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lunes, 16 de diciembre de 2019

BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - ¿Verde Navidad?,. / El Juego Rana - El Juego Oca - Regalos para durar, actividades 'eco' y experiencias ,. / EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ - Ser la segunda industria más 'sucia' no es glamuroso ,. / El país de El despilfarro se evita con producto local y planificación.

 TÍTULO: BOLIGRAFO Y LIBRETA -   EL BINGO - ¿Verde Navidad?,.

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¿Verde Navidad?,.

Artesanía. Todos los elementos visuales que acompañan este reportaje son fotografías de objetos navideños confeccionados manualmente a partir de productos naturales, reciclados y sostenibles. Como este árbol, cuyo tronco es un maniquí, forrado con un telar de gallinero y recubierto con las ramas de una poda.:: /Autoras: Laura Piedra y Carmen Navarro
Artesanía. Todos los elementos visuales que acompañan este reportaje son fotografías de objetos navideños confeccionados manualmente a partir de productos naturales, reciclados y sostenibles. Como este árbol, cuyo tronco es un maniquí, forrado con un telar de gallinero y recubierto con las ramas de una poda.

Resultat d'imatges de BOLIGRAFO Y LIBRETAEl consumo desaforado en estas fiestas dispara todos los factores que aceleran el cambio climático: compramos más ropa, juguetes y tecnología, derrochamos comida, cortamos árboles y producimos más residuos. Consumidores y ecologistas apuestan por echar el freno con propuestas para unas navidades más sostenibles,.


Resultat d'imatges de EL BINGOHace dos semanas que el Parlamento Europeo declaró la emergencia climática y apenas 48 horas desde que la Cumbre Mundial del Clima se clausuró en Madrid con un ultimátum: el punto de no retorno para la supervivencia de la Tierra tal como la conocemos está muy cerca. Pero aquí estamos, inmersos hasta el cuello en una orgía del consumo nefasta para el planeta. Como si, literalmente, no hubiera un mañana. En Navidad se disparan todos los factores que contribuyen al calentamiento global y la contaminación del medio ambiente: el derroche de electricidad, con el despendole de la iluminación callejera; el desperdicio de alimentos tras los pantagruélicos banquetes de las fechas señaladas; el uso frenético del coche o el avión con motivo de los viajes de vacaciones; la compra compulsiva de productos de obsolescencia prematura que contaminan antes, durante y después de su vida útil; y la producción de ingentes cantidades de residuos de plástico y papel para llevar y envolver los regalos. Para las organizaciones ecologistas y de consumidores, ha llegado el momento de pararse y reflexionar si realmente queremos, como sociedad, esta bacanal destructiva e insostenible. Una Navidad más verde, aseguran, es posible.
«De todo, menos», resume Ángel Encinas, portavoz de Ecologistas en Acción. Menos de todo lo que suponga generación extra de CO2: energía, productos y servicios. Y más tiempo para el encuentro con los seres queridos, los paseos por la naturaleza, los besos y los abrazos, añade Encinas, que recomienda 'regalarnos' un vistazo a la página 'footprintcalculator' u otra similar para determinar nuestra huella ecológica, es decir, cuánto contribuimos al desastre ambiental y climático con nuestas actividades y hábitos de consumo.
Cuanto menos gastamos, más cuidamos el planeta, porque fabricar, transportar, envolver y desechar objetos o alimentos precisa energía y produce dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Y estos días gastamos mucho: somos el segundo país europeo con un mayor presupuesto de gasto navideño, solo por detrás de Reino Unido, según el estudio que realiza anualmente la consultora Deloitte. De acuerdo con su encuesta, cada español desembolsará este año 554 euros en gastos directamente relacionados con las navidades: regalos, comida y bebida para las celebraciones familiares, reuniones con amigos o de empresa, adornos y luces para la casa, ropa de fiesta o viajes. El sondeo del portal Statista sitúa esa cifra en 612 euros. Demasiado, en cualquier caso, en un país donde el sueldo medio ronda los 1.600 euros netos mensuales, porque ese desembolso se chupará muchas pagas extras o, aún peor, lo pagaremos en incómodos plazos hasta bien entrado 2020.
«Lo mejor es regalar experiencias en vez de cosas materiales» Javier Garcés Psicólogo «No debemos sentirnos obligados a gastar» Albert Vinyals | Psicólogo
«Debemos hacer un presupuesto y aferrarnos a él» Ángel Encinas Ecologistas en Acción«Hemos superado todos los límites de la sostenibilidad» Jordi Castilla | FACUA

Instrumentalizar la emoción

Hace mucho, mucho tiempo, la Navidad era una celebración familiar y hace aún más, una conmemoración religiosa. Hoy es fundamentalmente una fiesta del consumo: en estas fechas, comprar es casi una obligación, incluso aunque no se pueda, o no se deba. «Si uno recuerda las navidades de hace unos años, no eran tan consumistas: se compraba para Reyes y punto -subraya Javier Garcés, psicólogo y presidente de la Asociación de Estudios Psicológicos y Sociales-. El marketing y las grandes superficies han instrumentalizado esas emociones».
Uno de los cambios más llamativos es, a su juicio, la prolongación de las fiestas, que antes comenzaban el día de la lotería, 22 de diciembre, y terminaban en Reyes. Ahora la decoración ya está lista en noviembre y buena parte de las compras se adelanta al Black Friday. «La falacia está en pensar que por comprar antes se ahorra; en realidad, cuantos más días navideños hay, más se gasta. Hay más comidas, más reuniones de empresa o de amigos, más fechas para salir -antes todo era en casa menos la Nochevieja- y ya hay dos momentos para regalar, Nochebuena y Reyes», subraya Garcés.
«No podemos vivir en una burbuja y obviar las circunstancias de la sociedad, pero sería razonable encontrar un punto de equilibrio», apuesta Jordi Castilla, miembro del departamento jurídico de FACUA-Consumidores en Acción. Su consejo: determinar qué necesitamos de verdad, establecer un presupuesto y aferrarnos a él.

A comprar

554
euros es la cantidad media que gastará cada español con motivo de las fiestas navideñas este año, según el estudio realizado por la consultora Deloitte. Es un 2,4% más que el año pasado. De esa cantidad, 238 euros se destinarán a regalos, 173 a comida, 64 a viajes y 79 a ocio. Eso sitúa a los consumidores españoles a la cabeza de Europa, solo por detrás del Reino Unido.
190
euros por niño es el gasto medio en juguetes en las familias españolas, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes.
28%
del gasto en Navidad se realiza en compras online, según Deloitte. Es un consumo más impulsivo que el que se realiza en tiendas físicas, donde el comprador tiene tiempo de arrepentirse.
En estas fechas las llamadas a la moderación son un clamor en el desierto. Los anuncios, los villancicos, los adornos en las calles y los centros comerciales, las luces nocturnas... todo incita a cumplir el ritual. «El ambiente navideño nos recuerda que tenemos que hacer 'cosas de Navidad'; la decoración es más fina que carteles donde ponga 'compra, compra, compra'. Pero además a mucha gente le induce felicidad, buen humor. Cuando compramos, no cubrimos una necesidad, sino un deseo», advierte Albert Vinyals, especialista en Psicología del Consumo y profesor de la Escuela Superior de Comercio y Distribución de Barcelona.
Así acabamos sustituyendo los abrazos, los 'te quiero', por regalos materiales. «Estamos tan sobreequipados que los regalos ya no nos hacen felices -recuerda Vinyals, autor del libro 'El consumidor tarado'-. La solución más evidente es regalar una experiencia: un fin de semana toda la familia, o ir a ver juntos una obra de teatro».
La vorágine de espumillón, villancicos e imágenes entrañables de los centros comerciales estimula el deseo de comprar, pero en las tiendas físicas aún hay ciertos frenos al derroche. «La venta online funciona por la impulsividad; poner cosas en el carrito es como un juego, se hace en un segundo y el comprador es menos consciente del gasto, no tiene tiempo de pensarlo mejor mientras va a la caja o hace cola», explica Vinyals. Las adquisiciones online ya representan el 28% del total de las transacciones en estas fiestas.

Hay alternativa

En España, recuerda el psicólogo, se mantienen los niveles de consumo navideño anteriores a la crisis, pero con dos particularidades: por un lado, han caído los márgenes de beneficio de los comerciantes, arrastrados por los descuentos espectaculares y, por otro, compramos cosas más baratas y de peor calidad, cosas 'low cost' que serán reemplazadas mucho más rápido y generarán grandes cantidades de residuos difíciles de recuperar.
Su colega Javier Garcés constata un fenómeno nuevo: cada vez hay más personas a las que la Navidad deprime porque la experimentan como una sucesión agobiante de rituales sociales y de consumo. «Aparte de prever los gastos y de no endeudarse, aconsejo a todo el mundo no vivir estas fechas como una imposición, ser libres de coger lo que quieran de las navidades y dejar lo que no quieran, y por supuesto no sentirse obligados a realizar ninguno de los gastos que se dan por hechos», sugiere.
Los mercados tradicionales de adornos artesanales y productos locales no son los únicos aliados en el propósito de hacer unas navidades más sostenibles. Internet viene en auxilio de los luchadores por el clima. Es fácil encontrar fotos de ejemplo en Pinterest o Instagram o vídeos con tutoriales para elaborar adornos navideños reciclando residuos. En la red hay plataformas de trueque o adquisición de ropa de fiesta de segunda mano y grupos de consumo de agricultura y ganadería ecológica o sitios de productores de proximidad y de fabricantes de dulces y conservas artesanales. Existen webs comerciales especializadas en juguetes para niños y regalos para adultos con certificado de sostenibilidad sobre el origen de las materias primas o el proceso de fabricación. Sin olvidar la posibilidad de realizar los tradicionales desplazamientos navideños con menos impacto compartiendo coche con otros pasajeros. «Hemos sobrepasado todos los límites de la sostenibilidad», advierte Ángel Encinas.

 TITULO: El Juego Rana - El Juego Oca -Regalos para durar, actividades 'eco' y experiencias ,.

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Regalos para durar, actividades 'eco' y experiencias,.


El capítulo de regalos representa casi la mitad del gasto de los españoles en las fiestas navideñas, 238 de los 554 euros que tenemos previsto gastar como media, según el informe de Deloitte.
Regalos para durar, actividades 'eco' y experienciasHay varias formas de reducir la huella ecológica de nuestros presentes. En primer lugar, deberíamos hacer una reflexión sobre la forma, el lugar y los materiales en que los objetos que regalamos han sido fabricados, cuál será su vida útil y si hay una buena alternativa para su reciclaje o, por el contrario, acabarán contaminando el medio ambiente. En este sentido, una abrumadora mayoría de los juguetes están fabricados de plástico; los más baratos, además, vienen de China, lo que lleva aparejado un enorme gasto de combustible, con las consiguientes emisiones de efecto invernadero.
Resultat d'imatges de El Juego RanaSin embargo, cada vez hay más fabricantes y distribuidores atentos a la preocupación de los consumidores por el impacto de sus decisiones de compra sobre el cambio climático o la naturaleza. A la hora de adquirir juguetes, podemos elegirlos duraderos, hechos de materiales de calidad, como la madera -mejor si tiene el certificado de buenas prácticas FSC-, y sin pilas. Si además son educativos, fomentan la creatividad de los pequeños y se pueden compartir, mejor. En portales como Veobio, Alupé y Kamchatka hay muchas ideas.
En regalos para adultos, hay opciones como la cosmética natural o la papelería ecológica en Ekoideas, Mimook, Curiosite y A Good Company, pero también puede ser interesante regalar piezas de artesanía o productos gastronómicos locales. Los dispositivos electrónicos son antiecológicos en su fabricación -emplean componentes tóxicos como el zinc y el arsénico y minerales escasos como el cobalto-, consumen energía durante su uso y son difíciles de reciclar. Por ejemplo, es más limpio un libro de papel reciclado que un 'ebook'.
Los obsequios también pueden ser inmateriales, como un viaje, una entrada para un espectáculo, un forfait para esquiar, un dorsal para una carrera o un salto en ala delta. Si son experiencias compartidas, mejor. La OCU propone como alternativa regalar tu tiempo en forma de clase de cocina o montaje de muebles.

Resultat d'imatges de El Juego OcaSembrar conciencia

Si nuestro objetivo no es solo hacer regalos menos contaminantes, sino sembrar conciencia ambiental, podemos optar por detalles como un kit de reciclaje de basuras, bolsas de tela reutilizables para hacer la compra sin plástico, una compostadora, el primer mes de renta de un huerto urbano, una mesa de cultivo, una cocina solar o una inscripción en un curso de horticultura. Por último, ONGs como Unicef e Intermon Oxfam ofrecen regalos solidarios asociados a sus proyectos de desarrollo, como potabilizar agua, vacunar a niños, comprar gallinas o cabras a familias sin recursos o instalar mosquiteras.


TITULO:  EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ - Ser la segunda industria más 'sucia' no es glamuroso ,.

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Ser la segunda industria más 'sucia' no es glamuroso,.

Ser la segunda industria más 'sucia' no es glamuroso

La industria textil es la segunda más contaminante, solo por detrás de la petrolífera, según la ONU. ¿Cómo? En primer lugar, produce el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero -más que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos- y el 20% de las aguas residuales. Y consume ingentes recursos naturales: se calcula que fabricar un vaquero precisa un gasto de 7.500 litros de agua y una camiseta, 2.500. Para hacerse una idea, una persona necesita 1.000 litros al año para beber.
El problema es la llamada 'fast fashion', ropa de mala calidad y extrema obsolescencia que compramos en enormes cantidades pero usamos muy poco, porque las tendencias se suceden a toda velocidad y la publicidad nos ha convencido de que llevar una prenda de un año para otro es cutre.
Resultat d'imatges de EL JUEGO LA PERASegún el informe 'Una nueva economía textil', de la Fundación Ellen McArthur, entre los años 2000 y 2015 la producción textil se duplicó -de 50.000 millones a 100.000 millones de prendas-, mientras la población mundial solo crecía un 18%. En ese periodo, sostiene el estudio, el uso de la ropa disminuyó un 36%: si entonces nos poníamos una chaqueta 200 veces antes de 'jubilarla', ahora lo hacemos 128 veces.
Resultat d'imatges de EL JUEGO RELOJA ese consumo irracional hay que sumar que menos de una décima parte de los desechos textiles se depositan en contenedores para su reutilización -venta en segunda mano o donación a población necesitada- o reciclaje -conversión en material de limpieza o aislante-; el 90%, unas 900.000 toneladas de ropa y zapatos al año, acaban en vertederos.
Todo esto, sin olvidar que, a menudo, detrás de todo el glamur del mundo de la moda hay mano de obra explotada de niñas y mujeres. «Los precios bajos son siempre a costa del trabajo semiesclavo», asegura Ángel Encinas, de Ecologistas en Acción.

Brillo contaminante

No estaría de más tener en cuenta estos datos a la hora de comprar para obsequiar a familiares y amigos -habida cuenta de que la ropa y el calzado son el «regalo estrella» de nuevo estas navidades, según la encuesta de Deloitte- y para lucir en las celebraciones de estas fechas.
La ropa de fiesta tiene una huella ecológica altísima porque está fabricada con materiales muy contaminantes -las purpurinas de muchas prendas pensadas para brillar de noche están hechas de plásticos y metales- y, encima, la usamos muy poco. Ante la perspectiva de comprar un vestido para una sola noche, la OCU aconseja recurrir a plataformas de venta de prendas de segunda mano o de trueque a través de internet. Pero también puede ser divertido organizar una 'swap party' (fiesta de intercambio) en la que cada participante aporta los artículos que le sobran y busca otros que le interesan.

 

TITULO:  El país   de  El despilfarro se evita con producto local y planificación.


El Martes -17- Diciembre 22:00 por la Sexta,fotos. 

  El despilfarro se evita con producto local y planificación.

Resultat d'imatges de banquetes verdes tenedor

 

No es raro que cada español engorde un par de kilos cada Navidad: sin olvidar su alto contenido en grasa, azúcar y el acompañamiento de bebidas alcohólicas, a menudo los banquetes de estas fiestas están compuestos de una cantidad de comida desaforada. La falta de planificación se traduce en un enorme despilfarro. Ocurre todo el año: los hogares españoles desperdician entre 1,5 y 3,2 millones de toneladas de alimentos al año según distintas fuentes, entre uno y dos kilos por hogar a la semana. En estas fechas, cuando el consumo se incrementa en torno a un 20%, el derroche es aún mayor, explica Roberto Ortuño, director de servicios analíticos de Ainia, un centro tecnológico que ofrece soluciones a más de 700 empresas y trabaja, entre otras cosas, para disminuir ese desperdicio en toda la cadena alimentaria. Ainia participa además en el desarrollo de apps para que el consumidor pueda tomar decisiones más informadas y sostenibles ofreciendo datos adicionales sobre los productos en el supermercado.
«Deberíamos evitar lo lejano e insostenible y rescatar recetas tradicionales. Para muchos hogares es más exótica la lombarda que los langostinos o la piña tropical», resalta Ángel Encinas, de Ecologistas en Acción. «Los langostinos procedentes de la pesca vienen acompañados de la destrucción de otras especies que se tiran por la borda, y los de acuicultura, de la destrucción de los bosques de manglar (y sus graves consecuencias sociales). Los menos dañinos son los frescos de zonas frías y templadas», resalta Greenpeace.
En su proyecto LiveWell, WWF propone cambios en la dieta que podrían reducir un 25% la huella de carbono. Sus principios básicos son consumir menos carne y más vegetales, apostar por los productos de proximidad, evitar en lo posible los ultraprocesados -ricos en azúcar y grasas-, planificar bien la compra y aprovechar los restos. «No tiene sentido consumir alimentos importados que recorren miles de kilómetros en avión o en barco hasta llegar a nuestro plato cuando nuestro país es una potencia mundial en agricultura y ganadería», subraya Celsa Peiteado, responsable de Agricultura y Alimentación en WWF España. Eso no significa renunciar a comer cosas ricas, como asados de aves o cordero o conservas artesanales. Los productos locales pueden encontrarse en los mercadillos navideños o tradicionales, en plataformas de internet, cooperativas ecológicas y grupos de consumo. Eso sí, la carne, de agricultura extensiva y de la zona.
Después del banquete, no se tira nada: la comida sobrante puede repartirse en fiambreras a los comensales, servir de base para otros platos como croquetas o ropavieja o convertirse en compost.


 

 

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