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lunes, 27 de abril de 2020

La Hora Musa - James Taylor. ,.Martes -28- Abril ,. / Cachitos de hierro y cromo - Chloé Brûlé,. ,. Martes-28- Abril ,. / Saber y Ganar,.

TITULO: La Hora Musa -  James Taylor .,. . Martes -28- Abril   .
 


 'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,
a las 22:55 horas, en La 2 martes  -28- Abril,.   , foto.

 

James Taylor,.

James Taylor,.
James Taylor 1999.jpg
James Taylor en 1999
Datos generales
Nacimiento 12 de marzo de 1948 (72 años)
Origen Boston, Massachusetts, Bandera de Estados Unidos Estados Unidos
Nacionalidad Estadounidense
Cónyuge Carly Simon (1976 - 1983)
Hijos Lucy Simon (1982-)
Ocupación Cantante, Compositor, Músico
Información artística
Género(s) Rock-pop suave de contenido
Instrumento(s) Voz, Guitarra, Armónica, Chelo
Tipo de voz Barítono
Período de actividad 1967 - presente
Discográfica(s) Apple/Capitol/EMI Records
Warner Bros. Records
Columbia/SME Records
Hear Music
Artistas relacionados Carole King, Carly Simon
Web
Sitio web Sitio Web Oficial
James Vernon Taylor (12 de marzo de 1948, Boston, Massachusetts) es un cantautor y guitarrista estadounidense, ganador de cinco Premios Grammy.
Su primer éxito fue el sencillo «Fire and Rain» de su segundo álbum Sweet Baby James (1970), disco que ocupa el puesto 103 de la lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos de la revista Rolling Stone.1​ El año siguiente, su versión de la canción de su amiga Carole King, «You've Got a Friend», alcanzó el puesto número 1.
Su álbum recopilatorio, Greatest Hits, de 1976, fue certificado disco Diamante por la RIAA, con doce millones de copias vendidas solo en los Estados Unidos.

Biografía

Nacido en Boston, Massachusetts, pasó su infancia en Chapel Hill, Carolina del Norte. La carrera de Taylor comenzó a mediados de los años sesenta, pero encontró su público a inicios de los setenta cantando canciones acústicas suaves y sensibles. Taylor formó parte de una ola de cantautores suaves que incluye a Carole King, Joni Mitchell, John Denver, Jackson Browne y Carly Simon, con quien se casó más tarde. Fue precisamente el éxito comercial de Taylor que abrió el camino para toda esta generación de cantautores.2
Como músico, ha participado en numerosas grabaciones como guitarrista acústico y vocalista ya incluso antes de ascender a la fama, como en el caso del LP Tapestry, de Carole King. Su particular estilo Fingerpicking, unido a sus constantes Hammer-on y pull-off de las cuerdas prima (Mi) y segunda (Si), al tiempo que acordes abiertos abundantes de cuartas suspendidas ha sido un referente de los guitarristas acústicos desde los años 70. Admirado como músico, se ha rodeado tanto en grabaciones como en giras siempre de grandes figuras como Larry Goldings, Steve Gadd, Danny Kortchmar, Michael Brecker, Michael Landau, David Sanborn, Arnold McCuller y muchos otros. Desde el 17 de diciembre de 2010 inició desde su sitio web oficial unas clases de guitarra para mostrar su técnica al gran público, siendo el primero que ha perfeccionado dichas grabaciones con una cámara dentro y fuera de la guitarra simultáneas, que muestran tanto la digitación de la mano izquierda como la derecha, con total exactitud.3
Su primer álbum, James Taylor (1968), fue el primer álbum publicado por el sello discográfico de The Beatles, Apple Records, y contó con la colaboración de George Harrison y Paul McCartney, aunque solo McCartney figura en los créditos.4
Su primer éxito en alcanzar el número 10 (Top 10 hit) en las listas americanas fue «Fire and Rain», una canción introspectiva cuyas tres estrofas versan sobre diferentes etapas de la vida del artista, incluida su estancia en un hospital mental donde fue internado para recuperarse de episodios de ansiedad acrecentados con el consumo de drogas, que superaría definitivamente en los años 80, según él mismo ha confesado.
El siguiente LP lanzado por el artista vendió más de un millón de copias, Mud Slide Slim and the Blue Horizon, que incluía el sencillo «You've Got a Friend», tema escrito por su buena amiga Carole King. Por esta grabación ganó un Grammy en 1971 al mejor cantante pop masculino. En 1972, Taylor volvió a ganar un Disco de Oro por las ventas de su LP One Man Dog, al que siguió en 1973 su LP Walking Man. El álbum Gorilla (1975) incluyó otros dos grandes hits para las listas musicales en los Estados Unidos: «How Sweet It Is (To Be Loved By You)», de Holland-Dozier-Holland y «Mexico». Siguiendo a su último disco con la Warner Brothers, su álbum In the Pocket, Taylor cambió de compañía discográfica, firmando con Columbia Records y lanzando algunos de sus discos más exitosos: JT (1977) un disco doble platino; Flag (1979); Dad Loves His Work (1981); That's Why I'm Here (1985); Never Die Young (1988); New Moon Shine (1991); el disco doble Live (1993); en (1994) presta su voz para el episodio 96 de la quinta temporada de Los Simpson en el que se interpreta a sí mismo, cantando una versión alterada de «Fire and Rain» específicamente para el episodio, Hourglass (1998), ganando entonces su primer Grammy al mejor álbum de pop del año; y October Road (2002), todos discos de platino.5
La US National Academy of Recording Arts and Sciences le seleccionó como su Personaje MusiCares del año en 2006, y su nuevo CD, One Man Band (2007), fue nominado en los Premios Emmy.
En 2006, Taylor interpretó la canción Our Town, escrita por Randy Newman, de la película de Pixar, Cars. La canción fue nominada a Mejor Canción Original en los Premios Óscar de 2006.
En el año 2009 realizó una aparición en la película Funny People junto a Adam Sandler, Seth Rogen y Leslie Mann, aunque su primera aparición en el cine vino de la mano del director Monte Hellman, en la película Two-Lane Blacktop, de la que fue protagonista, aunque no tuvo demasiado éxito.
En el año 2000 Taylor ingresó por méritos propios en el Rock and Roll Hall of Fame y el prestigioso Songwriters Hall of Fame. En el año 2011 recibió la Medalla Nacional de las Artes 2010 de manos del Presidente de los Estados Unidos Barack Obama en una ceremonia en la Casa Blanca.6​ En 2012 recibió la distinción de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia.7​ Otros artistas americanos que han recibido dicho galardón son: Bob Dylan, Patti Smith, Van Morrison, Frederica von Stade, Philip Glass, Juanes, Kylie Minogue o Andre Rieu.
James Taylor ha sido nombrado Doctor Honoris Causa por el Williams College y la Berklee School of Music. Aunque pasó su juventud en Carolina del Norte, vive en la zona oeste de Massachusetts, con su mujer Caroline y los hijos de ambos los gemelos Henry y Rufus. Anteriormente estuvo casado otras dos veces. Estuvo casado con Carly Simon entre 1976 y 1983, con la que tuvo dos hijos.

Vida social

James Taylor ha sido bastante activo en su carrera en cuanto a relacionar su música con causas de caridad, ecológicas entre otras. En 1979, por ejemplo, participó en varios conciertos antinucleares, cuyas actuaciones serían recogidas en No Nukes, disco y film en el que además de James Taylor, estaban solistas y grupos como Bruce Springsteen, The Doobie Brothers, Jackson Browne, Tom Petty, Poco, Graham Nash, David Crosby, Stephen Stills o Carly Simon.
Sin embargo, James Taylor se ha mantenido durante la mayor parte de su carrera ajeno a relacionar su figura con la de políticos, ya fueran demócratas o republicanos. Como él mismo confesaba, esto cambió durante el mandato de George W. Bush, ante la aparición de Barack Obama. James Taylor fue un referente de apoyo artístico para la carrera presidencial de Barack Obama, participando en numerosos actos y colaborando en la consecución de fondos para sus campañas electorales., etc,.

  TITULO:   Cachitos de hierro y cromo -  Chloé Brûlé  .     . Martes-21- Abril ,.


 Martes-21- Abril a las 22:00 horas en La 2, foto.

  Chloé Brûlé,.

 

Chloé Brûlé: "El flamenco te adentra en la tierra y la danza clásica te eleva"


Chloé Brûlé, en su estudio de baile de Sevilla. 
Chloé Brûlé. Montreal, 1978. Con 5 años empezó a bailar y no ha parado desde entonces. Se licenció en danza clásica, pero cambió de tercio tras descubrir el flamenco. Ahora está de gira por el país con el espectáculo 'Los cuerpos celestes'.
¿Bailarina o bailaora?
Yo bailo.
Cuéntenos cómo monta un estudio flamenco en Sevilla una licenciada en danza clásica en Canadá como usted.
Me encontré con el flamenco de manera fortuita a los 18 años y fue una revelación artística, como un amor a primera vista. Al verlo, me quedé petrificada.
¿Ocurrió en su tierra?
No, en Estados Unidos. Había un bailaor flamenco de Córdoba invitado en un espectáculo. Tanto me impactó que, como acababa de finalizar mis estudios de danza clásica, decidí venir a España para estudiarlo.
¿Qué le dio el flamenco que no posee la danza clásica?
Con la danza clásica, te quieres elevar al cielo y salir de la tierra, y con el flamenco te adentras en ella, como si quisieras echar raíces. Fue un cambio brutal en el que tuve que hacer, tanto físico como mental. El flamenco es un lenguaje riquísimo, que surge de una mezcla de culturas; por eso no me sorprende que haya tantos extranjeros interesados en él. Es un lenguaje muy codificado que pide al intérprete muchísima autenticidad.
La danza clásica es muy estricta, pero flamenco puro también lo es.
Sí, con su alfabeto. Para dialogar con la trinidad, que es el toque, el baile y el cante, tienes que entender el lenguaje flamenco. Y para que el público lo sienta como auténtico, te debes entregar en el momento presente.
Forma una exótica pareja de baile con el trianero Marco Vargas. Acumulan infinidad de premios.
Tuvimos la suerte de encontrarnos. Este año se cumplen 15 años desde que empezamos a trabajar juntos. Lo que más nos gusta del flamenco es la danza flamenca, pero también nos interesa el cine, la música, las artes plásticas, el teatro...
¿Es muy dura físicamente su profesión?
Sí, lo es, y también maravillosa. Quizá lo más ingrato es que siempre tienes que volver a empezar. El cuerpo tiene que estar en movimiento para fluir y responder. Si te entrenas todos los días, como es lo normal, bien, pero en cuanto paras, todo lo que has hecho... Ufff. El cuerpo, las articulaciones, la elasticidad y las sensaciones hay que volver a reconstruirlas; es lo que lo hace tan especiales a las artes en tiempo real. Son renacimientos constantes. Tú bailas un día y jamás en tu vida vuelves a bailar así; cada día es distinto, y debes gestionar eso. Es como volver a empezar o volver a nacer cada vez. Es bonito porque te lleva a sitios inesperados, pero a nivel físico es muy exigente.
Recientemente estrenó 'Los cuerpos celestes' en el Teatro Central de Sevilla, un espectáculo con el que estará de gira por el país. ¿Qué verá el espectador?
Muchísima danza, con una banda sonora envolvente de Miguel Marín. Es un espectáculo muy flamenco, en el que los cinco intérpretes se encuentran y se unen. La inspiración viene de los astros.
En las críticas se destaca que en su espectáculo conviven con soltura lo contemporáneo y el flamenco.
El flamenco es algo vivo, no es de museo. No existe el flamenco, existen los artistas flamencos. Cuando se hace con autenticidad, desde el conocimiento y el lugar real en el que estás, creo que todo vale.
Es coreógrafa, bailarina, profesora... ¿qué faceta le llena más?
Cada una me aporta algo distinto. Ahora vengo de Alemania, donde he dado un cursillo, y la enseñanza realmente la siento como una vocación. Me encanta ayudar a la gente a que tenga un momento de introspección y vea la fuerza del cuerpo y la mente.
Imparte cursos en España, Canadá, Escocia, Italia, Suecia, Grecia, Alemania, Italia, Suiza, Francia y Bélgica...
La gente conecta con el flamenco porque es un lenguaje muy potente. Hay muchísima afición fuera de España, casi más que aquí. Es curioso ver cada país desde dónde conecta. En Alemania, una alumna, después de una clase muy reveladora para ella, vino a verme emocionada y me dijo: 'En Alemania no estamos acostumbrados a sentirnos orgullosos'. Era por del nazismo. Los griegos, en cambio, son muy parecidos a los españoles, aunque un poco menos extrovertidos. Son mediterráneos y se nota en el 'tempo', la manera en la que cambian el ritmo, cómo se mueven...
¿Hay nexos entre Quebec, donde usted nació, y el flamenco?
Mi región es la única de todo el continente americano en la que se habla francés. En Quebec, los colonos franceses resistieron. En mí está ese sentimiento de orgullo, de dar la cara y de querer decir quiénes somos que veo parecido al carácter flamenco, que nace de las minorías. A pesar del frío que hace allí, sí ha similitudes con el carácter andaluz y flamenco.
 
 

TITULO: Saber y Ganar,.

Jordi Hurtado: "Nadie quiere jugar al Trivial conmigo",.

 Diecinueve años, 4.800 programas y 300.000 preguntas después, el presentador de 'Saber y Ganar' sigue vivo. foto,.

Entrevista con Jordi Hurtado, presentador de televisión, en ...Cuando uno de los ponentes del Segundo Simposio Mundial sobre Teorías de la Conspiración celebrado en Valencia lanzó la pregunta definitiva, el gafapástico público se removió en sus asientos y se olvidó de la invasión reptiliana de La Tierra -una hipótesis más- que estaba teniendo lugar en aquel mismo momento.
La pregunta definitiva no fue sobre el actual paradero de Elvis Presley. Ni tan siquiera sobre aquella australiana que vio una botella de Coca-Cola rodando en La Luna tres segundos antes de que la pisara Neil Armstrong.
La pregunta definitiva fue como de concurso de televisión. Un vozarrón cayendo de arriba. Y sonó así: «¿Ha muerto Jordi Hurtado y Televisión Española lo está ocultando?».
¿Eh?
Porque de otro modo no se entiende -alegó el ponente Mike Ibáñez- que el presentador «no comparta plano con nadie, nunca». Que el conductor del espacio «nunca cambie de gafas». Que pasen los años y Jordi «no pierda un pelo y no tenga arrugas».
En el Segundo Simposio Mundial sobre Teorías de la Conspiración celebrado en Valencia -entonces ya sí-, se les encendió la bombilla. «Es evidente que a este señor, a sabiendas de que iba a desaparecer del mapa, le hicieron grabar todas las respuestas y preguntas posibles, con todos los trajes y corbatas posibles, sobre un fondo neutro, y que llevan años cortando y pegando esas intervenciones con las de los concursantes».
Siete años después de aquella conjetura lanzada por un ponente, el titular de prensa es que Jordi está vivo. Que lo hemos comprobado en persona. Que el tipo que pregunta en Saber y Ganar no tiene todas las respuestas. Y que -cuenta la leyenda-, cuando Dios dijo «hágase la luz», Hurtado ya debía tres recibos.
Diecinueve años haciendo el mismo concurso. Casi 4.800 programas. Más de 300.000 preguntas sobre cultura general. Y estás vivo.
Sí. Yo no puedo jugar al Trivial con mis amigos porque soy un repelente.
No se imagina al presentador del espacio más longevo de nuestra pantalla como al Bill Murray del día de la marmota en Atrapado en el tiempo. Un desgraciado que, por más que haga, no logra salir jamás de la misma jornada y está condenado a vivir la misma fecha sine die.
Y no es correcta la respuesta.
Jordi nació en San Feliú de Llobregat, cambia de gafas y cambia de voz, dobló a Epi en Barrio Sésamo e imita muy bien a Torrente, sale a andar por la montaña y va todas semanas al cine a ver películas distintas, comenzó en la radio y -eso sí- lleva en Saber y Ganar desde 1997. Pero ni por asomo tiene pensado morirse hasta que desbanque a la legendaria Inés Sánchez de Revuelta, una presentadora costarricense de 85 años que sufrió un infarto en prime time y que se ha atrincherado en el plató: lleva 43 al frente del programa Tele Club.
«Con el simposio aquél de 2009 empezó la coña de mi inmortalidad. Se llegó a decir que había dejado grabados todos los programas porque mi físico no cambiaba. Era 2009 y la historia se hizo viral en las redes sociales. Fue en una Semana Santa en la que nos habíamos ido de viaje a EEUU y había cerrado el móvil. Al principio comenzó con bastante mal rollo. Mi madre era mayor, tenía casi 90 años. Ella estaba viendo todos los programas que hacían bromas y allí salió lo mío... No podía entender esto. Cuando a la vuelta encendí el teléfono, allí había llamadas y llamadas y más llamadas de mis primos de Madrid, mensajes de amigos preocupados, de la familia... Me llamaban y yo no contestaba al móvil porque lo tenía apagado, claro. Fue la hostia. Muy negativo. Todo el mundo quería hacerme entrevistas por aquello y yo lo paré en seco. Para bromear sobre mi muerte, no».
Pero el asunto se dio la vuelta.
Se ha dado la vuelta, sí. Ahora soy el mito de la longevidad. Hago un anuncio en Self Bank donde aparezco como el inmortal. Salgo en un cameo en la serie El Ministerio del Tiempo en el que regreso del pasado. Participo en un spot de una compañía de seguros en la que, a través de un email, felicito personalmente el cumpleaños a todos y cada uno de sus clientes: «Felicidades, llevas los años muy bien. Pero yo los llevo mejor». Me han ofrecido hacer un anuncio con cremas antienvejecimiento y cosas así...
Ya, ya. ¿Pero tú qué edad tenías cuando se murió Franco?
18 años.
Hablamos en el Café Vienés que hay dentro del Hotel Casa Fuster, en Barcelona, donde Woody Allen ha tocado el clarinete más de 30 veces y donde ahora mismo -por la puerta, Moisés bajito que abre las aguas del Mar Rojo- entra el presentador y una chica que toma algo en una mesa se gira como si hubiera visto a un resucitado. Porque de algún modo lo es.
La mujer le dice algo, Jordi contesta amablemente y se aleja, ella coge el móvil, se muerde el labio inferior, niega con la cabeza y luego se pone a teclear como una loca. No es difícil imaginar lo que está escribiendo porque Jordi es una celebridad en las redes sociales.
Leído en Twitter: «La empresa Nescafé se declara en quiebra tras tocarle el sueldo para toda la vida a Jordi Hurtado». Leído en WhatsApp: «Tengo 48 años. He visto ocho presidentes de los EEUU, cinco papas, seis presidentes en España y un solo presentador de Saber y Ganar».
Él sólo tiene 58 años, advertimos. Pero qué 58.
El que mejor glosó el mito de la perdurabilidad fue El Mundo Today, que en una noticia hiperbólica alimentó la vertiente matusalénica del presentador: «Jordi Hurtado lamenta que no se le suba el sueldo desde 1432».
Se lo leemos y le preguntamos.
Ni con ésas. Jordi no ha venido hasta aquí para hablarnos del dinero que gana.
(...)
-¿Jugamos y te hago algunas preguntas difíciles?
-A ver.
Acostumbrados a esa sonrisa angelical de anuncio de dentífrico y esa cortesía de vendedor de Volkswagen, al entrevistador le llaman la atención los gestos de Jordi mientras espera la pregunta. Una cara seria como si no fuera el Jordi verdadero, con el ceño fruncido y el rictus crispado, como cuando fríes un huevo y la clara empieza a chisporrotear lanzándote aceite hirviendo. Justo esa mueca que usted está haciendo ahora mismo.
No me pongas esa cara de aterrorizado que me estás dando mucho miedo...
Preguntas culturales no me hagas.
No, no. Tranquilo...
A ver.
Bienvenido a El Reto -en la grabadora se escucha cómo engolamos sutilmente la voz-, un subespacio como el que hay en Saber y Ganar. Son tres preguntas muy sencillas...
A ver.
Va la primera: ¿es Cataluña un país?
Ay qué cabrón -sonríe-. Qué cabroncete... Claro que Cataluña es un país. ¿Qué significa esa palabra? Ah. Cada uno le puede dar el significado que quiera.
¿Es Artur Mas un corrupto?
Sobre eso no tengo ninguna capacidad para contestarte. Yo, cuando le he conocido, me ha parecido una persona muy responsable -se piensa la respuesta-. No tengo capacidad para juzgar lo que hay ahí detrás. Se me escapa... [Medita y se viene arriba] Lo que sí tengo claro es que todos, los que sean, desde la Familia Real hasta el último plebeyo, si son corruptos, que lo paguen. Y que devuelvan el dinero. [Va elevando el tono de voz] ¡Han robado tantos en este país...! ¡Me acuerdo de Roldán, de lo que está pasando en Valencia...! [La chica que antes se mordía el labio ahora nos está mirando]. Hay gente que lo está pasando tan jodidamente, tanta gente que depende de los 400 euros de ayuda familiar, que ver ahora a éstos que se han forrado...
Última pregunta: ¿qué votaría en un referéndum?
Depende de la pregunta, claro.
Jordi habla algo más sobre el asunto mientras consulta el móvil. Se nos va por las ramas. Se toca la patilla de sus gafas de montura azul para lanzar un SOS extraterráqueo. Se retrepa en el sofá. Y al fin titubea.
Después de 300.000 preguntas, ¿no tienes clara una respuesta?
No, no, no. Yo, como todo el mundo, dudo. Ojalá tuviera respuestas. No tenemos respuestas a nada. No sabemos lo que va a pasar mañana. ¿Se formará Gobierno? ¿no?
¿Tú qué crees?
Yo sólo soy un espectador más. Estamos esperando a que nos digan a ver cómo se soluciona. Lo único que tengo claro es que no debe haber nuevas elecciones. Aguantar otra campaña no, por dios...
Y, tal y como diría Mayra Gómez Kemp, hasta aquí puedo leer.
Un tipo que pregunta y otro que responde. Una serie de pruebas que hay que ir pasando en un tiempo pautado y un montón de gente que te va a ver/leer. La verdad es que, visto así, el periodismo tiene mucho que ver con un concurso de sobremesa: la mayoría de las veces acabas dando sueño y ganas muy poco dinero.
«A mí me encanta Cifras y Letras», le digo.
Y Jordi Hurtado, que remueve el café, no sabe si el cronista es imbécil o es que ha vuelto a El Reto.
«No me hagas como alguna gente de la calle, que me dice: '¡Hombreeee, el de Cifras y Letras!'».
Uy, es verdad, perdona.
Con el que sí me confundían en su época era con Alfonso Arús [otro presentador catalán], antes de raparse, cuando iba con peluquín y gafas, antes de que se operara los ojos... Era constante. Yo también firmaba autógrafos como si fuera Alfonso Arús. ¿Qué les vas a decir a la gente? ¿Que no eres él? Pues menuda desilusión para ellos. «Oye, Alfonso, ¿nos hacemos una foto?», me decían. Y yo: «Pues sí, hombre sí, cómo no».
1997. 17 de febrero. 15.05 horas. Segundo canal de TVE. El año en que comenzó Saber y Ganar, Diana de Gales moría en accidente de tráfico, el Barcelona sólo tenía una Copa de Europa, el hijo de Dyango quedaba sexto en Eurovisión e Íñigo Errejón era un boy scout de 14 años.
¿De dónde vino Jordi Hurtado? ¿Sabe poco y gana mucho o sabe mucho y gana poco? ¿Es verdad, como me apunta el compañero del periódico y ex concursante del programa Roberto Bécares, que tiene una cámara hiperbárica en el camerino? Empezamos por el principio.
¿A qué jugabas de pequeño?
A los juegos normales de los años 60. Al parchís, a la oca... Porque era lo único que tenías. La tele tardó en entrar y entonces jugabas mucho en la calle, en la casa del vecino. Estabas jugando ahí con la tierra, en el patio donde había gallinas, vacas... Jugabas a crearte aventuras. A westerns.
¿Y qué veías en la tele?
Los primeros recuerdos son de La perrita Marilín, que era alucinante y hablaba. Después Los Chipiritifláuticos. Y El virginiano. Pero si tuviera que decir una serie diría Bonanza. Aquello era como Hollywood, era la hostia.
¿Tu primer concurso?
El primero que vi siendo muy niño era Cesta y puntos. Pero el gran concurso fue el Un, dos, tres. Me refiero al que era en blanco y negro, con Kiko. Había que esperar una semana y era como ir al cine. Era brutal. La primera tele no llegó hasta que tuve ocho años. Recuerdo su tamaño, el transformador que había debajo. Y el botón enorme del UHF... Si lo piensas, es ahí donde estoy yo. Yo vivo en el UHF.
¿Cómo nació el programa?
Le pidieron a Sergi Schaaff que hiciera aquello después de la etapa Cifras y Letras. Querían un quiz-show. A esa hora. En La 2. Me cogieron a mí. Cuando les dieron el ok para hacerlo me llamaron y me dieron una alegría tremenda. Era como entrar a un trasatlántico... Me dije: «Si dura tres meses, pues tres meses». Y fíjate: 19 años... Alucinante. Es importante que después de ese tiempo tengamos dos dígitos de audiencia. Un 10,5%. La cadena está en un dos y pico. Eso lo ha logrado la marca Saber y Ganar.
¿Y qué marca es esa?
La marca Jordi Hurtado equivale a criterio, solvencia, a no hacer chorradas.
No te me ofendas, pero yo esa franja horaria la relaciono con la siesta...
Por eso funciona tan bien en La 2. La gente quiere una cosa específica a esas horas. A nosotros. Eso es el éxito: no lo toques... Hay muchos espectadores que nos lo dicen. A la hora del programa no cogen el teléfono, no abren la puerta, no responden. Hasta que no acabe Jordi. Eso es cojonudo.
Ocurrió en El debate decisivo celebrado el pasado 7 de diciembre con motivo de la campaña de las últimas elecciones generales. A un lado de la pantalla estaban Soraya Sáenz de Santamaría, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Al otro estábamos 9,2 millones de espectadores, nuestro presentador entre ellos.
Hablaban del paro, de la corrupción, de la crisis, de la educación, de la sanidad, de política internacional, de la cuestión territorial, de Cataluña, de Bárcenas, de las pensiones, de los impuestos, hablaban de todo ello, decimos, cuando en un momento dado la vicepresidenta del Gobierno tomó la palabra.
-Dos preguntas, señor Rivera -le dijo Soraya al candidato de Ciudadanos.
-Saber y Ganar -contestó-. Como Jordi Hurtado.
-Por ejemplo.
Y allí nos fuimos todos los españoles con el mando a poner La 2, no fuera a ser que Jordi estuviera con su programa, programa, programa. Hurtado for president y en ese plan.
«Yo estaba viendo el debate en casa y me quedé alucinado. No entendía nada. Llegar hasta ahí...»
«Yo te imagino a ti moderando el debate en las siguiente campaña», bromeamos (o no).
«Hostias, no, no», hace aspavientos como el que espanta a una mosca. «Yo no me imagino allí. No me veo nada de nada. Y admiro mucho a la gente que lo ha hecho. Olga Viza, Ana Pastor, Ana Blanco...».
¿Son un poco concursantes los políticos? Como en esos programas en los que mandas un SMS para salvar a uno.
Habría que meter a Rajoy, a Sánchez, a Rivera y a Iglesias en la casa de Gran Hermano Vip a ver qué pasaba. Sería un éxito de audiencia brutal.
¿Ves a alguno con posibilidades?
...
En tu concurso, digo.
Sí, yo creo que sí. La gente que llega a ese nivel está preparada. Es verdad que algunos más que otros. Para ser presidente del Gobierno tendría que ser condición indispensable saber inglés. Es una de las cosas que yo admiro de Artur Mas: una rueda de prensa en inglés o en francés. Podrás estar de acuerdo o no con él, pero ahí chapeau. O Puigdemont, que ha estado en Inglaterra y habla el idioma. Gente como Rivera, Iglesias o Pedro.
A Sant Jordi a veces le sale el dragón. Cuando alguien pasa de hacer bien su trabajo, dice. Cuando tiene delante a un prepotente. Cuando se queda sin chocolate negro.
Cómo ha cambiado este país en 19 años, eh.
Se puede ver a través de los concursantes. Antes todos los que venían tenían trabajo o estaban estudiando. Ahora no: vienen muchísimos profesionales sin empleo, prejubilados... La crisis se ha notado mucho.
Como hombre de éxito, ¿qué hay que saber para ganar?
Creo que hay que tener el cerebro bien amueblado. Hay que tener la capacidad de no creérselo. Nunca. El que se lo cree es un tonto.
En una de las puertas del lavabo de los estudios de TVE en Sant Cugat donde se graba el programa, un concursante incívico dejó una pintada (tenemos la foto que lo acredita) con una variante lujuriosa del concurso: «Saber y follar».
Somos bastante escépticos con los sabios. Pero decía Woody Allen que el 80% del éxito consiste en haber estado allí.
Jordi le preguntó una vez a una concursante que cuánto medía la Torre de Pisa y la mujer contestó que 3.000 metros. En otra ocasión le preguntó a un hombre que en qué parte del cuerpo humano se encuentran los islotes de Langerhans y éste respondió que en Inglaterra. A otro le preguntó que quién lleva los palos en el golf y el tipo dijo que «el conde Lecquio». Hoy le estamos preguntando al bueno de Los inmortales a dos palmos de distancia y allí está escrita la respuesta: tiene unas venerables patas de gallo. Unas ojeras humanas.
«En la Tercera Guerra Mundial me pegaré a Jordi Hurtado», escribió un tipo que se jugaba mucho y acertó a la primera. «Llamadme cobarde, pero no quiero morir»
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