TITULO: Cartas Olvidadas - Tiene narices ,.
Tiene narices,.
foto / Como uno no se levanta con el mismo ánimo todas las mañanas, alegra, qué duda cabe, que al empezar a darle a la tecla y al ratón para cuadrar las líneas y cajas que sazonan este diario, la compañera Morcillo, vía telefónica, se despida, tras pedir un imposible, con un «gracias, chato». Y a mí, que soy admirador de las narices vulgares y de las naricillas –preferiblemente respingonas–, pues llevo pegada a la cara este hocico infinito, digno de Cyrano de Bergerac –libro y película que me cautivaron de joven, mientras soportaba como podía los insultos de «pájaro carpintero», «martillo pilón», o el simple a la par que soez «narizón»–, se me ilumina la mañana y me despreocupo lo suficiente de la digestión que en los últimos meses me suele pesar en el alma y también en el estómago.
He aprendido a convivir con mi nariz. Y no ha sido fácil. He pasado por la fase de querer operarme y tentar al estropicio de dejar de ser yo –ay, Renée Zellweger, quién eres ahora–. Luego, la fase de dejarme el pelo largo para cubrirme toda la cara como aquel troglodita de los dibujos animados de la tele, el Capitán Cavernícola, que tenía un hijo que lo quería, por cierto, a pesar de ser un inútil total, y que escondía, sospecho, un apéndice considerable. Afortunadamente, llevo muchos años instalado en la fase de «mi nariz es mía y viene conmigo a todas partes», así que hasta sonreí cuando un desconocido, a la puerta de un garito de la calle Zurbarán, me soltó: «Canijo, con esa napia robas una óptica y te las llevas puestas». También he aceptado que hay hasta quien, incomprensiblemente, encuentra atractivos a los seres humanos de narices grandes, magníficas, fuera de temporada.
Saliendo hace unos días de una tienda de Menacho con el deber cumplido de no comprar nada, me tropecé con una señora de nariz superlativa –que se adivinaba tras la mascarilla–, a la que de inmediato sentí como a una igual. Supongo que sentirán parecido quienes van con la nariz levantada, como oliendo a rancio o a pobre, tanto da, desde que salen por la puerta de casa, dispuestos a ser los ofendiditos de turno. Y es que cada nariz se acepta o se engaña como puede.
TITULO: Cartas en el Cajon - Las tres Españas del 20,.
Las tres Españas del 20,.
No había dos Españas en el 36 y, por mucho que insistan, no hay dos Españas en 2020,.
foto / Paul Preston publicó hace ya algo más de dos décadas un libro excepcional: 'Las tres Españas del 36'. Allí se recogían nueve biografías, tan ágiles como reveladoras, de otros tantos personajes decisivos en la gestación de la Guerra Civil, en su desarrollo y sus consecuencias. Los personajes retratados iban desde la extrema derecha a la extrema izquierda pasando por la moderación y la izquierda democrática. De Millán Astray y Franco a la Pasionaria pasando por Madariaga, Azaña o Julián Besteiro. Un libro, el de Preston, que desmiente el daguerrotipo machadiano de las dos Españas y que convendría ser visitado por aquellos que hoy insisten en el blanco y negro simplista de aquella época y, mucho peor, intentan exportarlo al presente.
Esa traslación es una entelequia sin pies ni cabeza. Un intento de reproducir el Día de la Marmota pero con una rana en vez de marmota y con el escenario del planeta Marte y no el de Pensilvania, que es donde se celebra ese acto tan esotérico como el de trasplantar de un lado a otro situaciones históricas completamente diferentes. No, no había dos Españas en el 36 y, por mucho que insistan, no hay dos Españas en 2020. Al menos no había ni hay –hoy menos que entonces– dos Españas reales, a pie de calle. Hay, sí, grupos políticos que están empeñados en marcar una clara línea divisoria que simplifique el juego y suprima todos los grises y los matices de un tiempo y otro, y así emparentarlos. Que los extremos se salieran con la suya y engulleran a la tercera España en 1936 no quiere decir que esta no existiera. Solo nos habla de un drama aún mayor.
La aparición de Podemos y de Vox, y la inclusión del primero en el Gobierno, han jugado a favor de esa radicalidad con veleidades de recuperar el pasado pasando por encima de la Transición. La deriva de Albert Rivera convertido en un Otelo al que le han arrebatado la Moncloa y la desorientación de Pablo Casado amenazado por los cruzados de Vox también ayudaron a cavar esa zanja con apariencia de trinchera. El fracaso de Rivera, con el correspondiente paso al centro de Arrimadas, y el giro de Casado la semana pasada en busca precisamente de la tercera España, pueden contribuir a romper la caricatura que algunos, desde la tribuna del Congreso o el púlpito de los bares, pretenden mostrar como el retrato real de España. El PSOE posmarxista siempre transitó por el camino alejado de la caricatura. Un camino que a pesar de las crisis y los virus sigue siendo lo suficientemente amplio como para que quepa la inmensa mayoría de un país cansado de tracas verbales y de tanto, tanto, autobombo.
TITULO: REVISTA TENIS -Djokovic se asegura el número 1,.
Djokovic se asegura el número 1,.
El serbio alcanza los cuartos de final y cerrará la temporada en lo más alto del ranking por sexta vez en su carrera, igualando a Sampras,.
El serbio Novak Djokovic se impuso al croata Borna Coric (7-6 (11) y 6-3) y además de alcanzar los cuartos de final del torneo de Viena se aseguró acabar la temporada como número uno por sexta vez en su carrera, igual que el estadounidense Pete Sampras.
El tenista de Belgrado, primer favorito, necesitaba alcanzar la tercera ronda de la competición para cerrar el curso de nuevo en lo alto de la clasificación mundial. Tardó dos horas y nueve minutos en sellar la victoria necesaria.
Novak Djokovic cerrará el año 2020 como número uno del mundo. El serbio deja atrás a Rafael Nadal y el suizo Roger Federer que lo han hecho en cinco ocasiones. Para el balcánico será la sexta (2011, 2012, 2014, 2015, 2018 y ahora 2020). Iguala a Sampras que lo fue consecutivamente de 1993 a 1998.
Djokovic, que acumulará 292 semanas en la cima del ranking ATP y que tiene ya cerca las 310 que ha llegado a acumular Federer, tuvo que emplearse a fondo para ganar el primer parcial a Coric, resuelto en el desempate por 13-11 y con cuatro puntos de set para el croata que su rival salvó.
El tenista de Zagreb, vigésimo cuarto del mundo, que había perdido los tres encuentros anteriores con el serbio, decayó en el segundo parcial. Cedió dos de sus servicios y el tenista de Belgrado cerró el partido.
Djokovic se enfrentará en cuartos de final al ganador del partido entre el polaco Hubert Hurkacz y el italiano Lorenzo Sonego.
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