TITULO: EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 13 - Agosto - José Maria Pou Actor ,.
EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 13 - Agosto ,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes - 13 - Agosto , a las 22:30 por antena 3, etc.
EL
SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - José Maria Pou Actor ,.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - José Maria Pou Actor , fotos ,.
José Maria Pou Actor,.
La gran encuesta del verano: vota José María Pou,.
«'El apartamento' es sin duda, la película perfecta»,.
( Desayuno )
( Desayuno )
Tras arrasar con El padre por los teatros de toda España a sus 79 años, este monstruo de la escena y actor en 54 películas habla sobre la influencia del cine en su vida.
( Cena,.)
XL. ¿Cuál fue la primera película que le impacto?
J.M.P. Con 14 años, El cebo, de Ladislao Vajda, sobre un hombre que mata niños.
XL. ¿Su película favorita?
J.M.P. Hay una simplemente perfecta: El apartamento. Quiero que me entierren con el DVD para seguir viéndola muerto [ríe]. Y otra que he visto como 40 veces es Matar a un ruiseñor. Mi mundo es el blanco y negro.
XL. ¿Qué género prefiere?
J.M.P. Lo veo todo, excepto el terror. Vi Alien... hasta que salió el bicho [se ríe]. Pero mis favoritos son los musicales y las de juicios.
XL. ¿Por eso hizo de abogado en Subjúdice?
J.M.P. Así es. Acepté el papel por las escenas de juicio. Llego el primer día y me dicen: «Tú aquí, sentado». «¿Y cuándo me paseo ante el jurado y pregunto en pie a los testigos?». «No, no, en España nadie se levanta». Me pasé la película sentado. ¡Qué decepción! [Ríe].
XL. ¿Tuvo vocación desde niño?
J.M.P. Para nada. Actuaba en el grupo del pueblo porque lo llevaba mi padre, pero yo quería hacer radio.
XL. ¿Y cómo se 'desvió'?
J.M.P. Por la mili. Iba a estar 23 meses en Madrid y me apunté a la Escuela de Arte Dramático por la técnica y práctica de voz, pensando en la radio. Saqué matrícula de honor en interpretación... Y hasta hoy.
TITULO:
Lunes - 12 - Agosto - Imprescindibles - Muere el escritor Àlex Susanna a los 66 años,.
Muere el escritor Àlex Susanna a los 66 años,.
A principios de este año, Susanna publicó sú último dietario 'La dansa dels dies', que se suma a la veintena de publicaciones,.
Àlex Susanna,.
El poeta, crítico, gestor cultural, profesor y escritor Àlex Susanna ha muerto a los 66 años, según ha informado este sábado la editorial Edicions 62 y el Insitut Ramon Llull.
Nacido en Barcelona el 12 de septiembre de 1957, fue cofundador y codirector de la editorial Columna (1985-99), así como director de Cultura del Institut Ramon Llull (2002-04) y de la Fundació Caixa Catalunya (2004-09).
A principios de este año, Susanna publicó sú último dietario 'La dansa dels dies', que se suma a la veintena de publicaciones, entre las que se encuentran 'Els dies antics' (1982), 'El darrer sol' (1985) y 'Palau d'hivern' (1987).
Ganó el premio Miquel de Palol por 'Memòria del cos', el premio Josep Pla por 'Quadern venecià' y el premio Carles Riba por 'Les anelles dels anys'.
Además de ser profesor de literatura catalana durante una década en la Universitat Rovira i Virgili (1982-92), también dirigió la Agència Catalana de Patrimoni Cultural (2016-2017) y la Fundació Vila Casas (2020-2023).
TITULO: ELLA & - Horizonte, de Barry Lopez,.
Horizonte, de Barry Lopez,.
foto / Horizonte es una reflexión autobiográfica sobre muchos años de viajes e investigaciones, en la Antártida y en más de setenta países. Algunos de esos viajes los financié yo mismo, para otros busqué subvenciones o recibí becas. Hice varios viajes por encargo de revistas y, en otros, simplemente me invitaron a acompañar a alguien. Los detalles y mis expresiones de gratitud por quienes me han ayudado a lo largo de los años están incluidos en los Agradecimientos.
Dado que Horizonte pretende ser una obra autobiográfica, debo subrayar que todos esos viajes entrañaron una larga curva de aprendizaje. No he querido ser explícito sobre lo que aprendí (o desaprendí) ni cuándo, en parte porque no siempre he tenido claro qué cambios pudieron ocurrir. El joven que visitó el yacimiento arqueológico de Skraeling es el mismo que, al final del libro, se encuentra con un desconocido en la carretera a Puerto Hambruna, pero al mismo tiempo no lo es.
El niño y yo estamos asomados a una barandilla de acero, mirando el mar. Hay un sol reluciente, pero la sombra de un tejado que tenemos encima nos permite ver claramente el fondo del mar y observar cómo tiembla allí abajo lo que queda de la superestructura de un buque de guerra hundido setenta y dos años antes.
Mi nieto tiene nueve años. Yo tengo cincuenta y ocho.
La explanada conmemorativa en la que nos encontramos, junto a mi mujer, está construida sobre lo que queda del USS Arizona, un buque de guerra de la misma clase que el Pennsylvania, de 185 metros, hundido en su punto de amarre la mañana del 7 de diciembre de 1941 por bombarderos suicidas japoneses. Se hundió en solo unos minutos. El casco inundado, una necrópolis desde entonces, contiene los restos de muchos de los 1.177 marineros e infantes de marina acribillados o ahogados esa mañana. Le explico al chico que, a veces, nos hacemos estas cosas, nos hacemos todo ese daño. Sabe lo que fue el 11 de septiembre de 2001, pero todavía no ha oído hablar, creo, de Dresde ni del Frente Occidental, quizá ni siquiera de Antietam o Hiroshima. Hoy no le voy a contar que pasó en esos otros días infernales. Es demasiado joven. Sería una inconsciencia —una crueldad— explicarle todo de forma intencionada.
Esa mañana, unas horas después, estamos los tres buceando en un arrecife de coral. Contemplamos bancos de peces tropicales saltar, enroscarse y desenroscarse ante nosotros, como unas banderas de colores al viento. Luego almorzamos junto a una piscina en el hotel en el que nos alojamos. El chico nada sin descanso en el agua turquesa y reluciente de la piscina hasta que su abuela se lo lleva a la playa. Corre a lanzarse a las aguas del Pacífico.
No se cansa de nadar.
Le observo unos minutos, mientras se tira de cabeza a las olas que rompen una tras otra. Su abuela, con el agua hasta la rodilla, le vigila sin descanso. Al cabo de un rato, me siento en un sillón junto a la piscina, con un vaso de limonada helada, y me pongo a leer un libro que acabo de empezar, una biografía del escritor estadounidense John Steinbeck. Levanto la vista de vez en cuando para mirar la luz del sol que tiembla sobre la superficie del mar o para seguir las bandadas de golondrinas que huyen de las mesas del restaurante al aire libre del hotel después de haberse dedicado a rebuscar migas. Durante largos minutos ininterrumpidos también observo, con una mezcla de curiosidad y afecto, a los otros huéspedes del hotel, que toman el sol en tumbonas junto a la piscina o pasean con total relajo. El aire compasivo y la luz benigna me mueven a sentirme conciliador con todo lo que veo diferente a mí mismo. Cuando respiro, noto un aroma denso, como de perfume, de flores tropicales que restallan en un seto cercano. ¿Es buganvilla? La exuberancia de mi nieto también refuerza esa sensación de tranquilidad que me invade.
Casi todos los que se alojan en el hotel son asiáticos. En particular, reconozco los rasgos distintivos de rostros japoneses y chinos. Cuando atraviesan el restaurante junto a la piscina vestidos con ropa cara, hacen una señal discreta a un empleado para que les traiga una toalla, cogen ejemplares de The Honolulu Star-Advertiser para estirar las páginas, todos parecen tener el aire de gente acostumbrada al lujo, tal como lo imagino yo.
Vuelvo a la biografía. En el párrafo que estoy leyendo, el autor describe un encuentro que tuvo una vez Steinbeck en su casa de Pacific Grove, California, con el historiador de mitología Joseph Campbell. La noche anterior, Steinbeck, el compositor John Cage, Campbell, la primera esposa de Steinbeck, Carol, y unos cuantos más habían cenado juntos en casa del escritor. A la mañana siguiente, Campbell sale al patio a informar a su anfitrión de que se ha enamorado de Carol. Acusa a Steinbeck de tratarla de forma mezquina y dice que, si no cambia su comportamiento, él, Campbell, está dispuesto a pedir a Carol que se case con él y le acompañe de vuelta a Nueva York.
Levanto la vista de repente, al recordar que, en 1956, estuve en un campamento de verano con los hijos de Steinbeck, Thom y John. Para mí fue una ocasión memorable. Tenía once años y al mismo tiempo conocí a su padre. Me maravilló la corpulenta cosificación de aquella persona que había escrito El poni colorado (también me presentaron a su tercera esposa, Elaine, que se mostró fría y desdeñosa).
Reanudo la lectura donde la dejé, deseoso de seguir a este inesperado triunvirato: Steinbeck, John Cage, Joseph Campbell.
Varias páginas después, siento el sol que desciende ardiente sobre la mejilla derecha. Pasa otra bandada de golondrinas sobre mi cabeza y de pronto me pregunto si he cometido un error terrible esta mañana en Pearl Harbor, antes de que fuéramos todos a ver el Arizona. Llevé a mi nieto a ver el interior de un submarino estadounidense de la Segunda Guerra Mundial y le expliqué la arquitectura, el periscopio en la torre de mando, los tubos lanzatorpedos de la parte delantera. Él tocó los torpedos con cuidado, con una suave caricia, y sus manos pequeñas abrazaron las cabezas.
Justo en este momento, una guapa mujer japonesa que caminaba junto a la piscina da un salto arqueado y elegante y se zambulle en el agua. Un acto impulsivo. A su alrededor se eleva un pliegue de agua, como el volante de un traje de flamenca. El agua de la piscina se pulveriza en gemas translúcidas.
En medio de la belleza de este instante, me viene la pregunta repentina: ¿qué va a ser de nosotros?
Me levanto, marcando la página del libro con el dedo, y miro a través de un seto de uvas de playa hacia las olas en busca de mi nieto. Él me saluda lleno de entusiasmo, sonriendo desde una ola. ¡Estoy aquí, abuelo!
¿Qué va a ser de todos nosotros ahora, en esta época de sectarismos y violencia cotidiana?
Quiero dar las gracias a la mujer por su exquisita zambullida. Por el abandono y la elegancia de sus movimientos.
Quiero desear a cada uno de los desconocidos que veo en las butacas y las tumbonas a mi alrededor, a cada uno de ellos, una vida tranquila. Quiero que todos los que están aquí sobrevivan a lo que se nos viene.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 15 - Agosto - Babá infusionado con leche, ron y helado ,.
Jueves - 15 - Agosto - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Babá infusionado con leche, ron y helado ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Babá infusionado con leche, ron y helado ,. , fotos,.
Babá infusionado con leche, ron y helado ,.
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COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 15 - Agosto - Babá infusionado con leche, ron y helado ,.
Jueves - 15 - Agosto - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
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EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 15 - Agosto - Babá infusionado con leche, ron y helado ,.
Jueves - 15 - Agosto - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Babá infusionado con leche, ron y helado ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Babá infusionado con leche, ron y helado ,. , fotos,.
Babá infusionado con leche, ron y helado ,.
Ingredientes,.
- 1 kg de harina
- 600 g de huevo
- 40 g de levadura prensada desmenuzada
- 380 g de mantequilla fría en dados
- 100 g de azúcar
- 20 g de sal
- 500 ml de nata
- 500 ml de leche
- 100 g de azúcar
- 50 ml de ron añejo
- 1 rama de vainilla
- 70 g de glucosa
- 550 g de azúcar
- 1 l de nata
- 0,5 l de leche,.
Paso a paso: Para el brioche, sobre la encimera o con una amasadora, se mezclan todos los ingredientes, salvo la mantequilla. Se amasa 10 minutos o hasta que se despegue de las paredes del bol o de las manos. Se añade la mantequilla en dados, poco a poco, para que se vaya integrando en la masa. Se amasa hasta que la mezcla, separada con las manos, forme una telilla transparente muy fina. Se hacen pequeñas bolas de 30 g y se colocan de tres en tres en pequeños moldes rectangulares de silicona. Se fermentan a unos 38 ºC. 2 horas, cubiertos con un paño. Pasadas, se pinta la superficie de las masas con huevo batido mezclado con una pizca de agua, y se hornean a 180 ºC., unos 6 mimutos. Se desmoldan y se dejan enfriar sobre una rejilla.
Para la infusión, se mezclan todos los ingredientes y se arrima a fuego suave hasta que comiencen los borbotones ligeros. Se aparta del fuego y se deja templar tapado para que se empape de aromas. Para el helado, se ponen en un cazo a fuego muy suave la glucosa y el azúcar y se calientan. Se tritura con un túrmix y se pasa por un fino, se añade el resto de ingredientes, se mezcla y se deja madurar la mezcla un par de horas antes de montar el helado en la sorbetera. Por último, se remojan los babás en la infusión un par de horas, para que se empapen, dándoles la vuelta con frecuencia para que chupen el remojado. Se monta la crema del helado en la sorbetera, según las instrucciones del fabricante para lograr un helado cremoso.
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