TITULO: Mi casa es la tuya - Diana Orero, Viernes - 13, 20 - Mayo ,.
Mi casa es la tuya,.
Este viernes -13, 20 - Mayo a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con - Diana Orero , foto.
Valencia, 1978. Especialista en relaciones digitales y comportamiento humano. En Fu-turista (Letrame) analiza el impacto de las nuevas tecnologías en las personas y cómo consumirlas de manera humana.
- ¿Cómo surge este libro?
- En realidad es víctima de la pandemia. Nace por un proyecto, que al final no salió adelante por la pandemia, de reflexión sobre cuáles serán las nuevas profesiones del futuro. Y se nos ocurrió que igual que existen responsables de riesgos laborales, deberían existir expertos que observaran cómo la tecnología afecta a las personas, unos humanity managers que midan la humanidad de las tecnologías, si una tecnología nos puede quitar empatía o generar ansiedad, por ejemplo. Y con todo lo que aprendí decidí hacer este libro.
- Dice que somos el mayor experimento de la historia. ¿Lo somos?
- Creo que afortunadamente eso lo puede decir cada generación, casi todas las generaciones han tenido cambios muy grandes, como pudo ser por ejemplo el ferrocarril o la imprenta. La gran diferencia es que esta es la primera vez en que el ser humano se enfrenta a un cambio exponencial, y ni siquiera tenemos capacidad de entender lo que es exponencial. Y es que ese es el gran peligro. Es como si de repente nosotros viviéramos los años como los viven los perros, para los que un año equivale a siete de los nuestros. Pero, ¿y si en lugar de siete son 14, y si en lugar de 14 son 28? Esto va muy, muy rápido. El huso, símbolo de la primera revolución industrial, tardó 120 años en extenderse por todo el mundo. Internet, ni siquiera diez.
- Y este experimento del que somos protagonistas, ¿puede salir mal?
- Yo no sé cómo va a salir, pero sí sé cómo quiero que salga. Yo pensaba que se nacía siendo humano, pero no, la humanidad se aprende estando con otros humanos, es algo que una máquina no puede enseñar. Pero si cada vez pasamos más tiempo con una máquina, ¿dónde queda la humanidad? La tecnología hace todo más fácil, pero ¿nos hace más felices?
- Según los datos que ofrece en su libro, no...
- Así es. Nos pasamos el día en Instagram, en Twitter, en otras redes sociales... Tenemos unas vidas muy ocupadas, pero muy poco llenas. ¿Cómo se llena una vida? Pues a veces la frustración te lleva al aburrimiento, y el aburrimiento te lleva a la creatividad. Pero nosotros no nos aburrimos, estamos siempre ocupados, siempre distraídos. Y la distracción te distrae de lo que realmente es importante. Siempre hablamos de cómo la tecnología cambia las cosas, pero no de cómo nos cambia a nosotros. Hoy es todo tan accesible que es más fácil tener una pareja nueva que conservar la que ya se tiene. Dentro de 30 años una persona puede haber tenido 30 parejas, pero ¿qué se construye si cada menos de año se cambia de pareja, se cambia de trabajo, se cambia de todo? Vivimos en un estado de perpetua novedad. Como un adicto que cada vez necesita más alcohol o más cocaína, nosotros cada vez necesitamos más novedad, más cosas nuevas. Y eso es porque estamos hiperestimulados.
- Dice, por ejemplo en su libro, que cuando más dopamina segregamos no es cuando leemos la palabra felicidad o amor, sino cuando leemos nuestro propio nombre. ¿Eso explica por qué hay tanto yoísmo en las redes sociales?
- Sí. Las redes sociales son un espacio en el que uno puede hablar de sí mismo todo el rato. Y eso supone un enorme chute de dopamina.
- ¿Qué es lo malo de las nuevas tecnologías?
- Creo que el gran problema que tenemos con la tecnología es que tenemos una percepción muy antigua de ella. Hasta ahora la tecnología era vertical, yo mandaba y la tecnología obedecía, y además la tecnología era neutra, no tenía su propia agenda. Tal vez me dirá, ¿y qué más da? Pues da mucho... por ejemplo, cuando yo voy a un gran almacén, yo sé que me quieren vender, y como sé que me quieren vender, yo voy mentalmente preparada cuando entro en ese espacio. Por eso hay que entender Internet como un espacio, porque eso lo cambia todo. Uno no se comporta igual en un bar que cuando habla por teléfono. Cuando uno usa Internet piensa que está en su casa, pero no está en su casa.
- ¿Ah no?
- Pongamos por ejemplo el caso de Alexa, el asistente virtual creado por Amazon, que tiene nombre de mujer, voz de mujer y un diseño de un altavoz de los años 80, de un objeto al que estamos muy acostumbrados. Incluso cuando no le decimos nada a Alexa, nos escucha todo el rato y no sólo lo que decimos, sino también en qué tono, por lo que conoce nuestro estado de ánimo. Y Alexa dentro de nada empezará a decirnos cosas. "Oye Diana, que me he dado cuenta de que te faltaba jamón, ¿te lo compro?". Y a lo mejor yo no quiero jamón, pero es tan fácil... Ahora nos relacionamos con la tecnología con la voz, como nos relacionamos entre seres humanos. Y aunque yo hable o no con la tecnología, la tecnología me empezará a hablar a mí. Hay gente que dice que le dan igual las cookies o todo lo que puedan saber de ella. Hay muchas mujeres que tienen una aplicación que te avisa cuando te va a bajar la regla, que es gratis y que es fantástica. El problema es que si es gratis, tus datos se venden a una empresa, y está demostrado que las mujeres cuando ovulan son más propensas a comprar. Vender es el arte de escuchar. Y con la tecnología tenemos artistas escuchando todo el rato. Lo importante es saberlo, porque eso lo cambia todo. Nos han enseñado a movernos por la ciudad, sabemos que un semáforo en rojo significa que hay que parar. Pero nadie nos ha enseñado a usar la tecnología. Y cuando no tomas una decisión, se corre el riesgo de que un algoritmo la tome por ti.
- ¿Y qué hay que hacer para usar adecuadamente la tecnología?
- Mi padre siempre decía: "La vida es cuestión de prioridades". Pero la tecnología aplaza constantemente las prioridades. Nos pasamos el día viendo emails, leyendo WhatsApp, mirando las redes sociales... Y eso hace que estemos agotados y que seamos incapaces de concentrarnos. A una persona que no deja de hacer un ruido molesto le decimos que pare, pero a la tecnología no le decimos nada. ¿Cómo le decimos a la tecnología que pare? Quitando por ejemplo las alertas y las notificaciones, poniendo el móvil en modo avión durante un par de horas para no recibir nada durante ese tiempo... Se pueden hacer muchas cosas.
- Ya saben tanto de nosotros que cada vez son menos necesarios los sondeos electorales o las encuestas de opinión, ¿verdad?
- A mí en ese sentido me gusta hablar de Sherlock Holmes. Cuando hay un asesinato, Sherlock Holmes va hacia atrás y da con una pista. Es como un estímulo que lleva a otro, que a su vez lleva a otro, y a otros... Con la tecnología es al revés: una empresa o un partido político puede ponernos un estímulo, y luego otro y luego otro para hacernos tener una opinión. La cultura es un conjunto de creencias compartidas. ¿Pero quién nos coloca esas creencias? ¿Quién me dice que algo es caro o barato? Ese algo es caro o barato en función de la información que uno tiene. Estamos hechos de células, pero también de información. ¿Y cuál es la información que recibimos, cómo nos llega y quién elige lo que yo leo? Nuestra mayor fuente de información ahora es Internet.
- Y en internet circulan muchas fake news...
- Sí. Pero las historias no tienen credibilidad en sí mismas. La credibilidad es algo que otorgamos nosotros. Y la mayoría de noticias que circulan por internet no han pasado por el filtro de un periodista, así que somos nosotros los que les damos o no credibilidad. El problema no es que existan fake news, sino que se consuman. La única vacuna para evitar que se hagan virales es que uno no las consuma.
- Dice que obedecemos más a los algoritmos que a la ley...
- Así es. ¿Nos ponemos el cinturón de seguridad porque lo dice la ley o por el pitido irritante que produce el coche si no lo hacemos? Un software puede hacer que un coche no vaya a más de 120 kms/hora. Yo por ejemplo no me bajo ninguna app, ni la del carné de conducir, porque van a saber a qué velocidad circulo. Sí, se supone que está prohibido usar la tecnología para esos fines, pero que esté prohibido no quiere decir que no se haga. Mire lo que ha ocurrido con Pegasus...
- Cada vez se oyen más voces a favor de poner la sanidad en manos de algoritmos: a fin de cuentas, tienen mucha más información para cotejar un diagnóstico que un médico normal. Incluso ya hay robots que operan, y con más precisión que un cirujano. ¿Qué le parece?
- La tecnología puede ser un instrumento maravilloso. Hay un montón de software con capacidad de ver lo que un radiólogo no puede ver. Pero lo que no tiene ese software es la capacidad de empatía, de coger de la mano a una persona y explicarle lo que tiene. Yo lo que deseo es que la tecnología nos ayude a ser más humanos, no menos. Deseo que ese médico que ahora se pasa 20 horas mirando una pantalla esté sólo tres minutos y que luego el resto de tiempo lo dedique a humanizar. Ese es mi sueño.
- ¿Llegarán los algoritmos a impartir la justicia? Hay quienes aseguran que serían más neutrales y ecuánimes...
- Más que una tecnología que sustituya a los jueces, yo preferiría que les apoyara en su trabajo. Se han visto casos en los que a un mismo juez les llega dos veces la misma persona con el mismo delito en momentos distintos y dicta penas diferentes. Eso probablemente no sea justo, pero nosotros somos humanos. A un algoritmo no le ocurriría eso, pero tampoco percibiría otras cosas, no sería empático. Hay muchos jueces que han visto algo en la persona a la que estaban juzgando que no se ve en un papel, y que el algoritmo tampoco vería. Y creo que de lo que se trata es de que nosotros no nos volvamos más máquinas sino más humanos, y en ese sentido es fantástico que máquinas nos quiten mucho trabajo mecánico. Yo quiero que la tecnología nos libere tiempo, y que ese tiempo nos sirva para ser más humanos, no para estar distraídos.
- ¿Y eso cómo se consigue?
- Tomando conciencia. Cuando tomas conciencia, pones la tecnología en su sitio. La tecnología puede ser una muleta en la que apoyarnos y llegar más lejos o puede ser una batuta, tú decides. Los analfabetos digitales hoy son los que no saben salir de internet.
- Como experimento ha creado un partido político, el Partido Futurista, basado en tecnología y datos. ¿En qué consiste?
- Se trata de usar la inteligencia artificial para crear un programa electoral basado en las respuestas que se ofrecen a un cuestionario, y el resultado deja muy claro el peligro que supone dejar nuestras decisiones en manos de los algoritmos. Si alguien quiere saber más puede entrar en partidopoliticofuturista.com
- Usted propone un nuevo índice, el índice beat, para saber si una tecnología está humanizada, ¿verdad?
- Sí. Hasta ahora el baremo de la tecnología era la eficacia, una tecnología se consideraba buena si era eficaz. Pero creo que ese baremo ya no nos sirve, que deberíamos cambiar eficacia por contribución, preguntarnos a qué contribuye que usemos una tecnología. Está demostrado, por ejemplo, que una de las cosas más sostenibles que podemos hacer por el planeta es tener hijos que no midan más de un metro y medio, cuanto menos mide una persona menos consume y menos impacta al planeta. Hoy, con la manipulación genética, eso se puede hacer. ¿Es eficaz hacer eso? Sí. Pero, ¿a qué contribuye? Si se empieza manipulando la estatura, ¿qué será lo siguiente que se manipulará? ¿La inteligencia? ¿Y quién lo podrá pagar? Creo que tenemos que empezar a cambiar la forma de medir las cosas, y por eso nace el índice beat.
- ¿Existe el riesgo de que nos hagamos dependientes de la tecnología?
- La libertad es el valor más importante que tenemos como sociedad. De hecho, el mayor castigo es que te metan en la cárcel y te priven de libertad. Y sin embargo, cada vez somos más dependientes de la tecnología. Hay por ejemplo unas zapatillas Nike que sólo se pueden usar con una aplicación, y si un día la aplicación no va no te las puedes poner. ¡Por favor, unas zapatillas con cordones! ¿Nos hemos vuelto tontos? Existe el peligro de que cada vez nos acostumbramos a depender más de la tecnología. El GPS hoy nos dice cómo llegar a un sitio, pero llegará un día en que nos dirá también a dónde tenemos que ir. Además, tenemos derecho a equivocarnos. Puede que llegue el momento en que, si te gusta Pepe y te gusta Juan, un algoritmo te diga que quien más te conviene es Juan, aunque te guste más Pepe. Pero tenemos derecho a equivocarnos y a aprender de nuestros errores.
TITULO: Pekín Express - Mercado inmobiliario: Inquilina,.
Pekín Express ,.
Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.
Mercado inmobiliario: Inquilina,.
foto / La república independiente, habitáculo que no se puede calentar, el pisito, metros cuadrados en torno a un frigorífico, territorio de la exhaustiva desinfección, hogar de gata castrada, amor bajo la colcha, hueco para instalar tótems telemáticos que nos conectan con lo exterior lejano y nos desconectan de lo exterior próximo: la vecina anciana que vive sola. La casa y sus torceduras —una plaga prolifera en torno al desagüe, en el tabique aparece un animal de moho—, la casa y sus recuerdos ocultos dentro de cajones que, de tan olvidados, parecen compartimentos secretos. La casa ha adquirido una dimensión extraordinaria durante el confinamiento: es extensión de nuestro cuerpo que, a la intemperie, no duraría ni un segundo. Somos caracoles. Padecemos el síndrome del nido. Cuesta traspasar el umbral y pegar la hebra —en directo— con otros seres humanos. Frente al adolescente que disfruta del trance etílico en la plaza, una chica pierde sus estrategias de sociabilización, padece eczema, solo sale para ir al instituto. Hay a quienes la casa se les echa encima: les falta el aire entre sus cuatro paredes. Pero pueden volver para dormir; pensar que sería mejor mudarse al pueblo. El trauma colectivo y nuestra actitud frente a la casa.
Recordemos: algunas personas carecen de república independiente o trazan sus fronteras con cartones. Sin llegar al extremo trágico del sinhogarismo o al catastrófico de La Palma —¿qué salvaríamos de la quema?—, muchos jóvenes no pueden iniciar un proyecto de vida porque no tienen dónde. La derecha se retrata cuando la defensa del privilegio se utiliza como razón para bloquear leyes que aspiran a que nadie se quede sin sus metros cuadrados en torno a un frigorífico. Otro asunto será cómo llenarlo. La derecha dice que, ante la limitación de los precios, quienes poseen muchos pisos no los pondrán en alquiler y, al haber menos oferta, los precios subirán. La derecha plantea círculos concéntricos y viciosos en torno al mercado que fluye libremente y deja sin oxígeno al pececito. Los multipropietarios fijan sus precios inmorales —un precio puede ser inmoral— y mucha gente ve conculcado su derecho a la vivienda: prevalece el derecho al abuso. Laissez faire, laissez passer. Se defiende el estatus de una minoría rica frente al bien común mientras en ciertos medios se inocula el miedo a la ocupación y la necesidad de la seguridad privada. Con argumentos torticeros se naturaliza la inexorabilidad de lo injusto. Esa inexorabilidad devalúa la utilidad de la acción política transformadora, de la acción política, de la política. De la democracia. No podemos cambiar nada porque todo nos viene dado: de arriba abajo. En El pisito, Mari Carrillo llora mientras baila con José Luis López Vázquez. Son una pareja a la que se le está pasando el arroz y solo aguarda la muerte de doña Martina para quedarse con su piso: el novio se ha casado con la vieja para heredarla. Repusieron la película y, mientras me nidificaba bajo mi manta, reviví el estrago de la enfermedad infecciosa y la obligación perpetua de convivir con papá, con mamá, con amiguitas y amiguitos que están a dos velas. Pensé en ti que tienes derecho a un habitáculo difícil de calentar y a preocuparte luego por la factura de la luz que, asimismo, es inmoral por motivos también relacionados con la comercialización y especulación de lo imprescindible para vivir.
TITULO: La Historia del Fútbol en Castuera -El Castuera pasa a cuartos de la Copa Federación y se medirá al Mérida,.
El Castuera pasa a cuartos de la Copa Federación y se medirá al Mérida,.
EL conjunto turronero pasa a cuartos tras derrotar al Valdivia 0-1,.
foto / El CD Castuera-Subastacar se clasificó ayer para los cuartos de final de la fase autonómica de Copa de la Real Federación Española de Fútbol, tras derrotar en el municipal “La Pradera” de Zurbarán al CP Valdivia por 0 -1.
Partido con poca historia y condicionado por calor asfixiante que tuvieron que soportar los protagonistas. El árbitro paró el partido en mitad de cada periodo para hidratarse los jugadores y mitigar el calor sofocante.
La primera parte del choque fue dominada por el CD Castuerade principio, sin que el Valdivia llegase a penas a inquietar la meta defendida por Canito, que ayer se estrenaba como portero del conjunto turronero.
El gol del Castuera llegó al filo del descanso en una jugada en la que Saviola gana la línea de fondo y su centro es rematado desde la frontal por Mati para que finalmente Ángel envíe al fondo de la red.
Tras el paso por los vestuarios, fue el Valdivia el que intentó hacerse con el control del partido antes de comenzase el carrusel de cambios por parte de los dos equipos.
Los locales gozaron de ocasiones para haber igualado el choque, pero un inspirado Canito se encargo de neutralizar con un par de soberbias intervenciones. Sin embargo, fue el Castuera el apunto estuvo matar el partido en lanzamiento de Patri que se fue ligeramente alto por encima del travesaño de la portería defendida por Peters.
En definitiva, el equipo de Felipe Gallego solventó la papeleta con el único y valioso gol marcado por Ángel con que le daba la victoria al equipo y el pase a cuartos de la Copa Federación.
El CD Castuera-Subastacar juego de inicio con: Canito, Antonio, Vera, Lolo, Tena, Chema, Ángel, Cartón, Javi Riaño, Mati y Saviola. Antes de finalizar la primera parte, Dioni y Patri entraron por Saviola y Javi Riaño, y en la segunda mitad, Álvaro sustituyo a Ángel, David Gallego a Cartón y Gus a Tena.
Felipe Gallego no pudo contar para este encuentro con Rubén, Juanlu y Carlino, a causa de molestias físicas.
El CD Castuera tiene este fin de semana dos partidos muy importantes, el doningo 12 a las ocho y media de la tarde en Cabeza del Buey jugará la primera eliminatoria del XXII Trofeo de Fútbol Mancomunidad de La Serena ante el equipo caputbovense, y el sábado 11 de agosto recibe en el Manuel Ruiz a las ocho y media de la tarde al Mérida en el partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa Federación.
TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - Adiós,.
- Reparto
- Sevilla. Juan (Mario Casas) es un convicto que comienza a disfrutar de su libertad durante los fines de semana, después de pasar años en la cárcel. Tras la muerte accidental de su hija pequeña, Juan acudirá a su brutal familia, apodados Los Santos, para aclarar lo ocurrido y ejercer su propia justicia. Mientras Eli (Ruth Díaz), la agente de policía a cargo de la investigación, tratará de evitar que el dolido padre se tome la justicia por su mano. El choque entre Eli y Juan por esclarecer la muerte de la pequeña, destapará ante ambos toda una red de secretos y mentiras que transitan a lo largo de la delgada y difusa línea que es la justicia.
- TITULO: Días de cine -' Cine - Inés Paris,. Viernes -13, 20- Mayo,.
Viernes -13, 20 - Mayo a las 20:35 horas en La 2 / foto,.
- Esta semana, Días de cine tendrá como madrina a la directora Inés Paris. Además, el espacio repasará los estrenos de la semana como el documental Ennio, el maestro, sobre Ennio Morricone, Ojos de fuego, tercera vez que se lleva a la pantalla la novela de Stephen King, Hit the road, película iraní escrita y dirigida por Panah Panhi, hijo de Jafar Panahi, la película alemana La conferencia y la francesa Un nuevo mundo, dirigida por Stephan Brizé y protagonizada por Vincent Lindon. El cine español llega a las salas de la mano de El universo de Oliver, La maniobra de la tortuga y Elles transportan a morte. Además, a las puertas del comienzo del Festival de Cannes, ‘el programa dedica un extenso reportaje a cineastas árabes, idea que surgió a raíz de la muestra que ha ofrecido el Museo Reina Sofía.
TITULO: Saber Vivir -Afganistán, Aukus y la autonomía europea,.
- Afganistán, Aukus y la autonomía europea ,.
La seguridad y la defensa cotizan al alza. En pocas semanas, la retirada de las fuerzas occidentales de Afganistán y el acuerdo entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos (Aukus) para reforzar las capacidades militares y de seguridad en el Indo-Pacífico han revigorizado el debate sobre la autonomía estratégica europea y sobre las alianzas más eficaces para la seguridad global. Mientras que el repliegue americano y el realineamiento de fuerzas ante el ascenso de China son cada día más tangibles, la UE sigue sin pasar del propósito a la acción en materia de seguridad y defensa.
La autonomía estratégica, en lenguaje no comunitario, es la capacidad de la UE de contar con los medios necesarios para lograr sus objetivos de política exterior, en cooperación con sus socios cuando sea posible o actuando sola si es necesario. Es un debate de largo recorrido en las capitales europeas, tradicionalmente circunscrito al ámbito de la defensa, pero que hoy se amplía al comercio exterior, ciberseguridad, inteligencia artificial o a la salud global.
La necesidad de una mayor capacidad de acción autónoma reside en la constatación de que el aliado tradicional y garante de la seguridad europea, Estados Unidos, consolida su viraje hacia el Pacífico, se desprende de su papel como policía global y articula su política exterior, sobre todo, en base a los intereses nacionales. La rivalidad de Estados Unidos con China se configura como el elemento geopolítico central del siglo XXI. A pesar de la incidencia de fenómenos transnacionales como la covid-19 o las crisis climáticas, el mundo recupera las lógicas de suma cero, donde potencias como China, Rusia o la India refuerzan su estatus y cuestionan los fundamentos de un orden internacional sustentado en la hegemonía occidental.
La UE, consciente de su poder comercial y normativo, adolece de capacidades propias en materia de seguridad y defensa, y de la voluntad política para mejorarlas. Mientras cobran relevancia hacia el exterior, estas capacidades siguen fragmentadas entre Estados miembros y supeditadas a la OTAN. La pervivencia de intereses, percepciones de amenazas y trayectorias históricas distintas dificulta la consolidación de una cultura estratégica europea que actúe como nexo para una Europa más geopolítica.
Afganistán fue, con razón, motivo de frustración en la UE. El Acuerdo de Doha entre la Administración de Trump y los talibanes en 2020 y la retirada unilateral y sin consultas previas de Estados Unidos fueron recibidos como un puñal por la espalda tras 20 años de intervención aliada. La mala ejecución de la retirada y la falta de tacto diplomático no esconden, sin embargo, que Europa siempre estuvo en el asiento de atrás de una intervención liderada por Washington. La presencia occidental en Afganistán tenía regusto europeo, dado que incluía la construcción de un Estado de derecho y la protección de los derechos humanos como objetivos centrales —y en línea con el discurso tradicional de la política exterior europea. El caótico final de la misión afgana refuerza la necesidad de dotarse de autonomía estratégica en la UE, especialmente cuando Estados Unidos decide abandonar unilateralmente el terreno de juego o cuando, actuando bajo el paraguas americano, los europeos no son capaces de corregir los errores estratégicos cometidos.
Aukus, en cambio, sí interpela directamente a la UE y, tras ella a Francia, a la hora de desarrollar una mayor autonomía estratégica. La alianza demuestra que las relaciones internacionales se articulan crecientemente en torno a la seguridad y la defensa. No tanto en su concepción clásica, esto es, la defensa territorial o la protección ante invasiones, pero sí global y multisectorial, en la que la ciberseguridad, la inteligencia artificial o la seguridad de las rutas comerciales juegan un papel central.
Todos estos elementos, incluida por supuesto la defensa ante ataques a infraestructuras y cables de conexiones digitales submarinos, forman parte de Aukus (más allá de la provisión a Australia de submarinos de propulsión nuclear, a expensas de su anterior contrato con Francia). El mismo día que se anunciaba la nueva alianza, Bruselas publicaba su estrategia para el Indo-Pacífico, repleta de referencias a la promoción de la estabilidad, la seguridad, la prosperidad y el desarrollo sostenible en esta región, pero carente de objetivos operativos en seguridad y defensa.
La autonomía estratégica europea es todavía un propósito narrativo con poca traslación práctica. Los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión condenaron enérgicamente lo que vieron como el segundo agravio consecutivo por parte de Washington, mientras estudiaban la infructuosa petición de París de retrasar el Consejo de Comercio y Tecnología entre la UE y Estados Unidos como señal de protesta. Algunos Estados miembros, recelosos de la interpretación francesa del concepto como autonomía respecto a Estados Unidos, se alejaban del sentir de agravio de París y mostraban de nuevo que, si tal autonomía no existe, es debido a las divisiones internas en la UE.
Aukus ejemplifica también un error estratégico mayor cometido durante las negociaciones del Brexit. Mientras que los negociadores se centraban en la consecución de un acuerdo comercial que respetara las normas del mercado interior y protegiera la paz en Irlanda del Norte, la UE relegaba a un segundo plano la relación estratégica con el Reino Unido, su principal socio en capacidades de defensa y de presencia global. Para Downing Street, el acuerdo con Estados Unidos y Australia ofrece la ocasión para validar su lema “Global Britain”, a la vez que asesta su propia venganza contra la férrea actitud de la UE y de París durante el Brexit. Entender que la relación con el Reino Unido pasa solamente por la estabilidad económica y comercial es un error de fondo con relación a la autonomía estratégica de la UE.
Finalmente, Aukus muestra cómo, ante la transformación del orden internacional, las alianzas son hoy más flexibles, y complementarias a los marcos institucionales tradicionales. La lógica “China first” de la política exterior estadounidense pasa por delante de la lealtad hacia los socios tradicionales. El “Quad” (diálogo estratégico entre Estados Unidos, la India, Japón y Australia) y los “Cinco Ojos” (alianza de inteligencia entre Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos) son entendimientos flexibles y con la mirada puesta en la creciente asertividad y agresividad de China hacia su vecindario. Los europeos hemos sido demasiado autocomplacientes al creer que las coaliciones entre países democráticos, como la denominada “cumbre de las democracias”, reforzaría a la Unión. A ojos del presidente Joe Biden, las democracias que importan ante el auge de China se encuentran más allá de Europa. Las alianzas no superfluas son las que rinden en pro de un interés geopolítico compartido, y el auge de China preocupa tanto a Estados Unidos como a los países del Indo-Pacífico.
La estabilidad internacional es algo más que flujos comerciales, pandemia o crisis climáticas. Los episodios de Afganistán y Aukus nos recuerdan la importancia de la seguridad y la defensa en un mundo crecientemente hobbesiano. Durante demasiado tiempo, la ausencia de amenazas directas ha llevado a la UE a arrastrar los pies en el desarrollo de capacidades propias, incluso si estas son complementarias a las de Estados Unidos. Hoy, la autonomía estratégica europea requiere hechos y voluntad política, tanto desde el punto de vista de capacidades como de alianzas con socios estratégicos. Francia, en tanto que actor indispensable para la defensa europea tras el Brexit, deberá dejar de lado el agravio sufrido con el Aukus y ayudar a construir una Europa que, finalmente, hable el lenguaje del poder.
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