TITULO: El Telediario La 1 - La directora del CNIO se niega a dimitir, culpa de todo al gerente y no aclara las irregularidades,.
La directora del CNIO se niega a dimitir, culpa de todo al gerente y no aclara las irregularidades,.
María Blasco anuncia que presentará una denuncia ante la Fiscalía por las «graves consecuencias» de la «bicefalia» en la dirección del centro,.
foto / La directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, María Blasco,.
La directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, ha descartado dimitir tras las polémicas sobre su gestión al frente del organismo público y ha culpado al director gerente, Juan Arroyo, de todas las posibles irregularidades que se imputan al CNIO, como las actividades ajenas al propósito original del mayor centro contra el cáncer en España o las anomalías detectadas en su contrato.
En una rueda de prensa convocada para aclarar las informaciones sobre su gestión al frente de esta institución dependiente del Ministerio de Ciencia, que ha tachado de «bulos», «mentiras» y «campaña de descrédito», la directora científica del CNIO ha atribuido a esa «bicefalia» (dos directores, uno científico y otro gerente) todas las posibles irregularidades que se hayan podido producir. Por eso, ha anunciado que presentará una denuncia ante la Fiscalía General del Estado por las «graves consecuencias» que, a su juicio, provoca el organigrama del ente público, aunque ha evitado aportar más detalles sobre la demanda.
En esa misma línea, y apuntando directamente al director gerente, ha negado que sean suyas las competencias de contratación, sino de Arroyo, y ha asegurado que está preparando un informe específico que enviará al Ministerio de Ciencia, incluyendo que el gerente «no ha aclarado en ningún momento» a los medios de comunicación que las irregularidades que se le imputan a Blasco, además de la falta de financiación y un importante déficit, «no son» de su competencia.
«Quiero anunciar que en mi informe al Patronato he pedido que se investigue el origen de esta campaña de descrédito hacia el CNIO y hacia mi persona, cargándome responsabilidades que no son mías, sino del gerente, así como una auditoría al Defensor del Pueblo de mi labor y de la labor del gerente», ha asegurado Blasco, quien también ha solicitado una reunión con la ministra del ramo, Diana Morant.
En su intervención, ha mostrado su «preocupación» por la gestión del director gerente, en el cargo desde la etapa de Mariano Barbacid, porque -asegura- daña su imagen como «cara visible» del CNIO. Blasco ha explicado que asumió la dirección científica del centro en 2011 con la condición de que «iba a poder trabajar con un gerente nuevo», que designaría el propio Ministerio. Sin embargo, según ha detallado, hasta en dos ocasiones el Ministerio, con distintos gobiernos, prometió un cambio de gerente «que nunca se materializó».
Desde entonces, y siempre según Blasco, Arroyo ha estado «dificultando» la labor de la directora científica y, en los últimos años, esa preocupación por la gestión del gerente «ha ido aumentando debido a una demanda por prevaricación, tráfico de influencias, fraude y malversación contra él y dos miembros de su equipo». «Yo no quiero acusar a nadie, pero quiero dejar claro que no tengo las competencias de gestión de contratación», ha incidido la directora del CNIO ante los medios de comunicación.
Así, Blasco ha instado al director gerente a que «salga a la luz» y de las explicaciones pertinentes como «persona con las competencias económicas y de contratación», al tiempo que ha insistido en la «campaña de descrédito» y el «acoso» que a su juicio está sufriendo por ser una mujer en un puesto directivo, aunque no ha llegado a aclarar cuál es el origen. «Esta campaña ha tenido todos los ingredientes. El más grave ha sido la omisión de todos los logros del CNIO y el silencio cómplice del potencial responsable en el caso de que cualquiera de los supuestos publicados tenga profundidad», ha señalado.
Dudas sin aclarar
Tampoco ha aclarado, a preguntas de los medios de comunicación, algunas de las irregularidades que se imputan al centro y se ha limitado a detallar sus funciones como directora científica; es decir, a cargo de la estrategia científica del CNIO, pero «sin poder de firma». No ha explicado, por ejemplo, qué ocurrió con los 'sobresueldos' que cobró durante tres años de forma irregular (90.000 euros más, según la información que aparece en la Auditoría de Cuentas Anuales que la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) realizó al organismo público en 2019). «Mi contrato es legal, aprobado por el Patronato», ha zanjado.
En cuanto a CNIO Arte, una iniciativa con el que el centro investigador gastó 877.787 euros en la compra de obras de arte y en la contratación de al menos dos personas, la directora científica del CNIO, quien creó y desarrolló el proyecto, ha señalado que se trata de un programa «común a muchos centros de investigación» y que, en cualquier caso, la aportación para la creación de las piezas de arte es finalista y no se emplea para otras iniciativas o gastos. Según publicó ABC, en el marco de ese proyecto se destinó, además, 20.000 euros en itinerar las obras en múltiples viajes por todo el mundo, en destinos como Washington, Nueva York, Chicago, Mozambique o el Ártico.
Sobre este extremo, el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, ha acusado al Gobierno de «tolerar el despilfarro» de fondos para la investigación del cáncer. «Se han gastado dos millones de euros en un programa de arte o 300.000 euros en viajes al año mientras tres de los cuatro microscopios punteros están estropeados y nadie los repara. ¿Pero qué vergüenza es esta?», ha criticado Tellado en una rueda de prensa en la Cámara Baja. Informa Juan Casillas.
En concreto, el popular ha cargado contra la ministra Morant, de cuyo departamento depende el CNIO, y ha anunciado que mañana miércoles pedirá su comparecencia en la Diputación Permanente, como ya hizo con la directora del centro, a quien ha afeado su «arrogancia» en su intervención de este martes. «Pedro Sánchez ha conseguido que sus socios se lo consientan todo, desde tropelías de la ley Begoña hasta corruptelas como esta», ha denunciado Tellado.
TITULO: EL MAGO DEL TIEMPO - Lluvias y fuertes rachas de viento por un frente asociado a Ivo,.
Lluvias y fuertes rachas de viento por un frente asociado a Ivo,.
foto / La borrasca Herminia le da el relevo a Ivo. En esta jornada, 14 comunidades autónomas están en aviso por fenómenos costeros, y el aviso es naranja en Galicia durante todo este miércoles por viento y costeros. En zonas como Aragón o Castilla y León, el aviso es amarillo por nieve, y por viento en Andalucía, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Navarra, País Vasco y La Rioja. En lo que respecta a Cataluña y a Murcia, la atención está puesta en los fenómenos costeros.
TITULO: Volando voy - Jesús Calleja - Agustín Martínez Escritor, guionista y miembro del trío Carmen Mola ,.
Este domingo - 2 - Febrero a las 21.30,Cuatro emite una nueva entrega de 'Volando voy',fotos,.
Agustín Martínez Escritor, guionista y miembro del trío Carmen Mola ,.
«Nadie sabe cuántos españoles fueron asesinados en la isla de Hitler»,.
Desentierra el infierno nazi de Aldeney husmeando en los paraísos fiscales del Canal de la Mancha en su nueva novela, 'El esplendor'. «Los verdugos de 'Adolf island', un capricho de Hitler, no fueron a juicio y quedaron impunes»,.

Agustín Martínez ante uno de los acantilados de Alderney donde los nazis arrojaban a su víctimas.
Nada ni nadie es lo que parece en El esplendor (Planeta), la nueva novela de Agustín Martínez (Lorca, Murcia, 1976). Guionista, narrador y miembro del trío Carmen Mola, mezcla thriller e historia para desenterrar un desconocido infierno nazi. A través de una pareja de jóvenes que busca fortuna en un paraíso fiscal, desvela el horror de la «isla de Hitler», Alderney, una roca de apenas cinco kilómetros de largo y dos y medio de ancho, donde las SS plantaron cuatro campos de concentración y masacraron a miles de prisioneros ante la pasividad aliada. «Nadie sabe cuántos españoles fueron asesinados aquí entre 1941 y 1945», explica el autor mientras recorre el bello y macabro paisaje de la isla que quiso ser el «Gibraltar nazi», sembrada de búnkeres y defensas de hormigón del Muro Atlántico, alzadas por trabajadores esclavos de 27 nacionalidades.
–Es su tercera novela en solitario, ¿con mucha historia sin ser histórica?
—Hay un trasfondo histórico desconocido y muy doloroso, pero es un thriller contemporáneo sobre una pareja de jóvenes buscavidas.
–Viajan a un paraíso fiscal y descubren un pasado tenebroso, un infierno nazi.
—Como espectador y lector me gustan las películas y las novelas con efecto bola de nieve: parten de algo pequeño, crecen y se complican con muchos elementos. La historia empieza en Madrid con César y Rebeca, jóvenes que deberán viajar a una isla remota del Canal de la Mancha. Allí entran en contacto con el enterrado pasado nazi de Alderney y con unos personajes muy turbios. Son unos ingenuos y ambiciosos buscavidas que no vienen de ningún sitio. Quieren colarse en la gran fiesta de los poderosos, en la élite del dinero, y acaban quemándose, como Ícaros modernos, aplastados por el peso del pasado.
–Como ellos, usted se topó con la terrible realidad de Alderney investigando otras cosas.
—Armar una novela es como resolver un puzle. Partí de un punto sencillo: una cazadora de herencias de personas fallecidas sin testar acaba en un paraíso fiscal en busca de un trust. Eso me llevó a Alderney, la isla más pequeña del Canal, pegada a Francia, con una historia de sufrimiento brutal. Inglaterra renunció a ella y los nazis la invadieron. De 1940 a 1945 fue un campo de concentración para franceses, rusos y muchos republicanos españoles. Algunos no sabían ni dónde estaban.
–¿Cuántos españoles fueron asesinados o murieron en ese infierno nazi?
—Nadie lo sabe. Hay poca documentación y mucha información contradictoria. Cuando el ejército británico llegó tras la guerra, elaboró un informe que no se conoció hasta finales de los 80. Nadie supo muy bien qué pasó. Se hablaba de 400 muertos, pero los testimonios de prisioneros y algunos libros de los escasos supervivientes demuestran que esa cifra es imposible. Hay quienes hablan de entre 5,000 y 20,000 asesinados. Otras estimaciones llegan a los 40,000 muertos.
–Sabemos mucho de Auschwitz, Mauthausen o Buchenwald, pero casi nada de campos de la muerte como Lager-Sylt en Alderney.
—Es un pasado vergonzoso y humillante que nadie quiere reconocer. La cesión británica a la Alemania nazi fue aberrante y se quiere borrar. Apenas se ha publicado nada. Los españoles que murieron aquí habían huido de la Guerra Civil para acabar en los campos de trabajo forzado de Francia. Uno de ellos contó que pudo haber 10,000 españoles, de los que habrían sobrevivido solo 58. No hay tumbas. No hay pruebas. Los arrojaban por los acantilados. El mar estuvo sembrado de cadáveres.
–¿Los verdugos no pagaron por sus crímenes en este infierno insular?
–Los soldados llamaban 'Adolf island' a Alderney, que era un capricho de Hitler, y los verdugos quedaron impunes. En el campo de Sylt, dirigido por las SS, mandaban oficiales como Johann Hoffmann, Maximilian List, Kurt Klebeck y Otto Hogëlow, que jamás fueron a juicio. El ejército británico los detuvo y los liberó. De List se dijo que había muerto, y diez años después se descubrió que no era cierto, igual que con Hoffmann. Un superviviente dijo: «Es fácil ir por la calle en Berlín, toparte con Hogëlow o con Klebeck y que se rían de ti en tu puta cara».
–¿En la vida como en la novela, nadie parece ser quién es? ¿Detrás de cada cual hay tantas identidades?
—Es un laberinto de espejos, un juego de muñecas rusas, una reflexión sobre la identidad con personajes que se reconstruyen para ser otros. La identidad es un tema clave en el mundo cambiante de hoy, con grandes crisis existenciales. La identidad depende de la moral a la que te aferres, de lo que vivas y luches en la vida. Este juego está muy presente en la novela porque los protagonistas tienen muchas vueltas, muchas caras. ¿Podemos dejar de ser quienes éramos para ser otros? Esa es la clave.
–El populismo extremo ruge de nuevo ¿La literatura debe recordarnos que puede regresar un pasado terrible?
Portada del libro,.
—Si olvidamos lo que sucedió, podría volver a pasar. Hoy no podemos afrontar los conflictos y desafíos del ser humano sin asumir el pasado. Sin entender de dónde venimos, qué pasó y cómo, es imposible conocer la identidad de un país o de una persona. Si lo ignoras, caminas sobre el barro.
–Con Carmen Mola llevaba años muy ocupado. Pero 'jubilada' su inspectora Elena Blanco, ¿está más liberado?
–Por suerte 'los Mola' podemos decidir qué hacemos con nuestro trabajo. Muchos escritores no pueden elegir. Decidimos jubilar a Elena Blanco antes de que nadie nos pidiera que acabáramos con ella. Nos permite plantearnos otros desafíos. Para el escritor es fatal acomodarse.
–¿Para cuándo otro Carmen Mola?
—Trabajamos ya en algo nuevo, pero nos apetecía darnos oxígeno en nuestras trayectorias personales para recuperar nuestra identidad. Los tres publicaremos novelas este año y luego llegará la nueva entrega de Carmen Mola. Seguimos disfrutando el proceso de escribir juntos.
–Ha cimentado su carrera como guionista y ¿Hay una película en esta novela?
—En mi manera de contar, en la trama y en los giros, hay una influencia inevitable de las series y las películas. Como en la creación de una atmósfera muy cinematográfica. Pero al escribir novelas no pienso en películas. Me da rabia que se piense en la novela como un producto intermedio de camino hacia el éxito verdadero que es la serie o la película. Tengo la suerte de trabajar en series. Siempre pensé que esta historia era una novela. ¿Que llega la serie? Bienvenida.
–¿Le satisface más escribir guiones o novelas?
—Lo hago con el mismo entusiasmo. Se trata de contar historias y cada una tiene su formato: película, novela, cómic... Cada uno tiene sus herramientas y su proceso creativo, y disfruto mucho del mío, como del trabajo en equipo en la novela.
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