TITULO
: LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y
FILEMÓN - Revista Grada - ¿En manos de quién estamos? .
¿En manos de quién estamos?,.
La pandemia deja al descubierto las virtudes y defectos de los líderes internacionales llamados a sacarnos de un situación nunca conocida,.
El
desafío es de dimensiones planetarias y pasarán años antes de que se
consiga pagar la factura. Eso por no hablar de los que han quedado y
quedarán en el camino, el hueco imposible de llenar que dejan a sus
espaldas. En este escenario, los líderes mundiales, los que están
llamados a sacarnos del atolladero, se enfrentan a la emergencia
sanitaria y económica sin un mando único ni fórmulas mágicas que
permitan atajar una situación que ha sobrepasado a todos. Tres meses
después de que la pandemia llevara a confinar a millones de personas en
China y uno más tarde de que se cerrara el espacio aéreo europeo, los
gobernantes han ensayado todo tipo de medidas para controlar la
propagación del virus, desde algunas que caen en el esperpento hasta
otras que han resultado exitosas y que, sin excepción, pasan
por la firmeza en los primeros estadios de la amenaza. Todos están
siendo mirados con lupa, no digamos ya aquellos que se encuentran
inmersos en procesos electorales. En este caldo de cultivo, el populismo
crece a pasos agigantados y a menudo lo hace en proporción inversa al
crédito que reciben los científicos. ¿Están preparados nuestros
líderes para devolvernos a la normalidad, para gestionar el miedo que
sacude la sociedad hasta sus cimientos? ¿En manos de quiénes estamos?
Cuando en Asia construían hospitales en una semana con la consiguiente sonrisa condescendiente de Occidente, los ciudadanos chinos cerraban aquí sus ultramarinos y tiendas de todo a cien preocupados por nuestros titubeos a la hora de afrontar la pandemia. Ángel Castañeira, catedrático de Liderazgo y Gobernanza Democrática de ESADE identifica tres modelos cuando se habla de capacidad de reacción. Uno disciplinario, propio de regímenes autoritarios como China, pero también de Taiwán o Corea del Sur. Otro darwinista, esgrimido en los primeros compases de la crisis por Estados Unidos o Reino Unido, dispuestos a concentrarse en la economía y a dejar que el virus campase por sus respetos para elevar así el nivel de inmunidad, sin reparar en el coste que eso tendría en vidas humanas y para el sistema sanitario. El desbocado curso de los acontecimientos ha devuelto a ambos a la realidad. Y el último sería el de la descoordinación, «donde entran la mayoría de los líderes occidentales». La conclusión es inquietante, ya que quienes con más eficacia han afrontado la pandemia son aquellos países que no han tenido reparos en recurrir al confinamiento extremo y al 'big data' para controlar la evolución de sus ciudadanos.
Si algo ha demostrado la enfermedad es que no hay recetas universales. Empezando por el confinamiento, pero tampoco en materia sanitaria, económica o educativa. Castañeira habla de tres elementos importantes que deben definir a todo buen líder a la hora de enfrentar, como dicen los chinos, «tiempos interesantes». Primero una inteligencia contextual, «algo así como saber leer bien el partido, transmitir de manera clara cuál es la situación, tratando de no generar más alarma de la necesaria, pero con un punto de urgencia, para movilizar a la población. Aceptar la realidad –señala el experto– no significa aprobarla, pero es el punto de partida de cualquier terapia». Pero Castañeira va más allá, habla de una inteligencia ejecutiva, o capacidad de actuar y hacerlo con rapidez. «Aquí los asiáticos nos llevan ventaja, porque ya tenían experiencia con el SARS o la gripe aviar y, en consecuencia, habían 'entrenado' a su población». En Italia o España, la reacción fue tardía, pero aún lo fue más en EE UU y Reino Unido, que negaron al principio la evidencia y perdieron días preciosos para atajar la pandemia. El tercer elemento es la inteligencia emocional, imprescindible para transmitir la resiliencia –'No tengáis miedo', 'Saldremos de esta'– y combatir la incertidumbre y el miedo que atenazan al ciudadano.
Si como afirma Ángel Gabilondo, catedrático de Metafísica de la Universidad Autónoma de Madrid, el liderazgo es además «la gestión del miedo», el modelo, definitivamente, no parece al alcance de todos. Liderazgo, dice, es la valentía, «pero no entendida como lanzarse insensatamente en cualquier dirección, sino como el coraje de atreverse a buscar y aglutinar otras voluntades, que son las que te dan la fuerza». El coronavirus, añade, «lo va a cambiar todo, también el modo de hacer política, que no es sólo una lucha de poder, sino la resolución de problemas de los ciudadanos con los ciudadanos. Cualquier cosa que nos distraiga de eso es perder la perspectiva, no haber entendido nada».
El sociólogo Alain Touraine dice que vivimos en un mundo sin líderes. Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política, cree que lo que falta no son personas, sino instituciones con un reconocimiento comúnmente aceptado. Y pone como ejemplo a Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud, esta última «con un presupuesto ridículo, una legitimidad muy cuestionada, en parte capturada por los chinos y a expensas de las farmacéuticas que la financian». La última manifestación de esa deriva llega de la mano de Trump, cuya reelección peligra y necesita hallar culpables. Ha congelado los fondos a la organización por no haber lanzado antes la voz de alarma y harto, dice, de que sus esfuerzos se centren en China.
Innerarity advierte también sobre un aspecto importante, esta vez de puertas adentro. «La Unión Europea no tiene competencias sanitarias porque no se las hemos dado, al contrario de lo que sí hicimos con las económicas». Son los Estados y no los líderes, continúa, quienes están haciendo frente a la crisis, «y eso es parte del problema, ya que una amenaza de esta magnitud tendría que haber tenido una respuesta global y no individualizada en su prevención y gestión». Y pone de ejemplo el cierre de las fronteras nacionales, «poco útil cuando las que realmente cuentan son las fronteras domésticas, las que nos recluyen en casa».
El Covid ha establecido un cambio de paradigma en muchos órdenes. Es la primera vez que los jefes de gobierno dicen a la gente que estamos en guerra y la mandan a casa a 'combatir'. «Nuestros líderes han cometido un error de diagnóstico, posiblemente porque están ante una realidad inédita. Si queremos que la gente obedezca, que asuma algo tan inusual como es la reclusión, el recurso más socorrido es apelar a la lógica militar, al miedo», desliza Innerarity.
La pandemia también está poniendo de manifiesto la exitosa gestión que algunas mujeres han hecho de la crisis, aunque sobre este particular nadie parece dispuesto a ir más allá. «¿Un grado de sensibilidad mayor hacia los que sufren, los vulnerables? Todas las filosofías que abordan la ética del cuidado las han desarrollado mujeres –recuerda Castañeira–, pero no me atrevería establecer a partir de ahí que gestionen mejor o peor que los hombres». «Tiendo a pensar que no hay atributos femeninos, o muy pocos, y que lo que abundan son estereotipos», dice Innerarity. De la misma opinión es la politóloga Carmen Beatriz Fernández, para quien «la casualidad no es causalidad». Le preocupa más «saber cómo vamos a salir de esto y en qué situación va a quedar el sistema sanitario, la investigación», siempre sometida a recortes. O la democracia, «asediada por populistas y líderes autoritarios, que están aprovechando para cercenar derechos y libertades con la excusa del Covid».
«También la economía». Dice el Nobel Finn Kydlan que la clave para salir adelante está en conservar el capital humano, que lo que nos ha ocurrido no es un terremoto ni habrá que reconstruir carreteras, y que lo que hay que asegurar son los instrumentos financieros necesarios para que llegue la liquidez a todos. «Piense en un bar, en cómo retener al camarero simpático y al cocinero que sabe hacer las croquetas como nadie». Es decir, retener el 'know how'. Porque aunque no lo crean, también esto pasará. Sólo hace falta alguien que tome nota.
TITULO: Diarios de la cuarentena,.
Esta noche Martes -21- Abril a las 22:05 horas en La 1,.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - La escena política española, inmune al entendimiento . , fotos,.
Ahora
que se habla tanto de reeditar los Pactos de La Moncloa, cuesta
encontrar líderes políticos dispuestos a dar pasos como el que daba hace
semana y media el jefe de la oposición portuguesa, prestando su apoyo
incondicional al gobierno del socialista Antonio Costa. ¿Se imaginan a
Pablo Casado deseando «mucha suerte» a Pedro Sánchez en su lucha contra
la pandemia, «porque su suerte es nuestra suerte»?
«Una de las máximas en comunicación es buscar aliados. El líder, si quiere influir, debe llegar a acuerdos, no encerrarse en su torre de marfil, tomar decisiones y luego pedir unión», explica el profesor Jordi Rodríguez Virgili. De la misma opinión es Daniel Innerarity, que critica de Sánchez «su narrativa militar y el afán de centralización», dos defectos, dice, que «no encajan en un estado compuesto como el que tenemos». En este contexto, Ángel Castañeira rescata lo que Machado llamaba 'las dos Españas'. «Lo de este país es un caso de psiquiatra. En tiempos de la Transición todavía cabía hablar de cierta cortesía parlamentaria, pero la polarización ha cambiado ese relato. Y una vez que entras en esa dinámica, resulta muy difícil dejarla atrás».
Cuando en Asia construían hospitales en una semana con la consiguiente sonrisa condescendiente de Occidente, los ciudadanos chinos cerraban aquí sus ultramarinos y tiendas de todo a cien preocupados por nuestros titubeos a la hora de afrontar la pandemia. Ángel Castañeira, catedrático de Liderazgo y Gobernanza Democrática de ESADE identifica tres modelos cuando se habla de capacidad de reacción. Uno disciplinario, propio de regímenes autoritarios como China, pero también de Taiwán o Corea del Sur. Otro darwinista, esgrimido en los primeros compases de la crisis por Estados Unidos o Reino Unido, dispuestos a concentrarse en la economía y a dejar que el virus campase por sus respetos para elevar así el nivel de inmunidad, sin reparar en el coste que eso tendría en vidas humanas y para el sistema sanitario. El desbocado curso de los acontecimientos ha devuelto a ambos a la realidad. Y el último sería el de la descoordinación, «donde entran la mayoría de los líderes occidentales». La conclusión es inquietante, ya que quienes con más eficacia han afrontado la pandemia son aquellos países que no han tenido reparos en recurrir al confinamiento extremo y al 'big data' para controlar la evolución de sus ciudadanos.
Si algo ha demostrado la enfermedad es que no hay recetas universales. Empezando por el confinamiento, pero tampoco en materia sanitaria, económica o educativa. Castañeira habla de tres elementos importantes que deben definir a todo buen líder a la hora de enfrentar, como dicen los chinos, «tiempos interesantes». Primero una inteligencia contextual, «algo así como saber leer bien el partido, transmitir de manera clara cuál es la situación, tratando de no generar más alarma de la necesaria, pero con un punto de urgencia, para movilizar a la población. Aceptar la realidad –señala el experto– no significa aprobarla, pero es el punto de partida de cualquier terapia». Pero Castañeira va más allá, habla de una inteligencia ejecutiva, o capacidad de actuar y hacerlo con rapidez. «Aquí los asiáticos nos llevan ventaja, porque ya tenían experiencia con el SARS o la gripe aviar y, en consecuencia, habían 'entrenado' a su población». En Italia o España, la reacción fue tardía, pero aún lo fue más en EE UU y Reino Unido, que negaron al principio la evidencia y perdieron días preciosos para atajar la pandemia. El tercer elemento es la inteligencia emocional, imprescindible para transmitir la resiliencia –'No tengáis miedo', 'Saldremos de esta'– y combatir la incertidumbre y el miedo que atenazan al ciudadano.
La gestión del miedo
Así, el terreno de juego queda dividido entre quienes han sabido anticiparse y quienes van a remolque, superados por los acontecimientos; entre lo ocurrido en Taiwán, Alemania, Islandia, Nueva Zelanda o Noruega –países dirigidos por mujeres– y lo acontecido en EE UU, Reino Unido, México o Brasil. Para Jordi Rodríguez Virgili, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra, el líder es aquella persona que ayuda a un país a establecer y lograr unos objetivos comunes, capaz de generar confianza y de servir de inspiración a los demás; de mover a toda una comunidad, del sector privado al público, a los ciudadanos, las empresas... «Es importante que el gobernante primero dé, luego pida y por último exija. Es decir, la ejemplaridad es fundamental, y tiene que ir de la mano de la competencia y la honradez».Si como afirma Ángel Gabilondo, catedrático de Metafísica de la Universidad Autónoma de Madrid, el liderazgo es además «la gestión del miedo», el modelo, definitivamente, no parece al alcance de todos. Liderazgo, dice, es la valentía, «pero no entendida como lanzarse insensatamente en cualquier dirección, sino como el coraje de atreverse a buscar y aglutinar otras voluntades, que son las que te dan la fuerza». El coronavirus, añade, «lo va a cambiar todo, también el modo de hacer política, que no es sólo una lucha de poder, sino la resolución de problemas de los ciudadanos con los ciudadanos. Cualquier cosa que nos distraiga de eso es perder la perspectiva, no haber entendido nada».
El sociólogo Alain Touraine dice que vivimos en un mundo sin líderes. Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política, cree que lo que falta no son personas, sino instituciones con un reconocimiento comúnmente aceptado. Y pone como ejemplo a Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud, esta última «con un presupuesto ridículo, una legitimidad muy cuestionada, en parte capturada por los chinos y a expensas de las farmacéuticas que la financian». La última manifestación de esa deriva llega de la mano de Trump, cuya reelección peligra y necesita hallar culpables. Ha congelado los fondos a la organización por no haber lanzado antes la voz de alarma y harto, dice, de que sus esfuerzos se centren en China.
Innerarity advierte también sobre un aspecto importante, esta vez de puertas adentro. «La Unión Europea no tiene competencias sanitarias porque no se las hemos dado, al contrario de lo que sí hicimos con las económicas». Son los Estados y no los líderes, continúa, quienes están haciendo frente a la crisis, «y eso es parte del problema, ya que una amenaza de esta magnitud tendría que haber tenido una respuesta global y no individualizada en su prevención y gestión». Y pone de ejemplo el cierre de las fronteras nacionales, «poco útil cuando las que realmente cuentan son las fronteras domésticas, las que nos recluyen en casa».
Grietas en Europa
A juicio de José Luis Barreiro Rivas, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago, la pandemia está poniendo al descubierto las grietas de la Unión Europea. «Tenemos la clase política que hemos construido. Fíjese en Salvini, amenazando hace un año con salirse del euro si no le permitían a Italia hacer con su economía lo que le diese la gana. Y ahora ese mismo país espera que sea Europa la que arregle sus problemas. No puedes disparar la deuda y luego hacer a otro responsable de lo que tú gastas. Si hace 12 años, con la anterior crisis, hubiésemos trabajado por crear una Hacienda y un Presupuesto europeos, claro que podríamos hablar de mutualizar la deuda. Pero ahora no. Y eso no es falta de solidaridad, es sentido común».El Covid ha establecido un cambio de paradigma en muchos órdenes. Es la primera vez que los jefes de gobierno dicen a la gente que estamos en guerra y la mandan a casa a 'combatir'. «Nuestros líderes han cometido un error de diagnóstico, posiblemente porque están ante una realidad inédita. Si queremos que la gente obedezca, que asuma algo tan inusual como es la reclusión, el recurso más socorrido es apelar a la lógica militar, al miedo», desliza Innerarity.
La pandemia también está poniendo de manifiesto la exitosa gestión que algunas mujeres han hecho de la crisis, aunque sobre este particular nadie parece dispuesto a ir más allá. «¿Un grado de sensibilidad mayor hacia los que sufren, los vulnerables? Todas las filosofías que abordan la ética del cuidado las han desarrollado mujeres –recuerda Castañeira–, pero no me atrevería establecer a partir de ahí que gestionen mejor o peor que los hombres». «Tiendo a pensar que no hay atributos femeninos, o muy pocos, y que lo que abundan son estereotipos», dice Innerarity. De la misma opinión es la politóloga Carmen Beatriz Fernández, para quien «la casualidad no es causalidad». Le preocupa más «saber cómo vamos a salir de esto y en qué situación va a quedar el sistema sanitario, la investigación», siempre sometida a recortes. O la democracia, «asediada por populistas y líderes autoritarios, que están aprovechando para cercenar derechos y libertades con la excusa del Covid».
«También la economía». Dice el Nobel Finn Kydlan que la clave para salir adelante está en conservar el capital humano, que lo que nos ha ocurrido no es un terremoto ni habrá que reconstruir carreteras, y que lo que hay que asegurar son los instrumentos financieros necesarios para que llegue la liquidez a todos. «Piense en un bar, en cómo retener al camarero simpático y al cocinero que sabe hacer las croquetas como nadie». Es decir, retener el 'know how'. Porque aunque no lo crean, también esto pasará. Sólo hace falta alguien que tome nota.
TITULO: Diarios de la cuarentena,.
Esta noche Martes -21- Abril a las 22:05 horas en La 1,.
foto / Qué pena, ya no da el sol.
Pues tenemos que tomar el sol
todos los días, Juan,
que se nos está poniendo
un color cetrino.
-No me podía imaginar que
me gustara tanto tomar el sol.
¿Te acuerdas de cuando íbamos
a la playa?
Me metía debajo de la sombrilla
y no había quien me sacara.
-Es que hay cosas
que antes nos molestaban
y ahora las echamos
de menos.
-¿Sabes lo que echo más
de menos?
-¿Bajar a la cafetería?
-No.
-¿Comprar el periódico?
-No.
-¿Dar propinas?
-¿Cómo voy a echar de menos
dar propina?
-No sé. Entonces, dime, ¿qué es
lo que estás echando de menos?
Que me aburres ya.
-El ruido.
-¿Qué ruido?
-Echo de menos el ruido.
El tráfico, los cláxones.
El autobús del colegio,
el bricolaje del vecino.
Eso es lo que echo de menos.
-Sí, la verdad
es que hay un silencio...
Incluso aquí, en casa.
No se oye ni el vuelo
de una mosca.
-Solo se oyen los aplausos,
los pajaritos.
-Sí.
-Y al Dúo Dinámico.
-Lo dices
como si no te gustara
y te pasas el día esperando
a que lleguen las ocho
para salir a aplaudir.
-Sí, es que me gusta.
-Y el Dúo Dinámico...
-Eso, lo que más.
(Música)
(TOSE)
¿Hola?
Richi, flipa con lo que acabo
de descubrir.
Hace un rato me he puesto
a ordenar las llaves
y resulta...
-¿Qué llaves?
¿Qué tipo de llaves?
-¿Cómo que qué llaves?
-Las llaves, llaves.
-Llaves, llaves...
Hay muchos tipos de llaves.
Puede ser una llave inglesa,
puede ser una llave Allen,
es por tenerlo claro.
-¿Cuántas llaves inglesas puede
haber en casa, una, ninguna?
Y llaves Allen no sé lo que son.
-¿No sabes lo que son?
Es una herramienta que se utiliza
para los tornillos prisioneros
y para los tornillos
con cabeza cilíndrica.
-Pero ¿qué me estás contando?
-Es que las colecciono.
Tengo todas las...
-¡Las llaves para abrir la casa!
-De esas también colecciono.
¿Te han sobrado?
-Bueno, efectivamente, sí.
Me ha sobrado una, ¿vale?
-Pues guárdamela.
-Resulta que me he acordado
de que esa llave
me la dejó el vecino de arriba
para que le regara las plantas.
-Para que le regaras las plantas
mejor te hubiera dejado
una regadera o un cubo.
-¡Te voy a meter a ti
un cubo por la cabeza!
Escúchame.
-No me he podido resistir.
Me lo has puesto a huevo.
-Por favor.
El tío se fue a Tailandia
un par de meses.
Le explotó todo el tema allí
y no podía volver aquí.
-¿No ha podido volver?
-No, está en confinamiento total.
-Hostia, qué putada.
-¿Cómo que qué putada?
Que tiene un ático que lo flipas,
un casoplón espectacular.
TITULO:
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro -La escena política española, inmune al entendimiento .
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - La escena política española, inmune al entendimiento . , fotos,.
La escena política española, inmune al entendimiento,.
«Una de las máximas en comunicación es buscar aliados. El líder, si quiere influir, debe llegar a acuerdos, no encerrarse en su torre de marfil, tomar decisiones y luego pedir unión», explica el profesor Jordi Rodríguez Virgili. De la misma opinión es Daniel Innerarity, que critica de Sánchez «su narrativa militar y el afán de centralización», dos defectos, dice, que «no encajan en un estado compuesto como el que tenemos». En este contexto, Ángel Castañeira rescata lo que Machado llamaba 'las dos Españas'. «Lo de este país es un caso de psiquiatra. En tiempos de la Transición todavía cabía hablar de cierta cortesía parlamentaria, pero la polarización ha cambiado ese relato. Y una vez que entras en esa dinámica, resulta muy difícil dejarla atrás».
Divisón de opiniones sobre Pedro Sánchez
Las últimas encuestas empiezan a dar la espalda a la gestión del presidente de Gobierno. La mayoría de los españoles considera «muy deficiente» la entrega de equipos médicos y de protección, aunque aplauden el control del confinamiento de la población y la paralización de toda la actividad económica no esencial.
TITULO: HOY LE TOCA - Un repaso a la gestión de los líderes mundiales,.
Un repaso a la gestión de los líderes mundiales,.
ALEMANIA
Autoridad
angela merkel
Poca
gente sabe que la canciller alemana es además doctora en Física, lo que
le aporta un enfoque científico al que pocos colegas pueden aspirar.
Aunque la daban ya por amortizada, esta mujer ha atado en corto al virus
sin renunciar a la transparencia, demostrando una gran altura política,
a juicio de los expertos.
FRANCIA
Contra todo pronóstico
emmanuel macron
El
Covid ha logrado invertir su pérdida de popularidad, lastrada por el
escándalo Benalla y los 'chalecos amarillos'. Necesitado de una figura
fuerte, el país se ha echado en brazos de Macron, que ha renunciado a su
pensión vitalicia y al que no se le caen los anillos por pedir perdón
por los errores cometidos.
ESTADOS UNIDOS
Desprecio a la ciencia
DONALD TRUMP
Comenzó
dando rienda suelta al virus para elevar los niveles de inmunidad y no
comprometer la economía, y ha acabado culpando a todo el mundo de sus
desatinos. El líder que calificó al Covid como un virus «extranjero»
arremete ahora contra la OMS y le congela los fondos porque, dice, no
estuvo a la altura.
NORUEGA
Erna Solberg
empatía
Cuando
nadie había pensado en las repercusiones del confinamiento para los
menores, la primera ministra convocó una rueda de prensa para
explicarles que no pasaba nada por sentirse asustado y tener miedo. La
tasa de contagio es allí de las más bajas del mundo.
COREA DEL SUR
El gran laboratorio
Chung Sye-Kyun
Lidera
el ránking de países en hacer tests de laboratorio a su población, ya
fogueada con el brote de MERS de 2015. También influye que desde hace
años cuenta con algunas de las grandes empresas de pruebas PCR y tiene
capacidad para hacer hasta 20.000 al día.
ITALIA
Sorpresa
Giuseppe Conte
Aupado
al poder por una coalición extrañísima, ha adquirido talla propia y
ahora goza de mucha popularidad en Italia, la puerta de entrada al virus
y uno de los lugares donde mayores estragos ha causado. Conte ha ido
moderando su pasado populista y antieuropeísta para que no le pase
factura.
COREA DEL SUR
Previsión
TSAI ING-WEN
Pese
a su proximidad a China, el virus pasó por allí prácticamente de
puntillas. En enero, ante las primeras señales de propagación, la
presidenta aplicó una batería de 124 medidas, sin necesidad de
confinamientos y bloqueos, que luego han sido copiados por casi todos
los demás países.
REINO UNIDO
La ironía
BORIS JOHNSON
Otro
que jugó a ser Darwin, a ensayar la selección natural, y acabó él mismo
ingresado en la UCI y temiendo por su vida. Negar la evidencia le ha
llevado a dar continuos bandazos. Innerarity dice de él que es un
oportunista que maniobra en el corto plazo y cuya visión política no va
más allá del tacticismo.
CANADÁ
Cercanía
JUSTIN TRUDEAU
Moderado,
con olfato y capacidad de adaptación. Trudeau ha sabido leer muy bien
la lógica de la situación. Ha lanzado desde el principio comunicaciones
muy breves, sintéticas, dirigidas a combatir el desconcierto, desde su
propia casa y a menudo dirigiéndose también a los más pequeños.
NUEVA ZELANDA
Firmeza
Jacinda Ardern
Muy
activa en las redes sociales, Ardern prometió un gobierno fuerte y
proactivo y ha cumplido. Impuso el autoaislamiento a cualquiera que
entrase en su país desde los primeros compases de la epidemia, cuando
sólo tenía seis infectados en su territorio, y relegó a su ministro de
Sanidad por saltarse el confinamiento.
ISLANDIA
La vida sigue igual
Katrin Jakobsdóttir
El
Gobierno islandés ofrece a toda la población pruebas gratuitas para
saber si existe contagio, quintuplicando incluso los registros de Corea
del Sur. El concienzudo rastreo llevado a cabo le ha permitido mantener
abiertas las escuelas y no bloquear la economía.
MÉXICO
El esperpento
Andrés López Obrador
El
presidente de México se ha ganado a pulso un lugar en el podio del
esperpento y pasará a la historia como el hombre que quiso combatir la
pandemia con amuletos y estampitas de la Virgen. Acostumbrado a pulsar
resortes populistas, la crisis le ha pillado con el pie cambiado.
BRASIL
La ceguera
Jair Bolsonaro
Lo
suyo es una apología del despropósito. Fundamentalista religioso,
sectario, cómodo trabajando desde la división... El Supremo califica su
deriva de «genocida», pero él insiste en tachar de «exagerado» el
confinamiento. Mientras, Brasil supera ya los 30.000 casos confirmados y
2.000 muertos.
FINLANDIA
La más joven
SANNA MARIN
Esta
mujer de apenas 34 años encarna a la líder 'millennial' y por
consiguiente se mueve por las redes sociales como pez en el agua. Entre
sus aciertos destaca haber encargado a 'influencers' la difusión de
información contrastada sobre la pandemia, basada en datos estadísticos.
HUNGRÍA
La excusa perfecta
VICTOR ORBÁN
Orban
es el paradigma de líder autoritario que se sirve de la expansión de la
pandemia para acabar con derechos y libertades. Aprobó una ley que
castiga «el alarmismo» sobre el coronavirus y que otorga poderes
especiales y sin límite de tiempo al dirigente ultraderechista.
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