TITULO : MAS QUE COCHES - Cupra Tavascan: el SUV eléctrico que no se olvida de tu lado emocional ,.
Cupra Tavascan: el SUV eléctrico que no se olvida de tu lado emocional,.
El nuevo SUV es el segundo modelo 100% eléctrico de la firma española. Sale a la venta en junio en versiones de hasta 340 CV y con precios que, sin descuentos ni ayudas, arrancan en los 52.010 euros.
TITULO: Para Todos La 2 - Colegio rural - Caravana Educativa" Redondela ,.
Colegio rural - Caravana Educativa" Redondela,.
fotos / Sara Escudero conduce "Caravana Educativa" rumbo a Redondela, Pontevedra, para encontrarse con la profesora de refuerzo Patricia García, más conocida en redes como @trazos_class. En este viaje nos vamos a sumergir en la gastronomía como excusa para trabajar la creatividad al máximo en cuatro talleres. Empezamos identificándonos con objetos de cocina donde vemos muchas
particularidades de las niñas y niños. Posteriormente, pintamos refranes de toda la vida en una vajilla en desuso y las niñas y niños tienen que adivinar qué refrán han pintado sus compañeros en los platos. Descubrimos que la imaginación no tiene límites con unos dientes de ajo, unas palomitas y unos lazos de pasta. Nuestros pequeños “chefs” crean unos dibujos donde antes sólo había unos tristes ingredientes de cocina. Terminamos los talleres con la ayuda de Fran, un cocinero que nos hace dos trampantojos engañando el ojo de nuestros peques. Junto a él harán unos bodegones de lo más especiales con elementos cotidianos.
TITULO: Gigantes de La 2 - Carmela Ríos - X, una batalla decisiva ,.- Jueves - 5 - Diciembre ,.
Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2 Jueves - 5 - Diciembre , 23:50 de Televisión Española.
Carmela Ríos - X, una batalla decisiva ,.
foto / Carmela Ríos,.
La plataforma de Musk ya no es solo una red, sino un imponente aparato de comunicación política al servicio de fuerzas radicales en todo el mundo,.
El magnate Elon Musk lanzó esta semana un anuncio en redes sociales para reclutar a superdotados dispuestos a trabajar más de 80 horas semanales en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés) que dirigirá para asesorar al presidente electo, Donald Trump, en recortes del gasto público. "Necesitamos revolucionarios de alto coeficiente intelectual dispuestos a trabajar más de 80 horas a la semana en la reducción de costes", detalló el DOGE en un mensaje publicado en X, red social de la que Musk es dueño.
El nuevo departamento estará dirigido por Elon Musk y por el empresario trumpista Vivek Ramaswamy, quien participó en las primarias por la nominación republicana.
El DOGE indicó en su mensaje que Musk y Ramaswamy revisarán el 1 % de los mejores currículums que reciban a través de mensajes directos en la plataforma X. En un primer post publicado unas horas antes en la cuenta DOGE, Musk y Ramaswamy aseguran que están “trabajando horas extras para garantizar que el dinero de los impuestos se gaste de forma inteligente”. Casi 1,5 millones de personas ya siguen la cuenta DOGE en X.
Los detalles de este reclutamiento se revelan al final de la publicación. “Si este es tu caso envía tu CV por mensaje a esta cuenta". Una maniobra nada despreciable ya que para poder enviar un mensaje privado a la cuenta DOGE hay que pagar la suscripción premium a X (al menos 3 dólares al mes), plataforma propiedad de Elon Musk.
Trump anunció el martes la creación de esta oficina que "brindará asesoramiento y orientación desde fuera del Gobierno y se asociará con la Casa Blanca y la Oficina de Administración y Presupuesto para impulsar reformas estructurales a gran escala y crear un enfoque empresarial para el gobierno nunca antes visto".
La misión del DOGE concluirá a más tardar el 4 de julio de 2026, cuando se cumplan 250 años de la independencia de Estados Unidos. El nombramiento de Musk al frente de esta oficina era un secreto a voces desde la campaña, aunque sorprendió el anuncio de Ramaswamy como codirector. El hecho de nombrar a dos personas para dirigir una oficina de eficiencia ha sido motivo de crítica y burla en redes sociales.
TITULO: ¡ Atención obras ! - Cine - Frente al ruido,.
Frente al ruido,.
foto / La novela española durante el franquismo, Historia social de la novela española o la inencontrable Diez novelistas españoles de la posguerra —aparecidas entre 1980 y 2010— son —y seguirán siendo durante décadas— el punto de partida de cualquier investigación sobre la novela y la literatura española de ese tiempo de sombras y rebeldías. Acoso y derribo. Pensamiento literario y disidencia política en la posguerra española se ofrece como la culminación de su labor investigadora. Sanz Villanueva construye su indiscutible autoridad en la reunión de una documentación exhaustiva, un discurso directo y sin concesiones y una independencia de criterio ejemplar. El presente estudio tiene por objeto ofrecer el recorrido del movimiento conocido como realismo social —también llamado social realismo o realismo socialista— que tuvo su vigencia en la novela y en la poesía españolas del franquismo y que se caracterizó por una rebeldía entre juvenil y doctrinaria. No se trata esta vez de un estudio literario, entendiendo por tal el estudio de las obras del movimiento, sino del estudio del ruido —adverso— que la furia rebelde desató. En la producción de ese ruido colaboraron fuerzas institucionales del franquismo, voces independientes y corrientes académicas que, en ese tiempo, gozaron de una indiscutible hegemonía.
"Sin embargo, ni las obras están concebidas desde la perspectiva de las directrices del zdanovismo ni la ideología de sus autores estuvo firmemente asentada en la doctrina comunista"La historia literaria es una disciplina todavía joven. Apenas cuenta dos siglos de existencia. Las disciplinas más asentadas —las científicas— cuentan más de dos milenios. La historia de la literatura española, además de joven y a pesar de su nacionalismo, ha mirado con cierto complejo de inferioridad a otras historias literaria nacionales europeas. Lo mismo ha ocurrido con la crítica literaria de los medios de comunicación. Estas limitaciones se dan además en un tiempo especial, el tiempo de la guerra fría. La vinculación de muchos de los autores socialrealistas al PCE o, simplemente, sus simpatías por la izquierda sirvieron de excusa para poner en marcha un programa de acoso y derribo que se amparaba en sus defectos. Ese programa o coalición de distintos actores es el objeto de estudio y denuncia de este monumental libro.
La crítica de los medios del régimen vinculó el realismo social con la política soviética. Sin embargo, ni las obras están concebidas desde la perspectiva de las directrices del zdanovismo ni la ideología de sus autores estuvo firmemente asentada en la doctrina comunista. El zdanovismo no pasó de ser una doctrina coyuntural y específicamente eslava. Su fórmula —ideynost/partiynost/norodnost, esto es, ideología/partidismo/populismo— no propone otra cosa que la renuncia al pensamiento libre, sumisión al partido y al espíritu nacional-populista eslavo. Es la alianza entre el burocratismo soviético y ultranacionalismo que hemos visto con la caída del régimen soviético. El populismo nacionalista ruso es un fenómeno anterior y posterior al comunismo. Dostoievski fue rehabilitado por el régimen soviético —pese a su antiizquierdismo y su religiosidad popular— precisamente porque es un defensor del populismo ruso. Por otra parte, Zdánov careció de cultura literaria. No estaba en su horizonte teorizar sino exigir sumisión. Fue solo un despiadado ejecutor —si no sicario— de las decisiones del dictador. Las consecuencias de esa directriz no pasaron de exigir propaganda. Y esa propaganda se centró en la obligación de crear un “héroe positivo” y en renunciar a la influencia de la “decadente” literatura libre. El autor o artista ruso debía ser un “ingeniero de almas”, capaz de adoctrinar a las masas en el culto al régimen soviético y de silenciar su brutal represión. Los novelistas españoles pronto rompieron su vinculación al comunismo. Solo López Salinas antepuso su militancia comunista a la actividad literaria. Los demás, tras un más bien breve ciclo, abandonaron la disciplina partidaria para ejercer su libertad de crítica y, sobre todo, su libertad creativa. Eran jóvenes rebeldes. Esto hizo posible que aceptaran, sin mayores reservas, la parte razonable de las críticas que había recibido su generación. Por otra parte la crítica franquista aprovechó los escándalos de la represión a autores y artistas rusos para arrojar basura sobre la izquierda y presumir cínicamente de la libertad de que gozaban los autores españoles. La censura no era sino una práctica benevolente. Hubo contadas excepciones. Es el caso del crítico conservador Antonio Iglesias Laguna, que publicó la monografía Treinta años de novela española 1938-1968 y que publicó en el diario franco-fascista El Español una documentada serie de entregas, cuyas ideas recupera generosamente este volumen.
"También en este bando, el liberal, hubo criterios valiosos y juicios sensatos. Entre los sensatos el libro recoge los de Fernando Morán, para la novela, y Caballero Bonald, para la poesía"Acoso y derribo recoge puntualmente la crítica liberal, fundada en el “valor estético”. En la última página, a “valor estético” Sanz Villanueva añade “cualquier cosa que signifique ese término” y es que, en efecto, no está nada clara su significación ni mucho menos lo que entienden los críticos del socialrealismo por tal cosa. Fruto de la ambigüedad de su punto de partida, esta crítica ofrece aportes de muy diversa valía. El concepto más simplista del valor se remite al estilo. El estilo es la superficie de la literatura, su redacción. Todavía hoy son amplia mayoría los que solo saben valorar esa superficialidad, con la excusa de que la literatura se construye con palabras. Ese punto de partida les impide distinguir entre la palabrería —el retoricismo— y la obra de arte. Y les deja indefensos frente a las modas. Muchos críticos del realismo social pusieron el acento en las técnicas. Los realsocialistas practicaron el objetivismo. No interesaban los monólogos interiores y otros recursos del subjetivismo. Interesaba el colectivo, no el individuo. Eso no los hace menos valiosos que quienes adoptaron técnicas más complejas o, mejor dicho, de mayor éxito en el panorama literario de la época. La débil conceptualización de la crítica estética llevo a muchos a ampararse en la autoridad del estructuralismo y del formalismo. La sagaz burla de este academicismo que hizo Jesús López Pacheco —“estructuralistos y formalistos”— debe mantenerse viva (páginas 351 y 470). Unas cuantas décadas después el estructuralismo está bien muerto, aunque el despropósito que produjo en los estudios literarios —y lingüísticos— sigue todavía vivo. No recuerda Acoso y derribo el ridículo que hizo Juan Goytisolo al pretender fundar su giro estético en las ideas del sabio lingüista Émile Benveniste, del que no había entendido nada, quizá porque muchos críticos creyeron que era una reivindicación acertada. El estructuralismo gozó durante un tiempo de la consideración de ciencia del lenguaje. Pero no era sino un formalismo rígido y, sobre todo, ahistórico, al pretender establecer una teoría que prescindía de la dimensión histórica. Prescindir de la historia es prescindir de la vida social.
También en este bando, el liberal, hubo criterios valiosos y juicios sensatos. Entre los sensatos el libro recoge los de Fernando Morán, para la novela, y Caballero Bonald, para la poesía. Entre los criterios que se elevaron sobre la moda formal-estructuralista el libro destaca las intervenciones de la revista Cuadernos del Congreso por la libertad de la cultura, que recogió el dosier publicado en las revistas Preuves y Encounter. Las tres revistas, junto a la alemana Das Forum, fueron financiadas por la CIA. La versión española —Cuadernos…— se editó en París. En este dosier el punto de vista fue más alto que el que podía proporcionar el formalismo. Se reivindicó la libertad frente al dirigismo político-partidista e, incluso, la concepción del realismo como utilitarismo social.
"El estudio de la forma interior de obras socialrealistas evidenciaría que unas cuantas tienen valores suficientes para sobrevivir al olvido"El momento de mayor empatía mostrado por Sanz Villanueva quizá aparezca con la reflexión de Isaac Montero. Montero había sufrido las impertinencias de Juan Benet, a propósito del compromiso. Y su réplica en Cuadernos para el diálogo denuncia la coalición de “la burocracia de la censura, los más caducos representantes de la literatura academizante e inocua y, ahora, […] los defensores de esta vaga ideología formalista”. Convenientemente actualizada y documentada, esta es la tesis sobre la que descansa este monumental estudio. Y su conclusión viene a reafirmar el valor de la literatura rebelde. El episodio de la rebeldía socialrealista concluyó. El ruido de su entorno derrotó a su furia. Pero otros rebeldes —más o menos realistas— han tomado su relevo.
Cabe añadir que el valor estético no puede residir ni en la superficie verbal —el formalismo— ni en la ideología. Reside en la forma interior, la forma estética. Esa forma interior necesita un estudio. No se percibe por los sentidos, como la forma externa. El estudio de la forma interior de obras socialrealistas evidenciaría que unas cuantas tienen valores suficientes para sobrevivir al olvido. De la misma manera que obras del esteticismo formalista —por muchos recursos técnicos que acumulen— carecen de ellos, porque su forma interior es convencional —y, a menudo, porque esos recursos experimentales son mera imitación—. Tan ideológico —en el sentido de dirigista— es el realismo socialista soviético como el formalismo vacuo, que, con la excusa de la independencia, carece de reflexión.
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