BLOC CULTURAL,

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sábado, 28 de marzo de 2020

El paisano - Viernes -3- Abril - Fisioterapeutas temen que haya contagios . / VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Voluntarios para ayudar a los más vulnerables . / Lazos de sangre - Un tercer policía local de Cáceres da positivo en coronavirus,. / VUELTA AL COLE - August Sander, el hombre que quiso retratar a la humanidad ,. / EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -8- Abril - Los primeros exoesqueletos infantiles. / EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - VIERNES -10- Abril - 'Teoría de la lentitud',.

TITULO: El paisano - Viernes -3- Abril -   Fisioterapeutas temen que haya contagios   . 

Viernes  -3- Abril a las 22:10 horas en La 1, foto.

  Fisioterapeutas temen que haya contagios .

Fisioterapeutas temen que haya contagios | Hoy 

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Extremadura ha instado al Gobierno extremeño a que se pronuncie sobre su solicitud oficial de recomendar la suspensión de la actividad de todos los centros de fisioterapia al no poder garantizar la salud de pacientes y trabajadores.
En una nota, los fisioterapeutas aseguran que «no pueden garantizar» que no se produzca contagio de COVID-19 entre fisioterapeutas y pacientes. Una de las razones que esgrime el colectivo es que no se puede asegurar la «disponibilidad permanente» de medidas de desinfección en los centros, ya que productos primordiales como el gel hidroalcohólico, mascarillas y guantes están agotados.
Además, hace hincapié en que muchos de sus pacientes están dentro de los grupos de riesgo.

TITULO:  VACACIONES - EUROPA DE PELICULA -Voluntarios para ayudar a los más vulnerables ,.

🖐 VOLUNTARIOS PARA AYUDAR A LAS PERSONAS MÁS VULNERABLES ...

Voluntarios para ayudar a los más vulnerables,.


foto / La asociación DYA en Extremadura, cuya única base está en Cáceres, ha iniciado una serie de actividades de acción social en la ciudad en coordinación con la nueva Red de Servicio Civil ante el Coronavirus (RedCor), y también para prestar apoyo a la Policía Local. Se trata de acciones sociales enfocadas, sobre todo, a la protección y ayuda de los colectivos más vulnerables en la capital cacereña, durante el estado de alarma provocado por la pandemia del COVID-19. También dan información a la ciudadanía mediante vehículos con megafonía.


TITULO:  Lazos de sangre - Un tercer policía local de Cáceres da positivo en coronavirus,.

El miercoles -1- Abril   a las 21:30 por La 1, fotos,.

 Un tercer policía local de Cáceres da positivo en coronavirus,. 

Policías locales controlando la presencia de gente en la calle por la zona de la plaza de América./LORENZO CORDERO
Se trata de un agente que estuvo en contacto con el segundo efectivo que dio positivo,.

Un agente de la Policía Local de Cáceres ha dado positivo en el test del coronavirus. De esta forma, son ya tres los que están afectados en el cuerpo policial. Este último caso es el de un policía que había estado en contacto directo con el segundo enfermo y estaba pendiente de conocerse el resultado de las pruebas efectuadas.
Ese segundo positivo no había tenido relación con el primero y, en cualquier caso, tanto ellos como otros cinco agentes se han mantenido en cuarentena en sus casas como prevención.
En la Policía Local de Cáceres se han efectuado ocho controles de coronavirus con pruebas específicas, de los que tres han dado positivo, cuatro están a la espera del resultado y uno ha sido negativo.
Por su parte, en el cuerpo de bomberos provincial del Sepei, que depende de la Diputación y que cuenta con una plantilla de más de 250 profesionales, no se ha producido todavía ningún caso.

Casos

El caso del primero lo dio a conocer en la mañana de ayer el alcalde, Luis Salaya, quien explicó, a su vez, que «por plazos» todo indica que el contagio ha sido previo al decreto del estado de alarma. Fuentes municipales confirmaron por la tarde a este diario el segundo positivo y, según afirmaron, no es ninguno de los dos compañeros del primer agente contagiado, quienes también se encuentran aislados en sus casas como medida preventiva. Este sábado se ha confirmado el tercer caso.
En el cuerpo se han realizado ocho test de coronavirus para detectar posibles contagiados entre la plantilla.
Son los primeros casos de infección en la policía, que ha reforzado su presencia en las calles de la capital para garantizar el cumplimiento de las medidas extraordinarias dictadas por el Gobierno para contener la pandemia. El alcalde quiso mandar un mensaje de «tranquilidad» a la ciudad y recalcó que, al igual que el resto de la población, la Policía está afectada «pero no tiene una situación agravada con esto», aseguró.
Personal de limpieza desinfectando en Antonio Hurtado.No obstante, se ha extremado la protección de los agentes y se ha aprobado un nuevo cuadrante laboral para que los policías desempeñen su labor lo más preservados posible. Una de las medidas introducidas es la modificación de los turnos de trabajo, de manera que sean fijos. Todos los agentes realizarán ahora el mismo, de mañana, tarde o noche, y no rotarán para evitar los contagios. «Es un poco más duro para los policías porque sus descansos se verán afectados», admitió el regidor.
Personal de limpieza desinfectando en Antonio Hurtado.
Además de este cambio, se han redoblado las desinfecciones de los vehículos policiales, se ha incorporado más personal de limpieza a sus instalaciones y, como el resto de conductores, los agentes deberán ir sentados en diagonal en el coche patrulla (el que no conduce, ocupando el asiento trasero derecho).
Por otra parte, los agentes municipales impusieron el jueves 13 sanciones a ciudadanos por incumplir el estado de alarma, y a cuatro de ellos, además, por consumir alcohol en la vía pública. También se denunció a un domicilio particular por ruidos, y sobre este tipo de denuncias el alcalde pidió que se respete el descanso de los vecinos «porque hay gente teletrabajando en sus casas y el personal sanitario está haciendo guardias largas y tienen que dormir». «Momentos puntuales de música en la calle que pueden ayudar a hacer llevadero esto, si los vamos sobrepasando se puede convertir en un problema», advirtió.

Aldea Moret

También declaró que se ha intensificado la presencia de efectivos en Aldea Moret debido a que algunas personas –«las mínimas»– se han resistido a cumplir la orden de confinamiento, lo que obligó a que la UME, que ya se ha retirado de la capital cacereña, acudiera durante la jornada del jueves a esta barriada. La vuelta de los militares dependerá, según aclaró el regidor, de las necesidades que vayan surgiendo y de la distribución que hagan los Ministerios del Interior y Defensa.

  TITULO: VUELTA AL COLE - August Sander, el hombre que quiso retratar a la humanidad ,. 

 August Sander, el hombre que quiso retratar a la humanidad ,. 

August Sander, el hombre que quiso retratar a la humanidad

    August Sander,.

    August Sander - foto,.
    Información personal
    Nacimiento Bandera de Alemania 17 de noviembre de 1876, II Imperio Alemán
    Herdorf, en el distrito de Altenkirchen en Renania-Palatinado, (Alemania)
    Fallecimiento 20 de abril de 1964 (87 años)
    Bandera de Alemania Colonia, Alemania
    Lugar de sepultura Melaten-Friedhof Ver y modificar los datos en Wikidata
    Nacionalidad Alemana
    Información profesional
    Ocupación Fotógrafo
    Distinciones
    • Cruz de Oficial de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania Ver y modificar los datos en Wikidata
    August Sander (Herdorf, Imperio Alemán, 17 de noviembre de 1876Colonia, República Federal de Alemania, 20 de abril de 1964) fue un fotógrafo alemán, conocido principalmente por su amplio proyecto documental Hombres del siglo XX (Menschen des 20. Jahrhunderts).

    Biografía

    Hijo de un carpintero que trabaja en una mina, es ahí donde Sander aprende los primeros rudimentos de la fotografía, ayudando a un fotógrafo que trabaja para la empresa minera. Con el apoyo económico de su tío, compra un equipo fotográfico y construye un cuarto oscuro. Realiza su servicio militar entre 1897 y 1899 como asistente del fotógrafo; los años siguientes, viaja a través del Imperio Alemán.


    En 1901 comienza a trabajar para un estudio fotográfico en Linz, convirtiéndose en su primer socio en 1902 y, a continuación, en su único propietario. En 1909 se marcha y abre un nuevo estudio en Colonia.
    En la década de 1910, Sander comienza un catálogo de la sociedad contemporánea alemana a través de una serie de retratos: se trata de su proyecto Hombres del siglo XX (Menschen des 20. Jahrhunderts).1​ En los primeros años 1920, el fotógrafo se suma al Grupo de Artistas Progresistas de Colonia (Kölner Progressive). En 1927, junto con el escritor Ludwing Matha, viaja a Cerdeña durante tres meses, haciendo alrededor de 500 fotografías; sin embargo, su detallado diario de estos viajes nunca se completará.
    Sander publica en 1929 su primer libro, El rostro de nuestro tiempo (Antlitz der Zeit): contiene una selección de 60 retratos del proyecto Hombres del siglo XX.
    Con la llegada de los nazis al poder en 1933, su trabajo y su vida personal se ven gravemente afectados. Su hijo Erich Sander, miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas de Alemania (Sozialistische Arbeiterpartei Deutschlands), es detenido en 1934 y condenado a 10 años de cárcel (fallecerá en 1944,2​ poco antes de la finalización de su condena y del final de la guerra).
    El libro El rostro de nuestro tiempo es incautado en 1936 por los nazis y las placas destruidas. Durante la década siguiente, Sander se dedica principalmente a fotografiar la naturaleza y el paisaje. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, se traslada de Colonia a una zona rural. Su estudio es destruido en 1944 durante un bombardeo.
    Aparte de un trabajo iniciado en 1946 sobre los estragos de la guerra en Colonia, Sander deja práctimente de ejercer como fotógrafo tras la Segunda Guerra Mundial. Fallece en Colonia en 1964, tres años después de haber recibido el premio de cultura de la asociación alemana de fotografía.

    Recepción

    Portada de El rostro de nuestro tiempo (Antlitz der Zeit, 1929)3
    El trabajo de Sander incluye fotografías de paisajes, naturaleza, arquitectura y fotografía callejera, pero es especialmente famoso por sus retratos, como lo demuestra la serie Hombres del siglo XX, en la que trata de ofrecer un catálogo de la sociedad alemana durante la República de Weimar. La serie se divide en siete secciones: «El campesino», «El artesano», «La mujer», «Los trabajadores cualificados», «Los artistas», «La gran ciudad» y «Los últimos hombres» (marginales, enfermos y ancianos).
    En su Breve historia de la fotografía (1931), el pensador alemán Walter Benjamin escribe:
    Quizás, de la noche a la mañana, crezca la insospechada actualidad de obras como la de Sander. Desplazamientos del poder, tan inminentes entre nosotros, suelen hacer una necesidad vital de la educación, del afinamiento de las percepciones fisionómicas. Ya vengamos de la derecha o de la izquierda, tendremos que habituarnos a ser considerados en cuanto a nuestra procedencia. También nosotros tendremos que mirar a los demás. La obra de Sander es más que un libro de fotografías: es un atlas que ejercita.
    Walter Benjamin, Breve historia de la fotografía (1931).4
    En Estados Unidos, el fotógrafo Walker Evans aprecia la obra de Sander y realiza un trabajo similar en la década de 1930, retratando a los estadounidenses durante la Gran Depresión.5

    Museos

    Algunos museos6​ con obras de August Sander:

    Exposiciones

    Exposiciones más importantes de August Sander:11121314

    En vida del autor

    Después de su muerte

  • 1969 - Nueva York, Museum of Modern Art
  • 1972 - Nueva York, Sonnabend Gallery15
  • 1975 - Múnich, Stadt und Land, Westfälischer Kunstverein
  • 1976 - Chicago, The Art Institute of Chicago16
  • 1977 - Edimburgo
  • 1977 - Zúrich Menschen ohne Maske, Fotografien 1906–1952, , Kunstgewerbemuseum
  • 1978 - Linz, Stadtmuseum
  • 1980 - Berlín Este, representación permanente de la república federal alemana, con Bernd und Hilla Becher17
  • 1981 - Leipzig, Galerie der Hochschule für Grafik und Buchkunst18
  • 1985 - Valencia, Sala Parpallo19
  • 1993 - Aix-en-Provence, Antlitz der Zeit20
  • 1994 - Moscú, Museo Pouchkine21
  • 1994 - Tokio, Museum of Contemporary Art20
  • 1995 - Bonn, Kunstmuseum22
  • 1996 - Colonia, August Sander (1876–1964). Fotógrafos de la primera mitad del siglo XX, Rheinhalle 1 Rheinhallen23
  • 1997 - Colonia, August Sander, Karl Blossfeldt, Albert Renger-Patzsch, Bernd et Hilla Becher: Vergleichende Konzeptionen Die Photographische Sammlung, Cologne, Mediapark24
  • 1997 - Colonia, August Sander. Photographien 1902–1939, Die Photographische Sammlung, Mediapark25
  • 2000 - Colonia, Zeitgenossen. August Sander y la escena artística en Renania en el siglo XX, Josef-Haubrich-Kunsthalle26
  • 2001 - Colonia, August Sander : Menschen des 20. Jahrhunderts, Die Photographische Sammlung, Cologne, Mediapark27
  • 2002 - Madrid, PHotoEspaña28
  • 2004 - Fráncfort del Meno, Städel-Museum29
  • 2004 - Berlín, August Sander : Menschen des 20. Jahrhunderts Das große Portraitwerk und Arbeiten seiner Künstlerfreunde, Martin-Gropius-Bau30
  • 2004 - Fráncfort del Meno, August Sander : Menschen des 20. Jahrhunderts Das große Portraitwerk, Städelsches Kunstinstitut und Städtische Galerie30
  • 2004 - Nueva York, August Sander : Menschen des 20. Jahrhunderts Das große Portraitwerk, Metropolitan Museum of Art31
  • 2006 - Colonia, August Sander, Linzer Jahre 1901–1909, August Sander, Die Photographische Sammlung, Mediapark32
  • 2008 - París, August Sander, Una selección de retratos: "Hommes du XXe siècle", Goethe-Institut.33
  • 2018 - París, Mémorial de la Shoah, «Persécutés / Persécuteurs, des Hommes du XXe siècle».34
  • 2019 - Barcelona, August Sander, Fotografies de "Gent del segle XX".


  TITULO:  EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -8- Abril -  Los primeros exoesqueletos infantiles.




En la tuya o en la mía  - Miercoles -8- Abril ,.






 En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles -8- Abril ,etc.








EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA -Los primeros exoesqueletos infantiles. 

Los primeros exoesqueletos infantiles.

El increíble exoesqueleto robótico que permite a niños con discapacidad motriz dar sus primeros pasos,.

fotos / Desarrollado por una empresa de Estados Unidos, el dispositivo mostró un alto nivel de efectividad en las pruebas y se espera que pronto se empiece a comercializar. Cómo funciona,.
 
Son miles y miles las personas que sufren de algún tipo de discapacidad motriz desde muy chicos. En Estados Unidos, el Instituto Nacional de Salud ideó un exoesqueleto para niños con este padecimiento que les permite volver a caminar.
Se trata de un dispositivo robótico pensado para niños con parálisis cerebral con problemas para controlar sus piernas, específicamente para los que padecen una complicación que les impide usar normalmente sus rodillas. El exoesqueleto les permite caminar sin necesidad de muletas o un andador, mejorando así su calidad de vida.
Los exoesqueletos robóticos son un avance científico que le devolvió la capacidad de caminar a personas con diversas discapacidades motoras
Se realizaron múltiples pruebas para ver como se adaptaban estos dispositivos a los niños, solo se detectó uno de ellos que en la segunda prueba tuvo éxito
Estos dispositivos tecnológicos son livianos y se colocan en zonas claves de las piernas de los niños. Además, detectan qué tanta ayuda necesitan según la debilidad muscular que presentan.
En el estudio y las pruebas médicas participaron siete personas de entre 5 y 19 años con diversos niveles de discapacidad motora. Todos los participantes lograron caminar sin ayuda gracias al exoesqueleto robótico. El peso del dispositivo sumado al de las piernas del chico va de 2,7 a 4,5 kilos, según la estatura del menor.
Seis de los niños y adolescentes consiguieron dominar el exoesqueleto robótico en la primera sesión de pruebas, mientras que el séptimo pequeño requirió algo más de práctica. Los participantes no solo lograron caminar sin ayuda, sino que también mostraron mejoras significativas en su postura corporal.
Este dispositivo, marcará un antes y un después en la vida de los niños
Este dispositivo, marcará un antes y un después en la vida de los niños
Dos de cada mil niños nacen o desarrollan algún tipo de parálisis cerebral antes de cumplir los 3 años y la gran mayoría de ellos presenta problemas para caminar. La mitad de estos chicos termina en una silla de ruedas al llegar a la edad adulta, algo que se podría prevenir con una intervención temprana y la ayuda de tecnología robótica.
El exoesqueleto robótico marcará un antes y un después en la vida de millones de niños con parálisis cerebral al entregarles la capacidad de moverse de manera más libre, permitiéndoles así una infancia más plena.

  TITULO:  EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - VIERNES -10- Abril -   'Teoría de la lentitud' ,.
 


MI CASA ES LA TUYA - VIERNES -10- Abril,.
 
 MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne, 
acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco  a las 22:00, el viernes -10- Abril  ,etc.





 EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 10- Abril -  'Teoría de la lentitud',.

  'Teoría de la lentitud',.


foto / Es la nueva revolución. Un movimiento que triunfa en el mundo encabezado por aquellos que aspiran a recuperar la calma para saborear la vida. 'Contra el agobio, pereza' es el lema que arrastra a gentes, ciudades y profesionales que abogan por la conquista del tiempo

La lentitud te da precisión y la precisión, velocidad - See you in ...En Londres, un estresado periodista económico de nombre Carl Honoré se dispone a leer un cuento a su hijo Benjamin antes de dormir. Es la clásica leyenda de príncipes y hadas. Interminable y aburrida para Carl, a quien espera la cena por terminar, las noticias de la tele y varios e-mails sin responder. Prueba a saltarse una página del libro, pero el pequeño de dos años le obliga a retroceder: "¡Papá, vas demasiado rápido!". Carl recupera el pasaje perdido y mira a su hijo buscando alguna pista del tiempo que le queda para dormirse de una vez. Y así hasta que uno de los dos se agota. Esa noche le ha tocado al pequeño, que se duerme un minuto antes de que su padre pierda la paciencia. "Esto no puede seguir así", piensa Carl, sintiéndose el hombre más egoísta del mundo, pero a la mañana siguiente tiene que coger un avión y va a contrarreloj. Razones de fuerza mayor.
Unos días después, Honoré hace tiempo en el aeropuerto de Roma para volver a casa. Rebuscando por las novedades de la librería da con un invento que le parece genial: ¡clásicos infantiles compactados en un minuto! "Uno que tiene el mismo problema que yo", piensa, y se dispone a tirar de la tarjeta de crédito para traerse a casa el CD de Hans Christian Andersen comprimido para ejecutivos con hijos. Justo aquí, nuestro personaje sitúa el punto de no retorno de esta historia: "De repente pensé: ¡Dios mío, ¿en qué me estoy convirtiendo?". La historia es real. Su protagonista, Carl Honoré, existe y sigue viviendo en Londres, pero hoy es conocido como un gurú antiprisa. Su libro Elogio de la lentitud (RBA, 2005) ha sido traducido a 25 idiomas y va por la sexta edición en España.
Todas las personas que hoy se confiesan defensores de la lentitud o incluso de la pereza, con posturas que oscilan entre la comprometida militancia y la sabia intuición, pueden identificar el punto de inflexión en que la propia aceleración de su ritmo de vida les hizo echar el freno y decir: "¡Hasta aquí hemos llegado!".
Esta generación lleva a sus espaldas 150 años de velocidad frenética, que se iniciaron con la revolución industrial y han desembocado, por el momento, en el mundo acelerado que hoy disfrutamos, con Internet a la cabeza y aviones y coches supersónicos; pero también con engendros como el azucarillo de disolución ultrarrápida, para ejecutivos que no tienen tiempo de remover su café de la mañana, o la misa drive-through, una especie de funeral exprés al uso en Estados Unidos que consiste en colocar el ataúd a la entrada de la iglesia para que la gente pase en sus coches y desde allí tire una flor, se despida del difunto y salga pitando.
A día de hoy se esperaba que las máquinas hubiesen hecho mucho más por los hombres. "¿Os acordáis de cuando nos decían que los aparatos iban a trabajar por nosotros y que a finales del siglo XX la jornada laboral no pasaría de las 20 o las 25 horas semanales?", pregunta a la audiencia John de Graaf, miembro de Take Back Your Time, una asociación estadounidense que convoca cada 24 de octubre el día de los relojes caídos. El auditorio de la conferencia asiente. "Pues aquí estamos, trabajando 200 horas más al año que en 1970". Y es cierto. ¿Qué ha pasado con el tiempo que debía sobrar después de comprimirlo todo hasta la mínima fracción posible? En teoría debían quedarnos muchos minutos para nuestras cosas. Pero no ha sido así, el mundo de la velocidad ha disparado como nunca el consumo de ansiolíticos; la gente no sólo no dispone de más tiempo, sino que tiene la sensación de que no llega a nada y, sobre todo, de que no puede disfrutar de lo que ya ha conseguido porque continúa sin tener tiempo. Y time sigue siendo money.
Pero el personal empieza a rebelarse. El dato de las ventas del libro Elogio de la lentitud no es casual. Un éxito similar ha tenido en España otro ejemplar de nombre muy parecido, pero mucho más transgresor: Elogio de la pereza (Planeta, 2005). Su autor, Tom Hodgkinson, fundador de la revista The Idler (literalmente, El Vago), considera su obra "el manifiesto definitivo contra la enfermedad del trabajo". A lo largo de sus casi 300 páginas da fórmulas para sacarle el cuerpo al trabajo, defiende el escaqueo como un arte que requiere la cooperación de los compañeros y suscribe la decisión del grupo anarquista Decadent Action de instaurar el lunes como "el día de llamar al trabajo y decir 'estoy enfermo". En Austria triunfa la Sociedad por la Desaceleración del Tiempo, que busca la piedra filosofal, el eigenzeit (el propio tiempo); en Japón, el Sloth Club con su eslogan Lo lento es bello; en Estados Unidos, Take Back Your Time aspira a convertirse en una plataforma social de activistas del tiempo. Asiáticos y anglosajones miran de reojo y con envidia la vida mediterránea: la España de la siesta, la Italia de la dolce vita. Puros mitos para turistas. Italia, harta de la tiranía de la velocidad, lidera el movimiento Slow Food en el mundo. En Grecia, según los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se trabaja aún más que en Estados Unidos. Y en España somos los últimos en echar el cierre en las oficinas, al filo de las nueve de la noche. Trabajamos unas 1.807 horas al año. Aun así, de momento conservamos como oro en paño los quince minutos del aperitivo y la hora y media o dos de las comidas. Un hábito que, según se mire, puede ser un arma de doble filo en la conquista del tiempo.
Todas estas filosofías, movimientos o asociaciones tienen en común una nueva escala de valores que podría resumirse en tres puntos: trabajar para vivir y no vivir para trabajar; disfrutar el presente y sacar tiempo para aprovechar lo que tenemos, y quitar el pie del acelerador e ir más despacio. Unos preceptos que pueden sonar muy sensatos, pero que tienen que luchar contra el descrédito que supone la lentitud en la era del kilobyte por segundo. Ser lento es ser un perdedor, carente de iniciativa, un torpe. ¿O no? Algo se está moviendo para que hasta el marketing esté apostando por la pachorra. Ahí tenemos ese eslogan de los calzados Camper, Camina, no corras, o la campaña de los helados Häagen-Dazs en el Reino Unido: el anuncio en cuestión anima a sacar el bote de la nevera y esperar 12 minutos antes de meter la cuchara. Entonces, y sólo entonces, habrá alcanzado el punto perfecto de suavidad y placer. El nuevo Volkswagen Beetle se vende en Japón con un reclamo en inglés: "Go slow". Orange, la empresa de telefonía recién estrenada en España, ha basado su campaña británica de este año en la idea de que las cosas buenas de la vida, como jugar con los hijos o enamorarse, pasan cuando el teléfono está desconectado.
Palafrugell es un pueblo de la Costa Brava donde recala los fines de semana la gente que sale huyendo del tumulto urbanita de Barcelona. Allí se vive un poco más despacio, aunque sigue habiendo mucho coche, a criterio de algunos vecinos. Es una de las cuatro ciudades españolas que aspiran a la marca Cittá Slow; las otras son Pals y Begur, también en la Costa Brava, y Mungia, en Vizcaya. Cittá Slow es una red de ciudades que apuesta por desacelerar, reducir al mínimo la presencia de coches, recuperar la calle para el ciudadano y hacer la vida más fácil. Bra, una pequeña ciudad italiana, es el búnker de la corriente, pero ya hay más de 60 cittá slow en el mundo, y otras tantas están pujando por entrar.
Uno de los requisitos indispensables es tener menos de 55.000 habitantes. Además, las aspirantes deben hacer una apuesta fuerte por el pequeño comercio, la agricultura sostenible y las tradiciones locales. Deben contar con un sistema eficiente de depuración de aguas y una recogida diferenciada de basura. Pero lo más difícil, y es condición indispensable para plantar la bandera de Cittá Slow, es poner freno a la desmedida ambición urbanística que campa en todas partes. En Palafrugell esperan la visita de la comisión italiana que decidirá si dan la talla. ¿Los puntos débiles? "No se nos da del todo bien lo del reciclaje de residuos y falta implicación popular, pero no queremos quemar a la gente antes de tiempo", explica Joan Aliu, concejal de Turismo, que cree que si consiguen la marca Cittá Slow tendrán más fuerza para animar a los vecinos. Aliu también reconoce una fuerte presión urbanística que habrá que parar. "Es un pueblo de costa donde no deja de crecer la venta de segundas residencias; lo mismo pasaba en Abbiategrasso, que está al lado de Milán, y allí han conseguido una ciudad tranquila", explica animado. Abbiategrasso es una cittá slow italiana donde llegó Aliu en una autocaravana para comprobar las bondades del movimiento antes de importar la moda a la Costa Brava. Pero la norma en Palafrugell es clara: el litoral no se toca, caiga quien caiga. ¿Realmente es Palafrugell un remanso de paz y lentitud? Carmen es alicantina, pero ha vivido ocho años en el pueblo, y aunque dice que ella se siente "agobiada por los coches como en cualquier sitio", reconoce que se cuidan algunas cosas. "En verano te daban una bolsa de tela en la panadería que llevabas cada día para no usar las de plástico. En la pescadería te dan puntos si llevas el aceite usado para reciclar; luego, con esos puntos te puedes llevar un carro de la compra. La gente lleva su capazo al mercado de frutas y verduras. A su niña de ocho años le enseñan en el colegio a reciclar el envoltorio del bocadillo". En el pueblo esperan el veredicto de la comisión. "Antes eran muy estrictos, la selección la validaba una empresa; pero ahora lo importante es que vayas por el buen camino". El concejal cree que "hay voluntad" para que los cuatro municipios españoles consigan la marca Cittá Slow. "Ellos saben qué somos y qué no somos".
Cittá Slow es una de las secuelas de la rabieta que tuvo el cocinero Carlos Petrini cuando comprobó que los tentáculos del gigante McDonald's llegaban al corazón de Roma, a la mismísima plaza de España. Al restaurador no le bastó con desbarrar contra la comida basura: organizó a su gente y fundó el movimiento Slow Food. Como colofón escogió a un caracol, símbolo por excelencia de la lentitud, como insignia de su rebeldía. Slow Food cuenta con más de 100.000 seguidores en 50 países, España entre ellos. Sus miembros se reúnen para disfrutar de lentas y largas cenas elaboradas según las recetas tradicionales, sin saltarse un paso de los rituales culinarios y, si es posible, regadas con un buen vino y una charla tranquila, sin prisas. "Nos gusta comer bien, la comida bien guisada", admite Pascual Moreno, ingeniero agrónomo de una convivium en Valencia. No niega el ramalazo hedonista del movimiento y lo justifica de manera muy convincente: "La gente ha perdido el sentido del gusto, lo veo cuando organizo catas de queso en la universidad. Le das a un chico joven un queso buenísimo y resulta que le gusta más el de plástico". Pero Slow Food tiene otra cara, si se quiere más madura, de protección de las especies y de la biodiversidad. Han creado el sello Baluarte para salvar tesoros que están a punto de desaparecer. Pascual descubrió en un mercado de pueblo un bote de tomate conservado en aceite con hierbas aromáticas: lo fabricaban dos hermanos que sumaban 150 años entre los dos.
El bote de tomate terminó en El Arca del Gusto, una especie de tribunal del sabor con sede en Italia y creado por Slow Food, que tiene la última palabra. Si merece la pena conservar la tradición culinaria, el tomate de los abuelos se salvará; si no, se mantendrá hasta que ellos lo puedan seguir fabricando. Así se ha recuperado el azafrán del Jiloca, del que sólo quedaban 1,5 hectáreas cultivadas y que se usaba todavía como moneda de cambio en los matrimonios; una manzana valenciana que en unos veinte años estaría en proceso de extinción; un moscatel de Sitges del que quedaban pocas hectáreas cuidadas por unas monjas; el cerdo vasco extacarri, o las alubias del Ganxet. "El límite para decidir que un producto es Baluarte es su calidad y que queden pocos productores", señala Pascual.
Más de una vez, Amador Sánchez Bea ha hecho muchos kilómetros para probar un queso. Lo hace por amor a la buena mesa. Por supuesto, fue de los primeros españoles en apuntarse al Slow Food. ¿Qué hay que hacer cuando un queso te da buen feeling? "Probarlo. A veces hay sorpresas, pero normalmente los quesos no aparecen, los busco. Hay una documentación previa, y una vez que se me despierta la curiosidad los persigo por tiendas especializadas, ferias o viajes a su lugar de origen. Hay muchos quesos que no se comercializan fuera de su territorio".
Contrario a lo que mucha gente cree, los adeptos a esta corriente no son fundamentalistas ni antimicroondas. La mayoría tiene un trabajo, cumple un horario laboral y no puede darse el lujo de bajarse del carro, pero sí de parar de vez en cuando. "No somos tan ilusos para creer que se puede cocinar como en el siglo pasado; se puede comer lentamente y muy mal, y deprisa y muy bien", tercia Juan Bureo, presidente de Slow Food en España. Pascual Moreno cree que estas corrientes son y serán minoritarias. "No sólo porque una cena pueda ser más o menos cara, sino porque todo esto entra en contradicción con la filosofía del sándwich, con la comida precocinada que te comes mirando la tele sin saber qué comes ni con quién". Un acto que para los seguidores del Slow Food está más cerca de repostar que de comer.
Fuera del núcleo duro de los militantes antiprisas, de forma intuitiva alguna gente se busca la vida y se sale de la dictadura del reloj como puede. Los más radicales han vendido su piso y se han marchado al campo, unos a 15 kilómetros de la ciudad y otros a 50. Los hay que cultivan la huerta y los hay que se conforman con comprar en el mercado del pueblo y hacer una barbacoa en el porche. Hace siete años, Paco Ibáñez puso en marcha un sueño adolescente. Vendió su piso en Murcia y se compró una casa abandonada en el campo. Entre los placeres que le proporciona la vuelta al campo menciona "pisar el verde", "encender la chimenea", "ver la luna" y "cocer de vez en cuando una hogaza de pan en un horno de leña". Aunque mantiene su trabajo en la ciudad y no come sólo de lo que da el campo, cultiva una pequeña huerta con tomates, acelgas y habichuelas.
Hasta en las más enloquecidas ciudades, la gente busca un respiro. En el centro de Tokio, con su ritmo trepidante y sus extensísimas jornadas laborales, se ha abierto el salón del buen sueño. Nada nuevo para nosotros. Los japoneses acaban de descubrir la siesta, y están dispuestos a pagar unos seis euros por echar una cabezadita de 20 o 30 minutos. En España, la cadena Masajes a Mil ofrece un servicio similar, con manta y masaje incluido, por cuatro euros. Ahora, en Estados Unidos llaman a nuestra siesta de toda la vida power nap, y viene avalada por los estudios del doctor James B. Maas, psicólogo de la Universidad de Cornell, que demostró que una siesta de 20 minutos aumentaba la productividad y reducía los errores y los accidentes en el trabajo. Desde entonces, empresas como Levi Strauss, Ben & Jerry o Mac World Magazine han estrenado sus nap lounges, unos salones en penumbra con sillones acondicionados para remolonear un poco después de la comida. Pero en España, donde hasta un alcalde en Plasencia (Cáceres) dictó un bando que obligaba a guardar silencio de tres a cinco, la siesta queda para los domingos. Sólo el 24% de los españoles sigue esa sana costumbre.
"Una consulta médica transcurre a una excesiva velocidad: cinco minutos por paciente. Se quedan demasiadas cosas en el tintero, posiblemente las más importantes". Lo dice Rafael de Pablo, médico de familia y coordinador de la Plataforma Diez Minutos, un movimiento que reclama que el médico dedique a cada paciente, al menos, 10 minutos. Otro médico, Javier González Medel, lo explica de un modo muy ilustrativo: "Nadie te cuenta sus problemas importantes con el cronómetro detrás de la oreja. Convencer a alguien para que deje de fumar lleva tiempo, y quizá es lo mejor que puedes hacer por su salud".
El cambio a marchas más bajas se ve muy claro en los gimnasios de las grandes ciudades. Hay cada vez menos público dispuesto a machacarse en la cinta. Los expertos lo definen como el tránsito del fitness al wellness, y en la realidad se traduce en el triunfo por goleada del yoga, las técnicas orientales, el pilates y los spa. Si en 2000 el 90% de las clases eran puro fitness, hoy sólo representan el 60% de la oferta de los gimnasios. La palabra wellness (bienestar) está presente y funciona como una promesa no escrita: "La gente viene a romper la realidad del día a día y quiere salir con una sensación de bienestar", explica Juan Manuel Estévez, director técnico del centro Wellsport, en Madrid.
Casi 300.000 visitantes diarios tiene la web del Rincón del Vago (www.rincondelvago.com) en tiempos de exámenes. Según cuenta su creador, Javier Castellanos, la misión de su empresa es reunir apuntes, trabajos y todo lo que pueda ahorrar tiempo a su cliente-tipo: un estudiante de entre 16 y 23 años con cierta urgencia para entregar un trabajo. "La gente no está dispuesta a perder tiempo en hacer cosas que ya están hechas".
Al movimiento gay también le ha salido un ejército de perezosos: los osos, que siguen la estética de la pereza. "Vamos en plan cómodo, llevamos los vaqueros rotos y nos gusta comer bien, ni dietas, ni gimnasios", asegura Javier Vergara, al frente de MadBear, la asociación de osos de Madrid, creada hace seis años.
Es duro ser militante de la pereza 24 horas al día. Y no es eso lo que pretenden las corrientes antiprisas. "Yo no soy un fundamentalista de la lentitud, creo simplemente que necesitamos recuperar el arte del cambio de marchas. A veces la velocidad es necesaria y a veces la lentitud es la mejor política. Mi lucha no es contra la velocidad en sí misma, sino contra la adicción a la velocidad", explica Carl Honoré, autor de Elogio de la lentitud, convencido de que somos muchos los que necesitamos "volver a conectar con nuestra tortuga interna".
Los teóricos de la lentitud apuestan por impulsar un cambio de prioridades y conseguir que los bienes materiales sean menos importantes que contar con tiempo suficiente para disfrutar de la vida. "Mucha gente asume que bajar el ritmo quiere decir trabajar menos horas, ganar menos dinero y consumir menos. Ése puede ser el caso de algunos, pero no el de todo el mundo. Se puede ser más eficiente haciendo las cosas más despacio", tercia Carl Honoré, y recuerda que los trabajadores con una mayor productividad por hora son los franceses, que han estado varios años con la semana de 35 horas. Del mismo argumento tira Ignacio Buquera, creador de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles: "España está a la cola de la productividad en Europa y somos los últimos que nos vamos de la oficina". En su libro Tiempo al tiempo (Planeta, 2006) defiende la flexibilidad de horarios de entrada y salida y la puesta en práctica de la política de luces apagadas en las empresas. "La cultura de calentar la silla es un tema decimonónico; en el siglo XXI debe primar la eficiencia sobre la presencia". Se trata de que en torno a las cinco de la tarde todo el mundo se vaya a su casa. "Muchos empresarios creen que vamos a por una reducción de la jornada laboral, pero hablamos de cumplir lo que ya está escrito en los convenios colectivos y que las horas que se pasen en las empresas sean productivas".
Carl Honoré se concede una vez al día una pausa tecnológica, libre de móviles y ordenadores. "No se puede estar conectado todo el tiempo". Curiosamente, la idea la copió de un gerente de la tecnológica IBM que lanzó un movimiento por el slow e-mail. Se trata de reducir las veces al día que revisamos nuestro buzón para ser, asegura, "más felices y más creativos".
Carl ha conseguido superar el momento crítico del día: la hora de leer el cuento a su hijo. Ha dejado de usar reloj, pero, incluso antes de comenzar, tapa el despertador del cuarto del niño. "No quiero saber qué hora es". Hace un año, mientras Carl preparaba sus maletas para un viaje, Benjamin le regaló una postal. "¿Para la buena suerte?", preguntó Carl. "No, es por ser el que mejor cuenta los cuentos del mundo".
Bigastro y el paraíso
Por Vicente Verdú
Bigastro es una pequeña localidad alicantina en la Vega Baja del Segura que, como todas sus vecinas, se encuentra asaltada por la máxima especulación. No cualquier especulación, sino una patología que ha multiplicado los habitantes de poblaciones vecinas por un 3.000 por 100 o más en un periodo de diez años.
Prácticamente ningún municipio en ese entorno dulce que llega hasta el mar ha quedado libre de los fabulosos campos de golf y su apretado cinturón de adosados que van trenzándose como una delirante expansión celular hasta cubrir zonas donde ya no existe nada de nada: ni mar, ni sierra, ni vegetación, ni monte que otear. Sencillamente crecen y se reproducen ofreciendo, a extranjeros especialmente, un modo de vida fuera del tiempo y el mundo. Los supermercados, las farmacias o los gimnasios se dirigen a esta población de jubilados británicos o alemanes que hallaron acaso en este clima alicantino, en sus comidas y en sus gentes el sitio ideal para desmaterializarse sin fin.
El fenómeno ha resultado ser tan importante que en muy poco tiempo ha logrado componer una tipología urbana impensada e insólita en el mapa de España. Bigastro y su huerta, el pueblo y su alcalde, Jorge Hernández, se alistaron el 19 de octubre pasado a la red de resistencia contra esta formación salvaje y desangelada que no sólo consternan el paisaje tradicional, sino que proyectan deterioros de todo orden -ecológicos y económicos- sobre todo el entorno.
Localidades españolas como Pals, Begur, Palafrugell, Munguía, Lekeitio, Rubielos de Mora, Bigastro y Pozo Alcón forman parte de esta red denominada de città-slow nacida en Italia hace unos diez años y en contra de la ciudad destructora, neurótica y especulativa.
La città-slow o ciudad lenta preconiza la vida vecinal, la degustación del tiempo y las funciones, la relación sosegada con los otros, la oposición al estrés y los apremios del progreso. Su grupo de coalición natural es el movimiento de la slowfood o comida lenta que defiende el valor cultural de los alimentos y el humanismo de la cocina natural.
Se calcula que habría en España 3.000 clases de tomates hace unos años, pero ahora sólo se consumen 12 especialidades; se registraron hasta 200 clases de perejiles en el pasado, y en la actualidad sólo se habla de un perejil. Enseñar a los niños a distinguir la buena lechuga de la guarnición en la hamburguesa, apreciar la carne sin hormonas, el pescado sin conservantes, el pollo sin proteínas o el auténtico aroma del azafrán forman parte del programa para crear prosélitos.
Una y otra organización celebran encuentros periódicos para fortalecerse o multiplicarse, y en sus estatutos se recalca el factor humano como sentido final de esta microutopía comunitaria. Aunque sus miembros, de profesiones muy dispares, son mucho menos angélicos de lo que pudiera creerse. En Bigastro, por ejemplo, la recuperación de la huerta abandonada por sus tradicionales agricultores se realiza mediante un canje de campo por edificabilidad. Los constructores son autorizados a levantar un ático más, fuera de los planes, a cambio de entregar una hectárea agrícola que formará parte de los llamados "huertos de ocio", parcelas donde se ocupan gentes ahora mayores con sus nietos y quien pase por allí.
En el encuentro de Bigastro prestaron su adhesión unos 20 alcaldes de media docena de provincias españolas y algunos incluso acudieron a la sesión. En conjunto se trata de una menudencia si se compara con la necesidad de nutrición política para avanzar, pero ¿qué duda cabe que la tendencia social operará en su favor? ¿Quién no asentirá crecientemente a esta iniciativa que devuelve sentido a la lucha colectiva y personal?
Los manifiestos, los estatutos, el calendario de eventos, las maneras de anexionarse se encuentran en la red con sólo invocar las palabras mágicas del città-slow o slowfood. Todo el mundo entiende enseguida de qué se trata y quiénes pueden ser los enemigos. Las fuerzas enemigas que nos enferman y nos matan con la velocidad, el estrés, la comida basura, la aglomeración en viviendas sin arquitectura y sobre espacios informes, arrasados, sin identidad.

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