BLOC CULTURAL,

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lunes, 13 de noviembre de 2017

DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES - LA MODA NO AIREA TRAPOS SUCIOS,./ ME RESBALA - ¡ QUE GRANDE ES EL CINE !- EL HORMIGUERO VIERNES -17- NOVIEMBRE -Un disparo a las conciencias,.

TITULO: DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES -  LA MODA NO AIREA TRAPOS SUCIOS,.

DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES -  LA MODA NO AIREA TRAPOS SUCIOS, fotos,.

La moda no airea trapos sucios,.

Jueces examinan a varias modelos durante la preparación de la Lakme Fashion Week de Bombay.

Los contratos leoninos de algunas agencias sin escrúpulos alimentan los abusos.«Prometen cosas imposibles»

Resultado de imagen de cafe con magdalenasLa pasarela también ha sido escenario de abusos sexuales. Del que más se ha escrito es del fotógrafo estadounidense Terry Richardson -uno de los más prestigiosos del mundo- al que algunos medios han apodado el 'Wenstein de la moda' por acumular denuncias de abuso sexual y por aprovecharse físicamente de las modelos durante las sesiones de fotos. Pese a ello, su carrera no se había visto alterada... hasta ahora. Tras el caso 'Wenstein', acaba de ser vetado por revistas como 'Vogue' o 'Vanity Fair'.
Resultado de imagen de tortilla de acelgaPero, ¿qué pasa en los bastidores de la moda española? Es difícil saberlo porque hay muy poca gente dispuesta a contarlo. Carlos Checa, dueño de la agencia de representación de modelos Fashion Face, está harto de que se identifique a su sector como un refugio de lascivos sin escrúpulos. No niega que pueda haber acoso sexual, porque «donde hay belleza y mujeres» puede ocurrir lo indeseable. Pero apunta una pista poco conocida. «Hay agencias que no son profesionales y que inducen a las aprendices de modelos a firmar contratos leoninos, con cláusulas no abusivas sino lo siguiente. Exigen exclusividad para todo, absoluta confidencialidad y prometen cosas imposibles, como pagar a una modelo novel, con 1,70 metros de altura y sin ninguna posibilidad de trabajar, hasta 1.500 euros en su primer desfile. A mi agencia ha llegado una chica atemorizada por lo que acababa de firmar». Al tener a las jóvenes amarradas de este modo, es fácil, dice Checa, que se perpetren toda clase de abusos y que den su consentimiento a propuestas indecentes.
Inés Sainz, exmodelo y fundadora del gabinete de relaciones públicas y agencia de comunicación Back Up, quita hierro a la magnitud del acoso. «Me ha pasado en el mundo de las grandes empresas y jamás en el de la moda. Al sacar a una modelo de su contexto habitual me he encontrado con algún listo que se ha pasado de la raya con comentarios fuera de tono y demás», dice Sainz, que fue Miss España en 1997.
«Me ha pasado en grandes empresas, jamás en el mundo de la moda» Inés Sainz
Los jueces a veces no ayudan. La presidenta de la Asociación Clara Campoamor, Blanca Estrella Ruiz, está molesta con las trabas que encuentra en los tribunales. La organización no podrá personarse como acusación popular contra el fotógrafo Kote Cabezudo, a quien varios modelos acusan de abusos sexuales. El juzgado que instruye la denuncia pide a la entidad una fianza de 3.000 euros para poder personarse en la causa. Y como la asociación no dispone de tal cantidad, ha desistido de su empeño. «Está aprobado por el Congreso de los Diputados que las asociaciones especializadas puedan personarse en casos de violencia de género sin la necesidad de depositar fianza. Pero como el pacto se firmó después de que sucedieran los hechos, no podemos hacerlo», se queja Blanca Estrella.

 TITULO:  ME RESBALA - ¡ QUE GRANDE ES EL CINE !- EL HORMIGUERO VIERNES -17- NOVIEMBRE - Un disparo a las conciencias,.

 ¡ QUE GRANDE ES EL CINE !,.
  
 ¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2., etc.

 ME RESBALA  - EL HORMIGUERO VIERNES -17- NOVIEMBRE -Un disparo a las conciencias,.

 ME RESBALA  - EL HORMIGUERO VIERNES -17- NOVIEMBRE -Un disparo a las conciencias ,fotos.




Un disparo a las conciencias,.

Manu Brabo, premio Pulitzer en 2013, expone en Madrid 90 imágenes que buscan «una reacción en la ciudadanía». Su tarea, admite, «invade en ocasiones la intimidad» de las víctimas de la guerra,.

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El oficio de fotoperiodista no debe de resultar sencillo si te dedicas a retratar conflictos bélicos. Además de convivir con el espanto, te expones a acabar como un cadáver más entre quienes matan y mueren a tu alrededor, a ser secuestrado o detenido y, ocasionalmente, a verte obligado a juzgarte a ti mismo. Por todas estas circunstancias ha pasado Manuel Varela de Seijas Brabo, Manu Brabo, que hasta el próximo 3 de diciembre expone en el centro de artes La Neomudéjar de Madrid 90 imágenes de impacto pesentadas bajo el título 'Un día cualquiera'. La muestra, la primera en solitario del autor, se integra en una programación más amplia de National Geographic y ofrece un resumen de su trabajo de los últimos siete años en escenarios de alto riesgo como Libia, Siria, Egipto o Irak.
Y, sí, durante ese recorrido por el horror, Manu -nacido en Zaragoza en 1981, pero asturiano de sentimiento porque «mi familia se trasladó a Gijón cuando yo tenía cuatro meses»- se ha visto sometido al paquete completo de pruebas que examinan la resistencia del fotorreportero. Pudo morir en cualquier balacera o por la metralla del obús de mortero que estalló a unos metros de su posición el pasado diciembre en Ganus (Irak), fue detenido y encarcelado de forma ilegal durante 44 días por las tropas leales a Gadafi en Libia en 2011, y tomó conciencia de la parte más controvertida de su trabajo precisamente con la instantánea que le convirtió en 2013 en el segundo, y por ahora último, fotógrafo español distinguido con el premio Pulitzer. Uno de esos lienzos desgarradores. Es octubre de 2012 en Alepo (Siria) y un hombre, roto por dentro, llora mientras sujeta el cuerpo sin vida de su hijo. Una composición que remite a La Piedad de Miguel Ángel, pero en vivo, real. Manu Brabo, ahora 'freelance', entonces contratado por la agencia Associated Press, congela el momento. Y le duele. «El hombre sale del hospital con el niño en brazos, ya cadáver, y en la calle se desmorona -rememora el artista-. Trato de hacer las fotos lo más rápido posible porque es una de esas situaciones en las que realmente eres invasivo. Ese hombre trata de buscar un poco de privacidad en la calle, pero aún así tienes que hacer el trabajo».
- ¿El padre se da cuenta de que está siendo fotografiado?
- Sí. Estoy con varios colegas y, así como al principio existe una especie de permiso tácito por su parte para que hagamos la foto, llega un momento en que te das cuenta de que sobras, de que ese hombre necesita que te vayas. Si para entonces no has hecho el trabajo, pues te jodes, pero es mejor irse.
- (...) ¿Es la fotografía propia que más le ha afectado?
- El papá con el niño es la que más me toca, sí. Tiene un peso personal. Era una situación tremenda, una de esas fotos que cuando la haces sabes que es dura, que te está suponiendo un esfuerzo hacerla porque invades la intimidad. Piensas que puede funcionar, y funciona, pero tampoco cambia nada.
- ¿Ayudar a cambiar las cosas es una de las metas de su trabajo?
- El objetivo al final es reclamar una ciudadanía más activa y más entregada, más trabajadora y más eficaz para solucionar problemas que son de todos. Las políticas europeas que hablan ahora de cerrar fronteras cuando hasta hace tres años se hablaba de abrirlas vienen de mirar a otro lado. El objetivo es que la gente vea lo que pasa, que reaccione y no se sienta intocable. Se trata de arrear al público.
Porque la muestra actual no habla de 'Un día cualquiera' en el quehacer de Manu Brabo en Oriente Próximo, sino de la terrible cotidianeidad que azota a las poblaciones de esa zona maltratada del mundo. Y cada disparo de su cámara tiene una misma destinataria: nuestra conciencia. «No sé si una imagen vale más que mil palabras, pero sí que se dirige a otras áreas sensitivas. Una imagen es una hostia mucho más directa con la que atacas el sistema emocional universal que comparten un neonazi, un hutu, un chino o un español», resume el fotoperiodista. Él, testigo y notario de esos infiernos, se presta a detallar en estas páginas seis de las fotos de su exposición en Madrid.

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