BLOC CULTURAL,

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martes, 31 de marzo de 2020

Viva la vida - Javier Gomá - Filósofo,. ,.SABADO- 4 - Abril ,./ VIVA LA VIDA - Ignacio de La Torre, economista , DOMINGO -5- Abril . / Ese programa del que usted me habla con - Un virus con munición,. / Tendido cero Toros - El toreo solidario,.

TITULO: Viva la vida -  Javier Gomá - Filósofo  . ,.SABADO -4- Abril,.

El sabado -4- Abril  a las 16:00 por Telecinco , foto,.



Javier Gomá - Filósofo,.

«El hombre es débil y hoy creo que la humanidad también»,.

Pensamiento. Javier Gomá, en su despacho de director de la Fundación Juan March.

Pensamiento. Javier Gomá, en su despacho de director de la Fundación Juan March. /Ignacio GilEl autor de la 'Tetralogía de la ejemplaridad' reflexiona sobre cómo la pandemia nos ha puesto ante el espejo de nuestra propia vulnerabilidad,.


«Lo importante no es la muerte, sino la conciencia de nuestra finitud». Recluido en Madrid, centro nacional del drama del coronavirus, el filósofo Javier Gomá reflexiona sobre la fragilidad de los seres humanos en un tiempo en que la ciencia ponía ante nosotros la perspectiva de alcanzar los 120 años de vida. Todo eso se ha venido abajo, y con ello, un puñado de certidumbres. Los héroes de ayer hoy no son nadie y los ídolos de nuestros días son quienes luchan sin desmayo por salvar vidas. El autor de la 'Tetralogía de la ejemplaridad' se lamenta de que las sociedades modernas hayan hurtado a los ciudadanos la conciencia no de la muerte, sino de la mortalidad y lo que supone.
– De pronto, nos hemos dado cuenta de que podemos morir de una pandemia. ¿Hemos adquirido conciencia de nuestra fragilidad?
– Es como si todos fuéramos esos emperadores romanos a quienes, en medio del triunfo, se les decía al oído: «Recuerda que eres mortal». La cultura occidental es un triunfo: de bienestar material, derechos, organización política, tecnología, cultura. Y como todo triunfo colosal, acecha la tentación de la divinización. Es un error, no solo porque ser como los dioses es contradecir nuestra naturaleza. Es que además los dioses griegos se pierden gran parte de lo bueno del bocado de la vida. Las cosas más interesantes son humanas y existen porque somos humanos.
– ¿La tecnología nos había convencido de que tendríamos una vida larga y satisfactoria que solo podía truncar un accidente?
– Las proyecciones supuestamente científicas o tecnológicas suelen ser poco fiables. ¿Hay algo más pasado de moda que una película de ciencia ficción de hace veinte, treinta o cuarenta años? Cuando la ciencia y la tecnología se ponen a imaginar, son las más fantasiosas de las disciplinas. Respeto su trabajo, pero reconozco que, en el ámbito del saber, por encima de la ciencia de la naturaleza pongo el conocimiento de uno mismo, aunque, por supuesto, desde un punto de vista práctico, apoyo todo lo que haga la vida más larga, más avanzada y más confortable.
– Se nos ha hurtado el debate sobre la muerte. ¿Qué consecuencias tiene?
– La muerte es un auténtico asco y un delito contra la dignidad humana. El delito contra la dignidad es tratar a lo que tiene dignidad como si solo tuviera precio; es decir, la cosificación. Y no hay un delito de cosificación más grande que convertir esa maravilla que es un individuo libre y consciente en un cadáver, expuesto a la corrupción. De todos modos, lo que nuestra sociedad realmente hurta al ciudadano no es la muerte, sino la mortalidad. La muerte es omnipresente en telediarios, películas, videojuegos y cómics. Pero se trata de la muerte como hecho biológico, sin significado. Lo importante es su significado: la mortalidad, la consciencia de nuestra finitud.

La pérdida

– ¿Qué cambia en mayor medida nuestro concepto de la vida?
– Por desgracia, tengo muy mala memoria para las citas literales, pero hay una de J. Williams que viene al pelo. En 'El hijo de César' leemos más o menos: «La pérdida es la cualidad intrínseca de la existencia porque es un conocimiento que nadie puede transmitirnos». La mayoría de los saberes son transmisibles a través del lenguaje. Pero hay algo que no puede transferir, porque tienen que ver con la experiencia personal de la privación, el despojamiento, la renuncia o la pérdida. Todo lo que tenemos lo perderemos algún día. La vida es deporte de alto riesgo.
– Hasta hace un mes, el debate científico que más interesaba era el de prepararnos para vivir 120 años. No imaginábamos una amenaza así.
– Ojalá vivamos 120 años. Pero no basta con la vida, ha de ser además vida humana, digna de ser vivida.
– Se están modificando a toda velocidad los valores. Los héroes ya no son los deportistas o los famosos de la TV, sino el personal sanitario.
– En mi tetralogía distingo entre ejemplo y ejemplaridad. Todos los hombres y mujeres, por fuerza, somos ejemplos públicos, es decir, ejemplos para alguien. Pero pueden ser ejemplos positivos o negativos, contraejemplos. Solo algunos, los ejemplos 'ejemplares', son positivos, despliegan una influencia civilizadora y virtuosa en su entorno. Cunde mucho el 'ejemplo sin ejemplaridad', las notoriedades sociales, muy populares, muy conocidas, pero que producen un efecto de vulgaridad y desmoralización en su esfera de influencia. En cambio, el personal sanitario nos da ejemplos con ejemplaridad. La prueba es la generalización: el mundo sería peor si todos fueran como los fantoches televisivos, pero mejor si fueran como el personal sanitario.
– Y han adquirido relevancia limpiadoras de oficinas, cajeras, barrenderos, repartidores. ¿Contribuirá esta crisis a un cambio del prestigio social o lo olvidaremos todo en cuanto termine?
– En mi libro 'La imagen de tu vida' insisto con mucha energía en la ejemplaridad del hombre y mujer comunes sin extravagancias. El dramatismo de vivir, de poseer una dignidad de origen y estar destinados a la indignidad del sepulcro, esa aventura sublime de ser mortal: no hay una empresa superior a esa ni ha existido jamás. Ni Alejandro Magno ni Leonardo da Vinci han tenido jamas una experiencia más elevada que la de aprender a ser mortal. No hace falta descubrir continentes, triunfar en batallas, descubrir la penicilina, ni gobernar un imperio. La ejemplaridad más gloriosa es la del hombre y mujer corrientes que cumplen sus obligaciones sin histrionismo. Y la pandemia reclama de nosotros la ejemplaridad corriente de encerrarnos en casa para ni contagiarse ni contagiar. Y de algunos, además, una dedicación y un riesgo mayor de carácter precisamente profesional.
– Y luego está la dignidad. ¿Estamos aprendiendo del sentido del deber y de la responsabilidad de tanta gente que se mantiene al pie del cañón?
– Hay dos clases de dignidad, la ontológica y la práctica. La dignidad ontológica es la que tenemos por el hecho de ser hombre o mujer. Nada ni nadie puede desgastar esta condición, ni siquiera nuestro propio comportamiento indigno, aunque sí podemos despertar al sentimiento de la dignidad propia y ajena y al respeto que merece. Por ejemplo, una de las escenas más escalofriantes de estos días se refiere a cómo están muriendo algunas personas: solas, aisladas, sin poder despedirse de los suyos. Ni duelo han podido hacer por el muerto. ¿Es una muerte digna? Luego está la dignidad práctica, que es nuestro comportamiento. Ahí destaca la dignidad de algunos profesionales que ha llevado el desempeño de su profesión a un grado heroico.
– ¿Qué lecciones de vida podemos sacar?
– Antes pensaba que el hombre era débil y la humanidad, fuerte. Ahora pienso que el hombre es débil y la humanidad, también. Y que la ciencia mundial al unísono, que nos prometía dar un salto en la especie hasta ser casi inmortales, no nos protege, porque tarda un año, ¡un año!, en encontrar una vacuna al puñetero virus. Estamos indefensos, nadie nos libra del peligro, tampoco la ciencia.
– ¿Una de esas lecciones puede ser que, pese al individualismo dominante, somos seres sociales y valemos poco de uno en uno?
– Somos seres paradójicos, en eso consiste el enigma de la vida humana. Somos infinitos para nosotros mismos, (casi) nada para la sociedad. Hay experiencias que destacan lo primero: el valor infinito del individuo. Así ocurre con la cultura o el amor. Hay otras que destacan lo segundo: nuestra nadería en la masa social. Sin duda, una pandemia pertenece a la segunda clase de experiencia. Pero la pandemia induce el recogimiento y dentro de uno mismo se siente la propia inmensidad, es decir, la primera experiencia. Y también la muerte de un ser querido, una pérdida total, irreparable.

Miedo y ética

– ¿Nos hace espiritualmente más vulnerables no haber vivido una catástrofe antes?
– En la educación de los hijos soy partidario de que su experiencia fundamental sea gozosa para que desarrollen confianza hacia el mundo. No creo que al niño una experiencia traumática le haga más fuerte sino más desconfiado. Llevando la analogía a las generaciones, tampoco creo que nadie necesite una guerra o una pandemia para madurar.
– Y el miedo, ¿nos hace más justos o refuerza el egoísmo?
– Hay dos clases de miedo. El miedo ante el mal no solo no es una patología sino una reacción inteligente. Pero luego hay otro descontrolado, que es el miedo pánico. Este puede ser terrible, porque está en el origen de los linchamientos, los chivos expiatorios, la quema de brujas. Es muy difícil tener miedo a algo abstracto y tendemos a personalizar, a concretar en alguien. Cuando el miedo se hace irracional, nos tranquiliza buscar a alguien al que se le atribuya la culpa. Porque nos imaginamos que al destruirlo vencemos el mal. Y no. Al mal se añade otro mal.
– ¿A la altura de 2020 la religión se presenta como un consuelo, un asidero al que agarrarse?
– Habrá de todo. Los hay que buscan la causa de las cosas y preguntan por qué, y si no encuentra respuesta, tenderán a la increencia. Así cuenta Tucídides que pasó durante la famosa preste desatada en Atenas durante la guerra del Peloponeso. Decía que muchos atenienses sentían que daba igual adorar o no a los dioses porque la peste no distinguía entre buenos y malos. Pero otros no preguntan por qué, sino para qué, y tenderán a buscar su confianza en un Dios paternal. Aquí añado un dato de la sociología de la religión que suele desconocerse. Según los estudios de Berger y Stark, en Europa hablamos de secularización pero en realidad la creencia religiosa lleva muchas décadas creciendo en el resto del mundo.
– ¿Saldremos éticamente reforzados como sociedad o nos falta profundidad de pensamiento para reflexionar sobre ello?
– El aprendizaje colectivo, lo mismo que el cambio de costumbres sociales, es siempre muy lento, a veces desesperadamente lento. Pero existe. Y muchas veces se confirma lo del verso de Esquilo, «aprender padeciendo», aprendemos a través del dolor. El dolor de la crisis económica desprestigió la vulgar ostentación de la riqueza de las décadas anteriores. Esta otra crisis sanitaria, brutal, global, interclasista en la infección, nos revela que la humanidad es una especie en peligro. Soñábamos con ser trashumamos. A lo mejor ahora comprendemos que ser humanos, si lo somos con dignidad y excelencia, ya es mucho.


TITULO:  VIVA LA VIDA -  Ignacio de La Torre, economista ,. DOMINGO -5- Abril .

El domingo -5- Abril a las 16:00 por Telecinco , foto.

  Ignacio de La Torre, economista,.

Resultat d'imatges de ignacio de la torre antena 3Ignacio de La Torre, economista: "El principio del fin del dinero barato ha llegado",.

El economista Ignacio de la Torre es optimista en torno a la situación de la economía española. No considera "preocupante" que España pase de crecer un 3% a un 2,5. "Hay desaceleración pero no es preocupante porque no dependemos de la deuda, vivimos del ahorro español, no del extranjero". Señala que la española es una economía que va a crecer menos pero con riesgos más acotados. Subraya que España ahorra más de lo que invierte y no depende de los flujos extranjeros como sí lo hacía en 2008. Cree que a partir del tercer trimestre del próximo año comenzarán a subir los tipos de interés. Recomienda que quienes tengan una hipoteca a tipo variable la pongan a tipo fijo para tener controlados los riegos. "El principio de fin del dinero barato ha llegado", ha señalado de la Torre.

 

TITULO: Ese programa del que usted me habla con -    Un virus con munición,.

El martes -31- Marzo por La 2 a las 21:30, foto,.

   Un virus con munición,.


Un virus con munición

Mientras los americanos aumentan su arsenal privado por la pandemia, en España apenas hay 3 millones de armas. Expertos avisan del riesgo de su uso «indebido» si el confinamiento se alarga,.


Buscar munición puede resultar abrumador. Por eso, hemos organizado nuestro inventario en categorías como marcas de rifles, escopetas, fusiles semiautomáticos o cartuchos para facilitar sus pedidos». Ammo. com, una armería minorista de venta online con sede en los Estados Unidos, trata así de estimular la carrera armamentística emprendida estos días allí por muchos de sus ciudadanos tras el desembarco del coronavirus. Y la cosa va como un tiro. El pasado 10 de marzo, cuando las autoridades sanitarias federales confirmaron el primer millar de casos positivos dentro de sus fronteras, ese mismo comercio concluyó la jornada con un incremento de sus ventas sin precedentes del 276%. En el cómputo mensual, el rearme del país contra la pandemia le ha reportado ya un crecimiento del 68%.
En circunstancias normales, 109 estadounidenses mueren cada día a balazos. La violencia armada es la segunda causa de mortalidad de sus niños y la primera de los hombres negros de entre 15 y 34 años. No hay otro país en el planeta con las tasas absolutas y per cápita de posesión de escopetas, rifles, revólveres y pistolas más disparadas. Gracias al Covid-19 puede serlo ya en toda la galaxia. En estos tiempos de inquietud, miedo y confinamiento obligatorio provocados por los estragos que ese agente infeccioso está ocasionando, Jasmeet Sidhu, experta en violencia armada de Amnistía Internacional en Washington D. C., augura un repunte de los ciudadanos que morirán a plomo y, acaso, sin rastro del virus en sus cuerpos.
«El aumento de la venta de armas, sin una regulación adecuada sobre el acceso, posesión y uso como ocurre aquí, solo exacerbará la crisis de derechos humanos y también la de salud pública, porque va a repercutir directamente en los hospitales.
1. El colectivo de cazadores es el que más armas acumula, si bien los españoles autorizados para tener escopetas y rifles han pasado de 1,71 a 1,34 millones en cuatro años a causa principalmente de la crisis económica. | 2. y 3. Estadounidenses hacen largas colas estos días frente a las armerías para adquirir su primera pistola o escopeta, o reforzar su arsenal frente al coronavirus. / Rafa Gutiérrez | E. Laurent | A. Al-Marjani
Al otro lado del Atlántico, en Madrid, el sociólogo experto en movimientos sociales y profesor titular de la Universidad a distancia (UNED) Ramón Adell valora la reacción estadounidense a la pandemia como «la más primitiva». «Ocurre cuando el individuo se siente amenazado, piensa que el Estado no le va a proteger y confía poco en su propia sociedad. Eso es precisamente la postmodernidad, viva el individualismo», ironiza. «En España, por suerte, tenemos una sociedad bastante más vertebrada, concienciada y solidaria. Las armas de fuego como sistema de autodefensa no nos caben en la cabeza. La gente aquí no quiere pistolas, quiere un test del coronavirus y que le inventen cuanto antes una vacuna», ataja el reconocido experto.
Sin embargo, las tenemos. En España hay cerca de 3 millones de armas de fuego, sin contar las reglamentarias de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Esa cantidad equivale a 7,5 por cada 100 habitantes, un índice que nos coloca a años luz de las 120 de los Estados Unidos, bastante por debajo de la media europea, situada en 15, y a una distancia notable de otros socios comunitarios, como Francia o Alemania, donde el ratio escala hasta los 19.
Pese a los estragos que la crisis económica ha ocasionado entre los aficionados a la actividad cinegética menor –la mayor está al alza– y también a la deportiva, los cazadores lideran el colectivo civil armado en España. En la actualidad se distribuyen alrededor de 1,34 millones de licencias. Le siguen de lejos los tiradores olímpicos, con apenas 51.000, y los particulares que por motivos personales o profesionales poseen pistolas o revólveres para su defensa personal. Son unos 8.500 y entre ellos se encuentran joyeros, miembros de la judicatura, armeros, políticos, periodistas o viajantes. A diferencia de lo que sucede en el país que lidera el republicano Donald Trump, todos ellos han tenido que superar previamente un examen técnico, práctico y psicotécnico para obtener esas licencias, y las armas de las que disponen están pulcramente registradas y autorizadas.
Pese a la comparativa internacional, que parece dejarnos en un buen lugar, y al celoso control que la Guardia Civil ejerce sobre la tenencia y el uso de este arsenal a través de la Intervención Central de Armas y Explosivos (ICAE), el doctor en Psicología de la Universidad de Valencia Francisco Tortosa cree que los datos relativos a la violencia armada en nuestro país «no son buenos». «Un 8% de los suicidios que se registran son por arma de fuego. Unas 300 personas mueren cada año a tiros, entre accidentes, homicidios y suicidios. Esos son más de 9.500 ciudadanos en las últimas tres décadas. Me parecen más que suficientes para ser tomados en consideración, actualizar una normativa reguladora que ya tiene veinte años e implantar protocolos de exploraciones de salud mental más profundos para los distintos perfiles de solicitantes de un permiso o de renovadores del mismo», sostiene no sin recordar la última directiva europea a este respecto, de 2017. «Va en la dirección de extremar el control administrativo sobre las armas de fuego, siguiendo la recomendación de la OMS, que considera una de las medidas más importantes para prevenir la violencia armada».
Para Tortosa, 3 millones de armas no son pocas. Menos en un país en estado de alarma en donde el virus se propaga casi tan rápidamente como el miedo a un escenario incierto e intimidante. «Está demostrado que la limitación de movimientos incrementa la agresividad y, si existe una exposición a objetos que puedan potenciarla, el riesgo se incrementa. De hecho, está establecido que las posibilidades de utilizarlas indebidamente aumentan solo por el hecho de que estén cerca». El psicólogo evoca el 'efecto arma', al que dio nombre precisamente un especialista estadounidense, Leonard Berkowitz, y que sostienen que los objetos que se asocian a la agresión estimulan conductas agresivas con mayor facilidad.
Pese al turbador trío que conforman reclusión, desasosiego y armas, el experto descarta que el mercado negro de venta de armas vaya a acusar una mayor demanda, ni tampoco que se avecine una escala de episodios domésticos truculentos. «El uso de armas no está tan marcado en nuestra cultura, en buena medida, porque vivimos en uno de los países más seguros del mundo». Tortosa hace una excepción: las mujeres que viven con sus agresores. «La limitación de movimientos les pone en una situación de alto riesgo de sufrir violencia física, sexual y psicológica», alerta. «La campaña emprendida en este sentido por la Administración es fundamental. Las fuerzas de seguridad tienen que estar muy atentas y vigilantes a este respecto».

Odio, irascibilidad y zombies

En su enclaustramiento en Barcelona, el politólogo Pablo Aguiar reflexiona sobre la caída en picado estas semanas de la criminalidad, al tiempo que afloran la irascibilidad y las tensiones vecinales. El odio a la comunidad china que se extiende por los Estados Unidos, atizado con ahínco por su propio presidente, se vuelca en España con los transeúntes que rompen el confinamiento. «Me asusta ver la vehemencia con la que algunos gritan a un corredor o a alguien que parece haberse saltado las reglas que nos han impuesto».
En el Instituto Catalán Internacional para la Paz (ICIP), donde trabaja como investigador, estudian la promoción del diálogo en las sociedades polarizadas. Resulta que últimamente basta con asomarse al balcón, además de a las redes sociales, para comprobar «cómo el que piensa diferente no es un rival, sino un enemigo a batir porque yo tengo el bien moral». «Vivimos en una sociedad que responde a impulsos rápidos y poco reflexionados, y que acepta soluciones simplistas para cosas complicadas. Es una dinámica global, muy ligada a los movimientos populistas, que trivializa la política. Para hacerle frente se requiere de una consciencia democrática más profunda de la que tenemos».
Aguiar avisa de que, a menudo polarización y violencia, ya sea verbal o física, transitan por el mismo camino, uno que se estrecha cuando la vida se circunscribe a un puñado de metros cuadrados donde parece que no corre el aire. Y aunque «de momento, no hay despolarizador», bromea, enarbola un antídoto de bolsillo: la duda. «Tenemos que dudar de nuestras certezas, intentar contrastar al máximo las opiniones, mantener los hilos con la gente que piensa diferente a nosotros y recurrir a medios de comunicación diferentes. Tendemos a alimentarnos de todo lo que refuerzan lo que pensamos y eso no es bueno».
Le pedimos al sociólogo que intenta abrirse paso mentalmente entre las sombras y los interrogantes hacia el futuro. «A veces, las crisis que desgarran sociedades acaban en desórdenes, en movimientos revolucionarios o en violencia 'zombie'. En una situación de degradación, la gente más vulnerable es la que acaba mutando». Ramón Adell lo explica y lo rechaza al mismo tiempo, porque «sería desastroso», pero pronostica que cada país, según resuelva esta situación, según la haya gestionado y según sea el daño causado, se enfrentará a un periodo de cinco o diez años de sacudidas de movimientos sociales. Feministas, ecologistas, sindicalistas, ahora por fuerza aletargados, emergerán tras esta crisis con inquietudes distintas, más concienciados y quizá más beligerantes».

El arsenal en números

1,37
Millones de particulares en España disponen de licencia para poseer y manipular alguna de las casi 3 millones de pistolas, escopetas y fusiles que hay en manos de la población civil, según datos facilitados por la Guardia Civil en agosto de 2019.
Drástica caídaen cuatro años
El número de licencias ha descendido casi un 23% en los últimos años a causa, en gran medida, de la reducción de la actividad cinegética menor. Así, de 1,71 millones de permisos de caza se ha pasado a 1,34. El segundo grupo con permiso de armas más numeroso, el de los aficionados al tiro deportivo, también ha menguado. En su caso, un 9%. En la actualidad no llegan a 51.000 personas.
8.500 armas para defensa propia
A diferencia de los otros dos grupos, el tercer colectivo civil armado experimenta una ligera alza. Es el de los ciudadanos que por motivos profesionales o personales tiene permiso para portar y usar pistolas o revólveres de autodefensa.
Por debajo de la media europea
El índice de tenencia de armas en España es de 7,5 por cada 100 habitantes, muy por debajo de la media de la UE, que se sitúa en 15, a gran distancias de Francia o Alemania, donde escalan hasta 19, y a años luz de los Estados Unidos, con 120. 
 
 

TITULO:   Tendido cero Toros - El toreo solidario,.

El sabado -4- Abril a las 14:00 por La 2 , foto,.

Presentado por: Federico Arnás, Belén Plaza, Javier Hurtado y Carlos Ruiz. Dirigido por: Federico Arnás
'Tendido Cero', fundado en Abril de 1986, es uno de los programas más veretanos y una referencia de la información taurina en todo el mundo. La actualidad, el campo bravo, otras caras de la Fiesta de los toros, la opinión y la información son sus soportes semanales enfocados para atraer tanto a aficionados como iniciados en La Tauromaquia., etc,.

El toreo solidario,.


El mundo del toro siempre ha dado muestras de tener un profundo sentido de la solidaridad. Y en esta crisis del Covid-19 no iba a ser una excepción, si acaso una nueva oportunidad para hacer más grande su arraigado ejemplo. Estos días se está viendo cómo desde distintos colectivos relacionados con los toros -médicos, empresarios, ganaderos, toreros, sastres, peñas, y también las gentes del bou al correr-, están volcándose para intentar hacer más llevadero este calvario que nos está tocando vivir.
La lista de los que han saltado al ruedo solidario es amplia. Recogemos una pequeña muestra de cada uno de los estamentos. La Sociedad Española de Cirugía Taurina, quien de acuerdo con las propiedades y las empresas de gran número de plazas de toros, ha ofrecido al ministerio de Sanidad todos los respiradores, aparatos de anestesia y material sanitario de las enfermerías para ayudar a paliar la escasez de tan necesarios elementos para hacer frente a tan agresivo virus. Y todo seguido la Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana, siempre tan activa, que a través de su presidente, Vicente Nogueroles, ha ofrecido a la Generalitat la logística de camiones, cocineros y la infraestructura necesaria para preparar mil raciones diarias de comidas y cenas, «para que en caso de que sea preciso atender a los integrantes de la Unidad Militar de Emergencias -UME-, policías, bomberos, sanitarios o cualquier otro tipo de colectivo».Por su parte, El Juli, se ha unido al proyecto solidario de Rafa Nadal y Pau Gasol. El ganadero Nazario Ibáñez, ha puesto su fábrica de cascos NZI, a fabricar mascarillas. La comisión taurina de Algemesi, el sastre de toreros Carlos Galván; los espadas Cayetano, Román, Álvaro Lorenzo; los empresarios de Murcia y Alicante, así como los chavales de Tauroamigo, se han sumado con distintas iniciativas para paliar tanto contratiempo y tanto dolor. Quites que se valoran y agradecen.

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