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viernes, 26 de julio de 2024

Tarde de café - Anatomía Mamen Marta Chávarri ,. / Documaster - Un día contra el racismo ,. / Al Médico - Así es el dolor abdominal funcional que afecta al 30% de los menores,.

 

 TITULO:  Tarde de café -   Anatomía  Mamen Mendizábal  Marta Chávarri ,.

 Tarde de café - Anatomía  Mamen Mendizábal Marta Chávarri , fotos,.

 

El arranque de Mamen Mendizábal sobre la foto de Marta Chávarri: "Se convirtió en una pieza de caza mayor",.

El programa de 'Anatomía de...' dedicado a la foto de Marta Chávarri y a lo que esta instantánea supuso en las grandes esferas de poder de España. "Esa foto estuvo en un cajón durante seis meses... hasta que a alguien le interesó sacarla", avanza Mamen Mendizábal. 

 El arranque de Mamen Mendizábal sobre la foto de Marta Chávarri: "Se  convirtió en una pieza

Vuelve 'Anatomía de...' y lo hace analizando una fotografía, una instantánea tomada en el año 1988 a Marta Chávarri que tuvo un impacto brutal no solo en la prensa del corazón, sino en todo el sistema de la élite española. Este terremoto es analizado por Martín Bianchi, Rosa Villacastín, Pepe González o el paparazzi Lázaro Álvarez 'Lalo'.

 

En el arranque del programa, Mamen Mendizábal avanza el contenido de un programa que empieza en una fiesta de la discoteca Mau Mau de Madrid. En esas discotecas, los paparazzis entraban como si fuesen uno más, tomando fotografías que se publicaban y por otras que "se guardaban en un cajón".

La de Marta Chávarri, en la que se veían las partes íntimas de la Marquesa de Cubas, estuvo seis meses guardada en un cajón de la revista Interviú, que el 14 de febrero de 1989 decidió publicarla. En ese momento, "se convirtió en una pieza de caza mayor para los paparazzis y las revistas", recuerda Mendizábal.

TITULO:  Documaster -  Un día contra el racismo,.

 Un día contra el racismo,.

 

foto /  El 21 de marzo de 1960, miles de residentes del municipio sudafricano de Sharpeville se reunieron frente a la comisaría de policía local para protestar contra las leyes del apartheid. A pesar de ser pacífica, la protesta fue reprimida con fuerza y decenas de manifestantes fueron abatidos a tiros por la policía sudafricana. Las cifras oficiales hablaban de 69 personas muertas y 186 heridas, pero una investigación publicada en el año 2023 –Voices of Sharpeville. The Long History of Racial Injustice, de Nancy L. Clark y William H. Worger– elevó el número de víctimas mortales a 91 y el de heridos a 281. Pese a la tragedia, el Gobierno mantuvo el sistema de segregación racial. 

La indignación global que rodeó este acontecimiento no solo llevó a Naciones Unidas a declarar el apartheid como un crimen contra la humanidad, sino que lo ocurrido en Sharpeville fue el motivo por el que la Asamblea General declaró el 21 de marzo como el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial. Sin embargo, más de medio siglo después de la matanza, la discriminación sobre la base del color de la piel sigue afectando a millones de personas en todo el mundo. 

De hecho, la masacre de Sharpeville fue solo una de muchas. En la década de los 70 tuvo lugar otro de los episodios más crueles del apartheid, cuando miles de estudiantes organizaron una marcha pacífica contra la imposición en las escuelas negras del afrikaans, la lengua de la minoría blanca. Ese día, la policía sudafricana mató a 566 adolescentes en el barrio de Soweto, en Johannesburgo.

De igual manera, y tras el fin de la esclavitud, grupos supremacistas blancos perpetraron masacres para restaurar la jerarquía racial en el continente americano. Tal es el caso, por ejemplo, de Tulsa, donde una multitud de personas blancas asesinó, la noche del 31 de mayo de 1921, a cientos de mujeres y hombres afroamericanos. Pese a representar uno de los peores incidentes de violencia racial de la historia de Estados Unidos, nadie fue juzgado por las muertes y el daño causado.

Todavía hoy, numerosos representantes políticos y medios de comunicación normalizan la violencia colectiva contra los cuerpos negros, especialmente en el contexto de la inmigración irregular. Así, en 2022, la frontera de Melilla dejó un rastro de 40 muertos y nos mostró la frontera sur de España como un lugar de impunidad donde las personas africanas que buscan refugio son golpeadas y gaseadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles y marroquíes. De modo similar, en 2014, los disparos efectuados por agentes de la Guardia Civil en la frontera del Tarajal, en Ceuta, provocaron la muerte de 15 migrantes que trataban de llegar a Europa por vía marítima. 

Las masacres de Sharpeville, Soweto, Tulsa, Tarajal y Melilla ocurrieron en diferentes épocas y en distintas regiones del mundo, pero todas ellas se saldaron con la impunidad de sus autores. Y aunque sus contextos parecen alejados unos de otros, se fundamentaron en los mismos patrones históricos de opresión que deshumanizan a las personas negras para justificar la violencia contra ellas. Así, podemos conectar los siglos de explotación colonial con las violencias raciales actuales y entender que solo combatiendo las causas estructurales del racismo lograremos un mundo de derechos universales para todas las personas. 

Por ello, cada 21 de marzo, no solo recordamos las vidas que se perdieron en la protesta sudafricana de Sharpeville, sino que honramos las de todas aquellas personas que han luchado de forma activa contra el racismo institucional a lo largo de la historia.

TITULO:  Al Médico -  Así es el dolor abdominal funcional que afecta al 30% de los menores,.

 

Así es el dolor abdominal funcional que afecta al 30% de los menores,.

Los expertos alertan de que este trastorno cada vez es más frecuente,.

Dolor abdominal en niños
 
foto / Dolor abdominal en niños,.

Se trata de una queja tan frecuente como inquietante. La mayoría de niños pequeños, en algún momento, asegura sentir dolor de tripa y molestias abdominales, lo que desconcierta a los padres, que tienden a pensar que se trata de una «estrategia» para librarse de comer un cierto alimento o, incluso, escaquearse del colegio.

Detrás de ese repetido lamento puede haber una razón de salud, ya que «el dolor abdominal funcional afecta al 30% de los niños en edad escolar y es el trastorno más habitual que se consulta a los pediatras y a los especialistas en gastroenterología», asegura Sanja Kolacek, representante de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (Espghan). Y no es una cuestión baladí, ya que este trastorno genera una mala calidad de vida para el niño, lo que puede afectar negativamente también a sus familias.

Cualquier dolor de tripa no puede etiquetarse como funcional, pero sí hay que tenerlo en el radar, ya que «los trastornos digestivos funcionales, entre los que se encuentra el dolor abdominal funcional, son muy frecuentes, no solo en España, sino en todos los países desarrollados», confirma el doctor Juan José Díaz Martín, presidente del Comité Científico Ejecutivo de los Congresos de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Y está al alza, ya que «en los últimos años, al igual que ocurre con otro tipo de trastornos que no tienen causa orgánica, como los psiquiátricos, también hemos visto cómo las consultas por este motivo han aumentado en los últimos años», añade el doctor Díaz Martín.

Origen

El dolor abdominal funcional no tiene una única causa. «En la base del problema existe un mal funcionamiento de lo que se llama el eje microbiota-intestino-cerebro. Sobre una base genética que predispone a padecerlo en la infancia actúan factores que son desencadenantes, como infecciones gastrointestinales, el consumo de antibióticos en los primeros meses de vida, alergias alimentarias o desequilibrios en la microbiota, aunque también pueden actuar factores psicosociales», argumenta el doctor Díaz Martín.

Esta situación condiciona diferentes alteraciones en el funcionamiento del aparato digestivo, fundamentalmente en dos aspectos: «Una hiperalgesia visceral, es decir, la hipersensibilidad que hace que se sientan como dolorosos estímulos que en condiciones normales no deberían ser tales; y alteraciones en la motilidad del intestino, tanto por exceso como por defecto. A partir de estos dos procesos se acabaría desencadenando más adelante el cuadro de dolor abdominal funcional», detalla el gastroenterólogo pediátrico.

La falta de conocimiento y la tendencia a pensar que el dolor abdominal es algo banal hacen que este problema de salud esté infradiagnosticado, ya que «se tiende a no darle la importancia que tiene por parte de las familias y de los profesionales de la salud, lo que puede resentir la calidad de vida del niño a largo plazo, desarrollando incluso problemas psiquiátricos como ansiedad o depresión», advierte el doctor Díaz Martín.

En este escenario, cabe preguntarse cuándo el dolor abdominal de los niños pasa de ser algo «normal» a convertirse en un problema más serio. «Las familias suelen pensar que un dolor abdominal que no es grave, porque la mayoría de veces resulta pasajero. Pero si afecta a la calidad de vida del niño y ese dolor está presente al menos cuatro días al mes durante dos meses, ya hablaríamos de dolor abdominal funcional», explica el gastroenterólogo pediátrico, quien insiste en que «es muy importante que los pediatras lo expliquemos y no caigamos en la tentación de decir que no es nada y que ese dolor es culpa de los nervios. No hay que olvidar que el dolor abdominal funcional es real, que no tiene una causa orgánica concreta, pero sí requiere atención».

Abordaje

El dolor abdominal funcional «es un trastorno benigno pero insidioso que, si se aborda bien, en más del 80% de los niños que lo sufren no tendrá más dolor y se sentirá bien», confirma Kolacek. Al tratarse de un asunto multifactorial, no existe un único tratamiento posible. «El primer abordaje que deben recibir las familias es el de la información, es decir, que se les explique qué está pasando y reafirmando que se trata de un dolor real, que no es inventado. A veces, sólo con esta información, aunque no desaparezca el dolor, sí mejoran los síntomas, porque se le está quitando el componente emocional y de ansiedad», reconoce el doctor Díaz Martín.

Después, tal y como detalla el gastroenterólogo pediátrico, entran en juego otros tratamientos «como modificaciones de la dieta, evitando el abuso de azúcares fermentables, de procesados, etc.; el uso de probióticos y, en ocasiones, incluso tratamientos farmacológicos que se usan durante periodos prolongados porque tienen efecto sobre el sistema nervioso intestinal y el sistema nervioso central. Solo un pequeño porcentaje de estos pacientes sigue presentando trastornos funcionales en la edad adulta. Al no ser un problema orgánico, no son esperables secuelas físicas, pero no son infrecuentes trastornos como depresión o ansiedad».

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