TITULO:
Atención obras - Cine - Marc Ros nos presenta el nuevo disco de
Sidonie y su primera novela, El regreso de Abba, . Jueves-22- Octubre
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Jueves 22 de Octubre a las 20:00 en La 2, foto.
Atención obras - Marc Ros nos presenta el nuevo disco de Sidonie y su primera novela, El regreso de Abba,.
Cayetana Guillén Cuervo charla con Marc Ros, que nos va a traer al plató de Atención obras el nuevo disco de Sidonie: El regreso de Abba,
el primer álbum doble que edita el grupo de pop –uno de los más
solventes del panorama musical actual– y que incluye 23 canciones.
Además, el cantante catalán nos presenta su primera novela, que tiene el
mismo título que el disco y que guarda muchas conexiones con él. La
trama la tejen tres personajes, Abba, Hugo y Domènech, que comparten sus
frustraciones en Cadaqués.
Hacemos también hueco a las artes escénicas con Mil Novecientos Setenta Sombreros,
montaje que repasa la historia del Teatro Circo Price, un espacio
emblemático en el corazón de Madrid que cerró sus puertas en 1970. Años
más tarde volvió a abrir como acto de resistencia al que este género
escénico, el del circo, ha tenido que acostumbrarse.
Por si fuera poco, escuchamos las canciones del nuevo disco de Delaporte, Las montañas. Quizás el más ambicioso del grupo italo-español que lleva conjugando la música electrónica con el pop desde hace cinco años.
Y nos colamos en el estudio de Forma Antiqva, un grupo fundado hace 22
años por los hermanos Zapico. Referente internacional en la música
barroca, nos presentan su nuevo disco: Baset Symphonies Madrid 1753.
TITULO: TARDE DE CINE CON - Mario Vaquerizo: "Cada maricón es un mundo,.
Mario Vaquerizo: "Cada maricón es un mundo,.
Madrid, 1974. Mario Vaquerizo acaba de estrenar un 'podcast' de Historia de España y este fin de semana presenta en el Teatro Calderón de Madrid 'La última tourné', un 'chou' de variedades en el que comparte escenario con Alaska, su mujer, y con su amiga Bibiana Fernández.
- ¿Qué es 'La última tourné'?
- Un
espectáculo de variedades. Como los que había en los 70 y los 80, que
salía Raúl Sender, que el Titi te hacía un chiste de mariquitas y
después aparecía Bibiana con una pantera. Todas las bodas, cuando terminaban los novios, antes de irse de luna de miel, se iban con los familiares más cercanos a una velada de éstas.
- ¿Y qué pasó con ellos?
- Este tipo de espectáculos empieza a caer en desuso y desaparece cuando llega la época de creernos más modernos, en los 90: con las televisiones privadas y el teatro experimental rollo La Fura dels Baus. Entonces, empieza a establecerse que lo anterior, aunque había sido muy popular, es baja cultura. Lo mismo que con Eloy de la Iglesia, que los críticos más sesudos estaban siempre diciendo que eran películas muy malas y, sin embargo, después contaban con el fervor popular. De todas formas, el género de las variedades, de la revista, no tenía esa pretensión de querer ser moderno.
- ¿Cómo lo ve usted desde dentro?
- Yo lo veo como 'El viaje a ninguna parte', de Fernando Fernán Gómez, donde ves a una compañía teatral, que es nuestro caso, que va asistiendo la desaparición de su mundo. Son unos supervivientes y tienen esa necesidad de adaptarse. Pero el nuevo mundo que les viene no les interesa: No les interesa Lorca, no les interesa el teatro experimental...
- ¿Cómo se encuentra en el teatro?
- El teatro nunca ha sido una pretensión en mi vida. Hacer un 'podcast' sobre la historia de España tampoco. La única pretensión que tuve fue ser periodista, que lo conseguí y lo ejerzo cuando me apetece. Y después, tener un grupo de música. Lo demás me ha venido dado. No he pretendido ser famoso, que me encanta, ni estar en la televisión, que me encanta también, y ser cómica, porque me río de mí mismo constantemente.
- ¿Y lo de trabajar con su mujer, Alaska?
- Cada maricón es un mundo. Yo me llevo muy bien trabajando con Olvido. La faceta que más le gusta a ella de mí es que todo el mundo reconoce que soy un tío profesional, que gestiona muy bien las carreras de los grupos. Soy una persona muy seria que es de profesión entretenedora.
- ¿Cómo hace para mantenerse en 'equilibrio'?
- Llevo peleándome la vida desde que soy pequeño, que quería ser John Travolta, y trabajo desde los 15 años, que empecé haciendo los marcadores del baloncesto del Real Madrid y el Estudiantes. Mi carácter es muy poco prejuicioso. Porque me gusta todo, de verdad.
- Su proyecto de un 'podcast' en la plataforma Audible sobre la historia de España ha hecho arquear la ceja a alguno.
- Es que yo ya era tendencia, meme y 'trending topic' antes de que hubiera esas cosas. Es un trabajo, obviamente, y lo hago porque me pagan, pero cuando me dijeron si quería ejercer de profesor contando la Historia de España para los alumnos de 2º de Bachillerato, dije: "Pero esto es total". A ver, no sé proyectar la voz, así que fue un aprendizaje. Y luego, volví a reaprender todo lo que había estudiado: los visigodos, Isabel la Católica...
- ¿Le cuesta dejar de ser Mario Vaquerizo?
- Mis cositas las meto. Si ya nos ponemos, nos ponemos. Tengo mucha personalidad. Así que no tengo capacidad para imitar. Pero ser payaso no significa no ser también una persona seria. Yo tengo esa dualidad y es lo que me ha salvado la vida siempre.
- ¿Qué tal con todo esto de la Covid?
- No me llevo bien con la pandemia, no me llevo nada bien. He estado pasando todo este confinamiento con mi suegra, que es una persona de riesgo y que tampoco puedes hacer todo lo que quieras en todo momento. También, por una cuestión de responsabilidad cívica, aunque no me guste. Pero no me quedan más cojones que hacerlo. En algunos momentos me genera malestar y como yo lo grito todo, pues me cago en la puta pandemia. Por eso necesito evadirme, porque me quiero quitar de en medio, pero para estar con mis amigos y cinco días desaparecido. Como ahora voy a estar en el teatro de miércoles a domingo, Olvido me dijo el otro día: "Vete el fin de semana a casa de Topacio Fresh y desaparece". Y me quedé en casa de mi amiga viendo videos de 'Aplauso', de Susana Giménez, Moria Casán y Mirtha Legrand.
- ¿Y la mascarilla?
- Pues me digo que fíjate al final qué precursor fue Michael Jackson en eso.
- ¿Qué va a pasar ahora?
- Estamos asistiendo a una guerra, que no es nuclear ni armamentística, sino de sanidad. La gente está muriendo. Y yo quiero que a todo el mundo le vaya bien. Por eso, muchos días, en vez de venir andando desde aquí al lado me cojo un taxi, porque es que los taxistas están seis horas dando vueltas y no tienen nada. Y a mí por cinco euros no me importa, porque tenemos que ayudarnos todos a todos.
- ¿Le gusta el dinero?
- Vamos a ver, es que ya lo dije más de una vez: no me fío de nadie al que que no le guste el dinero. Es mentira.
- ¿Cómo envejece usted?
- Me gusta cumplir años, porque ser inmortal es un coñazo. Cuanto más viejo me hago, más feliz soy, porque conozco más cosas y estoy más pleno con mi vida. Tengo mi independencia y estoy con la persona que quiero.
- ¿Qué ha aprendido con los años?
- La vida es muy difícil, pero a veces es muy fácil. Solamente tienes que saber que la dificultad la puedes convertir en facilidad siendo tú mismo.
- ¿Y lo del pelo gris?
- Hay una cosa muy importante: que mi mujer me ve más sexy con canas que sin ellas.
- ¿Se puede tener un 'pelo pantene' con canas?
- Pues claro que sí. Y las mujeres también. Mira Lily Munster, qué buena estaba. O cómo está Ángela Molina.
- ¿Qué le dice la gente sobre su melena plateada?
- Le encanta. Mi público son las abuelas, las adolescentes y después los niños mariquitas.
- ¿Qué le dice a la gente que le recrimina hacer esto o lo otro?
- Que no voy a ser como tú quieres que yo sea
- ¿Cree que en los tiempos de la Movida había más libertad? Mire lo que le pasó a las Vulpes.
- A ver, lo de Las Vulpes fue una cuestión de buen gusto que lo prohibieran. Con todos los respetos hacia ellas, pero es que no eres Iggy Pop. Pero antes se era más moderno que ahora. A Alaska la llamaban puta por llevar las medias rotas, pero ahora parece que no se puede hacer nada. En el momento en que tú empiezas a autocensurarte, eso no deja de ser la dictadura.
- Le han crucificado por expresar públicamente su apoyo a Esperanza Aguirre, en estas mismas páginas, además.
- Yo no soy ni blanco o negro: el gris perla del que siempre hablo. Tampoco me siento tan importante ni quiero ser abanderado de nada porque no me tomo tan en serio. Está muy bien que nadie se espere de ti nada.
- Pero usted sí que fue pionero de algunas cosas...
- Estás hablando con un hombre que habla de sí en femenino, cariño. Mientras tú, feminista de libro, no puedes tener opinión propia y tienes que seguir los dogmas. Y yo no soy nada dogmático.
- ¿Qué opinión tiene de esa gente, la dogmática?
- Tienen poco trabajo o es que están aburridos. Son dictadores y ven como su verdad la única. Pero hay tantas verdades como maricones hay en el mundo.
- ¿Y la 'intelligentsia'?
- Los de la pana siempre nos han visto como unos frívolos. En los 80 y ahora. Y la frivolidad nos salva la vida.
- ¿Cuál será el signo de los tiempos, que decía Prince?
- En estos momentos tan complicados que todos estamos viviendo, la intolerancia es la auténtica protagonista.
- ¿Algo más?
- Me cago en lo políticamente correcto. Es que vivimos en una dictadura: las personas no puedan decir realmente lo que piensen y al final lo acaban haciendo de forma clandestina en casa de sus amigos. Tú vas a decirme lo que yo tengo que decir, claro. A mí, que hago lo que me sale del mismísimo coño.
- ¿Qué efectos tiene esta situación?
- Al final, la gente nos acabamos yendo a nuestra Arca de Noé. Es Darwin, la selección natural: al final terminas estando con los de tu especie. Eso lleva otro 'peligro', que es la endogamia. Pero, claro, bendita sea la endogamia, porque es que miro hacia el alrededor y no me interesa nada. Bueno, sí: cogerme la 'Nancy Furgo' unos días e irme con las Nancys Rubias o hacer teatro con mi amiga Bibiana Fernández, que fue una marciana. O con mi mujer, que también ha sido una marciana y que lo sigue siendo a día de hoy. Me voy con personas que son dueñas de su vida y que no juzgan a nadie. Es muy fácil hacer siempre ese discurso paternalista, que no lo soporto, de que la culpa siempre la tienen los demás.
- Hablemos de Dios
- Soy una persona que reza todos los días y que cada vez que va a misa es feliz cuando comulga, porque está tomando el cuerpo de Cristo.
- ¿Es usted monoteísta?
- Es que hay muchos dioses, está el dios Fabio McNanamara y después están los arcángeles. Para mí son Warhol, Bowie y John Waters. Yo soy religioso, pero no solamente en el sentido más dogmático, sino espiritual. Me considero una persona cristiana, porque la educación que he tenido la sigo ejerciendo. A día de hoy me hace sentir bien ir a misa. Me fui a Lourdes y volví curado: me bañé en las piscinas y me cargué de una espiritualidad bonita.
- ¿Existe Dios?
- Dios existe y a mí me salva día a día. Así que bendita fe, bendita religión y bendito Dios. La vida siempre ha sido una guerra y la figura de Dios siempre ha estado presente en todas partes, hasta en Altamira.
- Hablando de esto, hay quien ve el fervor religioso de usted o de McNamara como idas de 'olla'.
- Estoy harto de escuchar a periodistas y a alguna gente que dice: "Con lo divino que era Fabio". Tú no le has conocido en tu puta vida. Ha sido divino siempre y ahora mucho más, porque está menos contaminado y vive en paz consigo mismo y no tiene que ir a buscar otras cosas para quitarse de en medio. Si la reconversión de Fabio sirve para que, de forma egoísta, yo siga disfrutando de mi amigo y sea el mayor coleccionista de sus cuadros porque está en su sano juicio y pinta mejor que nunca, bienvenida sea.
El Viernes -23- Octubre a las 22:15 por La 2, foto,.
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Reparto - Marisa Paredes, Imanol Arias, Juan Echanove, Carme Elías, Rossy de Palma, Chus Lampreave, Kiti Manver, Manuela Vargas, Gloria Muñoz, Juan José Otegui, Jordi Mollà, Nancho Novo, Alicia Agut, Joaquín Cortés,.
- Leo Macías es una escritora de novela rosa que se oculta tras el seudónimo de Amanda Gris. Obligada por contrato a entregar tres novelas al año, lleva meses incumpliéndolo; en vez de novela rosa le sale negra. Su marido, que es militar, está participando en una misión de paz en Bosnia, pero antes de su partida, la pareja vivía una de sus peores crisis. El aplazamiento de la solución a sus problemas matrimoniales provoca en Leo una fragilidad y una inseguridad que invade todos los aspectos de su vida. Sabe que Paco ya no la quiere, pero ella se aferra ciegamente y se aferra a cualquier esperanza, por absurda que sea.
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