TITULO: EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 26 - Noviembre - Riley Keough ,.
EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 26- Noviembre ,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes - 26 - Noviembre , a las 22:30 por antena 3, etc.
EL
SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - Riley Keough ,.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - Riley Keough , fotos ,.
Riley Keough ,.
Riley Keough, nieta de Elvis Presley: “La maldición de mi familia es un problema muy común. Se llama adicción”,.

La actriz y productora de cine publica ‘Desde aquí a lo desconocido’, las memorias póstumas de su madre, Lisa Marie Presley. “No llevar el apellido Presley me ha ahorrado muchas cosas”, asegura a EL PAÍS,.
Es la nieta de Elvis Presley y, aunque ha hecho carrera como actriz, la vida de Riley Keough está marcada a fuego por su familia. Ahora acaba de publicar la autobiografía que su madre, Lisa Marie, fallecida hace más de un año, había dejado sin terminar. De su madre y su vida con Michael Jackson, de las drogas, del suicidio de su hermano y del peso de su apellido nos habla en esta entrevista.
Priscilla Beaulieu, hija adoptiva de un oficial canadiense, tenía 14 años cuando conoció a Elvis, que entonces tenía 24 y hacía el servicio militar en Alemania. Priscilla parecía mayor para su edad, pero para Elvis era lo suficientemente niña como para moldearla a su gusto. Por ejemplo, con un libro que por fuera parecía una biblia, pero lleno de fotografías de actos sexuales en su interior.
Cuando Elvis regresó a Estados Unidos, Priscilla lo siguió y se instaló con él en Graceland. A medida que la fama mundial del cantante crecía, lo hacían la presión y el insomnio, que Elvis adormeció con toneladas de pastillas, al igual que Priscilla. «Tomaba pastillas para dormir y pastillas para adelgazar», escribió ella.

Al cumplir Priscilla 21 años, se casaron y tuvieron a su hija, Lisa Marie, que nació en 1968, cuando el matrimonio ya empezaba a resquebrajarse. La pareja se divorció en 1973; cuatro años más tarde, Elvis fue hallado muerto en el baño de Graceland. Causa oficial: insuficiencia cardiaca. Causa no oficial: abuso de medicamentos. Tenía 42 años.
Para entonces, el siguiente capítulo de la saga familiar ya había comenzado. En Las Vegas, los Jackson 5 estaban en el escenario y Michael, de 16 años, reparaba, según contó años más tarde, en una linda chica de la primera fila: Lisa Marie Presley, que entonces tenía 6 años. Pasaría un tiempo hasta que ambos se volvieran a encontrar. Entretanto, Lisa Marie abandonó la escuela secundaria por su adicción a las drogas. Luego cayó en las garras de la cienciología, donde conoció al músico Danny Keough, con quien se casó en 1988. De aquel matrimonio nacieron su hija Riley y su hijo Benjamin, que se suicidó en 2020. Se divorció en 1994 y un mes después se casó con Michael Jackson, entonces ya sospechoso de abuso infantil.

El matrimonio más extraño de la historia del pop duró dos años, al parecer porque él quería tener hijos, pero ella no. Luego, Lisa Marie estuvo casada con el actor Nicolas Cage durante cien días; y volvió a decir 'sí, quiero', esta vez al músico Michael Lockwood, con quien tuvo gemelas. Se divorciaron en 2016. En enero de 2023, Lisa Marie fue encontrada inconsciente en su casa y murió poco después. La causa de la muerte fue una obstrucción intestinal como resultado de una cirugía para bajar de peso practicada años antes.
«De pequeña, mi madre podía hacer que despidieran a los empleados con solo quejarse a mi abuelo. Ella daba las instrucciones. Era la reina de Graceland»
Después de su muerte hubo una disputa legal sobre el legado de Presley, Graceland. Lisa Marie supuestamente la había puesto como garantía para pedir 3,8 millones de dólares y el prestamista trató de subastarla. Su hija Riley Keough, una actriz de éxito, lo demandó alegando que el contrato había sido falsificado. El tribunal le dio la razón. El patrimonio de Lisa Marie Presley incluía sus memorias inacabadas, en parte como manuscritos y en parte como grabaciones de audio. Su hija Riley Keough ha recopilado esos recuerdos en un libro. Ella misma nos lo cuenta en exclusiva en una entrevista.
XLSemanal. Completó la autobiografía de Lisa Marie Presley, Desde aquí a lo desconocido, una vez muerta su madre.
Riley Keuogh. Fue muy emotivo. Le había prometido ayudarla con este libro y sentí que era mi deber cumplir esa promesa. Al principio me resultó difícil oír sus grabaciones. Me tomó tiempo reunir el coraje necesario para hacerlo.
XL. ¿Qué descubrió de su madre?
R.K. Nada nuevo. Sabía casi todo. Pero aprendí más sobre su infancia de niña salvaje y rebelde en Graceland, también sobre su búsqueda permanente del amor. La profunda soledad que sintió desde niña se me hizo mucho más evidente.
«El mejor recuerdo que tengo de Michael Jackson fue cuando nos cerró la juguetería Hamleys, de siete pisos, en Londres. ¡La juguetería más antigua del mundo! Nos permitían correr solos por todas partes»
XL. Su madre describe su infancia en Graceland junto con su padre como la época más feliz de su vida. Si él era el rey del rock, ¿su madre era la princesa de Graceland?
R.K. Absolutamente. Era la pequeña reina de Graceland. Tenía espíritu regio, una extraña mezcla de radiante confianza en sí misma y, al mismo tiempo, profunda inseguridad.
XL. Dicen que su padre despedía a los empleados si ella así lo quería.
R.K. Eso es así, sí. Ella quería estar al mando y daba todas las instrucciones.

XL. Y que cobraba veinte dólares a los fans que se agolpaban en la valla del jardín con la promesa de darles a cambio unas fotos de su padre que jamás entregaba.
R.K. Sí, también podía ser divertida y rebelde.
XL. Su madre temía los cambios de humor de su padre. Cuando Elvis se enojaba, ella se escondía hasta que dejaba de tirar muebles. ¿Conocía este lado de su abuelo?
R.K. Sí. Mi madre también heredó eso. Pero él nunca fue un hombre aterrador, aunque sí, tenía sus momentos.
«Mi madre era muy dependiente de opioides, analgésicos y pastillas para dormir. Pero logró superar su adicción, lo que nos pareció un milagro»
XL. A su madre le preocupaba que Elvis muriera muy joven. ¿De dónde le venía esa oscura premonición?
R.K. Mi madre era muy intuitiva. Ella y su padre estaban muy unidos y sentía que él no se encontraba bien. Varias veces vio a Elvis incapaz de caminar por su adicción a las pastillas o tirado inconsciente en el baño. Eso aumentó sus miedos.
XL. ¿Usted sintió un miedo similar por su madre, dada su larga adicción a las pastillas?
R.K. Sí, pero no durante mi infancia, sino cuando fui mayor. Mi madre luchaba contra la adicción, y a todos nos preocupaba cómo afrontaría la pérdida de mi hermano. Pero me impresionó su resiliencia; volvió a estar sobria después de una larga batalla. Logró superar su adicción, lo que nos pareció un milagro porque mi madre era muy dependiente de opioides, analgésicos y pastillas para dormir.

XL. Cuatro años después de la muerte de Elvis, su madre empezó a consumir drogas duras: tenía 13 años.
R.K. Aunque sea difícil de entender, creo que esa primera experimentación con las drogas no fue adicción. Se trataba más de rebeldía, de poner a prueba los límites. Buscaba algo que pudiera llenar el vacío interior que sentía.
XL. También desarrolló una profunda desconfianza hacia los demás. Estaba convencida de que todos querían utilizarla por su apellido.
R.K. Hubo muchas decepciones. Experimentó una muy temprano con su primer novio, cuando tenía 14 años. El novio la atrajo a un parque, donde los dos se besaron en un banco mientras otro chico tomaba en secreto algunas fotos que luego vendieron a los tabloides. Así descubrió que muchos no estaban interesados en ella como persona. Y cuanto mayor se hacía, más desgarradoras se volvían esas traiciones.

XL. Su madre rehuía los focos, pero se casó con una estrella como Michael Jackson.
R.K. Tenía una ingenuidad infantil. Aunque era una mujer fuerte y poderosa, conservaba mucha inocencia en su interior. Creo que no pensó en cómo cambiaría su vida y cuánta atención traería esa historia de amor. Ella solo vio la conexión que había entre ellos.
XL. En 1994, después de la boda secreta de Lisa Marie y Michael Jackson en la República Dominicana, su hermano y usted tenían al padrastro más famoso del mundo.
R.K. Lo llamábamos 'Mimi' porque mi hermano pequeño Ben no podía pronunciar Michael. Michael nos llevaba a la escuela, a veces con uno de sus chimpancés sentado en el coche con nosotros. Michael tenía todo un zoológico en Neverland y varios chimpancés.
XL. ¿Cuál es el mejor recuerdo de su tiempo con Michael Jackson?
R.K. Hay muchos maravillosos, pero creo que el mejor fue cuando nos cerró la juguetería Hamleys, de siete pisos, en Londres. ¡Es la juguetería más grande y antigua del mundo! A mi hermano y a mí nos permitían correr solos por todas partes. Fue una aventura inolvidable.
XL. Celebró su 17 cumpleaños con Robert Plant, el cantante de Led Zeppelin.
R.K. ¡Eso fue totalmente inesperado! Mi mamá lo organizó como una sorpresa porque sabía que yo estaba loca por Led Zeppelin. Me citó para cenar con ella y, cuando llegué allí, estaba Robert Plant sentado con mis padres y mi abuela. ¡Me quedé en shock! Acababa de hacerme un tatuaje de Led Zeppelin. ¡Fue la mejor sorpresa de cumpleaños!

XL. ¿Existe un patrón de adicción en su familia?
R.K. Soy muy consciente de eso. Creo que proviene de la forma en que lidiaron con el trauma y el dolor. Yo también he experimentado ese dolor, pero lo afronto de manera diferente.
XL. ¿De qué manera?
R.K. Realmente nunca he estado metida en una adicción. Simplemente nunca ha sido lo mío y no estoy segura de por qué. Es algo que pienso a menudo.
XL. Usted es la nueva propietaria del lugar de peregrinación para todos los fanáticos de Elvis. ¿Con qué frecuencia vuelve a Graceland?
R.K. He estado allí mucho últimamente, y siempre es agradable. A menudo iba a Graceland con mi madre. Cuando era niña, incluso pasábamos juntas la noche en la cama de Elvis, en el primer piso, y a la mañana siguiente no podíamos salir porque los turistas ya estaban en la planta de abajo con el guía.
XL. ¿Es cierto que en el piso superior, que no está abierto al público, todo sigue como cuando murió, en 1977?
R.K. Sí, no se ha cambiado nada. Incluso sus libros siguen ahí.
XL. ¿Qué le gustaba leer a su abuelo?
R.K. Tenía muchos de autoayuda. Pero también muchas biblias y algunos new age. Recuerdo que tenía el legendario libro de meditación Be here now, de Ram Dass, que yo también he leído. Muchos de sus libros sugieren que estaba buscando un significado más profundo.

XL. En muy poco tiempo no solo perdió a su madre, también a su hermano Ben, que se quitó la vida a los 27 años.
R.K. Fue terrible. Ben a veces bebía demasiado y pasaba momentos difíciles, pero siempre pensé que volvería a la normalidad. No estaba preocupada por su salud mental porque parecía normal cuando estaba sobrio. Cuando se quitó la vida, fue difícil de procesar porque no había señales de ello. Mi opinión sobre el suicidio y la salud mental ha cambiado desde entonces. No siempre es evidente lo que ocurre.
XL. ¿Cómo le afectó a su madre?
R.K. Era lo peor que podía imaginar: perder un hijo. Hablaba de ello a menudo. Antes de que Ben muriera, ni siquiera podía ver películas sobre la pérdida de hijos. Fue devastador para ella.
XL. Su madre mantuvo el cuerpo sin vida de Ben en hielo seco en casa durante dos meses para llorarlo en paz. ¿Diría que se rompió después del suicidio de Ben?
R.K. Pasó por diferentes fases. Al principio fue increíblemente duro, pero estábamos todos juntos y sufrimos como una familia. Mantuvo el cuerpo de Ben en casa durante dos meses porque quería honrarlo y hacer el duelo.
XL. Su madre habla en el libro sobre la carga de ser un Presley. Ella escribe que Ben nunca tuvo una oportunidad porque se parecía demasiado a su abuelo Elvis. ¿Qué opina?
R.K. Sintió que Ben, como ella, nunca tuvo la oportunidad de ser una persona 'individual' sin tener que llevar ese legado. Ben se parecía a Elvis y quería hacer música, pero no pudo soportar la presión. Nuestra familia está agradecida a Elvis. Pero la presión es enorme,.
TITULO:
Lunes - 25 - Noviembre - Imprescindibles - Muere la hispanista Shirley Mangini, redescubridora de las modernas de Madrid ,.
Muere la hispanista Shirley Mangini, redescubridora de las modernas de Madrid,.
Shirley Mangini,.
Investigó a las mujeres intelectuales y trabajadoras que construyeron la Segunda República, hicieron la guerra y fueron represaliadas por Franco; también a los escritores de la Generación del 50,.
La hispanista Shirley Mangini (Pensilvania 1946- California 2024) falleció el pasado octubre en su casa de Long Beach, tal como deseaba, tras una larga enfermedad que la apartó de su trabajo en los últimos años.
Investigó a las mujeres intelectuales y trabajadoras que construyeron la Segunda República, hicieron la guerra y fueron represaliadas por Franco; también a los escritores de la Generación del 50 ,.
La hispanista Shirley Mangini (Pensilvania 1946- California 2024) falleció el pasado octubre en su casa de Long Beach, tal como deseaba, tras una larga enfermedad que la apartó de su trabajo en los últimos años.
Mangini fue una estudiosa clave en el estudio de las mujeres españolas de la Segunda República. Las conoció, las trató y las reivindicó, y prueba de ello es su magnífico libro Las modernas de Madrid(Península, 2001), base fundamental para todos los trabajos que se han desarrollado posteriormente, aunque no siempre se le reconozca el mérito de ser la fuente principal.
En este libro nos hablaba de las mujeres intelectuales, pero años antes había puesto nombres y apellidos a numerosas mujeres que habían participado activamente en la construcción y defensa de la Segunda República española. Mujeres trabajadoras, de extracción humilde, otras de clase privilegiada, pero todas ellas testimonio de las miles de españolas que también hicieron la guerra, mujeres valientes que quisieron resistir el fascismo y que por ello fueron reprimidas por Franco y silenciadas por sus compañeros.
A partir de un trabajo meticuloso, con muchas entrevistas realizadas a mujeres diversas, con la lectura de textos publicados o inéditos, y con la visita a numerosos archivos y bibliotecas, Mangini reunió una vasta documentación sobre el tema que generosamente compartiría con aquellas colegas o jóvenes investigadoras que la necesitaran.
La generación del 50
Antes de profundizar en el estudio de las mujeres españolas, se había interesado por los escritores españoles de la generación de los cincuenta. Animada por quien fue su marido por un corto periodo de tiempo, el poeta Ángel González, la recién licenciada por la Universidad de Nuevo México obtuvo una beca en Austin para obtener su título de maestría con una tesina sobre Jaime Gil de Biedma. Después realizaría su doctorado en Nuevo México, con una tesis sobre Juan Marsé. Ya como profesora en la Universidad de Yale, emprendería una laboriosa investigación acerca de la intelectualidad contraria a Franco, que culminaría con la publicación del libro Rojos y rebeldes. La cultura de la disidencia durante el franquismo (1987).
Desde una posición más amable, en la California State University, Mangini se entregó al placer que la investigación de sus intereses le reportaba. De aquí surgió la publicación, primero en inglés y después en español, de la biografía de la pintora Maruja Mallo, tras la cual se sumergió en aunar dos de sus intereses relacionados con España: la gastronomía y las mujeres intelectuales de finales del siglo XIX y principios del XX, sus modernas. La enfermedad le frustró terminar, precisamente, el libro acerca de la gastronomía de Emilia Pardo Bazán.
Mangini, persona divertida, alegre, valiente, trabó amistad con muchas de las personas que trató como objeto de estudio. Entre las páginas de los diarios de Rosa Chacel asoma una joven Shirley Mangini, viajera curiosa, despierta e inteligente. Las dedicatorias de Victoria Kent reflejan el cariño y las risas compartidas en el apartamento que habitaba junto a Louise Crane, próximo a Central Park. La auténtica Mangini también disfrutaba con las nuevas amigas, resultado de sus aventuras madrileñas. Amigas que conoció en alocados cursos de italiano o en bares en los que compartían callos y copas de chinchón. Amigas como ella misma: rojas, rebeldes y modernas.
TITULO: ELLA & - Lo de siempre como nunca,.
Lo de siempre como nunca,.
foto / ¿Cómo explicar el efecto de un deslumbramiento? ¿Qué hacer con la sobredosis de estímulos que llega de repente? ¿Dónde andaba escondida la sorpresa hasta entonces? ¿Cuándo cabe decirse que se ha perdido toda esperanza si luego aparecen libros que te llenan de dicha ante el surgimiento de lo inesperado? ¿Por qué nadie nos habló antes de Kjell Askildsen (Mandal, 1929), si lleva publicando regularmente desde 1953 en su noruega natal? ¿Quién es este ganador del Premio Nórdico de la Academia Sueca, el dos veces galardonado por el Premio de la Crítica, el mismo que se alzó con los premios Brage y Riksmål o el elegido por un jurado de especialistas como el mejor prosista noruego del último cuarto de siglo? ¿Cuántas alegrías se le deben a este puñado de libros, traducidos a una veintena de lenguas hasta la fecha? ¿Cuándo llegará de nuevo el fuego que traen consigo los cuentos de Askildsen y cuánto más podremos esperar sus fieles hasta ese anhelado regreso?
La obra de Kjell Askildsen es como el akvavit para los noruegos, un símbolo de la nación, producto de la destilación cuidadosa de los más insospechados ingredientes que, en la proporción justa, ofrecen alimento vital (aqua vitae) al mortal que se rinde a sus efluvios. Se trata de un aguardiente a base de patata, con peculiar sabor a comino y otras especias como el anís, las semillas de alcaravea, las de hinojo, el cilantro o el eneldo, y envejecido en barricas de roble usadas previamente para las soleras de jerez. La prosa de Askildsen acepta el símil con naturalidad, dado que la poética que la alumbra mucho tiene que ver con destilaciones sucesivas —esas que no producen resacas indeseables— en busca de la expresión exacta, medida, afinada, contenida, concisa, que jamás habrá que confundir con las formas de la escuela minimalista.
Hoy ya sabemos que ciertas peculiaridades del estilo de Raymond Carver, con quien frecuentemente se emparenta al autor de Los perros de Tesalónica, vinieron inducidas por la mano hábil de su editor y un clarividente manejo de las tijeras. Unidos a su vez a las estrategias intersticiales del maestro Chéjov, los cuentos de Askildsen contienen como en aquél una suerte de secreto que acostumbra a agazaparse entre líneas y pide ser confiado en el trato íntimo, sin prisa alguna y siempre con destellos de elocuencia que van apareciendo conforme pasan los días. De ahí que se trate de una prosa exigente, poco dada a los artificios de la inmediatez, donde no es que no pase nada, sino que lo que pasa es lo de siempre, pero contado como nunca. Parecería que estamos ante cuentos estáticos, sin apenas giros argumentales sorpresivos. Si acaso un ya me lo temía que deja al lector con la sensación de que nada puede hacerse que no se hubiera hecho ya en el interior del relato. Alguien ha dicho por ahí que Askildsen tiene truco, que así escribe cualquiera, el mismo lumbrera que ha tildado a Borges de trilero. También se decía que Hitchcock tenía truco, hasta que llegó François Truffaut para explicarnos la genialidad del director hecho esfinge.
El deslumbramiento al que me refería vino parejo a la llegada del nuevo siglo, cuando se publicaron de la mano de Lengua de Trapo un manojo de volúmenes que son el núcleo duro de la narrativa breve del escritor noruego: Un vasto y desierto paisaje (2002), Últimas notas de Thomas F. para la humanidad (2003) y Los perros de Tesalónica (2006). Luego llegó la selección Desde ahora te acompañaré a casa (2008, un puñado de cuentos a partir de su primer libro de relatos) y, ese mismo año, la antología Todo como antes, con el prólogo de nuestro querido y malogrado Julián Rodríguez, el mismo texto que ahora se rescata como epílogo de la edición de Nórdica que nos ocupa. Lo cierto es que la recepción editorial de la obra de Askildsen (sin novelas traducidas al castellano, si la memoria y el corazón no me fallan) se ha visto envuelta en una maraña de títulos que ha despistado a los que siguen como un culto su literatura. Cuentos que van y vienen de un libro a otro, rescates, reestructuraciones, ediciones de bolsillo, honrosas ediciones en tapa dura, varias recopilaciones de cuentos, la última No soy así: Cuentos, 1953-1996, Nórdica (2018), una editorial idónea para Askildsen, dada la poética que la alumbró desde sus inicios. Sería buena cosa que, ahora que parece que va a ser Nórdica la encargada de recuperar el catálogo del noruego, mantuviera a Kirsti Baggethum y Asunción Lorenzo como traductoras oficiales del autor de El precio de la amistad al castellano, labor en la que se han aplicado con excelencia desde hace ya cuatro lustros. Askildsen en español tiene sus voces.
Uno metería en el mismo saco en el que se mueve a sus anchas Kjell Askildsen a John Lee Hooker, a Thelonious Monk, a Miles Davis, y a cualesquiera que entiendan que los silencios contienen universos que merece la pena explorar. Que la ausencia no es carencia, sino suma. Que los espacios libres son el gesto de cortesía que ofrece un artista a sus receptores potenciales para que completen lo que las historias les proponen. Silencios que no son otra cosa que rellanos destinados a tomar aire, paréntesis para dejar volar la imaginación y hacer eterno el relato de unas notas o un párrafo. Algo así como la ilusión óptica con la que Vermeer nos muestra la famosa perla de aquella la joven tronie anónima, ese pendiente sin contorno ni engarce, logrado a base de pinceladas sueltas y blanco de plomo. La Gestalt lo veía como una regla de la representación y la interpretación —principio de cierre—, pero en estos artistas se reconoce como parte indisoluble de su filosofía, la misma que inspiraba la Teoría del iceberg de Hemingway, esa que nos habla de que todo relato contiene, o debería contener, una parte visible y siete octavos invisibles a los ojos. Y es que el concepto de opera aperta propuesto por el semiólogo Umberto Eco no salió de la nada, como ocurre con casi todo lo que existe bajo el sol.
En El precio de la amistad encontramos todo eso y mucho más, pese a que se trata de una colección de relatos que ha necesitado el refuerzo emocional de sus editores noruegos para que Askildsen los diera a la imprenta. Muchos de estos cuentos —escritos entre 1998 y 2004— llevan por título el nombre de los personajes que los protagonizan, a veces con la inicial de su apellido, otras con sus nombres completos, como si por momentos le pudiera el pudor a su autor, o simplemente para jugar con la verosimilitud, o con el de su suspensión, tanto da. A efectos de lectura, pocas diferencias le llegan al receptor ante cuentos como “Konrad T.” frente a “Willy Hassel”, ni hay matices entre “Gustav Herre” y “George” o “Marion”. Todos ellos funcionan con los mismos ingredientes que los hacen extraordinarios, enormes desde su aparente nimiedad, plenos en sabiduría vital, y nunca exentos de ironía, acidez y un alto grado de sarcasmo, que en no pocas veces roza con el cinismo más descarnado. Lo que prevalece en esta docena de cuentos es la captura de un instante en el mismo momento en que el magma bullente que genera el roce de las relaciones humanas rompe la capa que lo mantenía fuera del alcance del oxígeno exterior. Todos ellos comparten esos momentos «bisagra», donde la realidad se pliega tras un tropismo apenas imperceptible fruto del cual todo salta por los aires. Lo hace al estilo de los volcanes efusivos, que dejan escapar la lava por sus laderas sin la emisión de piroclastos. Todo sucede sin grandes explosiones, pero de algún modo la erupción avanza sin remisión hasta un lugar de no retorno. Se genera entonces una nueva realidad, donde la materia expulsada al exterior será la génesis para erupciones venideras y configurará el material de desecho con el que construir la nueva realidad de los hombres y mujeres que habitan en los cuentos de Kjell Askildsen, tan extraños por lo cotidiano de su honda humanidad, aunque con una disposición estoica a no atender a ninguna clase de esperanza, a fin de no caer en decepciones.
Como buen maestro de la elipsis, Askildsen evita subrayar el conflicto que late en sus historias, pero uno jamás sale indemne de ellas. Cuando un cuento empieza diciendo “Los martes, Konrad T. iba a ver a su padre”, ya puede uno prepararse, porque habrá herida. La profundidad será inversamente proporcional a la cantidad de páginas devoradas; esto es, al tiempo que lleve el lector frecuentando los libros del noruego. En ellos, sobre todo, los personajes preguntan y responden, que son las actividades que funcionan como motor para el avance del relato. A veces también se abofetea, se duerme, se camina o se lee (Viaje al fin de la noche, por ejemplo). Echarse a andar, para los seres que pueblan estos cuentos, ya es una aventura. La aventura. La otra vendrá dada por los estragos producidos debidos al paso del tiempo y al consiguiente distanciamiento de intereses y deseos. “La amenaza para una amistad era que la influencia recíproca cesara”, se dirá en un punto de inflexión del libro. Aquí los hermanos fingen estar enfermos para no asistir a un funeral familiar, los sobrinos no son sobrinos, sino hijos de los hermanos, y los cuñados los padres de esos hijos de hermanos. Desfamiliarización y desapego en toda regla, sin resentimiento ni dolor. Aquí, las cosas son así. Y punto. Personajes en su mayoría que han vencido cualquier sentimiento de culpa, y esperan resignados que los días lleguen a su fin, con la noche o con la muerte, como Gerhard P., que tras perder a sus padres en un accidente de coche, “se posó sobre él una tranquilidad que no entendía”. Pero se equivoca quien hable de parquedad y pobreza en la prosa de Askildsen. Si hay algo evidente es que todos estos cuentos piden una atención persistente e incansable para descifrar la parte invisible de cada uno de los icebergs que flotan en todos ellos.
“Ella estaba frente a él, con un lenguaje corporal más marcado que antes. Y cuando por fin se dio la vuelta y se marchó, se llevó el lenguaje con ella”. Un minimalista habría escrito esa frase de otro modo: simplemente, “se dio la vuelta y se marchó”. ¿A qué vendría hablar del lenguaje corporal y soltar una humorada que es algo más que un simple desahogo? Un minimalista jamás haría eso. Tampoco escribiría respecto a un personaje que había tenido “demasiadas pocas mujeres”. No es que sean pocas, nunca lo son; la clave está en «demasiadas». Un escritor escueto y áspero se lo saltaría. No así Askildsen. Él dibuja personajes que jamás dejan ver su yo oculto, aunque no le importa que muestren sus querencias mundanas, en particular su predilección por la bebida, con cafés que predisponen a la estimulación sensorial o alcoholes que van desde el vino y las pintas de cerveza (casi siempre a pares), al coñac o el whisky. En ese estado de ligera embriaguez perpetua en el que se instalan las personas que recorren estas historias falsamente breves, el autor hace que piensen, supongan, finjan, simulen, dialoguen o duden, que no den nada por seguro, pues la vida suele ser así, plena de incertezas. O no.
Robert Saladrigas escribió que Askildsen es “quizá, hoy por hoy, el más deslumbrante maestro del cuento europeo”, mientras que Fogwill habló de él como “un artista del narrar que ha creado un estilo indeleble” a partir de una ejemplar economía de medios. Parca como el sol de Noruega, pero hermosa como sus auroras, la prosa que reaparece en El precio de la amistad habla de la vida, o lo que es lo mismo, de la infelicidad, la angustia, el tedio vital, la infidelidad, los temores, los amores, la desesperanza… en fin, de cuanto le ha parecido pertinente rescatar al autor en las piezas que conforman su última mirada a sus congéneres. El libro se cierra con una ligera brisa y un sonido que coincide con la palabra que los noruegos reservan para los brindis. ¡Skol!,.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 28 - Noviembre - La cocina japonesa que conquista a las celebrities,.
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Jueves - 28 - Noviembre - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - ,.
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La cocina japonesa que conquista a las celebrities,.
Septiembre ha llegado y con él, un cargamento de propósitos para el nuevo curso. Durante el verano, las celebrities han cometido excesos como el resto de los mortales y te desvelamos cuáles son sus trucos para recuperar la línea,.

La cocina japonesa tiene múltiples beneficios para la salud y se ha convertido en el menú favorito de las celebrities. Experiencia kirei, es un concepto de comida a domicilio que surge de la unión de Kabuki y Pescanova, dando lugar a una revolución gastronómica.
La cocina japonesa tiene múltiples beneficios para la salud y se ha convertido en el menú favorito de las celebrities. Experiencia kirei, es un concepto de comida a domicilio que surge de la unión de Kabuki y Pescanova, dando lugar a una revolución gastronómica. Tras muchos días comiendo y cenando fuera durante las vacaciones, Experiencia Kirei te permite el lujo de disfrutar de la mejor cocina japonesa sin salir de casa. La vuelta a la rutina perfecta, que nos devuelve la línea de forma sabrosa y divertida. Este nuevo concepto gastronómico, nos descubre 7 razones por las que la comida japonesa es la favorita de las celebrities:
1. La presentación: elemento diferencial de Experiencia Kirei
Los japoneses saben llamar nuestra atención visual, con platos ricos en colorido, que resultan muy apetecibles. Muchas veces “comemos por los ojos” como se suele decir, y la presentación de los platos bonitos y elaborados nos ayuda a nutrir el hambre visual. En experiencia Kirei, todos los ingredientes están cuidadosamente empaquetado al vacio. Cuando recibas la caja solo hace falta emplatar y darle un toque final que con la ayuda de sus instrucciones y vídeos conseguirás una presentación espectacular.
2. Mayor consumo de pescado
El pescado que proviene de la dieta japonesa aporta proteínas, hierro, vitamina B12 y grasas saludables como el omega 3. Es muy importante incluir el sushi en nuestra dieta, para facilitar el consumo de pescado en nuestro día a día. El pescado aporta poquísimas calorías. El pescado blanco, como el pargo rojo o la lubina, nos aportan menos de 100 calorías cada 100 gramos, mientras que la caballa, la anguila y el corte más graso del atún nos aportan menos de 200 calorías en la misma cantidad.
3. Porciones pequeñas
La comida repartida en porciones pequeñas hace que nos saciemos antes y ayuda a comer más despacio, muy importante si queremos perder peso. Además, contribuye a que paremos de comer cuando nos sentimos llenos, ya que no tendremos delante un plato lleno de comida.
4. Acelera el metabolismo
Con tanto desorden en las comidas de verano, puede que nuestro metabolismo se vea ralentizado. El pescado utilizado en la cocina japonesa es rico en proteínas con un bajo contenido calórico y es conocido por su reducida cantidad de grasas. Además, el vinagre (preparado a partir de arroz de sushi) es muy importante para el metabolismo celular.
5. Mejora la circulación
Es muy común que tras los excesos se padezca de retención de líquidos, o mala circulación que dan lugar a las piernas hinchadas. El pescado del sushi y la salsa de soja son ricos en hierro, el cual juega un papel fundamental en la producción de glóbulos rojos, que mejoran la circulación en todas las partes del cuerpo. Además, estimulan el crecimiento del cabello (viene muy bien de cara a la caída capilar del otoño) y mejoran la salud de la piel, acelerando el proceso de curación de tejidos y células.
6. Protege del colesterol y mantiene el equilibrio hormonal
Las algas marinas nori utilizadas en el sushi de Experiencia Kirei, nos protegen del colesterol. Este alimento contiene minerales como el yodo, proteínas y vitaminas A, B1, B2, B6, niacina y vitamina C, por lo que es muy nutritivo. El yodo es un elemento esencial para el control y la regulación de nuestro sistema endocrino, especialmente de la glándula tiroides, evitando los trastornos de hipotiroidismo e hipertiroidismo. Cuanto más oscuro es el nori, mayor será la calidad de esta alga marina.
7. Fácil digestión
El sushi no daña el estómago, ya que el pescado crudo es de muy fácil digestión y el arroz avinagrado también. Además, los vegetales utilizados en Experiencia Kirei contienen un alto contenido en fibra. Consumir alimentos en crudo como el pescado o las algas, favorece una mayor absorción de ácidos grasos poliinsaturados como el Omega 3.
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