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DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Pedro Sánchez ,.
DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Pedro Sánchez , fotos,.
Sánchez declara el estado de alarma ante la demanda de las autonomías,.
El presidente reúne a sus ministros para poner en marcha la medida de excepción con la que dar cobertura legal a un toque de queda nocturno,.
España se prepara para un nuevo estado de alarma. El agravamiento de la situación sanitaria ha llevado a hasta diez autonomías a reclamar al Gobierno la medida de urgencia para dar una respuesta homogénea a la escalada de contagios y ofrecer un paraguas legal al toque de queda nocturno. Con ese único punto en el orden del día, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha convocado para este domingo un Consejo de Ministros extraordinario. El gabinete al completo estaba avisado desde el viernes de que debía estar «localizado» durante el fin de semana por si el presidente decidía pulsar el botón rojo como finalmente así ha sido.
Antes de poner rumbo a Roma, donde ha sido recibido en audiencia por el papa Francisco, Sánchez se asomó a las pantallas de los españoles con un rictus similar al del pasado 14 de marzo cuando compareció para anunciar el estado de alarma en todo el país ante la irrupción virulenta del coronavirus. El jefe del Ejecutivo reconoció la «gravedad» de la situación una vez superado el millón de contagios y abonó el terreno para volver a poner en marcha el mecanismo de excepción en caso de que la situación en los territorios fuese «extrema». «Nos esperan meses muy duros», justificó.
La Moncloa quería dar algo de tiempo para ver cuántas comunidades lo pedían, incluso esperar a la Conferencia de Presidentes del lunes. Pero la abrumadora respuesta, con diez líderes regionales reclamando la activación de la herramienta constitucional terminó por precipitar las cosas. Rompió el hielo el lehendakari, Íñigo Urkullu, que solicitó al presidente del Gobierno la declaración del estado de alarma para todo el país y que sean las comunidades las que lo gestionen. El mandatario vasco recogió así el guante lanzado por el propio Sánchez el 26 de agosto cuando ofreció estados de alarma a la carta.
Las comunidades llevan semanas quejándose de la dificultad que encuentran a la hora de imponer medidas restrictivas ya que quedan al criterio de los diferentes tribunales superiores de justicia, que han permitido unos confinamientos y tumbado otros. A principios de este mes, la Justicia rechazó las medidas impuestas por el Gobierno de Isabel Diaz Ayuso que restringían la movilidad en diez municipios de la región, entre ellos la capital. El mismo muro se encontró el Ejecutivo de Urkullu este jueves cuando el Tribunal Superior de Justicia Vasco no autorizó la limitación a seis personas de las reuniones sociales públicas y privadas.
Con el virus imparable, la mayoría de las autonomías barajan imponer el toque de queda, similar al que ya se está aplicando en Francia, Italia y Bélgica, pero para ello piden la vuelta al estado de alarma que garantice la cobertura legal. Fue Díaz Ayuso la primera que habló de la necesidad de imponer un confinamiento nocturno, que se llevó al Consejo Interterritorial de Salud, donde ya se puso de manifiesto que una gran mayoría de regiones avalaban esta medida. Pero las dudas de algunas comunidades, entre ellas Madrid, País Vasco, Cataluña y Galicia, a poner en marcha un estado de alarma lo frenaron.
LAS CLAVES:
- Instrumento - ¿Qué permite el estado de alarma?
- Es un instrumento contemplado en la Constitución para situaciones como «crisis sanitarias, tales como epidemias». Permite, entre otras medidas, «limitar la circulación o permanencia de personas en horas y lugares determinados», por lo que autoriza confinamientos y toques de queda.
- Pasos - ¿Cómo se decreta este instrumento?
- La declaración se lleva a cabo mediante un decreto del Consejo de Ministros. Su duración máxima es de quince días y, en caso de necesidad, se puede prorrogar con la autorización del Congreso. Para hacerlo se precisa de mayoría simple; es decir, basta con obtener más síes que noes.
- Extensión - ¿Se debe aplicar en todo el territorio?
- El decreto debe determinar el ámbito territorial en el que se aplicará, que no tiene por qué comprender todo el país. De hecho, hay un precedente muy reciente. Hace dos semanas se declaró el estado de alarma exclusivamente para la Comunidad de Madrid.
- Control - ¿Quién se pone al frente?
- La Constitución establece que la autoridad competente es el Gobierno central. Sin embargo, se contempla que pueda delegarse en los Ejecutivos autonómicos. Eso sí, solo cuando el estado de alarma se esté aplicando «exclusivamente» en ese territorio en concreto.
El ministro Salvador Illa se escudó en que quiere que haya consenso para garantizar el apoyo parlamentario del PP a las prórrogas. Los populares se niegan a esta medida e insiten en pedir una reforma legal exprés que permita a las comunidades restringir movimientos sin pasar por los tribunales. De momento, las regiones gobernadas por la formación de Pablo Casado se resisten a solicitar el estado de alarma y Moncloa no termina de aclarar si se aplicará a nivel nacional o solo para aquellas comunidades que lo hayan reclamado.
Una prórroga requiere la autorización obligada del Congreso
El estado de alarma vuelve a estar en el centro del debate político. Son varias las comunidades que han pedido al Gobierno hacer uso de esta herramienta constitucional para frenar el empuje de la pandemia. El 26 de agosto Pedro Sánchez ya ofreció este mecanismo a las autonomías si lo necesitaban.
El jefe del Ejecutivo explicó entonces que serían los propios líderes regionales los que tendrían que defender esa petición en el Congreso y, en caso de ser necesaria una prórroga, para la que es imprescindible la autorización de la Cámara baja, contarían con el respaldo parlamentario del Gobierno. Tanto la duración como las medidas que se apliquen durante la misma tienen que ser aprobadas por mayoría.
El Ejecutivo contaría de entrada con los 155 diputados del PSOE y Unidas Podemos, más los diez de Ciudadanos, que este viernes, a través de Arrimadas, se ofrecieron a respaldar esta medida excepcional para contener la segunda ola de coronavirus. También podría contar con el respaldo de los partidos minoritarios, como pasó durante el estado de alarma que el Gobierno impuso en todo el ámbito nacional, y con el del PNV.
Aunque Esquerra y Junts per Catalunya ya advirtieron a Sánchez de que el estado de alarma limitaba derechos fundamentales y apostaron por modificaciones en las actuales leyes sanitarias, que la Generalitat lo haya solicitado hace presuponer que de solicitar una prórroga lo apoyarían con sus votos en el Congreso.
TITULO: Las rutas Capone - Medio mundo toca campanas extremeñas,.
Medio mundo toca campanas extremeñas,.
foto / La familia Rivera mantiene en Montehermoso una de las cinco fábricas que quedan en España,.
Un autobús con turistas rusos para en Montehermoso (5.731 habitantes, a media hora en coche de Plasencia) para hacer una excursión fuera de todo plan convencional. Su destino es una nave del polígono industrial. La de Rivera, una de las cinco fábricas de campanas que quedan en España. Que quedan cinco y no cuatro ni seis no lo dice el orgullo local, sino el BOE (Boletín Oficial del Estado). El número 50, de 27 de febrero de este año, en el que se informa de que la Dirección General de Bellas Artes ha abierto expediente para que el toque manual de campana sea declarado Patrimonio Cultural Inmaterial.
«¡Ya era hora, hombre, ya era hora!», reacciona Gabriel Rivera cuando se le comenta por teléfono esa publicación oficial. «Llevábamos mucho tiempo esperándolo», explicará después en su despacho, en el que no hace mucho atendió a una representación de la iglesia cristiana de Corea del Sur que le había encargado un carillón de cinco campanas. Esa pica en Asia es una más de las que Campanas Rivera, fundada hace 169 años, ha puesto en el mundo. Hay piezas suyas en Nigeria, India, Japón, Angola, Estados Unidos, Guinea Ecuatorial...
Y claro, en media España. Suyas son las campanas de las catedrales de Coria, Segovia o Salamanca, y las de cientos de templos repartidos por todo el país. Su huella inunda también el mapa de Extremadura, de derecha a izquierda y de arriba a abajo. Y están en las sedes de dos equipos de fútbol: el Athletic de Bilbao y el Sevilla. Y en la finca en la que Jesús Gil (expresidente del Atlético de Madrid) tenía a 'Imperioso', su famoso caballo. Y también son de Rivera las campanas de sesenta cofradías de pescadores de Santander, realizadas por encargo hace cuatro años.
El toque manual de campana será declarado Patrimonio Cultural Inmaterial
Fundidores trashumantes
«Durante la crisis, trabajamos fundamentalmente en el extranjero, pero en los últimos tiempos sí que se nota un cierto repunte de los encargos que nos llegan desde nuestro país», apunta Gabriel Rivera (50 años, ingeniero industrial), que lleva el negocio con su hermano Eleuterio. Son la quinta generación que se dedica a lo mismo, a seguir escribiendo la historia que comenzó con su tatarabuelo Gabriel, un fundidor de campanas de Cantabria, la mayor cantera nacional de artesanos de este oficio. «Él, como tantos maestros fundidores en esa época, era trashumante -rememora su tataranieto Gabriel-, es decir, iban de un sitio a otro fabricándolas in situ, tras construir el foso y el horno al pie de la torre».
Un encargo de este tipo llevó al tatarabuelo Gabriel Rivera a Montehermoso. Allí hizo una campana y conoció a María Gutiérrez, con la que se casó y tuvo siete hijos, de los que dos murieron. El bisabuelo Julián siguió con el negocio, y luego el abuelo Cesáreo, al que sustituyó el padre de Gabriel. «Y ya hay hijos y sobrinos que están metidos en esto», apunta Rivera, que tiene entre sus clientes a ayuntamientos y comunidades religiosas. También «a particulares que quieren campanas para sus fincas o casas de campo, y a músicos que la quieren como instrumento».
El negocio lo fundó en 1850 Gabriel Rivera, fundidor cántabro, tatarabuelo de los actuales gerentesLas instalaciones reciben visitas turísticas, una de las últimas la de un grupo de rusos
Este último es un perfil de comprador que ha resurgido ahora, pero el principal consumidor de campanas en España continúa siendo la Iglesia. Templos de todo el país las siguen tocando a diario, aunque en muchos casos mediante sistemas eléctricos que se programan previamente, lo que ha derivado en la casi extinción de la figura del campanero. Según el inventario de la asociación cultural Campaners de la Catedral de Valencia, en Extremadura hay 25 campanas activas y media docena de campaneros.
Uno de ellos, probablemente el más joven, es Gabriel Rivera hijo, que ya sabe sobre el asunto casi tanto como su padre. Tiene 14 años y lleva en los bolsillos unos guantes y unos tapones para los oídos. Guarda también la llave de la torre de la iglesia de Montehermoso, donde hay cinco campanas, cada una fabricada por una generación Rivera. Gabriel hijo mueve con soltura esas piezas enormes. Entre ellas se le ve feliz. Agarra las cuerdas con fuerza y va de una a otra. Tira de ellas, las voltea, ahora las impulsa y luego las frena con suavidad. Algo parecido hizo hace casi dos años en la catedral de Plasencia, durante la ceremonia de proclamación de José Luis Retana como obispo de la Diócesis. «Yo toco las campanas desde pequeño -cuenta el chico-. He aprendido viendo a los campaneros de Valencia, que tienen muchos vídeos en Internet, y también viendo a los de Zamora, porque me han llevado muchas veces a pueblos de allí a verles tocar en directo».
«Hay campanas nuestras en muchos países, y ahora se nota un repunte de los encargos para España» Gabriel Rivera Campanas Rivera
Tanto en Valencia como en Zamora hay colectivos de campaneros. Gabriel Rivera hijo pertenece a dos: la Asociación Cultural de Campaneros Zamoranos y Mestres Campaners. Tal como recoge la resolución publicada en el BOE, se trata de zonas donde la tradición del toque manual se ha mantenido -e incluso convertido en atracción turística, con rutas y exhibiciones en vivo-, al contrario de lo que ha ocurrido en otros lugares del país, donde está cerca de desaparecer. «La protección de los toques manuales -recoge la publicación oficial- no significa poner en valor y asegurar la continuidad de una sola tradición común, compartida entre los diversos pueblos de España, sino que, por el contrario, supone proteger cientos de sistemas locales de comunicación con ciertas características compartidas por zonas, pero casi siempre únicos, al borde de la extinción por la falta de campaneros y sobre todo, por la falta de sensibilización hacia este fenómeno de comunicación casi único en cada lugar».
«Un medio de comunicación»
Aunque hay diferencias importantes entre unos sitios y otros, el toque manual de campana en las distintas comunidades autónomas españolas comparte un rasgo: es «un lenguaje sonoro que ha funcionado a lo largo de los siglos como un medio de comunicación», define el BOE. A partir de la combinación de sonidos se han anunciado incendios, tormentas o rogativas, y se han delimitado el tiempo y el espacio laboral, diario, festivo o de duelo.
«Somos las quinta generación dedicada a la fábrica, y ya hay hijos y sobrinos metidos en esto»
Esto explica, por ejemplo, que Gabriel Rivera hijo pase horas en la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Montehermoso cada 1 de noviembre (festividad de Todos los Santos). «Ese día, lo que hago es lo que se llama doblar las campanas, que es tocar a muerte, y que no es igual para el hombre que para la mujer», detalla el joven, que ha tañido las de la iglesia de su pueblo y las de varias localidades del entorno. «Espero tocar algún día en las grandes catedrales», confiesa Rivera hijo, que ayuda a su padre a responder un cuestionario básico sobre esas piezas que tanto le gustan. ¿La más grande de Extremadura? «La llamada 'María de la O', de la Catedral de Plasencia, que anda por los tres mil kilos». ¿Las más bonitas? «La que da la hora en el monasterio de Guadalupe, que es gótica, grande y que no se ve desde la calle». «Y en la torre de Espantaperros, en Badajoz, había una muy bonita, pero está rota y la tiene el Ayuntamiento», añade Rivera padre, que detalla que lo más habitual es que estos instrumentos lleven un 79 por ciento de cobre y un 21 de estaño.
El foso y la máquina excavadora que hay en su nave de la localidad cacereña se explican porque el proceso de fabricación incluye enterrar bajo arena dos de los tres moldes que se fabrican (llamados macho, hembra y falsa campana). Estando sepultados es cuando se vierte sobre ellos la aleación que dará forma a la pieza definitiva. «Cuanto más tiempo pase la campana enterrada, más calidad tendrá, porque cuanto más lenta sea la curva de enfriamiento, mejor», desgrana el ingeniero, que aporta otra clave. «Un concepto fundamental para medir la calidad -explica- es el tiempo de reverberación. Cuanto más dure el sonido, mejor».
Una campana de cien kilos de peso, y con unas dimensiones de 55 por 55 centímetros, cuesta unos dos mil euros. Todas son diferentes, y cada pieza salida de la fábrica de Montehermoso lleva un mismo mensaje grabado: 'Rivera me fecit' (Rivera me hizo). Aunque el texto era otro, la inscripción en latín ya la tenían también las campanas Rivera de la primera generación, las del tatarabuelo Gabriel, que difícilmente imaginó que esa empresa que él fundó hace más de un siglo y medio acabaría atrayendo a Montehermoso a turistas rusos.
TITULO: Un país mágico - El último viaje del Emperador: de Bruselas a Jarandilla,.
El sabado -31- Octubre a las 18:30 por La 2, foto,.
El último viaje del Emperador: de Bruselas a Jarandilla,.
Después de tres meses de viaje, estaba impaciente por llegar. Tal vez por ello rechazó la propuesta de alojarse en Plasencia mientras se acaban las obras en Yuste,.
Ya no franquearé ningún otro puerto si no es el de la muerte. Es el 12 de noviembre de 1556 y Carlos V está en lo alto del Puerto Nuevo. Es la última etapa del largo viaje que lo trae desde Flandes a Yuste, y está agotado. Han sido siete horas de trayecto desde Tornavacas y aunque él viaja en una silla de manos que portan mozos de Guijo y Tornavacas, la dureza del camino le incomoda. Hace más de tres meses que salió de Bruselas y está impaciente por llegar. Tal vez por ello rechace la propuesta de alojarse en Plasencia mientras se acaban las obras en Yuste. Elige el Palacio del Conde de Oropesa, en Jarandilla, porque está a una sola jornada desde Tornavacas, mientras que para llegar a Plasencia hacen falta cuatro días.
El Emperador viajero que ha cabalgado por toda Europa, de Viena a Granada, de Bruselas a Roma; el guerrero intrépido que ha atravesado los Alpes con sus tropas, busca descanso. La sentencia famosa ya no franquearé ningún otro puerto--, mitad de alivio porque acaba el viaje, mitad reflexión filosófica porque no ve lejos el final de su vida, se convertirá a la postre en la solemne declaración del retirada del gran César. Es la última etapa del viaje y es una de las más duras. Su secretario, Martín de Gaztelu, lo describe así: partió su majestad de allí (Tornavacas), casi a las doce, para hacer su jornada por el puerto nuevo () y por ser el puerto tan áspero y fragoso y de algunas vueltas cortas, no podían las acémilas (mulas de carga) caminar con la litera sin notable peligro de despeñarse, por lo cual convino quitarlas y los labradores que para este efecto se traían de Tornavacas, le trajeron a hombros.
Llegados a Jarandilla algo tarde, dice su secretarioel Emperador se acomoda en el palacio de don Fernando Álvarez de Toledo. Esa noche cena anguilas y, sobre todo, descansa. Han sido más de tres meses de viaje, que le han servido para irse despidiendo del mundo: de la corte flamenca, en Bruselas; de Gante, su ciudad natal; de la corte española en Valladolid.
Aunque tenía prisa por dejar Flandes, transcurrieron diez meses desde su abdicación, en octubre del 55, hasta que se puso en camino. Finalmente, el 8 de agosto de 1556, Carlos se despide de su hija María y de su yerno Maximiliano, reyes de Bohemia, que han llegado a Bruselas para decirle adiós. En pequeñas etapas, y acompañado de su hijo Felipe, se acerca a la costa flamenca. Carlos V es consciente de que no volverá a ver esas tierras y hace un alto en Gante, el lugar de su nacimiento, donde pasa quince días. El 13 de septiembre se hace a la mar en Flesinga (Vlessinge, en holandés) con rumbo a España.
Es un emperador dimisionario, pero emperador al fin, y por ello le hacen de escolta 56 naves. Más de mil marineros viajan a bordo, sin contar el centenar y medio de servidores que le acompañan en su retiro. Son sólo una pequeña parte de la servidumbre que Carlos tenía en Bruselas. Según los pormenores que relata Tomás González, el Emperador contaba en su Corte bruselense con 762 personas. En esta larga nómina de servidores se encuentran desde el arzobispo de Arrás, el duque de Alba y otros nobles, que son una especie de consejeros, hasta 4 modestos mozos de litera, 6 lacayos, 85 arqueros o 4 tañedores de vihuelas de arco; sin olvidar los ocho capellanes o los 36 cantores de su capilla musical. La enumeración de los criados del César, que está recogida nombre por nombre y oficio por oficio por este historiador constituye una impagable información sobre la dimensión de la Corte de Carlos V, con sus zapateros, gentileshombres, cirujanos, boticarios, relojeros, secretarios y hasta limosneros.
Cuando sale para España renuncia a buena parte de esa servidumbre incluida su muy amada capilla musical, por la que suspira su yerno--, y se queda con 150 criados. Antes de entrar en Yuste, el 3 de febrero de 1557, jubilaría casi a un centenar y se quedaría con poco más de 50, la mayoría flamencos. A medida que avanza hacia su retiro se va despojando de los símbolos del poder, y no cabe duda de que la abultada servidumbre es uno de los principales.
Pobre reconocimiento
Pero Carlos V tendrá ocasión de comprobar muy pronto que ya no es de hecho el Emperador oficialmente conserva el título hasta febrero de 1558. Aunque la travesía en la galera del Espíritu Santo había sido plácida, y su aposento cómodo, la llegada a Laredo, el 28 de septiembre, le golpea duramente su orgullo: sólo dos autoridades menores, el alcalde de Durango y el obispo de Salamanca, Pedro Enríquez, se han acercado al puerto para agasajar al gran César. Según cuentan los historiadores, la falta de diligencia de su hija Juana para atender las cartas que le manda Felipe II desde Flandes urgiéndole a que prepare el recibimiento, es al causa principal del desaire. Ni siquiera su mayordomo, Luis Méndez Quijada, estaba en Laredo. Faltan también provisiones y médicos para sus acompañantes.
El enfado del Emperador no pasa desapercibido a sus sirvientes. Su Majestad está bien mohíno escribe su secretariodel mucho descuido que ha habido en no haberse proveído (y el Rey tenía mandado), como son de seis capellanes () porque los que traen están enfermos y cada día es menester buscar un clérigo para que le diga misa; de un par de médicos, porque trae la mitad de la gente de su Armada enferma y se la han muerto siete u ocho criados. La carta continúa quejándose de que los regalos que le esperaban no son propios de su rango y señala que de todos esos descuidos el Emperador dice cosas bien sangrientas.
El disgusto de Carlos llega de inmediato a la Corte de Valladolid, y la princesa Juana se apresta a enmendar su yerro: escribe al mayordomo de Villagarcía para que de inmediato se ponga camino de Laredo. La orden es tan terminante que Quijada sale a las cuatro de la mañana de su casa y en tres días, sin apenas descanso más que para cambiar de caballo en las postas, recorre la nada despreciable distancia de 60 leguas (alrededor de 335 kilómetros) que le separan de Laredo. La princesa Juana también escribe decenas de misivas a marqueses, duques y condes y a 84 ciudades de la Corona de Castilla dándoles cuenta de que el Emperador está en España, por si tienen a bien cumplimentarle.
Vino de Robledillo
Entre las cartas que salen de Valladolid en esos días dedicadas a organizar la acogida d Carlos V en España están las que se mandan a los monjes de Yuste y al alcalde de Aranjuez, encargándole que elabore el vino de Sen que le gusta a su majestad. Ya un año antes, cuando Carlos V había anunciado su venida, se había insistido en el encargo, porque era una bebida que gustaba al Emperador por sus virtudes digestivas. Así lo manifestaba en una carta que escribió desde Bruselas el propio Carlos al secretario de Estado Juan Vázquez de Molina en octubre del 55: Yo acostumbro tomar algunas veces vino de Sen, con que hallo bien. Y como se ha de hacer en estas vendimias, os he querido enviar esta memoria hecha por mi médico. Junto a la carta, le manda la receta para elaborar el vino. El secretario la remite a Yuste, y fray Juan Ortega viaja a Robledillo y a Descargamaría, en la Sierra de Gata, para aprovisionarse del vino.
El cortejo imperial sale de Laredo el 6 de octubre. Son 150 personas, pero se dividen en dos grupos, de manera que el primero lleve ventaja de una jornada, pues hay pueblos que no disponen de suficiente alojamiento. En sucesivas etapas llegan a Ampuero, Nestosa, Aguera y Medina de Pomar, donde el Emperador descansa dos días. El disgusto por la pobre acogida que se da al hombre más poderoso del mundo no desaparece. Su mayordomo Quijada, ya incorporado al séquito, escribe el 8 de octubre al secretario de Estado Vázquez: Vuestra merced crea que yo llevo la mayor vergüenza del mundo, de ver los pocos que somos. Sólo yo camino con su majestad; y cuando está bueno, Laxao; y el alcalde y cinco alguaciles. Y cuando me veo con tantas varas de justicia, creo que vamos presos él o yo.
Tras el descanso de Medina de Pomar, la siguiente etapa termina en Pesadas; y de allí, a Gondomín y Burgos. Es en esta capital castellana donde Carlos V tiene su primer recibimiento acorde con su dignidad. Sale a encontrarle al camino Pedro Fernández de Velasco, condestable de Castilla, rodeado de sus caballeros. Le ofrece su palacio para alojarse, y cuando el Emperador entra en Burgos suenan todas las campanas de la ciudad. En el palacio le cumplimentan por primera vez los nobles de Castilla. Su mayordomo da cuenta de la historia menuda de este día: Su majestad llegó aquí anoche muy bueno y tal que, trayendo antojo de truchas, las cenó y de muy buen apetito. (). Los bizcochos llegaron hechos agua, que no se puede aprovechar de ellos. En extremo me he holgado de que su alteza hagas estos regalos a su padre, siquiera por las gentes. Su secretario, Gaztelu, también insiste en que la princesa Juana manda pocos regalos y en lo solo que hace el viaje: Espantarse ha vuestra merced de ver la casa que su majestad lleva y cuán solo va por estos caminos; que si no es Luis Quijada no lleva con quien hablar.
A la salida de Burgos, sin embargo, el aspecto de la comitiva cambia. Los modestos alguaciles de Durango (esos que parecía que llevaban preso al Emperador), son sustituidos por un más lucido destacamento de caballería, que ya le acompañaría hasta Valladolid. El 16 llega a Celada, el 17 a Palenzuela. Le espera aquí un regalo de su hija: una olla de acedías frescas que llegaron más bien tratadas que los bizcochos (escribe su secretario); su majestad comió de ellas y le supieron bien. Él va muy bueno y tan sano como ha muchos días que estuvo; y creo que ha de vivir hartos años.
Decepción con su nieto
Tras las etapas de Torquemada y Dueñas, el Emperador llega a Cabezón, ya muy cerca de Valladolid. Aquí le espera una novedad: su nieto Carlos, único hijo de Felipe II y heredero de la Corona. La curiosidad de Carlos V por conocer a su nieto se convierte pronto en disgusto: el muchacho, que sólo tenía once años, es retrasado (decentado e idiota, le denominan los historiadores de la época) y Carlos se da cuenta: Me parece muy bullicioso, su trato y humor me gustan muy poco; y no sé lo que podrá dar de sí con el tiempo, le dice a su hermana Leonor. La historia cuenta que fue en ese momento cuando Carlos V decidió llamar a Yuste al hijo natural que había tenido tras enviudar y que se criaba en Villagarcía con la mujer de su mayordomo, Magdalena de Ulloa. Era el legendario Jeromín (después, don Juan de Austria). Jeromín, sin embargo, no llegaría a Cuacos de Yuste hasta el verano del 58, pocos meses antes de morir Carlos V.
Acompañado por este nieto que le gusta tan poco, Carlos V llega al día siguiente, 21 de octubre, a Valladolid, sede de la Corte Española. Allí le espera su hija Juana, gobernadora del Reino mientras el rey Felipe está en Inglaterra y Flandes. En Valladolid le aclama el pueblo, le cumplimentan los nobles y recibe incluso a los monjes jerónimos que están preparando su retiro en Yuste. Entre los asuntos que abordan está la creación de una capilla musical en el monasterio. Carlos V ha renunciado a la que tenía en Bruselas, formada por 36 voces, y quiere disfrutar en Yuste de un buen coro.
Después de pasar dos semanas de descanso en la Corte, el 4 de noviembre sale de Valladolid. El séquito se reduce, pues el Emperador viaja ya sin sus hermanas, que van a retirarse al palacio del Duque del Infantado, en Guadalajara. En la primera jornada llegan a Valdestillas. La siguiente les lleva a Medina del Campo, donde Rodrigo Dueñas, consejero de Hacienda, le prepara un gran alojamiento, con braseros de oro macizo donde se quemaba canela de Ceylán. Era una ostentación de riqueza de tal calibre que en lugar de agradarle, el agasajo le molestó. Tanto fue su disgusto que a la mañana siguiente, a la hora de partir, el Emperador ordenó que se le pagara el alojamiento al orgulloso Rodrigo Dueñas.
De Medina a Horcajo de las Torres y de ahí, en sucesivas etapas de una sola jornada, a Peñaranda de Bracamonte, Alaraz, Gallegos de Solmirón y Barco de Ávila. Aquí recibe el Emperador unas colchas forradas de plumas (similares a los actuales edredones), que le han sido enviadas por su hija Juana. Carlos V agradece el envío. El invierno está ya encima y los fríos de la Sierra de Gredos se empiezan a notar. Tanto le gustan las colchas que ordena que se le confeccione más ropa forrada de plumas. Y tras Barco de Ávila, Tornavacas.
TITULO: Diario de un nómada - Caminando sobre las olas ,.
El domingo-1- Noviembre a las 19:00 por La 2 , foto,.
Un emperador en Yuste,.
Carlos V espera en Jarandilla que se acaben las obras de Yuste y que llegue dinero de Sevilla,.
Doce de noviembre de 1556. Tras un largo viaje desde Bruselas , el Emperador está en Extremadura. El imponente castillo-palacio del conde de Oropesa en Jarandilla (hoy convertido en Parador Nacional), le acoge mientras se terminan las obras del palacio junto al Monasterio jerónimo. Hasta el 3 de febrero de 1557 no entrará Carlos en Yuste. La falta de dinero, que demora las obras e impide licenciar a los criados, retrasa la llegad del Emperador al Monasterio.
La primera noche en Jarandilla es tranquila. Carlos cena anguilas, enviadas por su hija Juana desde Valladolid, y duerme en la estancia que se le ha preparado. Al día siguiente pide que se le traslade su dormitorio a una habitación más soleada. También se construirá una chimenea para calentar la estancia. Al Emperador le place el lugar. Desde su mirador contempla los huertos que rodean el palacio, los naranjos, cidras y limoneros que adornan y perfuman el jardín.
Sin embargo, sus acompañantes no parecen pensar lo mismo: sus servidores encuentra incómodo el pueblo: Este lugar está mal proveído y es caro en caza y carnero, escribe el secretario. El clima lluvioso que les recibe termina por indisponerles contra el lugar. Hace tanto frío y hay tantas nieblas como en Valladolid, llega a decir su secretario. Aquí ha llovido dos días escribe Gaztelu a Juan Vázquez el 18 de noviembresin que de la gran niebla se viesen los hombres a veinte pasos. Hoy ha esclarecido, pero todos desaprueban la estada aquí, y ninguno aprueba la ida a Yuste. Los sirvientes más cercanos su mayordomo, su secretario, su médico--, intentan por todos los medios influir en el Emperador para que cambie de idea y deseche el propósito de instalarse en Yuste de por vida. Escriben en secreto cartas al secretario de Estado, a la princesa Juana, a la reina de Hungría, hermana de Carlos, hablándoles del clima húmedo de La Vera. Pero la voluntad del monarca de instalarse en Yuste es firme y nadie logra torcérsela. Su Majestad determinado está de no hacer mudanza en ello, (en el retiro de Yuste), aunque se junte el cielo con la tierra, escribe Gaztelu dándose por vencido.
El Emperador no quiere ni oír hablar de desistir de su empeño en retirarse en Yuste, su anhelo es que se acaben las obras del palacio y, en cuanto el tiempo lluvioso lo permite, se traslada él mismo al Monasterio para conocer el estado de los trabajos. Era el 23 de noviembre, apenas diez días después de llegar a Jarandilla, y Carlos sale satisfecho de lo que ve; da órdenes para que se hagan las camas de los criados. Su intención es instalarse en Yuste antes de que acabe el año. A los 23 de éste (escribe Quijada a la princesa Juana), fue su Majestad a ver a Yuste. Parecióle bien y vino muy contento de lo que estaba hecho y del sitio de la casa; y dijo que la hallaba mejor de lo que le habían pintado.
Carlos V está retirado, ha renunciado al imperio, pero ni siquiera en su retiro se olvidará de los asuntos de Estado: las primeras ordenes que da es que los correos que unen habitualmente Valladolid y Lisboa, y que pasan por Navalmoral y Almanzor, se desvíen cinco leguas (casi 30 kilómetros) y suban hasta Jarandilla. Ello le permitirá tener noticias directas de los problemas políticos y disponer además de una rica despensa: tanto su hija Juana desde Valladolid como su hermana Catalina desde Lisboa se encargarán de surtirla generosamente, con todas las exquisiteces de que gusta Carlos: ostras, acedías, lenguados, perdices, truchas, anchoas, anguilas, aceitunas Se da orden de que los correos pasen los jueves por la noche, pues el Emperador acostumbraba a comer pescado los viernes y los sábados. El mayordomo pide que si es posible traigan ranas también.
Gran necesidad de dinero
Como ya se ha dicho, Carlos está retirado, pero no ocioso. Las primeras semanas de estancia en Jarandilla las ocupará en organizar la licencia de parte de sus criados: necesita dinero para ello y hasta tanto no lleguen esos fondos no podrá hacerlo. Siempre los problemas de dinero. La escasez de fondos que ha retrasado las obras de Yuste y ha demorado el viaje a España persigue al Emperador. Muy gran necesidad pasamos de dinero. Ya vamos por los escudos adelante, no gastando, sino empeñando, y Su Majestad lo sabe. () escribe el mayordomo el 13 de diciembre reclamando el dinero prometido. El secretario Gaztelu insiste una semana después en la misma queja. El dinero prometido por el secretario de Estado no acaba de llegar. La acémila con los 2.000 ducados y lo demás no ha llegado hasta agora. Y entiendo que Su Majestad habla en ello y en la dilación muchas veces y a mí me lo ha dicho y mandado que para lo de Sevilla se dé grandísima priesa, porque por falta de no haber llegado los 26.000 ducados no entra esta Pascua en su monasterio. Y no quiere salir de aquí sin pagar su casa y dar a sus criados lo que hubieren de haber.
Durante todo diciembre y parte de enero, en Jarandilla se esperan con impaciencia los 26.000 ducados que tienen que llegar de la Casa de Contratación de Sevilla y han de servir para jubilar criados, pagar trabajos del palacio y sostene la casa del Emperador. El mayordomo se queja de que si no llegan antes de Año Nuevo, habrá que pagar los sueldos otro mes, o al menos otra quincena, con lo que aumentará el gasto.
¿Cómo es posible que el Emperador del mundo pase por esos apuros? La hacienda de los reinos españoles en esa época no era ni tan poderosa ni tan organizada como cabía suponer. La financiación de las guerras se llevaba buena parte de los ingresos, hasta el punto de que el oro y la plata de las Indias que entraba por Sevilla se enviaba, a veces sin tiempo para acuñarlo, para pagar las deudas pendientes. Carlos V dependió todo su reinado de los famosos banqueros Fugger; se afirma incluso que si se casó con Isabel de Portugal fue, en parte, porque esta princesa (prima de Carlos) pertenecía a la monarquía más rica de la época y su dote era muy generosa: en más de 48 millones de euros de hoy (8.000 millones de pesetas) la valora el historiador Manuel Fernández. Cierto que Carlos no recibió todo ese dinero, pues ya debía al rey de Portugal el equivalente a unos 18 millones de euros.
Los historiadores relatan que Carlos V tenía una asignación mientras gobernaba de 200.000 ducados al año para mantenimiento de su casa (unos 11 millones si hacemos la equivalencia aproximada al valor actual. Hay que tener en cuenta que su corte tenía 762 servidores). Cuando abdicó decidió que le bastaría con 12.000 ducados al año (unos 700.000 euros). Sin embargo, muy pronto cayó en la cuenta de que esa cifra no era suficiente, y se reclamaron a Valladolid 20.000 ducados (1,1 millones de euros), que llegarían en entregas de 5.000 ducados al trimestre.
No obstante, ni siquiera esa cantidad llegaba puntualmente a Yuste, y sus servidores tenían que escribir innumerables cartas a la capital vallisoletana para que se librara el pago. Finalmente, se acordó que ese dinero saldría de los beneficios de las minas argentíferas de Guadalcanal, en la frontera extremeña con Huelva, que ya estaba en explotación.
La vida del Emperador en Jarandilla se reparte entre sus preocupaciones por solucionar los asuntos de su hacienda, la lectura de los correos que le traen noticias de nuevas guerras y la atención a las visitas que ya empiezan a llegar. Francisco de Borja (el futuro santo) trata con el Emperador asuntos de religión y de política, no en vano el famoso fraile, antiguo duque de Gandía, había sido servidor de Carlos y un cercano colaborador de la Emperatriz Isabel hasta su entrada en la Compañía de Jesús. El conde de Oropesa, el duque de Escalona o el conde de Olivares también llegan a Jarandilla, sin olvidar a Luis de Ávila y Zúñiga, quien desde Plasencia puede visitar con frecuencia al Emperador. Su confianza es tal que es de las escasas personas con las que Carlos V comparte su mesa. La casa de aquel en Plasencia, el palacio de Mirabel, se convertirá durante la estancia de Carlos en Jarandilla y Yuste en antesala de los nobles que desean visitar al Emperador.
Un nuevo ataque de gota
Llega la primera Navidad que Carlos pasa en Extremadura y el monarca quiere celebrar la fiesta enviando comida a los monjes jerónimos. El fin de año, sin embargo, no es feliz para el Emperador. Un nuevo ataque de gota le acomete el 27 de diciembre y le durará varias semanas. Un médico italiano de fama, Giovanni Andrea Mola, llega a Jarandilla para tratar al enfermo. El doctor le recomienda que abandone la cerveza, pero Carlos replica que no piensa hacerlo. Para las hemorroides le receta una planta que no se encuentra en Extremadura y que tiene que ser enviada desde la Lombardía italiana. El médico le insiste en que el lugar elegido para retirarse no es bueno, pues es húmedo y será también caluroso. Carlos desoye el consejo. La ida a Yuste no tiene vuelta atrás.
Por fin, el 16 de enero de 1557 llegaron a Jarandilla desde Sevilla 26.000 ducados. Con este dinero paga los sueldos de sus servidores y las gratificaciones de sus criados flamencos, que son finalmente licenciados. Aunque secretario y mayordomo cuentan que los servidores estaban incómodos en Jarandilla, también relatan con emoción y las lágrimas que acompañan la despedida de estos servidores: el 3 de febrero, los alabarderos, reunidos en el patio del palacio, tiran las lanzas al suelo en señal de que, pues ya no servirán a Carlos V, no volverán a servir a ningún otro señor.
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La localidad acogerá en noviembre la XIII Coria, Sabor Micológico
Este año habrá bonos descuento de cinco y diez euros para la degustación de platos con setas y hongos, así como para el alojamiento en hoteles,.
El Ayuntamiento de Coria, a través de la Concejalía de Turismo y en colaboración con la Sociedad Micológica Extremeña y la Asociación de Empresarios de Coria y Comarca (Asecoc), apuesta por la XIII edición de Coria, Sabor Micológico con el objetivo de continuar promocionando el turismo de la ciudad y como apoyo al sector hostelero en estos momentos difíciles. En concreto, del 1 al 30 de noviembre, el municipio acogerá una nueva edición de Cesta iniciativa que surgió con el objetivo de disfrutar de la micología, un elemento de identidad en la cocina cauriense.
Esta edición trae una novedad: bonos descuento para disfrutar de la degustación de platos micológicos a la carta diarios y menús micológicos los fines de semana en los diferentes restaurantes participantes. Aquellos clientes que lo deseen podrán conseguir un bono de 5 euros de descuento con solo acudir a la Oficina de Turismo y recogerlo. Además, habrá bonos de 10 euros de descuento para los turistas que visiten la ciudad y se alojen en los hoteles participantes en régimen de alojamiento en habitación doble.
La Oficina de Turismo comenzará este fin de semana a entregar los bonos descuento.
Se ha confeccionado un programa de actividades, todas adaptadas a la nueva situación y con todas las medidas de seguridad. Dentro de la programación se ha incluido un año más una de las actividades con mayor acogida como es el Paseo Micológico por la Dehesa de Mínguez, programada para el día 21 de noviembre con salida a las 09.00 horas desde la plaza de San Pedro. Además, se realizarán dos visitas guiadas por el Casco Histórico, este domingo 1 de noviembre y el día 22. Será a las 12.00 horas con salida desde la Oficina de Turismo, en la plaza de San Pedro.
Durante todos los sábados y domingos de noviembre se realizará una promoción especial de Coria, Sabor Micológico en hoteles con degustación de platos micológicos a la carta diarios y menús micológicos de fines de semana en los siguientes restaurantes: MaGar AHC Palacio, Los Kekes, El Bobo de Coria, Montesol, Campana, Percor, Casa Maxi, San Cristóbal y San Juan.
Por otro lado, durante todo el mes de noviembre habrá una promoción especial en los hoteles como AHC Palacio Coria, San Cristóbal, Montesol y los Kekes, con un bono/descuento de 10 euros en régimen de alojamiento de habitación doble para dos personas.
TITULO:
Documentos TV -Campaña contra el clima ,.
Documentos TV - Campaña contra el clima,.
Martes 27 de Octubre a las 00:00 horas en La 2, foto,.
'Documentos TV’ estrena ‘La campaña contra el clima’. El reportaje cuenta cómo las petrolíferas contrarrestaron a la ciencia con publicidad en el cambio climático. Desde que el Dr. Hansen de Naciones Unidas advirtiera en 1988 del grave peligro del cambio climático para el planeta, la industria petrolífera ha intentado convencer de lo contrario.Esta investigación periodística revela cómo los magnates del crudo consiguieron difundir sus ideas negacionistas para sembrar la duda en los ciudadanos sobre los fundamentos científicos que demuestran el cambio climático.
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