TITULO: La clave -Populistas y 'pringaos' ,.
Populistas y 'pringaos' ,.
foto / Tengo yo un amigo que, cabreado como un mono con su partido de cabecera, en unas elecciones generales, no se anduvo con chiquitas: votó a Podemos. O sea, que mi amigo se transformó, de la noche a la mañana, en un populista de izquierdas. El caso es que yo lo seguí viendo como siempre: como una persona normal.
Es la forma de gobierno que resulta cuando los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir, y los menos preparados para trabajar son beneficiados con bienes que ese gobierno, populista demagogo recauda de los "pringaos" que trabajan.
Además, ahora prima el concepto "calidad de vida" pero entendido como "dolce far niente" o "contar nubes" que dijo un sabio. Pero, eso sí, muy enfadados con la sociedad que no les quiere pagar por ese far niente. O sea, tiesos y echándole la culpa de su penuria al sistema que hay que cambiar ya mismo y como sea.
Por otra parte, están los que tienen miedo a esa marabunta, pero que no ponen en práctica lo que alguien dijo de que sólo hay que tener miedo a tener miedo y que si se liberan de ese atenazamiento, los mediocres quedarán como tales en un plis plas. Así que, hay futuro y como casi siempre depende de nosotros.
TITULO: La Sexta Columna - Inflación , Viernes -6- Mayo,.
Este viernes -6- Mayo a partir de las 21:30 La Sexta , foto,.
Inflación,.
Los precios están disparados. Y la historia demuestra que, cuando la inflación golpea, hay cambios. Con la excusa de luchar contra ella, Reagan dio un vuelco al sistema económico mundial. En Alemania, Hitler llegó después de la hiperinflación. Y en 1985, la última vez que España vio subir los precios como ahora, hubo situaciones muy parecidas a las actuales. laSexta columna se pregunta en esta entrega, titulada ‘Inflación: el precio de no conocer la historia’, cómo afectará el nivel récord de inflación actual, hasta cuándo o cómo escapar de ella.
TITULO: Equipo de investigación - Los oligarcas rusos se apuntan al criptomundo . , Viernes-6- Mayo,.
Este viernes -6- Mayo a partir de las 22:30 La Sexta , foto siempre dirigido por Gloria Serra , foto,.
Los oligarcas rusos se apuntan al criptomundo,.
¿Negocio redondo, burbuja o nido de delincuentes? ¿Una alternativa al dinero en papel o amenaza ambiental? Los millonarios de Rusia se refugian en las criptomonedas durante la guerra de Ucrania. ¿Cómo funcionan?, ¿para qué sirven?,.
Es difícil encontrar alguna información positiva sobre las criptomonedas que no esté relacionada con su valor como inversión. La actividad delictiva que se realiza con ellas eclipsa todo lo demás. Y, ahora, a la evasión de impuestos, la fuga de capitales, y los pagos entre mafias se suma una nueva lacra: el uso que los oligarcas rusos les están dando para sortear las sanciones que gran parte del mundo está imponiendo a su país desde la invasión de Ucrania.
Con el país desconectado casi por completo de los sistemas bancarios y el rublo en situación precaria, los rusos más adinerados han encontrado en las divisas virtuales una fórmula perfecta para continuar moviendo su capital. Es imposible saber cuánto dinero están convirtiendo en criptomonedas por su carácter anónimo, pero, a juzgar por las transacciones de bitcóin en rublos, no es poco: se pasó de poco más de 100 millones de rublos semanales antes de la guerra, a casi 300 millones en la segunda semana de marzo. «Va a ser un test interesante para el sector», reconocen desde CoinDesk, una de las principales empresas de criptomonedas.
En cualquier caso, los partidarios de estas monedas descentralizadas recuerdan que incluso este volumen disparado no supone más que el 0,14% de todas las transacciones que se hacen con bitcóin, y reivindican un nuevo modelo monetario que da carpetazo al que hemos conocido hasta ahora. «Es un sistema alternativo con un toque anarquista que prescinde de los bancos centrales, del sector financiero y de las decisiones políticas», explica Eneko Knörr, fundador de Onyze y uno de los grandes entusiastas de las criptomonedas en España. «El valor es el que dan los propios inversores», añade Ricardo Medrano, especialista en criptomonedas y 'blockchain'. Pero Knörr también reconoce que eso las convierte en «activos muy volátiles e impredecibles», razón por la que no son una reserva de valor. A pesar de eso, hay quienes ven las 'cripto' como una vacuna contra la inflación que devalúa los ahorros de la ciudadanía.
No siempre rentable
Valor. De los casi 60.000 euros que llegó a costar el pasado mes de noviembre, el bitcóin ha caído hasta el entorno de los 38.000. Su gráfico es una montaña rusa.
Energía. La minería de criptomonedas consume una cantidad enorme de energía, por lo que su precio es esencial para la rentabilidad.
Computación. Las operaciones para crear nuevos bitcóin son cada vez más complejas, por lo que hacen falta ordenadores más potentes y más electricidad.
Y no son solo individuos. El Salvador, por ejemplo, decidió aceptarla el año pasado como moneda de curso legal. No obstante, de momento la jugada no ha salido muy bien. «Muy poca gente lo usa y el precio se ha devaluado», destaca Medrano, dejando en evidencia una máxima que los inversores suelen repetir a menudo: invierte en criptomonedas solo el dinero que te sobre.
No todos lo hacen. Y el Fondo Monetario Internacional advirtió a finales de marzo de que su uso como fórmula para sacar dinero de países inestables, generalmente en vías de desarrollo, puede desestabilizar los flujos de capital allí. «Son un quebradero de cabeza para quienes tienen que diseñar las políticas monetarias», afirmó Tobias Adrian, asesor financiero del FMI, al diario Financial Times.
Más países ponen trabas
Por eso, cada vez son más países los que deciden seguir los pasos de China y poner todo tipo de trabas al comercio con 'cripto', que se ve como una vía fácil para evadir impuestos o lavar dinero negro. «Al final del día los gobiernos quieren que pagues impuestos. La India acaba de anunciar uno del 30% a los beneficios por cripto. En España también hay que declararlos, aunque lo están haciendo de manera chapucera y confiscatoria», critica Medrano.
Claudio Feijoo, catedrático de ingeniería de telecomunicaciones y actual delegado del rector de la Universidad Politécnica de Madrid, prevé más restricciones. «Los Estados no quieren contribuir a un elemento que resta poder a sus bancos centrales. Y cada vez hay más interés por tener control sobre las transacciones que se realizan», expone.
Para descubrir dónde se 'acuñan' estas divisas, lo mejor es viajar a Kazajistán. Porque sus estériles llanuras, allí donde los nómadas se resguardan con gruesas pieles de las bajas temperaturas que caracterizan el largo invierno de Asia Central, son el paraíso de los mineros que las crean. Porque se deben cumplir tres condiciones: que haga frío para refrigerar ordenadores trabajando a plena potencia, electricidad a precios asequibles para que funcionen sin dañar en exceso la rentabilidad del negocio, y políticas que no prohíban una actividad que puede llevar la red eléctrica al límite. De momento, Kazajistán cumple las tres. Y por eso se ha convertido en el país que mina una quinta parte de todas las divisas descentralizadas virtuales del mundo. Solo Estados Unidos produce más.
En las granjas de minado kazajas frío no hace, y eso que el termómetro en el exterior se niega a subir hasta la cota del cero y en el interior no hay calefacción. El calor y el ensordecedor ruido lo generan cientos de ordenadores que están constantemente resolviendo operaciones matemáticas muy costosas de realizar. Son necesarias para dar con los números que completan las cadenas de bloques que, cuando logran una secuencia, producen una criptomoneda como premio. Los ordenadores compiten entre sí por encontrar esas secuencias, que solo convierte en dinero el primero que las sella. Todas estas operaciones se graban en un registro actualmente incorruptible, el del 'blockchain'.
Bitcóin, rey del 'cripto'
18,9 millones de bitcóin están en circulación. Nunca habrá más de 21 millones.
6.674 es el número de cajeros de bitcóin en operación en el mundo. Unos 150 en España.
Las divisas se guardan en una cartera digital compuesta por otra serie de 27 a 34 letras y números. Sus propietarios son anónimos y en las transacciones digitales que se realizan con estas monedas no hay comisiones de intermediarios, aunque cada vez más empresas se dedican a su conversión en dinero fiduciario, el que utilizamos todos. Su negocio crece como la espuma, algo que se reflejó con el anuncio que Coinbase se permitió hacer en la Superbowl estadounidense: se limitó a mostrar un código QR en la pantalla y la avalancha de escaneos hizo que su aplicación cayese.
Pero este negocio tiene un coste oculto elevado. Tanto que incluso Kazajistán está planteando aprobar un impuesto especial a las granjas de minado. Por un lado, porque son un peligro para la red, cuya saturación provocó a finales de enero un gran apagón en que afectó a millones de personas en toda la región; y, por otro lado, por el elevado impacto medioambiental que tienen. Solo bitcóin consume más energía que Argentina entera -121,36 teravatios-hora al año, según Cambridge- y, en el caso de los países de Asia Central, esa proviene sobre todo del carbón. «Además, en países con una energía muy subvencionada, esta es una fórmula para desviar dinero público a manos privadas», apunta Feijoo.
«El coste varía»
Esta coyuntura, sumada a los grandes altibajos en la cotización de las criptomonedas, hace que la rentabilidad de su minado oscile mucho. «Las operaciones para minar cada nuevo bitcóin son cada vez más complejas, lo cual supone que consuman más energía. Por eso, el coste varía», explica Feijoo. «También es diferente minar en invierno o en verano. Igual ahora conviene hacerlo en Kazajistán, pero en verano se minaba en el sur de China, y había 'granjas' en cuevas, que mantienen la temperatura baja de forma natural. Determinar el punto en el que se encuentra la rentabilidad del minado es difícil», añade.
Massimo Cermelli, profesor de Economía de la Deusto Business School, equipara la fiebre por estas monedas con la burbuja de los tulipanes del siglo XVII y vaticina «mucho dolor» entre los inversores más incautos. El porqué lo tiene claro: «No hay nada que respalde a las criptomonedas. Podrían ir llegando restricciones como las que ya han impuesto países como China. Además, en caso de que colapsara Internet o hubiese un apagón, todo se vendría abajo».
Pero la locura es tal que allí donde la Policía Nacional buscaba marihuana había instalaciones de minado de criptodivisas. Sucedió en enero en la localidad sevillana de Santiponce, donde unos avispados se habían enganchado a la red de forma ilegal para hacer funcionar los ordenadores. Además, las criptodivisas se han convertido en la moneda favorita de los criminales. Desde quienes lanzan ataques de 'ransomware' y exigen el rescate de los ordenadores que secuestran en bitcóin, hasta los delincuentes de las mafias tradicionales que comercian con droga, armas o personas. Y luego están los oligarcas rusos, claro.
Se prepara el 'anticripto': la divisa electrónica oficial
Que el dinero en efectivo tiene los días contados es algo sabido. Las monedas y los billetes acabarán dando paso a su versión electrónica, y la única duda es cuándo ese cambio se completará. La pandemia ha impulsado el uso del dinero de plástico, que ya no da vergüenza utilizar en pequeñas compras. El siguiente paso será sin duda la creación de una divisa oficial digital.
Para ver el futuro del dinero no hay nada mejor que viajar a China, el país que ha revolucionado los pagos con el móvil a través de códigos QR y la primera potencia que ha puesto en marcha la versión virtual de la divisa: el e-yuan. Su puesta de largo llegó con los pasados Juegos Olímpicos de Invierno, donde incluso los extranjeros pudieron utilizarlo, pero tiene ya más de un año de vida. Y supone un cambio muy relevante -y peligroso para la banca- porque se trata de dinero que emite el propio banco central y que se puede utilizar a través de carteras digitales incluso sin conexión a Internet, y sin comisiones: lo mismo que cuando se paga el pan con una moneda.
Euro y dólar, en cartera
También hay planes para la creación del euro y el dólar digitales, que, eso sí, serían lo opuesto a las criptomonedas: todas las transacciones serán registradas por los bancos centrales. «En China tiene una lectura interna, para recabar datos de los ciudadanos, y una externa, porque le permitiría eludir posibles sanciones y saltarse el sistema de transferencias SWIFT», explica Claudio Feijoo, catedrático de la UPM. «El Yuan digital es un plan B por si hay una crisis en el sistema monetario, pero no se puede hablar de una moneda amparada en una blockchain publica. En países donde la gente no tiene acceso a sistemas bancarios pueden ser de ayuda», recalca el especialista en criptomonedas Ricardo Medrano.
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