TITULO : MAS QUE COCHES - Kenia, escenario del nuevo duelo entre Loeb y Ogier,.
foto / Los dos campeones franceses han confirmado su presencia en el Rally Safari a finales de junio, cita en la que Ogier triunfó el pasado año.
Parece que se ponen de acuerdo. Donde corre uno, corre el otro. Primer round, Rally de Montecarlo. Segundo round, Rally de Portugal. Y ahora se acaba de confirmar donde será el tercer duelo entre los dos ‘sebastianes’, Loeb y Ogier. El Rally Safari, la sexta cita del Mundial, que se disputará en Kenia a finales de junio, será el escenario donde de nuevo se enfrenten los dos campeones franceses. La mala suerte impidió el pasado fin de semana que les viéramos brillar en tierras lusas, pero siempre hay una nueva oportunidad.
A principios de semana Toyota confirmaba la participación de Ogier en la cita africana, en la que logró el triunfo el pasado año. En el caso del piloto de Gap su programa en el Mundial de Resistencia es el que condiciona sus participaciones. Como para la fecha del Safari no tenía prueba ninguna de circuitos, pues no lo ha dudado.
Hoy ha confirmado Ford la presencia de Loeb en Kenia. “Fue emocionante comprobar que éramos competitivos en Portugal con el Puma, lo cual fue bueno para demostrar que es un coche rápido y competitivo en tierra”, explicaba el alsaciano. “Kenia es un terreno muy diferente al de Portugal. No conozco la versión actual del rally pero sí he visto algunos vídeos de las cronometradas y son muy distintas entre sí, parecen irregulares de piso, con piedras muy grandes”.
“Creo que es el rally del que tengo más recuerdos. Cuando corrí allí, era muy diferente. La cronometrada más larga era de 120 km y teníamos un helicóptero sobre nuestros coches anunciando a toda la vida salvaje que pudiera aparecer alrededor. Ahora es muy distinto y se parece más a un rally normal, ya que es más asequible que antaño, pero la diferencia para mí en comparación con Portugal es que no tengo experiencia en sus actuales tramos. Siempre es mucho más complicado cuando llegas a un rally en el que nunca antes has corrido, no será fácil pero estoy muy feliz de poder disputarlo”, asegura Loeb. En su caso, nunca ha conseguido la victoria en el Safari, y de hecho es el único rally de renombre en el que no ha logrado el triunfo. Corrió en 2002 y acabó en quinta posición.
TITULO: Para Todos La 2 - Una nueva polvareda corrosiva de Ibsen llega a los escenarios,.
‘El pato salvaje’, en la que el dramaturgo noruego condensó toda su crítica social en el salón de una casa, vuelve a las tablas bajo la dirección de Carlos Aladro,.
fotos / Todos los conflictos de la condición humana, todos los dramas personales, familiares o colectivos, aparecen en el salón de la casa, a la vista de todos. Henrik Ibsen, el dramaturgo noruego más famoso y polémico de todos los tiempos, escribió El pato salvaje en 1884, dos décadas después de exiliarse voluntariamente a Roma.
La obra es un profundo estudio de la condición humana, y no está exenta de la polvareda que siempre levantaron las obras de Ibsen por su capacidad para condensar en ese imaginario salón doméstico la crítica social más corrosiva, el drama en el seno de una familia y un simbolismo, el del pato, con muchas lecturas y capaz de vertebrar el drama y la acción. “Es lo que consumimos ahora de manera masiva en las series. Toda la ficción actual se basa en el gran descubrimiento de Ibsen, que consistió en trasladar todas las formas y temáticas que constituyen la identidad del teatro europeo al salón de una casa”, defiende con ardor el director teatral Carlos Aladro. Este martes él estrena en el Teatro de la Abadía de Madrid una nueva puesta en escena de este enigmático y hermoso texto, en versión de Pablo Rosal y con siete actores en escena: Juan Ceacero, Pilar Gómez, Nora Hernández, Ricardo Joven, Javier Lara, Jesús Noguero y Eva Rufo.
Aladro, exdirector del Festival de Otoño y del Festival de Clásicos de Alcalá de Henares, vuelve con este montaje al Teatro de la Abadía, del que fue destituido de manera fulminante como director artístico el pasado mes de febrero y sustituido por el dramaturgo y académico Juan Mayorga. No parece resentido, pero sí dolido. “Me encuentro bien. Para mí no es una vuelta, llevó más de 20 años entrando y saliendo de este teatro y desarrollando diferentes roles” asegura. “Como director artístico, no me dieron tiempo para llevar a cabo mi proyecto, pandemia por medio, y antes de que acabara mi contrato, el patronato, que también sufrió cambios políticos, decidió mi cese. No tengo más que respetar la decisión y guardarme, de momento, mis propias reflexiones sobre lo sucedido”. Aladro habla también del sentimiento de “liberación que produce no seguir adelante con una tarea cuando esta no parece bien recibida por las personas que te la han encomendado”.
La contradicción del ser humano
En un momento dado, Ibsen (Skien, Noruega, 1828 - Cristianía, Dinamarca, 1906) dejó de hablar de vikingos para mirar a la sociedad en la que él vivía. En toda su obra resuenan ecos de su vida personal y sus experiencias. Ibsen dejó escrito que El pato salvaje abordaba “el conflicto entre el anhelo y la competencia, entre la voluntad y la capacidad, el solape de la tragedia y la comedia, ya sea en un plano general o individual”, algo que él conocía bien desde su condición de hijo ilegítimo, de su mala relación con el padre o de la bancarrota familiar.
Sentados en el tranquilo patio de madroños de la Abadía tras un ensayo, Carlos Aladro y Pablo Rosal advierten de la grandeza premonitoria del autor de textos tan celebrados como Casa de muñecas, Hedda Gabler o El enemigo del pueblo. “Es alguien que ya olía hace más de cien años todas las insalvables contradicciones del ser humano y se hace cargo de ellas desde el espacio del arte. No es nada diferente a lo que hicieron los autores griegos, pero en su caso se trata de una sociedad industrializada, burguesa, mercantil y atea, en la que ya no hay espiritualidad ni trascendencia posible y todo se dirime en el tiempo de una vida. Los protagonistas de El pato salvaje representan, de alguna manera, el ángel y el demonio de la propia personalidad de Ibsen. Los referentes del microcosmos familiar que retrata en esta obra son los de la familia de Ibsen”, asegura Aladro, un apasionado y conocedor profundo del dramaturgo noruego, del que ya dirigió en Lisboa El constructor de Solness en 2009. “El pato salvaje es la más compleja y antipática de montar en un principio, porque parece problemática de entender. Es una obra bisagra dentro de la literatura de Ibsen, lo que la hace fascinante y atractiva”, añade Rosal.
Para Ibsen, el teatro era un espacio sagrado y trascendente, un instrumento para examinar el alma humana y, examinando la suya, acaba ofreciendo un brillante panorama del alma colectiva y social. “De su herida personal llegó a la herida social”, explica Aladro, mientras Rosal pone el acento en las derrotas de las que nos habla El pato salvaje y, más en particular, de la “mediocridad de la clase media, de la falta de dirección de una clase sin valores y sin religión”.
Aunque Ibsen ya puso en valor en el siglo XIX al público como ente no pasivo, en esta versión de El pato salvaje, montada en un espacio y tiempo indefinido, se hace más directa la conexión con el espectador, elevando la categoría del personaje de Berta. Ella se desdobla para hacer de maestra de ceremonias y va planteando las preguntas filosóficas y humanísticas del texto, actuando de vínculo para la sociedad de hoy.
TITULO: Gigantes de La 2 - Juan Ignacio Barrero .- Jueves -2- Junio,.
Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2 Jueves - 2- Junio - 23:50 de Televisión Española.
Fotos con papas, reyes, presidentes de gobiernos y ministros de medio mundo. Vestíbulo amplio. Patio interior luminoso. Recuerdos de vida pública ya no tan reciente que podrían pasar por forma y escenario por la sede de una delegación diplomática. La Wikipedia le da 78 años. Ha vuelto a coger la raqueta de pádel. Dice Juan Ignacio Barrero,.El pleno del Ayuntamiento de Mérida ha acordado este jueves iniciar el expediente para la declaración del emeritense Juan Ignacio Barrero Valverde, que fue presidente del Senado de 1996 a 1999, como hijo predilecto de la ciudad. Esta propuesta de Alcaldía ha salido adelante con los votos a favor del PSOE, PP, Ciudadanos y Vox, mientras que Unidas por Mérida ha optado por la abstención. El instructor del expediente será el concejal del PP José Pérez Garrido y actuará como funcionario instructor del mismo el jefe de protocolo del consistorio, Juan Antonio Rollán.
El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, ha propuesto esta iniciativa por "los méritos y la labor" desarrollada por Barrero "en relación con la potenciación de la región y de la ciudad tanto a nivel nacional e internacional". Uno de los principales motivos para iniciar el expediente es que este fue (de 1996 a 1999) el primer extremeño en ocupar la Presidencia del Senado, lo que lo convirtió entonces en la cuarta autoridad del Estado.
Cabe destacar que Barrero nació en la ciudad el 29 de junio de 1943, está casado y tiene tres hijos. Licenciado en Derecho, diplomado en Dirección de Empresas, fue profesor de Derecho Constitucional en el Centro Regional de la UNED en Mérida. También fue candidato a la alcaldía de Mérida y diputado en la Asamblea de Extremadura, donde repetiría como diputado regional en la siguiente legislatura (1987-1991) y dos veces candidato a la Presidencia de la Junta de Extremadura.
En el año 2006, Barrero fue nombrado Defensor del Paciente de la Comunidad de Madrid, al tiempo que ha desarrollado distintas actividades profesionales en el sector privado y en el público. Asimismo, ha recibido diferentes condecoraciones que están determinadas en el expediente para ser declarado hijo predilecto de Mérida.
La portavoz del PP local, Pilar Nogales, ha destacado que para tal concesión "hay méritos suficientes más allá de que las siglas políticas de Ignacio Barrero coincidan con las del PP". "Hay méritos suficientes para que Mérida le reconozca esta distinción", ha subrayado la edil, quien considera que Barrero "se va a ver muy reconfortado si al final culmina en esa declaración".
Por su parte, el concejal de Vox Ángel Pelayo ha mostrado el apoyo de su grupo "desprovisto de cualquier carácter político" a la declaración de Barrero como hijo predilecto porque "es un hijo preclaro de la ciudad de Mérida", con una trayectoria "intachable". "No vemos ningún obstáculo para apoyar esta propuesta y la saludamos con alegría", ha señalado
El edil de Unidas por Mérida Álvaro Vázquez ha argumentado la abstención de su grupo a la propuesta porque "cualquier forma de reconocimiento o distinción desde una institución como el ayuntamiento sería mucho más razonable o legítimo cuando esa propuesta nazca de la sociedad civil". "En ningún caso, los partidos políticos deben ser los que promuevan el reconocimiento de figuras políticas", ha apuntado.
TITULO: ¡ Atención obras ! - Cine -Un provocador que hizo crecer la pequeña pantalla,.
Un provocador que hizo crecer la pequeña pantalla,.
foto / Le gustaba provocar, y no dudó en hacerlo también en aquella timorata televisión española de los años setenta. Su primera serie, Silencio, se rueda, era, o quiso ser, a lo largo de veintisiete capítulos, una crítica del provinciano cine español del momento, lo que suponía iba interesar a pocos.
'Yo escribo descaradamente para la minoría', declaraba entonces con su habitual tono altivo. 'Por tres razones', explicaba: 'Una, porque a lo mejor no es tan pequeña como nos imaginamos; otra, porque si lo fuera tendría también sus derechos, y la tercera, porque me da la gana'. A la chita callando, aquel Silencio, se rueda, no se limitó a criticar sólo a quienes hacían el cine español, sino que sus ironías se repartieron también por autoridades y figurones, en difícil equilibrio con la rígida censura del momento.
En consecuencia, obtuvo un éxito inesperado: '¡Llegó, por fin, la televisión a TVE!', gritó entusiasmado Viriato, un crítico duro: 'Ha llegado un programa pensado, escrito, realizado y presentado con un criterio ciento por ciento televisivo, y todo ello gracias al talento de Adolfo Marsillach'.
La polémica, sin embargo, también estaba servida: fueron numerosos los profesionales del cine español ofendidos por alusiones. Marsillach puso cara de travieso: 'He recibido tantas cartas de felicitación como de protesta, y varios anónimos insultantes. Muchos querían sólo saber con quién iba a meterme la próxima semana'.
Como resultado, propuso inmediatamente una nueva serie, Silencio, vivimos, quizás menos virulenta, pero que resultó igualmente escandalosa.
Él mismo la presentaba cada semana, con evidente sarcasmo: 'No se me enfaden ustedes, no se lo tomen tan a pecho. Me llevaría un disgusto muy gordo. Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para caerles simpático. Incluso a ser extranjero'.
A pesar, sin embargo, de tales éxitos, Marsillach no caía simpático. Se le criticaba su estilo de señorito cultivado y algo pedante: 'Sólo con una gran pedantería o con una gran virtud puede un hombre atreverse con los demás', declaró, defendiéndose de los ataques recibidos por su siguiente serie, Fernández, punto y coma, que había colmado la paciencia de algunos críticos.
Adolfo Marsillach campaba con demasiada libertad por la pequeña pantalla, hablaba con insolencia, y su aire petulante irritó a la mayoría. De modo que, de nuevo imaginativo y valiente, sorteó la censura con Habitación 508, un juego dramático volcado en el teatro del absurdo y que dejó perplejos a incondicionales y enemigos.
Con Marsillach, la televisión nunca resultaba indiferente, y aún menos a los inquisidores oficiales, que seguían defendiendo un modelo anclado en la posguerra ('de la que aún no sé si hemos salido', declaraba por entonces Marsillach).
Le echaron.
Tras nuevos trabajos en cine y en teatro, regresó a la televisión con La señora García se confiesa, un docudrama interpretado por Lucía Bosé, y, ya en los noventa, con Tren de cercanías, un sofisticado programa de entrevistas que resultó anticuado. ¿Anticuado? Lo impensable en aquellos setenta, cuando Adolfo Marsillach supo concitar el riesgo con el humor, y renovar estilos. Hoy sería una televisión modélica.
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