El Paisano - Aínsa,.
Jorge Cadaval, de Los Morancos, se estrena como 'El Paisano' en Aínsa,.
Viernes -1- Mayo a las 22:10 horas en La 1, fotos.
El integrante del mítico dúo de humor Los Morancos coge el testigo de Eva Hache en las nuevas entregas de El Paisano,
para seguir descubriendo la pluralidad y riqueza de algunos de los
miles de pueblos que forman el territorio español de la mano de sus
vecinos. Jorge Cadaval se monta en el coche naranja para emprender su viaje en Aínsa (Huesca), localidad a la que le seguirán Ezcaray (La Rioja), Arties (Lérida) y Mojácar (Almería).
El programa sigue descubriendo divertidas historias del día a día de los pueblos. Tras pasar 48 horas en cada localidad,
el humorista hará reír a los habitantes del pueblo y los espectadores
con un monólogo sobre las experiencias y emociones vividas de la mano de
los lugareños, en el que reflejará a sus gentes y sus historias.
Jorge Cadaval llega a Aínsa
La primera parada del nuevo paisano será en la provincia de Huesca, en la localidad de Aínsa. Un paraje natural lleno de gente singular. Allí coincidirá con Amadeo, que le enseñará que, en estos lindes, con la exclamación “¡Co!” es suficiente para entrar en las casas de los vecinos. Paseando por el pueblo se encontrará con Ángel, quien le convencerá para que le ayude a abrir un nuevo sendero.
También conocerá a las chicas del equipo de fútbol, unas maestras del balón. Jorge se dejará sorprender por Pedro y Pascual:
el primero le enseñará a convertirse en un folio arrugado y el segundo
intentará convencerle de que los alienígenas están entre nosotros.
No faltará la imprescindible visita al Parque Nacional de Ordesa. Alberto le acompañará por los rincones más auténticos, salvajes y pintorescos.
Como en cada visita, el humorista se despedirá de los vecinos del pueblo con un monólogo en el que contará de la forma más divertida su experiencia durante su estancia en Aínsa.
TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA -Pongamos que hablo de Sabina’,.
Pongamos que hablo de Sabina’,.
El concierto de Joaquín Sabina es un espectáculo de primer orden»,.
Tiene 21 años, es de Almendralejo y el encargado de que, a través de Producciones Musicales Extremeñas S. L, Joaquín Sabina ofrezca un concierto en Mérida el 17 de mayo. El ritmo de venta de entradas, 25 euros si se compran anticipadamente y 28 en taquilla, es «muy bueno». La previsión es meter 7.000 espectadores en el albergue 'El Prado'.-¿Cómo es posible traer a Sabina, que tiene un caché muy elevado, a Mérida?
-Negociando mucho. Hablamos con su representante, nosotros lo hicimos con el Ayuntamiento para ver el lugar y la infraestructura y salió la fecha del 17 de mayo. Ahora sólo queda que el público responda.
-¿Por qué este concierto en una ciudad sin mucha población?
-Porque Mérida es la capital de Extremadura, está en el centro geográfico y es un concierto para todos los extremeños. Mérida es una de las ciudades más pequeñas de la gira de Sabina de este año, pero seguimos pensando que se pueden llegar a las 7.000 personas. No hay que olvidar que el concierto de Sabina, el único este año en la región, es un espectáculo de primer orden.
-El 17 de mayo vendrá Sabina después de un concierto en Palma de Mallorca.
-Sí. Supongo que será de uno de los que tenga más afluencia de público. Después de estar aquí se irá a Torrevieja.
-Creo que es la primera vez que organiza un concierto. ¿Le tiene mucho respeto?
-Sinceramente sí, porque, además, se trata de un gran artista, pero confío que entre todos podamos sacar adelante un gran espectáculo.
-¿Cómo va la venta de entradas?
-El ritmo es muy bueno. Sólo en Mérida ya hemos vendido 1.700 entradas. Además se venden en otras diez localidades de la comunidad extremeña. También se pueden comprar llamando al teléfono 651 787 052.
TITULO: Lazos de sangre -«Lo primero que haré será...» ,.
El miercoles -29- Abril a las 21:30 por La 1, fotos,.
«Lo primero que haré será...»
Crisis del coronavirus
Ilusionarse con planes para el fin del confinamiento alivia el malestar y reordena las prioridades
En realidad, el día a día, con su cariz trágico y caótico, deja poco margen a la ilusión, que era lo que en sí pedía la pregunta de Espinosa. Pero la multitudinaria respuesta que tuvo demuestra que, en el fondo, todos necesitamos parar, ensoñar y, por qué no, planificar a pesar de la adversidad.
El escritor catalán pasó 10 años enfermo de cáncer con pocas esperanzas de sobrevivir. «Yo que he pasado por una enfermedad larga sé que hay que tener un pie en el presente pero otro en el futuro. Creo que saber qué harás cuando salgas es muy importante para que mentalmente te ancles a este instante. Cuando estábamos en el hospital nos preguntaban muchas veces 'qué haras cuando estés curado' y siempre lo pensábamos. De ahí surgió la idea de lanzar esa pregunta», cuenta también desde su domicilio. A pesar de los años de aislamiento –llegó a pasar 10 meses en una burbuja para que ningún virus arruinase su frágil salud–, él siempre cuenta que fue feliz e imaginar fue un bálsamo a veces.
«Yo que he pasado por una enfermedad larga sé que hay que tener un pie en el presente pero otro en el futuro» Albert espinosa | escritor
«Es lógico desear primero todo lo relacionado con la normalidad que nos ha sido arrebatada» natalia ortega | psicologa
Dice esta psicóloga que ella y muchos colegas coinciden en que el sentimiento que más ven ahora, pasado mes y medio del confinamiento, es precisamente la nostalgia. Nostalgia de lo más sencillo: un beso, un paseo, compartir y respirar. De todo, menos caprichos.
Los abuelos
El reencuentro con los más débiles
Felicidad tiene claro lo primero que hará: «Ir a ver a mi madre
a la residencia en la que está desde hace unos meses». Los abuelos son
una constante en los deseos expresados por decenas de personas en las
redes sociales estos días. Besarlos, abrazarlos, pasear con ellos al
sol... En definitivia, recuperarlos. Tanto los que están solos en casa,
pero también especialmente los que permanencen en las residencias. Es el
caso de esta enfermera madrileña, que anhela poder verla más allá de
las videconferencias. Mi querida madre solita en su habitación por esta
pesadilla que estamos viviendo. No sabe exactamente lo que ocurre, pero a
ella todo le parece bien, jamás se queja, ni aunque hayan tenido que
aislarla por haber dado positivo en Covid-19 (sin síntomas). Ella, dice,
se siente fatal, aunque su madre siga sonriendo «como siempre lo ha
hecho». Destaca su entereza ante las adversidades de la vida para salir
siempre adelante. Ahora más que nunca necesita verla. Tiene ganas de
abrazarla. «Quiero agradecerle todo lo que ha hecho por mí y para
decirle que la quiero; siento que se lo he dicho poco. Solo espero que
no se vaya antes de que podamos volver a vernos», desea.
Libertad
Moverse, da igual a dónde
La libertad, sobre todo la de movimiento, es lo que se refleja
en multitud de mensajes volcados en las redes sociales por quienes
contestaban a la pregunta de qué sería lo primero que harían. Como el de
Inma, experta en comunicación política. «Lo primero que haré será ir a
la peluquería, al fisioterapeuta, a la librería o a una terraza al sol»,
enumera... Pero sobe todo, dice, «lo hará a pie». Como ella, muchos
necesitan devolver el movimiento a su vida y ver a a la ciudad de igual
modo activa de nuevo.
Ocio y diversión
Regreso a los bares
«Lo primero que haré será poner el codo en una mesa alta de la
parte de afuera del Vizcaíno y que me tengan que quitar el día que
pinten la fachada», dice Ismael Rojas, profesor de Filosofía. El regreso
a los bares está en su mentel al igual que en la de muchos. Este
docente sevillano, cree que es así porque es un elemento muy importante
de nuestra cultura. «Es la red social desde el tiempo de los romanos,
desde las tabernas, es el lugar de encuentro, dinámico, barato... Puedes
ir solo, mirar, leer o ir acompañado o encontrar allí la compañía,
pasar un rato pequeño o que tengas que irte cuando cierra». Muchos citan
sus cafeterías favoritas, para tomar un desayunos, bailar o beber. «Es
el vértice que une el primer café con la copa larga a otras horas en las
que buscar refugio lejos del hogar», comenta. Simboliza la diversión y
la celebración de la amistad.
Contacto físico
Recuperar los abrazos con los familiares
El virus impone distancia y nadie deja de pensar en besar y
abrazar a aquellos a quienes quieren y, en muchos casos, tienen lejos.
David Ferrero, un joven especialista en Comunicación, lo expresa así:
«Duele el habernos visto obligados a cambiar los abrazos por palabras y
los besos por miradas a través del teléfono. Ya está hablado en casa:
cuando se pueda cogeremos el coche e iremos casa por casa para vernos».
Tendrá que hacer «una larga ruta» para abrazar a familia y amigos. Y lo
está desenado. «No veo el momento», confiesa. Para él, el teletrabajo y
las muchas responsabilidades y tareas que tiene son llevaderas t cree
que lo peor no es poder salir a la calle. «Toca ser responsables»,
asegura una y otra vez. «Lo más duro es no poder ver a la familia, a los
amigos, a gente cercana que sabes que lo están pasando mal. Hay
personas que han perdido a familiares cercanos y apenas se han podido
despedir. Para ellas guardo unos especiales abrazos. Pero también tengo
muchos amigos sanitarios que me cuentan cómo nunca se habían enfrentado a
algo así».
Naturaleza
Respirar al aire libre
La vida entre cuatro paredes ha devuelto la mirada general a la
máxima expresión de los espacios amplios, el ambiente puro y libre de
gérmenes: la Naturaleza. En bicicleta (muchos aficionados la echan de
menos), a pie, en solitario o en familia, el regreso a los bosques y las
playas es otra de las prioridades de la población. Lolita, socióloga,
dice que cuando todo acabe se ha propuesto «salir más al aire libre» o
ir de acampada. «Así que, acabando esto, vámonos al bosque», dice.
Patricia, maestra, quiere «abrazar bien fuerte a la gente que siempre
esta ahí, pasear por un caminito en medio del bosque y sentarme allí a
respirar». A otros, como a Beita, no se le ocurre mejor plan que «ir con
mi chico de 2 años y mi compañero de viaje de vida al río a tirar
piedras».TITULO: VUELTA AL COLE - Boris Cyrulnik,.
Boris Cyrulnik,.
Boris Cyrulnik - foto | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 26 de julio de 1937 (82 años) Burdeos (Francia) | |
Nacionalidad | Francesa | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de París | |
Información profesional | ||
Ocupación | Neurólogo, psiquiatra y psicoanalista | |
Distinciones |
| |
Biografía
Estudió medicina en París y más tarde, conducido por el deseo de revaluar los acontecimientos de su propia vida, empezó a estudiar psicoanálisis y posteriormente neuropsiquiatría. Dedicó su carrera sobre todo al tratamiento de niños traumatizados.
Trayectoria profesional
Es desde 1996 director de estudios de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Sud-Toulon (Var) y responsable del equipo de investigaciones en etología clínica del Hospital de Toulon. Sus trabajos le han permitido desarrollar el concepto de la resiliencia, como un renacer del sufrimiento. Aportó también precisiones al término oxímoron, pero su contribución a la ciencia reside en su compromiso: Cyrulnik aborda la etología como una encrucijada de disciplinas. Es miembro del patronato de la Coordination française pour la Decennie de la cultura de paz y de no violencia.Desde 1998, es también presidente del Centre National de Création et de diffusion culturelles de Châteauvallon y miembro directivo de la oficina en Francia, coordinadora del programa Decenio del ONU., etc,.
TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -6- Mayo- Gente extraordinaria: siete héroes entre un millón,.
En la tuya o en la mía - Miercoles -6- Mayo ,.
En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles -6- Mayo ,etc.
EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA -Gente extraordinaria: siete héroes entre un millón,.
fotos de los heroes,.
Gente extraordinaria: siete héroes entre un millón,.
En este reportaje aparecen solo siete personas. Pero en realidad son más de un millón. Un millón de profesionales que durante el estado de alarma,.
Rosalía Gozalo, farmacéutica. Gente extraordinaria: siete héroes entre un millón 1. «En las farmacias estamos en primera línea, muy expuestos.
Roberto, policía. Gente extraordinaria: siete héroes entre un millón 5. “Mi familia lo lleva bien.Y es que los niños son los más sensatos,.
Manuel Quintana, médico de cuidados intensivos. Gente extraordinaria: siete héroes entre un millón 3. “Es sobrecogedor ver la tolerancia de los pacientes,.
Javier Sánchez, transportista. Gente extraordinaria: siete héroes entre un millón. “Cuando aplauden en el balcón, lo hacen también por mí.
Paloma Cañamares, cajera de supermercado. Gente extraordinaria: héroes entre un millón. “Es duro. Una señora de 93 años no puede cargar peso y tiene que venir al super todos los dias,.
Francisco Javier Sancho, capitán de GIETMA. Gente extraordinaria: héroes entre un millón 1. “Mi mujer está embarazada. ¡La heroína es ella!”.
Vine a IFEMA y me ofrecí como taxista solidario. Llevo a pacientes que les dan el alta. Me dicen que han visto cosas muy duras,.
TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - VIERNES -8- Mayo - El abuelo de la mochila,.
EL
BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 8- Mayo-El abuelo de la mochila,.
El abuelo de la mochila,.
foto / Me he acordado de él, y no hace falta que
explique por qué. También recuerdo el lugar como si aún estuviera allí:
avenida Marsala Tito, cerca del puente donde Gavrilo Princip mató al
archiduque Fernando y a su esposa. Y como tomé notas en un cuaderno que
conservo, recuerdo también la fecha: 11 de agosto de 1993. Era la época
dura en Sarajevo, y lo contábamos en los telediarios. Una directora de
Informativos fanática y sectaria, como nunca tuve otra, exigía que no
mandásemos tanta carne sangrante, porque el mostrador chorreaba y a
Javier Solana, jefe de la diplomacia europea, que se besaba en la boca
con los carniceros serbios diciendo que así los aplacaba, nuestras
crónicas le estropeaban la sonrisa. Pero a nosotros nos importaba eso un
cojón de pato, y gracias a Miguel Ángel Sacaluga, nuestro jefe
inmediato, que era mi amigo y nos cubría las espaldas, contábamos lo que
nos parecía oportuno. Ahí tienen ustedes el archivo de la tele, como
prueba.
EL
BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 8- Mayo-El abuelo de la mochila,.
El abuelo de la mochila,.
El caso es que estábamos en aquella esquina junto al río, haciendo shopping. Llamábamos así a salir cada día de caza con los chalecos, los cascos y toda la parafernalia, apalancarnos donde ese día cayeran más bombas, y en cuanto pegaba un cebollazo cerca, correr a grabar en caliente el asunto y sus consecuencias. Pero también había francotiradores, y eso complicaba las cosas: si asomabas mucho la gaita o te descuidabas al cruzar, te la endiñaban. Estábamos, por eso, pegados a una esquina el arriba firmante, Paco Custodio, que era el cámara, Miguel de la Fuente, segundo cámara y ayudante de sonido, y Slobodanka, nuestra intérprete bosnia. Sentados los cuatro en el suelo y con la espalda contra la pared. Había una mujer muerta acera arriba, lo cual era recomendación suficiente para no pasar de allí, o hacerlo con cuidado. Por eso, cuando llegó el vejete flaco de la mochila y la garrafa de plástico y quiso cruzar, le dijimos que no se la jugara. Pazi Snaiperisti, abuelo. Te van a pegar un tiro. Entonces nos pidió un cigarrillo y se quedó a fumárselo con nosotros. Y mientras lo hacía, nos contó su vida.
La guerra, o las desgracias de la humanidad, tienen muchas formas; y por ese tiempo yo conocía varias. Pero aquélla me pareció especialmente triste. El anciano, leo en mis notas, tenía setenta y nueve años y se llamaba Stefan Bozuri –creo que es una zeta, pero no estoy seguro–. No tenía otra familia que una esposa también anciana, inválida, con la que vivía en un edificio batido por las bombas y los disparos. Habían pasado el invierno sin luz ni calefacción; y ahora, en verano, el agua había que ir a buscarla a unas cañerías rotas donde la gente hacía cola y donde, a veces, un bombazo hacía una escabechina. Stefan, antiguo funcionario del Estado, nos contó que durante un tiempo él y su mujer habían podido vivir de algunos ahorros, pagando a una joven que los atendía. Pero los ahorros se terminaron y además el dinero dejó de valer, y la joven no volvió; así que se desprendieron poco a poco de cuanto de valor tenían, libros incluidos. Al final se quedaron sin nada, y como la mujer no podía moverse de la cama, era él quien salía cada día a la calle desafiando los cañonazos y a los francotiradores, con su mochila vacía y su garrafa de plástico, a buscar agua y a ver si encontraba algo de comida. Siempre había quien se apiadaba de él, nos dijo: los cascos azules, algún conocido, alguna buena mujer que guisaba algo en un improvisado fogón en la calle.
Nos sorprendió su entereza. La naturalidad con que narraba la historia de dos pobres vidas solitarias abandonadas por todos, y la diaria odisea de un anciano que corría con pasitos cortos por las calles desiertas de Sarajevo, con su mochila y su garrafa, buscando algo para llevar a su mujer. Una historia entre miles, gota perdida en el océano de las tragedias del mundo, que su protagonista nos contaba sin dramatismos, con la estoica sencillez de quien asume, por edad y experiencia, que las reglas de la vida deben encajarse igual cuando ganas que cuando pierdes, cuando empiezas o cuando terminas. «Solo me niego a aceptar –fue su única queja– que puedan matarme y ella se quede allí sola, esperando».
Le dimos lo que teníamos: un paquete de Camel, aspirinas, una tableta de chocolate, medio frasco de Multidermol y las últimas barritas energéticas que le quedaban a Custodio. Después cayó una bomba cerca y nos fuimos corriendo a grabarlo todo, a ver si llegábamos a tiempo al telediario. Y lo último que recuerdo de Stefan Bozuri es la lágrima que le cayó al mencionar a su mujer sola y abandonada: una gota solitaria, sólo una, que le corrió por la mejilla y quedó suspendida en el mentón, en los pelillos blancos del rostro sin afeitar del abuelo.
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