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viernes, 19 de julio de 2024

REVISTA FARMACIA - El caos de las farmacias ,. / CAFE, COPA Y Documental - Una guerrera de la historia ,. / El escarabajo verde - El pastor invisible ,. / Días de cine clásico - Cine - Vive como quieras , Miercoles -7- Agosto ,./ Un país para escucharlo - Lolita Flores, entre los premiados a la Excelencia en los próximos Latin Grammy,.

 

 TITULO:REVISTA FARMACIA - El caos de las farmacias ,.

 REVISTA FARMACIA - El caos de las farmacias  , fotos,.

 El caos de las farmacias,.

 

Este dato «consolida a la farmacia y al farmacéutico como el recurso y el profesional sanitario más cercanos y accesibles de la Atención Primaria», según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (Cgcof),.

España tiene 22.222 farmacias comunitarias en las que trabajan 55.254 farmacéuticos, según el CGCOF
 
España tiene 22.222 farmacias comunitarias en las que trabajan 55.254 farmacéuticos,.
 
 Revista nuestra farmacia de comunidad 2 edicion | PDF

España cerró el año 2023 con un total de 22.222 farmacias comunitarias en las que desarrollaron su labor asistencial 55.254 farmacéuticos, según el informe «Estadísticas de Colegiados y Farmacias Comunitarias», elaborado por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (Cgcof) y que refleja el estado y la evolución de la profesión farmacéutica.

Para el Cgcof, esta cifra «consolida a la farmacia y al farmacéutico como el recurso y el profesional sanitario más cercanos y accesibles de la Atención Primaria».

De las 22.222 farmacias comunitarias, 14.343 (dos de cada tres) se encuentran en municipios que no son capitales de provincia. En los últimos 15 años el número de farmacias fuera de capitales ha crecido un 7% y el de capitales un 1,2%, informa Ep.

De media hay una farmacia por cada 2.161 habitantes, «lejos de países como Dinamarca, con más de 12.000 habitantes, y Holanda con cerca de 6.000; lo que permite ser la farmacia más cercana y accesible», señalaron desde el Consejo. Sólo Grecia, Chipre y Serbia tienen más farmacias por habitante que España.

«Estas cifras muestran el crecimiento de una profesión que ejerce un papel fundamental y es protagonista en el conjunto del sistema sanitario, cuidando de nuestra salud desde múltiples ámbitos de actuación en torno al medicamento y la salud pública», indicó el presidente del Consejo General, Jesús Aguilar.

En este punto, ha recordado los datos del Ministerio de Sanidad, que indican que España cuenta con 9.998 consultorios locales y 3.042 centros de salud, además de 30.300 médicos de familia. «Existen por tanto un 70% más farmacias que centros de salud y consultorios y un 82% más farmacéuticos comunitarios que médicos de familia», apuntó el Consejo General.

Además, el informe destaca que la Organización Farmacéutica Colegial alcanzó los 80.295 farmacéuticos con un incremento en todas las áreas profesionales, "cifras que confirman el crecimiento que viene experimentando la profesión farmacéutica y que responde a la necesidad de reforzar la capacidad preventiva y asistencial del Sistema Nacional de Salud. Farmacéuticos que trabajan en su mayoría en las farmacias comunitarias, los hospitales, la industria y distribución farmacéutica, la salud pública, la investigación y los laboratorios clínicos".

Perfil de los profesionales

En la actualidad el 72% de los colegiados en farmacia son mujeres y un 40% menor de 44 años. De los más de 80.000 colegiados, la mayoría (55.254) ejerce en farmacia comunitaria. A continuación, los ámbitos de actuación con más colegiados en sus vocalías son ortopedia y alimentación, nutrición y dietética con 7.940 y 7.665 farmacéuticos, respectivamente.

Destacan también ámbitos como la farmacia hospitalaria, con 2.439 colegiados; los responsables y farmacéuticos de servicios farmacéuticos de entidades comerciales detallistas de medicamentos veterinarios y/o agrupaciones ganaderas, con 1.970; los análisis clínicos que tienen 1.672 farmacéuticos colegiados; óptica oftálmica, con 1.602; acústica audiométrica, con 1.343, e industria que cuenta con 1.456 farmacéuticos colegiados.

En el curso 2021-2022 se graduaron en las Facultades de Farmacia 2.722 estudiantes, y en estas mismas fechas el paro entre licenciados y graduados en Farmacia se situó entre los más bajos desde 2011.

 

La guerra que todos perdimos

foto / Los niños. Eso es siempre lo peor, en cualquier guerra; pero todavía hoy, cada vez que veo las viejas imágenes en blanco y negro, o las fotos desvaídas de hace sesenta años, me remuevo incómodo en el asiento al verlos pasar ante mí, llorando de la mano de sus padres por la frontera camino del exilio, agazapados en un portal mirando hacia arriba mientras suena el estrépito de las bombas, haciendo colas con ojos grandes de hambre y miedo para conseguir un mendrugo de pan. El cadáver en la cuneta, el soldado que tiembla de frío en el frente de Huesca, el inválido ayudado por los compañeros que es empujado por los gendarmes franceses mientras se le cae la manta raída de los escuálidos hombros… Estos otros personajes son adultos; saben, o al menos deben saber qué diablos está ocurriendo. Por eso me producen menos compasión que esas docenas de ojos de críos que miran sin comprender. Que todavía hoy, medio siglo y una década más tarde, congelados en las sales de plata de la película fotográfica donde ya nunca envejecerán ni morirán, siguen mirándonos con ojos espantados que son una acusación, una denuncia, un insulto, un recordatorio de nuestro oprobio, nuestra vergüenza y nuestra locura.

Esa guerra civil no la viví; pero he vivido otras y sé que siempre son la misma. Esa guerra civil no la presencié, pero me la contaron cuando niño, mientras aún estaban frescas las heridas, la huella de la metralla en los muros de los edificios; cuando todavía había hombres y mujeres en cárceles y en el exilio y cuando el general Franco aún firmaba sentencias de muerte. De las veladas alrededor de la mesa de camilla de mi abuelo recuerdo historias de bombardeos, y de ejecuciones públicas para después, ante los cadáveres hacer desfilar a las tropas a fin de que tomases buena cuenta de ello. Historias de héroes y de gentuza, mezclados unos con otros; indiferenciados bajo el mono azul de miliciano, la boina de requeté o la camisa azul de Falange. Relatos escalofriantes de amigos, vecinos y parientes detenidos de madrugada, sacados de su casa en pijama mientras la mujer y los hijos imploraban en la escalera; juzgados en tribunales sumarísimos, torturados en chekas, fusilados ante un paredón bajo la bendición de un cura con el yugo y las flechas bordado en la sotana, o asesinados a la luz de los faros de un camión en cualquier carretera. Esas viejas carreteras españolas, las monótonas autovías, también nos borraron esa memoria, donde muchos años después aún me estremecía al ver los pequeños monumentos conmemorativos de lugares donde hombres de toda condición e ideología fueron asesinados con las luces del alba. Un nombre, una fecha, a veces una cruz. A veces flores secas.

Cada uno de nosotros tiene una, veinte historias familiares. Estúpidos aquellos jóvenes que no acuden a sus mayores a que se las cuenten, antes de que estas historias se extingan con ellos y duerman en el silencio sin aportar nada a las generaciones que no lo vivieron, haciendo imposibles la lucidez y la experiencia. Mis mayores han muerto, o están muriendo poco a poco, pero el niño curioso que fui logró arrancar un puñado de esas historias al olvido, y ahora lamento que no hubieran sido más. Lamento las horas perdidas sin preguntar a aquellos que ya no están conmigo.

Eran —son— las historias de cada uno de nosotros: de nuestros padres y nuestras madres y nuestros abuelos. Así pude saber, así sé, del tío Lorenzo, que cruzó el Ebro con diecisiete años y el agua por la cintura, con dos cojones, un máuser en las manos y los dientes apretados, que recibió un balazo y volvió a casa de sargento republicano con dieciocho años, y que nunca cumplió los veinte. Así pude saber de cuando mi abuelo Arturo pasó cuatro horas bajo un bombardeo, pegado a la pared de un polvorín; o de cuando una noche unos milicianos quisieron llevárselo a dar un paseo porque había cenado a la luz de una vela y eso, decían, era señales para la aviación nacional. O de cuando sus antiguos compañeros de la Armada quisieron fusilarlo por haber permanecido fiel a la República. Así supe de mi madre con doce años llevándole comida a la cárcel a Pencho, mi otro abuelo, y cómo siempre pedía a los carceleros darle la fiambrera en persona, para así verlo un instante entre las rejas de un portillo y contarle a mi abuela que seguía vivo. O de mi tío Antonio que todavía, con setenta tacos largos, llora cuando recuerda el día en que le llevó, teniendo trece años, en bicicleta, una tortilla de patatas hecha por su madre a su hermano, cuya brigada pasó un día a treinta kilómetros de Cartagena. O de mi abuela María Cristina paralizada en mitad de la calle en mitad de un bombardeo alemán. O de mi tío Peque, que aprovechaba los ataques aéreos para ir corriendo por las calles desiertas, llenas de cristales rotos, y ponerse el primero en la cola del pan antes de que la gente saliera de los refugios. O de mi padre, caminando en una de las filas de soldados a uno y otro lado de la carretera, la manta al hombro y el fusil a la espalda, camino del matadero, salvado de casualidad porque un comisario se detuvo junto a él y preguntó quién de aquella fila tenía estudios y sabía escribir a máquina. O del tío de mi madre fusilado porque un vecino era militar, y los del piquete, que eran analfabetos, se equivocaron de piso. O la cajita de lata que siempre conservó, hasta su fallecimiento, mi abuela Juana, con las cartas escritas desde el frente por su hijo muerto, la bala que le sacaron en su primera herida, y el trozo de madera que, a falta de anestesia, apretó entre los dientes mientras le arreglaban el agujero que le hicieron en Belchite.

Cuántos muertos, y cuánto horror, y cuántos sueños, y cuánto heroísmo, y cuánta sangre, y cuánta mierda acumulado en sólo tres años. Curas santificando balas y justificando ejecuciones o siento torturados como animales, hasta morir. Generales, comandantes, soldados; heroicos y abyectos, y a menudo ambas cosas a la vez. Épica y barbarie, la mejor infantería del mundo contra la mejor infantería del mundo; Caín en plena forma, lo más hermoso y lo más miserable de nuestra tierra y nuestra raza maldita. Chusma acuchillando a los desvalidos, miserables aprovechándose del río revuelto, cambiando de chaqueta, congraciándose con el poderoso. Hombres honrados poniéndose en pie para pelear. Ojos de miedo y desesperación, balazos y bayonetas, casa por casa en Teruel, en la Ciudad Universitaria, monte arriba en Somosierra, Arriba España entre los escombros del alcázar de Toledo, Viva la República en el valle del Jarama. Moros, legionarios, milicianos, héroes y cobardes, vivos y muertos. El patio del Cuartel de la Montaña en esa foto terrible, el suelo lleno de cadáveres, España eterna que se repite a sí misma en el ritual de la muerte y la tragedia. Plaza de toros de Badajoz, barcos prisión, españoles fusilados por comisarios húngaros o franceses o por legionarios alemanes o fascistas italianos, por hijos de puta que ni siquiera sabían hablar castellano y vinieron aquí a mojar en la sangre y en la muerte que sólo era de nuestra incumbencia, sin que a ellos les hubiera dado nadie maldita vela en nuestro entierro. Mujeres rapadas al cero, hombres humillados ante sus familias y sus vecinos, pidiendo clemencia o escupiendo a la cara a sus verdugos. Y esa foto que tanto me impresiona, la del español bajito y moreno con camisa blanca, que acaba de rendirse y al que llevan a fusilar, y que levanta los brazos resignado, fatalista, con una colilla en la boca. Esa colilla, ya lo escribí una vez, que siempre tenemos en la boca los españoles cuando nos llevan al paredón.

Dios. Cómo amo y cómo detesto a este país nuestro, cada vez que miro esas fotos. Cómo me enternecen esos rostros que son el rostro de nuestra tragedia, de nuestra desgracia. Pobre gente y pobre España. Qué guerra tan atroz, y tan española, o tan atroz por española. Una guerra civil como Dios manda, guerra civil de la buena, la que enfrenta a hermano contra hermano, a hijo contra padre, a vecino contra vecino. En ninguna guerra como en ésa, la que tuvimos, las que tuvimos antes, y las que a unos cuantos desalmados e irresponsables no les importaría que volviéramos a tener, aflora toda la ruindad que albergan los rincones oscuros del corazón del hombre. Los viejos rencores, la envidia, el odio vecinal tan propios de la condición humana y tan nuestros; tan españoles. Tú me quitaste la novia, tú desviaste el agua de la acequia, tú mataste un conejo en mis tierras, tú me negaste el pan, tú publicaste aquel libro, tú fuiste feliz y yo no. Delaciones, chivatazos, ajustes de cuentas, canallas que medran con el dolor, y el sufrimiento de los otros, desgraciados que se humillan para comer, o para sobrevivir. Cárceles, campos de batalla, cementerios, exiliados, Machado muriéndose enfermo de pena en el extranjero, Max Aub, Sender, tantos pobres hombres, mujeres y niños anónimos, perdidos. Españoles detenidos en Rusia y enviados a Siberia, niños de la guerra que luego morirán peleando en Stalingrado, franceses miserables que humillan a los vecinos, a los fugitivos, en la frontera, y que después los entregarán atados de pies y manos a los carniceros nazis…

Cielo santo. Cómo nos dio por el saco todo Dios, todo el mundo, toda Europa, estrangulando a este pobre, entrañable, desgraciado y viejo país. A esta pobre, entrañable, desgraciada y vieja gente nuestra. No es cierto que nos ayudaran; déjenme de milongas pamperas, de camelos retóricos, de demagogia. El arriba firmante se cisca en la solidaridad internacional de las derechas y las izquierdas, en los discursos y en la mandanga. Aquí a la España en guerra, se asomó todo Cristo a ver qué podía mojar en la salsa, a fumarse nuestro tabaco y a quemarnos los muebles. Comprendo que fuéramos un espectáculo apasionante: sangre, vino, mujeres guapas, guerra, romanticismo, intereses estratégicos, barbarie ancestral. Pero que no me vengan con historias de hermandades solidarias. Yo he pasado veintiún años yendo a guerras que no eran mías, y sé de qué iba Hemingway. Por eso me cisco en Hemingway y en la madre que lo parió.

 

TITULO: El escarabajo verde -  El pastor invisible,.

 El pastor invisible,.

 El pastor invisible

foto / En este capítulo del Escarabajo Verde viajamos a la sierra de Madrid y a Extremadura para conocer el alcance de las nuevas tecnologías y de la inteligencia artificial en el mundo del pastoreo. Gracias a los nuevos dispositivos, los ganaderos pueden tener sus animales localizados en todo momento desde cualquier sitio a través de su móvil o Tablet. Además, ya pueden crear un vallado virtual para mantenerlos unidos en el lugar que ellos consideren con todos los beneficios que eso supone para la práctica de una ganadería sostenible y regenerativa que ayude a proteger la biodiversidad del entorno.

 

TITULO:  Días de cine clásico - Cine - Vive como quieras , Miercoles - 7 - Agosto,. 

 Vive como quieras

Este Miercoles - 7 - Agosto a las 22:00 en La 2 TVE , foto,.

Reparto ,.Jean Arthur , Lionel Barrymore , James Stewart , Edward Arnold , Mischa Auer , Ann Miller,.

 Alice Sycamore, la única persona con un poco de cordura en una familia llena de lunáticos, se enamora de su jefe, Tony Kirby, que pertenece a una familia muy rica y muy cursi. La diferencia entre el estilo de vida y la mentalidad de ambas familias se agudiza cuando los padres de él van a cenar a casa de ella, y la cena termina con la llegada de la policía y la detención de todos los presentes, acusados de anarquistas.

 TITULO : Un país para escucharlo - Lolita Flores, entre los premiados a la Excelencia en los próximos Latin Grammy,.

Este martes -6- Agosto a las 23:00 por la 2 , foto,.

Lolita Flores, entre los premiados a la Excelencia en los próximos Latin Grammy,. 

Los premios por excelencia de la música latina celebran en noviembre su 25 aniversario, y ya se anuncian los primeros nombres protagonistas,.

Lolita Flores en el Teatro Español.
 
Lolita Flores en el Teatro Español. 

Tras haber celebrado la última edición de los Latin Grammy en Sevilla, como primera vez en la que los icónicos galardones salían de las fronteras americanas, el próximo 14 de noviembre, se celebrará en Miami su 25ª edición. Soplarán las velas correspondientes a un cuarto de siglo en el Kaseya Center, en un evento en el que se sucederán los grandes nombres de la música iberoamericana. Ya se van conociendo algunos de los artistas que protagonizarán la jornada de los premios, y entre ellos destaca Lolita Flores. La artista española, junto con el argentino Alejandro Lerner, la cubana Albita y el grupo mexicano Los Ángeles Azules, entre otros, recibirán reconocimientos especiales por su trayectoria en la próxima ceremonia de los Latin Grammy, según anunció este jueves la Academia Latina de la Grabación.

Junto a ellos, el puertorriqueño Draco Rosa y el brasileño Lulu Santos completan el grupo que será homenajeado con el Premio a la Excelencia Musical que les concederá la academia en el marco de la próxima gala de los Latin Grammy, que se celebrarán en el sur de Florida (EEUU). El galardón que se concederá a estos artistas se otorga a los intérpretes que durante su carrera han hecho "contribuciones creativas de sobresaliente valor artístico a la música latina y sus comunidades", explicó la academia en un comunicado.

"¡Con orgullo presentamos a Lolita Flores, Premio a la Excelencia Musical 2024!", anunciaba la organización de la ceremonia a través de su perfil de Instagram. "Lolita Flores lleva el arte en la sangre. Con solo 17 años, editó su primer álbum y comenzó así una carrera plagada de éxitos en la industria del entretenimiento. Su cancionero ecléctico nunca deja de sorprender, y cuenta con más de 20 producciones musicales y giras internacionales, además de destacarse también como actriz de teatro y televisión", completan.

La institución dio a conocer también que el también boricua Ángel "Cucco" Peña y el mexicano Chucho Rincón recibirán el Premio del Consejo Directivo, galardón que se les entregará por sus importantes contribuciones a la música latina pero que no necesariamente se limitan al campo de la interpretación.

La ceremonia se celebrará en el Kaseya Center de Miami, en el que será un retorno a la ciudad que los vio nacer, en vista de que su primera edición se celebró en el año 2000, y en donde la Academia Latina de la Grabación tiene sus oficinas principales y a la que "considera su hogar", según ha dicho. La gala de los Latin Grammy del año pasado, en la que las colombianas Karol G y Shakira ganaron los principales premios, se celebraron en Sevilla (España), la primera vez que esta ceremonia se realizó fuera de Estados Unidos,.

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