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lunes, 6 de junio de 2016

UN PAIS PARA COMERSELO - CON 22 AÑOS TENIA COCHE Y CASA,./ TAPAS Y BARRAS - NO HE QUERIDO SER INTERVENCIONISTA EN MUCHAS SITUACIONES,.

TITULO: UN PAIS PARA COMERSELO - CON 22 AÑOS TENIA COCHE Y CASA,.

UN PAIS PARA COMERSELO - CON 22 AÑOS TENIA COCHE Y CASA, fotos.

Antonio Castelo ha sido discípulo de Andreu Buenafuente. :: comedy centralCon 22 años tenía coche y casa»

Antonio Castelo ha sido discípulo de Andreu Buenafuente. 
  • Resultat d'imatges de UN PAIS PARA COMERSELOAntonio Castelo emula a los presentadores satíricos de Estados Unidos en 'Comedy Central News'. «Hablaremos de temas que interesan a todos, como la pornografía»,.

  TITULO: TAPAS Y BARRAS - NO HE QUERIDO SER INTERVENCIONISTA EN MUCHAS SITUACIONES,.

TAPAS Y BARRAS - NO HE QUERIDO SER INTERVENCIONISTA EN MUCHAS SITUACIONES, fotos.

Ángel Marcos considera que el Cacereño está por encima de cualquier nombre propio. :: J. REYNo he querido ser intervencionista en muchas situaciones»

Ángel Marcos considera que el Cacereño está por encima de cualquier nombre propio. 
  • Resultat d'imatges de fotos tapas y barrasEl hasta ahora técnico del Cacereño lamenta los momentos complicados vividos durante la temporada y deja su futuro en el aire,.

  • Ángel Marcos Entrenador del CP Cacereño,.

    Es el apagafuegos de confianza, el bombero de cabecera para el Cacereño, pero esta vez no ha podido con unas llamaradas que comenzaron en verano con la confección de un plantel corto y que, a diferencia de otras temporadas, no se quedaron en un mero conato de incendio. Ángel Marcos (Serradilla, 22 de marzo de 1955), quien tantas alegrías ha dado al club verde como jugador, entrenador y directivo, ha vivido esta vez en carne propia desde el banquillo el descenso de su equipo a Tercera División en una temporada que él mismo define como «complicada».
    Con el descenso ya reposado, es hora de hacer balance no solo de la eliminatoria frente al Linares, sino también de toda la temporada. ¿Cómo se puede resumir?
    La temporada, como se ha manifestado en las crónicas, ha sido muy complicada, con muchos cambios de jugadores y una plantilla con un escaso número de integrantes en varios tramos de la competición. A pesar de ello, en los dos últimos meses el equipo llegó fenomenal en todos los aspectos, siendo muy competitivo. Las eliminatorias no siempre se las lleva el mejor. Normalmente sí, pero en nuestro caso creo que el Linares no fue mejor que nosotros ni hizo más. El fútbol tiene un desenlace, que es el gol. Y en ese aspecto nosotros no estuvimos acertados.
    A su juicio, ¿pudo el Cacereño jugar con fuego cuando desde el cuerpo técnico se pedían refuerzos que nunca llegaban en tiempo y forma?
    Se pusieron sobre la mesa muchos nombres de jugadores. El club ha negociado y yo no he querido entrar en esas negociaciones porque me he dedicado a entrenar y no he querido ser intervencionista en muchas situaciones. No se han podido hacer por asuntos económicos o deportivos, pero sí es verdad que el vaivén de jugadores ha afectado en algunas ocasiones a la competitividad de los entrenamientos, que algunas veces pasaban a ser más placenteros para evitar lesiones y nuevas bajas.
    Ante esta situación, ¿llegaron en algún momento a sentirse desamparados?
    ¿Desamparados? ¿En qué sentido?
    En el de que no se satisfacían las pretensiones para aumentar la plantilla.
    Habrá sitios donde el entrenador pida jugadores y los consiga porque se puede. Y habrá otros donde por temas deportivos o económicos no se pueda hacer. En Segunda B hay proyectos de todo tipo. Cada uno, dentro de sus posibilidades, ha fichado lo que ha podido. Considero que lo más importante era la estabilidad. En nuestro caso siempre hemos tenido que ir encajando jugadores y al final no hemos podido conseguir el objetivo.
    ¿Cómo ha vivido esta última semana en lo personal?
    Saliendo y haciendo vida normal. La gente en la calle me ha dado ánimos para todo el Cacereño. Es algo que me ha sorprendido. Aunque muchos lleven el disgusto interiorizado, no lo han expresado tanto. Yo les digo que el que necesita ayuda ahora es el Cacereño. Aquí nadie es imprescindible. Ni directivos, ni jugadores, ni yo, ni nadie. Lo realmente importante es el club.
    Muchos ven la Tercera como un pozo del que no es nada fácil salir.
    Lo del pozo lo llevo escuchando toda la vida y al final siempre se sale. El Cacereño ha estado la mayoría de años en Tercera y no ha pasado nada. Es un equipo que ha ascendido y descendido. Es un problema de estabilidad, pero también es muy difícil asentarte muchos años en una misma categoría. Ahora lo que hay que intentar es que la gente se vuelque con el equipo para intentar ascender.
    En sus conversaciones con Antonio Martínez Doblas, ¿ha detectado en él verdadera ilusión para diseñar un proyecto ambicioso?
    Si está tranquilo y puede en lo personal, estoy seguro de que va a intentar sacar al equipo otra vez de Tercera División. Estoy convencidísimo.
    ¿Va a continuar Ángel Marcos ligado al Cacereño, ya sea como entrenador o en alguna otra parcela relacionada con la toma de decisiones?
    No lo sé. Tampoco le he dado muchas vueltas. El que primero tendrá que hablar será el propietario. Sin Ángel Marcos ha estado el Cacereño un montón de años y conmigo también. Yo a eso no le doy mayor importancia. Un club podrá ser de una persona, pero al final el sentimiento es de una ciudad, de los aficionados y de los simpatizantes. Es evidente que estos últimos superan con creces al número de abonados. Lo veo cuando hablo en la calle con gente que no va al estadio pero que está todo el año involucrada. A lo mejor lo que hace falta es llevarles los carnés a casa (sonríe). Hay que conseguir llevar a esas personas.

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