BLOC CULTURAL,

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viernes, 17 de enero de 2025

Tarde de café - Patas arriba - La clonación de animales de compañía ,. / Documaster - Michael Pettis El economista punk de Pekín ,. / Al Médico - Salud - «Las mujeres que dan a luz en casa no tienen una ambulancia en la puerta» ,.

 

 TITULO:  Tarde de café -  Patas arriba - La clonación de animales de compañía  ,.

 Tarde de café - Patas arriba -  La clonación de animales de compañía  , fotos,.

 La clonación de animales de compañía ,.

 La clonación de animales de compañía en Patas arriba

También este sábado, conoceremos a Jordi y Sultán, un poni y un mastín adoptados, que forman parte de una terapia para ancianos con Alzheimer.

 

Este sábado en “Patas Arriba” abordará un cuestión un tanto peliaguda, la clonación de animales de compañía como método para preservar a nuestro fiel compañero. El programa visitará un laboratorio en Marbella donde realizan este procedimiento, y conoceremos la opinión de famosos y de la calle sobre este asunto.

En la segunda historia del programa conoceremos a Jordi y Sultán un poni y un mastín adoptados que, de la mano de sus cuidadores, forman parte de la terapia de ancianos con Alzheimer.

Seguimos las andanzas de Fito, Zarpis y Txutxi que, en esta ocasión, visitan una ciudad tallada en la piedra en pleno desierto  de Arabia. 

La etóloga Ana Reyes y el veterinario felino, Germán Pérez, resolverán las dudas de los andaluces sobre sus mascotas. 

En la sección de adopciones conoceremos a Saliff, un perrete dispuesto a dar mucho amor a quien decida compartir su vida con él.

Y los más pequeños darán las explicaciones más disparatadas sobre los cocodrilos. Por su parte, la bióloga Ío Almagro nos dirá en qué se diferencian los cocodrilos de los caimanes,.

TITULO:  Documaster - Michael Pettis  El economista punk de Pekín,.

 Michael Pettis  El economista punk de Pekín,.

«Muchos chinos me dicen que habrían votado por Trump. Culturalmente, conectan con los conservadores»,.

 Michael Pettis

foto /  Michael Pettis, profesor de Finanzas de Guanghua School of Management (Universidad de Pekín).

Nadie conoce China mejor que este profesor norteamericano de la universidad de Pekín, y por eso políticos y empresarios occidentales buscan su consejo. Además, su pasión por la música punk-rock lo ha convertido en una figura clave en la escena indie de la capital china. Hablamos con él de guerras comerciales y garitos con un 'gin-tonic' en la mano.

En un rincón del casco antiguo de Pekín, entre callejuelas laberínticas, se encuentra la casa de Michael Pettis, una figura que desafía cualquier etiqueta. Economista, profesor y mentor de la escena musical independiente china, Pettis ha hecho de esta ciudad su hogar durante,.

El economista Michael Pettis, una de las voces más autorizadas sobre las finanzas de China, agarra el bote antimosquitos y se dosifica generosamente en las piernas. A esta hora de la tarde y en esta época del año en su patio de Pekín uno puede acabar acribillado. Pettis, estadounidense de 65 años, lleva 20 en el gigante asiático, y vive en un callejón a un paso de la Ciudad Prohibida en lo que se conoce como un ‘siheyuan’, una construcción antigua compuesta por varios edificios levantados en torno a un espacio,.

TITULO:  Al Médico - Salud - «Las mujeres que dan a luz en casa no tienen una ambulancia en la puerta» ,.

«Las mujeres que dan a luz en casa no tienen una ambulancia en la puerta» ,.

 Laia Casadevall, matrona, recuerda que la evidencia científica ha demostrado que el parto en casa no supone un riesgo añadido en mujeres con un embarazo normal

foto / Laia Casadevall, matrona, explica que «la madre que elige parir en su hogar no renuncia al avance científico sino que precisamente utiliza la ciencia»,.

Un parto en casa catalogado de riesgo que se sucede sin problema alguno. Una bebé que al nacer en su hogar presentó ciertas dificultades. Una madre que fue violada, con muchos traumas acumulados, pero con el deseo de dar a luz en casa porque buscaba una experiencia con el máximo respeto. Una mujer que pedía muchísima intimidad y que ningún sanitario entrase en su habitación hasta que ella no lo pidiera... Estos son algunos de los testimonios que Laia Casadevall, matrona experta en partos domiciliarios, recoge en su nuevo libro 'Parir en casa', una obra de lo más completa que ayudará a muchas embrazadas a decidirse para hacer posible una maternidad segura e informada.

«Parimos y lo hemos hecho a lo largo de la historia. Lo nuevo es parir en hospitales», dices en el libro. Sin embargo, quienes están en contra de dar a luz en casa dicen frases tipo: «Antes también se moría uno de apendicitis y hoy no. Para algo están los avances». Por tanto, ¿es un avance parir en un hospital?

Partimos de extremos. Dar a luz en casa es algo que se ha hecho toda la vida pero los partos de antes eran partos sin recursos y sin los avances científicos que hoy tenemos. Antes, se atendía a las mujeres en unas condiciones de higiene y salubridad precarias, sin controles prenatales, sin antibióticos... ¡Las matronas no llevaban material adecuado! Era un parto en casa sin elección e incomparable a lo que es dar a luz en casa hoy. También te atendían mujeres sin estudios ni cualificación profesional o la mujer se moría por una preeclampsia sin diagnosticar o con gemelos porque no había habido un estudio previo.

Luego pasamos al extremo contrario: todas a parir al hospital, sin tener en cuenta si se trataba de un embarazo de bajo riesgo o alto. Sin ciencia y sin que la mujer pueda decidir. Sin evidencia científica que avalara el cambio. Pasamos a una medicalización absoluta del parto y nacimiento, en el que la mujer ha perdido su autonomía y el control de su cuerpo. De hecho, en 1986 la OMS alertó ya de esa institucionalización de partos y nacimientos, produciéndose una deshumanización total. Por tanto, es momento de encontrar un equilibrio sano entre los avances científicos y experiencias de las mujeres porque las intervenciones, si son necesarias, bienvenidas sean. En caso contrario, cuando se llevan a cabo sistemáticamente, se pone en riesgo a bebés y mujeres.

Entonces, dar a luz en casa sería lo normal ¿no?

La mujer que elige un parto en casa no renuncia al avance científico sino que precisamente utiliza la ciencia. Parir en casa, teniendo un embarazo de bajo riesgo, siendo atendida por expertas y con acceso cercano al hospital, es seguro para madres y criaturas. No es un retroceso, si no que se usan los avances científicos que tenemos. Parir es algo fisiológico que forma parte de la en vida sexual y reproductiva de la mujer. Y, en los casos en los que se precise, está el hospital.

¿Cómo encontrar el equilibrio? Porque con la pandemia se evidenció que las mujeres podían parir en su hogar y no en hospitales para no contagiarse. También se daban altas a las pocas horas de dar a luz.

La pandemia nos demostró que los hospitales, con gente enferma de Covid, no eran el mejor lugar para bebés y mujeres sanas. En otros países, se habilitaron hoteles o casas de parto para dar a luz de forma segura. Evidentemente, hablamos siempre de embarazos de bajo riesgo. Fueron meses en los que aumentó mucho la demanda del parto en casa pero no hay tantas matronas para ello. Tampoco es bueno optar por el parto en casa por huir del hospital. Es una opción que tú eliges porque sabes que es la mejor y estás convencida.

Cuentas que en España, en el año 2000, «prácticamente no se veía ya un parto fisiológico en los hospitales». Y es lo que vemos como normal.

Claro, llegabas al centro y, o se te escapaba el bebe o difícilmente se podía ver un parto fisiológico, sin ningún tipo de intervención. Es decir, la mujer llega al hospital y se le pone una vía, los monitores, se le inmoviliza en la cama... Ver lo contrario es lo difícil a día de hoy porque cualquier parto lleva implicada una intervención. Llevar una vía lo hemos normalizado. En Inglaterra no se la ponen a las mujeres si no hay factor de riesgo. Los profesionales sanitarios están formados en prácticas medicalizadas y no confían en la fisiología del parto porque no la han visto jamás.

La evidencia científica, de hecho, dice que dar a luz en casa es seguro.

El problema que tenemos en este país es que cuesta soltar el control y abrazar la evidencia científica actual, apartándonos de lo que hemos normalizado y no es normal. Una mujer no tiene porqué parir con una vía. Y los profesionales no la estamos poniendo en riesgo por ello. Cuando las intervenciones son necesarias, adelante. En caso contrario, no. Cuesta encontrar profesionales que actúen en base a la evidencia científica y creo que es porque les supondría una pérdida de control que pasaría a estar en manos de las mujeres, que es a quienes les pertenece.

«Llevar una vía en el parto lo hemos normalizado. En Inglaterra no se la ponen a las mujeres si no hay factor de riesgo. Los profesionales sanitarios están formados en prácticas medicalizadas y no confían en la fisiología del parto porque no la han visto jamás»

A pesar de todo ello, dar a luz en casa no es la opción favorita de las mujeres ni en los países más avanzados en ello. ¿Por qué?

Al final, el parto en casa no es una opción mayoritaria. Llevamos encima una mochila cultural importante. Nos han hecho creer que el parto es un evento peligroso. Tu instinto te dice que sí puedes hacerlo pero te da miedo por esa mochila. Por eso existen términos medios, como las casas de partos, la opción más elegida por las mujeres. Aunque dar a luz en casa es una opción minoritaria, no podemos olvidar que al final se trata del derecho a elegir y los estados deben garantizar un acceso libre y gratuito para que no se convierta en un privilegio. Tampoco aspiramos a que ser la opción mayoritaria porque no hay recursos y cada mujer tiene necesidades diferentes.

Por tanto, si los hospitales no son los lugares más apropiados para dar a luz y parir en casa es una opción minoritaria, ¿qué opciones hay que ofrezcan ese equilibrio entre seguridad y humanización?

Las casas de partos son la opción intermedia dirigida a mujeres de bajo riesgo. Ofrecen el entorno tranquilo y familiar del parto en casa pero cerca de la institución sanitaria y eso da tranquilidad a muchas mujeres. En Inglaterra, por ejemplo, es muy común. En España solo hay dos casas de partos o centros de nacimientos, situadas en Cataluña, y ambas, aunque se encuentran dentro del hospital, están lideradas por matronas y se favorece el parto fisiológico. Si hay algún tipo de complicación, se traslada a la mujer.

A lo largo del libro, compartes testimonios de mujeres que han dado a luz en casa contigo. Algunas de esas vivencias son alucinantes, cada una de ellas es diferente, mujeres con traumas que optan por esta opción, mujeres a las que les dijeron que tenían que practicarles cesáreas... ¿Cuál es el perfil de quien decide parir en casa?

Son mujeres muy informadas, empoderadas y responsabilizadas con su salud. Suelen tener un nivel sociocultural medio alto. Y han tomado esta decisión tras meditar mucho. Están muy concienciadas y quieren ejercer su autonomía y libertad. Por ello, saben que dar a luz en casa es el mejor entorno en el que pueden hacerlo porque la mujer es más libre: estás en su casa, marcan las reglas e invitan a los profesionales sanitarios, no al revés. Nosotras, las matronas, acompañamos respetando al máximo.

Quiero dejar claro que, cuando hablamos de parto en casa, hablamos de mujeres de bajo riesgo, que no tienen una historia médica u obstétrica relevante, es decir, que todo el embarazo ha transcurrido con normalidad. Son mujeres sanas y han tenido un embarazo saludable. Según la OMS, esto es lo que sucede con el 70-80% de las mujeres. Que el parto se complique es muy raro. Eso no quiere decir que se excluya de esta opción a las mujeres con ciertos factores de riesgo. Es decir, hay quienes con una cesárea anterior o con 40 años, aun así, desean dar a luz en casa. Lo que hacemos en estos casos es valorar de forma individualizada para ver si el riesgo es asumible. Y siempre hay un seguimiento muy exhaustivo por parte del equipo de matronas. Si con cesárea anterior, por ejemplo, quiere dar a luz en casa, se le informa de que hay un riesgo añadido de rotura uterina, que es del 1%, pero hay que decírselo. Si aún así desea dar a luz en casa, se firma el consentimiento informado.

«Quienes dan a luz en casa son mujeres muy informadas, empoderadas y responsabilizadas con su salud. Suelen tener un nivel sociocultural medio alto. Y han tomado esta decisión tras meditar mucho. Están muy concienciadas y quieren ejercer su autonomía y libertad»

Cuentas en el libro que es un mito eso de que siempre hay una ambulancia a la puerta de casa de una mujer que está dando a luz en su hogar. Creo que toda España se va a sorprender...

Se recomienda que la mujer viva a una distancia máxima de 30 minutos del hospital para poder realizar un traslado seguro, si es que hay que hacerlo. No se necesita una ambulancia en la puerta. Pero ni España ni en Inglaterra se hace. No hay ningún país que derroche este dinero. Sería un despilfarro tremendo. Lo que hay es una coordinación del sistema. Si se requiere traslado, la matrona ha informado al hospital de referencia de todo lo sucedido e informa de que van en camino.

El plan de traslado siempre está previamente escrito y detallado. De los partos en casa, solo un 14% acaban en el hospital y la mayoría no son urgencias, sino que son traslados tranquilos, consensuados. La mayoría suelen ser por estancamiento del parto, porque la madre requiere epidural, son unos pródromos muy largos... Las matronas estamos formadas para atender emergencias obstétricas que solventamos en los hogares en la mayoría de los casos. La mujer y el bebé nunca están desatendidos: estamos formadas, llevamos material y todo lo necesario.

¿Hay sanitario en contra del parto en casa? En el libro relatas el temor de ese 14% de mujeres que acaban en el hospital por miedo a reprimendas.

Esto ha ido cambiando con los años. Cuando llegué en 2013 de Inglaterra, el miedo de las madres era por cómo iban a ser recibidas al llegar al hospital. Y eso es muy triste. Todas debemos ser tratadas con dignidad y respeto. Los sanitarios no somos nadie para juzgar lo que una mujer decida, no somos nadie para ir fiscalizando por las decisiones que tome la mujer. Entonces, sí es verdad que había mucho estigma. Por suerte, esto va cambiando. Raramente aquí, en Cataluña, se da algo así. Pero sí puede seguir pasando donde el parto en casa no está normalizado. Hay zonas de España donde es un estigma tremendo y las mujeres no son recibidas como se merecen. Por tanto, hay que luchar para cambiarlo porque tenemos derecho a elegir y a una atención digna y respetuosa.

«No se necesita una ambulancia en la puerta. Pero ni España ni en Inglaterra se hace. No hay ningún país que derroche este dinero. Sería un despilfarro tremendo. Lo que hay es una coordinación del sistema. Si se requiere traslado, la matrona ha informado al hospital de referencia de todo lo sucedido e informa de que van en camino»

Parir en casa es una opción minoritaria. Cataluña es la comunidad más desarrollada en este ámbito. En el resto del país, hay muy pocas opciones más... ¿Cuál es el futuro?

Yo tengo esperanza de que todo mejore. En mi opinión, el futuro debe ir enfocado a que se respeten los derechos y decisiones de las mujeres y que se ofrezcan alternativas dentro del sistema sanitario, ya sea con el parto en casa, centros de nacimiento o casas de parto. Las mujeres tenemos derecho a elegir cómo queremos dar a luz y dónde.

Hoy, paren en casa en España menos del 1% de las embarazadas. Es un privilegio porque tiene un coste económico importante que, en realidad, no es caro teniendo en cuenta todos los servicios que incluye (seguimiento personalizado desde el embarazo, guardias, apoyo en la lactancia materna, material, medicación, seguros de responsabilidad civil, cuota de autónomos de las matronas, etc.). Pero hay que pagarlo.

Por otro lado, faltan matronas. Cataluña es pionera en parto en casa: más de la mitad se dan aquí. Y estamos en negociaciones con el departamento de salud para que esto siga adelante. Parir en casa en el resto de España es raro porque hay muy pocas matronas que ofrezcan este servicio. Pero no hay que olvidar que este tipo de profesionales escasean en los paritorios de los hospitales. Por tanto, tenemos un problema de base grave. Debemos empujar al sistema a que todo esto cambie.

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