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lunes, 16 de diciembre de 2019

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El móvil interruptus ,. / MasterChef 7 - MasterChef Celebrity 4 . Martes -17- Diciembre ,./ Donde comen dos - Catorce mil bellotas en Badajoz para alimentar Tres Arroyos,.

TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El móvil interruptus  ,.

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El móvil interruptus   , fotos,.


 

El móvil interruptus,.

Una pareja atendiendo a sus móviles. :: HOY/
Una pareja atendiendo a sus móviles.

Llamadas y mensajes son más importantes que una conversación,.


Resultat d'imatges de cafe con regañaAcudo por diversas razones a reuniones a las que asisten personas principales, reuniones en Cáceres y en Badajoz, en Barcelona y en Valladolid. Reuniones en las que se habla de leyes proyectadas, de presupuestos planteados, de programas futuros, es decir, de cuestiones trascendentes para la educación, la cultura e incluso la economía. Pues bien, en todas esas reuniones hay personas principales que, en lugar de atender a lo que se debate, atienden a su teléfono móvil.
Resultat d'imatges de huevos estrellados casa lucioSe ha suscitado una importante discusión sobre determinada propuesta formativa y ves que quienes deberían aportar trascendencia se dedican a teclear con sus deditos en la pantalla de su smartphone al tiempo que sonríen. ¿Es esto normal? ¿Es posible que se produzca un silencio a la espera de que alguien importante dictamine y ese alguien calle y no se entere porque está abstraído con su móvil mientras personas que han viajado desde media España para asistir a esa reunión tienen la sensación de estar perdiendo el tiempo?
Cada vez que me veo inmerso en una de esas situaciones, me pregunto si soy ya demasiado mayor y me extraña lo normal o si esa abstracción por culpa de un teléfono solo se puede calificar de falta de educación. ¿Estoy pasado, gagá, viejo, anticuado, debería dedicarme más al móvil y menos a la realidad? ¿Si apago el teléfono en una reunión o en un espectáculo estoy demostrando educación o estoy demostrando que soy demasiado mayor y no acompaso mis actos a mi tiempo?
A veces, me pregunto si podría mantener una relación amorosa moderna. Porque cada vez que acudo a un restaurante o tomo un café demorado en un bar, observo a mi alrededor a parejas jóvenes y no tan jóvenes que hablan un poco y atienden a su móvil un mucho. Hace un par de sábados, comiendo en un restaurante de Cáceres, las tres parejas que ocupaban sendas mesas a mi alrededor no dejaban de atender a su teléfono ni para comer y la mayoría de las conversaciones, al menos de las dos parejas más próximas a mi mesa, eran para comentar lo que leían en sus móviles.
Desde hace algún tiempo, me resulta imposible mantener una conversación con colegas y compañeros de trabajo. Es difícil exponer las ideas y las opiniones con coherencia y tranquilidad porque a cada rato suena un móvil que interrumpe la exposición o la conversación. Vibraciones, músicas, timbres, campanillas, rebuznos... De todo suena para avisar de la llegada de un mensaje, de la necesidad de una respuesta, de la llamada entrante que hay que responder enseguida porque siempre es más importante lo que llega por el móvil que la conversación en vivo con quien nos acompaña.
El otro día, apagué el teléfono durante las tres horas que duró un espectáculo. Al acabar, tardé otra hora en recordar que debía encenderlo y, al hacerlo, tenía una docena de mensajes alarmados porque llevaba cuatro horas desaparecido, sin responder a las vibraciones, sin que las dos vírgulas azules del WhatsApp confirmaran que estaba vivo y atento a los mensajes. Hoy, apagas el móvil cuatro horas y avisan al 112 para denunciar tu desaparición.
Vivimos en la cultura de la interrupción. Llamamos por teléfono a la hora de comer, atendemos el teléfono en medio de las reuniones, un mensaje puede interrumpir una declaración de amor, si es que eso sigue existiendo, una misa, un funeral, una boda, un discurso, un consejo de gobierno y hasta la exposición de una examen de oposición.
Hay ansiedad de teléfono y es fácil demostrarlo. Cuando tras leer este artículo, si es que los tonos bambú, palomitas de maíz, constelación y radio baliza de su smartphone le dejan, salga usted a la calle, al llegar al primer semáforo con multitud, haga que suene en su móvil un acorde o una nota y ya verá cuánta excitación: todo el mundo creyendo que es el suyo y hundiéndose en la miseria al comprobar que era para otro. ¿Estamos tontos? Sí, efectivamente, estamos tontos.

   TITULO:  MasterChef 7 - MasterChef Celebrity 4 . Martes -17- Diciembre ,.

 


El martes -17-Diciembre  las 22:35 por La 1, foto,.


Resultat d'imatges de pepe masterchef entrevista en la revista real madridPepe Rodríguez: «Perdamos el miedo a decir que somos creyentes»

El chef con una estrella Michelin y jurado del programa Masterchef habla de su fe con naturalidad y sin tapujos


Pepe Rodríguez, reconocido chef con una estrella Michelín, nos abre las puertas de su restaurante, El Bohío, poco después de la final de MasterChef, programa estrella de TVE en el que es jurado. Asiduo al santuario de la Virgen de la Caridad, una costumbre que mantiene desde niño, habla sin tapujos para Alfa y Omega de la fama, de su familia y de la fe.
¿Quién es Pepe Rodríguez?
Es un hombre que nació en Madrid el 13 de marzo de 1968, aunque toda su familia era de Illescas y se vino de muy niño aquí. Me he criado en un ambiente hostelero. En resumen, soy una persona normal que ha trabajado en aquello que sus padres le dejaron, el restaurante El Bohío, que data de antes de la guerra civil. Que fue un chico feliz, que se crió como cualquier otro niño de los años 80, jugando en la calle a las bolas, a la peonza… Uno más.
¿Y quién es para usted la Virgen de la Caridad? Es habitual verle en su santuario.
Para mí ella es muy importante. Llevo a la Virgen de la Caridad en el corazón. Justo ahora vengo de hacerle una visita y estaba pensando que, lamentablemente, no se la pudo ver en la final de MasterChef. También me acordaba de la suerte que he tenido de disfrutar del santuario y de su presencia. Recordé cada mes de mayo, cuando nos sacaban del colegio y las hermanas mercedarias nos traían a cantar a la Virgen y a rezarle. Aquellos momentos eran tan bonitos, todos reunidos en torno a la Madre. Recuerdo cómo nos teníamos que inventar la frase que decíamos a la Virgen, frases que todavía llevo hoy en mi corazón.
¿Cómo vive su fe en medio del mundo de la televisión y la fama?
Pues con normalidad. La fe no está reñida ni con la televisión ni con la fama; tampoco está reñida con ser arquitecto o médico. La fe se tiene o no se tiene, se vive o no se vive, se lleva o no se lleva. No sé si soy un hombre capacitado para dar ninguna norma, pero a mí no me estorba para nada en mi trabajo. Intento que la gente que está a mi alrededor entienda que soy un hombre de fe, pero tampoco lo voy pregonando ni creo que sea necesario. Cuando toca y surge lo digo con naturalidad para que todo se normalice y no parezca algo extraordinario.
¿Qué es para usted la parroquia?
Soy un hombre que vive en la parroquia, que va a la iglesia de su pueblo y participa en ella. No sé si participo todo lo que debería, pero sí intento que mi familia, mis hijos y mi mujer la vivamos desde dentro. Pero no es nada fácil enseñar a los hijos que vayan a la iglesia. En mi casa mi madre sí iba a Misa, mi padre no. Y quiero que mis hijos vean que yo voy a Misa, aunque ellos son a veces los que no quieren, por la edad y por diversos motivos. El mejor ejemplo que les puedo dar es que vean que yo voy con normalidad y naturalidad.
¿Qué ingredientes debe tener la relación de una persona con Dios?
La mía es muy profunda, pero hacer de eso una receta… ya es difícil. Yo me pregunto: ¿por qué he tenido la suerte de conocer a Dios? ¿Por qué he tenido la suerte de sentirlo cerca y otros no lo sienten? No dependerá de mí; ha sido algo que me ha venido dado. ¿Cómo dar los ingredientes? Primero, es importante haber conocido a Dios. Y luego, darte cuenta de que tienes que cultivar esa relación día a día y que te debe exigir más. Como soy una persona que fallo tanto, no soy ningún ejemplo que seguir para nadie, pero sí sé que, aunque caiga, me puedo levantar y que Dios siempre me perdona.
Ha hecho los Cursillos de Cristiandad. ¿Fue algo determinante?
Sí, hubo un antes y un después del cursillo. Desde niño había ido a Misa porque mi madre me obligaba. Iba y seguro que iba feliz. Aparecí en un cursillo y no sabía muy bien para qué. De hecho, me llevé un balón de baloncesto, pensando que iba a ser algo así como un campamento de verano. Y me encontré con Dios. Tres días sin parar de rezar y sin parar de hablar con Dios, de preguntarle qué quiere de mí. Aquello me cambió, me ayudó a sentirme más cerca de Él. Dios me dijo: «Quiero que te enteres».
¿Se acuerda de sus catequistas?
Sí. Quiero resaltar la labor de un catequista que deja su domingo, que da su tiempo libre, que quita tiempo a su familia por dar la catequesis a los niños. Esto sí me parece algo único. Estamos ahora resaltando un programa de televisión, pero eso no tiene ningún valor comparado con lo que hace un catequista.
¿Qué es para usted la familia?
Es un pilar fundamental. Los que no han encontrado una familia seguro que viven también felices, pero yo tengo tres hijos y no encuentro nada tan grande como ellos. Nada hay más grande que mi familia.
¿Cómo conjuga la vida familiar con la televisión y el restaurante?
Seguramente lo conjugo mal, pero no sé hacerlo de otra manera. Aunque gano otras cosas, me pierdo mucho de vivencias muy importantes de mi familia y de mis hijos. Eso sí, el momento en que estoy con mi familia es único y lo vivo con mucha intensidad. No sé si lo adecuado es pasar un día entero con la familia, si basta solo con las tardes, si hay que ponerse unos horarios para estar con ellos… Yo sobre todo intento que ese tiempo con ellos sea de calidad.
¿Qué valores inculca a sus hijos?
Los que yo tengo, que no sé si son los mejores. A mi hija mayor le insisto para que vaya a Misa los domingos, pero ella no quiere. Me dice: «Papá, que estoy muy liada; papá, que no tengo tiempo, tengo que estudiar…, ¿y cómo voy a perder una hora?». Pues yo voy y doy ejemplo. Y, a veces, cuando me pregunta, le respondo: «¿No te das cuenta de que yo trabajo todos los días de la semana pero encuentro ese momento para ir; lo busco porque lo quiero, porque lo necesito?». Quiero que se dé cuenta de que ir a Misa es lo mejor que va a hacer en su vida. Si saca un siete o un nueve es secundario, pero entiendo que mi ejemplo le puede llegar. Soy lo que soy porque he visto muchos ejemplos en mis padres. A lo mejor quiere volver a ir mañana o dentro de 18 domingos, pero llevarla obligada no es la mejor fórmula.
Si se pregunta a vecinos de Illescas, muchos se acuerdan de cuando ayudaba usted a los toxicómanos.
Fue un momento muy bonito, justo después de hacer cursillos. Todos los cursillistas que conocía hacían algo en aquel momento, y yo nada. Me sentía acomplejado. Me llamaba la atención cuando por la noche tomaba algo con los amigos y veía a un señor en Illescas que se acercaba a los drogadictos y tomaba algo con ellos. Íbamos diciendo: «Mira este, que me robó el radiocasete ayer; mira aquel…». Me di cuenta de lo fácil que es criticarlos y de lo difícil que es hacer como aquel hombre que los ayudaba, don José Soriano. Me estaba dando un ejemplo. Un día por la calle me lo crucé de frente –yo nunca había hablado con él– y le ofrecí mi ayuda.
¿Y qué le contestó?
«Mañana nos vemos, te espero en casa. Empezamos una labor de entrega por los demás…». La cuestión es ayudar al que nos necesita, ya sea da porque no tiene que comer, porque ha venido en una patera… En este caso, se trataba de ayudar al prójimo en una época difícil en la que la droga no se entendía. Esa labor de cuerpo a cuerpo, de buscar recursos, de llevarlos a casa, 24 horas al día… Fue la época más emocionante de mi vida. Estar con los más necesitados te aterriza. Necesitamos contacto con la realidad porque si no perdemos la esencia del ser humano. Cualquiera puede acabar en la droga. Es una pandemia que está ahí, y si no somos sensibles y no lo hacemos algo por los demás, es que no hemos entendido nada de la vida.
Es usted empresario. ¿Cuál es su compromiso en la empresa como cristiano?
Intento ser el mejor empresario posible, pero también es difícil ser el mejor cocinero posible, el mejor maestro posible… Intento llevar a la empresa lo que tengo en el corazón, lo que se me ha dado. Con mis defectos, pero intento tratar a la gente que trabaja conmigo como me gustaría que me tratasen a mí si la empresa fuera de ellos. Al final, soy el administrador y ya está. Lo reflexiono muchas veces, porque es muy difícil mandar con criterio, con sentido, con pulso, con talante, sin superioridad… Mando porque tengo esa responsabilidad no porque lleve una insignia de jefe. Intento aplicar el Evangelio a la empresa y en el trato con la gente que trabaja para mí. Intento también dar ejemplo, llegar el primero, con el compañerismo…
¿Y su colaboración con Cáritas?
La labor de Cáritas es impagable, extraordinaria, solo puedo hablar bien. Me siento parte de Cáritas. Sobre la colaboración, ¡cómo no vas a ayudar a quien te pide ayuda! Si me piden ayuda ahí estoy. Ahora que uno es muy reconocido te llaman de mil asociaciones para que seas su imagen. Bueno, está bien ayudar de esa forma, pero esa disponibilidad hay que tenerla siempre y con todo el mundo. No ahora porque soy reconocido. Tampoco me parece bien que, porque seas famoso, se presuponga que lo que tú digas es lo mejor. No me parece esa la mejor manera de predicar. No me gusta que se me invite ahora que soy reconocido cuando se podría haber hecho antes y lo necesitaba tanto o más. La relación que yo tengo con Dios está por encima de la tele o de la cocina. La ayuda la necesito y la puedo prestar siempre. ¿Solo por mi imagen? No valoro más el testimonio de un famoso creyente que el de un fontanero, un taxista… A mí me interesa el pueblo llano. La gente sencilla y normal.
A los cristianos de a pie nos da miedo decir «yo soy creyente».
A mí también me da miedo. Lo he dicho en ámbitos, más pequeños… Para mí es igual de importante lo que tú me estás contando como lo que yo cuento, para mí tiene el mismo valor; No necesito que seas famosa para que me des ejemplo, ya me lo has dado. Necesitamos sensibilizar a la sociedad. Perdamos todos el miedo a decir que somos creyentes.
¿Cómo ve hoy la labor de la Iglesia?
Como todo, ha evolucionado. La cocina se está actualizando porque es un lenguaje vivo que se transforma. La Iglesia se tiene que renovar, se está renovando continuamente; lleva 2.000 años en constante renovación. Y se tendrá que renovar aún más, y lo que antes eran extraordinario se normalizará. No hay que tenerle miedo al futuro. Antes había un cristianismo con muchas obligaciones. Y ojalá la Iglesia fuese más pobre todavía; la Iglesia nació pobre, deberíamos ser más pobres para quererla más. Las palabras de don José Rivera [conocido sacerdote de Toledo] no se me olvidarán en la vida, cuando decía: «Ojalá la Iglesia se hubiera dedicado a hacer iglesias más pequeñas y más feas; hoy las tendríamos más feas, pero más llenas». En esas tenemos que seguir.

 

TITULO: Donde comen dos -Catorce mil bellotas en Badajoz para alimentar Tres Arroyos,.

Viernes -20- Diciembre  23:15 por La 1, foto ,.

 

Catorce mil bellotas en Badajoz para alimentar Tres Arroyos,.

Un niño sujeta un puñado de bellotas entre las manos antes de sembrarlas ayer en Badajoz. :: /PAKOPÍ
Un niño sujeta un puñado de bellotas entre las manos antes de sembrarlas ayer en Badajoz.

El lugar elegido para reforestar fue la parte alta del parque que perdió siete hectáreas en el incendio de 2017,.


«Haces un hoyo de unos cuatro centímetros, sueltas la bellota en horizontal y la tapas un pelín para que no se la coman los animales». Estas fueron las sencillas instrucciones que recibieron ayer el centenar de personas que acudieron para participar en la primera 'bellotada' de Badajoz.
Un centenar de personas siembran bellotas y plantan árboles para hacer frente al cambio climático
Juntas enterraron durante la mañana 14.000 bellotas y plantaron 300 árboles autóctonos en Tres Arroyos para poner su granito de arena en la lucha contra el cambio climático y la desertización.
Es la primera acción de reforestación con estas semillas que se hace en la ciudad, tras el nacimiento en octubre del grupo pacense adherido a la iniciativa 'Bellotada Ibérica', que se ha propuesto ensanchar el espacio de las zonas verdes en la península sembrando el majar de los guarrinos.
«El mejor trabajo que podemos hacer por la tierra es esparcir semillas», defiende Ibarrondo
La acogida de esta iniciativa cubrió las expectativas del grupo. Un centenar de personas, muchos jóvenes que creen de verdad en la emergencia climática, y familias completas que acudieron con sus hijos para darle esperanza al planeta. También participó el Ayuntamiento, que ha firmado un acuerdo de colaboración con el grupo de voluntarios para repoblar las áreas más degradadas del parque de Tres Arroyos. Ayer estuvieron el concejal de Medio Ambiente, Jesús Coslado, que acudió a la cita con su perra, una bodeguera que disfrutó del campo, tres funcionarios de Parques y Jardines voluntarios que aportaron la técnica, herramientas y plantas (también han donado la Junta de Extremadura y el IES Nuestra Señora de Bótoa), y un operario de FCC con un camión de cisterna que regó los plantones.
El lugar elegido fue la parte alta del parque periurbano de Tres Arroyos. En 2017 se produjo un incendio en esta zona que arrasó siete hectáreas y el propósito es devolverle la vida con nuevas encinas, alcornoques, jara, tomillo, lavanda y cantueso.

¿Por qué estas semillas?

La singularidad de la acción fue la siembra de 14.000 bellotas que el propio grupo 'Bellotada Ibérica Badajoz' ha recogido de Tres Arroyos durante el último mes. «Partimos de la siembra de bellotas, porque es una de las semillas más fáciles de plantar para quien no sabe nada», explica Rubén Corchado, portavoz del grupo. Tan fácil que los más pequeños usaron palas de playa en lugar de 'zachos' para hacer los hoyos.
Esta idea se fraguó en Gata tras los trabajos de reforestación que se llevaron a cabo para repoblar el área de bosque arrasada en el incendio de 2015, 8.000 hectáreas. En tres años y medio han conseguido plantar 200.000 árboles autóctonos.
Un monitor ayuda sembrar bellotas en el parque, que perdió siete hecareas en el incendio de 2017.: PAKOPÍ
Un monitor ayuda sembrar bellotas en el parque, que perdió siete hecareas en el incendio de 2017.
Durante estos trabajos, explica Rodrigo Ibarrondo, la mente de 'Bellotada Ibérica', «nos dimos cuenta de que las bellotas son un regalazo porque se adaptan muy bien al clima mediterráneo y son muy fáciles de sembrar». La idea la lanzaron en septiembre y ya cuentan con más de 400 grupos de voluntarios, 75 ayuntamientos y 120 escuelas de la península adheridas a este reto colectivo. «El mejor trabajo que podemos hacer por la tierra es esparcir semillas», defiende.
En Badajoz ayer se dio un primer paso pero la idea es repoblar toda la zona quemada del parque de Tres Arroyos, una vez que vean la evolución del trabajo hecho hoy. Además, van a georreferenciar cada planta y cada árbol para crear un mapa interactivo que permita su consulta.
Coslado, que destacó que la jornada sirvió también para que se conociese mejor el parque periurbano de Tres Arroyos, anunció que durante el próximo año emplearán una subvención otorgada por la Junta para recuperar las zonas verdes más degradadas.

 

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