toboso, con un 63,4% de reconocimiento, y el caballo del hidalgo, Rocinante, con el 30,5%. Por supuesto, los lectores tampoco olvidan los molinos de viento, a los que el Quijote confundía con gigantes contra los que emprender la lucha, y que recogen el 19,7% de menciones. Peor suerte han corrido en la memoria colectiva otros personajes. De Rucio (el asno de Sancho Panza), del cura, del barbero, del ventero, del bachiller o de la sobrina se acuerdan menos del 9% de los lectores. En cualquier caso, la encuesta demuestra que a los españoles aún les queda mucho que aprender sobre el manchego más internacional. Ante la pregunta «¿Sabría decirme cuál es el nombre real de Don Quijote?», solo un 16,6% es capaz de recordar el nombre real del protagonista: Alonso Quijano. Y peor aún con la joven Dulcinea, la amada del protagonista, cuya identidad real, la de la labradora Aldonza Lorenzo, solo uno de cada diez logra rememorar.

    TÍTULO: EL HORMIGUERO VIERNES 10 JULIO -  TOROS - LOPEZ SIMON SE REVELO EN PAMPLONA,.

    López Simón conmociona Pamplona

    El torero madrileño está dotado de un gran valor. Ha llegado para quedarse. Los diestros Juan José Padilla y Pepe Moral no tuvieron un buen día

    Alberto López Simón sale a hombros de la plaza de Pamplona. / jesús diges  ( foto ),.
    Alberto López Simón, torero madrileño, llegó a Pamplona como un desconocido y salió a hombros de la plaza entre los vítores de una afición conmocionada por un chaval con aire flemático y frío, pero preñado de valor inteligente, que cuenta con todas las papeletas para ser pronto figura del toreo.
    Llegó a San Fermín tras salir dos veces por la puerta grande de Las Ventas el pasado mes de mayo, lo que le convierte en la esperanza más importante de la temporada, aunque su nombre no figure en muchas ferias por la mortecina miopía de los empresarios.

    Jandilla/ Padilla, Moral, Simón

    Toros de Jandilla, muy bien presentados, mansurrones, blandos, descastados y dificultosos.
    Juan José Padilla: estocada caída (silencio), pinchazo, casi entera, casi entera contraria —aviso— y un descabello (silencio).
    Pepe Moral: pinchazo, estocada tendida —aviso— cinco descabellos —2º aviso— y un descabello (silencio); media estocada (silencio).
    López Simón: estocada caída (oreja); estocada (dos orejas). Salió a hombros por la puerta grande.
    Plaza de Pamplona. 7 de julio. Primera corrida de la feria de San Fermín. Lleno.
    Este López Simón está dotado de un extraordinario valor, que combina con una cabeza bien amueblada, lo que le permite colocarse en el sitio que embisten los toros, atornillar las zapatillas, ofrecer una imagen de sosiego, serenidad y templanza, y trazar muletazos que, a veces, parecen imposibles, pero que son fruto de un deseo irrefrenable por ser un torero de verdad.
    No fue buena la corrida de Jandilla; grande, aparatosa de pitones, —especialmente, quinto y sexto—, sosa, reservona y dificultosa, y bien que lo pagaron en sus carnes Padilla y Moral, que no acabaron de ponerse de acuerdo con sus respectivos lotes, sobre todo el jerezano, héroe de Pamplona, que apareció desdibujado y con pocas ideas.
    Pues con esos toros triunfó López Simón, porque su pundonor le permitió superar la escasa calidad de sus toros; porque sus ganas sobresalieron por encima de las dificultades, y porque llegó a esta plaza dispuesto a demostrar que va a ser torero grande lo pongan o no en las ferias.
    Quieto como una vela, por estatuarios, comenzó la faena de muleta a su primero, al que muleteó con la mano derecha de verdad, quieta la planta, en un alarde de buen gusto y ligazón. Cuando el público le prestaba ya más atención que a las viandas, bajó el diapasón con la zurda, y López Simón se hincó de rodillas y, con pasmosa serenidad, toreó por alto y se atrevió con un circular invertido que acabó con el cuerpo del torero arrollado por un toro que no tenía espacio para pasar. No contento aún con el derroche, citó por bernardinas antes de cobrar una estocada caída.
    Salió a por todas en el sexto, un toraco con astifinas defensas, y ofreció otra lección de serenidad, quietud y ligazón, siempre muy bien colocado, cerca de los pitones, y robando meritorios muletazos. Un estoconazo de rápido efecto le colocó las dos orejas en las manos y lo pasaportó para esa gloria que ojalá se transforme en muchos contratos. Lo que está claro es que López Simón ha llegado para quedarse. Su palmarés es envidiable: lleva cuatro corridas toreadas (dos en Madrid, una en Istres y esta de Pamplona) y en todas ellas ha salido por la puerta grande.
    Caso muy distinto fue el de Juan José Padilla. El ídolo de Pamplona no tuvo su día; es más, tuvo un día malísimo. Se le vio tristón, alicaído, sin recursos, precavido y desconfiado. También tiene derecho el hombre, pero llamó la atención cómo naufragó ante dos toros nada fáciles que en otras épocas hubieran lucido en las manos de este gladiador que ha podido con enemigos más complicados.
    Tomó la muleta con la derrota en el semblante; no había más que ver su disposición ante el primero para constatar que no estaba dispuesto a entablar pelea alguna. El animal derrochó brusquedad en la misma medida que Padilla evidenció que carecía de las armas precisas para plantarle cara. Era un toro para jugársela y el torero consideró que, a estas alturas, ya se la había jugado muchas veces. Algo parecido le ocurrió ante el soso cuarto, con el ánimo por los suelos, y así se encerró en el callejón a la espera de la segunda oportunidad que tendrá en esta feria el próximo día 13.
    Tampoco encontró el camino adecuado Pepe Moral, a quien tanta falta le hace un triunfo. Áspero fueron sus toros, y él buscó y buscó en dos faenas interminables en las que no encontró nada. Se eternizó, además, con el descabello en el segundo, lo que acabó por enfadar a las peñas. Encima…

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