TITULO: El
paisano - Viernes - 15 - Noviembre - De Nueva York a Hinojares para honrar el legado familiar y natural ,.
Viernes - 15 - Noviembre a las 22:10 horas en La 1 , foto,.
De Nueva York a Hinojares para honrar el legado familiar y natural ,.
Lucía (41 años) nació en Suiza, pero sus raíces son de Hinojares (Jaén), el pueblo de sus padres y abuelos. Estudió en el sur de Inglaterra Comercio Internacional y empezó a trabajar asesorando a la banca sobre nuevas tecnologías. Los primeros años trabajó en Inglaterra y más tarde se trasladó a Nueva York, donde vivió 10 años.
Estando en la ciudad de los rascacielos, su padre creó una pequeña cooperativa de agricultura ecológica y biodinámica. Ella ayudó abriendo mercados desde Nueva York y, aunque no tenía conocimientos de aceite, ahí empezó su interés por este mundo.
Durante la pandemia, cansada de viajar, de horas interminables dentro de una oficina y de estar siempre con traje de chaqueta y tacones, decide dar un nuevo rumbo a su vida y dejar su estresante vida neoyorkina. Regresó con su chico, programador informático, a su tierra. Primero llegó a Motril para seguir trabajando en tecnología financiera, pero a los dos años su padre se jubila y ella toma las riendas de la explotación familiar. Ahora es agricultora, en Hinojares, y elabora uno de los mejores aceites de oliva de la zona.
TITULO: HOSPITAL - Salud - Israel hunde la ayuda humanitaria a Gaza,.
Israel hunde la ayuda humanitaria a Gaza,.
El caos en la Franja y los nuevos obstáculos israelíes, a los que ahora se suma el veto a la agencia para los refugiados de la ONU, empujan los envíos a los niveles más bajos desde el inicio de la guerra,.
foto / Soldados israelíes toman posición al ingresar a la sede de la UNRWA, el 8 de febrero de 2024.
Coincidiendo con el desvío de la atención lejos de Gaza a raíz de la invasión israelí del Líbano y el renovado temor a un conflicto regional más amplio, los volúmenes de suministros básicos que entran en la Franja desde septiembre han caído en picado. Esta drástica bajada, en medio,.
TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - El Casco Viejo, el encanto de Alicante más allá del mar,.
El Casco Viejo, el encanto de Alicante más allá del mar,.
Sus recoletas calles y su arquitectura civil y religiosa dan fe de su interés como destino turístico,.

Alicante no sólo es un destino de playa. Un paseo por el Casco Viejo-Barrio de Santa Cruz nos permitirá conocer las entrañas de esta ciudad con todo el encanto y riqueza que guarda en su interior. Como requiere de mucha energía, nada mejor que pasar antes por Panther (calle José García Sellés, 2) y degustar sus desayunos, zumos naturales, smoothies refrescantes o un buen café colombiano acompañado de un croissant relleno, un sándwich o las deliciosas panteritas.
Una vez en el Casco Viejo, la oferta turística también es amplia. Comienza nuestra ruta por el Barrio de Santa Cruz, para muchos el más bonito de la ciudad. Está ubicado en una zona elevada, a los pies del castillo de Santa Bárbara, junto a la muralla. Sus calles recoletas con escaleras y pendientes nos llevan por un barrio con mucho encanto, lleno de casitas encaladas y flores por doquier, y muy animado gracias a sus comercios y tabernas.
Dejamos atrás Santa Cruz y exploramos el resto del Casco Viejo, con edificios dignos de ver, como el del Ayuntamiento, ya muy cerca del mar. En las proximidades está la espectacular Concatedral de San Nicolás de Bari, edificada sobre una antigua mezquita. A 300 metros encontramos la Basílica de Santa María. Construida sobre la muralla medieval, fue en origen una mezquita musulmana convertida en iglesia una vez terminada la conquista cristiana.
Alicante también es ciudad de museos. En esta zona, podemos disfrutar de las colecciones que alberga el museo de Arte Contemporáneo MACA, con obras de Picasso, Dalí, Miró y Sempere, entre otros. En un palacio situado en la calle Gravina, se ubica el Museo de Bellas Artes MUBAG.
En el Casco Viejo tenemos dos interesantes opciones para hacer un alto en el camino y reponer fuerzas. Una es 100 Montaditos (Rambla de Méndez Núñez, 32), con su amplia variedad de bocatines especialidad de la casa, jarras de cerveza helada, refrescos, ensaladas y aperitivos en un ambiente desenfadado. La otra es The Good Burger (Plaza Portal de Elche), con sus hamburguesas gourmet elaboradas en el momento con carne de primera calidad y sabroso pan en un entorno urbanita y de diseño.
Es hora de ver la joya de Alicante: el castillo de Santa Bárbara, situado en la cima del Monte Benacantil y al este del Casco Viejo. Llegamos al recinto tomando el minibús en Puerta del Mar o los ascensores de la Avenida Juan Bautista Laforaque. Con sus 167 metros de altura constituye uno de los mejores miradores de la Costa Blanca.
Del otro lado de esta fortaleza se sitúa el Centro Comercial Plaza Mar 2, que nos dará oportunidad de rematar nuestra jornada con unas compras y una merecida cena. Aquí encontramos 100 Montaditos, The Good Burger y La Sureña, con su amplia carta de raciones con auténtico sabor de vacaciones.
TITULO: VUELTA AL COLE - Calidad e independencia, los retos del periodismo,.
Calidad e independencia, los retos del periodismo,.
foto / Cultura Commodore ha celebrado uno de sus “Desayunos” dedicado a los retos del periodismo y en el que han participado Jesús Ruiz Mantilla (El País), Carmelo Encinas (20 Minutos) y Rafa Ruiz (El Asombrario), quienes han coincidido en que los principales retos del periodismo son la calidad y la independencia, debido a un entorno digital en constante cambio.
Los tres intercambiaron impresiones sobre las principales dificultades que atraviesa la profesión: la polarización, la precariedad, el déficit de recursos, la competencia de las redes sociales y los influencers como fuentes de información no profesionales, y la proliferación de bulos, manipulación y desinformación. Los tres periodistas, que acumulan una larga experiencia de décadas en la profesión en medios líderes, creen que el periodismo debe hacer un esfuerzo para volver a ser referencia social en un momento crítico como el que vivimos, con el incremento de los populismos, en el que la educación tendrá un papel sustancial. Además han coincidido en que la radio es el medio que tiene más posibilidades de sobrevivir frente a una crisis.
Según Jesús Ruiz Mantilla, que lleva 30 años en la profesión y acaba de publicar Papel (Galaxia Gutenberg), el periodismo ha cometido demasiados errores que le ha hecho perder la fuerza de la referencia. “Ahora todo es tan complejo y artificioso que doy marcha atrás y voy a lo básico, a hacerme preguntas que cada vez me cuesta reponder más: a la ética —qué y quién— y a la estética —el cómo—”. Para Carmelo Encinas, con cuatro décadas de oficio a sus espaldas, la honestidad en el periodismo es fundamental y se enfrenta al hecho de que los periodistas ya no son el único referente porque “cualquier bufón se puede plantar por arte de birli birloque en un millón de seguidores y tiene más influencia que cualquier periodista, que por formación tiene un compromiso con la verdad”, ha comentado en relación a algunos “influencers”. Al respecto, Encinas ha añadido que “el periodismo tiene que cavar una fosa, levantar un muro para separar al profesional de la información de los influencers, que no tienen un compromiso con la verdad y pueden decir lo que quieran”, y que “gracias a las redes sociales los populismos más abyectos han prosperado”.
Con respecto a los estándares de calidad, Encinas ha asegurado que tiene “la sensación de que la defensa de la calidad de la información la estamos llevando a cabo solo los veteranos: el periodismo auténtico tiene el sagrado deber de la observancia sobre lo que está pasando, de control y de denuncia, y no me canso de decir a las nuevas generaciones que defiendan esto, porque la libertad depende de ello”, ha insistido.
Rafa Ruiz, que está también de estreno literario con Sol Nulo (MadLibro), ha destacado que el primer valor de un periodista es su credibilidad, mientras que un “influencer” solo busca seguidores: “mi lema es informar, formar y entretener”, aunque para otros sea el de influir. Sin embargo, cree que hay que reivindicar la utopía y confía en que las nuevas generaciones sientan rechazo por la mala praxis, “gracias a un efecto boomerang y a la labor de la educación”. Por otro lado, también ha comentado que la precariedad de los medios grandes les ha hecho depender de los capitalistas y de los políticos, opinión que ha compartido Ruiz Mantilla, quien ha expresado sus dudas acerca de la “dependencia brutal de las grandes cabeceras, que en el futuro serán Facebook o ya Meta Platforms, porque las redes sociales serán las referencias” y ha puesto como ejemplo la serie The Good Fight, que se sirve de las redes sociales como fuente de documentación, mientras que hace diez años hubiesen sido The New York Times, The Chicago Tribune o The Washington Post.
TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 20 - Noviembre - Paco Roca: «Hacer cómic, para mí, es una forma de reflexionar» ,.
En la tuya o en la mía - Miercoles - 20 - Noviembre ,.
En la
tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores
el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante
aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer
mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el
miercoles - 20 - Noviembre , etc.

Archipremiado y reconocido nacional e internacionalmente como uno de los autores más importantes del cómic europeo, Paco Roca comenzó publicando en El Víbora. A esas colaboraciones le siguieron GOG (2000); Hijos de la Alhambra (2003); El faro (2005); El juego lúgubre (2008); Las calles de arena (2009); Emotional World Tour (2009); El invierno del dibujante (2010); Memorias de un hombre en pijama (2011); Los surcos del azar (2013); La casa (2015), El tesoro del Cisne Negro (2018)… y la que es hasta ahora su última novela gráfica, Regreso al Edén, editada por Astiberri en 2020.
Roca se reconoce un privilegiado, no solo por el gran éxito alcanzado, sino porque «una de las pocas cosas que he tenido clara desde pequeño es que quería ser autor de cómic. Me gustaba dibujar, pero también contar historias, y esas dos cosas solo se unen en el cómic. Estudié diseño gráfico e ilustración publicitaria… hasta que pude hacer lo que realmente quería hacer».
Los referentes de los que ha bebido son muchos, pero reconoce la importancia de los clásicos para su trabajo. «Por ejemplo, el Tintin de Hergé. Me gusta por cómo se documentaba, aunque estuviera haciendo cómic infantil y juvenil, y por su estilo gráfico. Mi estilo, como el suyo, es la línea clara. Funciona muy bien para contar cualquier tipo de historia, es mas aséptico, no un lastre para narrar. Utilizo el dibujo como el medio para contar».
La medalla de las Bellas Artes le pilló trabajando en un nuevo cómic, ambientado en los años 40. Ya tiene el guion y está en la fase de los bocetos. «Cuando estoy con una nueva historia me puedo pasar hasta un mes sin dibujar, más allá de los encargos como ilustrador. Hay veces que incluso me da miedo y me digo: “¡Pero si hace semanas que no dibujas!”. Y, sin embargo, luego hay temporadas en las que no pasa un día o una hora en la que no esté dibujando».
El historietista valenciano sigue centrado en la búsqueda de la memoria sentimental con una mirada social. «Todo empezó cuando murió mi padre y me di cuenta de lo poco que sabía de mi familia». La casa fue el fruto de ese viaje interior. Los protagonistas de este libro mágico son tres hermanos que regresan un año después de la muerte de su padre a la casa familiar donde crecieron. Su intención es venderla, pero con cada objeto que tiran se enfrentan a los recuerdos. Temen estar deshaciéndose del pasado, del recuerdo de su padre, pero también del suyo propio.
«Para construir tu propia identidad tienes que mirar atrás —reflexiona Roca—. Saber cuál es tu papel en una sociedad que está llena de silencios o de combates por reescribir la historia. Esas anormalidades fueron las que despertaron mi interés por la memoria. Nuestra labor como creadores es ponerle cara a toda esa gente que vivió eso, incluso a la gente más normal. Eso es lo que los lectores y la sociedad entienden. Cuando le pones cara a la República, a la miseria de la posguerra, a la dictadura… cuando les pones vivencias, es cuando te empiezas a hacer una idea. El papel del cómic, del cine y las novelas es transmitir y que puedas empatizar. Creo que es la mejor manera de reconstruir la historia». Para Roca «hacer comic es una forma de reflexionar. Yo, que no suelo tener opinión sobre nada, para mí tener una opinión es hacer un cómic».
A pesar de que el autor y dibujante cree que el cómic no está tan cerca del cine como muchos piensan y él prefiere vincularlo más a las novelas, su relación con las pantallas es muy estrecha. Además del éxito de su película de animación Arrugas en los Goya, no podemos olvidar que la serie La Fortuna, de Alejandro Amenábar, está basada en su cómic El tesoro del Cisne Negro, y que pronto comenzará el rodaje de la película dirigida por Álex Montoya, de imagen también real, a partir de su obra La casa.
Álvaro M. Pons (Barcelona), doctor en Física y desde 2019 director de la Cátedra de Estudios del Cómic Fundación SM-UV y del Aula de Cómic de la Universidad de Valencia, cree que «el género del cómic en España atraviesa en la actualidad un instante de efervescencia creativa, influenciada por un cambio generacional, la reivindicación de antiguos autores y la generación de un nuevo discurso». Paco Roca, «ilusionado» con el reconocimiento logrado, le da la razón y cree que esta Medalla es también «una muestra del gran momento que vive el mundo del cómic»
Paco Roca fue uno de los protagonistas del Programa 2021 de España en la Feria del Libro de Fráncfort. Durante el mismo mantuvo una conversación literaria llamada Érase una vez el cómic con la también valenciana Ana Penyas, primera mujer en obtener el Premio Nacional de Cómic (2018).
TITULO : EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA
SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 15 - Noviembre - Arturo Pérez Reverte: Mujeres derrotadas, o no ,.
MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 15 - Noviembre ,.
MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne,.
acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco a las 22:00, el viernes -15 - Noviembre ,etc.
EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 15 - Noviembre - Arturo Pérez Reverte: Mujeres derrotadas, o no ,.Arturo Pérez Reverte: Mujeres derrotadas, o no ,.
Arturo Pérez Reverte - foto ,.
Reinaba Carlos III y ya habían transcurrido casi 70 años desde que los integrantes de La Española se reunieron por primera vez en torno a la biblioteca del marqués de Villena, cuando un frío jueves de principios de noviembre ocurría algo singular: el entonces director de la Academia, José Bazán de Silva, marqués de Santa Cruz, proponía a los académicos la admisión de un nuevo miembro.
«Se trata de alguien —explicaba el marqués— que, a pesar de sus diecisiete años de edad, destaca ya por sus progresos y adelantamientos en la elocuencia y en las lenguas, principalmente en la castellana».
Todo era aparentemente normal hasta que el director admitió que el aspirante a nuevo académico era una mujer: doña María Isidra Guzmán y de la Cerda. La primera sorpresa dio paso a un debate que se resolvió en aquella misma reunión donde los de La Española decidieron, por uniformidad de votos, admitirla como académica honoraria. El discurso de ingreso, escrito de puño y letra por doña María de Guzmán, se conserva en los archivos de la RAE, destacando en él un detalle si no relevante, cuanto menos curioso: la joven académica se refiere siempre a la lengua española, a pesar de que en ese momento todos, absolutamente todos (Diccionario de autoridades, Académicos, medios culturales y la sociedad en general) usaban el término de lengua castellana. Corría el año 1784 y el término lengua española no aparecerá en el Diccionario académico hasta 1925. ¡Esta jovencita se adelantó ciento cuarenta y un años a la Academia en la manera de nombrar nuestra lengua!,.
El caso de María Isidra fue realmente excepcional, pero la presencia activa de la mujer en los medios cortesanos culturales comenzaba ya desde finales del siglo XVIII a ser cada vez más relevante. Ya vimos cómo algunas mujeres pertenecientes a las clases acomodadas habían organizado tertulias culturales en su entorno doméstico, algunas de las cuales estaban integradas por prestigiosos personajes del mundo de las humanidades, las ciencias y las artes. Cabe destacar en Madrid la Academia del Buen Gusto, impulsada por la condesa de Lemos y marquesa de Sarria, donde, entre otros, figuraron algunos académicos de La Española como el conde del Carpio, cuya esposa, Rita Barrenechea, marquesa de la Solana, había conseguido destacar como autora escribiendo algunas comedias muy estimadas en los cenáculos de la Corte. Su rostro hoy es inolvidable, pues lo pintó para la posteridad Francisco de Goya en un retrato que se conserva en el Museo del Louvre. Próximas a este círculo se encontraban las duquesas de Osuna y Alba y la condesa-duquesa de Benavente, mecenas de artistas e impulsoras del teatro, así como la controvertida condesa de Montijo y sus hijas, también inmortalizadas por el pintor aragonés. Su famosa tertulia les acarreó la animadversión de algunos miembros del gobierno, que terminaron acusando a la condesa y condenándola al destierro.
A mediados del XIX, las mujeres seguían luchando por ocupar puestos que durante siglos habían permanecido en manos de los hombres. La famosa tertulia gaditana de doña Frasquita Larrea, madre de Cecilia Böhl de Faber, más conocida por el pseudónimo de Fernán Caballero; la de la condesa de Jaruco en Madrid o la de Margarita López de Morlá, por nombrar algunas de las más destacadas, indicaban que la mujer seguía teniendo peso cultural, pero carecía aún de reconocimiento público. Sirva de ejemplo recordar que todavía en 1837 las mujeres tenían el acceso prohibido a la Biblioteca Nacional, puerta que una mujer, claro está, derribó. Se llamaba Antonia Gutiérrez Bueno, y quería entrar.
—¿Cómo que no puedo entrar? Vamos a ver, ¿y eso por qué? Yo necesito documentarme para completar un diccionario histórico y biográfico sobre mujeres célebres que estoy escribiendo.
Hija del Boticario Mayor de Palacio y amiga del dramaturgo Leandro Fernández de Moratín, éste solía llamarla cariñosamente Marie Toinette Bonus, o sea, la versión francesa de su nombre, pues la muchacha había pasado la mayor parte de su vida en París. “Como te lo cuento, Leandro”, le decía ella en sus pensamientos. “Harta de que nadie atendiese mis quejas, resolví escribir una carta a Doña María Cristina”.
—¿La reina regente de España? ¿Y ha contestado?
—No solo ha contestado, querido amigo, sino que posiblemente haya abierto la puerta de un futuro esperanzador para todas las mujeres.
La carta que la reina regente dirigió en aquella ocasión al responsable de la Biblioteca Nacional constituye hoy un documento emocionante y fundamental para la libertad de la mujer, demostrando que con unas pocas palabras se pueden cambiar muchas cosas: «Permita V. S. la entrada en la sala baja no sólo a Mª Antonia Gutiérrez, sino a todas las demás mujeres que gusten concurrir a la Biblioteca».
La segunda mujer
En otros países de Europa la literatura comenzaba a tener nombre de mujer (Jane Austen, las hermanas Brontë, Madame de Staël, George Sand) y España no se quedaba atrás: Carolina Coronado, Concepción Arenal, Rosalía de Castro, Fernán Caballero, Emilia Pardo Bazán o Gertrudis Gómez de Avellaneda constituyeron una generación de mujeres que tuvieron la conciencia y el deseo público de reconocerse como «mujeres escritoras». Comprometidas, fuertes, luchadoras y valientes, dejaron una huella profunda de sus vivencias en su obra literaria.
ntre ellas hubo una que se decidió a dar el paso y solicitar una silla en la RAE. Se llamaba Gertrudis Gómez de Avellaneda y era culta, bella e inteligente. De origen cubano, residía en España desde jovencita, y en la fecha de la solicitud era ya una escritora reconocida con una personalidad polémica y controvertida en la que no faltaban amores desventurados y escandalosos para la época.
—¿Una mujer? ¿Otra vez? ¿Y ahora qué hacemos, señores?
El silencio incómodo era interrumpido por la tosecilla de los más ancianos:
—Pues a mí me parece una gran escritora —murmuraba uno.
—Sí, a mí me gusta esa muchacha, tiene talento y agallas —apuntaba, otro, atrevido.
Los más jóvenes se miraban entre sí. La tensión se palpaba en los sillones.
—Votemos, votemos —decían entusiasmados los ancianos.
Doña Gertrudis había llegado llamando a las puertas de la modernidad en una corporación que, por desgracia, iba a otro ritmo. Hubo tres votos por correo a favor de la escritora por parte de los académicos más ancianos que por achaques de salud ya no acudían a los plenos de los jueves. Sin embargo, los académicos presentes decidieron que estos no se computarían y pasaron a una votación de carácter más general:
—¿El sexo femenino debe formar parte de la Academia, sí o no? Votemos, señores.
El resultado de la votación fue muy claro: seis académicos a favor y catorce en contra de la presencia femenina en sus filas.
La gran Gertrudis Gómez de Avellaneda se quedaba sin sillón.
La tercera mujer
Aunque los mantuvo unos años a salvo de polémicas, aquella votación no podía detener el tiempo. Medio siglo más tarde, la Academia no tuvo más remedio que volver a enfrentarse con la realidad: doña Emilia Pardo Bazán, que a esas alturas gozaba ya de un sólido prestigio y era reconocida intelectual y socialmente, teniendo publicada la mayor parte de su obra, presentó su propia candidatura en marzo de 1912, enviándola de forma personal a modo de carta de su puño y letra, directamente al director de la institución.
—¿La Pardo Bazán? Ay, madre, ahora sí que se va a liar la gorda.
—No sea usted polisémico, hombre, a ver si se entera la condesa y nos corta el cuello. O algo peor.
Un silencio temeroso sobrevolaba la sala de plenos. Algunos miraban de reojo a don Benito que, haciéndose el distraído, hojeaba uno de los diccionarios como quien no quiere la cosa. Todos fingían no saber, pero era público y notorio que doña Emilia Pardo Bazán y Pérez Galdós habían sido amantes.
La Academia, a pesar de reconocer los méritos de la autora, se aferró a aquel acuerdo de 1853 para seguir vetando el acceso femenino a los sillones con letras. La discusión estaba servida, y tanto el director como el secretario hubieron de hacer equilibrios para superar el trance, pues sabían que cerrar la puerta a la popular Pardo Bazán, mujer de armas tomar, implicaba abrirla a varios frentes: las altas esferas, con influyentes políticos y el mismísimo rey interesados en el tema; la calle, esperando ver un sillón académico bajo el trasero de una mujer; y la prensa, que había iniciado una campaña controvertida y polémica sobre Academia y sexo (femenino). De hecho, el asunto de la Pardo Bazán no era el único del que se ocupaba el mundo cultural de entonces, pendiente de otras dos candidaturas femeninas: Concepción Arenal para la Academia de Ciencias Morales y la duquesa de Alba para la de Historia.
Mujeres modernas
El primer tercio del siglo XX en España fue política y socialmente convulso, pero la mujer seguía ganando terreno, con mucho esfuerzo, en su incansable lucha por ser reconocida. Los nombres de algunas mujeres ya sonaban con fuerza, como el de Carmen de Burgos, alias Colombine, novelista y articulista, habitual de los cafés literarios y los círculos culturales; Victoria Kent, diputada en las Cortes Constituyentes del 31; María de Maeztu, profesora universitaria en las facultades de Magisterio y Pedagogía y fundadora de la Residencia de Señoritas, primer centro oficial dedicado en fomentar la enseñanza universitaria para las mujeres; Clara Campoamor, prestigiosa jurista; Concha Espina, escritora y periodista, o Sofía Casanova, primera corresponsal de guerra española, que vivió y documentó las dos grandes guerras, así como la ocupación nazi de Polonia, donde residía con su marido y sus cuatro hijos. Mujeres, en definitiva, luchadoras y valientes.
La cuarta mujer
Corría el año 1928 cuando la Real Academia recibía tres candidaturas por la vía oficial, es decir, avaladas por al menos tres académicos, siendo la tercera de ellas de nuevo la de una mujer. Esta vez se trataba de la sevillana Blanca de los Ríos, cuya fama en el mundo literario se debía a los ensayos y críticas sobre algunos autores del Siglo de Oro, especialmente Tirso de Molina.
Se volvía a repetir la historia: la prensa desempolvaba viejos rencores y todos acudían a las columnas de los periódicos a opinar. Incluso la Asociación Nacional de Mujeres Españolas exponía respetuosamente la necesidad de contar con una mujer para así «honrar a todas las mujeres de nuestro país».
Esta vez los académicos no recurrieron a la exhumación del viejo acuerdo de 1853. Doña Blanca fue sometida en igualdad de condiciones con los otros dos candidatos a la urna de las votaciones, aunque (sorpresa) no salió elegida.
La quinta mujer
Pocos años después de este hecho estalló la Guerra Civil Española primero y la Segunda Guerra Mundial después, y con el país y el mundo envueltos en sangre se olvidaron estas polémicas, hasta que casi al final de la dictadura franquista, en 1972, de nuevo una mujer llamaba a las puertas de la RAE avalada por tres académicos, como establecían las reglas de la Corporación. Se trataba de María Moliner, autora de un diccionario de uso de gran riqueza que se había convertido en un manual conocido por todos. Ella misma describía de esta manera tan sencilla su gran hazaña:
«Estando yo solita en casa una tarde cogí un lápiz, una cuartilla y empecé a esbozar un diccionario que yo proyectaba breve, unos seis meses de trabajo, y la cosa se ha convertido en quince años».
Archipremiado y reconocido nacional e internacionalmente como uno de los autores más importantes del cómic europeo, Paco Roca comenzó publicando en El Víbora. A esas colaboraciones le siguieron GOG (2000); Hijos de la Alhambra (2003); El faro (2005); El juego lúgubre (2008); Las calles de arena (2009); Emotional World Tour (2009); El invierno del dibujante (2010); Memorias de un hombre en pijama (2011); Los surcos del azar (2013); La casa (2015), El tesoro del Cisne Negro (2018)… y la que es hasta ahora su última novela gráfica, Regreso al Edén, editada por Astiberri en 2020.
Roca se reconoce un privilegiado, no solo por el gran éxito alcanzado, sino porque «una de las pocas cosas que he tenido clara desde pequeño es que quería ser autor de cómic. Me gustaba dibujar, pero también contar historias, y esas dos cosas solo se unen en el cómic. Estudié diseño gráfico e ilustración publicitaria… hasta que pude hacer lo que realmente quería hacer».
Los referentes de los que ha bebido son muchos, pero reconoce la importancia de los clásicos para su trabajo. «Por ejemplo, el Tintin de Hergé. Me gusta por cómo se documentaba, aunque estuviera haciendo cómic infantil y juvenil, y por su estilo gráfico. Mi estilo, como el suyo, es la línea clara. Funciona muy bien para contar cualquier tipo de historia, es mas aséptico, no un lastre para narrar. Utilizo el dibujo como el medio para contar».
La medalla de las Bellas Artes le pilló trabajando en un nuevo cómic, ambientado en los años 40. Ya tiene el guion y está en la fase de los bocetos. «Cuando estoy con una nueva historia me puedo pasar hasta un mes sin dibujar, más allá de los encargos como ilustrador. Hay veces que incluso me da miedo y me digo: “¡Pero si hace semanas que no dibujas!”. Y, sin embargo, luego hay temporadas en las que no pasa un día o una hora en la que no esté dibujando».
El historietista valenciano sigue centrado en la búsqueda de la memoria sentimental con una mirada social. «Todo empezó cuando murió mi padre y me di cuenta de lo poco que sabía de mi familia». La casa fue el fruto de ese viaje interior. Los protagonistas de este libro mágico son tres hermanos que regresan un año después de la muerte de su padre a la casa familiar donde crecieron. Su intención es venderla, pero con cada objeto que tiran se enfrentan a los recuerdos. Temen estar deshaciéndose del pasado, del recuerdo de su padre, pero también del suyo propio.
«Para construir tu propia identidad tienes que mirar atrás —reflexiona Roca—. Saber cuál es tu papel en una sociedad que está llena de silencios o de combates por reescribir la historia. Esas anormalidades fueron las que despertaron mi interés por la memoria. Nuestra labor como creadores es ponerle cara a toda esa gente que vivió eso, incluso a la gente más normal. Eso es lo que los lectores y la sociedad entienden. Cuando le pones cara a la República, a la miseria de la posguerra, a la dictadura… cuando les pones vivencias, es cuando te empiezas a hacer una idea. El papel del cómic, del cine y las novelas es transmitir y que puedas empatizar. Creo que es la mejor manera de reconstruir la historia». Para Roca «hacer comic es una forma de reflexionar. Yo, que no suelo tener opinión sobre nada, para mí tener una opinión es hacer un cómic».
A pesar de que el autor y dibujante cree que el cómic no está tan cerca del cine como muchos piensan y él prefiere vincularlo más a las novelas, su relación con las pantallas es muy estrecha. Además del éxito de su película de animación Arrugas en los Goya, no podemos olvidar que la serie La Fortuna, de Alejandro Amenábar, está basada en su cómic El tesoro del Cisne Negro, y que pronto comenzará el rodaje de la película dirigida por Álex Montoya, de imagen también real, a partir de su obra La casa.
Álvaro M. Pons (Barcelona), doctor en Física y desde 2019 director de la Cátedra de Estudios del Cómic Fundación SM-UV y del Aula de Cómic de la Universidad de Valencia, cree que «el género del cómic en España atraviesa en la actualidad un instante de efervescencia creativa, influenciada por un cambio generacional, la reivindicación de antiguos autores y la generación de un nuevo discurso». Paco Roca, «ilusionado» con el reconocimiento logrado, le da la razón y cree que esta Medalla es también «una muestra del gran momento que vive el mundo del cómic»
Paco Roca fue uno de los protagonistas del Programa 2021 de España en la Feria del Libro de Fráncfort. Durante el mParecerá increíble, pero hay veces que incluso me da pereza dibujar». ¡Tanto como increíble! Todos tenemos algún día malo, desde luego, pero lo que hace realmente sorprendente esta declaración es que sale de la boca de Paco Roca, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2021, concedida por el Ministerio de Cultura. También es ganador del Premio Nacional de Cómic en 2008 con su novela gráfica Arrugas, por cuyo guion adaptado obtuvo un Goya. Premio del Salón del Cómic de Barcelona, Premio Dolmen de la crítica, Premio Madrid Expocómic, Gran Premio Romics de Roma, Premio Gran Guinigi de Lucca, Excellence Award del Japan Media Art Festival, Premio del Salón del Cómic de Zaragoza, Premio Mandarache de Cartagena, Premio Eisner 2020 a Mejor edición de material internacional… Hasta hijo predilecto de Valencia, donde nació en 1969, fue nombrado en 2014.
Archipremiado y reconocido nacional e internacionalmente como uno de los autores más importantes del cómic europeo, Paco Roca comenzó publicando en El Víbora. A esas colaboraciones le siguieron GOG (2000); Hijos de la Alhambra (2003); El faro (2005); El juego lúgubre (2008); Las calles de arena (2009); Emotional World Tour (2009); El invierno del dibujante (2010); Memorias de un hombre en pijama (2011); Los surcos del azar (2013); La casa (2015), El tesoro del Cisne Negro (2018)… y la que es hasta ahora su última novela gráfica, Regreso al Edén, editada por Astiberri en 2020.
Roca se reconoce un privilegiado, no solo por el gran éxito alcanzado, sino porque «una de las pocas cosas que he tenido clara desde pequeño es que quería ser autor de cómic. Me gustaba dibujar, pero también contar historias, y esas dos cosas solo se unen en el cómic. Estudié diseño gráfico e ilustración publicitaria… hasta que pude hacer lo que realmente quería hacer».
Los referentes de los que ha bebido son muchos, pero reconoce la importancia de los clásicos para su trabajo. «Por ejemplo, el Tintin de Hergé. Me gusta por cómo se documentaba, aunque estuviera haciendo cómic infantil y juvenil, y por su estilo gráfico. Mi estilo, como el suyo, es la línea clara. Funciona muy bien para contar cualquier tipo de historia, es mas aséptico, no un lastre para narrar. Utilizo el dibujo como el medio para contar».
La medalla de las Bellas Artes le pilló trabajando en un nuevo cómic, ambientado en los años 40. Ya tiene el guion y está en la fase de los bocetos. «Cuando estoy con una nueva historia me puedo pasar hasta un mes sin dibujar, más allá de los encargos como ilustrador. Hay veces que incluso me da miedo y me digo: “¡Pero si hace semanas que no dibujas!”. Y, sin embargo, luego hay temporadas en las que no pasa un día o una hora en la que no esté dibujando».
El historietista valenciano sigue centrado en la búsqueda de la memoria sentimental con una mirada social. «Todo empezó cuando murió mi padre y me di cuenta de lo poco que sabía de mi familia». La casa fue el fruto de ese viaje interior. Los protagonistas de este libro mágico son tres hermanos que regresan un año después de la muerte de su padre a la casa familiar donde crecieron. Su intención es venderla, pero con cada objeto que tiran se enfrentan a los recuerdos. Temen estar deshaciéndose del pasado, del recuerdo de su padre, pero también del suyo propio.
«Para construir tu propia identidad tienes que mirar atrás —reflexiona Roca—. Saber cuál es tu papel en una sociedad que está llena de silencios o de combates por reescribir la historia. Esas anormalidades fueron las que despertaron mi interés por la memoria. Nuestra labor como creadores es ponerle cara a toda esa gente que vivió eso, incluso a la gente más normal. Eso es lo que los lectores y la sociedad entienden. Cuando le pones cara a la República, a la miseria de la posguerra, a la dictadura… cuando les pones vivencias, es cuando te empiezas a hacer una idea. El papel del cómic, del cine y las novelas es transmitir y que puedas empatizar. Creo que es la mejor manera de reconstruir la historia». Para Roca «hacer comic es una forma de reflexionar. Yo, que no suelo tener opinión sobre nada, para mí tener una opinión es hacer un cómic».
A pesar de que el autor y dibujante cree que el cómic no está tan cerca del cine como muchos piensan y él prefiere vincularlo más a las novelas, su relación con las pantallas es muy estrecha. Además del éxito de su película de animación Arrugas en los Goya, no podemos olvidar que la serie La Fortuna, de Alejandro Amenábar, está basada en su cómic El tesoro del Cisne Negro, y que pronto comenzará el rodaje de la película dirigida por Álex Montoya, de imagen también real, a partir de su obra La casa.
Álvaro M. Pons (Barcelona), doctor en Física y desde 2019 director de la Cátedra de Estudios del Cómic Fundación SM-UV y del Aula de Cómic de la Universidad de Valencia, cree que «el género del cómic en España atraviesa en la actualidad un instante de efervescencia creativa, influenciada por un cambio generacional, la reivindicación de antiguos autores y la generación de un nuevo discurso». Paco Roca, «ilusionado» con el reconocimiento logrado, le da la razón y cree que esta Medalla es también «una muestra del gran momento que vive el mundo del cómic»
Paco Roca fue uno de los protagonistas del Programa 2021 de España en la Feria del Libro de Fráncfort. Durante el mismo mantuvo una conversación literaria llamada Érase una vez el cómic con la también valenciana Ana Penyas, primera mujer en obtener el Premio Nacional de Cómic (2018).
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