TITULO: Mi casa es la tuya - Camilo - cantante y compositor colombiano , Viernes - 7, 14 - Octubre ,.
Mi casa es la tuya,.
Este viernes -7, 14 - Octubre - a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con - Camilo - cantante y compositor colombiano , foto.
Camilo - cantante y compositor colombiano,.
Camilo: “Los latinos no somos una minoría. En las plataformas, las métricas nos dan importancia”,.
Dicen de este cantautor colombiano de 28 años que es el chico bueno del reguetón. Ha alcanzado el éxito comercial sin acudir en sus letras al sexo, las drogas o el matonismo callejero. Su fórmula es la música urbana barnizada de pop y unos temas inspirados en su vida.
Camilo no ha dejado de vivir en una “burbuja de realismo mágico”. Sentado en el sofá, el músico colombiano se va poco a poco recostando y hundiendo hasta que se tiene la impresión de que el mueble fuera a engullirle. Si este encuentro fuera un capítulo de ese género literario en que lo fantástico se mezcla con lo real, tal vez el sofá se lo tragaría o saldría volando con él. No se puede negar que Camilo, uno de los músicos latinos con más tirón comercial, podría pasar por un personaje salido de la imaginación. Más allá de sus pendientes floridos, su piercing en la nariz y sus numerosos tatuajes, lo más asombroso de su look viene marcado por su peinado elevado como una antorcha y, especialmente, por su bigote, con las puntas torcidas hacia arriba como Dalí. Ese bigotón de manillar puntiagudo es su gran símbolo, aunque, al poco de charlar con él, uno se da cuenta de que su verdadero secreto reside en una mirada de calidez profunda que acompaña a su facilidad de palabra. Cuando Camilo echa la vista atrás para recordar aquellos días de niño en los que sus padres le llevaron a vivir de Medellín a Montería (Colombia) y conoció la música, confiesa: “Vivía en una burbuja de realismo mágico”. La misma burbuja que, muchos años después, sigue rodeando su existencia. Camilo es un personaje tan particular en la escena del reguetón que es como si fuera irreal: las drogas, el sexo explícito, el macarrismo callejero o la reivindicación racial no protagonizan sus canciones. Por eso, le ha caído la etiqueta del chico bueno del reguetón. “Cuando me dicen eso, sonrío y sigo. Mi esfuerzo es por quitarme definición. La gente quiere definirte para poder nombrarte, y yo quiero romper las líneas de definición”, dice. Su música, también de difícil definición, apela al propio universo de su autor: un lugar amable y colorido.
Es mediodía y Camilo llega puntual a la cita. Unos días después, tocará en Madrid dentro de su gira de verano, pero hoy lo primero que quiere es charlar sobre su próximo disco, De adentro pa afuera (Sony), que se acaba de publicar en España. El álbum, que reúne reguetón suave, pop y ranchera, es fruto del confinamiento del músico mientras esperaba a que naciera su hija Índigo. “Miré para adentro, esperé y estrené el corazón con sentimientos nuevos. Y entonces descubrí este disco”, explica el cantante, quien se rodea en algunas canciones de nombres importantes como Alejandro Sanz, Camila Cabello, Nicki Nicole, Grupo Firme y Myke Towers.
Habla pausado y escucha con atención. Se muestra como una persona pendiente de los detalles, sobre todo si estos son para su familia. Justo antes de empezar la entrevista, pide un segundo para mandar un mensaje de voz a su mujer, la actriz y cantante venezolana Evaluna Montaner: “Mi amor, te amo, te amo mucho y estoy acá. Voy a comenzar una entrevista. Tienen una ropa muy cool, que me voy a probar para las fotos. Son ropas muy chéveres. Beso para ti y para Índigo”. El tono de este audio enlaza a la perfección con sus canciones, en las que, como él mismo reconoce, solo habla de sus sentimientos con respecto a lo que le pasa en su día a día: “Estoy enamorado de inmortalizar en música lo que estoy viviendo. Si tuviera que escribir canciones que no dibujen mapas de manera honesta, estaría haciendo libros de ficción, pero no canciones. Lo más interesante de mi vida es mi vida”.
La vida de Camilo, que ha conquistado a medio planeta con su música urbana barnizada de pop comercial, comienza en Medellín hace 28 años. Su padre, Eugenio, era apicultor, y su madre, Lía, educadora en un jardín de infancia. Ambos decidieron irse a vivir a Montería, en el Caribe colombiano, donde pudieron desarrollar un negocio familiar. Lía se montó una panadería en casa. “Mis papás eran gente muy trabajadora”, explica el cantante. “Los paisas [como llaman a los colombianos nacidos en Medellín] somos echados para adelante”. El músico da una palmada y se pone a escenificar un poco: “¡Vamos, no hay que quedarse quieto! Así eran. Hacían de todo: montaban eventos, armaron un restaurante después de la panadería… Mi madre se puso también a vender lasañas”. Y añade: “En México, hay un artista que se llama El Fantasma y que canta: ‘Tuve carencias, pero nunca supe cuáles’. Esa frase me la puedo aplicar a mi infancia. Porque ahora conecto los puntos y digo: ‘Ah, claro, el día que hicimos camping en la sala era porque nos cortaron la luz o el agua”.
Si Gabriel García Márquez decía que el realismo mágico de sus textos venía de las historias que le contaba su abuela, Camilo lo reconoce en las de sus padres. El músico cita Cien años de soledad, la gran novela del premio Nobel de Literatura colombiano, para rememorar aquellos años de penurias que pasaron durante su infancia como si fueran un cuento bien distinto. Es en ese momento cuando, con una sonrisa tan llamativa como su bigote, afirma que vivía “en una burbuja de realismo mágico”. En una burbuja… o también en una película como La vida es bella: “No sé cómo logró el tipo ese hacerle sentir a su hijo que no estaba en un campo de concentración todo el tiempo. Pues mis papás hicieron lo mismo conmigo”.
Hace dos décadas, la violencia asolaba Colombia, un país desangrado por muchos frentes: el narcotráfico, la guerrilla, los paramilitares, la pobreza… Camilo asegura que, si aquella burbuja en la que vivía era real, también lo era el entorno que habitaba. Ni sus padres ni él ni su hermana eran ajenos al terror de puertas afuera de la casa. “La violencia no era un tabú, en parte porque era imposible escapar de ello. Yo me quedaba dormido muchas noches viendo el noticiero con mis papás y ahí se veía todo lo que pasaba en el exterior”, rememora. De aquellos años, de hecho, guarda recuerdos: “En Medellín se oían tiroteos por la calle a menudo. Una vez explotó un carro bomba al final de la calle y la onda expansiva rompió las ventanas de mi casa. Ya en Montería, había mucho conflicto entre paramilitares y guerrilla. Yo tenía un caballito que se llamaba Confite y fue envenenado en uno de esos conflictos. Era la banda sonora que teníamos detrás de nosotros”.
La música de Camilo, dulzona y bailable, no rastrea esos dramas. Se centra en su vida, y su vida siempre estuvo marcada por la burbuja familiar y por la música. Sus padres, que no eran músicos ni tenían formación musical, se pasaban las horas cantando en casa. “Mi padre es un gran silbador. Siempre me decía que su mamá, mi abuela, era una magnífica silbadora”. También su padre era un melómano. “Era un coleccionista de cosas piratas, robadas de la radio. Teníamos la sala llena de casetes grabados. Crecí con ellos, pero, claro, nunca les vi la cara a los artistas que me gustaban”, explica con una sonrisa. Los artistas que más le llamaban la atención se guardaban en los casetes que llevaban estos nombres: Paco de Lucía, Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Virus, Pink Floyd, Facundo Cabral, Julio Camarillo y Alejo Durán. “Mis papás sabían que lo mío con la música no era un capricho. Me apoyaron desde chiquitito. La guitarra era un espejo donde yo ponía las cosas de lo que escuchaba. Toda la música de casa era música de instrumentos de cuerda. ¡Pero nunca pude tocar nada de lo que tocaba Paco de Lucía! Para eso hay que nacer…”. Tampoco tocaba nada de reguetón ni de música urbana. Llegó demasiado tarde a los sonidos que él ha ayudado a impulsar y que han transformado el continente americano de arriba abajo. ¿El motivo? Solo escuchaba los casetes caseros. “En mi casa no funcionaba el botoncito de la radio y descubrí mucho más tarde lo que estaba sonando en mi país. Eso llegó cuando estaba ya más mayorcito”.
A los 13 años, probó suerte en el concurso televisivo Factor X y lo ganó. El premio consistió en grabar sus primeras canciones. “Tenía cero ambición. Me presenté por diversión”, asegura. Fue el comienzo de una carrera que tardó mucho en despegar. Grababa algunas cosas sueltas mientras hacía pinitos en la televisión colombiana. Todo cambió cuando se fue a Miami a estar con su actual mujer, Evaluna Montaner, hija del afamado cantautor venezolano Ricardo Montaner. “Ella se fue a vivir con su padre a Miami al poco de empezar a salir. No tenía plata para visitarla. Su papá sabía que no tenía plata. Me llamó y me dijo que necesitaba grabar unas guitarras para un disco. Él sabía que yo tocaba la guitarra. Era mentira. Lo hacía para ver hasta qué punto estaba enamorado de Evaluna. Así que me dio la plata exacta para lo que costaba irme a ver a Evaluna a Miami por su cumpleaños. Allí aparecí. Tenía la falsa ilusión de que estaba pagando por mis viajes cuando, en realidad, mi actual suegro era un patrocinador de nuestro amor. Hoy en día, mi suegro sostiene que necesitaba grabar esas guitarras, pero miente”, dice con una risa.
En 2015, se mudó a Miami y avanzó en su carrera escribiendo canciones para Becky G, Natti Natasha, Anitta y Bad Bunny. “Tuve un gran desbloqueo creativo. Empecé a escribir con más libertad, sin tanto miedo quirúrgico. También empecé a encontrar mi sonido sin afán de encontrarlo”. Nacía el Camilo que ahora todo el mundo conoce, el del bigote a lo Dalí, un músico que reventó las cifras con sus dos primeros discos, Por primera vez y Mis manos, inundados de un reguetón simpático que “elevaba a grandeza lo cotidiano”. “En el oficio artístico, creo que la relación entre el artista y la audiencia es como un espejo. Cuando compartes una cosa con honestidad, la respuesta es con honestidad”, reflexiona un compositor que no teme cantarle al hogar, la vida en familia y a su hija, a la que dedica una canción en su nuevo disco. “Nunca planeé ser como soy pensando en diferenciarme de otros. Algo que celebro mucho es que en la música latina hay espacio para la diversidad y la honestidad. Hay de todo y no todo es para todo el mundo. Para gustos están los colores. Mi forma no busca contraponerse a nada. Hay muchas cosas del reguetón que critican que yo me la gozo, lo que pasa es que no me sale hacerlo a mí así, de forma natural”. Y deja un apunte al respecto con la música latina: “Los latinos estamos dejando claro que no somos una minoría ni tres gatos. En las plataformas digitales vemos que las métricas nos dan importancia. Somos mucha gente valiosa”.
Camilo luce un colgante en su cuello con una fotografía de Evaluna de cuando era niña. No hay entrevista en la que no aproveche para presumir de ella, a la que califica de “fascinante” y “única”. Su relación es una de las más conocidas de la música latina y genera noticias de todo tipo. Ambos son músicos famosos, les gusta salir en los videoclips y comparten sus vidas en redes sociales sin pudor, como cuando muestran imágenes del parto casero de Evaluna. Sin embargo, según él, hay rincones infranqueables para el público: “Hay rincones de esa intimidad en los que no entra nadie. Lo que hemos expuesto es de una manera honesta y sencilla, nada sedienta de visualizaciones. Por eso, creo que hay cariño de la gente, que está conectada casi familiarmente a nosotros”. Esa conexión es el mayor secreto de este músico, que hace meditación y se reconoce como una persona muy espiritual, “un tipo despierto a la profundidad de la realidad”. “Sería muy sospechoso que este mundo solo fuera un juego químico de particulitas y ya. Se nombra a Dios por necesidad nuestra, pero no porque tenga ese nombre. No cabe en una palabra. Es la fuente de toda creatividad”, señala.
Camilo se muestra siempre como es: alguien cordial y distinto, como salido de una historieta de otro tiempo, o de esa burbuja de realismo mágico a la que se refería sobre su propia existencia. Más de 30 tatuajes pueblan su cuerpo. El último que se ha hecho ha sido el dibujo de unas sandalias. “Me gusta mucho esa imagen de la Biblia en la que Moisés se quita las sandalias porque está pisando tierra sagrada. Se hace consciente”, dice. “El tatuaje me ayuda mucho a recordar lo sagrado que es todo, cada momento”. Y, con su peculiar bigote sosteniendo cada palabra, confiesa la parte más sagrada de su vida: “Lo que más ilusión me ha hecho siempre es salir de gira. Pero ahora hay una cosa que me hace más ilusión: salir de gira con mi esposa y con mi hija”.
TITULO:
Pekín Express - Quemados por el trabajo ,.
Pekín Express ,.
Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.
Quemados por el trabajo,.
La apertura de una oficina de Citigroup en Málaga con horarios más reducidos que en Nueva York o Londres reaviva el debate sobre el agotamiento laboral,.
foto / Citigroup acaba de abrir en Málaga un nuevo centro para empleados junior de todo el mundo. Más de 3.000 personas presentaron una solicitud para cubrir 30 puestos y el banco ha contratado de momento a 27. Los salarios de partida son la mitad que los de sus compañeros en Nueva York o Londres. Pero en lugar de dejarse la piel en extenuantes semanas laborales (65 horas, lo típico, y 100 en momentos punta), estos jóvenes banqueros se podrán dejar la piel también pero solo ocho horas al día, con los fines de semana libres y en la soleada ciudad de la Costa del Sol. La entidad financiera busca así atraer talento en un sector muy criticado por quemar a sus empleados. “Creo que quiero convertirme en banquero de inversión”, bromeaba estos días un usuario de Twitter.
En una medida de tono similar, Bank of America ha anunciado que ofrecerá a los empleados que lleven más de 15 años cuatro semanas extra de vacaciones pagadas, aparte de las habituales. Hay cientos de tuits ensalzando la idea, mientras otros son mucho más escépticos: “¿Cuatro semanas tras 15 años? ¿En serio? En otros trabajos llevan décadas haciendo esto”. Otro replica: “En el mío me acaban de dar un bono de 300 euros… tras 15 años”.
Las quejas y comentarios sobre el agotamiento laboral, también llamado síndrome del trabajador quemado o burnout, son un clásico de las redes sociales. Y uno de los picos se produce a la vuelta de las vacaciones. El caso de la banca estadounidense es extremo, pero no el único. “En lo creativo, si siempre trabajas hasta cansarte, terminas abandonando”, advierte un tuitero. Alguno se pregunta qué es el verdadero agotamiento laboral, cuándo empieza a ser preocupante: “¿Cuál es el tiempo mínimo trabajando para que una persona tenga el síndrome del trabajador quemado?”. Y le responden: “De uno a dos días...”. Pero otros le dan más vueltas al problema: “Estar quemado no es: odio mi trabajo y quiero dejarlo; sino: odio mi trabajo, pero odio pensar que quiero dejarlo porque creo en lo que este trabajo se suponía que era, y tenía muchas ganas de hacerlo bien”. En resumen: frustración laboral.
Sea como sea, bromear sobre el estrés en el trabajo está bien, pero los expertos recomiendan tomárselo muy en serio cuando se convierte en un problema de verdad. La Organización Mundial de la Salud lo ha bautizado como síndrome del desgaste emocional y lo considera un trastorno asociado al estrés crónico en el trabajo. Afecta al 10% de los trabajadores y, en sus formas más graves, a entre el 2% y el 5%. Todo indica que la pandemia ha agravado esta tendencia.
Ser (o creerse) indispensable es uno de los grandes generadores del burnout. En un reciente artículo, el diario británico Financial Times hablaba del tema y ha dado pie a una avalancha de tuits. “Si hay una persona indispensable es porque el proceso no está bien diseñado. Hay posiciones clave, pero no personalidades clave”, remarca uno, seguido del otro mensaje que recuerda el refrán popular: “Indispensable el que llega, no el que se va”. O, como escribió Goethe, los cementerios están llenos de hombres imprescindibles.
¿A qué edad se puede estar quemado? A los cinco años, según sostenía de forma irónica una tuitera esta semana. Así respondía a la propuesta recientemente anunciada por el PSOE de Madrid de abrir los colegios 11 meses al año, desde las 7.00 hasta las 19.00 horas, para facilitar la conciliación de las familias. Las redes han rugido con esta idea, tanto a favor y como en contra. “Esto ahorraría muchos disgustos y muchos gastos innecesarios a las familias con ambos progenitores trabajando. No entiendo que lo nadie lo critique, la verdad”, afirma uno. Y otro responde: “Conciliación es que puedas pasar más tiempo educando y disfrutando de tus hijos, no que los adopten en el colegio 11 meses al año”. ¿Necesitarían recurrir a este servicio los trabajadores de Citigroup en Málaga?,.
TITULO: La Historia del Fútbol en Castuera - Castuera 4-0 Cabeza del Buey,.
Castuera 4-0 Cabeza del Buey,.
foto / Goleada del Castuera de Alberto Fernández por 4-0 ante el Cabeza del Buey, que no arranca su ilusionante proyecto de la mejor manera. Los turroneros se iban al descanso ganando 3-0 gracias a los goles de Yasin, David Serrano y Jorge González en la primera parte. En la segunda el propio Yasin haría el definitivo 4-0 ante los de Ángel Sereno. El Castuera es segundo.
TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El juego de la botella (TV),.
Reparto Janin Reinhardt, Josephine Schmidt, Roman Knizka, Kai Schumann, Florian Fitz, Horst Janson, Jochen Nickel, Anna Stieblich, Stefan Konarske, Susi Banzhaf, Kailas Mahadevan, Pia Fischer, Mirko Thiele, Andreas Eckel, Isabell Ege, Christian Rudolf,. Gretchen, diseñadora de interiores, y su amiga Sarah, se unen para presentar un proyecto para remodelar la cafetería Hansen. Pero al dúo de diseñadoras le sale un duro competidor, Clemens, un seductor nato. Para ganar el proyecto a Clemens se le ocurre una idea: seducir a las dos amigas.
- TITULO: Días de cine -' Cine - Viaja’ a San Sebastián., Viernes- 7, 14 - Octubre .
- Viernes - 7, 14 - Octubre . , a las 20:35 horas por La 2 / foto,. Viaja’ a San Sebastián,. Esta semana, Días de cine recorre de
la mano de su director, José Luis Rebordinos, padrino de la semana del
programa, la 70ª edición del Festival de Cine de San Sebastián. Tras
hablar de cine y del certamen, el espacio de cine de La 2 se fijará en
una de las películas más esperadas del año, Modelo 77, dirigida
por Alberto Rodríguez, que también firma el guion junto a Rafael Cobos.
Una historia carcelaria con el trasfondo de la Transición Española
protagonizada por Miguel Herrán y Javier Gutiérrez. Presentada también
en el festival llega Rainbow, la nueva película de Paco León en una muy personal adaptación del universo de El mago de Oz. Por último, Crímenes del futuro, con
Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart y Scott Speedman en el
reparto, lo nuevo de David Cronenberg, uno de los Premios Donostia de
este 2022.
- TITULO: Días de cine -' Cine - Viaja’ a San Sebastián., Viernes- 7, 14 - Octubre .
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TITULO: Saber Vivir -Víctimas, verdugos y perdón,.
Víctimas, verdugos y perdón,.
foto / Víctimas, verdugos y perdón: el complejo asunto de la justicia restaurativa
El perdón es muy complicado, y por eso, en muchos casos, es un acto revolucionario. También sana y libera como ocurrió en el caso de la estadounidense Katie Kitchen y de Maixabel Lasa,.
Robert Hans Kaim fue asesinado a los 77 años, en 1991. Ocurrió en el garaje de su casa en un barrio adinerado de Texas, cuando un ladrón le disparó para robarle la billetera. Días después detuvieron a Joseff Deon White, un afroamericano de 20 años. White se declaró inocente en el juicio y alegó que fue un amigo quien disparó mientras él lo esperaba en el coche. Pero nunca se encontró a esa otra persona y hoy se sospecha que no existió. No había pruebas ni testigos. White, que hoy afirma no recordar con claridad los hechos, fue condenado a pasar el resto de su vida en la cárcel. Pero Katie Kitchen, la hija del hombre asesinado, empezó a luchar para liberar al supuesto asesino de su padre. Y lo consiguió.
“Soy tan privilegiada que no puedo quejarme de nada. Todos perdemos a nuestros padres, ¿no? El mío murió a causa de un crimen violento, pero eso solo demuestra que formó parte de este mundo. Si seguimos colocando a los blancos viejos y ricos en pedestales cada vez más altos, tarde o temprano el resto de gente derribará la pared que nos separa”, dijo Kitchen en un reportaje exhaustivo que firmó Eren Orbey en The New Yorker. Debido a su situación económica, Kitchen, ahora septuagenaria, no ha necesitado tener un trabajo remunerado en toda su vida. Podía haber contratado al mejor abogado de EE UU para conseguir sacar a Joseff Deon White de la cárcel y estaba dispuesta a hacerlo, pero no hizo falta porque solo necesitó hacer algunas llamadas. La ley de Texas establece que la libertad condicional de un asesino es posible si, después de que hayan cumplido cierto tiempo de condena, los miembros de la familia de la víctima lo permiten. Kitchen consideró que, tras haber pasado más de 20 años en la cárcel, el supuesto asesino de su padre merecía una oportunidad. Llegó a esa reflexión después de haber tomado un curso de desarrollo personal. La revelación de que tenía que ayudar a ese hombre, al que perdonaba, transformó su vida, dándole la oportunidad de ser congruente con sus ideales progresistas. Joseff Deon White fue liberado en 2017, después de pasar 26 años en la cárcel.
El perdón es muy complicado y por eso, en muchos casos, es un acto revolucionario. También sana y libera. Así ocurrió en el caso de Joseff Deon White / Katie Kitchen y así ocurrió en el de Maixabel Lasa. Así lo planteó, de hecho, Iciar Bollain en su película Maixabel. En ella abordaba el encuentro entre Maixabel Lasa (que fue directora general de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo) y Luis Carrasco Aseginolaza, uno de los etarras que en 2000 asesinaron a su marido, el ex gobernador civil de Gipuzkoa Juan Mari Jáuregui. “Lo hice en homenaje a Juan Mari, porque siempre fue dialogante, luchó por tender puentes”, explicó Maixabel Lasa.
A diferencia del suceso protagonizado por Deon White, aislado y producto de la voluntad de la hija de la víctima, este encuentro formaba parte del proyecto de encuentros restaurativos entre víctimas y presos de ETA que inició el Gobierno vasco en 2011. El caso ejemplifica el poder de la justicia restaurativa; brindar otra oportunidad incluso a aquellos que han cometido un dolor irreparable, dándoles conciencia de la magnitud y las repercusiones que su crimen ha causado. Condenar, pero también reinsertar, teniendo en cuenta que esa conciencia que deviene de la comunicación con las víctimas puede ser el peor castigo y conllevar a una restauración de la moral. Ofrecer el diálogo como forma de deslegitimar la violencia.
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