BLOC CULTURAL,

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domingo, 5 de noviembre de 2017

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - Vecinos de Trujillo acompañan a Alaska en la 'Expoparty',./ UNA CAÑA CON EL PEQUEÑO GRAN NEGOCIO,.

TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -Vecinos de Trujillo acompañan a Alaska en la 'Expoparty',.

  DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -Vecinos de Trujillo acompañan a Alaska en la 'Expoparty', fotos.

 Vecinos de Trujillo acompañan a Alaska en la 'Expoparty',.

La muestra, que estará hasta el 3 de diciembre, ofrece una visión muy particular de la artista,.

Resultado de imagen de vecinos de trujillo acompañn a alaska en la expopartyNo siempre acuden tantas personas a la inauguración de una exposición en el palacio Barrantes Cervantes de Trujillo. Sin embargo, su sala de exposiciones se quedó ayer pequeña por la gran afluencia de público, a pesar de que la tarde estuvo desapacible por la lluvia. Sin embargo, la ocasión fue especial.
Resultat d'imatges de cafe con tostadas de aceiteDecenas de vecinos asistieron a la inauguración de la 'Expoparty' que contó con la presencia de la cantante Alaska y que centró todas las miradas. Esta iniciativa forma parte del festival 'Cáceres Pop Art', que se lleva a cabo por primera vez en Trujillo. Si en otras ocasiones esta muestra ha estado basada en personajes como Tita Cervera, Belén Esteban o Vicente del Bosque, en esta ocasión ha sido el turno de esta diva del pop, que llegó a la ciudad trujillana antes de lo previsto.
Resultat d'imatges de una tostada de jamon y una coca colaDurante el recorrido a la muestra no paró de saludar y de repartir besos. Los asistentes aprovecharon sus teléfonos móviles para poder fotografiarse con la protagonista de la exposición, siempre con una sonrisa en la cara. Grandes y mayores inmortalizaron el momento. Esta diva del pop también tuvo la oportunidad de hablar con algunos autores de la treintena de obras que forman parte la muestra dando su peculiar visión sobre la cantante.
Alaska recordó que parece que atrae la lluvia en Trujillo, puesto que, la última vez que estuvo en la ciudad, se tuvo que suspender el concierto por culpa del mal tiempo. Asegura que le ha hecho ilusión que este proyecto esté basado en ella. Destaca la gran variedad de la muestra, ya que hay desde artistas que se han centrado en su iconografía, hasta creadores que, con su personalidad, han utilizado estilos diferentes como el hiperrealismo, con técnicas mixtas. «Es una exposición que merece la pena verla, no porque esté yo, sino porque es un reflejo de lo que ahora mismo se está haciendo en el mundo del arte», añadió.
Esta exposición estará hasta el 3 de diciembre en el Barrantes Cervantes. La siguiente cita del festival llegará el próximo fin de semana con los premios Pop-Eye.

  TITULO: UNA CAÑA CON EL PEQUEÑO GRAN NEGOCIO,.

UNA CAÑA CON EL PEQUEÑO GRAN NEGOCIO, fotos.

 EL PEQUEÑO GRAN NEGOCIO,.

 ¿Cómo ha cambiado la música infantil en los últimos años? ¿Qué tiene que tener una canción para enganche a los más pequeños? ¿Se resignan los padres a soportar cualquier cosa que pongan sus hijos o quieren disfrutar también junto a ellos?
Resultat d'imatges de UNA CAÑAProyectos como Petit Pop, PicaPica o Chumi Chuma intentan poner de acuerdo a las familias en el siempre difícil trance de escuchar canciones juntos.
Llega un momento en que los discos de toda la vida y los grupos de cabecera son sustituidos, de forma abrupta, por el corro de la patata, los estribillos de Frozen y las canciones de animalitos. Sí, la música es una de las señales definitorias de que los hijos-nietos-sobrinos han entrado en nuestras vidas y, con ellos, todo su arsenal musical. La música siempre ha acompañado a la infancia, pero es en esta época cuando se ha multiplicado exponencialmente su presencia en la vida de los niños: en la escuela, en la televisión, en los teléfonos móviles... A las canciones tradicionales que pasan de abuelos a hijos y de estos a nietos hay que sumar hoy la proliferación de proyectos musicales que tienen como público los más pequeños y, en los últimos tiempos, los que apuestan por reunir como oyentes lo que hasta ahora parecía imposible: padres junto a hijos.
Es cierto que los niños tienen su particular forma de relacionarse con la música, sobre todo en lo referente a la repetición de esa canción favorita, una y otra vez, hasta llegar a la desesperación de sus progenitores. Pero también es verdad que se puede aprender mucho de ellos y junto a ellos en su manera de vivir las canciones. Proyectos como Petit Pop, PicaPica, Chumi Chuma, Pinker Tones o Candela y Los Supremos demuestran que sí se puede, que niños y adultos pueden encontrar un mínimo común denominador para escuchar juntos.
Petit Pop se formó en 2010 en Gijón con músicos procedentes de grupos 'indies' del denominado 'Xixón Sound', como Penélope Trip, Nosoträsh y Undershakers. "No es un proyecto, es un resultado", dice Lara González, cantante y teclista. "Nos empezaron a brotar guajes por todos lados: hijos propios, sobrinos, críos de amigos... Así que es inevitable que si estás haciendo música toda la vida, cuando llega ese momento acabes componiendo para ellos".
Con cuatro discos (el último, Vámonos en bici, acaba de salir publicado por Gran Sol), el grupo gijonés ha ido tocando casi todos los palos imaginables, desde el country al ska, pasando por la música celta, el punk, la electrónica, la ranchera... Las canciones se llaman No queremos ir al zoo, Queremos chuches, Llévame a los hinchables y hablan en clave divertida de cómo los chavales torean a sus padres o sufren toneladas de extraescolares. "Si estamos consiguiendo algo es echándole mucho sentido del humor a la vida. Y de eso los niños tienen mucho más", dice Lara. "Hablamos de cosas que vivimos con ellos, pero también nos sirve para sacar nuestra memoria infantil, porque todos hemos sido niños".
"Como no somos ni Nosoträsh, ni Undersahakers, ni Penélope Trip, podemos hacer lo que nos dé la gana", afirma. "Y le damos a todo porque nos gusta todo. Por eso queremos que los niños escuchen todo tipo de música, que ya tendrán tiempo de hacerse de una tribu urbana u otra. Con este locurón de cantidad de información que hay en internet, resulta muy difícil establecerles un canon". Así que ellos son los primeros que no se cortan y se atreven a cantar en asturiano un doo wop, una tarantela o una melodía garajera.
Lara asegura que "hay mucho padre indie que escuchó mucha música y que ahora le gusta compartirlo con sus hijos. Todos ellos, que iban a conciertos, quieren seguir yendo. Lo único, que habrá que encontrar horarios para que puedan hacerlo con sus peques". Y en ese cambio de formas de entretenimiento es donde entran en acción grupos como Petit Pop, que este domingo ofrece en la sala Moby Dick de Madrid dos actuaciones en horario vermut, con todas las entradas agotadas. "El concepto de ocio infantil ha pasado a ser ocio familiar. Ya no es tanto dejar a tu niño en la piscina de bolas, que también, o llevarles a los Cantajuegos y que ellos estén encantados y tú aburrido. La gente quiere hacer cosas junto a sus niños, estar involucrados en su ocio".
Dentro de esas nuevas fórmulas, una de las más exitosas es PicaPica, trío compuesto por Belén Guijarro, Nacho Repetto y Emi Müller que ha sabido dejar atrás la estética de Cantajuegos para combinar el repertorio tradicional (El señor Don Gato, Que llueva, que llueva, La taza) con canciones y coreografías de cosecha propia, últimamente también en inglés, por eso de bilingüismo en los colegios.
"Llevamos muchos, muchos años trabajando con niños en compañías de teatro y empresas de animaciones infantiles. Y todo se basa en el juego: jugar con ellos, jugar entre nosotros, reírnos... Eso hace que ellos lo pasen bien", explica Belén sobre el diseño pedagógico del grupo, que ha publicado tres DVD con Warner y cuyos espectáculos giran por toda España. "Siempre decimos que el secreto es que te tienen que gustar los niños. Y eso es, para nosotros, lo más bonito que hay", añade.
"Las que ahora consideramos como 'canciones de toda la vida' fueron en algún momento nuevas. Ponerte a imaginar, por ejemplo, una que sea sobre la ropa y las partes del cuerpo en inglés supone abrir campo", explica Nacho sobre su trabajo. "No es complicado manejar un grupo de niños. Lo complicado es hacer trabajo de oficina, sentarte a mandar e-mails y hacer otro tipo de tareas que también tienen que ver con la cocina del mundo de PicaPica. Cuando estamos grabando o sobre el escenario, es la parte más placentera", apunta Emi.
Los tres conocen bien la demanda de muchos padres para que publiquen material nuevo, ante la obsesiva necesidad de repetición por parte de muchos fans pequeños. "La repetición es lo que genera el aprendizaje. Cuando los niños ya se saben algo, les gusta todavía más, porque se sienten más sabios, más poderosos y lo pueden mostrar a los demás. Muchísimos padres nos dicen que ya no pueden más, que para cuándo el próximo DVD. Pero, claro, para hacer un buen producto no se puede entrar en lo de publicar por publicar", relata Belén.
"Por otra parte, psicológicamente, la repetición estructura a las personas. Y, en el caso de los niños, marca pautas y conductas que necesitan ver una y otra vez para aprender y afianzarlo. Por eso es importante repetir las horas de las comidas, cuando hay que lavarse los dientes, cuando ir a dormir... Así que repiten una y otra vez hasta que se lo saben, porque les genera seguridad y confianza en sí mismos. Y cuando aparece lo desconocido, al principio les cuesta, pero luego se enganchan", explica Emi.
Chumi Chuma es el último en llegar a este mundo de la música para toda la familia. Se trata de un dúo formado por Alberto Rodrigo (Chumi) y Chuma, un músico interdimensional de un sólo ojo que se apareció en el último concierto de Vetusta Morla en Madrid. Precisamente con la colaboración del grupo madrileño y publicado en su sello Pequeño Salto Mortal saldrá el primer disco de este proyecto este viernes. Un álbum que cuenta con la colaboración de los componentes de Vetusta y también de otros músicos nacionales, como Anni B. Sweet, Pajaro Sunrise o Charlie Bautista, entre otros.
Alberto, músico de sesión y de directo para otros grupos, explica que, antes del encuentro con Chuma, se había propuesto lanzarse a escribir canciones "Estaba cansado de las temáticas de la canción adulta, que la veo como muy grave, muy seria y todo el tiempo de 'se me ha roto el corazón'. Y, cuando empecé a componer, vi que me salieron canciones que tenían mucho humor y que estaban dirigidas al niño que está dentro del adulto y al adulto que está dentro del niño", cuenta. Así que su objetivo fue "bajar a un mínimo común denominador que yo creo que existe y que todos compartimos".
Álvaro Baglietto, bajista de Vetusta, tiene sus razones para implicarse en este proyecto. "Soy padre de dos niñas y, sin yo quererlo, vi cómo se enganchaban a cosas que no me gustaban nada. Así que cuando me vino Alberto con el proyecto, me pareció muy interesante y me puse a dirigirlo desde nuestro sello". La idea era "que fuese para niños, pero que gustase también a los padres".
"He podido comprobar", prosigue Álvaro, "que los hoy los críos prefieren no sólo escuchar, sino también ver. En ese sentido, un proyecto infantil-musical tiene que tener mucha imagen para que le entre por los ojos. Ahí es donde aparece Chuma, que es espectacular tenerlo en este planeta gracias al diseño del genial Bakea. Así que vamos a empezar a sacarlo y hacer vídeos que también pueden molarles a los padres".
Llegados a este punto, la pregunta es: ¿qué tiene que tener la música para que guste a los niños? "Nadie sabe lo que es. Porque seas niño no tiene por qué gustarte la música más rápida o más lenta", se encoje de hombros Lara, de Petit Pop, quien, si acaso, remite otra vez al humor. "Somos un equipo y confiamos en nuestros músicos y también en nuestra intuición. Pero, por lo que vemos, para que funcione tiene que ser alegre y tener diferentes ritmos y dinámicas para que haya variedad y también nos divirtamos nosotros", apunta Emi, de PicaPica. "Les gustan los grandes estribillos, las estrofas pegadizas y mucho ritmo, que sea bailable", aporta Álvaro. "Pero desde que escuché la música de Alberto dejé de pensar en eso y me puse a pensar en si me gustaba a mí".
Y una última pregunta del millón, nunca mejor dicho: ¿hay negocio en la música para niños? ¿Se puede vivir de esto? "Somos un ejemplo de que puede ser una salida. Nos va estupendamente y tocamos muchísimo. Todavía no vivimos totalmente de ello, pero no nos importaría", formula Lara, de Petit Pop. Eso sí, advierte, quien quiera hacer carrera en este mundo debe saber que no valen los mismos pufos que en el circuito de salas habitual. "Nosotros somos muy cuidadosos con todo lo que rodea nuestros conciertos, porque no haríamos con los niños de los demás lo que no queremos que les hagan a los nuestros".
"Nosotros", apunta Belén, de PicaPica, "somos afortunados, porque estamos viviendo de esto. Es cierto que no se consigue únicamente de los discos y DVD, pero sí con las actuaciones y los teatros siguen funcionando. O al menos eso es lo que vemos cuando vamos de gira por toda España".
Y Álvaro, de Chumi Chuma, dibuja una imagen final: "Es difícil ganar dinero con esto. Es verdad que en este mundillo hay mucho público, muchos padres queriendo hacer actividades, pero son actividades que se pegan entre ellas, ofreciendo algo por un precio que suele rondar los cinco o diez euros. Esto provoca que haya mucha competencia, pero de muy baja calidad. Por eso no se puede plantear en este panorama conciertos con equipo, escenografía, luces o un buen sonido, porque no se pueden dejar muchos recursos. Nosotros lo que queremos hacer es una apuesta de calidad, que es la idea del concierto de presentación del proyecto, el 9 de abril en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid. Y vamos a ver qué pasa. Es un poco la filosofía Vetusta Morla".

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