BLOC CULTURAL,

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viernes, 24 de abril de 2015

TAPAS Y BARRAS, TINO, LA FICHA ROJA,. / UN PAIS PARA COMERSELO, SOLO HAY DOS TEMAS QUE VALE LA PENA ESCRIBIR, EL ASESINATO Y EL AMOR,.

TÍTULO:TAPAS Y BARRAS, TINO, LA FICHA ROJA,.

El cantante de Parchís conciencia a los jóvenes extremeños, foto

Tino, ante la portada de su disco para Aprosuba 5. :: E.R.El pasado viernes, los alumnos del Instituto de Barcarrota se sorprendieron al ver a un señor manco que subía a un estrado, les presentaba una película protagonizada por un grupo musical llamado Parchís, que todos sus padres conocían, pero del que ellos no habían oído hablar jamás, y les contaba que él fue la ficha roja de Parchís.

Al terminar la película, el señor manco volvió a subir al estrado y les contó su experiencia, cómo siendo muy joven y creyéndose indestructible al volante, un accidente en una carretera estrecha de la provincia de Murcia le demostró que la vida puede jugarle una mala pasada a cualquiera, también a él. Una furgoneta que venía haciendo extrañas maniobras lo obligó a dar un volantazo y se estrelló contra otro coche, que le sesgó el brazo izquierdo mientras el conductor de la furgoneta huía del lugar.
El señor manco, que viene a Barcarrota cada cierto tiempo a contar su experiencia a los escolares del pueblo, es Tino Sánchez, 48 años, barcelonés, famoso por haber sido la voz cantante de Parchís, un grupo musical infantil que, entre 1979 y 1983, grabó un montón de discos, hizo siete películas, cantó por medio mundo y llenó el Madison Square Garden de Nueva York y el Estadio Azteca de México D.F.
Tino acude a Barcarrota a participar en las jornadas de salud y educación vial que, cada cierto tiempo, se organizan en el instituto y en el colegio público de la localidad. «Intento mentalizar a los chicos, les pongo una de nuestras películas y luego les cuento cómo tuve el accidente, cómo yo también me creía un joven al que nunca le pasaría nada y por qué ellos deben concienciarse de que dentro de un par de años, cuando cojan un volante, deben ser prudentes y responsables», detalla.
Tenía Constantino Fernández 12 años cuando, en una fiesta de fin de curso de su colegio, cantó 'Te amo' de Umberto Tozzi y 'Cantares' de Serrat. El padre de uno de sus compañeros era batería de estudio de la casa discográfica Bélter, una de las más importantes de la época (Víctor Manuel, Manolo Escobar, El Fary, Rumba 3, Antonio Machín). Le impresionó su actuación y Tino se convirtió en la ficha roja de Parchís.
«Yo creía que no me iban a escoger porque, al acabar mi prueba, les escuché decir que cantaba bien, pero era muy feo. Sin embargo me seleccionaron y funcionó estupendamente hasta que cumplí los 16 y me dijeron que ya debía dejar el grupo. Me lanzaron en solitario con el nombre de Tino, grabé tres discos, que se vendieron bien, sobre todo en Latinoamérica, pero llegó la mili y truncó mi carrera musical», repasa su biografía artística.
Se casó con Eva, su mujer desde hace 21 años, que lo acompaña siempre en sus viajes de más de mil kilómetros entre Barcelona y Barcarrota. Se colocó en una importante empresa de distribución como comercial y en uno de sus viajes de trabajo, el 31 de marzo de 1998, sucedió el accidente y le amputaron el brazo izquierdo.
«El accidente tuvo mucha repercusión. Después se digitalizaron los vinilos de Parchís, negociaron para que volviéramos y ahora están preparando un documental sobre la historia del grupo. Pero tras el accidente, me planteé que debía dejar de vivir para trabajar y empecé a trabajar para vivir», resume sus planteamientos vitales.
Un buen día, Tino recibió una llamada desde Barcarrota. Lo telefoneaba un desconocido que decía llamarse Paco Joaquín Pérez. Le decía que llevaba una asociación llamada Itinerarte cuyo fin era la integración de los discapacitados a partir de su participación en diferentes ramas del arte y le pedía que acudiera a Barcarrota a colaborar con ellos. Tras mucho insistir, Tino accedió y ahora es un barcarroteño más que pasea por las calles del pueblo haciéndose selfis con unos y con otros. Mientras, Paco Joaquín, Quinito para todo el mundo, sonríe satisfecho y calla porque no quiere hablar de Itinerarte, prefiere que su labor siga siendo anónima: ni ánimo de lucro, ni ánimo de fama.

 TÍTULO:  UN PAIS PARA COMERSELO, SOLO HAY DOS TEMAS QUE VALE LA PENA ESCRIBIR, EL ASESINATO Y EL AMOR,.

 «Solo hay dos temas sobre los que vale la pena escribir: el asesinato y el amor-foto

El noruego Jo Nesbø, con 25 millones de ejemplares vendidos, adora la novela negra porque le permite hacer de mago y manipular al lector,.

El escritor noruego. :: efe El escritor noruego Jo Nesbø (Oslo, 1959) nunca pensó que sería un novelista súperventas (25 millones de ejemplares en todo el mundo), ya que durante su adolescencia su sueño era ser una estrella futbolística y jugar en la Premier League.

La vida le llevó a graduarse en economía y trabajar como agente de bolsa, hasta que unas vacaciones en Australia dieron un giro de 180 grados a su vida. «Aquellas 33 horas (lo que duró el vuelo entre Oslo y Sidney) cambiaron mi vida» admite. No es para menos, durante el largo trayecto pergeñó en 1997 su primera novela de la serie del policía Harry Hole -'El murciélago'-, convertido en best seller internacional y publicado ahora por primera vez en España por Penguin Random House.
Nesbø, que en 2011 se colocó por delante de Stieg Larsson en ventas en Inglaterra, se decantó por la novela negra, a pesar de que de pequeño prefería los clásicos, porque al escribir la historia se dio cuenta de que con la negra podía «mantener una conversación íntima con el lector y podía manipularle».
«Me gustaba convertirme en mago ilusionista. Hacía trucos con una mano y sacaba conejos con la otra», relató ayer en Barcelona. También se decantó por la novela negra porque le resultaba más sencilla en la creación.
«Me di cuenta de que todos mis amigos empezaban novelas pero no las podían acabar, y supe que cuando escribiera mi primera novela empezaría con una estructura que pudiera planificar», señala el autor.
En 'El murciélago', el detective Harry Hole es enviado a Sidney desde Oslo para que investigue el asesinato de una mujer noruega, cuyo cadáver ha sido encontrado al pie de un acantilado. La Policía sospecha que fue violada antes de morir, pero no se ha hallado rastro alguno de ADN.
Jo Nesbø no cree que la novela negra sea distinta de las demás. A su juicio, no hay casi límite entre unas y otras, sino que la única distinción que puede hacerse es entre «buena y mala literatura, sin más», afirma. Ni siquiera considera el escritor que las temáticas sirvan para etiquetar. «Solo vale la pena escribir sobre el asesinato y el amor» y a partir de esta premisa apunta que «todas las historias se construyen sobre conflictos».
El mal de verdad
Esta afirmación le lleva a hacer una reflexión sobre el mal. «Cuando hablamos de la literatura y hablamos del mal, el mal de verdad es el que está y no ves», relata. «El mal es una metáfora para poner a prueba a otros personajes y es una motivación respecto a la cual se puede sentir empatía cuando puede esconder una razón de ser o una justificación», asegura.
«La bomba atómica es puro mal», pero se le puede buscar alguna justificación, dijo. Nesbø halla estos días otro tipo de mal, que es el que lleva a millones de europeos a taparse los ojos con el drama de la inmigración en aguas del Mediterráneo. Y por último, considera que está el verdadero mal, encarnado por los que se dedican a infligir el mal a los demás.
Millonario gracias a su detective Harry Hole, un tipo intuitivo que se mueve en arenas movedizas y que gusta porque siempre bordea un terreno peligroso y moralmente cuestionable, Nesbø se niega a jubilar a su detective fetiche. «Hasta ahora he escrito diez novelas con Harry Hole, en la novena mucha gente pensó que era la última. Seguirá durante un tiempo, pero puedo prometer que no tendrá una vida eterna y que no resucitará», afirmó. No descarta además pasarse a la novela «de verdad» y para ello dependerá de que «encuentre una buena historia que contar».
Mientras, el creador noruego continúa trabajando en su versión de Macbeth y en una novela que tiene a un escritor de ficción como protagonista y que llevará por título 'Nieve en la sangre 1', porque también trabaja en 'Nieve en la sangre 2', donde el autor es masacrado por la crítica y el público.

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