BLOC CULTURAL,

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viernes, 17 de octubre de 2025

El paisano - Viernes - 24 , 31 - Octubre - En Los Barrios dirige una finca ecológica y de corriente regenerativa de aguacates y limones ,. / HOSPITAL - Salud - Herido un hombre tras salirse su coche de la carretera en San Millán de los Caballeros ,./ VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Albacete, que no es poco’: ocho lugares para visitar la provincia española más surrealista ,. / VUELTA AL COLE - Caravana educativa - Coslada ,. / EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -22 , 29 - Octubre - Ángela Banzas - Finalista del Premio Planeta 2025 ,. / EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 24 , 31 - Octubre - Arturo Pérez-Reverte -Tolstói en El Rábano ,.

 

 TITULO: El paisano - Viernes - 24 , 31 - Octubre - En Los Barrios dirige una finca ecológica y de corriente regenerativa de aguacates y limones  ,.

Viernes -  24 , 31  - Octubre a las 22:10 horas en La 1 , foto,.

 En Los Barrios dirige una finca ecológica y de corriente regenerativa de aguacates y limones ,.

 Los Repobladores | En Los Barrios dirige una finca ecológica y de corriente  regenerativa de aguacates y limones

Paola tiene 41 años y estudió ingeniería aeronáutica e hizo un master en astrofísica y ha sido investigadora.

Ha vivido en Francia, Italia y Londres donde se fue con una beca Talentia. Después de vivir 20 años fuera de Andalucía quiso volver a estar con la familia y aportar a su pueblo.

Ahora dirige junto a su pareja una finca agrícola, ecológica y de corriente regenerativa de aguacates y limones. Paola es una gran aficionada al teatro y participa en uno de los grupos de teatro de su pueblo, además da clases de flamenco y danza africana.

Está colaborando en la restauración de la escuela rural del pueblo, un proyecto que dirige un amigo de la adolescencia.

TITULO: HOSPITAL - Salud - Herido un hombre tras salirse su coche de la carretera en San Millán de los Caballeros,.

Herido un hombre tras salirse su coche de la carretera en San Millán de los Caballeros,.

El suceso ha ocurrido minutos antes de las 09:39 en la N-630,.

 Imagen de archivo de una ambulancia.

foto - Imagen de archivo de una ambulancia.

Un hombre de 71 años ha resultado herido en el kilómetro 181 de la N-630, a la altura de San Millán de los Caballeros, tras salirse su coche de la carretera.

El suceso ha ocurrido minutos antes de las 09:39 horas de este miércoles, cuando los servicios de emergencia han recibido una llamada alertando del suceso.

Se ha informado a Tráfico de León y a Sacyl para atender al herido.

TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Albacete, que no es poco’: ocho lugares para visitar la provincia española más surrealista,.

Albacete, que no es poco’: ocho lugares para visitar la provincia española más surrealista,.

 Albacete

foto - Vista del caserío de Alcalá del Júcar, en la provincia de Albacete (Castilla-La Mancha).

De Alcalá del Júcar a la cinematográfica Ayna, pasando por el fragoroso nacimiento del río Mundo, ruta por una de las comarcas más atractivas de Castilla-La Mancha,. 

 En Fitur, la feria internacional del turismo que cerró sus puestas el domingo en Madrid, han participado unos 8.500 destinos y empresas. ¿Se imagina la jungla de ofertas y propuestas que eso genera? Hacer llegar el mensaje de tu producto al consumidor final se convierte en misión imposible. Siempre pensé que el humor es una buena manera de que los humildes y sin mucho presupuesto ganen a los Goliats de la industria. Por eso, si me tengo que quedar con un mensaje ,.

TITULO:  VUELTA AL COLE - Caravana educativa - Coslada ,.

Caravana educativa - Coslada ,.

 Caravana educativa - Coslada

foto / Luis Quevedo conduce "Caravana Educativa" hasta Madrid para tratar un tema que a los jóvenes les ruboriza, la sexualidad y la pornografía. Los influencers Laura López, maestra y sexóloga, y Gabriel Serrano, psicólogo, conocidos en redes como @educandoconsextosentido y @daleunavueltaorg son los encargados de normalizar este tema. Laura comienza haciendo preguntas sobre la intimidad y las alumnas y los alumnos van contestando en cartulinas, formando su propio muro. Comprobamos que no hay ningún muro que sea igual, como sucede con las sexualidades. En el siguiente taller tenemos como invitado especial al psicólogo Javier Urra. Los chicos escenifican distintas situaciones con el fin de hablar sobre sexualidad en Internet, sextorsión e Inteligencia Artificial. Gabriel introduce el concepto pornografía y debaten la edad adecuada para consumir este contenido, cómo de real es o quién lo ve. Y terminan creando sus propios círculos de confianza y enumerando qué características debe tener su persona ideal.

 

 TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -22 , 29  - Octubre  -Ángela Banzas - Finalista del Premio Planeta 2025 ,. 

En la tuya o en la mía  - Miercoles    - 22 , 29 - Octubre ,.

 En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles - 22 , 29  - Octubre  , etc.

 EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 22 , 29  - Octubre -Ángela Banzas - Finalista del Premio Planeta 2025,.

 Ángela Banzas - Finalista del Premio Planeta 2025,.

 

«La imaginación es el recurso frente al dolor y el horror»,.

La escritora gallega relata cómo su dura experiencia infantil ingresada en un hospital inspiró 'Cuando el viento hable', donde la esperanza convive con la intriga y los tintes góticos,.

 La finalista del Planeta Ángela Banzas.

foto - Ángela Banzas (Santiago de Compostela, 43 años) finalista del Premio Planeta por 'Cuando el viento hable' (con una dotación de 200.000 euros), cuenta que su novela nace de la experiencia que le tocó sufrir cuando con solo siete años fue hospitalizada por una peritonitis, que a punto estuvo de acabar con su corta vida. Durante aquel ingreso, que se prolongó durante un año, conoció otra realidad, la de muchos pequeños enfermos, entre ellos una niña que no iba a sobrevivir, y a la que empezó a leerle cuentos.

A partir de esos vivísimos recuerdos, Banzas ha firmado este drama histórico con tintes góticos, protagonizado por Sofía, nacida en 1939, y ambientado en la Galicia de la posguerra civil. Una extraña dolencia lleva a Sofía al hospital donde se ocultan los horrores de experimentos con personas y allí descubre la existencia de una hermana gemela perdida.

La autora explica que 'Cuando el viento hable' es la historia más especial que ha escrito, ya que se trata de «una novela muy íntima que parte de un recuerdo de infancia» que marcó su percepción de la vida y la muerte. La narradora dejó hace pocos años su trabajo de consultora en la administración pública para dedicarse al cien por cien a escribir novelas de intriga. Por algo es conocida como la voz del suspense gallego.

- Otra novela ambientada en Galicia, su tierra...

- Mi mirada es cien por cien gallega. Mis personajes tienen esa forma de ser, de sentir y de mirar el mundo en clave gallega. Disfruto muchísimo de trabajar la ambientación en Galicia, y me gustaría que ese entusiasmo se reciba igual por el lector.

-Luz Gabás, miembro del jurado del Premio Planeta, ha definido su novela com «estilo gótico gallego».

-Sí, ella decía que tiene tintes góticos y también cierto lirismo. Esto nos lo da mucho el clima, que ayuda a esta mirada que tiene este punto sombrío. A mí me gusta decir que con la literatura descubres la oscuridad del universo y yo escribo para pintar de estrellas esa oscuridad. Y esto es la parte más gótica, la parte más oscura, que son nuestras sombras, pero a las sombras se las puede ir iluminando, y eso es lo que yo he tratado de hacer en esta novela.

-Ha contado que su libro nace de un ingreso suyo en el hospital donde coincide con una niña que se llama más o menos como usted (Ángeles) y de una edad muy parecida. ¿Qué le pasó para estar con 7 años en el hospital?

-Un apéndice inflamado derivó en peritonitis y estuve muy malita. Casi no lo cuento. Y estuve un tiempo en el hospital hasta que me pude recuperar, pero estando allí cogí otra enfermedad en el quirófano y me tiré un año hospitalizada. En mi caso todo salió bien. El caso es que en cuanto me pude levantar de la cama iba con mi gotero de habitación en habitación, hablando con otros niños y ahí me encontré una realidad que desconocía.

-¿Una realidad muy dura de niños muy enfermos, no?

-Niños un poquito mayores y niñas un poquito menores que yo, que me marcaron muchísimo. Había una niña que llevaba toda la vida en el hospital. E igual que yo leía, ella estaba todo el día pintando lo que veía por la ventana. Por eso en esta novela son tan importantes las ventanas, porque son el mundo que ven los que están dentro del hospital. Los que esperan, y esa esperanza se recoge en la novela.

-Muchos autores para desarrollar sus tramas, para concentrarse, para escribir... reconocen que tienen que sacrificar muchas cosas, ¿es su caso?

-Yo soy madre (tiene dos hijos) y me gustaría dedicarles un poquito más de tiempo cuando te piden jugar y demás. Pero la literatura me hace mucho bien, yo la disfruto muchísimo, igual que mi parte de mamá. Al final sabes que a la escritura tienes que dedicarle tiempo y trabajar. En mi caso es vocacional, pero nunca llegué a soñar con ser escritora y menos con ser finalista del Planeta. Mira, lo estoy diciendo ahora mismo en voz alta y me está costando asumirlo. Por eso, estudié otra cosa (es licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración y tiene un MBA por la Escuela Europea de Negocios de Madrid), porque me parecía que era muy difícil de alcanzar.

- Escribía desde niña.

-Sí, sí, sí, desde niña. Con 7 años ya escribía. Empecé con la poesía, me encantaba reflexionar y moldear el mundo con mis palabras, y sobre todo entender todo aquello que no conseguía entender. Esa imaginación tan preciosa está muy presente en la novela. La imaginación es el recurso frente al dolor, y frente al horror.

Hospital del misterio

- El ingreso de esta niña es la excusa para contar una historia terrible de misterio en ese hospital...

-Sí, es una novela que tiene muchísima intriga, porque la novela arranca con un prólogo, cuando Sofía tiene unos 20 años y está en el cementerio ante su propia tumba. Ve su nombre escrito y se pregunta que quién está allí. Entonces, nos va contando toda su historia. Hay una parte muy bonita cuando ella está en el hospital y conoce a la niña que se convertirá en su mejor amiga, pero hay bastantes pasajes inquietantes y mucho horror porque suceden cosas dentro de ese hospital.

- Es un hospital gallego de la posguerra...

- Sí, el hospital de Santiago de Compostela, que ahora es el parador y anteriormente era el hospital de los Reyes Católicos, pero antes de ser parador, hasta los años 50, era el hospital provincial.

-¿Por qué ha elegido la posguerra para ambientar su novela?

-Por ser esa larga noche de difuntos ausentes y por el tratamiento que yo quería hacer con una mirada entre la vida y la muerte, que convivieron.

 

TITULO : EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes  -  24 , 31 - Octubre -   Arturo Pérez-Reverte  -Tolstói en El Rábano   ,.    

MI CASA ES LA TUYA - VIERNES -  24 , 31  - Octubre    ,.

MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne,.

acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco  a las 22:00, el viernes  - 24 , 31 - Octubre  ,etc.

  EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes -  24 , 31  - Octubre  - Arturo Pérez-Reverte  -Tolstói en El Rábano ,.  

 Arturo Pérez-Reverte  - Tolstói en El Rábano ,. 

 Arturo Pérez Reverte: Tolstói en El Rábano - XLSemanal - Abc

Arturo Pérez-Reverte  - foto ,. 

Cuando te das una vuelta por las librerías en España, sorprende –en realidad sorprende poco, porque estás acostumbrado– la desproporción en las mesas de novedades entre obras de aparición reciente y clásicos de toda la vida. Eso no ocurre en otros lugares, o tal vez allí la diferencia es menor. Aquí lo habitual es toparte con pilas de nuevos títulos, la mayoría de triste destino: nacen caducos y mueren sin haber vivido. Toneladas de papel con frecuencia destinado a la nada. Sin embargo, para dar con la reedición de un clásico hay que armarse de paciencia y perseguir la suerte en librerías de viejo o en Internet, o esperar a que alguna editorial valiente –como las ediciones de clásicos de aventuras que rescatan Zenda y Edhasa, sin otra ganancia que la dignidad de mantenerlos vivos– se atreva a devolverlos al lector. 

Hay escritores que nacen no sólo para escribir de todo, sino para serlo todo. Para vivir un número de vidas similar al de sus obras publicadas; para ser tantas personas como personajes han descrito. Y uno de esos autores tan prolíferos como polifacéticos, qué duda cabe, fue Lev Nikolaievich Tolstoi, fallecido en la fría madrugada del 20 de noviembre de 1910 en la estación ferroviaria de Astapovo a causa de una grave pulmonía que acabó por obstruir la respiración y cualquier otra vía de escape o salvación del novelista, ensayista, maestro y profeta social más famoso de Rusia y resto del mundo. El hombre que nació conde, entre algodones, rodeado de cierta opulencia aristocrática, quiso morir con sencillez, sin lujos, ni coronas ni flores —tal como expresó en su diario—, sino enterrado bajo el campo que él consideraba santo, la casa levantada en Iasnaia Poliana que significaba “claro del bosque”. Un guiño que no sorprende en la biografía de Tolstoi pues él, al igual que otros célebres intelectuales, humanistas y escritores que ha dado la madre Rusia, quiso ser un claro alumbramiento en el pensamiento del hombre. Un faro de humildad y de sabiduría; un iluminado, místico, asceta, algo loco y perturbado, que persiguió y  buscó hasta el fin de sus días un sentido moral que diera rumbo y dirección a su existencia, que no celebridad. Renunció a todo lo que fue, a todo lo que tenía, como si con ello pretendiese emular al Cristo con el que tanto se identificó y del que se sentía digno discípulo y, por momentos, a veces incluso heredero. El más grande y único Dios —según la historiografía y tradición judeocristiana— nació en un establo y en un pesebre, y Lev, que como el resto de humanos no pudo elegir cómo ni dónde nacer, tuvo a bien escoger cómo marchar: en la más absoluta sencillez, a medio camino de una huida que consideraba vital, aunque contase nada menos que con 82 años. Sin embargo para Tolstoi, recuerden, nunca era demasiado tarde. Nunca demasiado tarde para cambiar, para dejar atrás las comodidades y lo conocido, o convertirse en un «anarquista cristiano». Transformarse en otra persona, en definitiva. Modificar hasta el tuétano la personalidad, transmutando, renovando y purificando el cuerpo con el mismo empeño que lo hacía con su alma. Quiso ser y lo fue para algunos, como bien describió Stefan Zweig en su ensayo El pensamiento vivo de Tolstoi, «un ejemplo moral». Un hombre que no sólo estuvo al servicio de la humanidad sino que, como continúa diciendo Zweig, únicamente se doblegó ante su «conciencia irreductible». ¿A quién o a qué otra cosa si no puede quedar sometido el hombre?

"Poseía en sus años de lozanía una facilidad para borrar, a su modo y de un plumazo, lo concerniente a su pasado"

Sucede algo con la conciencia del hombre y es que, por lo general, siempre atañe al tiempo pretérito del mismo. Al revisionismo no sólo de la moral, sino de la memoria y despojos del ayer que atormentan, según el momento, el presente, y, en casos extremos, convierte cualquier escenario futuro en algo tan inhóspito como inhabitable. Sin embargo en los extractos que conforman la etapa de su Juventud, recogidos en sus memorias y más concretamente en el tomo que llevaría por título Infancia, adolescencia, juventud, Lev Tolstoi no se esconde cuando reconoce que de los cuatro sentimientos sobre los que fundaba sus Sueños, el primero, se apoyaba en el amor a “ella, mujer inexistente en ese momento, pero creada a partir de otros amores como lo fueron Sónechka, Masha e incluso una dama con la que se cruzó una vez en el teatro; el segundo, en el amor a ser amado y el anhelo a ser reconocido y adorado; el tercero, en «la esperanza de una dicha desmesurada, tan inmensa que rayaba lo imposible. Tan firme era mi convicción de que muy pronto, y por algún motivo extraordinario, sería el hombre más famoso y rico del mundo, que continuamente esperaba que me ocurriera algo inaudito y venturoso»; y, por último, «el cuarto sentimiento —y el principal— era el arrepentimiento por mis errores pasados». Y aun así, admite que para él, el arrepentimiento está estrechamente ligado a la esperanza, por lo que descarta todo atisbo de amargura, y continúa: «…tan fácil me parecía desprenderme de él y empezar una vida completamente nueva. Es más, me complacía exagerar sus tonos sombríos para que me inspirasen una aversión más profunda. Cuando más negro se ofrecía el pasado a mis recuerdos, más luminosa me parecía la llama del presente y con más vivos y fulgurantes colores se me anunciaba el futuro». Lo que explicaría la facilidad que poseía para, precisamente en sus años de lozanía, borrar, a su modo y de un plumazo, lo concerniente a su pasado, y esa necesidad imperante que sentía a la hora de reescribir constantemente su historia.

"Sólo en los ratos de tregua y de silencio, de escritura mientras otros bebían y holgazaneaban, Lev reparaba en el tormento que empezaba a desperezarse en su corazón"

El que fuera un estudiante no muy sobresaliente, joven arrogante, altivo, déspota, resistente a la bebida, de puños fuertes y firmes, seductor y amante de vírgenes, gitanas y prostitutas, tuvo el valor y el coraje, aunque también la bravura y seguridad, de dejar los burdeles, el juego, las deudas, las orgías y las fiestas atrás, para alistarse y participar en la guerra de Crimea, motivado por la admiración que sentía hacia su hermano mayor Nikolay —oficial del ejército—. Y una vez incorporado y destinado a Sevastópol, más que en los barrios bajos y suburbios de Kazán, donde probó y abrazó todo tipo de tentación, fue consciente y testigo de la doble moral que también define al ser humano a la perfección. A esos soldados, compañeros suyos, que llegada la madrugada no dudaban en violar y desahogar su adrenalina y testosterona sobre los cuerpos de los rehenes, fueran éstos jóvenes, hombres o mujeres, cuando unas horas antes habían defendido con heroicidad y temple sus tropas y su patria. Sólo en los ratos de tregua y de silencio, de escritura mientras otros bebían y holgazaneaban, Lev reparaba en el tormento que empezaba a desperezarse en su corazón. Después de matar a sangre fría y despertar tanto el orgullo de sus superiores, como el respeto del ejército enemigo, reflexionaba —no sin cierta consternación— sobre la infinidad de máscaras que disfrazan los conflictos y las guerras: «aquí verá un espantoso espectáculo que conmueve el alma y contemplará la guerra no con su alineamiento ordenado, bello y brillante, con su música y su redoble de tambores, con sus banderas ondeando y con sus generales a caballo, sino la guerra en su verdadera expresión: con sangre, dolor y muerte», apuntala en Relatos de Sebastopol. Y tras un período de vanidad inhumana y tempestad para Tolstoi no sólo llegó la calma, también un nuevo estado de gracia. Se aferró a lo que describió como una «idea íntima y una meta constante: el desarrollo de la voluntad», y experimentar así una nueva metamorfosis física y espiritual.

"Viajó por Alemania, Suiza, Francia e Italia, tanteó la perdición aunque esta vez para poner a prueba dicha voluntad, para comprobar hasta dónde era capaz de llegar"

Abandonó su uniforme, dejó crecer su pelo y su barba; la mirada dura del joven distante e imperturbable de ceño fruncido se relajó y su expresión se volvió más suave y cercana. Viajó por Alemania, Suiza, Francia e Italia, tanteó la perdición, aunque esta vez para poner a prueba dicha voluntad, para comprobar hasta dónde era capaz de llegar, tocar fondo y salir, si no indemne, por lo menos, lo más reconstruido posible. Poco faltaba, sin embargo, para que se cruzase en su azarosa y compleja vida la inteligente y práctica Sofia Andréievna Behrs. La mujer con la que compartió 48 años de un matrimonio que al principio fue como todo lo novedoso: excitante, pasional, entregado, verdadero, respetuoso, y de ello resultó la época más fecunda del genio. Nacieron sus trece hijos, de los cuales sobrevivieron ocho, pero sobre todo escribió y vio publicadas las dos novelas —entre Felicidad conyugal y Los cosacos— que lo inmortalizarían, encumbrándole y consagrándole en el Olimpo de los escritores, y perpetuarían su obra: la epopeya nacional Guerra y paz, y la historia de la atormentada Anna Karenina. Con ellas, Tolstoi recupera la violencia y el patetismo del ser humano, la miseria del cuerpo y del espíritu, la ausencia de valores, la falsedad y la hipocresía; el desenfreno de los instintos; las clases sociales; la crítica ante lo que ve, ante la decadencia febril de la sociedad en la que vive; el ocaso de una era que afecta por igual a la política, la aristocracia y a quienes no tienen nada. E impera, como había demostrado desde que se entregó al arte y oficio de la escritura, esa fuerza emocional y el realismo del que se servía para poner en jaque y mostrar abiertamente, sin fisuras, la ambivalencia propia de la naturaleza y raza humana, aunque le desagradara y provocara asco y náuseas. Y llegaron La muerte de Iván Ilich, El poder de las tinieblas, La sonata a Kreutzer —donde tira por tierra cualquier vestigio de aquella “felicidad conyugal”—, Confesión y Resurrección. A él le quedaba una última antes de fallecer, y adoptó, con su actitud y su pluma, una postura de renuncia y negación hacia el pasado del que, una vez más, debía desprenderse para emprender un nuevo viaje y  vuelo, aunque en esta ocasión fuera metafísico.

"Sólo le importaba una cosa: el pueblo. Cambiar las mentes de las gentes, tal y como había hecho con la suya"

Dice Mauricio Wiesenthal en El viejo León. Tolstoi, un retrato literario, que el famoso novelista ruso «no escribía para entretener, sino para comunicar una experiencia de vida». Y a ello se dedicó durante el último cuarto de vida, siendo laureado y criticado como lo que muchos llamaron “jefe de secta”. Se distanció de las comodidades del hogar, de su familia, de su mujer, de los placeres sexuales, de la carne; estudió y tradujo los Evangelios; escribió ensayos siguiendo la línea de éstos como el titulado El reino de Dios está en vosotros. Elaboró una serie de doctrinas que intentaba poner en práctica cada día. Se escondió a ojos del mundo, se refugió en unos pocos hombres de su confianza, como lo era su buen amigo y médico Dushan Makovetsky, y apenas reparaba en el gran calado literario, social y cultural que habían producido sus obras tiempo atrás, porque consideraba que la fama y el dinero no hacían sino ensombrecer y pudrir el alma y el corazón de los hombres, destruyéndolos y corrompiéndolos desde dentro. Y sólo le importaba una cosa: el pueblo. Cambiar las mentes de las gentes, tal y como había hecho con la suya; prestar su voz, su amabilidad y su ayuda a todo aquel que quisiera y anhelase escucharle, o tenerle cerca. Su personalidad se volvió todavía más intensa y radical, pero también su lucidez, porque por primera vez se hallaba cerca de su máxima aspiración y voluntad: el total desprendimiento y abandono del “ego”, del “yo”, para servir a los demás. El hombre, decía, no debe ser superior a otro, y apeló a  la violencia pasiva —poner la otra mejilla— que más tarde emularía Gandhi. «El hombre debe vivir, debe amar. El hombre, en cuanto a animal, debe luchar; pero en cuanto a ser espiritual, se coloca por encima de la lucha», escribió Lev sin dejar de preguntarse: «¿Qué es el bien? ¿Qué es el mal? ¿Qué es la vida? ¿Para qué vivir? ¿Cómo vivir? ¿Qué es la muerte?».

Vladimir Nabokov afirmó que Lev Nikolaievich Tolstoi era «el único escritor que conocía cuyo reloj está puesto en hora con los innumerables relojes de sus lectores». No importa cuándo se lea, ni en qué momento de la vida se lea, porque su literatura siempre está escrita en tiempo presente, y por eso resulta fascinante e hiriente, aunque también contradictoria, como lo era él, que concentró todas las vidas posibles en una sola. Y quizá la lección que se deba sacar en claro con el ejemplo de Lev, ya no sólo como escritor, sino como hombre, como ser humano, sea esa. Que únicamente siendo muchos y siendo todos, sin arrepentimientos, pueda uno despedirse en paz y, lo que es mejor, con plena libertad.

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