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lunes, 7 de agosto de 2017

'El verano en el punto de mira' se fija en Benidorm, el icono del turismo español,./ EL TIEMPO - SI LA RIADA LLEGA A PASAR A OTRA HORA,.

TITULO: 'El verano en el punto de mira' se fija en Benidorm, el icono del turismo español,.
 

'El verano en el punto de mira' se fija en Benidorm, el icono del turismo español,.foto.
 

Gracias al turismo, la localidad alicantina recauda al año 77 millones de euros, un botín muy suculento para algunos negocios ilegales que ejercen de manera impune al margen de la ley. d
Benidorm ha sido desde los años 60 un símbolo del turismo de nuestro país. Con 11 millones de pernoctaciones y una tasa de ocupación hotelera del 80% en todos los meses del año, se ha convertido en el primer destino vacacional de la península. La próxima entrega de ‘Verano En el punto de mira’, que Cuatro emitirá mañana lunes, 7 de agosto, a las 22:45h analizará cómo se gestiona una actividad que anualmente le reporta a la localidad costera 77 millones de euros y en la que últimamente han surgido negocios al margen de la ley. Trileros, falsas prostitutas o servicios de restauración que no cumplen la normativa vigente serán algunas de las actividades analizadas a lo largo del programa junto al reportero Boro Barber, que también investigará a los clanes organizados que se esconden detrás de estas actividades ilegales.  

Mojiteros, trileros y falsas prostitutas
En Benidorm no hay chiringuitos en la arena y el alcohol no puede beberse fuera de los bares del paseo marítimo. Sin embargo, los mojiteros se acercan a los turistas de la Playa de Levante con sus combinados a cinco euros. Quien los compra probablemente desconozca lo que muestran nuestras cámaras: los mojitos se preparan en la parte de atrás de furgonetas y coches sin ningún tipo de control. Además, esta venta es ilegal. La policía les detiene, les tira las bebidas y les multa una y otra vez, pero los mojiteros hacen caso omiso a las sanciones que acumulan. Cada sanción puede alcanzar los 300 euros. Sin embargo, declarándose insolventes, consiguen esquivar la ley.
benidorm1Cerca de las playas, más de un centenar de personas ejecutan uno de los timos más antiguos. Son los trileros. Con cámara oculta, una reportera del equipo se hace pasar por turista y nos muestra cómo actúan estos clanes. Mientras, Boro Barber seguirá la pista hasta conseguir hablar con algunos de ellos. Finalmente el programa seguirá a un grupo de mujeres que provocan a los turistas, los abrazan y los besan. Aparentemente son prostitutas, pero su verdadero objetivo es robarles todo lo que llevan encima.
Plató de series de televisión
Benidorm es la ciudad de los rascacielos, un modelo urbanístico sostenible, que ha sido estudiado por otros países. Entre sus hoteles se encuentra el hotel Bali, el hotel más alto de Europa, desde el que el programa mostrará la verdadera dimensión de esta ciudad que cuenta con un microclima ideal, muy apreciado por los turistas, sobre todo los británicos. Según las últimas estadísticas, cinco millones de visitantes del Reino Unido llegan cada año a la ciudad, convertida también en un gran plató de televisión: la serie inglesa ‘Benidorm’, seguida por más de 9 millones de espectadores, se produce en un famoso hotel de la ciudad. En la localidad alicantina se ruedan, además, unas 77 producciones al año.
Las despedidas de soltero se han convertido igualmente en un reclamo para los turistas. Precios low cost, fiestas interminables, strippers, gogos, rutas de bar en bar y mucho alcohol son los ingredientes por los que este tipo de celebraciones son elegidas al año or unos 200.000 jóvenes. Cuando llega la noche, Boro Barber acompaña el Servicio de Emergencias en una de sus rutas por Benidorm para comprobar las consecuencias del exceso de alcohol.
 
TITULO:  EL TIEMPO - SI LA RIADA LLEGA A PASAR A OTRA HORA,.
 
foto, SI LA RIADA LLEGA A PASAR A OTRA HORA.

Si la riada llega a pasar a otra hora...»

Valverde de La Vera retira el lodo que dejó una inundación que habría resultado fatal de haber sido por la tarde

Árboles tronchados con sus raíces al viento, en mitad de los sembrados coches con más bollos que cristales, contenedores volcados, farolas en horizontal, una ermita (la de san Blas) apuntalada... Es el paisaje urbano en Valverde de La Vera al día siguiente de que «el charco», como la mayoría llama aquí a la balsa de agua que abastece al pueblo, se rompiera parcialmente y soltara ladera abajo buena parte de los sesenta mil metros cúbicos (sesenta millones de litros, o sea, el líquido contenido en 24 piscinas olímpicas) que guardaba.
«Me lo habían dicho, pero no esperaba que fuera tanto, da pena ver todo esto así». Lo dice Jesús Borja Borja (84 años), que hasta ayer no pudo acercarse a la piscina municipal, donde está una de las fotos que mejor ilustra la magnitud de lo que ocurrió. Y de lo que pudo suceder. «Si esto pasa por la tarde -comenta el vecino-, se arma un destrozo de muchachos y de gente...». Hasta las siete de la mañana de anteayer, la piscina municipal de Valverde de La Vera, el pueblo de los ‘empalaos’, era un lugar apetecible. Generoso en sombra y césped, y con una terraza con buenas vistas. Hoy se sabe que es una piscina porque entre la capa de lodo, en una esquina asoman y vuelven a esconderse unos hierros en curva. Son los asideros de las escaleras para entrar y salir del agua.

Más vecinos en verano

Esa frase de «si esto pasa a otra hora...» –dicha así, sin acabarla, seguida de un silencio– es un mantra que ayer se repetía en la localidad verata (503 habitantes) que como le pasa a los pueblos del Jerte, de la Sierra de Gata o de Las Hurdes, en verano multiplica su población gracias a los emigrantes y los turistas.
Agustín Sánchez y Felisa Fernández limpian su casa. / D. Palma
Ayer, lo que había en las calles no era gente en pantalón corto y chanclas, sino operarios con su traje de faena, rodeados de una colección de máquinas excavadoras, retroexcavadoras, camiones, furgonetas, tendidos de manguera... Había Guardia Civil -doce patrullas se juntaron el miércoles por la mañana en el municipio-, técnicos de la Diputación de Cáceres, de la Mancomunidad, agentes del Medio Natural, personal de mantenimiento de carreteras de la Junta... Y trabajadores municipales de media comarca de La Vera. «Aquí hay empleados de los ayuntamientos de Collado, Madrigal, Villanueva, Jarandilla, Jaraíz, Pasarón y Losar», detalla a pie de obra Montserrat Fernández, alcaldesa socialista de Collado de La Vera. «Hombre, empatizo con mi compañera de Valverde y qué menos que venir a ayudar a nuestros vecinos», justificaba la regente, con botas manchadas, manos enguantadas y rodeada de chalecos fosforitos.
A esa hora, su colega de Valverde, Nathalie Victoria Deprez, del PP, estaba unas calles más abajo, en el Ayuntamiento, acompañando a la delegada del Gobierno, que ayer visitó el pueblo cacereño. «La Junta sabía que la balsa tenía problemas», aseguró la regente. Ella explicó que en agosto del año pasado, la Junta impermeabilizó ese depósito, que está situado por encima del pueblo y fue construido hace treinta años. En abril, durante una visita para controlar la obra realizada meses antes, se detectó una fuga. En concreto, se perdían nueve litros por segundo. Lo que se decidió entonces fue darle una solución técnica provisional, porque la definitiva requería vaciar la balsa, algo que si se hacía en julio o agosto podría afectar al suministro de agua a la población. Se optó entonces por esperar a septiembre. «Tomaron una decisión que ha salido mal», valoró ayer Nathalie Victoria Deprez.
"No esperaba que fuera para tanto, da pena ver todo esto así" Jesús borja, vecino
"La Junta sabía que la balsa tenía problemas" Nathalie victoria, alcaldesa
"Fue algo que no he visto nunca, parecía un huracán" Agustín sánchez, vecino
"Se están estudiando ayudas para los afectados" cristina herrera, delegada del gobierno
"Qué menos que venir a ayudar a los vecinos" Montse fernández, alcaldesa de collado

La versión de la Junta

Por su parte, la Junta de Extremadura aclaró ayer que todas las decisiones se tomaron siempre de acuerdo con el Consistorio. Además, la Dirección General de Infraestructuras añade que «la balsa ha sido objeto de un seguimiento constante», y que «en ningún momento se tuvo el menor indicio de que existiera riesgo de producirse una fisura».
A esta cuestión, la del motivo por el que la balsa se fracturó, aludió ayer la delegada del Gobierno. «Lo primero que tenemos que saber es por qué ha habido este problema, cuál ha sido la causa», planteó ayer Cristina Herrera, que además anunció que su departamento está estudiando cómo abrir una línea de ayudas a la que se puedan acoger los vecinos que han sufrido pérdidas.
Entre esos que ayer dedicaron la mañana a limpiar y colocar lo que la riada había ensuciado y descolocado estaban Agustín Sánchez y Felisa Fernández, matrimonio de 85 años que recordaba con memoria de adolescentes cómo ocurrió todo. «Yo oí un ruido tremendo, pensé que era un avión o algo así, así que salí a la calle y miré hacia arriba, pero no vi nada», relata la mujer. «Después salí -continúa-, y ya estando fuera oí el golpetazo del agua en la puerta y me puse a llamar a mis vecinas, a una y a otra y a otra, pero claro, estaban todas dormidas». Felisa explica que el líquido bajaba con tal fuerza que no le quedó más opción que echar a correr, para no ser arrastrada.
A un metro, escucha su relato Agustín. «Fue algo impresionante, algo que yo no he visto nunca, parecía un huracán, o algo más que un huracán», relata el hombre, manguera en mano afanado en intentar sacar de la nave toda la tierra que entró y que ahora corre pueblo abajo. En Valverde, muchas de las calles tienen justo en el medio un canalón por el que corre el agua que viene de la sierra y que es una de las bandas sonoras de los municipios de La Vera. Es casi siempre agua clara. Y a estas alturas del año, todavía fresca. Ese reguero que sorprende a los de fuera y alegra sus fotografías era ayer marrón. Y quizás tarde un tiempo en volver a ser transparente. Un detalle mínimo. Un párrafo en una biografía. Una nadería al lado de lo que pudo ser si todo hubiera ocurrido a otra hora.

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