TITULO: CAMPO
ESTRELLAS BARCELONA - Champions Fútbol - El Barça alarga su fiesta del fuera de juego con otra goleada ,.
Champions Fútbol - El Barça alarga su fiesta del fuera de juego con otra goleada,.
Resultado Final - Estrella Roja - 2-5 - FC Barcelona, fotos,.
Los de Flick completan 100 'offside' a favor y Lewandowski anotó el gol 700 azulgrana en Champions,.
Bayern de Múnich, Real Madrid, Espanyol… Y ahora el Estrella Roja. El FC Barcelona no entiende de colores, nacionalidaes o ligas. Su trampa del fuera de juego ya es centenaria (más de 100 en 16 partidos), frustrante y tan temida por Europa como el dominio, también goleador, que demuestra en todas las competiciones.
Se dice pronto y habla muy bien de lo que está haciendo el conjunto de Hansi Flick defensivamente cuando el nombre de Elsnik acompañó a los de Kane, Mbappé, Jofre y Tejero en sólo cuatro minutos como la nueva víctima en la lista de la técnica favorita azulgrana esta temporada. La que, por cierto, les ha anulado 14 goles en contra.
Con Lewandowski y Raphinha todo es más fácil,.
Pero también ofensivamente. Mientras el Barça disfruta con su nuevo “juguete”, el ataque no se queda atrás. Hasta los menos habituales están ‘finos’ de cara a puerta, como Íñigo Martínez, el primero en derribar la puerta del gol en el ‘Pequeño Maracaná’ con un cabezazo, o Fermín, que sigue encariñado con su facilidad para hacer gol desde su rol de revulsivo, para cerrar la goleada.
Lewandowski activó su ‘modocazagol’ para deshacer el empate aprovechando un disparo al palo de Raphinha, y sin tiempo que perder en la segunda parte se convirtió en el goleador nº 700 del Barça en
la Champions con un doblete. Exhibición del polaco antes de que el brasileño volviese a ensayar el disparo desde la frontal y sumase, al segundo intento, su gol.
Es poco habitual ver a este Barça bajar los brazos. El otro sello de este Barça de Flick se vino abajo a los 25 minutos para darle la oportunidad de lucirse a Silas, que aprovechó la posición habilitante de Gerard Martín, de los menos habituales, para vencer a Iñaki Peña en el mano a mano y presionar con el empate.
En la otra ocasión en la que el Barça se relajó, ya con cinco goles en su lado del marcador, permitieron a Milson que se sacase de la chistera un remate muy plastico que, por mucho que Iñaki Peña se estirase, era imposible de parar. Iba con magia.
Cubarsí se marchó con una brecha
Pau Cubarsí se marcha con una brecha del partido contra el Estrella Roja
La única mala noticia que el Barça tuvo que lamentar fue la de Pau Cubarsí, que se marchó del partido sangrando a la altura de la mandíbula por un plantillazo en una acción defensiva. El jugador abandonó el campo, directo a vestuarios y le dieron 10 puntos de sutura.
TITULO : Mi casa es la tuya - Tony gardner - Ava en mi ciudad ,. Viernes - 15 - Noviembre ,.
Mi casa es la tuya,.
Este viernes -15 - Noviembre a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con -Tony gardner - Ava en mi ciudad , foto,.
Tony gardner - Ava en mi ciudad,.
Tony gardner,.
Allan Grant fue uno de los grandes reporteros gráficos de la legendaria revista Life, referencia obligada en la historia de la prensa estadounidense. Quizás por ello fue el primero que fotografió a Marina Oswald —la esposa del asesino de John Fitzgerald Kennedy— y el último que hizo otro tanto con Marilyn Monroe. Porque, aunque tiende a pensarse que la actriz concedió su última sesión fotográfica a Eve Arnold, la colaboradora asidua del Sunday Times de Londres, lo cierto es que los últimos clichés de Marilyn los tomó Grant. Todo un documento gráfico en el que la estrella, alucinada, sentada sobre una silla, se ríe y evoluciona a su antojo.
Sí señor, quien se interese por lo que había tras los tomavistas en el Hollywood de los 40 y 50 tiene mucho que ver y descubrir en la mirada de Grant a las estrellas. De todo ese carrusel de imágenes que el archivo de este fotógrafo nos propone, yo me quedo con una instantánea fechada en 1948, por su singularidad y por cuánto demuestra. Se trata en realidad de una secuencia, de varias fotos fijas secuenciadas, como la de esa última sesión de Marilyn.
En este caso es Ava Gardner, quien se divierte muy animada en un bar de Hollywood —se está celebrando una fiesta de Life precisamente— donde comparte mesa con Howard Duff —un intérprete de reparto que nunca llegó a mayores— y Dizzy Gillespie. De ahí mi sorpresa. Pero no sólo es eso: en los primeros positivos la actriz, además de gafas, luce una gorra de marinero; en los últimos, la clásica boina que durante tanto tiempo cubrió la cabeza de quien, junto a Charlie Parker, fue el máximo representante del bebop y, por ende, del jazz moderno. Se ve que Ava bromea, con una espontaneidad infrecuente en aquella época entre las estrellas, como ya lo era ella en el 48, y los músicos como el gran Gillespie.
Dadas las circunstancias, son varias las conclusiones a las que llego. La primera, que a la actriz le gustaba tanto el jazz como a Julio Cortázar, quien, como es harto sabido, entre otras exaltaciones de esta música registradas en su obra, dedicó uno de sus relatos más célebres, El perseguidor, a Charlie Parker. Sí señor, a Ava Gardner le gustaba tanto esta música como a Antonio Muñoz Molina, otro reconocido amante del jazz, quien probablemente tuvo mucho que ver con que el propio Gillespie interpretase al Bill Swann de El invierno en Lisboa (José A. Zorrilla, 1992), la adaptación de su novela homónima. Ni que decir tiene que esta cinta también contó con un score de Gillespie.
La propia Ava, cuyo segundo marido fue ni más ni menos que el clarinetista, compositor y director de orquesta Artie Shaw, uno de los grandes de la era del swing, nos refiere su temprana pasión por esta música en sus memorias, Con su propia voz (Grijalbo, Barcelona, 1990): “Yo me había criado en la época de las big bands, adorando cada nota que tocaban las más famosas orquestas”, recuerda en la página 121.
Casada con Shaw apenas doce meses, los que se fueron entre el 45 y el 46 —nunca le duraron mucho los maridos—, en ellos tuvo tiempo de ser una de las primeras personas que escucharon a Billie Holiday —la gran Lady Lay, que la llamaba siempre Sinatra, tercer marido de Ava— como vocalista de la orquesta de Shaw. En fin, menudean los datos que demuestran que a miss Gardner —siempre volvía a la soltería y a los amantes efímeros— el jazz la entusiasmaba tanto como al bueno de Woody Allen.
Pero a lo que voy es a cómo esa pasión nos demuestra que Ava, aunque ya era una de las estrellas prominentes del Hollywood clásico, también era una de sus grandes heterodoxas. Por eso la tengo en lo más alto de mi parnaso cinéfilo, por su amor al jazz y por su creación de Kitty Collins, su personaje en Forajidos (Robert Siodmak, 1946), la mujer fatal más arrebatadora de toda la historia del cine, mi dilecta.
El jazz y el cine nacieron a un tiempo: en las postrimerías de la centuria decimonónica. El título de El cantor de jazz (Alan Crossland, 1927), que pasa por ser la primera película parlante, no ha de llamar a engaño. En realidad, se trata de otra ofensa más de la pantalla a la comunidad afroamericana. Es la historia de un tipo que se tizna la cara para ridiculizarlos y cantar imitándolos frente a una audiencia blanca, que se hubiera sentido agredida frente a verdaderos negros, práctica abominable con la que fue a acabar la orquesta de Artie Shaw precisamente. Pero, en lo que a la gran pantalla se refiere, pese a ser su contemporáneo, el cine no incluyó al jazz en sus bandas sonoras hasta bien entrados los años 50 —el score de Johnny Mandel para ¡Quiero vivir! (Robert Wise, 1958), el de Duke Ellington para Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959), el de Billy Strayhorn para Un día volveré (Martin Ritt, 1961)—, cuando el jazz asistía a una eclosión internacional que en algunos aspectos presagió la que viviría el rock & roll en los años siguientes.
Al buen entendedor no le hará falta discurrir mucho acerca del motivo de que el romanticismo alemán primase antes que el jazz en la música de Hollywood. De ahí que la confianza entre Ava y Gillespie, que se percibe en la foto de Grant, sea una prueba irrefutable de la heterodoxia de una de las estrellas más rutilantes del Hollywood de su tiempo. Lo normal frente a un jazzman, entre las actrices de los 40 —que, por supuesto, no acostumbraban a compartir mesa con ellos—, era esa sensación, entre la desconfianza y el recelo, que transmite el gesto de June Allyson, en su papel de Helen Burger. Hablamos de la esposa de Glenn Miller, cuando éste —encarnado por James Stewart— le presenta a Louis Armstrong en Música y lágrimas (1954), el espléndido biopic que el gran Anthony Mann dedicó al malogrado Miller. Antes de perderse, en el 44 y en el canal de La Mancha, el rastro del avión en el que volaba para entretener a las tropas estadounidenses destacadas en Francia, Miller tuvo tiempo de ser otro de los grandes de la era del swing.
Y hay más, otro signo inequívoco, aunque más sutil, de la heterodoxia que se detecta en la pasión jazzística de Ava. Particularmente me toca más de cerca, porque es el que trajo a mi queridísima ciudad a la más heterodoxa —y alucinada, a tenor de sus borracheras— de las estrellas del Hollywood clásico. No es otro que aquella sublime, proverbial, sintonía existente entre el lirismo del jazz y del flamenco. Sobre el particular, no es baladí que ambas músicas tengan su origen en el sentir de etnias despreciadas. Ava Gardner también amaba el flamenco —en sus juergas se pasaba noches enteras bailándolo— y esa, amén de los toreros, fue una de las razones de que, en el primer tramo de su exilio, fijase su residencia en Madrid.
Llegó a mi ciudad en el esplendor de su belleza, para iluminar con ella todo un big time del Madrid del siglo XX. “En diciembre de 1955, poco antes de cumplir los treinta y tres años, hice algo que amenazaba con hacer desde hacía tiempo, algo de lo que nadie me creía capaz” (op. cit. Pág. 284). “No, no se trataba de dejar el mundo del cine, pero sí de algo parecido. Dejé los Estados Unidos para siempre y me establecí en España”.
Dicen los sabios que la autarquía, a la que se vio abocado nuestro país cuando en el 45 las democracias occidentales lo sometieron al bloqueo por las complicidades del régimen con el fascismo y el nazismo durante la guerra, finaliza en 1959, con el Plan de Estabilización de aquel año y la visita de Eisenhower en los mismos meses. Pero yo, como ya he tenido oportunidad de expresar en estos mismos artículos, prefiero creer que la autarquía española acabó con la llegada al país de los del cine, que Ava simboliza y representa mejor que nadie.
Cuando la actriz se instaló en Madrid —primero en La Moraleja, en lo que con los primeros militares de la base de Torrejón ya empezaba a ser una auténtica urbanización estadounidense; luego en un hotelito del Viso, que se llamaba en aquel Madrid a aquellas viviendas unifamiliares—, ya había interpretado a los grandes personajes de su filmografía, dos de los cuales —la Pandora Reynols de Pandora y el holandés errante (Albert Lewin, 1951) y la María Vargas de La condesa descalza (Joseph L. Mankiewicz, 1954)— ya la habían traído a trabajar España.
También había sido la Julia Laverne de Magnolia (George Sidney, 1951) y la Eloise Kelly de Mogambo (John Ford, 1953), que siempre consideró el “pináculo” de su filmografía, el único de los trabajos que le mereció una nominación al Oscar correspondiente, estatuilla que al final fue a distinguir, por su creación de la princesa de Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953), a Audrey Hepburn. Aunque igualmente admirada, cumple apuntar que Audrey, junto a Grace Kelly, fue la gran bendita del Hollywood de aquella época, máxime frente a miss Gardner, la gran heterodoxa. En cualquier caso, la maravillosa Ava nunca se sintió a gusto entre aquella alegre colonia, y prefería a los españoles de la autarquía.
“Nunca me había gustado Hollywood (ibidem). No era mi lugar favorito, por decir algo; me parecía, por turnos, provinciano y superficial. Sencillamente, yo no encajaba con la forma en que se hacían las cosas en la capital del cine (…). Y si no me había dicho nada Hollywood en sus días de gloria, me resultaba todavía menos atractivo ahora que las cosas parecían venirse abajo”.
Abundando en sus recuerdos, la actriz continúa: “Y luego estaba España. No sé si era el clima, la gente o la música. Pero me había enamorado locamente del lugar desde que llegué allí unos años antes. Estaba tan poco estropeado en aquellos tiempos, era todo tan dramático, tan histórico”. Pero lo que en verdad la enamoró, por encima incluso de los toreros, fue el español, nuestro idioma: “Cuando lo escuchas hablar y lo entiendes, resulta tan puro y musical que es una delicia para los sentidos. Me sentía emocionalmente próxima a España (…). Y los españoles respondían a mi presencia aceptándome sin preguntas, lo cual no debió de resultarles fácil. Era una mujer sola, divorciada, no católica y actriz. Al fin y al cabo, yo representaba todo lo que ellos no aprobaban”.
Toreros o no, desde Tossa de Mar hasta Torremolinos, donde aún la recuerdan calles y monumentos, todos los españoles la quisieron. Las españolas ya era otra cosa. Lucía Graves —la hija de Robert Graves, el maestro de la novela histórica—, fue la elegida por la propia Ava para la traducción de sus memorias al español. Por la amistad que unió al escritor inglés —vecino de Deyá desde el 46— con la intérprete estadounidense, Lucía la conocía desde que era pequeña. Aún recuerda cuando, siendo una niña, tenía que mentir a la madre superiora del colegio donde estudiaba y decir que iba a buscar a una tía, para ir a recibir a Ava Gardner al aeropuerto de Palma de Mallorca. La actriz era el pecado para las monjitas. Pero a los paisanos se les iluminaba la cara al hablar de sus míticos amores. Manuel Vicent sostiene que era de esas mujeres a las que embellece el estar ebrias.
No sin cierta sorna, la actriz llamaba papaíto a Hemingway después de haberle interpretado en tres ocasiones: fue la Cynthia Green de Las nieves del Kilimanjaro (1951) y la Brett Ashley de Fiesta (1959), ambas de Henry King, como había sido la Kitty de Forajidos, también basada en un relato de este autor. Pues bien, Hemingway decía que Madrid es la ciudad más española de España. Ésa precisamente es la causa —y no la cantinela del centralismo, la contaminación y las grandes distancias— del odio que tienen a mi ciudad los enemigos españoles de España. Pero ése también fue el motivo de que la legendaria Ava Gardner eligiese Madrid para vivir aquí su heterodoxia. El procedimiento fue muy semejante —aunque a la inversa— al que en 1810 había llevado a Jose María Blanco White, uno de los grandes heterodoxos españoles, a fijar su residencia en Londres.
El Madrid de Ava Gardner fue el mismo que en el 58 vio morir de un ataque al corazón a Tyrone Power y, a partir del 61, asistió a la decadencia del gran Nicholas Ray; el Madrid de aquel big time que nos trajeron las coproducciones internacionales. Dicen que Sinatra le escribía aquí con regularidad para volver a retomar lo suyo. Pero Ava, que en la intimidad nunca dejó de escuchar los discos que Frankie grabó para la Capitol en los años 50, prefería las noches flamencas de Los Gabrieles y el Villa Rosa, los cócteles de Chicote y el chocolatito con churros en San Ginés para acabar la velada.
Sólo salía de mi ciudad para esas actuaciones estelares del tramo final de su filmografía, en las que, de una u otra manera, se interpretaba a sí misma. De todo ese periodo sólo cuentan Siete días de mayo (John Frankenheimer, 1964) y La noche de la iguana, realizada por John Huston ese mismo año. Cuando trabajó por segunda vez para Huston —El juez de la horca (1972)— ya no residía en Madrid. Se marchó en el 68, cuando Juan Domingo Perón, su vecino en El Viso, comenzó a quejarse a la policía de las juergas que la actriz organizaba en su casa.
Debo confesar que veinte años después, en el Madrid de mi juventud, me emborraché muy a menudo en los mismos bares donde bebía ella hasta alcanzar esa ebriedad que la volvía aún más guapa. Hubo noches que incluso lo hice escuchando «I’m a Fool to Want You», la canción cuya letra inspiró Ava a Sinatra. Grabada para la Columbia en el 51, hoy es un estándar del cool jazz. Me gustaba escucharla en la voz del gran Chet Baker, imaginando que esa noche iba a ver a Ava Gardner bebiendo en la misma barra.
TITULO: Parlamento - Indignación y manipulación,.
Indignación y manipulación,.
foto / El escándalo de Cambridge Analytica no solo ha puesto en cuestión la seguridad de la información de millones de personas que manejan las grandes empresas de redes sociales digitales, sino también su creciente uso para difundir sistemática y profesionalmente mentiras, manipulaciones y otras formas de “guerra sucia” que están socavando la democracia.
Se van acumulando las informaciones y revelaciones acerca de las prácticas irregulares y poco éticas de Cambridge Analytica, la empresa inglesa de comunicación y marketing político digital que habría usado sin permiso la información de 50 millones de usuarios de Facebook para diseñar campañas personalizadas favorables al brexit y a la candidatura de Donald Trump en las redes sociales.
Hasta ahora, el aspecto más comentado ha sido la gran facilidad que tuvo esta empresa para acumular información personal sobre tantos ciudadanos, gracias a su acceso a datos de sus comportamientos digitales en Facebook, mediante los cuales pudo construir propagandas políticas digitales altamente personalizadas.
Esto también ha revelado la existencia de maquinarias profesionales y métodos sistemáticos que pueden contratarse para hacer propaganda en redes sociales. Hay grupos de especialistas que utilizan bots, cuentas falsas y otros instrumentos digitales para generar corrientes de opinión artificiales. Peor aún, los involucrados han reconocido que las campañas más exitosas son las que apelan a las emociones más primarias como el miedo, el rechazo al otro y la indignación. Es decir, son el espacio preferido de las campañas negras y la manipulación.
El fenómeno no solo afecta a países centrales, esa empresa habría trabajado también en África y en América Latina en los últimos años. Las actuales denuncias se refieren a situaciones anteriores a 2016. Por tanto, lo más probable es que hoy existan muchas más empresas dedicadas a ese negocio y que sus instrumentos son seguramente más sofisticados y menos susceptibles de ser cuestionados legalmente. Pero la lógica es la misma: incidir en el comportamiento político mediante mensajes digitales personalizados que apelan a la emotividad más primaria del ciudadano.
Hay una gran discusión sobre la regulación estatal de la acción política en el internet con motivo de este debate. En la práctica, las opciones para incidir en este aspecto son mínimas mientras las grandes transnacionales como Facebook o Google sigan entendiendo que los datos que recolectan de sus usuarios son de su propiedad.
Por tanto, no nos queda más que apelar a un aprendizaje cívico de los ciudadanos cada vez mayor para contrarrestar en algo las manipulaciones que pululan en las redes.
Se ha acabado el tiempo en que se podía creer todo lo que aparecía en internet, las redes sociales o en el WhatsApp; hoy más que nunca precisamos cultivar una sana distancia crítica sobre los contenidos que aparecen en estos instrumentos.
TITULO: La Historia del Fútbol en Castuera - Fútbol - El Castuera cumple y se impone al Olivenza ,.
Fútbol - El Castuera cumple y se impone al Olivenza,.
foto / Josito firmó los dos goles de los de Manu Agudo.
Victoria del CD Castuera-Subastacar (2-1) sobre el Olivenza CF en el partido correspondiente a la novena jornada del campeonato liguero de la Tercera División RFEF disputado el pasado domingo en el Manuel Ruiz.
Después del encuentro, el conjunto turronero sube hasta la undécima posición de la tabla clasificatoria, mientras que el Olivenza cae hasta el penúltimo y decimoséptimo puesto de la clasificación.
El partido comenzó sin un dominador claro con dos equipos que sabían lo importante que eran los tres puntos en juego.
En los primeros compases del partido los visitantes imprimieron un ritmo alto, aunque sin llegar a ejercer un dominio claro del juego, mientras que a los locales les costaba contrarrestar la presión ejercida por los visitantes, que a punto estuvieron de adelantarse en el marcador en fallo defensivo que resolvió el portero Canito en el mano a mano con el delantero oliventino.
Con el paso de los minutos el Castuera tomo la iniciativa y con ello comenzaron las llegadas al área visitante, aunque sin llegar a concretarse de cara al gol.
Sin embargo, el primer tiempo iba a acabar de manera favorable para el equipo visitante, que estrenó el marcador gracias al gol de penalti de Quique Roldan en el minuto 35.
La segunda parte del choque arrancó con buen pie para los de Manu Agudo, que ahora sí daban un paso adelante para hacerse con las riendas del partido y lograba empatar el encuentro a los 5 minutos de la reanudación con un golazo de Josito que entró por la escuadra de la portería visitante.
A partir de aquí, todo el peso recayó en el conjunto local que paso a dominar el juego, mientras que los visitantes buscaban sacar provecho de los contados contragolpes que llevaron a la portería defendida por Canito.
El gol de la remontada legaba a los 69 minutos de juego gracias a un penalti que transformó Josito.
Después, el Castuera se volcó en busca del gol de la tranquilidad pero que no llegó, unas veces por mala suerte y las más por las acertadas intervenciones del portero visitante Ciga.
Lo ajustado del marcador propicio unos minutos finales de nervios en la afición local, aunque el marcado ya no se movería.
En definitiva, buen partido de los Manu Agudo, que comenzaron con dudas, para cuajar después una buena segunda parte para remontar el partido y sumar tres puntos muy importantes en su casillero.
La próxima jornada, el domingo 10 de noviembre, el Castuera visita al líder, el AD Llerenense.
El partido dará comienzo a las 16.30 horas en el municipal «Fernando Robina» de Llerena.
Resultado Final - Castuera -2- Olivenza -1-,.
Castuera: Canito; Neiva, Chavero, Duvan, Guille, Neil, Pepe (Quintero 46′), Jorge (Peña 85′), Guinda, Josito (Ángel 89′), Enrique (Álex Hernández 46′).
Olivenza: Ciga; Ahmed, Rarra (Kukita 85′), Pablo, Mario, Fulton, Quique Roldán, Samuel, Salva, Elías (Dannel 70′), Almeida.
Goles: 0-1 (35′): Quique Roldán, de penalti. 1-1 (50′): Josito. 2-1 (69′): Josito, de penalti.
Árbitro: Menacho Gómez. Amarilla a Enrique, Pepe, Neil y Josito, por parte del Castuera; y Samuel, Rarra y Mario, por el Olivenza.
Incidencias: Manuel Ruiz. Unos 400 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la DANA.
TITULO: Saber Vivir - Que la crisis climática iba en serio, uno lo empieza a comprender más tarde,.
Que la crisis climática iba en serio, uno lo empieza a comprender más tarde,.
Quienes toman las decisiones no deben tener miedo a excederse en sus avisos, sino a quedarse cortos,.
foto / Tomo prestado el verso de Gil de Biedma para expresar la esperanza, en medio de tanto dolor, de que empecemos a entender, como cuando vamos envejeciendo, que efectivamente, esto va en serio. Si ni todo el conocimiento científico acumulado, ni las imágenes de sequías que agrietan la tierra o inundaciones que acaban con todo a su paso en otras latitudes nos han servido para comprenderlo, esperemos que el dolor nos abra la mente. Lo decía Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente,.
- TITULO: Días de cine - Cine - David Pérez Sañudo,. - Viernes - 15 - Noviembre ,.
El cineasta David Pérez Sañudo, padrino 'Días de Cine',.
El próximo 15 de noviembre David Pérez Sañudo estrena en cines ‘Los últimos románticos’, película participada por RTVE. En el pasado Festival de San Sebastián, el director habló sobre su último trabajo y esta semana es el padrino de ‘Días de Cine’ en una edición que se fijará en otros estrenos españoles.
Otras dos cintas participadas por RTVE llegan esta semana a los cines: la primera, ‘Verano en diciembre’, comedia familiar y opera prima de Carolina África, protagonizada por Carmen Machi, Bárbara Lennie y Victoria Luengo. Y, además, ‘Marco’, un drama de Aitor Arregui y Jon Garaño, con Eduard Fernández, basado en el caso real de Enric Marco, que se hizo pasar por un superviviente de los campos de concentración nazis.
También llegan a las salas ‘Amanece en Samaná’, de Rafa Cortés, con Luis Tosar y Maria Luisa Mayol como protagonistas; el documental ‘Objeto de estudio’, de Raúl Alaejos, reciente ganador del Premio del Jurado en la sexta edición del MajorDocs; la película húngara ‘El caso Abel Trem’, de Gábor Reisz; la mexicana ‘La cocina’, de Alonso Ruizpalacios; el documental palestino ‘No other land’; y ‘Anatema’, cinta de terror española de Jimina Sabadú protagonizada por Leonor Watling y Pablo Derqui.
En el tramo final, y antes de las recomendaciones de ‘Días de Cine’, un recuerdo para Katherine Hepburn y Spencer Tracy cuando se cumplen 75 años del estreno de ‘La costilla de Adán’, la comedia dirigida por George Cukor, y sexta de las cintas que protagonizó la pareja.
TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - Los indomables ,.
Reparto,. Barbara Stanwyck. Barry Sullivan. Scott Brady. Mary Murphy. Wallace Ford. Howard Petrie. Jim Davis. Emile Meye,.
La agencia Pinkerton quiere acabar con Butch Cassidy, Sundance Kid y su banda de forajidos, "Los indomables", que están causando estragos en las granjas y los ranchos de la zona donde tienen su guarida. Además, Kit Banion, la dueña del saloon "The Maverick Queen", parece que no es ajena a las andanzas de la banda,.
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