Viva la vida - Javier Gomá - Filósofo,. ,.SABADO- 4 - Abril ,./ VIVA LA VIDA - Ignacio de La Torre, economista , DOMINGO -5- Abril . / Ese programa del que usted me habla con - Un virus con munición,. / Tendido cero Toros - El toreo solidario,.
TITULO: Viva la vida - Javier Gomá - Filósofo . ,.SABADO -4- Abril,.
El sabado -4- Abril a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Javier Gomá - Filósofo,.
«El hombre es débil y hoy creo que la humanidad también»,.
Pensamiento. Javier Gomá, en su despacho de director de la Fundación Juan March.
El
autor de la 'Tetralogía de la ejemplaridad' reflexiona sobre cómo la
pandemia nos ha puesto ante el espejo de nuestra propia vulnerabilidad,.
«Lo
importante no es la muerte, sino la conciencia de nuestra finitud».
Recluido en Madrid, centro nacional del drama del coronavirus, el
filósofo Javier Gomá reflexiona sobre la fragilidad de los seres humanos
en un tiempo en que la ciencia ponía ante nosotros la perspectiva de
alcanzar los 120 años de vida. Todo eso se ha venido abajo, y con ello,
un puñado de certidumbres. Los héroes de ayer hoy no son nadie y los
ídolos de nuestros días son quienes luchan sin desmayo por salvar vidas.
El autor de la 'Tetralogía de la ejemplaridad' se lamenta de que las
sociedades modernas hayan hurtado a los ciudadanos la conciencia no de
la muerte, sino de la mortalidad y lo que supone. – De pronto, nos hemos dado cuenta de que podemos morir de una pandemia. ¿Hemos adquirido conciencia de nuestra fragilidad?
–
Es como si todos fuéramos esos emperadores romanos a quienes, en medio
del triunfo, se les decía al oído: «Recuerda que eres mortal». La
cultura occidental es un triunfo: de bienestar material, derechos,
organización política, tecnología, cultura. Y como todo triunfo colosal,
acecha la tentación de la divinización. Es un error, no solo porque ser
como los dioses es contradecir nuestra naturaleza. Es que además los
dioses griegos se pierden gran parte de lo bueno del bocado de la vida.
Las cosas más interesantes son humanas y existen porque somos humanos. – ¿La tecnología nos había convencido de que tendríamos una vida larga y satisfactoria que solo podía truncar un accidente?
–
Las proyecciones supuestamente científicas o tecnológicas suelen ser
poco fiables. ¿Hay algo más pasado de moda que una película de ciencia
ficción de hace veinte, treinta o cuarenta años? Cuando la ciencia y la
tecnología se ponen a imaginar, son las más fantasiosas de las
disciplinas. Respeto su trabajo, pero reconozco que, en el ámbito del
saber, por encima de la ciencia de la naturaleza pongo el conocimiento
de uno mismo, aunque, por supuesto, desde un punto de vista práctico,
apoyo todo lo que haga la vida más larga, más avanzada y más
confortable. – Se nos ha hurtado el debate sobre la muerte. ¿Qué consecuencias tiene?
–
La muerte es un auténtico asco y un delito contra la dignidad humana.
El delito contra la dignidad es tratar a lo que tiene dignidad como si
solo tuviera precio; es decir, la cosificación. Y no hay un delito de
cosificación más grande que convertir esa maravilla que es un individuo
libre y consciente en un cadáver, expuesto a la corrupción. De todos
modos, lo que nuestra sociedad realmente hurta al ciudadano no es la
muerte, sino la mortalidad. La muerte es omnipresente en telediarios,
películas, videojuegos y cómics. Pero se trata de la muerte como hecho
biológico, sin significado. Lo importante es su significado: la
mortalidad, la consciencia de nuestra finitud.
La pérdida
– ¿Qué cambia en mayor medida nuestro concepto de la vida?
–
Por desgracia, tengo muy mala memoria para las citas literales, pero
hay una de J. Williams que viene al pelo. En 'El hijo de César' leemos
más o menos: «La pérdida es la cualidad intrínseca de la existencia
porque es un conocimiento que nadie puede transmitirnos». La mayoría de
los saberes son transmisibles a través del lenguaje. Pero hay algo que
no puede transferir, porque tienen que ver con la experiencia personal
de la privación, el despojamiento, la renuncia o la pérdida. Todo lo que
tenemos lo perderemos algún día. La vida es deporte de alto riesgo. –
Hasta hace un mes, el debate científico que más interesaba era el de
prepararnos para vivir 120 años. No imaginábamos una amenaza así.
– Ojalá vivamos 120 años. Pero no basta con la vida, ha de ser además vida humana, digna de ser vivida. –
Se están modificando a toda velocidad los valores. Los héroes ya no son
los deportistas o los famosos de la TV, sino el personal sanitario.
–
En mi tetralogía distingo entre ejemplo y ejemplaridad. Todos los
hombres y mujeres, por fuerza, somos ejemplos públicos, es decir,
ejemplos para alguien. Pero pueden ser ejemplos positivos o negativos,
contraejemplos. Solo algunos, los ejemplos 'ejemplares', son positivos,
despliegan una influencia civilizadora y virtuosa en su entorno. Cunde
mucho el 'ejemplo sin ejemplaridad', las notoriedades sociales, muy
populares, muy conocidas, pero que producen un efecto de vulgaridad y
desmoralización en su esfera de influencia. En cambio, el personal
sanitario nos da ejemplos con ejemplaridad. La prueba es la
generalización: el mundo sería peor si todos fueran como los fantoches
televisivos, pero mejor si fueran como el personal sanitario. –
Y han adquirido relevancia limpiadoras de oficinas, cajeras,
barrenderos, repartidores. ¿Contribuirá esta crisis a un cambio del
prestigio social o lo olvidaremos todo en cuanto termine?
–
En mi libro 'La imagen de tu vida' insisto con mucha energía en la
ejemplaridad del hombre y mujer comunes sin extravagancias. El
dramatismo de vivir, de poseer una dignidad de origen y estar destinados
a la indignidad del sepulcro, esa aventura sublime de ser mortal: no
hay una empresa superior a esa ni ha existido jamás. Ni Alejandro Magno
ni Leonardo da Vinci han tenido jamas una experiencia más elevada que la
de aprender a ser mortal. No hace falta descubrir continentes, triunfar
en batallas, descubrir la penicilina, ni gobernar un imperio. La
ejemplaridad más gloriosa es la del hombre y mujer corrientes que
cumplen sus obligaciones sin histrionismo. Y la pandemia reclama de
nosotros la ejemplaridad corriente de encerrarnos en casa para ni
contagiarse ni contagiar. Y de algunos, además, una dedicación y un
riesgo mayor de carácter precisamente profesional. – Y
luego está la dignidad. ¿Estamos aprendiendo del sentido del deber y de
la responsabilidad de tanta gente que se mantiene al pie del cañón?
–
Hay dos clases de dignidad, la ontológica y la práctica. La dignidad
ontológica es la que tenemos por el hecho de ser hombre o mujer. Nada ni
nadie puede desgastar esta condición, ni siquiera nuestro propio
comportamiento indigno, aunque sí podemos despertar al sentimiento de la
dignidad propia y ajena y al respeto que merece. Por ejemplo, una de
las escenas más escalofriantes de estos días se refiere a cómo están
muriendo algunas personas: solas, aisladas, sin poder despedirse de los
suyos. Ni duelo han podido hacer por el muerto. ¿Es una muerte digna?
Luego está la dignidad práctica, que es nuestro comportamiento. Ahí
destaca la dignidad de algunos profesionales que ha llevado el desempeño
de su profesión a un grado heroico. – ¿Qué lecciones de vida podemos sacar?
–
Antes pensaba que el hombre era débil y la humanidad, fuerte. Ahora
pienso que el hombre es débil y la humanidad, también. Y que la ciencia
mundial al unísono, que nos prometía dar un salto en la especie hasta
ser casi inmortales, no nos protege, porque tarda un año, ¡un año!, en
encontrar una vacuna al puñetero virus. Estamos indefensos, nadie nos
libra del peligro, tampoco la ciencia. – ¿Una de esas lecciones puede ser que, pese al individualismo dominante, somos seres sociales y valemos poco de uno en uno?
–
Somos seres paradójicos, en eso consiste el enigma de la vida humana.
Somos infinitos para nosotros mismos, (casi) nada para la sociedad. Hay
experiencias que destacan lo primero: el valor infinito del individuo.
Así ocurre con la cultura o el amor. Hay otras que destacan lo segundo:
nuestra nadería en la masa social. Sin duda, una pandemia pertenece a la
segunda clase de experiencia. Pero la pandemia induce el recogimiento y
dentro de uno mismo se siente la propia inmensidad, es decir, la
primera experiencia. Y también la muerte de un ser querido, una pérdida
total, irreparable.
Miedo y ética
– ¿Nos hace espiritualmente más vulnerables no haber vivido una catástrofe antes?
–
En la educación de los hijos soy partidario de que su experiencia
fundamental sea gozosa para que desarrollen confianza hacia el mundo. No
creo que al niño una experiencia traumática le haga más fuerte sino más
desconfiado. Llevando la analogía a las generaciones, tampoco creo que
nadie necesite una guerra o una pandemia para madurar. – Y el miedo, ¿nos hace más justos o refuerza el egoísmo?
–
Hay dos clases de miedo. El miedo ante el mal no solo no es una
patología sino una reacción inteligente. Pero luego hay otro
descontrolado, que es el miedo pánico. Este puede ser terrible, porque
está en el origen de los linchamientos, los chivos expiatorios, la quema
de brujas. Es muy difícil tener miedo a algo abstracto y tendemos a
personalizar, a concretar en alguien. Cuando el miedo se hace
irracional, nos tranquiliza buscar a alguien al que se le atribuya la
culpa. Porque nos imaginamos que al destruirlo vencemos el mal. Y no. Al
mal se añade otro mal. – ¿A la altura de 2020 la religión se presenta como un consuelo, un asidero al que agarrarse?
–
Habrá de todo. Los hay que buscan la causa de las cosas y preguntan por
qué, y si no encuentra respuesta, tenderán a la increencia. Así cuenta
Tucídides que pasó durante la famosa preste desatada en Atenas durante
la guerra del Peloponeso. Decía que muchos atenienses sentían que daba
igual adorar o no a los dioses porque la peste no distinguía entre
buenos y malos. Pero otros no preguntan por qué, sino para qué, y
tenderán a buscar su confianza en un Dios paternal. Aquí añado un dato
de la sociología de la religión que suele desconocerse. Según los
estudios de Berger y Stark, en Europa hablamos de secularización pero en
realidad la creencia religiosa lleva muchas décadas creciendo en el
resto del mundo. – ¿Saldremos éticamente reforzados como sociedad o nos falta profundidad de pensamiento para reflexionar sobre ello?
–
El aprendizaje colectivo, lo mismo que el cambio de costumbres
sociales, es siempre muy lento, a veces desesperadamente lento. Pero
existe. Y muchas veces se confirma lo del verso de Esquilo, «aprender
padeciendo», aprendemos a través del dolor. El dolor de la crisis
económica desprestigió la vulgar ostentación de la riqueza de las
décadas anteriores. Esta otra crisis sanitaria, brutal, global,
interclasista en la infección, nos revela que la humanidad es una
especie en peligro. Soñábamos con ser trashumamos. A lo mejor ahora
comprendemos que ser humanos, si lo somos con dignidad y excelencia, ya
es mucho.
TITULO:
VIVA LA VIDA - Ignacio de La Torre, economista ,. DOMINGO -5- Abril .
El domingo -5- Abril a las 16:00 por Telecinco , foto.
Ignacio de La Torre, economista,.
Ignacio de La Torre, economista: "El principio del fin del dinero barato ha llegado",.
El economista Ignacio de la Torre es optimista en torno a la situación de la economía española.
No considera "preocupante" que España pase de crecer un 3% a un 2,5.
"Hay desaceleración pero no es preocupante porque no dependemos de la
deuda, vivimos del ahorro español, no del extranjero". Señala que la
española es una economía que va a crecer menos pero con riesgos más acotados.
Subraya que España ahorra más de lo que invierte y no depende de los
flujos extranjeros como sí lo hacía en 2008. Cree que a partir del
tercer trimestre del próximo año comenzarán a subir los tipos de
interés. Recomienda que quienes tengan una hipoteca a tipo variable la
pongan a tipo fijo para tener controlados los riegos. "El principio de
fin del dinero barato ha llegado", ha señalado de la Torre.
TITULO: Ese programa del que usted me habla con - Un virus con munición,.
El martes -31- Marzo por La 2 a las 21:30, foto,.
Un virus con munición,.
Mientras
los americanos aumentan su arsenal privado por la pandemia, en España
apenas hay 3 millones de armas. Expertos avisan del riesgo de su uso
«indebido» si el confinamiento se alarga,.
Buscar
munición puede resultar abrumador. Por eso, hemos organizado nuestro
inventario en categorías como marcas de rifles, escopetas, fusiles
semiautomáticos o cartuchos para facilitar sus pedidos». Ammo. com, una
armería minorista de venta online con sede en los Estados Unidos, trata
así de estimular la carrera armamentística emprendida estos días allí
por muchos de sus ciudadanos tras el desembarco del coronavirus. Y la
cosa va como un tiro. El pasado 10 de marzo, cuando las autoridades sanitarias federales confirmaron el primer millar de casos positivos dentro de sus fronteras,
ese mismo comercio concluyó la jornada con un incremento de sus ventas
sin precedentes del 276%. En el cómputo mensual, el rearme del país
contra la pandemia le ha reportado ya un crecimiento del 68%.
En circunstancias normales, 109 estadounidenses mueren cada día a balazos.
La violencia armada es la segunda causa de mortalidad de sus niños y la
primera de los hombres negros de entre 15 y 34 años. No hay otro país
en el planeta con las tasas absolutas y per cápita de posesión de
escopetas, rifles, revólveres y pistolas más disparadas. Gracias al
Covid-19 puede serlo ya en toda la galaxia. En estos tiempos de
inquietud, miedo y confinamiento obligatorio provocados por los estragos
que ese agente infeccioso está ocasionando, Jasmeet Sidhu, experta en
violencia armada de Amnistía Internacional en Washington D. C., augura
un repunte de los ciudadanos que morirán a plomo y, acaso, sin rastro del virus en sus cuerpos.
«El aumento de la venta de armas,
sin una regulación adecuada sobre el acceso, posesión y uso como ocurre
aquí, solo exacerbará la crisis de derechos humanos y también la de
salud pública, porque va a repercutir directamente en los hospitales.
1.
El colectivo de cazadores es el que más armas acumula, si bien los
españoles autorizados para tener escopetas y rifles han pasado de 1,71 a
1,34 millones en cuatro años a causa principalmente de la crisis
económica. | 2. y 3. Estadounidenses hacen largas colas estos días
frente a las armerías para adquirir su primera pistola o escopeta, o
reforzar su arsenal frente al coronavirus. / Rafa Gutiérrez | E. Laurent | A. Al-Marjani
Al
otro lado del Atlántico, en Madrid, el sociólogo experto en movimientos
sociales y profesor titular de la Universidad a distancia (UNED) Ramón
Adell valora la reacción estadounidense a la pandemia como «la más primitiva».
«Ocurre cuando el individuo se siente amenazado, piensa que el Estado
no le va a proteger y confía poco en su propia sociedad. Eso es
precisamente la postmodernidad, viva el individualismo», ironiza. «En
España, por suerte, tenemos una sociedad bastante más vertebrada,
concienciada y solidaria. Las armas de fuego como sistema de autodefensa
no nos caben en la cabeza. La gente aquí no quiere pistolas, quiere un test del coronavirus y que le inventen cuanto antes una vacuna», ataja el reconocido experto.
Sin
embargo, las tenemos. En España hay cerca de 3 millones de armas de
fuego, sin contar las reglamentarias de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado. Esa cantidad equivale a 7,5 por cada 100 habitantes,
un índice que nos coloca a años luz de las 120 de los Estados Unidos,
bastante por debajo de la media europea, situada en 15, y a una
distancia notable de otros socios comunitarios, como Francia o Alemania,
donde el ratio escala hasta los 19.
Pese a los estragos que la crisis económica ha
ocasionado entre los aficionados a la actividad cinegética menor –la
mayor está al alza– y también a la deportiva, los cazadores lideran el
colectivo civil armado en España. En la actualidad se distribuyen
alrededor de 1,34 millones de licencias. Le siguen de lejos los tiradores olímpicos,
con apenas 51.000, y los particulares que por motivos personales o
profesionales poseen pistolas o revólveres para su defensa personal. Son
unos 8.500 y entre ellos se encuentran joyeros, miembros de la
judicatura, armeros, políticos, periodistas o viajantes. A diferencia de
lo que sucede en el país que lidera el republicano Donald Trump, todos
ellos han tenido que superar previamente un examen técnico, práctico y
psicotécnico para obtener esas licencias, y las armas de las que
disponen están pulcramente registradas y autorizadas.
Pese
a la comparativa internacional, que parece dejarnos en un buen lugar, y
al celoso control que la Guardia Civil ejerce sobre la tenencia y el
uso de este arsenal a través de la Intervención Central de Armas y
Explosivos (ICAE), el doctor en Psicología de la Universidad de Valencia
Francisco Tortosa cree que los datos relativos a la violencia armada en
nuestro país «no son buenos». «Un 8% de los suicidios que se registran
son por arma de fuego. Unas 300 personas mueren cada año a tiros, entre
accidentes, homicidios y suicidios. Esos son más de 9.500 ciudadanos en las últimas tres décadas.
Me parecen más que suficientes para ser tomados en consideración,
actualizar una normativa reguladora que ya tiene veinte años e implantar
protocolos de exploraciones de salud mental más profundos para los
distintos perfiles de solicitantes de un permiso o de renovadores del
mismo», sostiene no sin recordar la última directiva europea a este
respecto, de 2017. «Va en la dirección de extremar el control
administrativo sobre las armas de fuego, siguiendo la recomendación de
la OMS, que considera una de las medidas más importantes para prevenir
la violencia armada».
Para Tortosa, 3 millones de armas no son pocas.
Menos en un país en estado de alarma en donde el virus se propaga casi
tan rápidamente como el miedo a un escenario incierto e intimidante.
«Está demostrado que la limitación de movimientos incrementa la
agresividad y, si existe una exposición a objetos que puedan
potenciarla, el riesgo se incrementa. De hecho, está establecido que las
posibilidades de utilizarlas indebidamente aumentan solo por el hecho
de que estén cerca». El psicólogo evoca el 'efecto arma',
al que dio nombre precisamente un especialista estadounidense, Leonard
Berkowitz, y que sostienen que los objetos que se asocian a la agresión
estimulan conductas agresivas con mayor facilidad.
Pese al
turbador trío que conforman reclusión, desasosiego y armas, el experto
descarta que el mercado negro de venta de armas vaya a acusar una mayor
demanda, ni tampoco que se avecine una escala de episodios domésticos truculentos.
«El uso de armas no está tan marcado en nuestra cultura, en buena
medida, porque vivimos en uno de los países más seguros del mundo».
Tortosa hace una excepción: las mujeres que viven con sus agresores. «La
limitación de movimientos les pone en una situación de alto riesgo de
sufrir violencia física, sexual y psicológica», alerta. «La campaña
emprendida en este sentido por la Administración es fundamental. Las
fuerzas de seguridad tienen que estar muy atentas y vigilantes a este
respecto».
Odio, irascibilidad y zombies
En su enclaustramiento en Barcelona, el politólogo Pablo Aguiar reflexiona sobre la caída en picado estas semanas de la criminalidad,
al tiempo que afloran la irascibilidad y las tensiones vecinales. El
odio a la comunidad china que se extiende por los Estados Unidos,
atizado con ahínco por su propio presidente, se vuelca en España con los
transeúntes que rompen el confinamiento. «Me asusta ver la vehemencia
con la que algunos gritan a un corredor o a alguien que parece haberse
saltado las reglas que nos han impuesto».
En el Instituto Catalán Internacional para la Paz (ICIP), donde trabaja como investigador, estudian la promoción del diálogo en las sociedades polarizadas.
Resulta que últimamente basta con asomarse al balcón, además de a las
redes sociales, para comprobar «cómo el que piensa diferente no es un
rival, sino un enemigo a batir porque yo tengo el bien moral». «Vivimos
en una sociedad que responde a impulsos rápidos y poco reflexionados, y
que acepta soluciones simplistas para cosas complicadas. Es una dinámica
global, muy ligada a los movimientos populistas, que trivializa la
política. Para hacerle frente se requiere de una consciencia democrática
más profunda de la que tenemos».
Aguiar avisa de que, a menudo
polarización y violencia, ya sea verbal o física, transitan por el mismo
camino, uno que se estrecha cuando la vida se circunscribe a un puñado
de metros cuadrados donde parece que no corre el aire. Y aunque «de momento, no hay despolarizador»,
bromea, enarbola un antídoto de bolsillo: la duda. «Tenemos que dudar
de nuestras certezas, intentar contrastar al máximo las opiniones,
mantener los hilos con la gente que piensa diferente a nosotros y
recurrir a medios de comunicación diferentes. Tendemos a alimentarnos de
todo lo que refuerzan lo que pensamos y eso no es bueno».
Le
pedimos al sociólogo que intenta abrirse paso mentalmente entre las
sombras y los interrogantes hacia el futuro. «A veces, las crisis que
desgarran sociedades acaban en desórdenes, en movimientos
revolucionarios o en violencia 'zombie'. En una
situación de degradación, la gente más vulnerable es la que acaba
mutando». Ramón Adell lo explica y lo rechaza al mismo tiempo, porque
«sería desastroso», pero pronostica que cada país, según resuelva esta
situación, según la haya gestionado y según sea el daño causado, se
enfrentará a un periodo de cinco o diez años de sacudidas de movimientos
sociales. Feministas, ecologistas, sindicalistas, ahora por fuerza
aletargados, emergerán tras esta crisis con inquietudes distintas, más
concienciados y quizá más beligerantes».
El arsenal en números
1,37
Millones de particulares
en España disponen de licencia para poseer y manipular alguna de las
casi 3 millones de pistolas, escopetas y fusiles que hay en manos de la
población civil, según datos facilitados por la Guardia Civil en agosto
de 2019.
Drástica caídaen cuatro años
El número de licencias
ha descendido casi un 23% en los últimos años a causa, en gran medida,
de la reducción de la actividad cinegética menor. Así, de 1,71 millones
de permisos de caza se ha pasado a 1,34. El segundo grupo con permiso de
armas más numeroso, el de los aficionados al tiro deportivo, también ha
menguado. En su caso, un 9%. En la actualidad no llegan a 51.000
personas.
8.500 armas para defensa propia
A diferencia de los
otros dos grupos, el tercer colectivo civil armado experimenta una
ligera alza. Es el de los ciudadanos que por motivos profesionales o
personales tiene permiso para portar y usar pistolas o revólveres de
autodefensa.
Por debajo de la media europea
El índice de tenencia de
armas en España es de 7,5 por cada 100 habitantes, muy por debajo de la
media de la UE, que se sitúa en 15, a gran distancias de Francia o
Alemania, donde escalan hasta 19, y a años luz de los Estados Unidos,
con 120.
TITULO: Tendido cero Toros - El toreo solidario,.
El sabado -4- Abril a las 14:00 por La 2 , foto,.
Presentado por: Federico Arnás, Belén Plaza, Javier Hurtado y Carlos Ruiz.
Dirigido por: Federico Arnás
'Tendido Cero', fundado en Abril de 1986, es uno de los programas
más veretanos y una referencia de la información taurina en todo el
mundo. La actualidad, el campo bravo, otras caras de la Fiesta de los
toros, la opinión y la información son sus soportes semanales enfocados
para atraer tanto a aficionados como iniciados en La Tauromaquia., etc,.
El toreo solidario,.
AL COMPÁS,.
El
mundo del toro siempre ha dado muestras de tener un profundo sentido de
la solidaridad. Y en esta crisis del Covid-19 no iba a ser una
excepción, si acaso una nueva oportunidad para hacer más grande su
arraigado ejemplo. Estos días se está viendo cómo desde distintos
colectivos relacionados con los toros -médicos, empresarios, ganaderos,
toreros, sastres, peñas, y también las gentes del bou al correr-, están
volcándose para intentar hacer más llevadero este calvario que nos está
tocando vivir.
La lista de los que han saltado al ruedo
solidario es amplia. Recogemos una pequeña muestra de cada uno de los
estamentos. La Sociedad Española de Cirugía Taurina, quien de acuerdo
con las propiedades y las empresas de gran número de plazas de toros, ha
ofrecido al ministerio de Sanidad todos los respiradores, aparatos de
anestesia y material sanitario de las enfermerías para ayudar a paliar
la escasez de tan necesarios elementos para hacer frente a tan agresivo
virus. Y todo seguido la Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer
de la Comunitat Valenciana, siempre tan activa, que a través de su
presidente, Vicente Nogueroles, ha ofrecido a la Generalitat la
logística de camiones, cocineros y la infraestructura necesaria para
preparar mil raciones diarias de comidas y cenas, «para que en caso de
que sea preciso atender a los integrantes de la Unidad Militar de
Emergencias -UME-, policías, bomberos, sanitarios o cualquier otro tipo
de colectivo».Por su parte, El Juli, se ha unido al proyecto solidario
de Rafa Nadal y Pau Gasol. El ganadero Nazario Ibáñez, ha puesto su
fábrica de cascos NZI, a fabricar mascarillas. La comisión taurina de
Algemesi, el sastre de toreros Carlos Galván; los espadas Cayetano,
Román, Álvaro Lorenzo; los empresarios de Murcia y Alicante, así como
los chavales de Tauroamigo, se han sumado con distintas iniciativas para
paliar tanto contratiempo y tanto dolor. Quites que se valoran y
agradecen.
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