TITULO: Tierra de sabores - Variedades locales, viñas viejas y sabores extremos, por qué los vinos volcánicos triunfan entre los expertos ,.
Cocinamos - Variedades locales, viñas viejas y sabores extremos, por qué los vinos volcánicos triunfan entre los expertos ,.
Variedades locales, viñas viejas y sabores extremos, por qué los vinos volcánicos triunfan entre los expertos ,.
El sumiller canadiense John Szabo desgrana en Worldcanic las claves de la tendencia que ha contribuido a aupar a los vinos canarios,.
fotos / El sumiller John Szabo,.
«Durante muchos años me he sentido bastante solo en este mundo, no sabía que había otros muchos locos como yo, fascinados con lo que crece alrededor de los volcanes, ha sido como encontrar una nueva familia». Son palabras del sumiller John Szabo, ganador del premio Worldcanic, sobre el congreso de gastronomía volcánica que ha rematado este miércoles en Lanzarote su cuarta edición. El canadiense es uno de los mayores expertos del mundo en viticultura volcánica y su último libro, 'Sal, arena y poder', no ha tardado en convertirse en obra de referencia al hablar de una de las tendencias en boga entre los amantes del vino. La ponencia con la que clausuró el evento fue un viaje a través de algunas de las regiones vinícolas más interesantes de Europa, desde los archipiélagos del Atlántico Norte -Madeira, Azores y por supuesto, Canarias- hasta el corazón de Hungría, «donde volcanes hoy extintos han dejado algunos terroirs magníficos», pasando por Grecia o los interesantes vinos de Soave, en el Véneto.
«La Humanidad ha estado fascinada por los volcanes desde tiempo inmemorial y, a pesar de sus peligros, se ha sentido atraída por las cosas maravillosas que proporcionan a nuestra despensa: algunos de los mejores granos de café, tomates fantásticos o vinos increíbles surgen de tierras volcánicas», explica Szabo. Que esos vinos se hayan convertido en tendencia en los últimos años tiene mucho que ver con un discurso que actualmente prima las variedades autóctonas, las viñas viejas o la viticultura heróica sobre los vinos de estilo. En ese sentido, las viñas volcánicas lo tienen todo para gustar a un público experto, ávido de rarezas: «Hay una enorme variedad de variedades locales que se han conservado en esos terroirs volcánicos, muchas de ellas libres de filoxera, como en Lanzarote o en Santorini, lo que permite encontrar viñas de cientos de años aún productivas, eso resulta emocionante».
Partiendo de la base de que es problemático hacer encajar a todos los vinos volcánicos en una única categoría -»hay una diversidad asombrosa que alumbra todo un arcoirisis de estilos»- Szabo si aprecia algunos rasgos comunes. «Tienden a caer casi siempre en el lado más salino del espectro. Son vinos sabrosos, herbáceos, botánicos, resultan muy frescos, suelen tener un alto contenido en ácidez, a menudo encontramos mucha profundidad y una gran potencia de sabor, porque nacen de uvas que luchan para abrirse camino en unas condiciones de crecimiento muy duras», detalla el sumiller. «No siempre son fáciles -reconoce- para introducir a alguien en el mundo del vino probablemente elegiría algo más afrutado, fácil y suave, pero cuanto más amas el vino más valoras estos sabores severos, extremos, austeros».
«La malvasía no existe»
Lo dice probablemente la mayor autoridad mundial el materia. Szabo fue el primer canadiense en lograr el título de Master Sommelier en 2004. Conoce el gremio de la restauración desde todos los ámbitos -ha sido lavaplatos, cocinero, camarero, escritor o fotógrafo gastronómico además de sumiller- y sus publicaciones en medios como WineAlign, Modalina, Wine Enthusiast, Meininger's o Marquee lo convierten en una de las voces más influyentes del panorama internacional. Su obra 'Vinos volcánicos, sal, arena y poder' ha recibido el aplauso unánime de la crítica y se ha hecho con el premio André Simon al mejor libro de bebidas. Su evocador título fue «una idea provisional que le mandé a mi editora, no pensé que sería el definitivo, pero le gustó tanto que decidimos dejarlo, para mi es una forma sencilla y breve de resumir mis impresiones sobre los vinos volcánicos». A ese palmarés de muchos quilates suma ahora el premio Worldcanic.
No fue el único en hablar sobre vinos volcánicos en la jornada de clausura del congreso. Ferran Centelles, ex sumiller de elBulli y colaborador habitual de Adrià en diversos proyectos de investigación, presentó una clase magistral en torno a la malvasía y, puestos a derribar mitos, afirmó: «No existe la malvasía como tal, es un nombre genérico que abarca una más de 60 variedades, clasificadas según la cantidad de terpenos y que forman tres familias genéticamente muy distintas entre si». La autóctona de Lanzarote es, a su juicio, «un auténtico tesoro con un enorme potencial, pero es necesario venderla mejor».
TITULO: Obélix y Astérix - Teatro - Como acabará ,.
Obélix y Astérix - Teatro - Como acabará , fotos,.
Teatro - Como acabará ,.
Año 1937: al comienzo de la ofensiva por parte de las tropas franquistas sobre la ciudad de Madrid, el poeta Rafael Alberti compone una reescritura personal de la Numancia de Cervantes como un canto a la libertad al servicio de la causa republicana. La tragedia del pueblo numantino frente al cerco romano se convierte, así, en un aliento para la resistencia.
Año 1992: Robert Cantarella, el que fuera director del Centre Dramatique National du Théâtre Dijon-Bourgogne, lleva a las tablas La siége de Numance, alegato antibelicista, versión pacifista y antimilitarista del clásico cervantino.
Año 2016: Teatro Español de Madrid, Juan Carlos Pérez de la Fuente dirige la versión de Luis Alberto de Cuenca y Alicia Mariño de la tragedia de Numancia como denuncia para un país cainita, donde el hermano mata al hermano, con incuestionables ecos de la Ley de Memoria Histórica.
¿Qué elementos subyacen debajo de esa resignificación de los clásicos a favor de causas tan distintas? ¿Cuál es el proceso simbólico que ha vivido nuestro patrimonio dorado durante los últimos siglos? ¿Qué métodos se llevan a cabo en la instrumentalización del teatro clásico para su uso ideológico?
Es un hecho incontestable que el arte del teatro emerge como artefacto íntimamente contemporáneo, en tanto en cuanto siempre mantendrá un diálogo con el presente, con el contexto social en el que se lleva a cabo la puesta en escena, contribuyendo a su constante uso y manipulación.
El profesor Julio Vélez Sainz acaba de publicar Clásicos subversivos. Clásicos subvertidos. Apropiación y vigencia del teatro áureo en la editorial Reichenberger, un necesario y encomiable viaje por las puestas en escena de nuestros clásicos de los Siglos de Oro rastreando los mecanismos de apropiación que se han venido haciendo de ellos para propiciar, contradecir, difundir o traicionar determinados discursos. La realidad es que el profesor Vélez es un gran conocedor de las artes escénicas; teatrero de pro, que amén de dirigir con diestra mano el Instituto del Teatro de Madrid de la Universidad Complutense, donde imparte clase —yo mismo tuve la fortuna de tenerlo como profesor tiempo ha, cuando Quevedo no era trapero— o incluso realizar sus pinitos en el mundo de la dramaturgia, ha difundido en distintos y variados medios la vida escénica clásica y contemporánea, promoviendo congresos, actividades, montajes e investigaciones que contribuyen a tender puentes entre el universo de la praxis teatral y la academia.
El libro se divide en seis capítulos, precedidos de una introducción, que cubren siglo y medio de historia teatral (con particular atención a los últimos 50 años), siendo el primero y el último de carácter narrativo, permitiendo una lectura unitaria, en clave historicista, y encontrando en los capítulos mediales (2-5) la búsqueda de una interpretación ideológica de nuestros clásicos, un rastreo por sus variantes identitarias, políticas, culturales y antropológicas con ejemplos ilustrativos. El libro, como reconoce en la presentación del mismo Ignacio García, el que fuera director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, «nos permite de un lado conocer el poder del teatro como herramienta de propaganda, y del otro comprender el potencial escénico de esas piezas» [p. 1].
Nos llama poderosamente la atención que, hasta la llegada del propio Ignacio García al Festival de Almagro, el patrimonio español estuviese bajo la sombra del bardo de Avon. Esta «bardolatría», que tanto le debe al crítico Harold Bloom y a su esfuerzo por propagar la idea de la invención de lo humano en la psicología de los personajes shakespearianos, contrasta sobremanera con las tesis de José Antonio Maravall sobre el teatro áureo hispano. Cercano a los círculos de Falange, los esfuerzos de Maravall por quitarle toda actualidad al patrimonio barroco y descanonizarlo, le llevaron, señala Vélez, a leer «la temprana edad moderna como ejemplo histórico de modelo dirigista a seguir durante el Franquismo» [p. 44]. El teatro del siglo XVII se convertiría, así, en el reflejo de una sociedad instrumentalizada, señorial, impregnada de propaganda elitista. Esta visión monolítica, que tanto peso ha tenido en las lecturas posteriores de nuestros clásicos —incluso en sus puestas en escena—, ha propiciado un pensamiento radical sobre el envejecimiento de nuestros clásicos y su nula necesidad de montaje, dada la brecha entre el público actual y el de su época.
En la discusión que nos ocupa, es interesante cómo empiezan a marcarse nuestros clásicos con uno u otro marchamo según su resolución escénica. Así, la puesta en escena de los entremeses cervantinos a cargo de La Barraca, el grupo de teatro universitario dirigido por Federico García Lorca, tuvo sonada recepción en el mundo cultural español. María Teresa León consideró en 1933 que El juez de los divorcios no se mojaba realmente con la realidad social de la época, siendo aprobada recientemente la ley del divorcio en el Congreso y resolviéndose el final de la pieza siguiendo el modelo antiguo. Según la autora, la representación de la pieza tendría que servir para popularizar la nueva ley y ejemplarizar al pueblo.
Por su parte, el teatro prebarroco español comenzará a perder su tinte primitivista en los juegos de vanguardia, hasta llegar a su recuperación actual con la compañía Nao d’amores, que con diestra mano comanda Ana Zamora, y su esfuerzo titánico por dotar de modernidad a los viejos autores de nuestro primer Siglo de Oro.
Bien es cierto que algunos textos han servido con mayor facilidad a su relectura en clave ideológica. Por ejemplo, la Fuenteovejuna de Lope (1619) emerge, señala Vélez, como «una obra con un claro carácter político que, además, puede ser interpretada escénicamente desde las posturas más diversas» [p. 126]. Tanto Fuenteovejuna, como la arriba mencionada Numancia, se convierten en una suerte de puntales de la memoria colectiva, «las cunas místicas de la nación en términos teatrales» [p. 146].
Fundamental es la lectura del capítulo cuarto del libro, dedicado a «Meninas 2.0: Lo clásico en clave femenina». Pese a los campos aún por conquistar en el terreno del feminismo y, por supuesto, las carencias canónicas y de reparto que nos ofrece el Siglo de Oro, la realidad es que hay un profundo desconocimiento sobre el papel de la mujer en el teatro aurisecular hispano, encontrándose modelos de personaje interesantísimos para su lectura moderna: desde la clásica mujer esquiva que desdeña a los hombres, hasta indicios de transexualidad, homosexualidad y travestismo, pasando por meretrices, santas, impulsoras de la acción o receptáculos de la trama, amén del número —cada vez creciente y revalorizado— de dramaturgas y autoras de comedias que profesaron el noble arte de Talía en la España del XVII: María de Zayas, Ana Caro Mallén, sor Juana Inés de la Cruz, Ángela de Acevedo o sor Marcela de san Félix, por citar algunos ejemplos.
Quizá convendría más alejar el foco de los miriñaques para acercarnos a los vaqueros, pues según el Informe sobre la aplicación de la Ley de Igualdad en el ámbito de la cultura en el pasado año, de los 1770 puestos dedicados a profesionales del sector artístico dentro de las producciones del INAEM un 73% recayeron sobre hombres y un 27% sobre mujeres. Nuestros clásicos, revisitados en tantas ocasiones bajo el prisma de la «cultura de la cancelación» quedan reducidos a tropos atávicos y simplistas que los despojan ya no solo de su potencial estilístico sino de su capacidad para remover conciencias aún hoy.
Otro de los ejemplos significativos de esta polarización discursiva nos lo ofrece la obra de Miguel de Cervantes. Nuestro escritor más internacional, pese a su interés en vida por formar parte del canon de escritores dramáticos, no gozó jamás de fama como autor teatral —como si lograra su colega Lope, «monstruo de naturaleza»— pero ha conseguido que su Quijote salte de la novela al tablado en numerosas ocasiones, haciendo patente la vigencia del mito y su modernidad global. Sin embargo, su figura no ha estado exenta de controversia, desde el Cervantes de la leyenda negra, el esclavista opresor –tiene gracia si pensamos en su cautiverio en Argel y su defensa constante de la libertad humana–, el bastard de los ojos sangrantes del Golden Gate Park de San Francisco, hasta el Cervantes baluarte de la marca España, símbolo de concordia y puente del diálogo.
Esta idea del diálogo, de la comunicación entre tiempos y culturas la han intentado echar por tierra en algunos momentos de nuestra historia algunos, con palabras del profesor Vélez, «ilustres aguafiestas»; personajes que han insistido en la falta de vigencia de nuestro legado clásico y su ausencia de actualidad o que han marcado una resignficación negativa de obras y autores áureos. La nómina que se nos ofrece en estos Clásicos subvertidos es amplia, desde el «brindis del Retiro» que hiciera don Marcelino Menéndez Pelayo en 1881, segundo centenario de la muerte de Calderón, enalteciendo la figura del escritor como emblema ultracatólico, nacionalista y monárquico, hasta el auto de fe realizado por Agustín García Calvo en las Jornadas de Almagro de 1978 donde, con regusto anarquista, mandaba a la hoguera a nuestros clásicos —salvando los frescos entremeses— por perpetuar en sus textos actitudes «depravadas y serviles». También Julio Vélez analiza la problemática en torno a los estrenos de, en primer lugar, La Barraca en su gira de 1932, donde unos exaltados intentaron desprestigiar la labor del poeta reventando sus obras y en segundo lugar de la Compañía Nacional de Teatro Clásico con el estreno de El médico de su honra bajo la dirección de Adolfo Marsillach.
Este libro de Julio Vélez se convierte en un imprescindible en la biblioteca de todo amante del Siglo de Oro español, tanto en su estudio como en su praxis, pues aborda con rigor temas de actualidad referentes a nuestro patrimonio literario y continúa con el testigo de otros esforzados teóricos que se empeñaron en la tarea de aunar fuerzas entre académicos y teatreros en nuestras fronteras, como Luciano García Lorenzo, José Luis García Barrientos o Javier Huerta Calvo. Es irónico que aquellos que acusan a nuestros clásicos de falta de compromiso ético, los que demandan en sus textos tomas de partido y critican su ambigüedad, son los mismos que alaban estas mismas actitudes en Shakespeare. Ha existido históricamente un modelo de apropiación ideológica que ha llevado a su vez a criticar la adaptabilidad de los mismos y su vigencia, en detrimento de su universalidad; gracias a estos Clásicos subversivos (y subvertidos) logramos trazar un panorama sobre el proceso de instrumentalización que han vivido nuestros clásicos para concluir que el fenómeno global vivido en la época desde Nápoles hasta México, de Madrid al Perú, nos ha legado un patrimonio de cientos y cientos de textos de altísima calidad literaria e inigualable riqueza estrófica y poética —muy superior a la de los teatros hermanos (pensemos en Inglaterra y Francia)— con gran peso de lo femenino, lo social y lo ético que los acercarían necesariamente a nuestro presente al margen de su ideologización.
TITULO
: Un trío en la cocina - Los chefs extremeños nos dan calabazas ,.
TITULO : Un trío en la cocina - Los chefs extremeños nos dan calabazas ,.
Un
trío en la cocina - Los chefs extremeños nos dan calabazas ,fotos,.
Un trío en la cocina - Los chefs extremeños nos dan calabazas ,fotos,.
Los chefs extremeños nos dan calabazas,.
Los restaurantes gastronómicos introducen un delicado toque calabacero en la cocina de otoño,.
Esta vichyssoise de calabaza forma parte del menú Jaramago de Borona Bistró.
La calabaza se ha puesto de moda. Su color naranja protagoniza estos días de Santos, Difuntos y Halloween los escaparates de las tiendas de moda, de las farmacias, de las jugueterías… Su presencia llega hasta las cocinas de los restaurantes, donde los platos con calabaza se convierten en la receta sorpresa. Más allá de las morcillas calabaceras de toda la vida, las socorridas cremas y el cabello de ángel, que en los conventos llaman cidra por respeto angelical, la calabaza se cocina en los restaurantes extremeños con queso de la Serena, brócoli, caldo de puchero y hasta se transforma en torrija.
De lo sencillo a lo sublime, ese es el camino gastronómico que ha recorrido la calabaza, convertida ya en estrella del menú degustación de los mejores restaurantes gastronómicos de Extremadura. Como sucede en Dromo, donde la calabaza no suele faltar a la cita con los platos otoñales. «Es un producto muy versátil que siempre nos ha dado mucho juego, así que en esta época del año solemos hacer algo con ella», cuenta Juanma Salgado, su cocinero y copropietario. Y en esta ocasión, además, ha elaborado tres en uno. Este 'juego' gastronómico, trilogía u oda a la calabaza es una constatación más de que Juanma puede hacer lo que quiera con cualquier alimento y, además, de una manera sublime. Recibir calabazas nunca fue tan sabroso.
Se trata de un pase de su menú Gran Viaje y lo incorporó hace un par de semanas. Dentro de un elegante recipiente de porcelana con forma de este vegetal, aparecen unos ñoquis de calabaza. Este bocado, de origen italiano, suele maridarse con queso parmesano, pero el chef de Dromo es un apasionado de su tierra y ha hecho una salsa con queso de la Serena. Acompañando, pipas de la propia calabaza y daditos en crudo que le aportan una textura crujiente.
Así mismo, sobre un pequeño pedestal, un mini gofre de calabaza con queso de la Serena y lascas de trufa. Por último, o al inicio, da igual el orden en este trío, Juanma aprovecha los recortes, la piel y las hebras de la calabaza para hacer una infusión que completa este homenaje a un producto icónico del otoño. «Hemos querido exprimirla al máximo para demostrar que se puede disfrutar de la calabaza de muchas maneras, ya que da mucho juego... En crudo, lasaña, milhojas... Partiendo de un puré de calabaza se pueden hacer numerosas elaboraciones», concluye el pacense.
Y precisamente una vichyssoise de calabaza es lo que ofrece desde el viernes en su menú Jaramago Borona Bistró. «El frutero me trajo dos calabazas, las tenía en la cocina y decidí hacer una vichysoisse, que normalmente se hace con puerros, por darle una vuelta y buscarle otro punto». Son palabras de Víctor Corchado, cocinero y copropietario de este restaurante cacereño que hasta hace una semana tenía gazpacho en su menú más especial, pero han llegado las lluvias y, con ellas, un cambio de tercio.
«La calabaza se presta a elaboraciones muy especiadas, me gusta mucho, aunque la más fácil de trabajar es la de cacahuete», explica. Es la que él utiliza para este plato en el que lo «lo más importante es que la crema se integre en todo el guiso». Para ello, Víctor elabora por un lado una vichysoisse tradicional, con ajo, cebolla y mucho puerro a fuego muy lento para que el puerro no se tueste. Cuando esté confitado, le añade vino oloroso y deja reducir. Por último, caldo de cocido casero y patatas.
Por otro lado, elabora una sopa de calabaza con un toque de comino. Una vez triturada y colada, la integra con la vichysoisse y le incorpora un chorro de vinagre de fino. A la hora del emplatado, llega la belleza. Coloca en el centro del plato el puré de calabaza y sobre este, una yema curada. Alrededor, daditos de calabaza aromatizados con hierbas, flores y lascas de cogote de bacalao en salazón. La vichyssoise, que se sirve delante del comensal, completa este plato y lo inunda de color y sabor. Esta apetecible elaboración estará disponible hasta mediados de noviembre aproximadamente.
Guiño a la comida asiática
En Ábako estrenaron unos dumplings de calabaza el año pasado con la carta de otoño, pero han tenido tanto éxito que ya no los pueden eliminar. En su interior llevan un relleno de calabaza asada, brócoli, carne de pimiento choricero y repollo previamente macerado con vinagre de arroz y soja. Es una explosión de sabores agridulces con la que hacen un guiño a la cocina asiática. Además, en la base del plato, una salsa puttanesca compuesta por encurtidos cortados muy finos (gildas, aceitunas, alcaparras...), tomate deshidratado y anchoas.
Un bocado ligero, pero repleto de contrastes, que se puede degustar también en 'la barra de Ábako', un nuevo espacio dentro de la sala en el que este restaurante villanovense ofrece platos más informales, como los torreznos, la tortilla de patatera o el tartar de atún sobre mayonesa de chipotle, entre otros. Ideal para los que adoran alternar en mesitas altas.
Por último, este fruto de la huerta tiene un toque dulce que Juan José Piris, de Parada la Reina, ha sabido usar a su favor para deleitar a sus clientes con un golpe final sobre la mesa en forma de torrija de pan brioche. Con una base de puré de calabaza, el chef placentino elabora un crujiente que luego desmiga hasta convertirlo en una especie de tierra de calabaza. También el puré le sirve para fabricar una crema inglesa sin huevo. Acompañada de una bola de helado de vainilla, esta torrija forma parte del menú Destino.
«Siempre he utilizado la calabaza en platos salados; cremas, guarniciones... Pero por casualidad la vi en la cocina, hice distintas pruebas y quedó bien con la torrija. Es la primera vez que la uso para un postre», asevera Juanjo. Y es que las primeras veces también pueden ser muy dulces.
TITULO: Documentos TV - Maldivas, paraíso fiscal ,.
Documentos TV,.
Documentos TV - Maldivas, paraíso fiscal ,.
Martes - 30 - Julio a las 00:00 horas en La 2, foto,.
TITULO: Documentos TV - Maldivas, paraíso fiscal ,.
Documentos TV,.
Documentos TV - Maldivas, paraíso fiscal ,.
Martes - 30 - Julio a las 00:00 horas en La 2, foto,.
TITULO: Documentos TV - Maldivas, paraíso fiscal ,.
Documentos TV,.
Documentos TV - Maldivas, paraíso fiscal ,.
Martes - 30 - Julio a las 00:00 horas en La 2, foto,.
TITULO: Documentos TV - Maldivas, paraíso fiscal ,.
Documentos TV,.
Documentos TV - Maldivas, paraíso fiscal ,.
Martes - 30 - Julio a las 00:00 horas en La 2, foto,.
Las islas de las Maldivas son un paraíso de ensueño para los casi dos millones de turistas que llegan cada año a sus aguas turquesas. Durante la última década, el gobierno maldivo está llevando a cabo un ambicioso proyecto de desarrollo turístico. El objetivo es ganar metros al océano para ampliar islas o crear otras nuevas donde se instalarán complejos hoteleros. Para conseguir tierra firme, las máquinas extraen millones de metros cúbicos de arena del fondo marino con los que rellenan lagunas idílicas, donde se instalarán los futuros hoteles de lujo. Esta investigación revela que Maldivas ya ha construido decenas de nuevos islotes y ha ampliado hasta dos tercios de las 300 islas habitadas. Se trata de réplicas exactas de los parajes naturales que han dado fama al archipiélago turquesa del Índico: finas arenas blancas, palmeras y bungalós de ensueño sobre el mar.
Pero, acometer un proyecto de este tipo provoca un gran impacto medioambiental. Thomas Leberre es el encargado de mover los corales para que no sean enterrados con la arena que cubrirá la laguna.
El gobierno maldivo se ha fijado el objetivo de aumentar la capacidad hotelera en casi un 20% para 2025. El documental desvela las deplorables condiciones laborales en las que se encuentran los trabajadores indios contratados para las obras.
Con los desastres ecológicos que el idílico paraíso maldivo esconde detrás del turismo de lujo y con el extremismo islamista implantado en el país y que impone la sharia fuera de los hoteles, la investigación se cuestiona si las deseadas Maldivas tienen sus días contados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario