España a ras de cielo ,.
España a ras de cielo es un programa de televisión emitido por TVE y se estrenó el 17 de septiembre de 2013. Desde el primer programa, está presentado por Francis Lorenzo. Martes a las 22h30,.
El programa permite conocer lugar de España desconocidos y ya conocidos desde otro punto de vista. , etc.
PLANETA CALLEJA - DOMINGO - 7 - Junio ,.
Andrés Salado será director titular de la OEx a partir de la próxima temporada,.
El madrileño ha dirigido a la Orquesta Joven de Extremadura y en 2016 ganó el premio Princesa de Girona de Artes y Letras,.
Los miembros del Patronato han optado de forma unánime por el proyecto de dirección de Andrés Salado para la OEX «en base a su calidad y a un profundo conocimiento de la Fundación Orquesta de Extremadura a partir de su experiencia como titular de la Orquesta Joven de Extremadura, desde 2014», informa la Junta de Extremadura en nota de prensa.
También se ha tenido en cuenta la destacada trayectoria artística del joven director que incluye colaboraciones con las principales orquestas nacionales e importantes agrupaciones musicales internacionales, además de prestigiosas distinciones como el Premio Princesa de Girona de Artes y Letras 2016.
El Patronato ha escogido al futuro director de la OEX entre una selección previa de candidaturas realizada por la plantilla de la orquesta, que por primera vez participa en el proceso selectivo de su titular.
Asimismo, el Patronato de la Fundación Orquesta de Extremadura también ha querido valorar positivamente y agradecer la dedicación y el trabajo desarrollado, desde 2012, por el actual director titular y artístico de la OEX, Álvaro Albiach, con quien la formación ha conseguido altas cotas de calidad que la sitúan entre las orquestas más reconocidas del panorama nacional.
Trayectoria
Andrés Salado inició su formación musical estudiando piano, violín y flauta barroca, optando finalmente por especializarse en la percusión, cuyo título obtuvo en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Posteriormente, comenzó sus estudios de dirección orquestal, formándose con los maestros Miguel Romea, Peter Rundell, Jorma Panula, Sandro Gorli, Peter Gülke, Peter Eötvös y Antoni Ros Marbà.Ha dirigido gran parte de las principales orquestas españolas, como la Orquesta Nacional de España, Orquesta Sinfónica de RTVE, Orquestra Simfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya, Real Filharmonía de Galicia, Oviedo Filarmonía, Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, las orquestas sinfónicas de Madrid, Bilbao, Tenerife, Navarra, Euskadi, Extremadura, Islas Baleares, Valencia y las jóvenes orquestas de Extremadura, Galicia, Comunidad de Madrid y la Joven Orquesta Nacional de España.
A nivel internacional, ha dirigido importantes agrupaciones: Orquesta Sinfónica Nacional de México, Orquesta Sinfónica de Yucatán, Orquesta Sinfónica de Oporto «Casa da Musica», Divertimento Ensemble, Salzburg Chamber Soloist en la Mozarteum Sommerakademie y la Lucerne Festival Academy Orchestra en el Festival de Lucerna, entre otras. Su incursión en el mundo de la ópera es igualmente brillante, dirigiendo Il barbiere di Siviglia de G. Rossini, Il segreto di Susanna de E. Wolf-Ferrari, The Telephone de G.C. Menotti, Macbeth de G. Verdi, Norma de Bellini, etc.
Ha actuado en auditorios y teatros de prestigio como el Auditorio Nacional de Música (Madrid), L'Auditori (Barcelona), Palacio de Bellas Artes (México D.F.), Teatre Principal (Palma de Mallorca), Teatro Dal Verme (Milán) o el KKL Luzern (Suiza), entre otros.
TITULO: Ochéntame otra vez - ¿Rompió o no rompió Pío Baroja farolas en Cáceres? .
Ochéntame otra vez - ¿Rompió o no rompió Pío Baroja farolas en Cáceres? .
Jueves -4- Junio a las 22:35 por La 1, foto,.
¿Rompió o no rompió Pío Baroja farolas en Cáceres? .
Hay
cosas que no deberían hacerse con pobres juntaletras como el que esto
escribe, que lleva ya 33 años publicando noticias sobre crímenes y
criminales, y que aún no se acostumbra a que cada dos por tres alguien
le asegure que va a terminar con su vida (dos de ellos condenados). Lo
digo porque la otra mañana me llevé un susto de muerte cuando estaba
comprando en el Carrefour de Cáceres, y mientras me encontraba en la
sección de latas, buscando pimientos de piquillo para hacerlos rellenos
con gulas, escuché a mi espalda una potente voz:
–¡Hombre! Si es Sergio Lorenzo… ¡A ti te quería yo ver!
Me volví enseguida, mirando sorprendido a un fornido desconocido mientras con mi mano derecha sujetaba con fuerza una lata de 800 gramos de tomate triturado (de 'categoría extra' para más señas), que fue lo más contundente que pude coger mientras me giré lo más rápido que pude.
–Vamos a ver – me empezó a decir el individuo mientras yo estaba acorralado, con el muro de latas a mi espalda –. Es que el otro domingo escribiste… – ya me esperaba lo peor, cuando se iluminó el día – sobre Pío Baroja, sobre su libro 'La Dama Errante' que recuerda el viaje que hizo con su hermano Ricardo, el pintor, por Extremadura, y me extrañó que no escribieras que Pío Baroja estuvo en Cáceres y que rompió a pedradas varias farolas porque le molestaba la luz para contemplar la Ciudad Monumental.
Ya aliviado, al saber que no iban a intentar partirme la cara como otras veces, dejé la lata de tomate en su sitio y durante varios minutos estuvimos charlando el ya nuevo amigo y yo del gran Pío Baroja, del que mucha gente desconoce que fue uno de los más destacados escritores andarines, más incluso que Unamuno. Hablamos de cuando Ernest Hemingway fue a verle en su lecho de muerte en 1956, en su casa de Madrid, para regalarle su libro 'Adiós a las armas', una botella de Walker, una bufanda y unos calcetines, diciéndole: «Daría mi Premio Nobel a cambio de poder escribir como usted». También hablamos de que un joven Camilo José Cela le pidió que prologara su novela de tintes extremeños, 'La Familia de Pascual Duarte', y que él no lo hizo pensando que no iba a pasar la censura y que les iban a meter a los dos en la cárcel. Luego Cela sería uno de los que llevarían a hombros el ataúd del genio, un ataúd del que escribiría en un gran artículo que desteñía.
Le dije al nuevo amigo que había escuchado hablar de esa anécdota de Baroja y las farolas de Cáceres, pero que no había escrito sobre ella porque no estaba seguro que hubiera sucedido, porque por más que había buscado, no había encontrado nada fiable. «Y, ¿no conoces a nadie – me preguntó el apreciado lector – que te pueda decir si rompió o no rompió Pío Baroja farolas en Cáceres?». Me quedé pensativo: «¡Igual sí!», le respondí mientras hacíamos juntos la larga cola para pagar en caja.
La curiosidad pudo más que el orgullo, y ese mismo día fui a preguntarle a un amigo con el que llevaba unas semanas algo enfadado.
Al atardecer, fui a buscar al difunto Sanjosé a la Plaza de San Mateo, sitio al que suele ir para ver en la iglesia el cuadro del Cristo de la Encina. Le vi de frente cuando salía del templo.
–¡Hombre! – me dijo – Si es el periodista tiquismiquis. El que se molesta si se le despierta por las noches y se le anda en sus libros.
–Venga maestro, que somos amigos...
–Ahórrate el peloteo, que ya sé a lo que vienes. Vete a la Biblioteca Pública y pide en el mostrador de la primera planta el libro R/2867. Ah... y ya quedamos un día para pasear. ¿Sin rencores?
–¡Sin rencores! Gracias
Fui a la mañana siguiente a la Biblioteca y la amable joven que me atendió me entregó un libro de gran tamaño: 'Cáceres en blanco y negro', del fotógrafo Valentín Javier y el escritor Pedro de Lorenzo. No podía sacarlo del edificio y me pasé media hora haciendo fotos a las páginas. Ya en casa di con la solución en la página 50 de este libro en el que Pedro de Lorenzo enseña su Cáceres:
«En sus escapadas de Madrid, Baroja, con su hermano Ricardo y Ciro Bayo, las más veces luego con Ortega, se adentra en Extremadura.
Llegan Ortega y Baroja a Cáceres. Solos, noctívagos, lentamente paseando el barrio antiguo, Baroja rompe el silencio. Algo más que el silencio. Ensimismado del nocturno, Pío Baroja se llaga de una luz; se agacha, arranca un guijo, su civilidad le contiene, y susurra:
–¡Sobra ese farol!
Suelta la piedra, y se libra el importuno farol. ¡Fue así! Baroja aquella noche, testigo Ortega y Gasset, censura duro y acre las farolas que a su juicio desmerecían la ciudad».
¡Ahí estaba! Lo había escrito Pedro de Lorenzo: Baroja no había roto farolas en Cáceres... pero estuvo a punto.
Me extrañó el que un cívico Baroja estuviera tan cerca de ser un gamberro. Lo comenté la otra noche paseando por la Ciudad Monumental con el fotógrafo Guinea y Sanjosé, y me sorprendió que Guinea creía saber el motivo.
–Yo creo que lo hizo una noche de Luna llena. A mí me gusta hacer fotos por aquí con la luz de la Luna, y la verdad es que molestan los faroles. Yo creo que el Ayuntamiento debería apagar las farolas y que todo de llenara del color blanco y azul de la Luna llena.
–No estaría mal, y además el Ayuntamiento se ahorraba algo de dinero, que tampoco viene mal – apuntó Sanjosé.
–¿Tan bonita es la Ciudad Monumental con la Luna llena? – me atreví a preguntar.
–¡Vaya periodista! – me dijo el difunto que aún me la tenía jurada – Si no has visto la Ciudad Monumental con Luna llena... ¡No has visto nada! ¡Nada!
Y así quedamos los tres para volver a pasear por la ciudad antigua, la próxima noche de Luna llena: el 21 de enero. Espero contenerme y no romper ni una farola.
–¡Hombre! Si es Sergio Lorenzo… ¡A ti te quería yo ver!
Me volví enseguida, mirando sorprendido a un fornido desconocido mientras con mi mano derecha sujetaba con fuerza una lata de 800 gramos de tomate triturado (de 'categoría extra' para más señas), que fue lo más contundente que pude coger mientras me giré lo más rápido que pude.
–Vamos a ver – me empezó a decir el individuo mientras yo estaba acorralado, con el muro de latas a mi espalda –. Es que el otro domingo escribiste… – ya me esperaba lo peor, cuando se iluminó el día – sobre Pío Baroja, sobre su libro 'La Dama Errante' que recuerda el viaje que hizo con su hermano Ricardo, el pintor, por Extremadura, y me extrañó que no escribieras que Pío Baroja estuvo en Cáceres y que rompió a pedradas varias farolas porque le molestaba la luz para contemplar la Ciudad Monumental.
Ya aliviado, al saber que no iban a intentar partirme la cara como otras veces, dejé la lata de tomate en su sitio y durante varios minutos estuvimos charlando el ya nuevo amigo y yo del gran Pío Baroja, del que mucha gente desconoce que fue uno de los más destacados escritores andarines, más incluso que Unamuno. Hablamos de cuando Ernest Hemingway fue a verle en su lecho de muerte en 1956, en su casa de Madrid, para regalarle su libro 'Adiós a las armas', una botella de Walker, una bufanda y unos calcetines, diciéndole: «Daría mi Premio Nobel a cambio de poder escribir como usted». También hablamos de que un joven Camilo José Cela le pidió que prologara su novela de tintes extremeños, 'La Familia de Pascual Duarte', y que él no lo hizo pensando que no iba a pasar la censura y que les iban a meter a los dos en la cárcel. Luego Cela sería uno de los que llevarían a hombros el ataúd del genio, un ataúd del que escribiría en un gran artículo que desteñía.
Le dije al nuevo amigo que había escuchado hablar de esa anécdota de Baroja y las farolas de Cáceres, pero que no había escrito sobre ella porque no estaba seguro que hubiera sucedido, porque por más que había buscado, no había encontrado nada fiable. «Y, ¿no conoces a nadie – me preguntó el apreciado lector – que te pueda decir si rompió o no rompió Pío Baroja farolas en Cáceres?». Me quedé pensativo: «¡Igual sí!», le respondí mientras hacíamos juntos la larga cola para pagar en caja.
La curiosidad pudo más que el orgullo, y ese mismo día fui a preguntarle a un amigo con el que llevaba unas semanas algo enfadado.
Al atardecer, fui a buscar al difunto Sanjosé a la Plaza de San Mateo, sitio al que suele ir para ver en la iglesia el cuadro del Cristo de la Encina. Le vi de frente cuando salía del templo.
–¡Hombre! – me dijo – Si es el periodista tiquismiquis. El que se molesta si se le despierta por las noches y se le anda en sus libros.
–Venga maestro, que somos amigos...
–Ahórrate el peloteo, que ya sé a lo que vienes. Vete a la Biblioteca Pública y pide en el mostrador de la primera planta el libro R/2867. Ah... y ya quedamos un día para pasear. ¿Sin rencores?
–¡Sin rencores! Gracias
Fui a la mañana siguiente a la Biblioteca y la amable joven que me atendió me entregó un libro de gran tamaño: 'Cáceres en blanco y negro', del fotógrafo Valentín Javier y el escritor Pedro de Lorenzo. No podía sacarlo del edificio y me pasé media hora haciendo fotos a las páginas. Ya en casa di con la solución en la página 50 de este libro en el que Pedro de Lorenzo enseña su Cáceres:
«En sus escapadas de Madrid, Baroja, con su hermano Ricardo y Ciro Bayo, las más veces luego con Ortega, se adentra en Extremadura.
Llegan Ortega y Baroja a Cáceres. Solos, noctívagos, lentamente paseando el barrio antiguo, Baroja rompe el silencio. Algo más que el silencio. Ensimismado del nocturno, Pío Baroja se llaga de una luz; se agacha, arranca un guijo, su civilidad le contiene, y susurra:
–¡Sobra ese farol!
Suelta la piedra, y se libra el importuno farol. ¡Fue así! Baroja aquella noche, testigo Ortega y Gasset, censura duro y acre las farolas que a su juicio desmerecían la ciudad».
¡Ahí estaba! Lo había escrito Pedro de Lorenzo: Baroja no había roto farolas en Cáceres... pero estuvo a punto.
Me extrañó el que un cívico Baroja estuviera tan cerca de ser un gamberro. Lo comenté la otra noche paseando por la Ciudad Monumental con el fotógrafo Guinea y Sanjosé, y me sorprendió que Guinea creía saber el motivo.
–Yo creo que lo hizo una noche de Luna llena. A mí me gusta hacer fotos por aquí con la luz de la Luna, y la verdad es que molestan los faroles. Yo creo que el Ayuntamiento debería apagar las farolas y que todo de llenara del color blanco y azul de la Luna llena.
–No estaría mal, y además el Ayuntamiento se ahorraba algo de dinero, que tampoco viene mal – apuntó Sanjosé.
–¿Tan bonita es la Ciudad Monumental con la Luna llena? – me atreví a preguntar.
–¡Vaya periodista! – me dijo el difunto que aún me la tenía jurada – Si no has visto la Ciudad Monumental con Luna llena... ¡No has visto nada! ¡Nada!
Y así quedamos los tres para volver a pasear por la ciudad antigua, la próxima noche de Luna llena: el 21 de enero. Espero contenerme y no romper ni una farola.
TITULO: Cómo nos reímos - El humorista Juan Amodeo ofrece este viernes en Badajoz un espectáculo cómico sobre temas de actualidad ,.
El domingo-31- mayo a las 21:30 por La2, foto,.
El humorista Juan Amodeo ofrece este viernes en Badajoz un espectáculo cómico sobre temas de actualidad,.
Actuará este viernes, día 20, en el Teatro López de Ayala de Badajoz a partir de las 22,00 horas con un espectáculo llamado 'La máquina del tiempo',.
En concreto, las entradas para asistir cuestan 18 euros en butaca de patio y 15 euros en anfiteatro, según informa el Teatro López de Ayala en nota de prensa.
Asimismo, durante el espectáculo, Juan Amodeo tratará de forma cómica temas como la monarquía española, las fotos en Instagram, la religión, los másters de Cifuentes o el catalán Oriol Junqueras.
TITULO: Aquí la tierra -«Quiero volver a Tierra Santa, pero antes hay que celebrar el ascenso del Badajoz»,.
«Quiero volver a Tierra Santa, pero antes hay que celebrar el ascenso del Badajoz»,.
Párroco del Espíritu Santo y Capellán del Club Deportivo Badajoz,.
El capellán del C.D. Badajoz ha seguido diciendo la misa por Internet, pero reconoce «no es lo mismo ponerse delante de un ordenador que ver las caras de la gente»,.
Valeriano Domínguez Toro (Valdelacalzada, 1960) tenía previsto volver a Tierra Santa en junio, pero el coronavirus le impedirá peregrinar a una zona que ha visitado junto a cientos de Extremeños en más de 40 ocasiones. Aunque las circunstancias mandan, este sacerdote que compagina sus tareas pastorales con la capellanía del Club Deportivo Badajoz confía en que la situación mejore pronto. «Mi gran ilusión es ese viaje, pero antes espero celebrar el ascenso del Badajoz a Segunda».–¿Cómo vivió el confinamiento?
–Hay sido una etapa muy especial porque he tenido que permanecer solo, eso me ha ayudado a hacer una reflexión personal. Quizá cuando todo va normal no tienes tiempo para hacerlo. También he pensado en la parroquia, en nuevas fórmulas para llegar a la gente, y he pedido por todos los que están sufriendo, especialmente nuestros mayores. Para ellos está siendo muy duro.
–¿Ha oficiado algún funeral por víctimas de la COVID-19?
–He despedido a dos personas que han muerto por esta causa. Ha sido muy triste porque sus familiares no pudieron recibir el apoyo de sus seres cercanos.
–¿Le ha enseñado algo la pandemia?
–A no hacer grandes proyectos de futuro, porque en cualquier momento llega una situación como esta y se lo lleva todo por delante. Nuestra vida pende de un hilo, para los que creemos, está en manos de Dios.
–¿Qué ha sentido cuando se han levantado las restricciones?
–Lo que más ilusión me ha hecho ha sido volver a ver a la gente de la parroquia, tenerlos delante. Yo no he dejado de celebrar la misa ningún día por Internet, pero no es lo mismo tener un ordenador delante que ver las caras y tener el contacto visual de las personas que vienen a la iglesia.
–¿Respondió el barrio en la primera misa?
–Se llenó. Fue una ilusión tremenda volver a la normalidad.
–Los templos recuperan su actividad, pero el fútbol se ha frenado en seco.
–Hay sido un gran desencanto ver truncada la gran trayectoria del Badajoz, sobre todo después de la Copa del Rey. Por fin los aficionados estábamos demostrando que Badajoz se merece entrar en una categoría superior, ojalá algún día estemos en Primera.
«Cuando oigo las cosas que se dicen en los campos de fútbol me tapo los oídos. Yo chillo, pero no hace falta insultar»
–De momento no habrá público pero sí eliminatoria de ascenso.–La pena es que será a partido único, puede pasar cualquier cosa. Yo animo a que sigamos apoyando porque hay mimbres para hacer un buen cesto. Si el Badajoz sube, lo celebraremos en la ermita de la Soledad con la Patrona.
–¿Sufre mucho un cura cuando escucha las barbaridades que se dicen en un campo de fútbol?
–Cuando yo oigo esas cosas me llevo las manos a la cabeza o me tapo los oídos. Hay gente que sabe que soy cura y me mira a ver qué hago. Yo soy de los que chillan, pero no hace falta insultar al árbitro ni decir improperios, basta con animar a tu equipo. La forma de vivir los partidos también define a la afición.
–¿Tiene alguna otra ilusión ahora que parece que todo volverá a la normalidad?
–Espero volver a Tierra Santa en noviembre. Me hace una ilusión enorme. Pero solo será posible si todos nos concienciamos de la necesidad de evitar contagios. Debemos protegernos unos a otros porque si yo cojo el virus pondré en riesgo a mi familia, a mis amigos, a la gente que quiero.
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