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Santiago Posteguillo - Escritor,.
«No aprendemos de la historia por pura ignorancia»,.
Santiago Posteguillo en la confluencia de lo ríos Mosela y Rin, donde César mandó construir un puente a Vitrubio en diez días.
(Desayuno)
«Con gobernantes como Julio César nos iría mejor que con Trump, Putin o Xi Jinping», cree el autor de 'Los tres mundos' / «Conquistando las Galias forjó la idea de Occidente. Fue muy violento en la guerra, pero no un genocida»,.
(Cena )
«Con gobernantes como Julio César hoy el mundo iría mejor». Lo dice Santiago Posteguillo (Valencia, 1967) con una pícara sonrisa ante la Porta Nigra de Tréveris, la ciudad romana más antigua de Alemania. El escritor, auténtico rey Midas de la novela histórica, ha viajado al corazón de la Galia germánica –Coblenza y Tréveris– para presentar 'Los tres mundos' (Ediciones B), la tercera y monumental entrega de las seis que dedicará a Julio César. «En este episodio muestro cómo empieza a configurarse un nuevo mundo», explica.
«Esto era también la Galia –aclara el autor–, el territorio de los tréveros, una tribu gala que habitaba el valle del Mosela, hasta el Rin». Allí César ordenó a Vitrubio construir en solo diez días un legendario puente de madera que le permitió cruzar el caudaloso Rin con sus legiones, extender el Imperio y cambiar la historia.
Estamos ante un César «expansionista, imperialista y conquistador», dice Posteguillo. Un emperador «más oscuro, debido a su vida privada y a la presión de sus enemigos políticos en Roma, que lo obligan a tomar decisiones en una guerra que habría preferido resolver de otro modo». Posteguillo lo explica ante la maqueta del mítico puente en la fortaleza de Ehrenbreitdstein, en Coblenza, que durante siglos controló el paso del Rin.
¿Fue César un genocida? «Si entendemos genocidio como la destrucción sistemática de un pueblo por odio étnico o religioso, César no lo fue, pese a las innumerables víctimas de la guerra de las Galias», afirma. «Quien busca ampliar un Estado no desea aniquilar lo que puede enriquecerlo. Lo inteligente es expandirse causando el menor daño posible. Dentro de su violencia, había una gran magnanimidad: derrotaba a sus enemigos y les perdonaba la vida. Y ellos lo mataron el 15 de marzo. Si hubiera sido cruel sin límites, no habría sido asesinado».
«Como Netanyahu hoy, César utilizó la guerra como herramienta política, algo constante en la historia. En Mesopotamia, Egipto, Grecia o China se hizo igual. Los líderes que transforman la historia saben cuándo usar la guerra, pero también cuándo detenerla», dice Posteguillo conectando pasado y presente.
Lamenta la deriva del liderazgo global. «Si tuviéramos hoy dirigentes de la talla de Julio César, el mundo funcionaría mejor que con Trump, Putin, Xi Jinping y alguno más», dice. «Los radicalismos solo conducen a la violencia. Cuando los políticos llevan todo al extremo, no hay salida posible» agrega. «Churchill decía que el político piensa en las próximas elecciones y el estadista en la próxima generación. Pero, por desgracia, hoy no hay estadistas», lamenta.
Posteguillo se muestra muy crítico con la mediocridad educativa y la manipulación cultural. «Adocenar a la población es la forma más fácil de gobernar sin esfuerzo. Si sustituyes ciudadanos por súbditos incultos, manipulables y acríticos, nadie te pedirá cuentas. Ese adocenamiento es un objetivo político deliberado, y nuestros gobernantes lo tienen muy claro», dice.
Esa ignorancia, advierte, impide aprender de la historia. «Si todos tuviéramos educación y formación suficiente, comprenderíamos que el siglo XXI no es más que una aceleración del XX, en el que ocurrieron cosas terribles. No aprendemos de la historia por pura ignorancia. Porque se esfuerzan en que la desconozcamos».
Confiesa que pensó titular la novela 'La forja de Occidente', «porque es lo que hizo César: forjar la idea de Occidente y transformar el mundo». El libro combina el habitual rigor histórico y la épica narrativa de Posteguillo en más de mil páginas con mapas de batallas, glosarios y un extenso 'dramatis personae' en el que figuran Vercingétorix o Cleopatra VII.
Puente al futuro
Precisa Posteguillo que la Galia «no era solo la actual Francia: también Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos, Suiza, el norte de Italia y el sur de Britania». «Galo y celta eran sinónimos: todo lo que había al sur del Rin era la Galia. Uno de sus enclaves principales era Augusta Treverorum, la actual Tréveris». Los tréveros, grandes jinetes, fueron aliados de César en varias campañas. «Decide demostrar que puede cruzar el Rin y atacar hacia el norte construyendo un puente de madera en diez días, justo en Coblenza, donde confluyen el Rin y el Mosela».
En 'Los tres mundos', Posteguillo reconstruye esa «forja de Occidente» a través de tres escenarios: la Galia, Roma y Egipto. «El primer mundo es la Galia, donde se decide el destino de Europa. El segundo es Roma, con sus enemigos políticos: Cicerón, Pompeyo y Craso, que conspiran contra César. Y el tercero es Egipto, aparentemente remoto, pero con el faraón Tolomeo XII viviendo exiliado en Roma acompañado de su hija Cleopatra VII». «Tres mundos que sin saberlo caminaban hacia un mismo destino», dice.
«La vida privada de los protagonistas es tan importante como la pública y quise mostrar ese doble perfil de César», señala el novelista. Tuvo como modelo 'Historia de dos ciudades', de Dickens, y 'Middlemarch', de George Eliot (seudónimo masculino de Mary Anne Evans): novelas que retratan la vida cotidiana en tiempos de grandes revoluciones».
